Programa conjunto sobre enfoques de género transformadores para lograr la seguridad alimentaria y la nutrición

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Ruta de Aprendizaje en Brasil impulsa la programación de género transformadora en 12 países

31 DE OCTUBRE DEL 2023

Los espacios que brindó la Ruta de Aprendizaje en el Nordeste de Brasil entre el 16 y el 22 de octubre del 2023 generaron importantes reflexiones por parte de las y los participantes que a su vez presentaron planes de innovación con enfoques de género transformadores para promover la mejora de los medios de vida en los contextos agrícolas de los 12 países que representaron.

El empoderamiento de las mujeres rurales es un imperativo social y económico que ha ganado una creciente atención en los últimos años debido a que, pese a su rol fundamental en los sistemas agroalimentarios, a menudo enfrentan barreras y normas sociales discriminatorias basadas en género que imposibilitan el acceso a servicios y recursos productivos, a la toma de decisiones y a la visibilidad y reconocimiento justo de su trabajo resiliente en el campo.

Con el fin de abordar estos desafíos inmediatos que enfrentan las mujeres en la producción de alimentos y escalar soluciones sostenibles, 21 representantes de diversas instituciones gubernamentales, cooperación internacional y sociedad civil de 12 países de las regiones de Latinoamérica y África, participaron en el desarrollo de una Ruta de Aprendizaje en Brasil organizada por Procasur, en el marco del Programa Conjunto sobre Enfoques de Género Transformadores para lograr la seguridad alimentaria y la nutrición (JP GTA, por sus siglas en inglés) gracias al apoyo y a la colaboración financiera de la Unión Europea.

Durante seis días, las y los participantes visitaron varias comunidades rurales ubicadas en los estados de Río Grande Do Norte y Pernambuco en el Nordeste de Brasil, una región que presenta contextos sociales y ambientales difíciles debido a sus suelos semiáridos. En esta región, los enfoques de género transformadores promovidos por mujeres rurales, con el apoyo de instituciones gubernamentales y no gubernamentales como Centro Feminista 8 de Março y Casa da Mulher do Nordeste, han derivado en soluciones que impulsan el acceso a servicios básicos como el agua y de recursos productivos agrícolas con el objetivo de aumentar la biodiversidad de sus cultivos y promulgar la seguridad alimentaria de las familias. 

En la ciudad de Mossoró de Rio Grande Do Norte, un grupo de mujeres rurales lideran la red de comercialización solidaria 'Rede Xique Xique' ubicada en el Asentamiento Mulunguzinho. Ellas compartieron su proceso de transformación en el cual los cambios de comportamientos discriminatorios basados en género, representaron el punto de partida para la organización de su comunidad. Resaltaron la importancia de la Educación Popular desde la perspectiva de género y centrada en las necesidades específicas para el acceso al agua, el fortalecimiento de la autoestima de las mujeres y el desarrollo de sus capacidades productivas sostenibles para la obtención de certificaciones agroecológicas.

Los espacios de diálogo y acción colectiva han sido estrategias fundamentales de las y los habitantes de Mulunguzinho, junto con su lucha social por la igualdad de género, el grupo que representan ('Mulheres Decididas a Vencer') ha incidido en el establecimiento de las políticas públicas en favor de las mujeres como el  Programa Estadual de Compras da Agricultura Familiar e Economia Solidaria (PECAFES), el Programa Nacional de Alimentação Escolar (PNAE) y el Programa de Aquisiçao de Alimentos Nacional (PAA).

Rede Xique Xique ha logrado beneficiarse de estos programas y tener influencia regional para canalizar la producción de sus miembros desde una perspectiva de mercado solidario y ecológicamente responsable. Neneide Lima, una de las fundadoras del grupo comentó: “Antes trabajábamos mucho, teníamos limitado acceso a alimentos y ganábamos muy poco. Ahora nuestro logro más importante es contar con alimentación segura y un poco de dinero extra para la educación de nuestros hijos”.

En la ciudad de Governador de Rio Grande Do Norte, el asentamiento ‘Terra de Esperança’ surgió de una reforma agraria. En este lugar se destacó la resiliencia del grupo rural ‘Grupo de Mulheres Unidas pela Fé’ que impulsó el acceso a la tenencia de la tierra en su favor. La mejora de la producción agroecológica tuvo un papel fundamental en este proceso ya que la posesión de la tierra ha fomentado la sostenibilidad de su trabajo colectivo que garantiza la seguridad alimentaria, la acción climática y la buena alimentación de sus poblaciones. A su vez, la valorización y distribución justa del trabajo doméstico y de cuidados en el hogar entre hombres y mujeres ha sido clave para el desarrollo de la comunidad. ‘’Es importante la repartición de tareas en el hogar. Cuando mi esposa sale a estudiar, yo me quedo con mi hijo y viceversa’’, manifestó Hugo Brito, esposo de una las lideresas del grupo.

La Ruta en campo finalizó en la ciudad de Afogados de Ingazeira del estado de Pernambuco donde se visitaron dos grupos, ‘Mulheres Sonhadoras do Sertão’ y ‘Associação Mulheres Bom Sucesso’. Ellas explicaron que la metodología de las ‘Libretas Agroecológicas’ ha mejorado la visibilidad y valorización de su trabajo productivo en dimensiones sociales, económicas y ambientales a través de la sistematización de la producción agroecológica de sus traspatios junto con el monitoreo de las cargas del trabajo. Lourdes Siqueira del grupo de ‘Sonhadoras do Sertão’ comentó: “La Libreta visibiliza que mis esfuerzos productivos en los traspatios generan más ingresos para mi familia e impulsa el reconocimiento y apoyo de mi esposo. Si un producto tiene buen rendimiento, yo aumento su producción."

¿Qué sigue después de la Ruta de Aprendizaje?

Los espacios que brindó la Ruta de Aprendizaje generaron importantes reflexiones por parte de las y los participantes que a su vez presentaron planes de innovación con enfoques de género transformadores para promover la mejora de los medios de vida en los contextos agrícolas de los 12 países que representaron.

Leidy Vásquez, representante del Estado Plurinacional de Bolivia, inspirada en los aprendizajes abordados durante la Ruta, manifestó que “en Bolivia, contamos con un Plan de Acción para la transformación de los Sistemas Alimentarios que aborda hitos bajo la premisa del fortalecimiento del Sistema Agrícola Tradicional. Trabajaremos también en la incorporación de la perspectiva de género que promueva y visibilice el rol fundamental de la mujer rural.”

México contó con la participación de Badi Zárate, de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Mujeres y Hombres de Jalisco. En la introducción de su plan de innovación, Badi aseguró que “el desafío que tenemos ahora a nivel global es visibilizar a las mujeres rurales y su contribución. Mediante esta Ruta, se puso en evidencia que cuando ofrecen una primera y segunda oportunidad a las mujeres rurales se libera un poder transformador que reconfigura a las comunidades. Lo rural nos ofrece esa oportunidad que en lo urbano se nos olvida.”

Geovanny Enriquez, participante de Ecuador, resaltó que en su país existe la Estrategia Nacional Agropecuaria para Mujeres Rurales (ENAMR) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) la cual ha contado con el apoyo técnico de la cooperación internacional. “Los resultados han sido favorables para las mujeres rurales y sus familias, sin embargo, aún existen normas sociales que impiden el acceso al fortalecimiento de capacidades, recursos productivos y financieros. Es esencial elevar la ENAMR a nivel política pública, con tiempo indefinido y presupuesto asignado, para impulsar mejoras en la Agricultura Familiar.”

Como estas intervenciones, otros 18 delegados de los países de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Mozambique y Santo Tomé y Príncipe expusieron propuestas con enfoques de género que abordan cambios de normas sociales discriminatorias para impulsar el liderazgo de mujeres rurales y promover la transición hacia la ecología en la Agricultura Familiar a fin de alcanzar impactos económicos inclusivos, que disminuyan la pobreza y aumenten la seguridad alimentaria, la mejora la nutrición y la sostenibilidad agrícola en el campo mediante el trabajo colectivo y el apoyo de la cooperación interinstitucional.

Crédito de las imágenes: ©FAO/Andrea Vera

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