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Las buenas relaciones públicas son esenciales para el progreso forestal

E. VON HOFSTEN

E. VON HOFSTEN ha sido cedido, para desempeñar funciones especiales durante dos años, a la Dirección de Montes y Productos Forestales de la FAO por la Compañía Forestal Norrland de Suecia.

LA EXPERIENCIA DE LAS RELACIONES PÚBLICAS EN SUECIA

Es CASI UN AXIOMA que las actividades para mejorar una industria determinada se facilitan grandemente si cuentan con la estimación favorable de los diversos grupos de población que integran la comunidad. Si existen buenas relaciones públicas, las medidas que se adopten serán aceptadas confiadamente, las sugerencias tomadas seriamente en cuenta, los errores disculpados, la legislación y ejecución de sus disposiciones encontrarán una acogida favorable y podrán obtenerse los fondos necesarios. Las buenas relaciones públicas son para el mejoramiento de las actividades lo que el aceite para una máquina o el viento para un barco de vela.

En muchos aspectos, la dasonomía se caracteriza por la exigencia de sacrificios actuales para obtener beneficios futuros; pocas actividades humanas, si es que hay alguna, necesitan inversiones tan a largo plazo como las que precisa este particular sector. Este simple hecho ha ejercido una influencia vital en la trágica historia forestal de muchos países, y podría decirse, por lo tanto, que las buenas relaciones públicas revisten especial importancia en este campo. Esta afirmación es especialmente evidente en los países donde han de formularse y ejecutarse programas de repoblación forestal en gran escala.

La Dirección de Montes y Productos Forestales de la FAO no ha prestado todavía mucha atención a este aspecto de la forestería. En lo referente a las actividades de extensión, la enseñanza y capacitación del personal forestal, sobre todo en las categorías profesionales, han constituido, indudablemente, parte de su labor desde hace ya mucho tiempo. Sin embargo, parece haber crecientes indicios de que no se ha hecho lo bastante y de que habrá de prestarse mayor atención en el futuro a la capacitación tanto de trabajadores como de propietarios forestales, así como a la divulgación de información entre personas ajenas al sector forestal.

Durante esta última década, la esfera forestal en Suecia, y en otros muchos países, ha hecho mucho para desarrollar sus actividades en este campo.

Sin embargo, es obvio que las posibilidades de propagar directamente, de una región del mundo a otra, la experiencia adquirida en este ámbito de actividades, referentes sobre todo a las relaciones humanas, son sumamente limitadas. La historia, las tradiciones y el desarrollo general, las circunstancias sociales, religiosas y económicas pueden variar de tal modo que exijan la aportación de soluciones completamente diferentes al problema común: Cómo lograr un apoyo intenso y general para las actividades forestales.

Por lo tanto, este artículo, que trata de la experiencia obtenido en Suecia, no tiene, en modo alguno, el propósito de proponer este programa de acción a otros países, sino sencillamente el de destacar la urgencia de la cuestión y proporcionar antecedentes para el examen ulterior de programas de ese carácter adecuados para otros países. El artículo está dividido en tres partes:

1. una descripción de algunos problemas tópicos e importantes de la actual silvicultura sueca, cuya solución está muy influenciada por las relaciones públicas ordinarias, para poner de relieve la urgencia de la materia;

2. una descripción de las actividades de diversos organismos y asociaciones de Suecia respecto a relaciones públicas, para dar una idea de los métodos y de la organización;

3. un breve resumen de los resultados obtenidos.

Problemas actuales que requieren buenas relaciones públicas

MEJORAMIENTO DE LA CONDICIÓN DE LOS TRABAJADORES FORESTALES

Hace 20 años se tenía al trabajo forestal en baja estima, como una de las ocupaciones más duras y peor pagadas del país. No se exigía ninguna capacitación y se consideraba como un oficio que, en el mejor de los casos, se transmitía de padres a hijos. Socialmente se hallaba en el último peldaño de la escala.

A medida que avanzaban la industrialización y la urbanización, se puso de manifiesto la necesidad de cambiar este estado de cosas, tanto para conseguir mano de obra en forma continua como por razones sociales. Sin embargo, el proceso de mejoramiento de las condiciones del trabajo forestal es muy complejo. Algunas medidas esenciales son:

a) servicios de capacitación, en gran escala y ámbito nacional, para los trabajadores forestales;
b) salarios más elevados;
c) mecanización encaminada a facilitar el trabajo;
d) casas y campamentos más convenientes;
e) mejoramiento de la red de carreteras forestales;
f) prevención de accidentes;
g) empleo permanente en lugar de por temporadas.

La actitud positiva de los organismos gubernamentales, centrales y locales, que tienen que financiar las escuelas, carreteras y personal necesarios, constituye un requisito previo para el éxito de todo programa de trabajo que siga estas directrices. Los empresarios tendrán que hacer esfuerzos considerables. Sin embargo, más importante a este respecto es que se venza la aversión tradicional hacia semejante clase de trabajo. Esta tarea ha resultado ser un ejemplo típico de la importancia de una propaganda intensiva y persistente en un frente muy amplio. No obstante, debe advertirse que la propaganda sola, no apoyada por la mejora concreta de las condiciones, tendría poca eficacia.

LA POBLACIÓN DISMINUYE EN LOS DISTRITOS FORESTALES

Como se ha indicado anteriormente, la urbanización es una característica destacada de la Suecia de hoy. La emigración es especialmente intensa en los distritos donde la agricultura es débil, es decir, en los principales distritos forestales. Por ello, el problema de conservar una infraestructura adecuada, a pesar de la disminución de la población, tiene especial actualidad en estos distritos, y la explotación forestal, que contribuye por sí misma a ese proceso mediante la racionalización y mecanización de las operaciones, experimenta particularmente los efectos y se halla en dependencia de las decisiones gubernamentales referentes al emplazamiento de los servicios comunales que tanta importancia tienen para frenar la rapidez de la urbanización.

A menos que haya un conocimiento general suficiente y una firme confianza de las posibilidades forestales futuras del país en conjunto, y de determinados distritos en particular, la tendencia de las decisiones referentes a estas materias será desfavorable desde el punto de vista forestal.

MECANIZACIÓN EN PARCELAS DE BOSQUE PEQUEÑAS

Una solución al problema urgente de reducir los costos de las operaciones forestales es la mecanización, que ahora se está adoptando rápidamente en Suecia como en muchos otros países. Resultado general de ello es la tendencia a un aumento del volumen de las operaciones, que pueda justificar las elevadas inversiones de capital. Sin embargo, la estructura actual de la propiedad rústica en muchos distritos hace que, por lo que toca a un porcentaje de montes asombrosamente elevado, resulte imposible emprender operaciones en gran escala. Muchas explotaciones agrícolas no sólo son pequeñas sino que, lo que es peor, están divididas a menudo en parcelas diferentes sujetas a complicadas condiciones de titularidad jurídica. Este problema afecta también a muchos de los montes pertenecientes a compañías, aunque su extensión global pueda constar de centenares de miles de hectáreas. Por ello, la mecanización tropieza con un grave obstáculo, y en algunas zonas es prácticamente imposible.

La tarea de cambiar la estructura de la propiedad rústica es complicada y requiere la intervención gubernamental y una actitud positiva por parte de los que resultarían afectados por las alteraciones. La confianza en las futuras posibilidades forestales es también en este caso un requisito previo para una acción que reconocidamente tiene un carácter de inversión a largo plazo; otro requisito previo es el convencimiento, por parte de un gran número de personas, de los beneficios que puedan alcanzarse; y un tercer requisito es un cabal conocimiento de los procedimientos para cambiar los sistemas de tenencia de la tierra que, a su vez, exigen buenos servicios de investigación.

NACIONALIZACIÓN

Durante más de 30 años Suecia ha tenido un gobierno socialdemocrático; sin embargo, no es hoy día un país socializado, sino que el gobierno ha optado por colaborar con la empresa privada y, hasta cierto punto, controlarla. Esto no significa que la nacionalización esté excluida de un modo definitivo; realmente, se habla de ella con frecuencia, en deliberaciones de carácter general, como remedio a un estado insatisfactorio de cosas, verdadero o supuesto.

Los montes han constituido desde hace tiempo el centro de la atención de esas deliberaciones, porque el sector forestal es uno de los fundamentos principales de la economía sueca, y porque la estructura de la propiedad - poco más o menos la mitad de los montes son de propiedad privada, una cuarta parte pertenecen a compañías y la otra cuarta parte son de propiedad pública - ofrece oportunidades excelentes para hacer comparaciones, más o menos especulativas, respecto a la eficacia, capacidad de producción, asistencia social, etc. Muchos de los problemas mencionados anteriormente, por ejemplo, conservación de una infraestructura pública, mecanización, reorganización del régimen de propiedad, enseñanza y capacitación, y bienestar social, deben ser abordados de modo diferente según quien sea el propietario del monte y, lo que es más importante, las soluciones pueden diferir al extremo de solicitar evaluaciones diversas.

El antagonismo entre las tres categorías de propietarios forestales se convierte a veces en una verdadera «batalla», librada a la vista del público. El premio que se debate es el reconocimiento de quién sea el gestor más eficaz de la partida más importante del haber del país. El vencedor puede estar seguro de contar con el apoyo de los círculos dirigentes de la comunidad.

La lista de problemas planteados en el ámbito forestal cuya solución exige una actitud positiva podría ampliarse fácilmente, y el número de los grupos que luchan por conseguir un lugar bajo el sol podría aumentarse, pero lo que ya se ha dicho basta quizá para poner de manifiesto que el sector forestal, considerado globalmente, y ciertos grupos de presión que actúan dentro de él, tienen sumo interés en conseguir una buena reputación entre el público en general, es decir, que necesitan buenas relaciones públicas. A continuación se hace una descripción de los métodos que se han utilizado para lograr este objetivo.

Las relaciones públicas en el sector forestal de la Suecia actual

Los métodos que hay que emplear para lograr éxito en las relaciones públicas dependen necesariamente del medio en el que éstas hayan de desenvolverse. Por desgracia, la forestería no es el único intérprete en escena; por el contrario, el escenario está atestado de una serie innumerable de ellos, que comprende desde actores excelentes a meros prestidigitadores. El ruido se hace ensordecedor. Ninguno de los que actúan puede confiar en ser advertido (salvo por casualidad) a menos que observe a sus competidores y descubra los trucos que emplean.

Las relaciones públicas tienen mayores probabilidades de éxito cuando su planeamiento y ejecución corren a cargo de profesionales con experiencia. Si se busca a un gran cantante, las posibilidades de hallarlo son indudablemente mayores si uno recurre a los cantantes que si lo hace a los técnicos forestales. Estos, por lo general, necesitan algún tiempo para darse cuenta de este hecho tan sencillo; muchos de ellos, por desgracia, nunca se la dan.

Los debates constructivos celebrados en las altas esferas han constituido siempre una característica importante de las excursiones organizadas por la Compañía Forestal, Norrland de Suecia. En esta ocasión, los socios discuten los métodos de repoblación forestal en un lugar talado.

Veamos ahora cómo están organizadas las actividades forestales de este tipo en la Suecia de hoy y qué métodos se emplean. En cuanto a organización, se halla proyectada para servir a los diversos grupos en competencia más bien que al propio sector forestal. Este estado de cosas tiene sus ventajas y sus inconvenientes, como veremos más adelante. Las actividades desarrolladas en el seno del Servicio Forestal se describen con el máximo detalle porque la mayoría de los países cuentan con un organismo semejante.

LAS RELACIONES PÚBLICA EN EL SERVICIO FORESTAL

El Servicio Forestal sueco está dedicado, casi por completo, a la ordenación de los montes de propiedad estatal y nada tiene que ver con la silvicultura privada. Cuatro millones de ha y una corta anual de 7 millones de m³ son cifras que indican su importancia; el Estado es, con mucho, el mayor propietario de montes del país.

El Jefe del Departamento de Relaciones Públicas, directamente subordinado al Director General, y en estrecha colaboración con él, es un periodista veterano, no un técnico forestal. Su personal consiste actualmente en dos periodistas más, un fotógrafo y varias secretarias. Su ámbito de actividades está muy diversificado, pero la función básica es la información interna.

Esta información se dirige a todas las categorías del personal contratado, trabajadores y guardas forestales, así como ayudantes forestales, oficiales y personal de oficina, y se concentra en puntos que ejercen una influencia directa sobre el trabajo diario: instrucciones, empleo (contratación), política de clases pasivas, prevención de accidentes y otros aspectos del bienestar social, presupuestos y programas, jornales y salarios, servicios de capacitación, noticias referentes a equipos y métodos, reuniones y conferencias, nombramientos, investigaciones dentro y fuera del Servicio Forestal, y los debates de interés actual en la prensa. La información escrita se divulga por los siguientes medios:

a) una publicación de naturaleza periodística, mensual, y que se distribuye gratis a todo el personal;

b) una revista en ciclostilo, bisemanal, que se distribuye a todos los funcionarios y sigue muy de cerca las noticias y debates de la prensa de interés forestal;

c) folletos, cuando se trata de datos más complicados referentes a materias específicas.

Sin embargo, un buen servicio informativo no debe dirigirse solamente «hacia abajo». La información «hacia arriba», referente a las reacciones y deseos de los empleados, constituye también un elemento importante. Ha sido creada una serie de organismos, uno para todo el Servicio Forestal y otro para cada uno de los 11 distritos a los que los empleados de todas las categorías envían sus representantes, que son esenciales para la difusión de la información en ambas direcciones.

La labor de información interna puede considerarse básica en el sentido de que constituye el fundamento en que se apoya la información externa referente al Servicio Forestal. El Departamento de Relaciones Públicas de Estocolmo puede estar bien dotado de personal y hallarse bien relacionado con los periódicos principales y programadores de televisión y radio centrales, pero es completamente imposible que se mantenga en contacto, por ejemplo, con la prensa y la radio locales. Estos contactos son importantes para establecer buenas relaciones públicas al nivel local. Quizá una de las lecciones principales que se derivan de unas relaciones públicas prósperas y en gran escala es que no se trata de una labor que pueda encomendarse fácilmente a una sola persona, sino que, por el contrario, debe ser de tal naturaleza que permita la intervención de cuantas más personas mejor. El papel de un jefe de relaciones públicas en este sentido es de coordinador y, sobre todo, de inspirador; hay que hablar a los técnicos forestales de todos los niveles, no sólo de la necesidad de mantener buenas relaciones públicas, sino también de los métodos que hay que emplear para lograr este objetivo.

Este punto nos conduce a otro aspecto de la labor de relaciones públicas, que el Servicio Forestal sueco y otros muchos organismos han aprendido por experiencia. Una vez que existe conciencia de la importancia de mantener buenas relaciones públicas y que, en consecuencia se han adoptado medidas para asegurar una publicidad amplia, hay que llegar también al convencimiento de que es muy difícil revelar sólo los hechos positivos y ocultar los negativos. Los periodistas son muy sagaces para descubrir artimañas, como la ocultación de hechos, y una vez que la prensa los averigua se desconfía de toda publicidad futura. El único medio de evitar esta desdichada situación es disponer prácticamente las cosas de tal modo que no haya nada que ocultar. En efecto, muchos programas serios de relaciones públicas han contribuido a descubrir puntos débiles y a hacer que vuelva a estudiarse el enfoque que se ha dado a la cuestión de que se trate e incluso que se revisen teorías ya admitidas.

Anteriormente se ha hecho mención a la pequeña «batalla» que libran las diversas categorías de propietarios de montes. Si se toma esta expresión en un sentido muy amplio, la mayor parte de las relaciones públicas que mantiene el Servicio Forestal podrían ser consideradas como parte de la batalla, comprendiendo en ella, indudablemente, todas las diversas medidas adoptadas para el fomento del uso recreativo de los montes (sin embargo, su descripción detallada cae fuera del propósito de este artículo). No obstante, la parte más sutil de la batalla se libra en las altas esferas del Servicio Forestal, y la experiencia ha demostrado que un Departamento de Relaciones Públicas competente y capaz de ayudar al Director General, o al Director General Adjunto, en cualquier momento, mediante la formulación y distribución de material informativo, constituye un verdadero requisito previo para el éxito.

En Suecia es imposible comprar media hora, ni siquiera medio minuto, de los programas de radio o televisión. Los organizadores de programas son los órganos supremos de una empresa monopolizadora. Por lo tanto, los espacios de un programa de televisión pueden ser considerados como la prueba definitiva de una campaña publicitaria muy hábil. El Departamento de Relaciones Públicas del Servicio Forestal ha tenido éxito en este aspecto y la preparación de programas es hoy día una parte muy importante de su labor.

Otro departamento del Servicio Forestal se encarga de los cursos para empleados de todas las categorías.

En conclusión, estos departamentos, que han sido establecidos principalmente durante los últimos seis o siete años, se han convertido en partes indispensables del Servicio Forestal. El Departamento de Relaciones Públicas ha desempeñado, al mismo tiempo, un papel esencial en la captación de la buena voluntad del público respecto al sector forestal globalmente considerado.

LAS RELACIONES PÚBLICAS EN LAS COMPAÑÍAS FORESTALES

Ya descritas las relaciones públicas del Servicio Forestal, se pueden exponer muy brevemente las actividades de las demás categorías de propietarios forestales. Este es el caso especialmente de las compañías forestales, que realizan una labor general muy parecida a la del Servicio Forestal (la ordenación de grandes montes). No obstante podría observarse que la mayoría de las compañías más importantes han enfocado estas cuestiones de forma muy parecida a la adoptada por el Servicio Forestal, aunque naturalmente, aquellas cuentan con recursos más reducidos. Unas 10 de ellas tienen sus propios periódicos o revistas, dirigidos a todos los empleados, y van asumiendo gradualmente una actitud más positiva respecto a las tendencias y aspiraciones que se sienten en el ámbito de la función recreativa del bosque.

Vale la pena mencionar una de las iniciativas que ha tenido mayor éxito. Durante los últimos años, el programa más popular de la televisión sueca trataba de la ordenación de la vida silvestre y de materias afines. Una de las compañías forestales actúa de anfitrión de este programa, habiendo parcelado una de sus explotaciones para este fin y ofrecido su asistencia. Parece que sólo se haya impuesto una condición: que el nombre de la finca se relacione con el de la compañía. El éxito obtenido es indiscutible.

LAS RELACIONES PÚBLICAS EN LAS ASOCIACIONES DE PROPIETARIOS DE BOSQUES

Hay unas 20 asociaciones de propietarios de bosques en Suecia, unidas en federación. Estas asociaciones están formadas por unos 130.000 propietarios forestales que abarcan unos 7 millones de ha, y poseen una capacidad industrial considerable (por ejemplo, fábricas de pasta de madera con una capacidad general de más de 500.000 toneladas). Su posición como comerciantes de madera es fuerte.

La mecanización del trabajo forestal es quizá el problema principal con que se enfrentan hoy día los pequeños propietarios de montes y sus asociaciones. Parece que la solución se halla, primeramente, en la cooperación. El fomento de esta cooperación es quizá la tarea principal de las relaciones públicas en el seno de las asociaciones que, por lo tanto, tienen en alto grado el carácter de actividades de extensión y capacitación en gran escala. Una revista mensual, cursos con miles, y excursiones y reuniones con decenas de millares de participantes, forman parte de esta labor. No es posible entrar aquí en detalles, ni es necesario hacerlo al informar acerca de los procedimientos utilizados en la batalla contra las categorías de propietarios forestales competidores. Tanto los procedimientos empleados como las lecciones aprendidas son muy semejantes a las correspondientes al Servicio Forestal.

LAS RELACIONES PÚBLICAS EN LAS JUNTAS COMARCALES DE MONTES Y EN LA JUNTA NACIONAL DE LA PROPIEDAD FORESTAL PRIVADA

Las Juntas Comarcales de Montes y la Junta Nacional de la Propiedad Forestal Privada, que forman parte del mismo organismo, son los cuerpos estatales encargados del fomento del sector forestal privado. La mayor parte de sus actividades tienen el carácter de asesoramiento y asistencia sobre el terreno a los pequeños propietarios de montes. En este aspecto, ambos organismos cooperan con las asociaciones de propietarios forestales.

Reviste interés especial el advertir la función de estos organismos en la formación profesional de los propietarios y trabajadores forestales. Actualmente funcionan unas 30 escuelas en todo el país, bien dotadas de personal y de material; estas escuelas enseñan a más de 1.000 estudiantes en cursos de un año y ofrecen también otros muchos cursos intensivos especializados. En muchos casos, las escuelas constituyen excelentes centros de propaganda forestal general, y sus diversas actividades han contribuido indudablemente mucho a la estima general de que hoy día goza este sector y, en particular, la profesión de trabajador forestal.

LAS RELACIONES PUBLICAS EN LOS SINDICATOS Y OTRAS ASOCIACIONES

Los suecos se destacan por su inclinación a organizarse. La esfera forestal no constituye ninguna excepción, pero el entrar en detalles acerca de las relaciones públicas de todos estos grupos sería prolijo.

LAS RELACIONES PÚBLICAS EN LAS ASOCIACIONES FORESTALES SUECAS

Una característica de las actividades mencionadas hasta ahora es que todas ellas se relacionan con una organización, sindicato u organismo particulares. El único organismo que trabaja primordialmente para el sector forestal, considerado en conjunto, es la Asociación Forestal Sueca. El hecho de que esta Asociación se componga de individuos y no sea un órgano superior del Servicio Forestal, de las compañías, ni de las asociaciones de propietarios de montes, reduce necesariamente sus actividades sobre todo a la propaganda y a otras labores de extensión. La falta de un órgano superior, que pueda actuar de portavoz del sector forestal en la comunidad, ha constituido un grave escollo en muchos casos, y la creación de un organismo de este carácter se ha discutido vivamente en diversas ocasiones. Hasta ahora, sin embargo, las controversias y diferencias de naturaleza que existen entre los diversos grupos han levantado un obstáculo invencible.

A falta de esa organización suprema, la Asociación Forestal Sueca hace de portavoz del sector forestal en la medida de lo posible. Las excursiones y reuniones que celebra tres veces al año son acontecimientos importantes. Uno de ellos es La Semana Forestal, que tiene lugar en Estocolmo, con una serie de conferencias y debates sobre problemas de actualidad. Las conferencias anuales para los encargados de redactar informes, artículos y programas sobre temas forestales con destino a periódicos, televisión y radio, han tenido una auténtica importancia en la ampliación y mejoramiento de la publicidad dada a los montes. Su revista es el principal órgano informativo con que cuenta este sector. Las conferencias que organiza para los miembros del Parlamento y altos funcionarios del gobierno, en las que representantes muy competentes de los diferentes grupos forestales disertan sobre problemas importantes y actuales, han sido valiosas. Los concursos nacionales que se celebran entre escolares han ampliado el conocimiento de la dasonomía. La campaña lanzada con objeto de que no se deje la hojarasca en el campo ha sido un paso dado en la dirección apropiada (aunque, por desgracia, muy insuficiente).

Resumen de las lecciones aprendidas en Suecia

El hecho de que las relaciones públicas se hayan dirigido principalmente a apoyar los objetivos de los diferentes grupos del sector forestal y no a los fines dasonómicos mismos, ha constituido un grave revés en el sentido de que la ciencia forestal ha carecido de un portavoz oficial para la comunidad. Por otra parte, el antagonismo existente entre las diversas categorías de propietarios forestales ha estimulado indudablemente la actividad general. La gente puede sentirse aburrida por todos los detalles de la permanente batalla, pero indudablemente se queda bajo la impresión de que los montes deben ser algo por lo que vale la pena luchar.

En resumen, las ventajas de la descentralización superan probablemente a sus desventajas.

Las relaciones públicas no pueden encomendarse a una sola persona. Esas actividades exigen por el contrario, la labor conjunta de todo el personal, desde las esferas más altas hasta casi las más bajas.

La información interna es el origen de la información externa.

Se supone que los profesionales con experiencia, enterados de los métodos y procedimientos y plenamente conscientes de la dinámica de esta esfera de actividad, realizarán un trabajo mejor que los técnicos forestales en un departamento de relaciones públicas. La contribución de estos últimos es, sin embargo, esencial.

Los métodos, instrumentos y procedimientos empleados deben depender de las estratagemas y movimientos de los competidores. Pueden tomarse ideas de otros países, pero deben ser reajustadas, a menudo de un modo muy considerable, para adaptarlas a los hábitos y tradiciones nacionales dominantes. Las ideas nuevas pueden ser muy valiosas. La aplicación a un país de la experiencia obtenido en otro es fácil en cuanto al carácter de urgencia y a muchos detalles, pero difícil en lo que atañe al orden de prelación y a los programas generales del trabajo.

Un programa profundo de relaciones públicas, con sus múltiples contactos con el mundo en torno, puede, en su momento mejor y cuando es discutido honradamente por los órganos superiores, constituir una prueba eficaz de programas o teorías e incluso provocar la revisión de éstos.

Muchas personas, enfrentadas con la tarea de influir sobre la opinión pública, subestiman las dificultades y los costos. Sólo las actividades continuas y de largo alcance, bien planificadas y hábiles, con la aplicación de técnicas modernas, parece que den resultado. Es esencial contar con los fondos necesarios; la piedra filosofal no existe.

Se ha puesto de manifiesto que para despertar un sentimiento profundo de buena voluntad popular hacia el sector forestal en Suecia hay que cumplir un requisito previo natural y muy valioso. En una época en que la urbanización constituye una característica principal del desarrollo de la comunidad, los montes representan el contrapeso de la aglomeración y el ruido, significan el esparcimiento, e incluso aportan una nota de poesía. Muchos técnicos forestales probablemente no han pensado nunca en esto, y, sin embargo, se trata de una cuerda que vale la pena pulsar. Pero se necesitan buenos intérpretes; en otro caso, el tono podría resultar falso.


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