“Fuera de la ciudad de Nueva York, Karen Washington es quizás mejor conocida como la cofundadora de Black Urban Growers (Cultivadores urbanos negros), la organización responsable de la reunión anual más grande de agricultores urbanos de los Estados Unidos de América durante más de una década.
Pero dentro de la ciudad, ha sido querida desde la década de 1980 por su labor para construir granjas urbanas, facilitar mercados y defender sistemas alimentarios equitativos en las comunidades urbanas.
“Cultivar tus propios alimentos te otorga poder y dignidad”, dice. “Sabes exactamente lo que estás comiendo porque lo cultivaste. Y lo hiciste por ti mismo, por tu familia y por tu comunidad”.
Como agricultora y defensora de la justicia alimentaria, primero cofundó la Huerta de la felicidad en el Bronx, en el norte de la ciudad de Nueva York, que se convirtió en un modelo para las huertas comunales en su barrio.
Después Karen se asoció con Bronx Green-Up (Reverdecimiento del Bronx), un programa de extensión de horticultura comunitaria, para obtener terrenos baldíos en todo el Bronx y convertirlos en huertas y granjas urbanas. En la actualidad, el programa trabaja con más de 200 espacios verdes de este tipo y gestiona 14 centros agrícolas que distribuyen productos frescos en la comunidad a precios asequibles.
Por su labor, Karen recibió dos premios James Beard, una de las distinciones más importantes de los Estados Unidos de América en el ámbito de la alimentación.
El acceso y la gestión del agua son vitales para las huertas comunales y las granjas urbanas, afirma, por lo que defender los derechos de agua y la gobernanza responsable del agua es una parte importante de su trabajo.
“El futuro de la agricultura urbana depende de la equidad y el acceso”, según Karen, especialmente en zonas que se enfrentan a desafíos socioeconómicos y climáticos. Es por eso que las ciudades necesitarán incentivar la construcción de techos verdes y otras formas de recolectar y utilizar el agua de lluvia en el futuro, afirma.
Mientras tanto, Karen ha estado enseñando a las personas las mejores prácticas para el uso del agua, cómo recolectar agua de lluvia y crear sistemas de captación, técnicas que pueden determinar el éxito o el fracaso de una huerta, dice.
“Al crecer en la ciudad de Nueva York, das por sentado el acceso al agua. Sencillamente abres el grifo cuando eres un niño y te parece un recurso ilimitado”, afirma. "A medida que envejeces…. te das cuenta de lo valioso y limitado que es en realidad”.
