Foro Global sobre Seguridad Alimentaria y Nutrición (Foro FSN)

Miguel Ángel Damián Huato

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Mexico
Experiencias exitosas en el manejo de la milpa, faros agroecológicos y autosuficiencia alimentaria en México
Responsable del proyecto: Dr. Miguel Ángel Damián Huato.
 
El objetivo de este trabajo es replicar, mediante el establecimiento de faros agroecologícos, experiencias exitosas en el manejo de la milpa, para incrementar la autosuficiencia alimentaria a nivel local y la soberanía alimentaria de México.
 
Antecedentes
La propuesta de establecer “faros agroecológicos” tiene su origen en 2002 cuando implementé el proyecto: “Propuesta metodológica para diseñar e instrumentar una política de apropiación de tecnología agrícola: el caso del estado de Tlaxcala”. Posteriormente, en 2009 ejecuté el proyecto: “Estrategia de difusión tecnológica para mejorar el manejo del maíz y los rendimientos por hectárea en los Valles de Puebla”, donde evalué el manejo de maíz y diseñé modelos de intervención tecnológico exitosos en siete municipios de Puebla. En 2013 y 2014 se agregaron los municipios de Zautla y Jolalpan, Puebla-México.
 
En todos estos estudios se encontró que:
1. La mayoría de los productores manejan el maíz como policultivo; es decir, asociado con frijol, calabaza y múltiples arvenses, agroecosistema conocido como milpa y calificado por la FAO (2002) como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM).
2. Convergen productores con capacidades productivas distintas, destacando los exitosos, los cuales manejaron la milpa mediante un diálogo de saberes donde confluyen innovaciones campesinas y modernas, las cuales originan cuatro procesos tecnológicos clave:
El primero, proviene de la comunidad biótica de flora y fauna que se re-produce en la milpa, produciéndose las siguientes ventajas:
 
a) Co-existen plantas C4 y C3 con necesidades distintas de energía solar y de dióxido de carbono, eficientando el uso de energía solar y la captura de carbono para mitigar el cambio climático. El maíz efectúa el proceso fotosintético llamado "C4", donde el dióxido de carbono (CO2) es fijado en compuestos de 4 carbonos, por lo que esta gramínea captura más CO2 que de otra forma se convertiría en GEI. En cambio, el
1 Sistema Nacional de Investigadores nivel II (2016-2019), premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2011, Campo Alimentos y Agroindustrias dentro de la Modalidad Científica-Tecnológica (Concytep), y evaluador del Conacyt.
manejo del maíz como monocultivo se caracteriza porque no toda su estructura foliar fabrica carbohidratos homogéneamente: cerca del 50% de los carbohidratos acumulados en el grano de maíz son producidos por las hojas del tercio superior de planta, el 30% por las del tercio medio, y el 20% restante por las hojas ubicadas en la parte basal. Es decir, el maíz manejado como monocultivo es más ineficiente que el policultivo, en el uso de energía solar (Allison y Watson, 1966, citado por Magalhanes y Da Silva, 1987).
b) La riqueza y abundancia de artropodofauna, auspiciada por la diversidad de plantas que hay en la milpa, re-crea redes tróficas que autorregulan la población de artrópodos presentes en el agroecosistema, lo que deriva en un equilibrio biológico que se logra cuando los patógenos que pueden afectar a las plantas cultivadas son expuestos al ataque de sus enemigos naturales.
c) Proveen más biomasa que se reintegra al suelo, la cual es reciclada, por una gran diversidad de microorganismos, en nutrientes y energía, para que de este modo, puedan ser consumidos por los organismos vivos presentes en la comunidad biótica.
d) Reproducen especies redundantes que generan redundancia de relaciones, garantizando la estabilidad, la resiliencia y la sostenibilidad en el tiempo de la milpa (Walker, 1992).
 
El segundo proceso tecnológico clave deriva directamente de la comunidad biótica, las cuales potencian la relación agua-suelo-planta-ambiente. Por ejemplo, el frijol fija nitrógeno atmosférico, elemento esencial para la nutrición de las plantas; por su parte el maíz le sirve de tutor al frijol enredador, y la calabaza, con su amplio follaje y hábito rastrero, salvaguarda al suelo de la erosión, fomenta la filtración de agua e impide su evaporación y el crecimiento de arvenses durante los primeros ciclos fenológicos del maíz y frijol.
 
El tercer proceso deriva directamente de las innovaciones campesinas: a) La adaptación milenaria de las semillas criollas a los nichos ecológicos locales y su estabilidad productiva, se debe a su alta variabilidad que está en permanente cambio (Flores y Sarandón 2014); b) la rotación de cultivos mejora las propiedades de los suelos, retiene humedad y nutrientes, aporta nutrientes y sanidad al suelo; c) la conservación de suelos, evita la pérdida de nutrientes y agua, los cuales potencian su productividad, y d) el estiércol es un indicador clave de la calidad del suelo: provee nutrientes, mejora la estructura y textura, aumenta la aireación, la penetración y retención de agua, estimula el desarrollo de microorganismos benéficos para la planta y promueve la captura de carbono.
 
El cuarto proceso tecnológico proviene de la complementariedad que se da entre las tecnologías campesinas y algunas modernas: por ejemplo, la aplicación de
fertilizantes nitrogenados. El nitrógeno es esencial para el crecimiento de plantas, pero también garantiza la diversidad y abundancia de flora y fauna microbiana la cual descompone la materia orgánica. Si ésta tiene alto contenido de nitrógeno, los microorganismos tendrán suficiente sustrato para inducir mayor mineralización, pues la microflora (bacterias, hongos, etc.) tendrá plenamente satisfechas sus necesidades de nitrógeno (Ferrera y Alarcón, 2001).
 
La interacción de estos cuatro procesos tecnológicos clave, re-creados simultáneamente por el patrón tecnológico de los productores exitosos, origina, primero, un ciclo virtuoso que potencia las capacidades de la milpa para autorregularse y autorreproducirse a sí misma como agroecosistema; Además, promueve la eficiencia relativa de la tierra, la eficiencia energética, la estabilidad, la resiliencia y la sostenibilidad de la milpa. De esta forma, se puede lograr de forma sostenida, la autosuficiencia alimentaria para mejorar la nutrición a nivel local y, a la vez, la soberanía alimentaria a nivel de país.
Es importante mencionar que la comunidad biótica de la milpa provee otros servicios benéficos al productor y a la humanidad, tales como: ecosistémicos, edáficos, económicos, sociales, culturales, gastronómicos y estéticos.
3. Finalmente, en los estudios realizados hallé que si los milperos menos eficientes asumieran el patrón tecnológico de los exitosos, tan sólo el rendimiento de maíz se duplicaría en un periodo de seis a 10 años.
 
Los faros agroecológicos
Fueron promovidos por la Asociación de Técnicos Agrícolas y Forestales de Cuba. En este trabajo, son asumidos como unidades de experimentación y transferencia de los principios agroecológicos de producción que promueven los patrones tecnológicos exitosos, con el fin de mejorar el diálogo de saberes y los procesos clave que nacen de la milpa y, al mismo tiempo, la eficiencia relativa de la tierra, la autosuficiencia y la soberanía alimentaria.
Transferir el patrón tecnológico aplicado por los productores exitosos a los menos eficientes es viable, porque la mayoría de los productores conocen el manejo del maíz como milpa; además los milperos de temporal poseen condiciones de vida y edafo-climáticas similares.
Optimizar el patrón tecnológico de los productores exitosos es factible ya que existe una ancestral sabiduría campesina que forma parte de su herencia cultural, que reforzada con los conocimientos de la ciencia moderna, puede potenciar la productividad de todos los milperos.
La literatura reporta la viabilidad de esta propuesta. Pretty et al. (2011), evaluaron 40 proyectos agrícolas de 20 países africanos donde se intensificó el manejo de los cultivos durante 2001-2010 mediante la conservación de suelos y la agroforestería. Al final del periodo, el rendimiento medio por hectárea se multiplicó por 2.13.
El Movimiento Campesino a Campesino (Holt, 2008: 24) aumentó los rendimientos del maíz de media tonelada por hectárea a tres, al aplicar composta y rotaciones con leguminosas y al intercalar nuevos cultivos en las parcelas de Vicente Guerrero del municipio de Españita-Tlaxcala-México.
En el faro agroecológico establecido en Jolalpan, Puebla-México (Damián, 2015), se obtuvieron, durante el ciclo agrícola verano-otoño 2015, 241 kg/ha de maíz cuando se manejó como monocultivo y 1,300 kg/ha en policultivo. Además, en la milpa se cosecharon 34.4 y 24.3 kg/ha de frijol y calabaza, de forma respectiva, alimentos básicos de la dieta de las familias campesinas.
Estos rendimientos son enormes si se considera que durante 1980-2014, el rendimiento promedio nacional de maíz en temporal, aumentó 660 kg al pasar de 1,650 kg (1980) a 2,310 kg/ha (2014), con un crecimiento anual de 0.82%.
 
La puesta en marcha de este proyecto tiene otras ventajas económicas y ambientales:
a) El deterioro de la sinergia agricultura-ganadería y la pérdida de estiércol en el campo, es una enorme oportunidad para promover el uso de desechos orgánicos, generados en las ciudades, como composta. Se trata de una propuesta que hizo desde mediados del siglo XIX Justus von Liebig. Según el SNIARN (2015), en 2012 se generaron 22.1 millones de toneladas de basura orgánica, que si se transforman en composta se pueden producir cerca de 7 millones de toneladas de materia orgánica. La fabricación de compostas sería una importante cadena productiva para crear, al menos, un empleo formal por cada tonelada de composta producida, considerando todos los eslabones que comprende esta cadena productiva.
b) El manejo de la milpa exige mayor cantidad de mano de obra para ejecutar el barbecho y las labores de cultivo, sustituidas en el manejo convencional, por el uso de herbicidas, debido a la acelerada migración campo-ciudad que ha reducido drásticamente la fuerza de trabajo disponible en el medio rural.
En conclusión, replicar experiencias exitosas en el manejo de la milpa, mediante el establecimiento de faros agroecologícos, potencia el diálogo de saberes el cual reconoce, que tanto las tecnologías modernas y las campesinas, son esenciales para conseguir la autosuficiencia y la soberanía alimentaria, así como también para mitigar el cambio climático.