Inversión en Una Salud
La pérdida de vidas, el sufrimiento y las enormes perturbaciones económicas y en las cadenas de suministro como resultado de la pandemia de la COVID-19 nos hacen recordar vívidamente la importancia de un enfoque de Una Salud. Invertir en un enfoque de este tipo, es decir, luchar por una salud óptima de las personas, los animales y el planeta, es vital para unos sistemas agroalimentarios prósperos y para la seguridad de la salud mundial.
El Asia Oriental y Sudoriental es el epicentro de enfermedades infecciosas emergentes de tipo zoonótico, es decir, enfermedades que pueden transmitirse de los animales a las personas y viceversa. Un equipo de la FAO y del Banco Mundial se unió a destacados expertos en fauna silvestre y expertos de Una Salud para realizar dos importantes estudios en la región a fin de comprender mejor las causas de ello. Un informe analiza los factores impulsores de las enfermedades zoonóticas y las enfermedades infecciosas emergentes en los sistemas alimentarios con origen animal de cara a la prevención de ambas. El segundo informe examina aspectos relacionados con la fauna silvestre de los sistemas de Una Salud para reducir los riesgos de pandemia en la misma fuente. Estos dos estudios complementarios abogan por un enfoque proactivo, coordinado y multidisciplinario que actúe en los sectores de la salud humana, la animal y la medioambiental.
Los informes observan el impacto socioeconómico de las enfermedades y epidemias zoonóticas en la región. Aportan información de referencia que explica por qué surgen enfermedades infecciosas emergentes con mayor frecuencia. Los factores de riesgo son, por ejemplo, un mayor contacto entre las personas y los animales; el aumento de la urbanización; la degradación del medio ambiente; malas prácticas de bioseguridad del ganado y de higiene alimentaria y comercio extensivo de animales domésticos y silvestres. Los informes evalúan las ventajas de un enfoque basado en el riesgo; la gestión de la salud animal y la fauna silvestre y, por último, la capacidad de controlar las enfermedades endémicas y de identificar y responder rápida y eficientemente a las amenazas que surjan.
Los informes, que se publicarán en 2022, toman como base los conocimientos y los datos mundiales más recientes para facilitar a gobiernos, instituciones financieras internacionales, el sector privado y otros asociados para el desarrollo recomendaciones de cara a prevenir la propagación de enfermedades zoonóticas y enfermedades infecciosas emergentes. Ofrecen orientación práctica sobre las mejoras en materia de políticas, el fortalecimiento institucional y las inversiones necesarias para proteger la producción agrícola, la salud animal y los ecosistemas, así como para mejorar la seguridad de la salud mundial. Estas son algunas de las recomendaciones: un mayor énfasis en mejorar los mecanismos y capacidades para entender y prevenir los riesgos de enfermedades y para ampliar la vigilancia y la detección temprana con tal de mejorar la preparación y la respuesta. La creciente demanda de alimentos inocuos por parte de los consumidores también puede ser un importante factor impulsor del cambio. Así mismo, una cooperación más estrecha entre los especialistas en fauna silvestre y el personal veterinario y de salud pública puede reportar muchas ventajas en todos los sectores.