Página precedente Indice Página siguiente


El papel de las plantaciones forestales en el desarrollo de sabanas

A. L. McCOMB Y J. K. JACKSON

A. L. McCOMB es director (FAO) y J. K. JACKSON silvicultor de un proyecto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo que se está llevando a cabo en la Estación de Investigaciones Forestales sobre Sabanas Sumara, Zaria, Nigeria. Este documento se preparó para el Comité de la FAO de Desarrollo Forestal en los Trópicos.

Aspectos técnicos y económicos, con especial referencia a Nigeria

SE HA ESTIMADO que la sabana africana comprende aproximadamente unos 5 millones de millas cuadradas,1 o sea aproximadamente la mitad de la superficie de este extenso continente. Estas sabanas aparecen a ambos lados del bosque higrofítico ecuatorial. Brown (1965) describe las principales zonas de sabana: la zona sudanesa semiárida de transición, las sabanas de Guinea, los bosques de Miombo y el «bushveld» meridional. Una exposición más técnica de las sabanas de Nigeria es la de Keay (1953), que acotó cinco grandes zonas a las que se aplicaron los nombres de sabana sahélica, sudanesa, de Guinea septentrional, de Guinea meridional y sabana derivada. En el mapa de vegetación africana de la Asociación de estudios taxonómicos de la fauna tropical africana (AETFAT), 1959, se relacionan siete distintos tipos de sabana bajo el epígrafe general de tierras arboladas, sabanas (y estepas); la zona sahélica que no se incluye figura bajo el concepto de estepa arbolada.

1 Para los factores de conversión al sistema métrico, véase el final del articulo.

El término sabana se emplea en Africa con un sentido amplio y a veces bastante impreciso, comprendiendo, al parecer, gran número de distintos tipos de vegetación. Por lo común, denota una mezcla de gramíneas y árboles pequeños. En estas páginas no se tratará de describir las distintas clases de sabanas, remitiéndose al lector a las publicaciones sobre el tema. La mayor parte de las consideraciones generales que en este documento se hacen se refieren a las tierras arboladas y sabanas tal como figuran en el mapa de la AETFAT o a las distintas zonas de Africa occidental descritas por Keay, excepto la zona sahélica.

Varios autores recalcan el papel del fuego en la formación y mantenimiento de muchas de las sabanas actuales. Independientemente de cuáles sean los factores ecológicos que dan lugar a sabanas, debe consignarse aquí que el actual tamaño y aspecto de los árboles sabaneros puede dar una imagen totalmente errónea de la productividad potencial de muchas estaciones y, de hecho, de su productividad actual si se plantan con algunas especies exóticas.

Aspectos económicos de la forestación de sabanas en Nigeria

De los 5 millones de millas cuadradas de sabana africana, suman 300 000, o sea unos 190 millones de acres, que representan todos los distintos tipos de Africa occidental, las que se dan en Nigeria. Esta cifra equivale a un 85 por ciento de la superficie total del país. Consideración importante para la silvicultura y la agricultura la constituye la baja productividad actual de las tierras de sabana, los métodos mediocres de ordenación de suelos y vegetación que actualmente se aplican, el potencial relativamente grande de aumento de producción de cultivos forestales, alimenticios y para fibras, el rápido ritmo de crecimiento demográfico y las perspectivas de que la población siga aumentando rápidamente durante algún tiempo.

CUADRO 1. - ESTIMACIÓN, DISTRIBUCIÓN Y DENSIDAD DE POBLACIÓN EN LA SABANA NIGERIANA

Zona de vegetación


Población

Densidad por milla cuadrada


Superficie

Millones

Miles de millas cuadradas

Zona sudanesa

18,2

130

140

Zona de Guinea (norte y sur)

10,2

74

137

Sabana derivada

7,0

250

28

FUENTE: Thulin, 1966.

No se conocen con gran exactitud los índices de crecimiento demográfico, pero en algunos estudios y estimaciones se señala un aumento anual aproximado de un 3 por ciento. Quizá revista importancia en el aspecto forestal que tanto la población total como la densidad sean mayores en la zona sudanesa que en las de Guinea; en éstas, en cambio, la humedad y la productividad forestal suelen ser, en general, mayores.

El régimen de aprovechamiento de la tierra varía con el clima, el suelo y la localización de los mercados. En la anterior región septentrional de Nigeria, cuyos límites corresponden aproximadamente a los de la sabana, un 16 por ciento de la tierra está ocupada por cultivos o en barbecho, el 37 por ciento se clasifica en la categoría de bosque y el 46 por ciento es pasto arbustivo no cultivado y eriales; el 9,2 por ciento de la tierra está constituido por reservas forestales. En la actualidad se despliegan esfuerzos para aumentar la producción agrícola y reducir los costos; se ha establecido un servicio de extensión que en último término comprenderá técnicos forestales.

En los pasados 15 años ha registrado un notable aumento el número de industrias que elaboran los recursos naturales locales de la sabana. Las industrias se concentran en las principales ciudades de las grandes arterias de transporte, principalmente Kano, Kaduna, Jos, Saria, Sokoto y Maiduguri. De éstas, sin embargo, son pocas las que emplean gran cantidad de madera.

El sistema de transporte en la sabana es objeto de ampliación y mejoramiento constantes, sobre todo la construcción de carreteras de tarmac. Se procede al mejoramiento de algunas carreteras secundarias. El actual sistema ferroviario no ha sido ampliado.

ASPECTOS ECONÓMICOS DE LA SILVICULTURA DE PLANTACIÓN

Son relativamente pocas las industrias forestales de la sabana nigeriana, comprendiendo tres aserraderos, una fábrica de cerillas, una fábrica de papel que emplea pasta importada y varias fábricas pequeñas de muebles. Existe una producción considerable de postes pequeños para uso local. En 1964-65 salieron de la provincia de Bornu 2 221 toneladas de goma arábiga (Acacia senegal) y se emplearon 1 000 toneladas de frutos de Acacia nilotica para la fabricación de taninos en Kano.

Thulin (1966) estimó el consumo anual de los principales productos forestales en la sabana nigeriana del modo siguiente:


Millones de pies3

Leña

785

Postes para casas

22

Otra madera rolliza en casas

21

Trozas de aserrío

11

Madera para pasta

1,3

Postes para líneas de transmisión

0,04

Total

840,34

Estimó asimismo el consumo de productos forestales en los años 1980 y 2000 basándose en dos distintas hipótesis (Cuadro 2). En A se supuso que la población aumentaría a razón del 2 por ciento anual, dándose asimismo por supuesto que el ritmo de aumento de ingresos por persona aumentaría en el 2 por ciento; en B se supuso que ambos aumentos serían del 2,5 por ciento.

Son pocas las especies sabaneras que se prestan para la producción de trozas de aserrío y la única fuente de este producto en las regiones de sabana está constituida por pequeñas zonas de bosque marginal. Por tanto, a las futuras necesidades de trozas para aserrar y de madera industrial habrá que hacer frente recurriendo a plantaciones. Probablemente, las zonas de arbolado natural de sabana y los árboles de fincas agricolas seguirán suministrando la mayor parte de la leña y postes sin desbastar para construcción de casas, aunque el rendimiento es bajo. Una zona bastante bien poblada de arbolado de Isoberlinia dio un rendimiento medio de 270 pies³ por acre a una edad estimada de 50 años, o sea 5,4 pies³ anuales por acre.

CUADRO 2. - CONSUMO ESTIMADO DE PRODUCTOS FORESTAELS, 1980 Y 2000




1980

2000

A

B

A

B

Millones de pies3

Leña

820

950

865

1 230

Postes para casas

26

30

31

44

Otra madera rolliza para casas

21

27

21

35

Trozas de aserrío

20

22

44

61

Papel

8

11

45

97

Postes para líneas de transmisión

0,2

0,3

1,2

1,8

Total

895

1 040

1 007

1 469

La estimaciones de acres de plantación necesarios para atender las futuras necesidades de madera figuran en el Cuadro 3, si bien, como antes se indica, a la mayor parte de las necesidades de leña habría que atender probablemente recurriendo a otras fuentes.

CUADRO 3. - ESTIMACIÓN DEL TAMAÑO DE PLANTACIÓN REQUERIDO PARA SATISFACER LAS FUTURAS NECESIDADES DE MADERA, 1980 Y 2000




1980

2000

A

B

A

B

Miles de acres.

Leña

5 466

6 333

5 766

8 020

Trozas de aserrío

200

220

440

610

Madera para pasta

40

55

225

500

Total

5 706

6 608

6 431

9 130

Total trozas de aserrío y madera para pasta

240

275

665

1 110

Los costos de establecimiento de plantaciones varían en gran medida con el tamaño y densidad de los árboles de sabana que se impone eliminar al preparar el terreno para la plantación, los costos de producción y plantación de plantitas y los costos de cultivo y lucha contra malas hierbas hasta que se cierre la cubierta de copas. Afortunadamente se dispone ahora de cifras exactas sobre un proyecto de instalación experimental que se encuentra actualmente en su cuarto año en un sector de la sabana derivada en el Estado centro-norte de Nigeria (Barrott, 1969), cifras que se resumen en el Cuadro 4. Las especies plantadas son la teca (Tectona grandis) y la gmelina (Gmelina arborea). En esta localidad, los árboles de sabana son mayores y los rodales más densos que los que se encuentran en la mayoría de las estaciones de que se dispone para la plantación. En una zona de 5 acres estudiada por Jackson había 99 árboles por acre, el 66 por ´ciento de los cuales correspondían a la clase de un diámetro de 3 a 6 pulgadas, otro 19 por ciento a la de 6 a 9 pulgadas y un 5 por ciento a la de 9 a 12 pulgadas.

CUADRO - COSTO POR ACRE PARA ESTABLECER PLANTACIONES DE TECA EN NIMBIA, NIGERIA


Plantitas en macetas de politeno

Plantitas de vivero desmochadas

Preparación del terreno

Aclareo

£ 12.10.0.

£ 12.10.0.

Acumulación restos por fajas

4. 0.0.

4. 0.0.

Quema

6.0.

6.0.

Aclareo adicional

17.0.

17.0.

Roturación

3. 0.0.

3. 0.0.

Total, preparación

£ 20.13.0.

£ 20.13.0.

Establecimiento

Material de vivero

4. 4.0.

1.18.0.

Plantación

1. 2.0.

1. 0.0.

Transporte semillas.

1. 2.0.

0.10.0.

Cultivo, 3 años

7.15.6.

7.15.6.

Zanjas cortafuegos, 3 anos

1. 6.0.

1. 6.0.

Total, establecimiento

£ 15.15.6.

£ 12. 9.6.

Total, preparación y establecimiento..

£ 36. 8.6.

£ 33. 2.6.

Gastos generales locales

£ 11. 0.0.

£ 11. 0.0.

Totales generales..

£ 47. 8.6.

£ 44. 2.6.

NOTA: 1 libra esterlina (£) = 2,4 dólares EE.UU. Los costos se basan en operaciones de 1968 que comprendían 300 acres, con un promedio de 691 árboles por acre.

En el segundo turno, cuando el aclareo ya no es necesario, los gastos de preparación del terreno han de ser mucho menores. Así, a fin de calcular el rendimiento económico, Barrott obtuvo un costo medio por acre restando 6. 10.0 libras esterlinas del aclareo y 1. 10.0 por venta de leña del aclareo, arrojando una media de ajuste de 36.2.6 libras esterlinas por plantas desmochadas.

Basándose en el costo de establecimiento de 36.2.6 libras esterlinas por acre y aplicando la fórmula de Faustmann, Barrott calculó un rendimiento económico comprendido entre el 10 y el 11 por ciento. Dio por supuesto un costo del terreno de 6.10.0 libras esterlinas y un turno de 50 años para la teca, con aclareos para obtención de postes en los años 6, 10, 15, 20, 25, 30 y 40.

Las indicaciones anteriores sólo constituyen un ejemplo. Los costos varían considerablemente de una estación a otra. Tratándose de zonas de árboles más pequeños en masas menos densas, podrían ser sensiblemente menores que en los anteriores ejemplos. También cabría reducir los costos si la escala de plantación fuera suficiente para justificar el empleo de maquinaria pesada. En Zambia, en arbolados más espesos que en Nimbia, Allan (1966) señala un costo de aclareo comprendido entre 3.17.5 y 3.19.6 libras esterlinas, empleando tractores D-7 y cadenas.

Endsjo (1967) recopiló costos de establecimiento de plantaciones en la zona sudanesa. En anteriores tierras agrícolas, exceptuando los gastos generales, los costos del primer año fueron de 11 libras esterlinas por acre, y los del segundo, de 7. En tierras de sabana, los costos del primer año fueron de 13 a 17 libras esterlinas por acre; los del segundo no se conocen. Si se supone que los costos del segundo año en sabana son iguales que en tierras de labor y que los costos del tercer ano ascenderán a 3 libras esterlinas, los costos totales, exceptuando los gastos generales, se elevan a unas 20 libras esterlinas tratándose de tierras agrícolas y de 23 a 27 en el caso de sabanas.

Es relativamente poca la información con que se cuenta sobre el volumen y rendimiento económico de plantaciones de sabana en Nigeria. En el caso del neem (Azadirachta indica), en la zona sudanesa, el crecimiento anual medio de madera para leña y postes pequeños en turnos de 8 años oscila entre unos 50 y 300 pies³ anuales por acre (Gravsholt y otros, 1967). En algunas estaciones, la gmelina da un rendimiento aproximado de 300 pies³ anuales y la teca más de 100. Las especies de eucaliptos en buenas estaciones alcanzan probablemente un mínimo de 400 pies 3. No se dispone de estimaciones sobre pinos.

Aspectos técnicos de la forestación de sabanas

SILVICULTURA Y GENÉTICA
Selección de especies

Las especies del arbolado natural de sabana son de calidad mediocre y de crecimiento lento, y no se cree que sea posible aumentar mucho los actuales rendimientos de 1 a 10 pies³ por acre. Además, no han resultado alentadoras las plantaciones de varias de las especies madereras más valiosas, como Khaya senegalensis, Anogeissus leiocarpus y otras. Ha sido, pues, necesario someter a ensayo en varias estaciones la idoneidad de especies exóticas para distintos usos. Tales ensayos no son nuevos en Africa; entre los exponentes de introducciones satisfactorias en Nigeria figuran Azadirachta indica en la sabana sudanesa, Gmelina arbórea en la Guinea meridional y Tectona grandis en Guinea meridional y en la sabana derivada, y varias especies de eucaliptos y pinos. Los ensayos sistemáticos de especies no cuentan con una antigüedad mayor de 10 a 15 años en la mayoría de los países africanos.

Los ensayos de especies exóticas se han realizado en varias etapas. En general, las especies para ensayo han sido elegidos en ambientes climáticos similares, pero este principio no se ha seguido rígidamente a causa de los muchos casos de especies (como Pinus radiata) que se han desarrollado satisfactoriamente en ambientes distintos de su habitat natural. Se han previsto ensayos separados para las seis siguientes zonas climáticas netamente distintas: Sudán, Guinea septentrional, Guinea meridional, sabana derivada, altiplano de Jos (4000 a 4 500 pies de altura) y altiplano de Mambilla (5 000 a 6 500 pies).

En Nigeria, las distintas etapas de ensayo se denominan eliminación, crecimiento y plantación. El ensayo de eliminación de especies se orienta a eliminar de ulteriores ensayos las especies que claramente no se presten para dicho ambiente. Las parcelas son pequeñas, repetidas, y la observación suele ultimarse en dos o tres años, si bien hay pruebas de que, en el caso de algunas especies, sobre todo coníferas, seria conveniente un período de ensayo más prolongado. El ensayo de crecimiento, tratándose de las especies que salen airosas de los ensayos de eliminación, aporta información sobre rendimiento, rapidez de crecimiento, forma del tallo y de la corona, agentes que provocan daños y muerte, etc. Suelen emplearse parcelas de un décimo de acre repitiéndose en un tipo de suelo. De ser posible, se establecen parcelas de ensayo de crecimiento en tres tipos de suelos, que representan los que se dan en dicha zona climática y, si se repiten en distintas zonas climáticas, aportan información útil sobre requisitos de la estación y localizaciones óptimas para futuras plantaciones. Los ensayos de plantación de las especies mejores que proceden de los ensayos de crecimiento permiten obtener información sobre incremento, rendimiento por superficie y calidad de la madera. Las parcelas pueden variar de tamaño entre 1 y 5 acres. A continuación de los ensayos de crecimiento y simultáneamente con los de plantación se efectúan los ensayos de procedencia con las especies que brindan mejores perspectivas. Con frecuencia, las diferencias dentro de las especies son muy grandes y a veces tan importantes como las que existen entre ellas. Estos ensayos se repiten en cada localización y, por lo común, se establecen en más de una de las seis principales zonas climáticas. Aportan información sobre variabilidad de especies y sobre las mejores fuentes de semilla para cada zona de plantación.

FIGURA 1. - Sabana típica de pluviosidad media en Tanzania.

En Nigeria se han hallado varios híbridos espontáneos de eucaliptos. Uno muy prometedor parece ser el E. grandis x E. camaldulensis o tereticornis. En la zona de Guinea septentrional hay árboles que en 5 años han alcanzado diámetros de 8 pulgadas y alturas superiores a los 65 pies. En el altiplano de JOB hay árboles de 14 años que tienen una altura comprendida entre los 85 y los 95 pies, y los de ± 40 años llegan a los 120 pies. La gran variación entre los distintos árboles en rodales de híbridos indica que son plantas de la generación F2. De aquí que se proceda a establecer plantaciones compuestas de una matriz de E. camaldulensis o tereticornis con distintos árboles de E. grandis a intervalos de unos 60 pies para obtener semilla de generación F1. Esta técnica se aplica ya en Zambia.

En Nigeria suman bastante más de 100 las especies que han pasado por la etapa del ensayo de eliminación de especies; más de 60 las que son objeto de ensayos de crecimiento; 9 las sometidas a ensayos de plantación, y actualmente se realizan ensayos de procedencia con Eucalyptus camaldulensis, E. pilularis, E. saligna, E. microtheca, E. grandis, E. citriodora, E. maculata, E. tereticornis y E. decaisneana; y asímismo con Tectona grandis, Pinus caribaea, P. oocarpa, P. khasya y P. merkusii. Los ensayos de procedencia con E. camaldulensis, han puesto de manifiesto dos procedencias muy prometedoras, ninguna de las cuales ha sido sometida a ensayo en Nigeria. Transcurridos dos años, los árboles de estas procedencias han alcanzado alturas de 30 pies sin riego, y de 45 pies en 18 meses con riego en el primer año. Se procede a establecer huertos de semillas de procedencias que prometen buenos resultados. Se ha preparado un informe sobre los resultados de los ensayos de eliminación y crecimiento hasta abril de 1968, informe que comprende 89 especies y un híbrido, y asimismo breves notas sobre el crecimiento y la silvicultura de 45 especies y del híbrido.

Actualmente cabe formular recomendaciones provisionales sobre algunas especies para plantaciones de sabana en Nigeria. Se basan en plantaciones efectuadas antes de 1958 por forestales al servicio del Gobierno de la entonces región norte, en la labor del Departamento Federal de Investigaciones Forestales de 1958 a 1965 y en los estudios de la Estación de Investigaciones Forestales de Sabanas desde 1965. Se cree que habrá de transcurrir un mínimo de 10 años para poder formular predicciones de exactitud razonable sobre idoneidad; por tanto, habrán de pasar otros 6 años para que las plantaciones iniciales de la Estación de Investigaciones Forestales de Sabanas estén dispuestas para someterlas a una primera evaluación a largo plazo. No obstante, a base de la información con que ahora se cuenta se formulan las siguientes sugerencias.

ZONA SUDANESA. Azadirachta indica (neem) está bien probada y en general es superior a cualquier otra. Algunas procedencias de Eucalyptus camuldulensis pueden ser útiles en estaciones escogidas.

ZONA DE GUINEA SEPTENTRIONAL. Un híbrido de eucalipto (probablemente E. qrandis x camaldulensis o tereticornis; E. citriodora, algunas proveniencias de E. camuldulensis y posiblemente E. cloeziana y E. tereticornis. Aunque sólo tienen cuatro años de edad, Pinus caribaea y P. oocarpa, prometen dar buenos resultados.

ZONA DE GUINEA MERIDIONAL. Gmelia arbórea (gmelina) es una especie bien ensayada; la teca (Tectona grandis) puede emplearse en las mejores estaciones; el Eucalyptus grandis y sus híbridos con camaldulensis o tereticornis.

SABANA DERIVADA. La teca y la gmelina son especies bien ensayadas. También pueden resultar útiles varias especies del bosque higrofítico, por ejemplo, Terminalia ivorensis.

ALTIPLANO DE JOS. Híbridos de Eucalyptus grandis, E. camaldulensis, E. cloeziana y E. robusta; Pinus caribaea, P. oocarpa y P. khasya.

ALTIPLANO DE MAMBILLA. Eucalyptus grandis y sus híbridos. Varias especies de pinos presentan aspecto muy prometedor, pero requieren ensayos más prolongados.

Producción de material de vivero

Reducir el costo de establecimiento de plantaciones exige la producción de material de vivero de bajo costo que sobreviva a la operación de plantación, crezca rápidamente y compita satisfactoriamente con otra vegetación de la estación. Las experiencias recogidas hasta la fecha indican que, en la mayoría de las especies, el material de maceta de politeno es superior a las plan tas desmochadas. Sin embargo, éstas resultan más económicas de criar y de transportar al lugar de la plantación y el método puede utilizarse satisfactoriamente en el caso de la teca, el neem, la gmelina y quizá otras especies frondosas. Es necesario llevar a cabo ulteriores trabajos para determinar las especies y condiciones en que las plantas desmochadas pueden emplearse satisfactoria y económicamente.

El tamaño de las macetas afecta a la manipulación y transporte y, por tanto, a los costos de establecimiento de la plantación. Se han realizado experimentos en la sabana sudanesa y de Guinea septentrional con eucaliptos en macetas de tamaño normal en comparación con dos tamaños menores. Al sacarlas del vivero, las plantas de las macetas de tamaño mayor eran más altas y crecían algo mejor en el campo. Las diferencias de crecimiento no eran grandes. Se impone llevar a cabo más ensayos de campo.

La producción de material de vivero de gran utilidad exige atender rigurosamente a las mezclas de macetas, régimenes de riego, fertilizantes y temperaturas. En la Estación de Investigaciones sobre Sabanas se han realizado experimento. de mezcla de macetas con eucaliptos y pinos. En el caso del Eucalyptus camaldulensis, una buena mezcla era 2 ó 3 partes de estiércol bien descompuesto de vacuno con 3 ó 4 partes de arena, más 5 libras de superfosfato sencillo por yarda³. de mezcla. Tratándose del Pinus caribaea, una buena mezcla era arena y tierra de la capa arable de bosque caducifolio en proporciones de 1:4 ó 2 3 con 28 onzas de superfosfato por yarda³ de mezcla y una pequeña cantidad de tierra que contuviera hongos micorrizas. Quizá sea necesario un complemento de nitrógeno. Se impone realizar ulteriores experimentos sobre mezclas de suelos, el equilibrio más indicado de elementos nutritivos y niveles hídricos para el desarrollo óptimo de las plantas y la reducción de pérdidas de nutrientes por lixiviación.

Las macetas de politeno de color negro han resultado superiores en características duraderas al politeno de color natural. Sin embargo, las temperaturas en macetas negras o color natural expuestas a la intemperie pueden ser muy elevadas. A finales de marzo o principios de abril, en Samaru (Nigeria) se han medido temperaturas de hasta 128°F (53°C) dentro del plástico negro; en cambio, en el centro de la maceta, a una profundidad de 4 pulgadas, la temperatura llegaba a los 122°F (50°C). A estas temperaturas se produce la muerte de las semillas colocadas en las hileras externas de las camas de macetas. Además, el micelio de al menos una especie de hongos micorrizas no sobrevive a temperaturas superiores a los 100°F (38°C).

Establecimiento de plantaciones

Preparación del terreno. Anteriormente se ha tratado de los costos de preparación del terreno. Es necesario llevar a cabo estudios para determinar si cabe reducir sensiblemente tales costos. Para realizar tales trabajos es indispensable disponer de equipo variado muy costoso, por lo que en Nigeria no se han efectuado ensayos comparados.

Existen numerosas estaciones en las que el suelo presenta una capa de coraza ferruginosa casi impermeable muy cerca de la superficie y debajo de la cual suele haber buen suelo que permite la radicación profunda del árbol. Hace falta realizar experimentos de rompimiento del terreno para determinar si estas estaciones pueden resultar plantables y, asimismo, si el desgarramiento de los puntos que tengan capas arables duras y densas fomenta un mejor crecimiento.

FIGURA 2. - Erosión en la sabana de Nigeria: es el precio que hay que pagar cuando no existe una adecuada ordenación; en el uso de e la tierra.

Plantación. Los métodos que actualmente se emplean para plantar semillas de macetas de politeno han resultado muy satisfactorios en punto a supervivencia y crecimiento temprano. Quizá sean necesarios ulteriores estudios para aumentar la supervivencia de plantas desmochadas. En Nigeria es una práctica normal la aplicación de dieldrin para combatir los termes que pueden matar plantitas jóvenes. Teniendo en cuenta la toxicidad del dieldrin, en último término habrá que llevar a cabo estudios sobre otras sustancias y métodos.

Cultivo y escarda. Las experiencias recogidas durante un período de 10 a 15 años han recalcado la necesidad absoluta de combatir las plantas competidoras, especialmente gramíneas, si en las nuevas plantaciones se quiere obtener un alto grado de supervivencia, buen crecimiento temprano y un rápido cierre de las copas. A causa de diferencias en la escarda, se han establecido conclusiones erróneas relativas a las especies aptas para la plantación. Si es completa la lucha contra las malas hierbas en las estaciones de la zona de Guinea, la cubierta de copas de eucaliptos, gmelina y teca se cierran en dos años, y las de Pinus caribaea y P. oocarpa, en el altiplano de Jos y en Guinea septentrional, en tres.

Las malas hierbas se eliminan por métodos mecánicos y manuales. Los mejores resultados se obtienen empleando un cultivador rotatorio montado en la parte posterior de un tractor de ruedas. Es necesario proceder a la escarda manual en las hileras. El trabajo hecho con un disco tirado por tractor es algo menos satisfactorio y a veces corta las raíces laterales de los árboles. Por lo corriente hacen falta tres escardas en el primer año y dos en el segundo.

Se están elaborando planes para realizar experimentos sobre el empleo de fitocidas para combatir las malas hierbas. En terrenos pendientes, rocosos o muy encepados, la escarda química o manual constituye el único método apto. Hace falta realizar investigaciones para determinar si cabe combatir satisfactoriamente las malas hierbas con productos químicos, qué relación existe entre los costos de distintos métodos o combinaciones de métodos y cuáles son los métodos que favorecen un crecimiento óptimo de los árboles.

Espaciamiento. El espaciamiento afecta al desarrollo y ritmo de crecimiento del árbol, rendimiento de los rodales, tiempo necesario para el cierre de copas, costo de la escarda, número de plantas necesarias por acre, tiempo y rentabilidad de las claras y, por tanto, costos del establecimiento de la plantación y sus beneficios económicos. La Estación de Investigación ha organizado experimentos de espaciamiento con neem en la zona sudanesa, con teca en la sabana derivada, con eucaliptos en el altiplano de Jos y con pinos en la zona de Guinea septentrional. La duración de los experimentos es todavía demasiado reducida para dar resultados significativos.

SUELOS
Prospecciones

La silvicultura de plantación requiere conocer las mejores estaciones para cada especie y seleccionar éstas antes de proceder a la plantación. Los fines de la prospección de suelos en la Estación de Investigaciones Forestales sobre Sabanas son: a) descripción de los suelos en todas las parcelas de ensayo considerándola una de las bases para determinar los requisitos de la estación; b) descripción, clasificación y representación cartográfica de los suelos en las reservas forestales como base para ubicar ulteriores ensayos y determinación de las zonas que habrán de plantarse en posteriores proyectos de forestación en gran escala

Los reconocimientos semidetallados de suelos en las reservas forestales de la sabana nigeriana han comprendido 244 102 acres en 8 reservas de las zonas del Sudán, Norte y Sur de Guinea y sabana derivada y en el altiplano de Jos. La clasificación es esencialmente la de d'Hoore (1964). En general, los suelos más idóneos para las plantaciones de especies forestales son los suelos francos profundos y arenosos de buen avenamiento sin una capa marcada de coraza ferruginosa o plinthita. Los suelos del complejo basal son muy variables en profundidad e idoneidad; los formados por areniscas y pizarras son menos variables. Los más fértiles se derivan de los basaltos recientes o son suelos de contextura media a fina de rocas sedimentarias en zonas de pluviosidad inferior a las 30 pulgadas. En la zona de Guinea septentrional, con pluviosidad de 40 a 55 pulgadas y una temporada de sequía que dura de 5 a 6 meses, se considera que un suelo que permita una radicación a profundidades mínimas de 10 pies es bastante apto para la plantación Se han excavado raíces de Eucalyptus propinqua hasta una profundidad de 10 pies, e indicios indirectos señalan una penetración mínima de las raíces de 14 ó 15 pies en el caso de algunas especies

En el Cuadro 5 se resumen los datos sobre idoneidad para plantación de zonas de las reservas forestales investigadas, atendiendo al juicio del técnico encargado del reconocimiento de suelos. Sin contar con datos suficientes sobre la estación y el crecimiento es difícil fijar criterios válidos para una clasificación más exacta No obstante, los datos tabulados resultarán útiles hasta que se hayan desarrollado criterios más afinados

Uno de los principales problemas en el reconocimiento de suelos de sabana para el establecimiento de futuras plantaciones es la falta de indicadores adecuados visibles sobre el terreno o en fotografías aéreas para delimitar las zonas de distintos suelos, sobre todo en lo que respecta a profundidad. El índice de estación de árboles de sabana es de difícil determinación, toda vez que las determinaciones de edad pueden ser inexactas y las diferencias de altura de los árboles pueden confundirse con diferencias en la densidad de las masas y los variables efectos de la agricultura migratoria y de la quema.

CUADRO 5 - ZONAS DE RESERVAS FORESTALES EN SABANAS NIGERIANAS EN CADA CATEGORÍA DE INDONEIDAD

Reserva forestal


Superficie total

Idóneas

Pasables

Bastante idóneas

No idóneas

Acres

Afaka

26 982

5 666

3 917

12 007

5 392

Nimbia

5 440

2 554

462

2 406

18

Río Sanga1

70 054

23 676

27 335

8 901

4 680

Mokwa

15 123

8 881

5 754

399

89

Osara

119 040

-

946

46 722

71 372

Yambawa

385

-

-

380

5

Gindiri-Langai

3 271

684

306

805

1 476

Rafin Bauna

2 477

5

5

10

2 457

Mongu

1 332

200

307

201

624

1 El resto de la zona no clasificada comprende enclaves de la reserva.

Las diferencias en la composición y densidad de vegetación arbustiva y herbácea, de posible importancia como indicadores, se deben con frecuencia a la quema o al pastoreo más que al suelo y al clima.

El reconocimiento y descripción de suelos a profundidades de 10 pies o más resulta difícil, prolongado y costoso, incluso contando con equipo hidráulico de extracción de muestras. Además, las propiedades físicas del suelo cambian de la temporada de lluvias a la seca. Algunas capas de suelos densos son tan duras en la temporada de sequía que resulta imposible perforarlas y en algunos suelos arenosos no es posible extraer la muestra sin mojarlos previamente.

Otro problema se refiere a la profundidad a que hay que llegar al determinar el perfil del suelo. La norma debe ser llegar a la profundidad a que penetren las raíces del árbol. La actual información sobre penetración de las raíces es insuficiente.

Física del suelo

Para producir árboles útiles en clima de sabana con temporadas de sequía aguda y larga se requieren suelos que absorban y almacenen grandes cantidades de agua disponible durante la temporada de lluvias y que permitan la penetración y función de las raíces en las capas más profundas. Para determinar el grado en que los suelos reúnen estas condiciones se importe conocer las propiedades físicas del suelo y el ciclo hidrológico de éste. El exceso de agua y una aeración mediocre crean problemas en algunas estaciones durante la temporada de lluvias La fertilidad de los suelos depende también de las propiedades físicas, químicas y biológicas

En ocho estaciones de Afaka, en la sabana nigeriana de Guinea septentrional, se procede a efectuar mediciones de la humedad del suelo empleando métodos gravimétricos, de dispersión de neutrones y de resistencia eléctrica. Tales mediciones, que dieron comienzo a principios de 1968, van empezando a dar una imagen clara del modo en que el agua penetra en el suelo, de la cantidad que queda almacenada en el perfil de éste y disponible en distintas épocas del año, y de cuánta se pierde por evapotranspiración. Estos estudios ponen de manifiesto cambios en la humedad almacenada a profundidades de 20 pies indicando la posibilidad de que las raíces efectúen retiradas directas de profundidades de 15 pies o más. Durante un período de 8 meses, de octubre de 1968 a mayo de 1969, las pérdidas por evapotranspiración fueron de cerca de 26 pulgadas en la sabana arbolada de Guinea septentrional y de 23,5 tratándose del Eucalyptus citriodora de 11 años de edad (Cuadro 6). Como la pluviosidad total correspondiente a 1968 fue de unas 44 pulgadas y las anteriores pérdidas sólo correspondían a 8 meses, no comprendiendo los meses de lluvias de junio a septiembre, es evidente que las pérdidas anuales por evapotranspiración correspondientes a 1968 representaron un gran porcentaje de la pluviosidad total. Las mediciones efectuadas en un curso de agua próximo pusieron de manifiesto que sólo el 6 por ciento de la pluviosidad de 1968 apareció después en el caudal de la corriente. En la misma zona, la evaporación procedente de un evaporímetro de artesa abierta ascendió a 63 pulgadas.

Los árboles de 12 años de Eucalyptus citriodora y los de 4 de E. saligna siguieron aumentando de diámetro y los pinos de 2 años aumentaron de altura durante todo el año, si bien los índices correspondientes a enero y febrero fueron bajos. Las curvas de agotamiento de humedad del suelo o perfiles de desecación presentaron un descenso constante de la zona de máxima pérdida de humedad del suelo a medida que se prolongaba la temporada de sequía. Durante todo el año, las capas freáticas fueron inferiores a 20 pies y en el momento culminante de la temporada seca rayaban probablemente por debajo de los 30 pies.

Todos estos datos recalcan la importancia de los suelos profundos con gran capacidad de almacenamiento de agua asimilable y de las texturas y estructuras favorables a una penetración pronta y profunda de las raíces. La profundidad del suelo y el almacenamiento de humedad disponible presentan carácter más crítico a medida que aumenta la duración de la temporada seca. Algunos suelos de complejo basal tienen densidades aparentes que llegan a 1,85 g por cm³ y con frecuencia presentan espesas capas de plinthita o coraza ferruginosa que son perjudiciales para la supervivencia y el crecimiento. Cuando las estructuras del suelo se han modificado a fin de que permitan una radicación profunda y fácil, como en los viejos termiteros, el crecimiento de los árboles es muy bueno.

Se impone efectuar investigaciones sobre las medidas de orden práctico y de aplicación pronta o a largo plazo que puedan adoptarse para modificar la estructura y densidad del suelo. Cuando se impiden los incendios anuales de matorrales, se recogen pruebas de cambios registrados en la estructura superficial de los suelos que dan lugar a densidades aparentes menores. La aradura profunda y la remoción del terreno pueden constituir un medio de hacer más profundos los cambios de estructura e incorporar materia orgánica en las capas afectadas. La protección de los suelos superficiales frente a temperaturas e índices de desecación elevados pueden influir en la formación de estratos duros.

Química del suelo y fertilidad

Los suelos no fértiles pueden resultar una causa de mediocre crecimiento de árboles en sabanas tan importante como la falta de humedad del suelo. Durante la temporada de lluvias, el índice de crecimiento está determinado en gran medida por la fertilidad del suelo.

Las pruebas de la importancia que revisten la fertilidad y las propiedades químicas de los suelos proceden de muchas fuentes. Los árboles que crecen en termiteros o cerca de éstos tienen con frecuencia una altura casi doble de la de los árboles adyacentes y presentan follaje verde oscuro. Cuando se cortan árboles de sabana y se queman en la estación de plantación, su crecimiento en los lugares en que se procedió a la

CUADRO 6. - EVAPOTRANSPIRACIÓN DEL SUELO EN DISTINTAS CUBIERTAS ARBÓREAS DE AFAKA, SABINA DE GUINEA

quema suele ser muy superior al obtenido en las demás zonas; sin embargo, hay puntos en que la concentración de cenizas impide el arraigo de plantas durante varios años. Los árboles plantados en tierras labrantías abandonadas suelen presentar grandes diferencias de ritmo de crecimiento vinculadas a los pasados tratamientos culturales y de ordenación del suelo. Por último puede señalarse el testimonio directo de los ensayos de fertilizantes.

Muchos de los suelos de sabana presentan una capacidad muy baja de canje catiónico, un nivel bajo de nutrientes asimilables y una acidez que va de modesta a fuerte (Cuadro 7). En su mayoría se ven sometidos intensamente al efecto de la intemperie y la lixiviación. Repetidos incendios han destruido la materia orgánica y provocado otros cambios en las propiedades físicas del suelo que afectan a la fertilidad; aunque la quema devuelve al suelo grandes cantidades de elementos no volátiles, algunos se pierden por erosión y lixiviación. Al parecer, el cultivo intensivo en el que es escasa la cantidad de materia orgánica y nutrientes que vuelven al suelo constituye también causa de baja fertilidad que explica la necesidad de la práctica de la agricultura migratoria.

Los experimentos de campo con fertilizantes aplicados a varios eucaliptos, pinos y teca en las sabanas del Sudán, Guinea septentrional y derivada ponen de manifiesto que el fósforo, el nitrógeno y el boro son los elementos de los que suele haber carencia, el potasio la presenta ocasionalmente. La marchitez descendente de los brotes y las deformidades foliares en varias especies de Eucalyptus en distintas estaciones se han corregido agregando boro. El fósforo es probablemente el elemento que presenta carencia más frecuentemente. El nitrógeno, sobre todo cuando se aplica con fósforo, va unido a un aumento del crecimiento en muchas estaciones, pero cuando se aplica solo es frecuente que frene el crecimiento. En algunas estaciones, la cantidad total de fósforo parece suficiente, pero, con todo, las plantas reaccionan frente a los fertilizantes fosfatados. Cabe fijar grandes cantidades de fósforo debido al alto contenido de óxido de hierro y a un bajo pH.

Existen testimonios que indican que durante la segunda mitad de la temporada de lluvias hay deficiencia de nitrógeno para el crecimiento en algunas estaciones. Se ha sugerido que el nitrógeno procedente de la cubierta muerta de la anterior temporada de sequía se moviliza con rapidez en la primera parte de la temporada de lluvias y luego se pierde rápidamente por lixiviación.

Las observaciones hechas sobre el crecimiento de árboles en plantaciones indican que el potencial genético en muchas especies de árboles es mucho mayor de lo que antes se creía y que cabe conseguir grandes aumentos de crecimiento si se crean las convenientes condiciones químicas y físicas del suelo. Problemas importantes que hay que resolver en parte mediante estudios de química del suelo comprenden la determinación de los niveles de nutrientes en los suelos con relación a los niveles óptimos y al equilibrio, los factores que determinan la asimilabilidad de fósforo y métodos de aumentar ésta; la aclaración del ciclo de nitrógeno en los suelos y su relación con la quema, y la investigación del boro del suelo, incluso niveles críticos y óptimos, y factores que regulan la asimilabilidad.

CUADRO 7. - CARACTERÍSTICAS QUÍMICAS DE ALGUNOS SUELOS DE LAS RESERVAS FORESTALES DE SABANA, NIGERIA

FIGURA 3. - Un vivero en Bukuru, Nigeria. Para reducir el coste del establecimiento de plantaciones, se requiere la producción de material de vivero, a bajo coste, que crezca rápidamente y que compita eficazmente con otra vegetación de la estación.

FISIOLOGÍA DE LOS ARBOLES

Es cometido de la fisiología explicar algunas de las diferencias en crecimiento y comportamiento de árboles que revisten importancia para la plantación. Los sectores de interés especial comprenden producción y germinación de semillas, aumentos de tamaño de la planta, eficiencia en la utilización de factores reguladores del crecimiento, diferenciación de tejidos y órganos, cambios de maduración y muerte. Corresponde a la fisiología explicar los procesos internos y los factores externos que los regulan. El almacenamiento de semillas, germinación y producción y los factores que regulan el crecimiento, como agua, temperatura, fotoperíodo y nutrientes son los problemas que la fisiología puede coadyuvar a resolver.

Almacenamiento de semillas

Cuando se emplean mucho las especies exóticas y el abastecimiento de semillas es inseguro, se hace necesario almacenar semillas para varios años. Se impone estudiar las mejores condiciones de almacenamiento y los efectos de la temperatura, humedad, luz y distintas concentraciones de oxígeno y anhídrido carbónico sobre la viabilidad y la disposición a germinar.

Germinación de semillas

La teca es buen exponente de una especie que germina mal. Se impone realizar estudios sistemáticos y amplios sobre la latencia del embrión y tegumentos y los factores que influyen en ellos en el caso de la teca y otras especies.

Floración y producción de semillas

La posibilidad de regular y controlar la floración reviste importancia práctica (a) para obtener semilla temprana y abundante de especies y procedencias que; prometan dar buenos resultados y con fines de producción de semillas híbridas (por ejemplo Eucalyptus grandis x camuldulensis) y (b) para impedir o retrasar el desarrollo de tallos torcidos (v. gr., teca) en que las flores terminales interrumpen el alargamiento del brote terminal.

FACTORES QUE REGULAN EL CRECIMIENTO

Agua

La deficiencia estacional de agua constituye una causa principal del lento crecimiento de los árboles, rendimiento bajo y muerte por sequía. En la Estación de Investigaciones se efectúan estudios sobre disponibilidad de agua de suelo, pérdidas por evapotranspiración, déficit de presión de vapor atmosférico y temperaturas en relación con déficit de agua internos y crecimiento. Estos estudios y otros sobre función de estómatas contribuirán seguramente a explicar las diferencias entre las especies en punto a resistencia a sequía y capacidad de conseguir un equilibrio hídrico satisfactorio y de desarrollarse en climas secos.

En Zaria, en la sabana de Guinea septentrional, se efectúan estudios sobre daños y muerte provocados por la seguía en ejemplares de Eucalyptus robusta de 3 a 6 años. Las inyecciones de colorantes ponen de manifiesto diferencias en conducción de agua que cabe relacionar con lesiones en el tallo y formación de gomas en las células que se diferencian del cambio.

Temperatura

En algunas estaciones de Nigeria, los pinos subtropicales presentan anormalidades de crecimiento y de desarrollo que comprenden incapacidad de las yemas para romper la latencia, el hecho de que los brotes no desarrollen agujas y diferencias en el desarrollo de las yemas laterales. En el último caso, algunos brotes desarrollan un número anormal de yemas laterales, mientras las de otros no se desarrollan, dando lugar a un árbol sin ramas que se ha dado en llamar «cola de zorro». Las observaciones hechas en varias estaciones de distinta altitud indican que la temperatura es un factor coadyuvante. Se tienen en proyecto estudios en cámara de crecimiento con ambiente regulado para determinar los requisitos de temperatura.

Fotoperíodo

Algunas de las anormalidades antes descritas en el caso de los pinos en altitudes superiores pueden deberse a diferencias en la duración de la noche y el día. Se impone efectuar estudios en cámara de crecimiento para determinar los requisitos de fotoperíodo.

Nutrientes

Síntomas carenciales. Hacen falta experimentos de cultivo en maceta para generar síntomas de deficiencia de nutrientes en distintas especies, a fin de que TALES carencias puedan determinarse y corregirse sin tener que recurrir a experimentos en macetas o de campo.

Niveles óptimos. Los análisis foliares de plantitas en experimentos realizados en maceta y en ensayos de campo en que se han aplicado distintos niveles de nutrientes proporcionarán información que oriente sobre la fertilización de la plantación para obtener el máximo crecimiento.

PATOLOGÍA Y ENTOMOLOGÍA FORESTALES

Si la forestación en la sabana depende del empleo de especies exóticas es de esperar que se registren brotes de enfermedades y ataques de insectos, según enseñan las experiencias recogidas en otras partes del mundo en que se han utilizado especies exóticas o los árboles nativos se han plantado fuera de la estación. Cuando se establecen plantaciones puras con especies nativas, los insectos y enfermedades pueden constituir un factor restrictivo, v. gr., el barrenillo de los tallos de Khaya senegalensis, importante árbol sabanero. En las fases iniciales y finales de los ensayos de especies se necesitan patólogos y entomólogos para identificar organismos nocivos, estimar su potencial a fin de limitar el empleo de determinadas especies forestales, y, en algunos casos, desarrollar métodos de lucha.

En las zonas de la sabana derivada y de Guinea meridional, la teca nigeriana ha sido atacada por una pudrición del raigal y de la raíz que ha provocado mortalidad en trechos de los rodales y por una enfermedad (un posible agente causal es el Stemphylium sp.) que provoca marchitez descendente de los tallos en rodales jóvenes. Análogamente, en algunas ocasiones se ha observado gmelina que se secaba a trechos. Varias especies de pinos en las sabanas de Guinea y derivada padecen en medida leve de una o más enfermedades de las agujas; se ha aislado una especie de Pestalotia. En la sabana sudanesa han sido atacadas dos especies de Eucalyptus por un agente patógeno no identificado.

La inoculación de pinos con hongos micorrizógenos es actualmente objeto de estudio por parte de patólogos nigerianos. Como las plantitas se cultivan en macetas de politeno, los hongos no pueden propagarse fácilmente de árbol a árbol. Es necesario disponer de una fuente satisfactoria de inóculo y crear un medio ambiente adecuado para el crecimiento. Al parecer, las temperaturas elevadas limitan el crecimiento de Rhizopogon luteolus, un simbionte de hongo. Cuando se plantan en el campo sin micorrizas vigorosos o con alguna pudrición de las puntas de las raíces, las plantitas crecen muy lentamente y aumenta la mortalidad en la fase de arraigo. Con frecuencia se pierde el equivalente de dos o más años de crecimiento hasta que los pinos jóvenes adquieren vigor normal.

Bibliografía

ASSOCIATION FOR THE TAXONOMIC STUDY OF TROPICAL, AFRICAN FAUNA. 1959 Vegetation map of Africa. Oxford University Press. 24 P.

ALLAN, T.A. 1966 Plantation establishment methods in Zambia.

BARROTT, H.N. 1969 The Nimbia timber plantation project. Min. Nat. Resources and Cooperatives, N. Central State, Kaduna. 8 p. duplicated.

BROWN, Leslie. 1965 Africa: A natural history. Hamish Hamilton Ltd. London. 299 P.

D'HOORE, J.L. 1964 Soil map of Africa. Scale 1: 5.000.000 explanatory monograph. Commission for Technical Co-operation in Africa, Publication 93. Lagos.

ENDSJO, 1967 Fer-chr. Report on the costs and economic effects of establishment of forest plantations in the savanna region of Nigeria. Savanna Forestry Research Station, Samaru. 25 p. duplicated.

GRAVSHOLT, Sven, J.K. JACKSON y G.O.A. OJO. 1967 Provisional tables for the growth and yield of neem (Azadirachta indica) in northern Nigeria. Savanna Forestry Research Station. Research Paper 1. Samaru.

KEAY, R.W.J. 1953 An outline of Nigerian vegetation, 2a edición. 55 p.

THULIN, S. 1966 Report on wood requirements in relation to plantation establishment in the savanna region of Nigeria. Savanna Forestry Research Station Samaru. 53 p.

Factores de conversión

1 pulgada

= 2,54 centímetros

1 pie

= 30,5 centímetros

1 yarda

= 0,9 metro

1 milla

= 1,6 kilómetro

1 acre

= 0,4 hectárea

1 milla cuadrada

= 2,59 kilómetros cuadrados

1 pie cúbico

= 0,03 metro cúbico

1 pie cúbico por acre

= 0,07 metro cúbico por hectárea

1 onza

= 0,28 hectogramo

1 libra

= 0,45 kilogramo

1 £ esterlina

2,4 $ EE.UU.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente