Mercados y Comercio

¿Cómo pueden las cadenas de valor mundiales mejorar el desarrollo agrícola sostenible?

14/07/2022
- 14/07/2022
Roma
Centro Jeque Zayed y Zoom

En los últimos tres decenios, la proporción de la producción agrícola comercializada a través de cadenas de valor mundiales ha aumentado. En la edición de 2020 del informe titulado El estado de los mercados de productos básicos agrícolas (SOCO), uno de los informes principales de la FAO, se estimó que alrededor de un tercio de las exportaciones alimentarias y agrícolas mundiales se comercializaba en una cadena de valor mundial. Este aumento ha permitido crear puestos de trabajo, generar ingresos y, en muchos casos, mejorar el acceso a los mercados, los insumos, los conocimientos especializados y la tecnología en las zonas rurales. Sin embargo, las cadenas de valor mundiales también pueden tener repercusiones negativas en las comunidades locales y el medio ambiente.

Con vistas a lograr el máximo beneficio en materia de desarrollo de las cadenas de valor y reducir al mínimo al mismo tiempo sus riesgos, la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) presentaron en 2016 la Guía OCDE-FAO para las cadenas de suministro responsable en el sector agrícola, en la que se proporciona un marco común para ayudar a que los agronegocios y los inversores contribuyan al desarrollo sostenible detectando, gestionando y reduciendo el riesgo de que se produzcan repercusiones negativas.

Recientemente, varios gobiernos han introducido leyes dirigidas a mitigar las repercusiones ambientales y sociales negativas de las cadenas de suministro agrícola exigiendo a las empresas que establezcan sistemas obligatorios de diligencia debida basados en el riesgo. Dada la necesidad urgente de reducir de forma rápida y profunda la emisión de gases de efecto invernadero en todos los sectores, tal como ha confirmado recientemente el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), estas exigencias se dirigen cada vez más a abordar también los efectos de las empresas en el clima. 


Si bien cabe esperar que estas iniciativas reglamentarias respalden el desarrollo agrícola sostenible, los proveedores de países en desarrollo, en particular los pequeños agricultores y las pequeñas y medianas empresas, pueden encontrar dificultades para adaptarse a ellas y cumplir las exigencias de las empresas y los clientes finales. Además, los efectos negativos de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) y la guerra en Ucrania ―como el aumento de los costos de la energía, los insumos y el transporte y las perturbaciones en la cadena de suministro― están poniendo a los productores agrícolas en una difícil situación que afecta a su capacidad de hacer frente a estos desafíos. A este respecto, es indispensable prestar apoyo adecuado a los productores y comerciantes agrícolas para que puedan adoptar sistemas de diligencia debida basados en el riesgo y prácticas empresariales responsables que les ayuden a aumentar su resiliencia y sostenibilidad.