Forum global sur la sécurité alimentaire et la nutrition (Forum FSN)

Mme Maria Curutchet

Instituto Nacional de Alimentación, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
Uruguay

1.       ¿Cuáles son los programas nacionales y regionales existentes para mejorar la calidad de la alimentación y la diversidad de la dieta de las familias agricultoras?

Uruguay tiene solamente 5% de su población residente en zonas rurales, estimándose que cuenta con 30.000 productores rurales. Este puede ser considerado un indicador de insuficientes políticas públicas que preserven la producción de pequeños productores, quienes a lo largo de décadas han ido abandonando el campo en busca de mejores condiciones de vida y en muchos casos han contribuido a engrosar los cinturones de pobreza  de las ciudades.

Recientemente el Poder Ejecutivo ingresó al Parlamento Nacional un proyecto de Ley de compras estatales a la agricultura familiar, siendo una señal positiva para promover el desarrollo de este sector, no solo por su aporte a la economía nacional, sino por su rol en el mantenimiento de la diversidad productiva y la cultura alimentaria nacional.

Así mismo en los últimos años se han promulgado leyes que apuntan a mejorar las condiciones laborales de la población rural, mejorando su salario y estableciendo jornadas laborales de 8 horas. También se ha mejorado el acceso a comunicación y electrificación rural. Elementos que contribuyen a mejorar las condiciones de vida en el campo y que apuntan a mantener la población residente.

Uruguay es un país con un territorio pequeño, sin grandes problemas geográficos o climáticos, lo que lo coloca en una situación de cierto privilegio con relación a otros países de la región. Es un país productor y exportador de alimentos, y cuenta con suficiencia plena de energía y proteínas.

Estas características beneficiosas, tal vez hayan contribuido al descuido del sistema alimentario desde una visión integral, y no se hayan desarrollado hasta ahora, políticas explícitas dirigidas a la agricultura familiar.

Por otro lado una característica interesante de la cultura nacional es que somos un país con mucha influencia de inmigrantes europeos (suizos, italianos, españoles, vascos-franceses y alemanes), y gran parte de la producción rural ha sido promovida  y definida por sus culturas (quesos, quintas de frutas y verduras, viñedos, chacinados, etc.). Uruguay hace mas de un siglo que no cuenta con población indígena.

Esa mixtura cultural ha caracterizado a la producción  nacional de alimentos.

 

2.       ¿Cómo puede la educación nutricional aumentar la demanda de productos locales de alto valor nutricional que provengan de la agricultura familiar; contribuyendo así, al rescate de alimentos tradicionales nutritivos y a la mejora de la diversidad de la dieta de la población?

En el año 2013 se promulgó la ley  19.140 que promueve hábitos alimentarios saludables para niños y adolescentes en centros educativos. Esta ley fue reglamentada en el presente año y se comenzó a aplicar en marzo del corriente. Disponible en: http://www.impo.com.uy/bancodatos/alimentos.htm

 Tiene por finalidad proteger la salud de la población infantil y adolescente que asiste a establecimientos escolares y liceales, públicos y privados, a través de la promoción de hábitos alimenticios saludables en el ámbito educativo como forma de contribuir, actuando sobre este factor de riesgo, en la prevención del sobrepeso y la obesidad, hipertensión arterial y así en las enfermedades crónicas no trasmisibles vinculadas a los mismos.

Considero que este es un paso interesante y que puede contribuir a mejorar la selección de alimentos en los ámbitos educativos, estimulando el consumo de alimentos saludables, entre ellos frutas y verduras provenientes de la agricultura familiar. Una vez que se logre implementar la ley de compras públicas a la agricultura familiar antes citada, éste será un medio de acceso a sus productos.

Suele ser una barrera el hecho de que la educación en alimentación y nutrición (EAN) habitualmente no dispone de suficientes recursos para su desarrollo (tanto financieros como humanos), así como tampoco ha sido adecuadamente incorporada en la currícula de formación escolar. La insuficiente priorización del valor de la EAN, es un obstáculo que es necesario trabajar para lograr mejores resultados.  La desinformación de la población en la temática, contribuye  a la malnutrición en todas sus formas.

Probablemente  también ha contribuido con esto la escasa oferta para la mejor formación de profesionales de la nutrición en EAN, adquiriendo mejor formación en diagnósticos de situación, en conocer los intereses de la población, en aplicar metodologías innovadoras, en contar con medios para evaluar resultados, etc. La EAN no ha sido adecuadamente priorizada en la formación de los profesionales, viéndose  como algo aburrido y que por décadas se ha enseñado de la misma forma.

 Por otro lado, si bien es valioso y también necesario contar con marcos legales en estos temas, también es necesaria una adecuada definición de planes, programas y proyectos que aborden la temática alimentaria y nutricional, reconociendo el valor de la cultura alimentaria basada en el uso de alimentos tradicionales de producción nacional y local.

No se observa aún una mirada integral a los problemas del actual sistema alimentario que enfrentamos, ya que las políticas públicas suelen considerar de forma separada la producción de alimentos (orientada generalmente desde una mirada economicista),  por otro lado la educación y por otro la salud, como si unos y otros no estuvieran estrechamente vinculados. La ausencia de una mirada integradora es una de las principales barreras a la hora de promover cambios en el sistema alimentario y contribuir a mejores hábitos alimentarios. La escasa formación de los tomadores de decisión en estos temas, contribuye al problema.

Desde esa perspectiva la educación en alimentación y nutrición cumple un rol relevante. Creemos que es necesario re-pensar estrategias de salud pública para una mejor comprensión de los impactos del actual sistema alimentario, que no solo son sobre la salud de la población, sino también en la sostenibilidad del medio ambiente y en el desarrollo social y económico. Ya no es un problema de salud pública, sino también un problema político.

América Latina, como el gran productor de alimentos mundial, tiene una importante responsabilidad en este tema.

Considero que los países de América Latina aún están a tiempo de promover y proteger el valor de la cultura alimentaria nacional y local, basada en productos de la agricultura nacional. Es un elemento trascendente re-valorizar el rol de la cocina casera para preservar el sistema alimentario  y promover mejores hábitos alimentarios.