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VI. Perspectiva de cambios en la estructura del suministro de madera


Introducción
Futuros cambios en la balanza mundial de madera hasta 1975


Introducción


Aumento de las necesidades para 1975
Perspectivas de la oferta de madera
Cambio en las industrias primarias usuarias de madera
Tendencias del comercio


En los capítulos precedentes se ha prestado consideración separada a cada uno de los diferentes elementos del aprovechamiento de la madera y de su producción en el mundo. El análisis se ha referido en gran parte al estudio concreto de lo que sucede en la actualidad y de lo ocurrido en los últimos tiempos, si bien enfocándolo en relación con las estimaciones de las necesidades mundiales de madera y sus productos previstas para 1975, y orientando la atención a la determinación de lo que, dadas la evolución reciente y estructura actual del sector, ofrece mayores probabilidades de arrojar alguna luz sobre las perspectivas para el futuro. En este capítulo final se concentrará la atención sobre algunos cambios que es fácil se produzcan en este ramo, y de sus repercusiones. Los cambios objeto de examen no serán tanto los del aumento o disminución de magnitud como los de las tendencias de la estructura de la oferta y la demanda de madera y sus productos, y las transformaciones que es probable acompañen a esas tendencias en lo referente a estructura, política y tecnología.

Pero este hincapié en los puntos que probablemente resultarán afectados por el cambio no debe oscurecer el hecho de que lo que principalmente suceda en los años venideros tendrá carácter de continuación de estructuras y prácticas arraigadas en el pasado. La mayoría de las inversiones adicionales que se hagan en este sector tendrán la indicada orientación. Pero estos aspectos han sido bien expuestos en cuadros, en otro lugar, sobre una base nacional, regional o por sectores,1 con mucho más detalle de lo que permitiría una evaluación como la actual, que tiene carácter de resumen. Lo que aquí se ha intentado ha sido añadir otro elemento de análisis sólo posible a escala global, es decir, considerar todos los cambios regionales y sectoriales en conjunto para tratar de pronosticar, en el contexto del mundo como un todo, lo que puedan ser sus repercusiones recíprocas.

1 Véase el Apéndice.

Será conveniente formar el capítulo en torno al tipo de producción y consumo previstos para 1975, teniendo en cuenta que, si se hace así, es sólo para mayor comodidad. El año 1975 se halla bastante distante para permitir una amplia evaluación objetiva de los cambios que es probable se produzcan y de las consecuencias que entrañen y, sin embargo, está también bastante inmediato para poder hacer con alguna seguridad estimaciones anticipadas, basadas en el análisis de la experiencia de los últimos tiempos. Aparte de esto, el año 1975 no tiene ninguna significación especial; cualquiera otro hubiera podido servir para el mismo fin. Por lo tanto, aunque el punto focal de cuanto sigue sea la situación que se espera para 1975, la exposición abarcará una perspectiva más amplia.

El cuerpo del capítulo lo ocupará el examen de las tendencias geográficas que se espera surjan en la balanza de la madera. Pero, en primer lugar, será útil reunir y examinar brevemente los principales rasgos característicos del sector, a la luz de los capítulos anteriores.

Aumento de las necesidades para 1975

En el Capítulo II se ha calculado que si las poblaciones, rentas, gustos, técnicas y precios cambian de la forma que se supone, el mundo necesitará en 1975 unos 1.500 millones de m3 de madera al año para fines industriales, alrededor de 450 millones de m3 más de lo empleado en 1961. Además, es probable que las necesidades mundiales de leña sean poco más o menos de 1.200 millones de m3. Si los cambios en los factores subyacentes de población, etc., son mayores o menores de lo previsto, o si la relación entre el consumo de madera y sus productos y estos factores se altera, es fácil que cambien algo el nivel y la estructura del consumo en 1975. Pero hay grandes probabilidades de que la magnitud, estructura y tendencias generales sean, grosso modo, las que se indican aquí. Las características principales pueden resumirse del siguiente modo:

1. Aunque continúen utilizándose cantidades enormes de madera en rollo o como leña, principalmente en los países menos desarrollados, la mayor parte del aumento de las necesidades, en escala global, se producirá en las formas elaboradas de la madera.

2. Aunque el consumo de estos productos elaborados de la madera tienda a aumentar más de prisa, en relación con el incremento de la renta, en los países menos desarrollados, la mayor parte de las necesidades adicionales se sentirán en los países desarrollados, ya que su nivel inicial de uso era mucho más alto. Se calcula que un 24 por ciento de las necesidades anuales adicionales de madera industrial surgirán en Europa, el 20 por ciento en América del Norte, el 14 por ciento en la U.R.S.S. y el 12 por ciento en el Japón.

3. Es probable que el resto de Asia, Africa (menos Africa meridional) y América Latina, juntos, ab sorban sólo el 30 por ciento del total del incremento mundial. Sin embargo, las cantidades que entraña un aumento de esta magnitud significarían que el total del consumo anual de madera aserrada de estos países se duplicaría entre 1961 y 1975, y que su consumo de papel, cartón y paneles a base de madera se triplicaría. En consideración a los niveles actuales de utilización y al esfuerzo de abastecimiento necesario para atender el aumento de las exigencias, es probable que la expansión que se espera en los países en desarrollo sea también muy importante.

4. En todo el mundo, y particularmente en los países de uso y renta elevados, el consumo de paneles a base de madera y de papel y cartón aumenta mucho más de prisa que el de madera aserrada (o en rollo). La mayor parte de la madera bruta que se utiliza en el mundo es todavía de grandes dimensiones y buena forma, como exigen el aserrío o el desenrollo, y, en el caso de los rollos para chapas, la demanda de maderas con estas características continuará aumentando rápidamente. Pero, por lo que se refiere a una proporción creciente, de hecho la mayor, de las cantidades adicionales que se necesitarán en el futuro, es probable que la cantidad y costo de la madera y la fibra leñosa sean más importantes que la dimensión o la forma.

5. El crecimiento dinámico de la demanda de formas reconstituidas de madera, es decir, de productos derivados de la pasta y paneles, está alterando todo el ritmo de aumento de la utilización de aquélla en las regiones donde esos productos absorben actualmente una gran proporción de toda la madera que se consume. En Europa y América del Norte, el alza importante del consumo general de madera que se espera para el período hasta 1975, y después, ofrecerá un brusco contraste con la moderación de los cambios que se produjeron, durante la primera mitad del siglo.

Perspectivas de la oferta de madera

Este ritmo más rápido de crecimiento dé la demanda en las regiones consumidoras principales y las desviaciones en la estructura del consumo constituyen dos de los elementos importantes de cambio con que se enfrenta el sector de la oferta en el futuro. Toda evaluación de las perspectivas y problemas de este sector debe ser, en gran parte, necesariamente subjetiva, ya que uno de sus rasgos característicos lo constituye la escasez de datos acerca del potencial de muchos montes del mundo. Pero el análisis que se hace en el Capítulo III permite descubrir algunos rasgos destacados:

1. La zona templada septentrional, que engloba a casi todos los países de elevado consumo y a la mayoría de las industrias usuarias de la madera del mundo, y que en 1961 absorbió el 85 por ciento de toda la madera industrial producida mundialmente, contiene todavía recursos forestales, principalmente de coníferas, capaces de proporcionar una producción anual de madera mucho mayor. Pero esta capacidad potencial dista mucho de estar distribuida con uniformidad a través de la zona. Es casi seguro que Europa, el sur y oeste de la U.R.S.S. y el Japón tropiecen, antes de 1975, con límites en el ritmo a que puede disponerse, en condiciones económicas, de una mayor cantidad de madera de sus montes. En estas zonas, es probable que aumente el costo marginal de extender o intensificar el aprovechamiento maderero y que una gran proporción del volumen muy considerable que podría hacerse asequible sea en dimensiones pequeñas y especies frondosas de mediana o mala calidad. En cambio, en el norte y el este de la U.R.S.S. y en América del Norte hay todavía sin explotar, o pueden someterse a aprovechamiento más intensivo, vastas extensiones adicionales de monte de coníferas. En el período hasta 1975, es probable que la escasa accesibilidad de los montes de la U.R.S.S. continúe limitando su producción. En este período, es probable que América del Norte sea la región capaz de elevar su producción anual en cantidades máximas sin una elevación apreciable de los costos y precios efectivos.

2. Los montes de los trópicos contienen una gran parte de las reservas mundiales de madera, incluyendo quizá casi toda la madera de frondosas de gran calidad y grandes dimensiones que todavía quedan. Pero se sabe muy poco acerca de su extensión actual o de su posible potencial de producción eventual. Hasta ahora no se ha comenzado a abrir estos montes a la explotación y sólo se ha aprovechado un número muy limitado de las muchas especies que contienen. Entre tanto, siguen sufriendo una destrucción y una degradación general y sin control provocada por la inmisión indiscriminada de actividades agrícolas y de otra naturaleza, por lo que su extensión está disminuyendo rápida y manifiestamente.

3. En todo el mundo, las masas artificiales están ya repercutiendo cada vez más en el suministro de madera, suplementando o complementando a las masas naturales; sustituyéndolas cuando su rendimiento es bajo, y creando recursos de madera donde antes no existían. En particular, las especies y estirpes de crecimiento rápido, y técnicas como la del cultivo acelerado, están dando resultados muy favorables en cuanto a rendimiento, turnos y costos de la madera entregada en fábrica. Algunas de las estaciones más adecuadas para estas plantaciones de elevado rendimiento se encuentran en partes del mundo que en la actualidad se hallan pobremente dotadas o carecen de montes productivos. Una parte importante del desarrollo de las actividades de plantación se halla, por consiguiente, en zonas que anteriormente no han sido productoras en gran escala de maderas industriales.

Cambio en las industrias primarias usuarias de madera

Como se ha indicado en párrafos anteriores, virtualmente, la totalidad del aumento global de las necesidades mundiales de madera será en forma de productos elaborados industrialmente. Como se mostró en el Capítulo IV, es probable que la capacidad de las industrias primarias usuarias de madera para ampliarse y competir se vea afectada por los cambios siguientes de su situación económica y tecnológica:

1. En muchas partes del mundo, y en particular en las zonas del hemisferio norte donde se halla situada actualmente casi toda la industria forestal, las empresas se enfrentan con una elevación efectiva o probable del costo de la madera bruta entregada en fábrica, debido a: creciente competencia para procurarse la madera accesible a la industria actual; fallos en mantener el rendimiento de las operaciones de recolección y transporte de la madera, que son las que ocasionan la mayor parte del costo del producto entregado, a la altura de los salarios en aumento; la mayor distancia media de acarreo, que implica la tendencia casi general en la mayoría de las ramas de la industria forestal a un mayor tamaño de las fábricas. Como la materia prima representa una proporción importante del costo de todas las industrias usuarias de la madera, y en algunas de ellas la mayor, este aspecto ejerce una influencia muy importante en la capacidad de las industrias para competir y ampliarse.

2. Esta tendencia a la elevación de los precios de la madera se contrarresta por algunos adelantos que afectan a la oferta y utilización de la madera bruta. En primer lugar, gracias al progreso tecnológico, están mejorando los rendimientos obtenidos por unidad de madera bruta. Quizás revistan más importancia los adelantos que permiten aumentar la flexibilidad en los requisitos de las industrias en cuanto a materia prima. En particular, las industrias de la pasta de madera y de los tableros están rápidamente empezando a utilizar mucha más madera de frondosas y de residuos de corta y de otras industrias. La industria del contrachapado y de la chapa utiliza también una variedad más amplia de especies y de tamaños de troza. Este hecho, entre otras cosas, ha mejorado el potencial de desarrollo de las industrias en sus principales emplazamientos actuales de la zona templada norte, aumentando su capacidad de surtirse con mayor intensidad en los montes mixtos de dicha zona. Además, el progreso de las técnicas de corta y transporte de la madera permite a la industria trasladarse a regiones donde todavía hay abundantes recursos de madera pero que, hasta ahora, se hallaban demasiado distantes de los mercados para que su explotación fuera económica, hecho éste que favorece la expansión en zonas, como el Canadá occidental, donde todavía quedan grandes reservas. Finalmente, en el sector de la materia prima, la industria está recurriendo cada vez más para un suministro de bajo costo a las plantaciones de especies de crecimiento rápido y de rendimiento elevado mencionadas anteriormente.

3. En todas las ramas de la industria forestal se trata de mejorar la productividad mediante el aumento del tamaño de la fabrica para obtener las economías que entraña la producción en gran escala. A medida que aumenta el tamaño de las fábricas, se produce también una fuerte tendencia hacia la integración vertical de las diferentes fases de producción, con objeto de asegurar los mercados y el abastecimiento de materia prima, en particular en la industria de la pasta y el papel (en las que la integración vertical permite también economías en el costo de su propia producción). La integración o asociación horizontal se está también desarrollando en creciente escala entre los diferentes tipos de industrias de elaboración de la madera para poder beneficiarse del carácter complementario de las necesidades de materia prima (incluyendo la oferta y la colocación comerciales de los residuos de madera), repartirse los gastos generales del suministro de madera y diversificar la gama de productos que se ofrecen. En los principales países de producción forestal se va haciendo más difícil para las pequeñas unidades, especialmente en la industria del aserrío, trabajar aisladamente en condiciones económicas, y la creación de la nueva capacidad de producción se hace cada vez más sobre la base de productos múltiples combinando unidades de dos o más industrias usuarias de la madera.

4. En el grupo de las industrias de transformación primaria, las de la pasta y los paneles suelen ser, en general, más flexibles en cuanto a sus exigencias en materia prima que la industria del aserrío, y disponen de mayor campo para el progreso tecnológico y una mayor escala de operación. Por consiguiente, estas empresas se encuentran comúnmente en mejores condiciones que la del aserrío para competir en busca de la materia prima que necesitan. La industria del aserrío se halla además obstaculizada por la desviación del interés del mercado, a medida que los salarios se elevan, hacia materiales cuya aplicación resulta menos costosa, desviación que favorece, entre otras cosas, a los paneles a base de madera, al papel y al cartón. Bajo la presión de esta competencia, tanto respecto a la materia prima como a los usos finales comerciales, la industria del aserrío en las zonas de costos elevados y de uso intensivo ha ido perdiendo terreno en favor de otras industrias usuarias de la madera y de productos no derivados de ésta. (Pero no es éste necesariamente el caso en muchas partes del mundo caracterizadas por costos bajos y mercados pequeños; en estas condiciones, la industria del aserrío puede ser viable, competitiva e incluso todavía capaz de expansión.)

Tendencias del comercio

El comercio mundial se enriquece con cantidades firmemente crecientes de madera y sus productos. Este aumento de volumen va acompañado de dos novedades principales relativas a la naturaleza y estructura del comercio:

1. Casi todo el comercio mundial de la madera se circunscribe a un pequeño número de productos a base de conífera - madera blanda aserrada, pasta química de madera, papel para periódicos y de otras clases y cartón, por este orden de importancia - y la mayor parte de este comercio tiene lugar entre países desarrollados. El hecho de que éste sea principalmente en forma de maderas semielaboradas o elaboradas en lugar de en trozas brutas, refleja en gran parte las ventajas que, en el terreno de la competencia, disfrutan los fabricantes en gran escala de estos productos, situados en los países septentrionales ricos en coníferas. En general, hay una tendencia creciente a servir estos productos de calidad masiva por los conductos comerciales, en reconocimiento de la ventaja de que gozan estos productores en cuanto al costo.

2. En cambio, el comercio mundial de frondosas, que aumenta rápidamente, se realiza principalmente en forma de trozas, que se elaboran en los países importadores, no obstante la pesada carga de los gastos del transporte sobre los costos finales de la madera que esto acarrea. Este resultado obedece, en gran medida, a que, en la mayoría de los países tropicales de los que proceden estas maderas, los medios de elaboración y demás servicios se hallan todavía en una fase inicial de desarrollo y no pueden hacerse cargo de todo el volumen que se les presenta. Pero se debe también, en parte, a la estructura de las tarifas y a las políticas de inversión que en muchos de los países importadores favorecen a las industrias a expensas de las importaciones de los productos elaborados de frondosas.

Futuros cambios en la balanza mundial de madera hasta 1975


Europa noroccidental
Estados unidos
Japón
Otras zonas importadoras
Perspectivas en zonas excedentarias de madera
Consecuencias para el futuro


Surge ahora la cuestión de determinar qué cambios geográficos de la estructura del suministro de la madera y sus productos es probable que surjan de las diversas tendencias y hechos examinados anteriormente. En la presente sección se tratará por tanto de determinar las cantidades relativas al año 1975, analizar las repercusiones que surjan y, de modo más provisional, considerar la orientación de tales tendencias respecto a un futuro más lejano.

La base de esta evaluación está constituida por las estimaciones de las necesidades para 1975, expuestas en el Capítulo II. No hay serie alguna de estimaciones de la producción futura de madera en el ámbito mundial comparable a las de las necesidades. Pero se sabe lo bastante acerca de las posibilidades de producción de las principales zonas consumidoras para poder determinar, en líneas generales, qué proporción de las necesidades adicionales es probable que pueda satisfacerse con los recursos nacionales, y la que podría atenderse más económicamente con los de otras partes del mundo. Se tratará, por tanto, de determinar qué cantidad de suministros adicionales es necesario que entre en el comercio mundial en 1975.

El Cuadro VI-1 expone, en términos de estimaciones aproximadas de las cantidades totales necesarias de madera como materia prima, el aumento de las necesidades de cada zona del mundo y el que se espera en la producción de las que, cuantitativamente, son más importantes. Se verá que tres zonas, cada una de las cuales es ya un fuerte importador neto de madera y sus productos, necesitarán al parecer aumentar considerablemente sus importaciones para 1975. Estas zonas son: Europa noroccidental, cuyas necesidades anuales de importación neta pasan de 60 millones de m3; los Estados Unidos, donde éstas aumentan en unos 10 millones de m3; y el Japón, en el que las mismas se elevan hasta 20 millones de m3. Es probable que se produzcan otros aumentos importantes si bien menores, en las necesidades de importación de la zona mediterránea, Asia meridional y quizá de América del Sur sudoriental. Habrá también muchas otras partes del mundo que, aunque en conjunto se basten a sí mismas e incluso sean exportadoras netas de madera, tendrán necesidad de importaciones mayores de determinados productos derivados de la madera. Finalmente, está China continental. Los indicios actuales revelan que China continuará, como al presente, limitando su aprovechamiento de la madera a lo que pueda producir en el ámbito nacional. Pero la producción maderera del país en 1975 ha de ser tan insuficiente para lo que podría utilizar que, si se hallara en situación de importar madera, bien pudiera suceder que quisiera hacerlo en enorme escala.

Europa noroccidental

Europa noroccidental es, con mucho, el importador más fuerte del mundo de productos de la madera. El Cuadro VI-2 muestra el aumento que se espera en las necesidades, especificadas por productos. Las importaciones procedentes de otras partes de Europa han dominado la estructura del suministro actual y pasado en esta zona, pero el Cuadro VI-1 indica que las exportaciones de Europa septentrional, su principal proveedor, se espera que no podrán elevarse, dadas las crecientes limitaciones de materia prima que a su vez afronta, a más de 12 millones de m3, lo que, aunque sea realmente un gran incremento, queda muy por debajo de lo que haría falta en Europa noroccidental. Como es probable que las posibilidades de exportación de los países europeos menos importantes como exportadores se vean cada vez más restringidas dado el aumento de las necesidades internas, el cambio principal que experimentará la estructura de la oferta de Europa noroccidental, e incluso de toda Europa, será probablemente un rápido crecimiento de las importaciones netas de otras partes del mundo.

Para determinar la forma y magnitud que es probable adopten estas importaciones netas, lo primero que hay que hacer es estudiar la naturaleza de los aumentos de producción que ya se prevén y el alcance y limitaciones de toda nueva mejora de la producción. Como las zonas excedentarias y deficitarias de la región se hallan tan estrechamente vinculadas por el comercio intrarregional, convendría realizar este examen globalmente para toda Europa.

CUADRO VI-1. - Cambios previstos en la balanza mundial de la madera industrial, 1961 a 1975
(En millones de metros cúbicos de madera rolliza y equivalente do madera como materia prima)



Consumo1

Producción2

Excedente (+) o déficit (-)

1961

1975

1961

1975

1961

1975

EUROPA

Europa septentrional

33,3

39

85,2

(90,4)

99

(108)

+ 57,1

+ 69

CEE

103,4

160

54,1

(59,2)

64

(70)

- 44,2

- 90

Reino Unido e Irlanda

40,2

60

3,0

(3,2)

5

(5)

- 37,0

- 55

Europa central

16,9

24

21,0

(22,5)

29

(32)

+ 5,6

+ 8

Europa meridional

11,7

21

9,3

(9,4)

17

(18)

- 2,3

- 3

Europa oriental

53,9

72

51,7

(53,6)

28

(64)

- 0,3

- 8

Total

259,4

376

224,3

(238,3)

272

(297)

- 21,1

- 79

U.R.S.S.

243,2

305

256,8

(259,0)

3


+ 15,8


AMÉRICA DEL NORTE

Canadá

32,5

44

89,0


4


+ 56,5


Estados Unidos5

288,0

376

250,3


326


-37,7

- 50

Total

6320,5

6420

339,3




+ 18,8


AMÉRICA LATINA

México

4,3

10

3,9




- 0,4


América Central

2,7

5

3,3




+ 0,6


Región del Caribe

2,0

5

1,7




- 0,3


América del Sur septentrional

5,4

11

5,1




- 0,3


América del Sur meridional

4,5

6

4,2




- 0,3


Brasil

15,7

30

17,6




+ 1,9


América del Sur sudoriental

5,3

9

2,7




- 2,6


Total

39,9

76

38,5




- 1,4


AFRICA

Occidental

7,5

11

12,9




+ 5,4


Oriental

8,0

11

7,6




- 0,4


Septentrional

3,6

6

0,4




- 3,2


Meridional

5,9

5

4,7


12


- 1,2

+ 7

Total

25,0

36

25,6




+ 0,6


CERCANO ORIENTE

Cuenca mediterránea

2,0

3

0,1




- 1,9


Asia sudoccidental

6,9

10

6,1




- 0,8


Península Arábiga

0,6

1

0,2




- 0,4


Total

9,5

14

6,4




- 3,1


LEJANO ORIENTE

Asia sudoriental continental

8,8

14

10,1




+ 1,3


Asia sudoriental insular

15,5

25

22,0




+ 7,0


Asia meridional

11,6

20

10,1




- 1,5


Japón

63,0

112

48,4

(52,6)

72

(82)

- 10,4

- 30

Asia oriental (menos el Japón)

6,1

9

3,1




- 3,0


Total

104,5

180

93,7




- 6,6


REGIÓN DEL PACÍFICO

18,1

26

15,4

(16,1)

21

(22)

- 2,0

- 4

CHINA CONTINENTAL

34,0

62

34,0




-


TOTAL MUNDIAL

1054,1

1495

1034,0

(1055,1)





1 Consumo de productos de la madera elaborados y de otras maderas industriales en rollo, expresado en cantidades equivalentes de madera bruta. Para una explicación ulterior de la derivación de estas cifras véase el Apéndice.
2 Extracciones de madera industrial, con el total del suministro interno de madera (extracciones de madera rolliza más los residuos de madera aprovechables), donde ha sido posible, indicado entre paréntesis.
3 Según los datos recibidos, la posibilidad anual de 1963 fue casi de 605 millones de m3. Se estima que la extracción total (incluida la de leña) en 1970 será de unos 390 millones de m3.
4 La posibilidad anual de zonas que ya son económicamente accesibles, partiendo de la base de turnos mixtos de madera para pasta y de madera serradiza, es de 210 millones de m3 de madera industrial. Si los precios se elevasen en un 10 por ciento, podría considerarse una posibilidad anual adicional de 26 millones de m3 de tierras forestales hoy día marginales. Si las zonas económicamente accesibles actualmente se ordenasen en turnos más cortos de madera para pasta, quizá pudiera elevarse la posibilidad anual en unos 315 millones de m3.
5 La balanza se basa en datos tomados de Timber trends in the United States. La cifra de producción de madera industrial en 1961, contenida en el estudio de los Estados Unidos y consignada aquí, difiere ligeramente de la correspondiente comunicada a la FAO que se reproduce en el Cuadro III-B del Anexo, a causa de diferencias en la metodología utilizada para su derivación y diferencias en el alcance.
6 Excluye la equivalencia en rollo de los residuos de madera consumidos.

CUADRO VI-2. - Cambios previstos en la balanza de la madera industrial en Europa noroccidental, 1961 a 1975
(En millones de metros cúbicos de madera rolliza y equivalente de madera como materia prima)

 

Consumo

Producción1

Excedente (+) o déficit (-)

Observaciones sobre el aumento de las importaciones netas

1961

1975

1961

1975

1961

1975

Trozas de aserrío

711/2

83


37




401/2




- 401/2

- 561/2

Principalmente madera aserrada de coníferas de la U.R.S.S. y Canadá

Rollos para chapas

6

14

Principalmente contrachapados y chapas de trozas tropicales de Africa occidental

Madera para pasta

531/2

115

81/2

(14)


281/2


(341/2)


- 41


-881/2

Principalmente papel para periódicos de Europa septentrional y pasta de madera y papel kraft de América del Norte

Otras clases de madera rolliza

13

8

111/2


TOTAL DE MADERA INDUSTRIAL

144

220

57

(621/2)

69

(75)

- 811/2

- 145


FUENTE: Basado en European timber trends and prospects: a new appraisal 1950-1975.
1 Extracciones de madera Industrial con el total del suministro interno de madera extracciones de madera rolliza más residuos de madera aprovechables) entre paréntesis.

En realidad, como hemos visto anteriormente al tratar en el Capítulo III de los recursos forestales de la región y de sus posibilidades ulteriores, son ya pocas las masas adicionales de coníferas maduras o decadentes de que dispone Europa que para la obtención de trozas de buen tamaño para aserrío puedan todavía someterse a un aprovechamiento industrial intensivo, ni tampoco cuenta con mucha más madera de coníferas de las dimensiones apropiadas para la fabricación de pasta; tiene existencias suficientes de frondosas de buen tamaño para aserrío, pero pocas de buena calidad; y dispone de suministros abundantes de madera de frondosas de pequeñas dimensiones.

En el estudio regional sobre Europa2 se ha estimado probable que el aumento de 68 millones de m3 que se espera en las extracciones anuales de madera en rollo para usos industriales entre 1960 y 1975 se distribuya, poco más o menos, del siguiente modo:

2 Naciones Unidas/FAO. European timber trends and prospects: a new appraisal, 1950-1975. Nueva York, 1964.



Coníferas

Frondosas

Total

Millones de m3

Dimensiones grandes

8

15

23

Dimensiones pequeñas

12

23

35

TOTAL

20

38

58

Por consiguiente, es muy probable que toda intensificación ulterior de la producción nacional recaiga principalmente en los recursos de madera de pequeñas dimensiones y baja calidad, muchos de los cuales no son fácilmente accesibles ni recolectables. Sólo en el casó de que los precios de la madera para pasta subieran considerablemente habría posibilidad de abrir tales recursos a la explotación en gran escala. Pero los precios europeos de la madera para pasta ya son sustancialmente más altos que los de América del Norte y algunas otras partes del mundo. Aunque la ventaja en los gastos de mano de obra y distribución al mercado se hallan en favor de los productores europeos, el saldo del costo global es tal que, en general, estos últimos no podrían absorber incrementos considerables en los costos de la madera y mantenerse en situación competitiva, a menos que se levantasen barreras arancelarias que les ofrecieran una protección suficiente. Como es sumamente improbable que así ocurra, Europa se convertirá en un importante importador neto de madera para pasta o de pasta y papel.

Es difícil decir más. Los rápidos progresos conseguidos en cuanto a una mayor utilización de la madera de frondosas en la fabricación de pasta y de tableros provocarán indudablemente la explotación para la conversión en pasta de una cantidad de estas maderas, en sustitución de las de coníferas mayor de la que se previa al trazar, a principios del decenio, las políticas y planes en que se basaron las proyecciones de producción recogidas en los cuadros VI-1 y VI-2. Además, es probable que la fuerte posición competitiva de las industrias de la pasta y los paneles suscite una ulterior desviación hacia estas industrias de la leña de coníferas y de la madera en rollo de buen tamaño de troza para aserrío. En resumen, pudiera ser que las necesidades adicionales de importación anual de Europa en 1975, en exceso de las importaciones netas de 1961, fueran poco más o menos, las siguientes (en términos de volumen equivalente de madera rolliza):


Millones de m3 ®

Madera de coníferas para pasta, pasta o papel

20-30

Trozas, madera aserrada, tablero contrachapado o chapa de frondosas.

8-10

Trozas serradizas o madera aserrada de coníferas

10-15

Pero más importante que el volumen exacto de las necesidades de madera de otras regiones en 1975 es que todas las apariencias indican que tales necesidades aumentarán en el curso de los años. A la larga, Europa seguirá en condiciones de poder ampliar firmemente su producción de madera, emprendiendo programas intensivos de mejoramiento de sus bosques, la repoblación de grandes extensiones de tierra que se sustraigan a la producción agrícola como consecuencia del progreso de la productividad agrícola en Europa, y el empleo de especies de crecimiento rápido. Pero no cabe esperar que estas medidas eleven la producción maderera de Europa al ritmo que crecen las necesidades de la región. Además, dada la existencia en otras partes del mundo de reservas de madera que todavía no se han puesto en explotación, de tierras forestales más productivas que la mayoría de las de Europa, y de estaciones donde la madera de plantación se podría producir con menos costos, es probable que haya un límite en la cuantía del capital invertido para crear nuevos recursos de madera en Europa que podría tener una justificación económica. (Esta cuestión volverá a tratarse más adelante en el capítulo.)

Por consiguiente, es importante examinar las consecuencias que tendría para Europa el depender permanente y crecientemente de las importaciones para obtener cierta proporción de sus suministros ¿Cuáles son los productos que sería preferible importar en vez de producirlos en el país? ¿Qué consecuencias tendría probablemente esto para los productores europeos?

Una idea de lo que es probable suceda puede deducirse de los cambios que ya tienen lugar. En el sector de la pasta y el papel, se están verificando cambios en la estructura de la industria de la región que reflejan la creciente dependencia de los países consumidores de Europa noroccidental de las importaciones de aquellas calidades masivas de papel y cartón, respecto a las cuales los grandes productores que operan en forma integrada y que se hallan próximos a la fuente de materia prima tienen una decidida ventaja como competidores. Es probable que sus importaciones adopten principalmente y en creciente medida, la forma de papel para periódicos, papel kraft para cartones y pasta química necesaria para papeles especiales y las calidades basadas en papel de desperdicio y fibras cortas que continuarán fabricándose en los países importadores. En el pasado, Europa septentrional ha sido el principal abastecedor de pasta química, pero los productores de esta región operan ahora integradamente para utilizar sus recursos convertibles en pasta en la producción de papel y cartón, que permite valores más altos por unidad de materia prima, sobre todo de papel para periódicos y de papel kraft para cartones. Por tanto, es probable que Europa septentrional aumente mucho su oferta de estas calidades y de otras de papel y cartón al resto de Europa. Pero también es probable que América del Norte continúe en buenas condiciones para abastecer a Europa de papel para periódicos y de papel kraft para cartones a precios muy competitivos, pudiendo esperarse que muchas de los suministros extraeuropeos de pasta y papel vengan de allende el Atlántico, bajo la forma de estos productos.

Mucha de la pasta química de madera adicional tendrá también que proceder de América del Norte, y tal vez cierta proporción de la U.R.S.S. y otros productores más pequeños, como Sudáfrica.

Es también probable que el cambio de dirección de la estructura de la industria forestal en el ámbito del norte de Europa limite el aumento de la producción de madera blanda aserrada de la zona, de tal modo que es de esperar que la U.R.S.S. y el Canadá continúen aumentando sus exportaciones de este producto a Europa noroccidental y a los mercados de las demás partes de la región.

La tercera categoría principal de madera que Europa necesitará, como complemento de su producción interna, será la de trozas de frondosas para chapa y, en menor cantidad, de trozas de frondosas de calidad para aserrío. Habrá indudablemente un aumento continuado del aprovechamiento de trozas de dimensiones más pequeñas y de calidades más bajas producidas en la región que se utilizarán en la fabricación de ciertas calidades utilitarias de tablero contrachapado, pero es seguro que casi todo el incremento de las necesidades corresponderá, como en los últimos tiempos, a las propiedades y aspectos que sólo se encuentran en cantidad suficiente en los bosques tropicales de frondosas. Pero este aumento será realmente muy grande, desde unos 6 millones de m3 en 1961 a 15 millones de m3, aproximadamente, en 1975. En la actualidad, los suministros de frondosas tropicales se importan predominantemente en forma de trozas, de Africa occidental. Como los gastos de transporte gravan tan pesadamente los costos totales incluso de estas trozas, es improbable que otras regiones más distantes, como Asia sudoriental y América Latina, puedan suministrar grandes cantidades de madera rolliza a un costo competitivo. Esto plantea la cuestión de si los países abastecedores de Africa occidental pueden o no aumentar sus exportaciones en un margen tan amplio sin incurrir en una elevación inaceptable del costo, cuestión sobre la que se volverá con algún detalle, más adelante, en este capítulo.

Estados unidos

En el Cuadro VI-3 figura la estimación del aumento de las necesidades y del suministro interno de madera y sus productos en los Estados Unidos, desglosada por productos. El déficit actual de madera y el que se pronostica para el futuro, aunque grande, es, salvo en el caso de las trozas de frondosas para chapas, no tanto la consecuencia de lo limitado de las provisiones internas de madera en los Estados Unidos como el reconocimiento de la posición competidora del Canadá como abastecedor de ciertas categorías masivas, especialmente de maderas blandas aserradas y de papel para periódicos. Los Estados Unidos se hallan bien dotados de bosques y disponen de capacidad para aumentar su producción a un ritmo igual al del crecimiento de sus necesidades, que se cree continuarán aumentando hasta bastante después de 1975. El país, en realidad, contiene dentro de sus fronteras zonas, especialmente la del Pacífico noroeste y la de pinares del sudeste, que son abastecedoras del mercado mundial en condiciones muy competitivas.

Incluso es muy probable que los Estados Unidos se conviertan en el principal proveedor de Europa de papel kraft para cartón y de pasta química, productos ambos de calidad masiva que desde los últimos años viene exportando en cantidades cada vez mayores.

CUADRO VI 3. - Cambios previstos en balanza de ea madera industrial en los Estados Unidos, 1961 a 1975
(En millones de metros cúbicos de madera rolliza o su equivalente)



Consumo

Producción

Excedente (+) o déficit (-)

Observaciones sobre el aumento de las importaciones netas

1961

1975

1961

1975

1961

1975

Trozas de aserrío

160

186

144½

162

- 15½

- 24

Principalmente madera aserrada de coníferas de Canadá

Rollos para chapas

23½

44

22

40

- 1½

- 4

Principalmente contrachapados y chapas de trozas de frondosas tropicales de Asia sudoriental

Madera para pasta

92

133

71½

111

- 20½

- 21

Principalmente periódicos, pasta química y madera para pasta de Canadá

Otras clases de madera rolliza

12½

13

12½

13

-

-



TOTAL DE MADERA INDUSTRIAL

288

376

250½

326

- 37½

- 49

FUENTE: Basado en Timber trends in the United States.

Aunque en el noroeste del país quedan todavía reservas considerables de coníferas para la extracción de trozas de aserrío, y en otras partes, sobre todo en el sureste, las masas se están regenerando abundantemente, cada vez resulta más cara la corta y extracción de estas maderas. Por tanto, cabe pronosticar que una proporción de las necesidades de madera aserrada de coníferas, necesidades que aumentan lentamente, se satisfagan con las importaciones procedentes del Canadá.

En el sector de la pasta y el papel, en cambio, los Estados Unidos han producido una proporción creciente del papel para periódicos que necesitan y se espera que esta tendencia continúe. Como lo probable es que el consumo de papel para periódicos no aumente sino lentamente, no es fácil que las importaciones actuales del Canadá aumenten mucho, si es que aumentan. Por el contrario, es probable que haya un flujo creciente de pasta de madera a través de la frontera, a medida que los productores estadounidenses y canadienses extiendan la oleada actual de integración, en ambas direcciones, a través de la frontera, para combinar la capacidad canadiense de producción de pasta con los medios de producción, conversión y comercialización de papel con que los Estados Unidos cuentan. Otra corriente que podría aumentar es la de madera para pasta en forma de astillas.

La otra categoría principal de madera que los Estados Unidos necesitarán es la que se emplea en la fabricación de chapas y contrachapados de especies frondosas. Como en el caso de Europa, los recursos del país en cuanto a los tamaños necesarios, o que ofrezcan las propiedades estéticas o de elaboración que se buscan, son insuficientes. Al parecer, se espera que la regeneración de las masas de frondosas en el país proporcione un creciente suministro de trozas de calidad para chapa, pero casi todo este producto tendrá que importarse de los trópicos, como ha ocurrido en los últimos 10 a 15 años. Se prevé que para 1975 las importaciones netas de contrachapados, chapas y madera aserrada de frondosas asciendan en los Estados Unidos a unos 5,5 millones de m3, lo que duplica con creces las importaciones de 1960-62. Hoy día, a diferencia de lo que ocurre en el comercio con Europa y el Japón, prácticamente todas las importaciones son más bien de contrachapados y chapas que de trozas, a pesar del considerable gravamen arancelario que pesa sobre estos productos acabados. La causa ha sido, en parte, las comunicaciones costosas y relativamente escasas que existen entre los países productores de trozas y los Estados Unidos, y en parte, el que la industria de elaboración del país ni estaba estructurada para servirse del material de trozas importado ni podía compensar con un rendimiento más elevado el bajo costo y la eficacia técnica de las industrias del Japón y de Asia oriental y, más recientemente, de Filipinas. Hay muchas razones para creer que el desarrollo ulterior de este comercio ha de proseguir en forma de madera elaborada. Pero de nuevo habrá que considerar, más adelante en este capítulo, si existen o no probabilidades de que los países productores puedan aumentar en un margen tan grande los suministros al Japón y a otros mercados que circundan el Pacífico, así como a los Estados Unidos.

En resumen, el probable incremento general de las necesidades anuales de importación neta en los Estados Unidos3 entre 1961 y 1975 podría ser del orden siguiente (en volumen equivalente de madera rolliza):


Millones de m3 ®

Madera blanda aserrada3

8-9

Contrachapados y chapas de frondosas

2-3

Madera para pasta, pasta y papel3

hasta 1

3 Debe observarse que estas cifras son de comercio neto. Como se espera que los Estados Unidos se conviertan en un exportador importante de pasta y papel, y quizás de trozas o madera aserrada de coníferas, es probable que las importaciones brutas de estas categorías de madera se eleven en un margen mucho mayor.

Japón

El Cuadro VI-4 expone el aumento que se espera experimenten las necesidades y los suministros anuales nacionales del Japón entre 1961 y 1975. En el período hasta 1975, se espera que su déficit, en rápido aumento, se acreciente aún más, a pesar del esfuerzo concertado para elevar, racionalizar y mejorar la eficacia de la producción interna en todas sus fases. Es fundamental para ello el programa de plantación en gran escala destinado a la conversión de las masas naturales decadentes y del monte bajo en masas de coníferas de gran rendimiento. En segundo lugar, los recursos existentes se están aprovechando más plenamente, es decir, con un uso industrial más intensivo de las especies frondosas y de los residuos de madera y una disminución de la utilización de la madera como leña. En tercer lugar, se está mejorando la estructura de la industria.

Para 1975, es probable que el déficit de madera rolliza del Japón haya aumentado aproximadamente en los márgenes siguientes:


Millones de m3 ®

Trozas de coníferas (o madera aserrada)

4-6

Trozas de frondosas (o contrachapados, chapa o madera aserrada)

5-6

Madera para pasta (o pasta de madera y papel)

8-10

En el pasado, la madera de coníferas se ha importado, en forma de trozas y de madera para pasta, de la región nororiental de la U.R.S.S. y de la costa occidental de América del Norte. En los últimos años, esta última ha suministrado también cantidades pequeñas, pero en rápido aumento, de madera de coníferas aserrada y de pasta química de madera. Hay buenas razones para creer que el comercio se desviará ahora rápidamente en esta dirección a medida que mejore la capacidad de elaboración en las dos zonas abastecedoras. En realidad, ya hay compañías japonesas que están participando directamente en el nuevo desarrollo de la fabricación de pasta en la costa del Pacífico de América del Norte. Por tanto, es probable que en el futuro el comercio de este grupo de productos consista cada vez más en la importación de pasta de madera para su ulterior elaboración en el Japón con preferencia a la importación de madera para pasta, pero también están aumentando las importaciones de esta madera en forma de astillas. Es de esperar que el comercio con la U.R.S.S. tome a su debido tiempo - si no en 1975, algo después - una dirección semejante, cediendo también el paso las exportaciones de madera en rollo a las de madera aserrada y pasta de madera. Los lazos de unión con estos abastecedores que la industria japonesa está estableciendo, de este modo, parecen asegurar que la inmensa mayoría de sus suministros adicionales vendrán de América del Norte y de la U.R.S.S. Pero, además, hay otros proveedores más pequeños, como Nueva Zelandia, que también puede esperarse que entren en este mercado en creciente expansión, o amplíen sus exportaciones a él.

Es también probable que el Japón aumente todavía más sus importaciones netas, ya ingentes, de maderas de frondosas para contrachapados y chapas, y para madera aserrada. Tales importaciones, que inicialmente se destinaban principalmente a surtir de materia prima a una industria del tablero contrachapado orientada hacia la exportación, se necesitan ahora mucho más para satisfacer las necesidades internas del país, que son grandes y aumentan rápidamente. Lo mismo que en Europa y América del Norte, las existencias nacionales de trozas grandes de las maderas apropiadas ya no son, ni con mucho, suficientes. También en este caso, al examinar más adelante, en este capítulo, las perspectivas y problemas de los productores tropicales, habrá que ver si puede o no realizarse ese gran incremento. Además, dado que ahora las Filipinas, que es el abastecedor principal, empiezan a restringir las exportaciones de trozas en favor de su propia y floreciente industria de la chapa y el tablero contrachapado, surge la cuestión de la forma y magnitud de este comercio. ¿Sucederá el comercio de madera de frondosas al de madera de coníferas y se desviará, al menos en parte de la corriente de madera en rollo hacia la de madera aserrada, contrachapados y chapas? Baste recordar a este respecto que el Japón, lo mismo que los principales importadores europeos de trozas, impone en la actualidad derechos de importación bastante gravosos sobre el tablero contrachapado y la chapa, y que, a menos que se rebajen o supriman estos derechos, es probable que obstaculicen la citada desviación (Véase Cuadro V-6).

CUADRO VI-4. - Cambios previstos en ea balanza de la madera industrial en el Japón, 1961 a 1975 (En millones de metros cúbicos de madera rolliza y equivalente de madera como materia prima)

 

Consumo

Producción1

Excedente (+) o déficit (-)

Observaciones sobre el aumento de las importaciones netas

1961

1975

1951

1975

1961

1975

Trozas de aserrío

39½

54

31½




41½




- 10½


- 20

Principalmente madera aserrada de coníferas de la U R S.S. y de los E.U.A. y algunas trozas de lauán

Rollos para chapas

Principalmente trozas de lauán y de otras frondosas tropicales de Asia sudoriental

Madera para pasta

14

42½

10

(14)

22½

(32½)

-

- 10

Madera para pasta y pasta de madera de América del Norte y de la U.R.S.S.

 

Otras clases de madera rolliza

7

8

7


8


-

-

TOTAL DE MADERA INDUSTRIAL

63

112

48½

(52½)

72

(82)

- 10½

30


FUENTE: Estimaciones de la Secretaria de la FAO basadas en el material suministrado por la Organización Forestal del Japón
1 Extracciones de madera industrial, con el total del suministro interno de madera (extracciones de madera rolliza más residuos de madera utilizable) entre paréntesis.

Otras zonas importadoras

En comparación con las tres zonas examinadas anteriormente, es probable que las necesidades del resto del mundo en cuanto a nuevas cantidades de madera sean pequeñas, en términos absolutos, debido en buena parte a que algunos de los más avanzados entre otros países que han sido importadores considerables en el pasado, como Nueva Zelandia y Sudáfrica, están mejorando rápidamente su grado de autarquía. Con sus extensas masas artificiales en pleno desarrollo, y sus crecientes industrias madereras muy alejadas de las principales regiones exportadoras del hemisferio norte, es probable que para 1975 estos países importen menos cantidades de casi todas las categorías de madera y productos derivados.

La marcha de los acontecimientos en el resto de Asia, Africa y América Latina en los años venideros es menos fácil de predecir. Como se ha indicado en este estudio, las industrias forestales de la mayoría de esos países están todavía, por lo general, en las primeras fases de su desarrollo, e incluso las que son ricas en recursos madereros tienden a hallarse en la posición anómala que entraña el tener que depender de las importaciones para una gran parte de sus suministros de los productos más elaborados. Pero en los últimos años se ha acrecentado la conciencia de que las industrias usuarias de la madera pueden contribuir polifacéticamente al desarrollo económico general.

En primer lugar, tales industrias pueden contribuir a mejorar la situación de las divisas, tanto gracias a las exportaciones, de lo que trataremos extensamente más adelante en este capítulo, como porque, en muchas de las industrias usuarias de la madera, la producción nacional puede sustituir con frecuencia a las importaciones en las fases iniciales del desarrollo. Por ello, la demanda de la mayor parte de los productos derivados de la madera crece muy rápidamente con la elevación de la renta, de modo que los mercados de estos productos tienden a crecer de prisa. Además, casi todos ellos pueden sustituir a otros materiales ajenos a la madera, lo que amplía sus posibilidades mercantiles. Al mismo tiempo, algunas de las más importantes industrias usuarias de la madera - sobre todo las de aserrío, producción de chapas, carpintería de taller, muebles y muchas manufacturas de papel y cartón (aunque no las primeras fases de la producción de muchas calidades de pasta y' papel) - aplican técnicas relativamente sencillas y rara vez exigen capitales ingentes. Por lo tanto, esas industrias pueden establecerse de un modo relativamente sencillo y en escala más bien pequeña.

En segundo lugar, la mayoría de las industrias de transformación primaria se hallan fuertemente vinculadas a otras. La mayor parte de sus productos pasa a ser utilizada por otras industrias en lugar de pasar al consumo final como tales, y además se sirven de los productos de otras industrias importantes como factores de producción. El desarrollo de las industrias forestales puede contribuir, por lo tanto, al de toda una serie de otras industrias.

En tercer lugar, como la mayoría de las industrias de transformación primaria se orientan decididamente hacia la fuente de la materia prima que emplean, tienden a estar situadas en las zonas rurales o en sus proximidades. Por consiguiente, estas industrias pueden contribuir notablemente a facilitar la transición entre los sectores tradicionales y modernos en aquellos países que se caracterizan por esta marcada estructura dualística de su economía. Al proporcionar ocupación a la mano de obra rural que se halla en situación de desempleo o de subempleo sin exigir su traslado al sector urbano, introducen la economía comercial en el sector rural sin destruir su estructura tradicional. Además, aunque algunas industrias forestales, sobre todo en el ramo de la pasta y el papel, son necesariamente empresas de capital fuerte y sumamente mecanizadas, este ramo, en conjunto, crea muchos puestos de trabajo, característica de la máxima importancia donde el desempleo o subempleo en gran escala plantea ingentes problemas sociales, políticos y económicos en la vía del desarrollo. Por otra parte, con la infraestructura y la organización de servicios que acompaña a su establecimiento, estas industrias proporcionan el núcleo de un desarrollo industrial ulterior en las zonas rurales.

De este modo, el desarrollo de los recursos forestales, a diferencia del de tantos otros recursos naturales, puede contribuir directa y ampliamente, gracias a sus innumerables interpelaciones con el resto de la economía, al incremento general de esta última. Las industrias usuarias de la madera no son, ni deben ser, meramente extractivas ni existir como enclavados industriales modernos totalmente aislados y divorciados del resto de la economía, a la que no reportan así beneficio alguno.

Por lo tanto, hay razones para esperar una actividad más intensa en estos países, encaminada al fomento de su industria nacional de elaboración, pero los mercados interiores serán todavía, con frecuencia, demasiado pequeños en 1975 para apoyar una industria viable de la pasta de madera y los paneles. La considerable labor que ya se ha hecho para crear industrias forestales nacionales, especialmente en América Latina y en algunas partes de Asia, se ha orientado, por lo general, a la autarquía en el plano nacional, y como los mercados interiores eran tan restringidos, muchas de estas fábricas han resultado pequeñas, costosas y antieconómicas, exigiendo por ello una fuerte y continua protección. El resultado ha sido que en los países en que se han montado fábricas se ha retrasado o frustrado el desarrollo ulterior de las industrias forestales, mientras que los países vecinos, que podrían haber obtenido su abastecimiento de la región, han tenido que recurrir a los países desarrollados en busca de importaciones a costo competitivo para atender sus crecientes necesidades internas.

Esta tendencia no se ha circunscrito, desde luego, a las industrias forestales, ya que lo mismo puede decirse de muchos sectores industriales, pero en el caso de aquellas es especialmente lamentable porque en muchas ocasiones los recursos forestales de los países vecinos son complementarios y, por tanto, podrían lograrse considerables ahorros gracias a la colaboración económica. Recientemente en las industrias de la pasta y los paneles se ha prestado más atención a las perspectivas de armonización de los planes nacionales de desarrollo entre grupos de países, y de fomentar el comercio de productos entre ellos, con objeto de asegurar mercados de importancia suficiente para sostener fábricas de un tamaño que resulte económico.

En el Cuadro se resumen los resultados de la evaluación de las posibilidades de producción de pasta de madera y papel para la mayoría de los países de Africa, América Latina y Asia. El cuadro indica que existen perspectivas para atender colmadamente la mayor parte de las necesidades adicionales anuales de estas tres regiones con una producción interna económicamente sana y competitiva. En lo que atañe a la fase de fabricación de pasta, una buena parte del desarrollo se lograría, como en la actualidad, en las calidades basadas en el bagazo y en algunas otras fibras no leñosas, pero en su mayor parte, y en Asia en proporción creciente, se ha de basar en los recursos madereros de las masas naturales y artificiales que, para entonces, ya se habrán puesto en explotación. En la fase correspondiente a la fabricación de papel se prevé un desarrollo ligeramente mayor apoyado en otros recursos de los que puede disponerse en el país, como el papel de desperdicio y alguna cantidad de pasta importada. El progreso en el nivel de las actividades de conversión (que no se indica en el cuadro) debe ser aún más rápido; son pocas las manufacturas de papel que no puedan fabricarse económicamente en pequeña escala.

Estas estimaciones representan lo que, dados los mercados y recursos de madera previstos para 1975, sería, en general, el máximo desarrollo factible. Este desarrollo entrañaría gastos masivos de capital, pericia técnica y servicios auxiliares.

CUADRO VI 5. - Consumo y producción de pasta de madera, papel y cartón, 1960-62 a 1975, en América Latina, Africa y el Lejano Oriente




América Latina

Africa1

Lejano Oriente2

1960-62

1968

1975

1960-62

1968

1975

1960-62

1968

1975

(real)

(en proyecto)

(estimado)

(real)

(en proyecto)

(estimado)

(real)

(en proyecto)

(estimado)

PASTA DE MADERA3

Consumo

1266


4422

72


1004

757


2525

Producción

918

42626

4239

49

4294

1197

567

41318

2390

de la cual, materias no leñosas %

23

27

25

47

46

46

86

80

69

Excedente o déficit

- 348


- 183

- 23


+ 193

- 190


- 135

PAPEL Y CARTÓN

Consumo

Papel para periódicos

729


1808

81


263

345


1087

Papel de imprenta y de escribir

477


1236

156


376

446


1455

Otras clases de papel y cartón

1459


3844

271


951

665


2242

Total

2665


6888

508


1590

1476


4784

Producción

Papel para periódicos

159

4426

916

1

46

216

96

4283

525

Papel de imprenta y de escribir

364


1139

35


299

347


901

Otras clases de papel y cartón

1219


3716

119


661

437


1369

Total

1742

43898

5771

155

4248

1176

880

41789

2795

Excedente o déficit

Papel para periódicos

- 570


- 892

- 80


- 47

- 249


- 562

Papel de imprenta y de escribir

- 113


- 97

- 121


- 77

- 119


- 554

Otras clases de papel y cartón

- 240

- 120


- 152


- 290

- 228


- 873

Total

- 923


- 1117

- 353


- 414

- 596


- 1989

FUENTES: El papel y la celulosa en América Latina. Actas de la Conferencia sobre el fomento de la pasta y del papel en Africa y el Cercano Oriente; Actas de la Conferencia sobre el fomento de la pasta y del papel en Asia y el Lejano Oriente; World Pulp and Paper Capacities 1960 - 1968, FAO survey 1966.
1 Menos Africa meridional.
2 Menos Japón.
3 Excluida la pasta soluble.
4 Capacidad estimada.

Aun cuando se lograran estos progresos considerables, el nivel absoluto de las importaciones de los países en desarrollo seguiría aumentando, principalmente en el caso del papel para periódicos, calidad masiva en la que los productores establecidos mantienen una posición muy competitiva, y en el de cada una de las muchas calidades especiales de las que no hay probabilidades de que se utilicen en un país más que cantidades ínfimas. El cuadro sugiere que para 1975 las necesidades anuales de papel y cartón importados: alcanzarán una suma adicional aproximada de 1,5 millón de toneladas. Pero los planes anunciados, que abarcan hasta 1968, parecen indicar que no todas las zonas lograrán el desarrollo máximo que se ha supuesto en el Cuadro VI-5. En total, bien pudiera ser que los países en desarrollo necesitasen importar en 1975 de 2 a 3 millones de toneladas de papel y cartón más que en 1960-62, y hasta 1 millón de toneladas de pasta (que en conjunto equivalen entre 8 y 12 millones de m3 de madera en rollo).

Salvo en las zonas pobres en madera serradiza - Africa septentrional, Cercano Oriente, y América del Sur sudoriental - debiera resultar mucho menos difícil elevar la producción de madera aserrada en la misma proporción con que aumentan las necesidades. Pero lo más probable es que el problema consista en que, dada la mediocridad usual - del aserrado, el producto pierde terreno, como en el pasado, en favor de otros materiales. Por ello, si las industrias nacionales de aserrío no responden en calidad a las posibilidades de un mercado grande y en expansión, aumentan las probabilidades de que se prefiera recurrir a la importación o producción de materiales alternativos antes que elevar las importaciones de madera aserrada.

Perspectivas en zonas excedentarias de madera

El examen precedente ha descubierto la divergencia creciente entre la oferta y el consumo mundiales de tres categorías importantes de madera: madera aserrada de coníferas; madera aserrada, contrachapados y chapas de frondosas de alta calidad; y madera de fibra larga para pasta. En el caso de las dos primeras categorías, se trata sencillamente de que no hay bastante materia prima de las dimensiones y calidad apropiadas en aquellas principales zonas consumidoras que, en la actualidad, son importadores netos. En el de la pasta de madera de fibra larga, la divergencia surge tanto de la posición de elevada competencia que han creado los productores de pasta y de papel en algunas zonas ricas en coníferas, como de la carencia material de volumen, o de capacidad, para crear las cantidades necesarias en los países consumidores.

Para tratar de determinar cuál será el déficit probable en el futuro y dónde se producirá, tendrá ya que haberse prestado atención a qué fuentes es más fácil que haya que recurrir para obtener los suministros externos adicionales, ya que lo probable es que la balanza entre el suministro interno y el de importación la determine en gran parte la posición competitiva de cada uno. Ahora es necesario resumir brevemente y reunir todos estos datos para examinarlos desde el punto de vista de las regiones excedentarias de madera ¿A cuánto asciende el total de las cantidades adicionales de madera y sus productos que van a necesitarse? ¿Qué proporción de esta necesidad adicional puede esperarse que satisfaga cada una de estas fuentes? ¿Cuáles son las repercusiones que esto puede entrañar, en cuanto a renovación y modernización de la capacidad industrial de elaboración, ampliación o intensificación de la capacidad de producción forestal, y eliminación de barreras que se opongan al tráfico comercial y fomento de nuevas corrientes comerciales o ampliación de las ya existentes? En el examen de estos puntos será conveniente proceder separadamente para cada una de las tres categorías principales en cuestión.

MADERA ASERRADA DE CONÍFERAS

Se ha calculado que, en conjunto, el mundo necesitará en 1975 de 15 a 20 millones de m3 más que en 1961 de madera aserrada de coníferas suministrada por el comercio internacional. Respecto a los actuales proveedores más importantes se esperan pocos suministros suplementarios de Europa septentrional donde, dada la precaria situación en cuanto a la madera como materia prima, es probable que la absorción de las trozas pequeñas serradizas por las industrias de la pasta y los tableros compuestos contrarreste todo aumento que pudiera haber en la disponibilidad de material de grandes dimensiones. Los otros dos abastecedores principales, la U.R.S.S. y el Canadá, se hallan todavía lejos del tope de su capacidad de suministro. Pero es dudoso que en estos dos países haya probabilidades de; que pueda disponerse rápidamente de grandes cantidades adicionales sin que suban los precios.

Las exportaciones de la U.R.S.S. a Europa, su mercado principal, proceden del noroeste del país, zona en la que, al parecer, va a restringirse todo aumento ulterior de la producción en favor de su expansión en el nordeste. Además, la industria de la pasta y el papel se está ampliando en el noroeste, lo que parece indicar una desviación del tipo de utilización de la madera bruta que existe en esa zona. También es probable que los servicios portuarios y de manipulación existentes pongan límites a un nuevo incremento de las exportaciones, que ya han sobrepasado el nivel máximo anterior que alcanzaron en los años 30. Si se quiere que las exportaciones al mercado europeo se eleven mucho más, se necesitará probablemente la inversión de más capitales y que toda la producción adicional proceda en grado creciente de las zonas situadas más al este. En cambio, la desviación del interés hacia las masas orientales del país permitirá ir aumentando el tráfico comercial hacia el Japón sin dificultad.

En Canadá, aunque el país posee grandes recursos de madera en tamaños adecuados para trozas de aserrío, la mayor parte de ellos están fuera de las zonas abiertas ya a la explotación maderera o en zonas productoras de madera para pasta, pero no de trozas de aserrío. A menos que los precios de la madera aserrada se eleven considerablemente, la explotación de una gran parte de estas zonas tendrá que depender probablemente de la expansión de la industria de la pasta y papel o de un tipo diferente de utilización del producto en el área actualmente en explotación. Es fácil, por consiguiente, que la industria del aserrío sólo pueda ampliarse a un ritmo modesto, determinado, en lo principal, por el grado de rapidez a que aumente el área de suministro de madera para pasta.

En conjunto, por tanto, hay que preguntarse si el incremento, bastante grande, de las importaciones que se espera sea necesario en el mercado de Europa occidental y los Estados Unidos se traducirá o no en una elevación de los precios.4 Si esa elevación del precio fuera indispensable, es evidente que no sólo acarrearía suministros adicionales, sino que hundiría aún más, probablemente, la posición de la madera aserrada en estos mercados. Fortalecería además la situación de las zonas productoras más pequeñas y es de notar que éstas comprenden ya no sólo los pocos países que fuera del hemisferio septentrional poseen masas considerables de coníferas, sino también aquellos otros que, como Chile y Nueva Zelandia, sacan la madera aserrada que exportan de plantaciones de coníferas exóticas.

4 Dos de las características que se oree han de contribuir a esta tirantez de la situación de la oferta son: las esperanzas, en los países interesados, de que el mercado de la madera aserrada de coníferas en los Estados Unidos crezca considerablemente en el futuro, y de que haya dificultades en hacer económicamente asequibles la madera en pie para trozas de aserrío de que dispone actualmente el Canadá. Debe observarse que en ambos casos la situación sería totalmente distinta a la de los últimos tiempos. Si el resultado en uno o en ambos casos fuera menos tajante de lo que ahora se espera, se aliviarían, naturalmente, las dificultades de abastecimiento que aquí se prevén.

FRONDOSAS TROPICALES

Pero es en los suministros de frondosas de calidad y gran tamaño donde se suscitan verdaderas dudas respecto al futuro. Se espera que la demanda de importaciones adicionales de estas maderas supere, en total, por una suma de 15 a 20 millones de m3 (rolliza), en 1975, la cifra de 17 millones de m3, objeto del tráfico comercial en 1961. La inmensa mayoría de esta madera debe venir de los trópicos, que es la única fuente de cantidades suficientes de trozas de tamaño y calidad apropiados. Pero hay que preguntarse seriamente si los recursos forestales de las zonas productoras tropicales pueden o no surtir tan ingentes cantidades anuales y, en caso afirmativo, si ello no sería a costa del agotamiento destructivo de sus recursos, y si, aun en este supuesto, podría lograrse sin una elevación inaceptable de los costos.

Desde un principio, debe admitirse que no se puede dar una respuesta definitiva a ninguna de estas cuestiones, en gran parte porque se sabe muy poco de la extensión de los montes tropicales que quedan o de sus posibilidades definitivas. Pero lo que sí está claro es que estos recursos, sin consideración a su volumen, podrían, y realmente deberían, ser aprovechados con mucha mayor eficacia, si se desea disponer de su contenido de un modo más pleno y económico, y si los mismos, tan cuantiosos y ricos, han de prestar la contribución que deben a los países en los que se encuentran.

En la actualidad, los recursos forestales se explotan con mucho despilfarro. En primer lugar, una gran parte de las masas de posible valor comercial, situadas en la zona tropical lluviosa, sufren aún una destrucción y degradación general e indiscriminada; es demasiado pequeña la extensión que ha sido reservada u ordenada con eficacia. En segundo lugar, aun en las zonas de monte que han sido abiertas a la explotación, sólo unas cuantas especies de la multitud de ellas existentes gozan de aceptación. El fomento de la producción de estos montes dependerá muchísimo de que pueda introducirse una gama mucho más amplia de especies en el mercado. Además, si se desea que los costos no aumenten, habrá que aprovechar un mayor número de especies con objeto de repartir los gastos de infraestructura, ordenación y corta sobre una producción mayor por hectárea. La tercera de las principales causas de pérdidas es la medida en que el producto se exporta en forma de trozas. Se podría hacer mucho para mejorar la eficacia si una parte mayor del proceso de elaboración pudiera hacerse en el lugar de origen del producto. Primeramente, se reduciría al mínimo el transporte de la madera en una forma que contiene una gran proporción de lo que se convertirá en desperdicio durante el proceso de elaboración.5 En segundo lugar, es probable que aumentase la gama de especies aprovechadas, por ejemplo, permitiendo el empleo de otras especies para alma de contrachapados con caras de especies aceptadas en el mercado, así como la exportación, como calidades utilitarias de contrachapados y chapas para envase, de especies cuyo precio es demasiado bajo para ser exportadas económicamente en trozas.

5 Este desperdicio disminuye cuando los residuos pueden ser aprovechados por las industrias de la pasta o los paneles en los países importadores.

Además, los países productores tienen también interés en elaborar la madera antes de exportarla, porque el mercado de productos derivados de la misma es uno de los pocos mercados de exportación que les son accesibles y está en plena expansión. La demanda de artículos alimenticios y de casi todas las demás materias primas que constituyen el grueso de las exportaciones de la mayoría de los países en desarrollo ha aumentado muy lentamente, o nada, en sus principales mercados de exportación. Además, casi todas las exportaciones de alimentos de los países en desarrollo, como la del café, son peculiares de las regiones tropicales. Por lo tanto, estos países son los únicos productores, y sus exportaciones sólo pueden incrementarse al ritmo del mercado - que es perezoso - o a expensas de la participación que corresponde a cada uno en dicho mercado. Pero la madera se produce en todas las partes del mundo. Cabe pues esperar que las exportaciones eficaces y competitivas de los países en vías de desarrollo lleguen a ocupar una proporción creciente de un mercado que de todas maneras es de por sí dinámico. Finalmente, la madera es un sector en el que estos países tienen la posibilidad de exportar más bien productos elaborados que primarios, ya que se trata de una materia prima para unas industrias, de las cuales muchas son relativamente sencillas y trabajan en pequeña escala.

La exportación de la madera en formas elaboradas no sólo aumentaría el valor que reportan a un país sus recursos forestales exportables, sino que probablemente disminuiría las fluctuaciones de los ingresos derivados de la exportación, ya que los mercados de productos son, por regla general, más estables que los de materias primas, y elevaría el comercio a un nivel de mercado de desarrollo más rápido. Además, una salida comercial para las exportaciones permitiría probablemente operaciones en una escala que no sería posible si no se contase más que con un pequeño mercado interno y, por lo tanto, contribuiría a aumentar las posibilidades de la industria de elaboración de un país en una fase determinada de su desarrollo.

El hecho de que el comercio haya recaído tan fuertemente, hasta la fecha, en la exportación de trozas ha sido en gran parte ineludible, ya que se trata de un primer paso inevitable cuando se abren a la explotación nuevas zonas de monte en cualquier parte del mundo donde hay poca industria, si es que la hay, o infraestructura. Como una gran parte de cualquier expansión ulterior del comercio de frondosas tropicales debe proceder de la puesta en explotación de nuevas zonas, es de esperar que mucho del aumento del tráfico comercial, y casi todo el volumen general del comercio en el intervalo hasta 1975, seguirá siendo en forma de trozas. Es el mejoramiento del desarrollo del sector en los países que ya son productores arraigados el que va rezagado. Esto no quiere decir que no haya habido mejora; en varios países se ha creado una industria de elaboración importante y otros tentativos se han hecho en otras partes, que han fracasado ante las dificultades y problemas que han tenido que afrontar, ya que éstos son considerables: escasez de capitales, de personal especializado, de servicios de infraestructura y auxiliares, y los mercados nacionales son tan pequeños que no tienen suficiente capacidad para complementar el comercio de exportación. Pero el capital y el personal especializados que se han dedicado a la movilización y desarrollo de los recursos de frondosas tropicales no se han ocupado especialmente de vencer estas dificultades. En los países importadores, la mayoría de las inversiones de capital y de ordenación de los recursos se condicionan a los intereses del consumo. Estos intereses consisten, en gran medida, en abastecer de materia prima a las industrias de los citados países (cuando se han invertido capitales para crear capacidad de elaboración en los países productores de trozas, el motivo ha sido generalmente que dichos capitales proceden de países que no tienen grandes industrias de elaboración). En la mayoría de los países importadores, dichos intereses se han visto reforzados por las estructuras arancelarias intencionadamente contrarias a las importaciones de contrachapados y chapas, y a menudo a las de madera aserrada.

Pero cabe esperar que la creciente presión del rapidísimo aumento de la demanda de estas maderas y la elevación de los costos de su obtención aumenten el interés de los países consumidores por prestar su apoyo y participación a la adopción en los países productores de las medidas necesarias para un aprovechamiento más eficaz y completo de los recursos de maderas tropicales. Los Estados Unidos ya han invertido capitales, y sus expertos participaron en la creación de una industria de tableros contrachapados y chapas de madera, de grande y rápido desarrollo, en las Filipinas, y se han invertido capitales europeos en fábricas de contrachapados y chapas y serrerías de países de Africa occidental y Asia sudoriental continental. Es de esperar que, a medida que los precios de las trozas importadas se eleven, serán más las industrias de los países importadores que deseen asociarse a la producción de los exportadores, con objeto de asegurar su abastecimiento (lo que favorecerá a los países exportadores tanto por el acceso a los mercados como por los capitales y técnicos que esa asociación les aporta).

Pero como se sabe tan poco de la extensión de los recursos de frondosas tropicales, poco puede decirse acerca de si podrá o no disponerse de los particulares volúmenes que se estiman necesarios. Tanto en Africa occidental como en Asia sudoriental hay grandes reservas intactas o que se han explotado poco, pero son menos accesibles que muchas de las actuales zonas productoras en algunas de las cuales ya escasean las especies más buscadas. Además, incluso en estas zonas más accesibles, quedan grandes cantidades de maderas de especies que todavía no gozan de aceptación en los mercados. Existen también en América Latina zonas boscosas que podrían ponerse en explotación, aunque, en general, estas masas se hallan más remotas y son menos ricas que las de las otras dos zonas indicadas.

En conjunto, por consiguiente, lo único que puede decirse es lo siguiente:

a) los productores tropicales se enfrentarán con un incremento masivo en el mercado para sus maderas;

b) la medida en que estos productores puedan captar este mercado dependerá en gran parte de su capacidad de contener la elevación de los costos a medida que aumenta el volumen, lo que a su vez dependerá en gran parte de que consigan introducir en el mercado una gama más amplia de especies, mejorar la eficacia de la corta y transporte, y exportar una cantidad mayor del producto en forma elaborada que en trozas;

c) los países importadores se enfrentarán igualmente con la necesidad de obtener suministros mucho mayores, lo que exigirá su participación en el fomento de especies adicionales, en el mejoramiento y elevación de la calidad de la producción, y en la disminución de los aranceles y de otras barreras para facilitar un aumento de las importaciones de madera en formas elaboradas.

MADERAS DE FIBRA LARGA PARA PASTA

El tercer y mayor aumento de las necesidades va a recaer en las maderas para pasta, y más concretamente en las de fibra larga para pasta. Esta difiere tajantemente de las otras dos categorías en que lo que se requiere es cantidad, con muy pocas limitaciones en cuanto a tamaño o calidad. Por consiguiente, el aumento de la producción queda mucho menos circunscrito a zonas ricas en recursos madereros de tipo o calidad particulares.

Como se ha hecho notar anteriormente, la expansión se está produciendo:

a) mediante aprovechamiento y ordenación más intensivos de las zonas madereras explotadas en la actualidad por la industria de la pasta y el papel, que ha avanzado tecnológicamente en direcciones que le permite utilizar una gama más amplia y flexible de materiales de madera;

b) por la extensión de la explotación a los recursos de tipo apropiado, todavía grandes, que quedan;

c) por la creación de nuevas fuentes de suministro, mediante plantaciones.

A causa de esta flexibilidad, son pocas las zonas que no cuentan con existencias adicionales de madera bruta convertible en pasta, o que no tengan la posibilidad de crearlas. Como se indicó anteriormente, incluso en Europa, donde los montes se aprovechan hoy día con bastante intensidad, podría continuar elevándose la producción con gran rapidez en los años venideros y ciertamente así se hará. La cuantía en que Europa, y las demás regiones lo hagan será determinada esencialmente por los costos que entrañe en las diferentes partes del mundo.

Se prevé que la estructura del suministro incrementado de pasta, papel y cartón reflejará cada vez más la situación altamente competitiva de América del Norte. El aumento de las exportaciones anuales de Europa septentrional será todavía muy grande. En 1975 debería exceder del registrado en 1961 por un margen equivalente al menos a 15 millones de m3 de madera en rollo. Pero se cree que esta zona, junto con el Japón, tropezará con dificultades crecientes para surtirse de materia prima adicional a costos aceptables y competitivos. Los productores europeos y japoneses están ya invirtiendo capitales en las industrias norteamericanas, productoras de maderas y pasta, y en el mercado europeo, los productores norteamericanos están entrando en los sectores de la conversión y la comercialización. Se espera que esto prosiga e incluso se extienda, pero su forma y magnitud exactas estarán determinadas, como es lógico, por factores tales como las tarifas arancelarias y la actitud oficial respecto a la inversión de capitales extranjeros o ultramarinos, que aquí no es posible pronosticar. Pero puede decirse que, cuando las necesidades adicionales del resto del mundo se añadan también, el total de las exportaciones de madera para pasta de Norteamérica en 1975 puede muy bien llegar al equivalente de 35 a 45 millones de m3 ® más que en 1961.

La integración recíproca entre los productores del Canadá y de los Estados Unidos hace difícil una evaluación más exacta de la forma y origen de las exportaciones. No es posible decir si procederán casi todas del gran excedente canadiense, o si algunos sectores de la industria altamente competitiva de los Estados Unidos se orientarán, cada vez más, hacia la exportación, lo que, a su vez, haría recaer más intensamente sobre el Canadá la tarea de abastecer parte del mercado de los Estados Unidos. En cualquiera de ambos casos, los suministros de pasta y papel del Canadá al resto del mundo, incluidos los Estados Unidos, serían tan grandes, al menos, como las exportaciones norteamericanas mencionadas.

A pesar de la magnitud de este incremento, incluso ahora, son tan grandes los volúmenes económicamente accesibles en el país, que no hay motivo para creer que no pueda lograrse sin una subida importante del precio real.

Por tanto, se espera que los suministros comerciales adicionales de pasta y papel que es probable se necesiten en 1975 procedan en su mayor parte del Canadá, Europa septentrional y Estados Unidos. Pero esto no significa que se pase por alto la contribución de otros exportadores más pequeños. La U.R.S.S., Africa meridional, Nueva Zelandia y Chile son productores que es posible amplíen sus exportaciones en los años venideros, pero lo probable es que ello no tenga todavía más que pequeñas consecuencias en el período que se extiende hasta 1975. El vaticinio de lo que ocurrirá después de esa fecha constituye el tema de la sección siguiente.

Consecuencias para el futuro

Como se ha dicho, se espera que los montes de la zona norte templada, en conjunto, puedan satisfacer en el período hasta 1975 todas las enormes necesidades adicionales que sentirán los países comprendidos en la zona, salvo las de maderas de frondosas de gran tamaño y calidad, y que además podrán surtir al resto del mundo de la madera que quieran importar de dichos países. Pero se vislumbran ciertas limitaciones. Ya gran parte de la mayor producción de Europa y el Japón tiene que proceder de una ordenación mas intensiva de los montes de estas regiones. Las zonas boscosas económicamente accesibles de América del Norte, en cambio, contienen todavía un inmenso potencial sin explotar para producir madera, aun en su forma actual. Los enormes incrementos de la producción anual previstos para el período hasta 1975 se lograrán en una proporción muy grande abriendo simplemente a la explotación nuevas masas de edad madura, intensificando las extracciones de zonas ya en explotación, y utilizando el creciente volumen de las masas de segunda generación a medida que alcanzan su madurez. Incluso si las exportaciones del Canadá en 1975 fueran de 50 millones de m3 ® más elevadas que en 1961 - es decir, que se hallaran en el nivel superior de la gama de posibilidades previstas aquí - la producción del país, de unos 150 millones de m3 ®, seguiría muy por debajo de los 210 millones de m3 ® en que se calcula la posibilidad incluso en las tierras forestales que hoy día son accesibles en condiciones económicas.

De este modo, las reservas ya disponibles de la región continuarán aún siendo muy grandes hasta bastante después de 1975. Pero los montes, aunque grandes, no son ilimitados. A su debido tiempo, los nuevos aumentos de la producción deben nacer de una ordenación más intensiva de las zonas de monte más accesibles y productivas. En realidad, se estima que si se quiere que la producción de los Estados Unidos siga elevándose a un ritmo apropiado en el curso del último cuarto de este siglo, habrá que acelerar rápidamente los programas forestales.

Algo parecido puede decirse de los otros grandes recursos naturales de coníferas situados en el norte y el este de la U.R.S.S. La puesta en explotación de estas masas adultas sustentará el incremento de la producción del país durante algún tiempo. Pero llegará el momento en que todo aumento ulterior de la producción tenga que proceder de la intensificación de la ordenación de los montes. Además, es probable que las necesidades internas del país sean tan grandes y aumenten tan de prisa que absorban casi toda su creciente capacidad de producción. Hay que añadir que las masas más ricas inexplotadas o subexplotadas de la U.R.S.S. se hallan distantes de todos los puntos de salida al mundo exterior, y los más próximos, en las costas del Artico y del Pacífico, no están muy bien situados para atender a los mayores mercados del mundo. De aquí que, si bien la U.R.S.S. se convertirá seguramente en un proveedor del resto del mundo de productos derivados de la madera en escala considerablemente mayor que en la actualidad, es probable, dados el emplazamiento y tipo de los montes disponibles, que sus posibilidades se vean limitadas por los costos.

Por lo tanto, es necesario examinar las consecuencias de esta situación para un futuro más lejano. ¿Qué perspectivas existen para elevar la producción de los diferentes tipos de monte? Los rendimientos relativamente bajos por hectárea, los obstáculos que imponen los climas inclementes, y las estaciones generalmente mediocres que caracterizan a la mayoría de los montes de la zona templada norte que hoy día es la que domina la escena del abastecimiento ¿limitarán el alcance del incremento de su productividad a un costo económico? Y en caso afirmativo ¿qué otras regiones del mundo es probable que adquieran una preeminencia creciente en calidad de abastecedores más competitivos de maderas y productos derivados?

En primer lugar, debe recordarse que una característica notable del sector maderero, aun en las zonas donde los montes se aprovechan intensivamente, es que hasta la fecha el proceso de adaptación o desarrollo de técnicas de elaboración de la madera, tendentes a la utilización de mayor cantidad de los tipos y tamaños de madera existentes, ha sido mucho más rápido que los avances logrados en la fase cultural para obtener más maderas de características determinadas. Dado el tiempo singularmente largo que exige la producción de madera y la constante aceleración del ritmo de los cambios industriales que, como se observó en el Capítulo I, sustentan el moderno y sostenido desarrollo económico, cabe razonablemente esperar que casi todo el progreso tecnológico ulterior tenga esta orientación. Indudablemente, todavía hay campo de sobra para ello. Las masas mixtas de frondosas tropicales, por ejemplo, representan una reserva enorme que aún podría ponerse en explotación como materia prima para la fabricación de pasta. Es evidente que todo esto ha de tenerse en cuenta en la ordenación forestal para determinar la dirección en que debe tratarse de intensificar dicha ordenación.

En segundo lugar, es de notar que, hasta época reciente, se ha: hecho relativamente poco en el camino de la aplicación de la tecnología en gran escala a la corta y aún menos al cultivo de la madera. La mayor parte de los progresos logrados se han conseguido mediante una inversión mayor de capital o de mano de obra. Pero la << revolución» que ha tenido lugar en la producción agrícola indica la velocidad con que pueden acaecer estos cambios y la magnitud de las transformaciones que pueden ocurrir. Es evidente que sería muy peligroso dar por sentado que esta fase de la producción de madera no ha de sufrir transformaciones importantes. En realidad, puede decirse que el hecho mismo de que no se haya logrado hasta la fecha un gran progreso en esta dirección aumenta el campo y la probabilidad de este cambio en el futuro. A medida que sea más difícil y costoso el conseguir nuevos progresos en la fase de elaboración, lo más probable es que la atención se dirija cada vez más a la transformación de las fases de cultivo y recolección.

Es ya evidente que pueden hacerse progresos importantes. Así por ejemplo, el rendimiento de las masas naturales puede, sin duda alguna, mejorarse considerablemente aplicando fertilizantes desde el aire y a bajo costo. Pueden lograrse incrementos incluso mayores mediante la introducción de especies de rendimiento más elevado, aumentando más la producción a medida que se mejore la estación y se apliquen técnicas de cultivo acelerado.

Pero estas medidas más intensivas son costosas y sólo estarán económicamente justificadas cuando el resultado sea un adecuado aumento del rendimiento. Gran parte de la zona dedicada a bosque en la zona templada norte no es capaz de responder al tratamiento en un grado que justifique aumentos considerables de capital y de otros factores de producción. Pero en esta zona existen vastísimas extensiones de tierras forestales productivas o potencialmente productivas. En Europa occidental y América del Norte sobra también un área muy grande y en creciente aumento de tierra labrantía que no hace falta para las necesidades agrícolas y podría producir rendimientos elevados de madera. No cabe duda de que las posibilidades de elevar la producción de madera en la zona templada norte son realmente muy grandes.

Pero los resultados más sorprendentes en la producción acelerada de madera se han obtenido en estaciones que ofrecen una combinación de terreno, temperatura y humedad que no es frecuente encontrar en la zona templada norte. En el curso de este estudio se ha prestado considerable atención a las características de las plantaciones de especies de crecimiento rápido cultivadas en las regiones situadas al sur de la zona templada, donde hay grandes extensiones de tierra que reúnen las condiciones apropiadas. Dados los rendimientos por unidad superficial, que suelen ser de 5 a 10 veces superiores al promedio que arrojan los montes de la zona templada septentrional, y a la homogeneidad de una producción perfectamente «ajustable» a las exigencias de las industrias usuarias en cuanto a materia prima y emplazamiento, los costos de la madera entregada en fábrica procedente de esas plantaciones en algunas partes de Africa, América Latina, cuenca mediterránea y Asia, han resultado ser, por lo general, considerablemente inferiores a lo que se ha logrado en los países de la zona templada septentrional. Por tanto, estas otras partes del mundo ofrecen también posibilidades importantes para la producción de grandes cantidades adicionales de madera a bajo costo, incluidas las trozas para aserrío y desenrollo y los rollizos para pasta. Además, existe la cuestión del suministro constante de frondosas tropicales, que se busca ya activamente. Anteriormente se concentró la atención sobre el problema de cómo aprovechar más eficazmente las heterogéneas masas higrofíticas tropicales de árboles maduros que ya existen, pero para turnos futuros, las plantaciones homogéneas de elevado rendimiento pueden constituir una fuente más satisfactoria de suministro de algunas de las especies más valiosas de los trópicos.

Evidentemente, la expansión del suministro mundial de madera se hará en todas estas direcciones. Habrá necesidad de intensificar la ordenación de los montes existentes, tanto en la zona templada como en la tropical, y también de ampliar la base de producción maderera dentro de las zonas ya en explotación y de extenderla a otras nuevas en las cuales, gracias a la plantación, se pueden ir creando nuevas y extensas masas productoras de madera barata. Desde el punto de vista cuantitativo, no cabe duda de que una gran proporción de los mayores volúmenes adicionales seguirán obteniéndose, en un futuro previsible, de la ordenación intensificada de los montes de la zona templada; la concentración de los recursos de ordenación y elaboración que en ella existen garantizan, por sí solos, este resultado.

La razón de que se haya prestado aquí particular atención a los recursos madereros de las demás regiones es que en ellas no existe una fuerza propulsora «interior» de este tipo que contribuya a desarrollarlos también en la plenitud de sus posibilidades. En otras palabras, puede decirse que existe el peligro de que la fuerte concentración de los recursos madereros existentes en una zona única dará lugar a descuidar, subestimar o hasta excluir el considerable potencial que encierran las demás zonas. Es éste un motivo de preocupación, tanto más cuanto que, a medida que los mercados se expenden en todo el mundo, la concentración casi exclusiva de la producción en los países septentrionales se hace cada vez más restrictiva e irracional; los gastos de transporte de la pasta, el papel e incluso más de la madera, gravan onerosamente los costos del producto entregado en los mercados más distantes. Por ello, algunos de los países más remotos, en Australasia, Africa meridional y la parte sur de América Latina, que han sido de los primeros en desarrollar industrias propias y florecientes, basadas en gran parte sobre madera bruta cultivada en plantaciones, son los que, en la actualidad, satisfacen no sólo gran parte de sus necesidades y de las de sus vecinos, sino que compiten también con éxito en el mercado internacional. Por consiguiente, es importante para los interesados - países potencialmente productores, países potencialmente deficitarios, e industrias forestales que buscan nuevas fuentes de materias primas - el reconocer que existen zonas que poseen masas capaces de producir a bajo costo madera y productos derivados que pueden, y racionalmente deben, si se desea que la madera continúe en posición competitiva, desempeñar un papel de creciente importancia en un futuro más lejano.

Es también importante identificar los diferentes problemas y perspectivas cronológicas con los cuales habrá que contar al abrir a la explotación zonas en las que incluso la producción maderera habrá de partir a menudo de la nada. Hará falta una afluencia muy grande de capitales y de asistencia técnica para las actividades de inventariación, capacitación, investigación y ejecución de las operaciones. También será necesario investigar las condiciones particulares de las nuevas zonas productoras y formular y adaptar tecnologías apropiadas a estas condiciones. Además, el establecimiento previo de grandes extensiones de plantaciones, que no han de rendir beneficios en 10 ó 15 años, exige condiciones de financiación más flexibles de las que generalmente se consiguen. La reorganización de la estructura de la oferta que ha de surgir exigirá a su vez reajustes en las estructuras arancelarias y demás barreras comerciales, con objeto de estimular el nuevo tráfico comercial que se crea.

El precedente análisis de las regiones tropicales y subtropicales ha tratado de la naturaleza de los cambios que acarrearía la realización de ese potencial, ya que algunas de esas transformaciones diferirán de las que suelen producirse a consecuencia del impulso del sector maderero en su forma y situación actuales. Pero no debe darse a este elemento diferencial más importancia de la que tiene. Dado el aumento, en cantidades absolutas masivas, de las necesidades mundiales de productos derivados de la madera, los recursos madereros globales han de explotarse necesariamente de un modo más cabal. Este proceso se acelera por la firme penetración recíproca de los recursos de madera y de los mercados de las diferentes regiones a medida que la demanda y las industrias forestales aumentan y se propagan por todo el mundo. Como resultado de ello, el tipo del suministro de madera viene a reflejar de un modo más completo la diferente forma y grado de ventajas que ofrecen las distintas zonas de producción en el ámbito de la competencia, lo que, en la actualidad, está en gran parte confinado a las diferentes partes de la zona templada septentrional. Pero igualmente cabe esperar que el impulso del crecimiento ulterior de las necesidades dé lugar a la explotación, a su debido tiempo, de los recursos inexplotados o subexplotados que existen en el resto del mundo y son potencialmente competitivos. Lo que importa es que los que se ocupan de las políticas que afectan al sector maderero se percaten de la existencia, naturaleza y posibilidades de estos recursos. Sobre todo, es importante asegurar en todo el mundo que lo que se haga para aprovechamiento racional del tipo y cantidad de madera disponible resulte apropiado a los mercados existentes, esté en armonía con el desarrollo de la industria forestal vecina y se halle en correspondencia y coordinación con los planes de desarrollo general en los niveles nacional y regional.

La madera sigue siendo uno de los principales recursos naturales y materias primas del mundo; se necesita en cantidades siempre crecientes y en formas cada vez más diversificadas a medida que la economía se desarrolla, y puede constituir la base de muchas actividades diferentes que contribuyen a ese desarrollo. Siguen siendo de capital importancia la ordenación y el desarrollo de este recurso para que su contribución responda plenamente a sus posibilidades.


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