Género

El aumento de la demanda de pescado en el Gabón ofrece a los jóvenes salidas en el sector de la acuicultura

Céleste ve con entusiasmo la oportunidad de cumplir funciones más destacadas en la gestión de la granja piscícola de su familia.

©FAO/Bob Inanga Manana Siengoy

08/09/2022

Levedy Céleste Lossangoye empezó a sentir a una tierna edad la pasión por la cría de peces. Creció rodeada de estanques de peces en la granja piscícola de su familia en Andem, localidad situada en el Gabón, país centroafricano. Esta granja familiar, ubicada a unos 60 kilómetros de Libreville, capital del país, tiene 21 estanques en una superficie de dos hectáreas y una capacidad productiva de unas 37 toneladas al año, suficiente para ganarse bien la vida, pero el potencial no está bien aprovechado.

Céleste, que tiene ahora 30 años, es una ingeniera rural con visión. Colabora con su padre, Daniel, para convertir el negocio familiar en una operación a gran escala dedicada no solo a criar tilapias y bagres, sino también a vender pescado directamente a particulares de todo el país.

“La granja encierra un enorme potencial de atender la demanda local, pese a los numerosos desafíos que encuentra la empresa”, afirma.

Como en muchos países costeros de la región de África central, el pescado es una fuente alimenticia popular en el Gabón. El consumo anual de pescado ronda los 35 kilogramos por persona, uno de los índices más altos de África, pero cada año deben importarse más de 25 000 toneladas de pescado para atender el mercado local.

A la vez, la acuicultura sigue siendo una actividad marginal e infrautilizada en el Gabón, pese a que el país se esfuerza por atender una demanda local en constante aumento. Desde 2017, la FAO colabora con el Gobierno del Gabón para seguir desarrollando la acuicultura comercial estableciendo cinco centros nuevos de pesca, tanto marítima como continental, y perfeccionando las aptitudes de los criadores para aumentar la producción.

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