Aunque el cambio climático es una crisis mundial, sus efectos sobre los países, las personas y las comunidades son muy desiguales. Los que menos han contribuido al cambio climático soportan la mayor carga, sufren sus efectos más graves y carecen de acceso a los recursos, servicios y oportunidades necesarios para adaptarse y sobrevivir. El impacto del cambio climático tiene rostro humano: las mujeres rurales, los jóvenes y las personas que viven en la pobreza.
El cambio climático no sólo deja al descubierto las desigualdades sociales y económicas entre las personas y las comunidades, sino que las perpetúa y agrava. Para abordar esta cuestión, las personas deben estar en el centro del debate. Sin embargo, los datos sobre las distintas vulnerabilidades de la población rural, y cómo éstas varían en función de la situación económica, el sexo y la edad de las personas, son escasos.
Medir el impacto del cambio climático en la población rural pobre, las mujeres y los jóvenes: Resumen