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Proyectos forestales del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo

SECRETARÍA DE LA FAO

A continuación se presentan tres historias de casos concretos elegidos entre los 70 proyectos aproximadamente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Fondo Especial), que ha administrado la Dirección de Montes e Industrias Forestales, y que sirven para ilustrar la importancia que revisten los proyectos forestales en las actividades globales de la FAO.

La forestería no es agricultura ni los productos forestales son alimentos. Sin embargo, es muy real la relación que existe entre los árboles y las regiones secas y polvorientas, las inundaciones y la erosión del suelo, y esto de por sí bastaría para justificar que la FAO interviniera en las actividades forestales. Sin embargo, hay otro motivo que consiste en que las industrias forestales pueden contribuir apreciablemente a la renta nacional de los países en desarrollo. El establecimiento y la evolución de las industrias de la pasta, el papel y la madera, exigen toda una serie de especialistas técnicos que suelen faltar o escasear en dichos países. La FAO contribuye a llevar a cabo inventarios forestales, a planificar las políticas nacionales en materia de montes, a formar el personal que trabajará en las actividades forestales, a estudiar la viabilidad de establecer industrias concretas, o bien a desarrollar los parques y bosques de recreo.

India: Creación de centros de capacitación en corta y extracción

Al alcanzar su independencia, la India disponía de un servicio forestal oficial, pero hacía hincapié casi exclusivamente en la silvicultura y conservación de montes. La extracción y el transporte estaban casi enteramente en manos de los pequeños contratistas locales, carentes de conocimientos y de técnicas y que no disponían de mano de obra capacitada, de capitales ni de equipo, y administraban las explotaciones con métodos primitivos y relativamente ineficaces.

Se logró algún adelanto para instaurar métodos mejorados de explotación maderera y transporte durante el decenio de 1950. Se enviaron diversas misiones de asistencia técnica de la FAO a distintas regiones de la India, estableciéndose una Subdirección de Explotación Maderera en el Instituto de Investigaciones Forestales de Dehra Dun en 1957. Esa Subdirección actuó como organismo coordinador de los distintos departamentos forestales estatales y como centro general de intercambio de informaciones en materia de corta y extracción. También recopilaba estadísticas sobre la economía de las diversas prácticas de explotación y llevaba a cabo investigaciones acerca de la eficacia de distintos tipos de equipo y métodos de corta y extracción. Se encargaba de estudiar las técnicas y equipo extranjeros en relación con las condiciones imperantes en la India y publicaba folletos, notas de investigación, etc.

La FAO llevó a cabo un curso de capacitación de operaciones de corta y extracción en Cachemira, en 1958, dentro del marco de su programa de asistencia técnica y con el apoyo del Gobierno de Suiza. Se impartió enseñanza al personal a los niveles de oficial forestal, técnico forestal y capataz en la manipulación de las herramientas manuales y metálicas para el apeo, troceado y extracción, así como en la teoría y la práctica de explotación de montes. Se perseguía el propósito de preparar a los cursillistas para actuar a su vez como instructores al reincorporarse a sus tareas habituales. El curso fue administrado por Hans Winkelmann, de Suiza, y puede decirse que constituye un primer éxito con carácter experimental.

Sin embargo, fue demasiado reducida la escala en que se llevó a cabo este curso para que tuviera efectos importantes en la eficacia del personal empleado en todos los servicios forestales estatales, dado el número elevado de personas que necesita ser capacitado y la diversidad de tipos de bosque, topografía y clima de la India. Por consiguiente, en 1962 se presentó una petición para un proyecto del Fondo Especial y ulteriormente se firmó el Plan de Operaciones para un proyecto de cuatro años, obteniéndose el dinero de cuatro fuentes distintas. Se determinó en 555500 dólares la asignación del Fondo Especial y la contribución de contrapartida del Gobierno de la India en especie en la cantidad de 570852 dólares. Las contribuciones de ayuda bilateral de Suecia y Finlandia se cifrarían en 38500 y 7750 dólares, respectivamente. Además, se esperaba que Suecia aportase 348000 dólares para financiar un programa de actividades complementarias.

La finalidad del proyecto, según fue establecida por S.I. Sjöstedt (Suecia), consistía en capacitar personal forestal en:

1. planificación de las operaciones de corta y extracción y estudios sobre su eficacia en condiciones diferentes, con la debida atención a las consideraciones económicas;

2. funcionamiento y conservación de equipo mecánico para corta y extracción (cablevías, malacates, tractores, camiones, dispositivos de carga, aserraderos portátiles);

3. técnicas de explotación, que comprenden el empleo y la manutención de herramientas manuales y sierras mecánicas, métodos de apeo, arrastre manara y con tracción animal y otros medios de transporte no mecánicos.

Los cuatro centros de capacitación estaban situados en Dehra Dan, Chanda y Coimbatore.

En la India jamás se había empleado equipo moderno de corta y extracción como el que aquí aparece antes de que iniciara sus actividades el proyecto del centro de capacitación. Este aparejo ha sido facilitado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Fondo Especial), pero los gobiernos de Suecia y Finlandia han donado también mucho equipo.

El Instituto del Trabajo y Fisiología de Estocolmo llevó a cabo una investigación experimental para determinar los tipos de herramientas básicas de corta y extracción más adecuadas para las condiciones imperantes en la India. Aunque la duración del estudio fue tan sólo de siete semanas y abarcó un número limitado de trabajadores forestales, su aplicación puede ser general, debido a la forma en que se enfocó el problema mediante una combinación de estudio fisiológico y laboral, como medio destinado a obtener datos útiles acerca de la idoneidad de las herramientas a bajo costo.

Esa investigación ciertamente fue pertinente para el programa de capacitación de instructores en la India, que perseguía el propósito de habilitar a los instructores para que ulteriormente capacitasen entre 200000 y 300000 trabajadores forestales, labor que implica problemas considerables de orden administrativo, económico y psicológico. Sin embargo, la experiencia de otros países evidencia que una capacitación de esa índole representa una óptima inversión. La capacitación eficaz de trabajadores forestales rendirá resultados visibles y económicamente ventajosos en pocos años.

Se está distribuyendo a los diversos estados interesados el equipo suplementario enviado por Suecia, que emplearán los instructores en la capacitación de trabajadores, habiéndose iniciado ya en pequeña escala esta capacitación. Se recomienda un programa de dos semanas como mínimo. Se espera que en el transcurso del último año de ejecución del proyecto, 1968/69, se atribuya la máxima importancia a esta labor de capacitación y que en adelante sean los propios estados los que organicen sus programas de capacitación. También se espera instituir la fabricación local de las herramientas y el equipo adecuados para las operaciones de corta y extracción.

Tanzania: Colegio Universitario de Ordenación de la Fauna Silvestre Africana

Está situado en Africa oriental, donde el turismo constituye una principal fuente de ingresos. Por ejemplo, el turismo en Kenia, cuya principal atracción son los cinco principales parques nacionales, reporta ingresos en divisas que ocupan el tercer lugar después de los derivados de las exportaciones de café y té. El turismo ha ido aumentando a razón de 15 por ciento al año en los últimos cinco años y se espera que continúe ese ritmo de aumento hasta 1970.

Entre tanto, se ha hecho manifiesto en los parques nacionales que la relación entre los animales y su habitat, o entre las diferentes especies animales, se estaba alterando, lo que culminaba en una superpoblación de algunas especies y la extinción de otras. En los últimos dos decenios, las investigaciones han contribuido mucho a hacer extensivas las normas de ordenación de la fauna silvestre a las condiciones imperantes en Africa. Sin embargo, para que pueda aplicárselas a los parques nacionales y reservas de caza de Africa, era evidente la necesidad de disponer de guardas de caza capacitados en ecología y biología básicas, así como en conocimientos prácticos de manipulación de las poblaciones de animales salvajes y su correspondiente habitat.

Esto sucedía cuando la mayoría de los países africanos interesados estaban alcanzando su independencia y, por consiguiente, los guardas de caza europeos abandonaban el territorio, de modo que Africa se enfrentó con la necesidad urgente de conseguir guardas de caza africanos capacitados. El costo de esa capacitación y el número relativamente reducido de personas necesarias en cada país hacía que la idea de crear escuelas nacionales de capacitación resultara quimérica.

En estas circunstancias se creó, en junio de 1963, el Colegio Universitario de Ordenación de la Fauna Silvestre Africana de Mweka, en las laderas del Monte Kilimanjaro, en Tanzania. Ese colegio universitario, que iba a desempeñar funciones regionales y a capacitar estudiantes de los países de habla inglesa de Africa, se financió inicialmente con fondos del Gobierno de Tanzania, de la African Wildlife Leadership Foundation y de los Estados Unidos de América, contando con la asistencia de la República Federal de Alemania y del Reino Unido. Se envió una misión consultora a Africa central y meridional en 1963, encargada de estudiar las posibilidades de que el PNUD iniciara actividades en el sector de la ordenación de la fauna silvestre, que visitó Mweka y recomendó al colegio universitario como proyecto apto para optar a la asistencia del Fondo Especial. La FAO colaboró en la preparación de una petición enviada a Nueva York, que fue aprobada en mayo de 1965. El propósito consistía en reforzar y ampliar el colegio universitario aumentando el número de maestros, elaborando un plan de estudios y programas de campo y proporcionando más equipo.

En la actualidad, la enseñanza es de dos niveles, lo que permite optar a un diploma superior de estudios en un curso de dos años de duración para aspirantes a guarda de caza, y otro curso de un año de duración que permite optar a un certificado de ayudante de guarda de caza. Además, se celebran cursillos ocasionalmente para ojeadores, maestros de escuela, guías de parques, estudiantes de agronomía y otros grupos interesados, para enseñarles algunos de los principios elementales de la ordenación de la fauna silvestre.

La capacitación que se lleva a cabo en Mweka está orientada a dar al estudiante una experiencia práctica sobre el terreno, además de la suficiente labor de aula necesaria para comprender nociones básicas de la biología y ecología de la fauna silvestre y ordenación de pastizales. Los estudiantes pasan la mitad del tiempo en el campo, inventariando los animales salvajes y su habitat, ayudando a perseguir y a detener a los cazadores furtivos e informándose acerca de los procedimientos judiciales, la conservación de vehículos, la cartografía y lectura de los mapas, además de obras tales como construcción de pistas o puentes provisionales.

El control de los animales salvajes posiblemente peligrosos tales como el elefante, el búfalo o el león, es tarea cada vez más común para los oficiales de la fauna silvestre y, cuando abandonan Mweka, cada estudiante posee ya su experiencia al respecto por haber colaborado en trabajos de esa índole en Tanzania o en Kenia.

Se creó Mweka teniendo particularmente presentes las necesidades del Africa oriental. Sin embargo, se pudo apreciar prontamente la importancia que revestía la formación que ofrecía ese colegio universitario y empezaron a recibirse solicitudes de ingreso de todo el territorio africano, e incluso de Asia, si bien los aspirantes de Africa oriental obtenían preferencia. Se han fijado en 1500 dólares EE.UU. al año los derechos que se cobran a los gobiernos patrocinantes por cada estudiante que asiste al curso diplomado y en 1350 dólares para los que siguen el curso certificado.

El Colegio Universitario de Ordenación de la Fauna Silvestre africana, en las laderas del Monte Kilimanjaro, Tanzania, es el primero de esta, naturaleza en Africa, y en él se capacitan técnicos para convertirse en guardianes de parques y ojeadores de caza. Se está organizando otra escuela en el Camerún. En la foto, los alumnos aprenden cómo acercarse a pie a los elefantes.

Una Junta de Administración, constituida por representantes de los tres países del Africa oriental, el PNUD y la FAO, es el órgano responsable y facultado para administrar la escuela (anteriormente en manos del gobierno) e inclusive decidir acerca del programa de estudios, el personal local y la financiación de contrapartida. La Junta Administrativa se reúne para celebrar consultas periódicas acerca de la administración de la escuela con los representantes de los países de donde procede la mayoría de los estudiantes que habrán de graduarse. Como el presidente de la junta es director de la Organización de Investigaciones Forestales y Agricultura de Africa oriental y como el Colegio Universitario de Nairobi está representado, se mantiene estrecha relación entre esas organizaciones y el programa de Mweka.

El problema principal con que se tropieza en Mweka es el de formar estudiantes que proceden de ambientes muy distintos y que han cursado estudios académicos de niveles diferentes, para atender luego a exigencias nacionales también diversas. Aunque se exige un mínimo de normas académicas, algunos países han tropezado con dificultades para hallar estudiantes que posean esos requisitos entre el personal del Departamento de Caza En un principio fue preciso transigir y aceptar aspirantes cuyo nivel de conocimientos era inferior, a fin de no privar a algunos países de la posibilidad de enviar alumnos al Colegio. Sin embargo, después del primer año de actividades, ha mejorado apreciablemente la calidad de los alumnos nuevos.

Desde el comienzo del proyecto se han graduado al nivel de diploma unos 50 guardas de caza y 70 ayudantes de guardas de caza al nivel de certificado, procedentes de Tanzania, Kenia, Uganda, Sudán, Etiopía, Zambia, Nigeria y Camerún, habiendo asistido más de 100 participantes a los cursillos especiales cuya duración varió entre dos semanas y dos meses.

El primer director del proyecto aportado por la FAO fue H. F. Lamprey (Reino Unido). Asumió un puesto especial de investigaciones en las planicies de Serengeti, en Tanzania, en el año 1966, y posteriormente ese puesto fue asumido por A. J. Mente.

El porvenir del actual personal fénico y su sustitución ulterior por instructores locales es parte del problema del futuro de Mweka, cuando termine la ayuda del PNUD en 1970. Dada la apreciable experiencia práctica necesaria para enseñar los procedimientos de ordenación de la fauna silvestre, no puede esperarse que las personas que acaban de graduarse asuman en un futuro cercano las funciones que desempeñan funcionarios expatriados. Pero sí se espera que, con el aumento de las contribuciones que hagan los gobiernos participantes, se resuelva la situación hasta que los biólogos africanos se hagan cargo de la enseñanza en todas las materias.

Los primeros estudiantes enviados a Mweka han regresado a sus respectivos departamentos nacionales y por la labor desempeñada han demostrado el valor de formación que obtuvieron en Mweka. Quizás el mejor argumento sobre el éxito obtenido por ese colegio sea el hecho de que el PNUD haya aprobado una petición para crear una escuela análoga para los países de habla francesa de Africa, y de que estén estudiándose proyectos equivalentes para Asia sudoriental y América Latina.

Perú: Investigación y capacitación forestales

En el Perú los montes cubren la mitad de la superficie total del país, si bien tan sólo el 20 por ciento es accesible. Los principales obstáculos que impiden el desarrollo de las industrias forestales son la falta de conocimientos acerca de la composición de los bosques, la falta de una conciencia sobre las posibilidades técnicas del aprovechamiento de las maderas y la carencia total de sistemas modernos de utilización.

El Gobierno del Perú pidió asistencia al PNUD para llevar a cabo un programa quinquenal de investigación y capacitación forestales en 1963, iniciándose la ejecución de un proyecto en ese año. El propósito era:

1. proporcionar al país una facultad de ingeniería forestal encargada de formar ingenieros forestales de categoría profesional;

2. establecer una escuela de peritos forestales para capacitar personal especializado, que trabajaría sometido a la supervisión de los ingenieros forestales;

3. establecer un instituto de investigaciones forestales y de productos forestales encargado de llevar a cabo investigaciones sobre los principales problemas forestales del país.

La facultad de ingeniería forestal fue establecida como parte de la Universidad Agraria de La Molina, cerca de Lima, iniciándose un programa quinquenal que incluía tres años de estudios básicos de ciencias agronómicas y dos años de especialización en dasonomía y trabajos de campo. Se organizaron cursos intensivos de dasonomía para los alumnos que ya poseían títulos de agronomía o de ciencias naturales y para los funcionarios del Servicio Forestal que disponían ya de experiencia práctica.

La labor del Instituto de Investigaciones Forestales y Productos Forestales, establecido también dentro de la Universidad Agraria, consiste en reunir y difundir informaciones acerca del desarrollo de las industrias forestales; en llevar a cabo investigaciones en cuatro centros locales de investigaciones sobre silvicultura y regeneración de los bosques tropicales en altitudes elevadas, el secado, conservación y aserrío de la madera, y realizar inventarios forestales y otros levantamientos afines según se requieran. La información así reunida se facilita a los organismos oficiales, a los propietarios de los bosques y a la industria privada.

La escuela de peritos forestales está afiliada a la Universidad de la Amazonia Peruana, en Iquitos, y establecida en la zona de bosque tropical inferior. Tiene un programa de estudios de dos años que abarca principalmente estudios prácticos. Además, se han organizado cursos especiales para trabajadores forestales experimentados procedentes del Servicio Forestal y de la industria privada.

La asistencia prestada por el PNUD al proyecto va a terminarse en 1968. La facultad de ingeniería forestal, que actualmente se llama Facultad de Ciencias Forestales, inició sus actividades con una matrícula de 10 estudiantes en el programa de estudios intensivos y de 7 en el programa ordinario de estudios quinquenales. Los estudiantes que asisten a los cursos intensivos, una vez terminada su capacitación, consiguen el título de ingeniero forestal y se emplean como profesores de dedicación total en la facultad de ciencias forestales y en la escuela de peritos. La matrícula en el programa de estudios ordinario ha aumentado ahora a 43 y se enseñan en total 17 cursos. Dentro de la Facultad existen dos departamentos - el Departamento Forestal y el Departamento de Productos Forestales - que disponen cada uno de un programa de estudios independiente. A partir de 1967 se abrió la matrícula también a los estudiantes procedentes de otros países.

Como Director de Proyectos de la FAO desde 1963, John M. Yavorsky organizó el personal, el programa de estudios y los servicios de la nueva Facultad de Ciencias Forestales de Lima (Perú). El Dr. Yavorsky trabajó anteriormente atete años en la sede de Roma, contribuyendo a organizar el programa de la FAO en materia de utilización y tecnología de la madera. En 1967, se le destinó a la sede del PNUD en Nueva York. Hace poco fue nombrado Director de la Office of Public Service and Continuing Education, State University College of Forestry, Syracuse (Nueva York).

Las deliberaciones celebradas entre representantes del PNUD la FAO, la Universidad Agraria y el Ministerio de Agricultura del Perú, han culminado en un acuerdo en el sentido de que el actual instituto de investigaciones debería convertirse, con nueva ayuda exterior, en un centro de investigación y desarrollo forestales. El centro pasaría a ser un órgano autónomo que se encargaría de las investigaciones aplicadas y de la planificación relacionadas con las actividades y productos forestales También serviría como centro de enlace y coordinación entre la facultad de ciencias forestales, el servicio forestal y las industrias de productos forestales. La financiación del centro se hará con cargo al actual fondo forestal, a asignaciones aprobadas por el Congreso, y a los ingresos derivados de los estudios e investigaciones que se llevan a cabo para otros organismos oficiales e industrias privadas. Se espera que los proyectos regionales y subregionales de desarrollo forestal incluidos en los programas de desarrollo económico del gobierno aumenten apreciablemente la renta nacional del Perú.

L.J.V.


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