Género

Ghana: los esfuerzos por conseguir una agricultura sostenible sin trabajo infantil

La mejora de las condiciones sociales y económicas de las personas del medio rural es una de las claves para combatir el trabajo infantil. Lo mismo vale para la reducción de la explotación de niños y niñas en la agricultura. Un estudio de la FAO en Ghana

El trabajo infantil en la agricultura a pequeña escala plantea problemas específicos [FAO/J. Spaull]

18/05/2010

Aplicar plaguicidas tóxicos, trabajar largas jornadas sin acudir a la escuela o ser forzados a intercambiar sexo por dinero o alimentos. Las decenas de millones de niños en todo el mundo que trabajan en la agricultura se enfrentan a estas y otras condiciones peligrosas o inaceptables.

La agricultura, incluida la pesca, es una de las tres profesiones más peligrosas que existen y representa el 70 % del trabajo infantil de todo el mundo.

En Ghana, se observó que la mitad de los niños del medio rural y casi una quinta parte de los niños que viven en las ciudades eran económicamente activos en 2001, el último año del que se dispone de cifras nacionales. Cerca del 60 % de ellos trabajaban en los sectores agrícola, forestal y pesquero.

La elección de Ghana para realizar el estudio Child Labour and Children’s Economic Activities in Agriculture in Ghana (Trabajo infantil y actividades económicas en el sector agrícola de Ghana), se debió en parte al hecho de que era posible analizar el efecto de las medidas contra el trabajo infantil emprendidas en este país. El gobierno, algunas organizaciones y agrupaciones no gubernamentales ya habían comenzado a aplicar políticas para reducir las peores formas de trabajo y se esperaba que otros países pudieran beneficiarse de la experiencia adquirida y las buenas prácticas documentadas en el estudio.

El estudio de seis meses de duración, llevado a cabo en 2008, revisó la bibliografía, la legislación y las prácticas relacionadas con el trabajo infantil en Ghana, en colaboración con la Universidad Humboldt de Berlín. Se centró en la determinación de las principales leyes, instituciones, políticas y procesos que inciden sobre las actividades económicas de los niños y el trabajo infantil, e incluyó estudios monográficos sobre la producción de cacao, la pesca y la cría de ganado vacuno.

Experiencia extraída en Ghana

Los estudios de investigación mostraron que muchos niños se veían privados de la escolarización básica obligatoria. Algunos pequeños ganaderos de los distritos de Tolon-Kumbungu y Tongu Norte y Sur se ocupaban del ganado vacuno desde la mañana hasta la noche sin poder acudir a la escuela. En diversos informes se ponía de manifiesto la existencia de un tráfico ilegal de niños en los sectores de la cría de ganado y la pesca y algunos datos indicaban la presencia de condiciones de trabajo peligrosas en todos los sectores.

En la producción de cacao, algunas encuestas realizadas en Ghana pusieron de manifiesto que las actividades económicas de los niños iban desde el trabajo ligero y aceptable hasta lo que podría considerarse una actividad peligrosa, pero también que la línea divisoria entre el trabajo aceptable y el trabajo infantil no estaba bien definida.

En junio de 2008, el Ministerio de Trabajo, Juventud y Empleo puso en funcionamiento el Marco de actividad del trabajo infantil peligroso para el sector del cacao con el objetivo de aclarar las definiciones de trabajo aceptable y trabajo infantil, según lo definido en las convenciones de la OIT.

El ministerio catalogó determinadas actividades como peligrosas para los niños, entre ellas el trabajo en solitario en una explotación agrícola, el uso de machetes, la tala de árboles y el uso de plaguicidas. Además, se tuvieron en cuenta el número de horas de trabajo y las oportunidades de recibir educación. Esto último fue particularmente importante para las niñas, que a nivel mundial son las que tienen menores probabilidades de cumplir los requerimientos de escolarización básica debido a la doble carga impuesta por las responsabilidades domésticas y las actividades económicas fuera del hogar.

“Trabajar en la explotación agrícola, en la embarcación de pesca o en la cría de ganado puede, si no entorpece la educación y tiene lugar en condiciones de seguridad, ser muy valioso. Es un modo de adquirir aptitudes y dar a los niños un sentimiento de pertenencia y una identidad cultural”, comentó Bernd Seiffert, Oficial de medios de subsistencia e instituciones locales rurales de la FAO.

Provocar el cambio en los ambientes de trabajo a pequeña escala

Una de las cuestiones clave que han quedado reflejadas en el estudio realizado en Ghana fue la dificultad de abordar el trabajo infantil en el ámbito de la agricultura a pequeña escala y, en concreto, en las comunidades pesqueras.

“El trabajo infantil en el sector pesquero tiene lugar principalmente en el ámbito de la pesca a pequeña escala y no en los grandes buques. A menudo estas comunidades de pescadores sufren un alto grado de pobreza y existen muy pocas estrategias para obtener ingresos alternativos", dijo Seiffert.

“Uno de los enfoques que da buenos resultados consiste en ofrecer incentivos vinculados a la asistencia escolar tales como dinero en efectivo, transferencias en especie o acceso al crédito. Esta práctica debe acompañarse de una supervisión atenta de la asistencia escolar, un asesoramiento técnico explícito, tutelaje y, en algunos casos, apoyo psicológico a los niños y a sus padres o tutores. Asimismo, alimentar a los niños en la escuela ha demostrado ser un modo muy eficaz de mantener a los niños en las aulas”, añadió Seiffert.

“Otra cuestión es examinar minuciosamente la calidad y la pertinencia de la educación local y promover la educación y el aprendizaje oportunos para los medios de vida futuros de los niños. Es ahí donde las escuelas de campo y de vida para jóvenes agricultores de la FAO pueden ser de gran utilidad", afirmó Seiffert.

El planteamiento de las mencionadas escuelas, presentes en diversos Estados miembros, consiste en emplear agentes de extensión, profesores y animadores sociales capacitados, y adoptar una metodología participativa para transmitir los conocimientos agrícolas y las aptitudes para la vida a los chicos y chicas de entre 12 y 17 años.

Recomendaciones principales

Además de subrayar las prácticas en Ghana que contribuyen a reducir el trabajo infantil, el estudio recomendó a la FAO, la OIT y otros asociados que reforzaran el asesoramiento técnico a las iniciativas de Ghana dirigidas a integrar las preocupaciones relacionadas con el trabajo infantil en su política pesquera nacional y en sus servicios de extensión sobre actividades agrícolas y pesqueras. También alentó a respaldar al gobierno para que incorporara información o cuestiones sobre el trabajo infantil en las encuestas nacionales de Ghana.

A nivel global, se recomendó a la FAO que reflejara estas prioridades trabajando con sus asociados para incluir las cuestiones relativas al trabajo infantil en la labor de sus diversos departamentos en las sedes y en las oficinas descentralizadas, y aumentara la disponibilidad de información, materiales educativos y capacitación.

Se recomendó a la FAO que respaldara las iniciativas de los gobiernos para establecer bases de datos sobre las actividades económicas de los niños en la agricultura y vinculara tales iniciativas a las existentes, como Understanding Children’s Work (Comprensión del trabajo infantil), un proyecto de investigación interinstitucional realizado por la OIT, la UNICEF y el Banco Mundial.

Debido a su mandato y sus estrechas colaboraciones con algunos ministerios y departamentos de agricultura nacionales, la FAO se consideró como un posible centro (junto con la OIT) de información y conocimiento sobre el trabajo infantil en la agricultura y la pesca, además de un actor necesario en los esfuerzos por reducir el trabajo infantil mientras se promueve el desarrollo rural.