Agricultura de conservación

En esta sección se describe qué es la agricultura protectora del suelo y ahorradora de recursos y cómo, como sistema de gestión, puede prevenir la pérdida de tierras aptas para el cultivo y contribuir a la restauración de suelos degradados. También proporciona información sobre los principios de ese sistema de agricultura, explica por qué la FAO participa activamente en su divulgación, así como el apoyo prestado por la FAO a los Estados Miembros de la Organización.

¿Qué es la agricultura de conservación?

La agricultura de conservación es un sistema de cultivo que puede prevenir la pérdida de tierras cultivables y a la vez regenerar las tierras degradadas. La agricultura de conservación fomenta el mantenimiento de una cobertura permanente de los suelos, el laboreo mínimo de las tierras y la diversificación de especies vegetales. Potencia la biodiversidad y los procesos biológicos naturales por encima y por debajo de la superficie del suelo, lo que contribuye a un mayor aprovechamiento del agua y una mayor eficiencia en el uso de nutrientes, así como a la mejora y sostenibilidad de la producción de cultivos.

Los principios de la agricultura de conservación son universalmente aplicables a todos los paisajes agrícolas y usos de la tierra, con las correspondientes prácticas adaptadas a las condiciones locales. Las intervenciones del suelo, tales como la alteración mecánica del mismo, se reducen a un mínimo absoluto o bien se evitan, y los insumos externos como los agroquímicos y los nutrientes de las plantas de origen mineral u orgánico se aplican de forma óptima y en cantidades y de modo tal que no perturben los procesos biológicos o interfieran en ellos.

La agricultura de conservación facilita buenas prácticas agronómicas, como la ejecución de operaciones a su debido tiempo, y mejora en general el cultivo de la tierra tanto en la producción de secano como en la de riego. Acompañada de otras buenas prácticas conocidas, como el uso de semillas de calidad, así como la gestión integrada de plagas, nutrientes, malezas y aguas y otros elementos, la agricultura de conservación constituye la base para la intensificación de la producción agrícola sostenible. La agricultura de conservación ofrece mayores posibilidades de integración de los sectores de producción, como la integración entre agricultura y ganadería y la integración de los árboles y pastos en los paisajes agrícolas.