Género

De regreso en Sudán del Sur para ayudar a construir un futuro mejor para su país

Ritah y los muchos otros héroes de la comunidad humanitaria trabajan con dedicación para garantizar que las comunidades continúen teniendo seguridad alimentaria. ©FAO/Mayak Akuot

18/08/2020

Ritah Alfred nació cerca de Yuba cuando Sudán del Sur todavía era la región meridional de Sudán. En 1993, huyó de la guerra civil que posteriormente daría origen a la creación del país más joven del mundo. Ritah viajó con su familia hasta Uganda cuando tenía cuatro años y fue criada posteriormente por su tío, recibiendo una buena educación y disfrutando finalmente de una vida segura y cómoda.

Ritah podría haberse quedado en Uganda. Pero, tan pronto como se graduó en la universidad, regresó a Sudán del Sur para ayudar a construir su nuevo país.

“Quería volver porque amo a mi país y me siento orgullosa de ser sursudanesa. Creía firmemente que tenía un papel que desempeñar en la construcción de la paz y el desarrollo, así que volví también para marcar una diferencia y un cambio en mi comunidad”, dice.

Ritah entró en contacto por primera vez con la FAO cuando trabajaba para una empresa de mantenimiento local que había sido contratada para mantener limpias y ordenadas las oficinas de la Organización en Yuba. Se quedó impresionada cuando vio la labor que se estaba llevando a cabo. Cuando se presentó una oportunidad de incorporación de personal al equipo que gestiona la entrega de suministros agrícolas a las familias necesitadas, Ritah se postuló para el puesto y lo consiguió.

Sudán del Sur no siempre es un lugar fácil para trabajar, sea cual sea el sector, y el trabajo humanitario en especial es notoriamente arduo: preocupaciones relacionadas con la seguridad, limitaciones de orden cultural, infraestructuras deficientes. Estos son solo algunos de los obstáculos a los que los trabajadores humanitarios, en particular las trabajadoras humanitarias, se enfrentan.

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