José Augusto López Zambrano es un pescador de tercera generación de la ciudad portuaria ecuatoriana de Manta.
A los 41 años, este padre de dos hijos ha estado pescando atún con cañas y líneas durante tres décadas, un método que precisa que arroje carnada viva al agua para atraer a los peces, antes de sumergir sus líneas en el agua para atraparlos.
“Me he dedicado a esta actividad toda mi vida”, dice José, que es presidente de la Asociación local de pescadores con cañas y líneas de Manta.
En tiempos de su padre, sus embarcaciones se construían para la pesca costera porque el atún se encontraba cerca de la costa. Pero eso ha cambiado ahora.
“Llegan menos atunes a la costa, por lo que tenemos que ir más y más lejos”, dice.
Por un lado, el aumento de la competencia ha ejercido presión sobre las poblaciones de peces. Pero el aumento de la temperatura del agua debido al cambio climático también influye, según José.
“Lo más importante que pueden hacer los pescadores para preservar los recursos marinos es recuperar sus tradiciones”, dice. Los ejemplos fundamentales que da son el respeto de los períodos de veda biológica y el tamaño mínimo de los peces, de modo que los peces no se capturen antes de que sean lo suficientemente maduros.
“Esto es una cuestión de conciencia: ¿De qué me sirve capturar un atún de dos kilos sabiendo que no se ha reproducido todavía? Solo significará escasez más tarde”.
El equipo también importa, dice.
“¿Por qué usar una red que matará a muchas otras especies innecesariamente, cuando puedo usar una caña, que es selectiva?” explica.
“Muchos pescadores no piensan así. Nosotros sí lo hacemos y proviene de la forma en que fuimos educados por nuestras familias”.
Con el apoyo de la Iniciativa Pesquerías Costeras de la FAO, los pescadores de Manta han obtenido un Acuerdo ministerial que reconoce, regula y apoya su pesca sostenible. También obtuvieron una Certificación de comercio justo que les ayudará a comercializar sus productos entre consumidores concienciados con el medio ambiente.
Las personas se nutren de dos sectores, dice José: “La pesca y la agricultura”.
“Si no hay pesca, no hay alimentos. Debemos cuidar este hogar que llamamos océano, porque es el que nos proporciona alimentos”.
Los pescadores de Manta se beneficiaron de la Iniciativa Pesquerías Costeras financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial. Fue implementado en Ecuador por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Conservación Internacional y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), bajo el liderazgo del Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca del Ecuador.
