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Tamara Fiodorova

"Tan pronto como deja de llover, labramos la tierra para retener la humedad".
28/09/2023

Federación de Rusia 

Las patatas, las coles, los calabacines y otras verduras pueden crecer incluso en climas duros. Y Tamara Fiodorova sabe cómo obtener buenos rendimientos en su terreno de Rassoloda, un pueblo de la república de Sajá, una parte de Rusia conocida como Yakutia. El truco, dice, consiste en cultivar cultivos adaptados localmente y desarrollados por fitomejoradores locales. 

"Llevamos siglos criando ganado", dice sobre su familia, que vive en esta parte del noreste de la Federación de Rusia desde hace generaciones. Su madre era lechera y su padre criador de caballos, pero para Tamara no hay nada como meter las manos en la tierra. 

“Me encanta cultivar hortalizas. Este trabajo no me cansa, me da alegría." 

Aquí la mayor parte del trabajo agrícola se realiza entre abril y finales de octubre: cosecha, rodeo del ganado, aislamiento de los establos. El día de Tamara empieza a las seis de la mañana cuando ordeña las vacas. Después se va al huerto. 

“Siempre intento que mi huerto esté ordenado, la tierra limpia y agua en abundancia. Hay que regar todas las noches; durante el día la tierra se seca rápidamente”. 

Lo que Tamara llama su huerto es en realidad una parcela de tierra de cultivo de gran tamaño, que se extiende más allá de su pueblo. Como los sistemas de riego son caros aquí, ampliar la red de tuberías hasta su terreno no es posible. Esto significa que Tamara y otros agricultores que plantan en parcelas de tierra más grandes todavía, dependen totalmente de las precipitaciones. 

Parte de la razón por la que su campo tiene una buena producción es que selecciona cuidadosamente variedades de patata adecuadas para el clima local. 

"Intento elegir patatas rojas porque son resistentes", afirma. "Soportan el clima seco y sobreviven bien el invierno [almacenadas]". 

Otra manera de aprovechar al máximo el agua que tiene es labrando después de la lluvia. 

"Tan pronto como deja de llover, labramos la tierra para retener la humedad", explica. "De esta manera acercamos la tierra húmeda a los tubérculos. Si labramos tres o cuatro veces durante el verano después de lluvias abundantes, es suficiente". 

Algunos agricultores están probando variedades de plantas más nuevas que prometen mayores rendimientos, pero Tamara confía en lo que tiene. "Prefiero las variedades de eficacia contrastada a lo largo del tiempo", dice.