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Metodología de los ensayos de procedencia de especies forestales

J. BURLEY

El segundo período de sesiones del Comité de la FAO de Desarrollo Forestal en los Trópicos, que tuvo lugar en Roma, del 21 al 24 de octubre de 1969, pidió que se diera amplia difusión a este documento.

EN LA RECIENTE Segunda Consulta Mundial FAO/ IUFRO sobre Mejoramiento de Especies Forestales (Wáshington, agosto 1969) se atendió en medida considerable a las especies forestales tropicales. Se hizo hincapié en la necesidad de que la mayoría de los países tropicales desarrollen sus propias fuentes de semillas de especies y procedencias idóneas. Para proceder en tal sentido, un determinado país ha de ensayar primero toda una gama de especies potenciales y sus respectivas procedencias. Algunos países tropicales han iniciado ya extensos programas de ensayos y plantación, pero esto no se aplica a otros. El presente documento se propone servir de guión básico de las consideraciones que deben tenerse presentes para someter a ensayo las procedencias, suponiendo que se cuente con información que indique las especies idóneas

El término «procedencia» denota la fuente geográfica de la semilla o material vegetal o las plantas procedentes de tal fuente. En general cabe afirmar que las especies forestales de distribución geográfica amplia presentan considerables variaciones en punto a anatomía, morfología y fisiología.

Los estudios genecológicos de las especies forestales aportan información sobre la estructura y amplitud de la variación fenotípica y genotípica. La variabilidad puede guardar relación con la distribución de factores ambientales continuos o discontinuos, como tipo de suelo y altitud, exposición o latitud, con los factores conexos de precipitación, temperatura y fotoperíodo. La aportación relativa de la genética y el medio ambiente a la variación (lo mismo en caracteres taxonómicos clásicos que en características fisiológicas estudiadas más recientemente, como la fotorreacción o la reacción termoperiódica) puede evaluarse criando plantitas de distintas fuentes de semilla en condiciones relativamente uniformes, como en cámaras de crecimiento, invernaderos, viveros o en ensayos de campo.

Aunque esenciales para un programa racional de plantación con una especie no ensayada, estos estudios genecológicos resultan costosos en tiempo, mano de obra, personal capacitado y equipo, por lo que deben reservarse para que los lleven a cabo las organizaciones de investigación competentes. En cambio, los ensayos de procedencia debe llevarlos a cabo cada país que desee someter a ensayo una especie determinada. La finalidad práctica principal de tales ensayos es identificar las procedencias cuyas semillas dan lugar a bosques productivos y bien adaptados. Además, se requiere información sobre la gama de variaciones entre distintos árboles dentro de las procedencias.

Lo ideal es que cada país que desee someter a ensayo una nueva especie acopie su propia semilla. Sin embargo, muchas especies son indígenas de zonas de acceso difícil por razones de orden político o geográfico, por lo que es conveniente que exista algún organismo internacional central de acopio de semillas. Esto se aplica especialmente al caso de especies que revisten importancia extensa a título de exóticas, como Gmelina arbórea, Tectona grandis, Pinus caribaea, P. kesiya, P. merkusii y muchas especies de Eucalyptus. Entre los organismos que ya se ocupan del acopio internacional de semillas y del ensayo sobre el terreno de especies forestales figuran el Instituto de Investigaciones Forestales, Canberra (Australia); el Commonwealth Forestry Institute, Oxford (Reino Unido); el Centre technique forestier tropical, Nogent-sur-Marne (Francia); el Centro danés-tailandés de Mejoramiento de la Teca, Lampang (Tailandia). Estas actividades las coordina, y en algunos casos las apoya económicamente, la FAO mediante su Cuadro de Expertos sobre Recursos Genéticos Forestales.

Si tales organismos pueden acopiar suficiente semilla representativa de una serie representativa de procedencias, conviene que acometan ensayos internacionales comparados en régimen cooperativo empleando las mismas procedencias en varios países. El análisis conjunto de éstos proporcionará mayor información do la que se obtendría de cada país colaborador por separado, pero es conveniente que el análisis e interpretación combinados corran & cargo del organismo que inicie el proyecto. Exponentes de estos ensayos son los organizados en 1967-68 por el Commonwealth Forestry Institute de Oxford (fueron asignadas un máximo de 11 proveniencias de P. merkusii a 20 países y otro de 14 de Cedrela spp. se distribuyeron entre 14 países) y por el Comité de la FAO de Investigaciones Forestales Mediterráneas (Eucalytus camuldulensis y E. dalrympleana). Es indispensable que los resultados de los ensayos hechos individualmente y en colaboración se difundan lo antes posible publicándolos en oportunas revistas 0 boletines.

A fin de coordinar y unificar las investigaciones sobre procedencias y facilitar la difusión de los resultados, la IUFRO estableció en 1962 un Grupo de Trabajo sobre Investigaciones y Ensayos de Procedencias. Dicho Grupo de Trabajo presentó al Congreso de la IUFRO celebrado en Munich, en 1967, el segundo borrador de su informe «Standardization of Methods for Provenance Research and Testing»1 Unificación de los métodos de investigaciones y ensayos de procedencia), informe que comprende recomendaciones generales sobre muestreo de procedencias y adquisición de semillas, diseño, disposición y análisis, técnicas y evaluación en las fases de vivero y plantación, y publicación de resultados. Es de aplicación general, pero los problemas especiales de los trópicos exigen un examen más detenido.

1 En Proceedings of the fourteenth session of the IUFRO Congress, section 22: p. 672-718.

El informe de la IUFRO ha sido objeto de distribución amplia, y en el supuesto de que la FAO, la IUFRO demás organismos antes indicados organizarán el acopio y distribución de semillas certificadas y el cotejo internacional de los resultados, el presente documento se centra en las razones y metodología de los ensayos de procedencia que podría llevar a cabo un determinado país tropical.

No es posible ni conveniente sentar afirmaciones específicas sobre métodos. Los países tropicales presentan grandes variaciones en punto a personal capacitado, recursos, estaciones, especies de interés y objetivos, por lo que en este trabajo se esbozan algunos conceptos fundamentales que debe tener en cuenta todo país tropical que acometa investigaciones sobre procedencias.

Objetivos

El principal objeto práctico de los ensayos de procedencia es localizar del modo más rápido y económico posible las procedencias que permiten formar bosques bien adaptados y productivos. De por sí, la productividad quizá no siempre lleve consigo un crecimiento rápido; criterios importantes podrían ser la supervivencia, la resistencia a factores ambientales desfavorables o plagas, la calidad de la madera y la producción de semilla. El segundo objeto principal es establecer rodales locales para la producción de semilla. La semilla que sobre puede sembrarse en distintas parcelas de procedencia o a modo de mezcla conglomerada, pero en uno y otro caso deben elegirse los mejores ejemplares con miras a la futura selección.

Al planificar cualquier ensayo de procedencia es necesario percatarse cabalmente de los objetivos exactos que se persiguen y se impone conocer para todas las características de interés el grado admisible de diferencia entre las procedencias; la información sobre este grado de diferencia y la exactitud de la medición resulta esencial para diseñar los experimentos e interpretar el significado estadístico analítico en la práctica. Reviste poca utilidad medir con aproximación de milímetros la altura de los distintos árboles (o bien efectuar repeticiones suficientes para estimar la altura media de las procedencias) si la diferencia crítica entre dos valores medios de procedencia es de 1 metro. En general, las diferencias significativas son del orden del 5-10 por ciento de la media.

Al definir los objetivos de un ensayo deben enunciarse claramente el número de variables y la frecuencia de la medición. Más adelante se trata de algunas características de utilidad inmediata, pero aquí debe recalcarse que en muchos ensayos de procedencia se efectúan demasiadas mediciones de demasiadas variables.

Resulta tentador, sobre todo en el caso de una especie no ensayada en absoluto o de una especie en la que resultaría difícil repetir la representación de procedencias, tratar de medir todos los caracteres posibles con la mayor intensidad y frecuencia posibles. Sin embargo, las dificultades de elaboración, análisis e interpretación de datos aumentan rápidamente al aumentar el número de variables, y la proporción entre beneficios y costos es sumamente baja. Por lo común, los datos se acopian, pero no se analizan. La disponibilidad cada vez mayor de ordenadoras rápidas facilita la aplicación de técnicas analíticas de distintas variables, que pueden poner de relieve relaciones entre las procedencias que no resultan evidentes en el análisis de una variable, pero con frecuencia se acometen análisis no planificados «para ver qué sucede».

Aunque las instituciones especializadas estén dispuestas a ofrecer su personal y equipo para realizar análisis complejos, los recursos del país tropical que establezca el ensayo pueden limitar los datos acopiados. En tal caso deben asignarse prioridades a caracteres que revistan utilidad práctica inmediata y a los que sólo son de utilidad a título de discriminantes descriptivos o biosistemáticos. Los caracteres taxonómicos podrían muy bien ser evaluados al menos una vez en muestras idóneas por dependencias de investigación especializadas, sobre todo las que inician ensayos de procedencia susceptibles de comparación en el plano internacional.

Tipos de ensayos de procedencia

Para localizar la mejor o mejores procedencias de una especie para un determinado lugar, país o región pueden ser necesarios varios tipos y etapas o fases de ensayo de procedencia. La selección depende de la información con que se cuente, del grado de variación natural en la especie y de la variación entre las posibles estaciones de plantación. En la elección influirán también los objetivos de la serie de ensayos, los recursos de que se disponga y la importancia de la especie en el programa nacional. Quizá resulte posible reducir a una sola varias de las fases o bien combinar el ensayo de procedencias de varias especies similares o efectuar paralelamente varias de las fases. Adicionalmente, en precedentes ensayos de especies, pueden compararse dos o más procedencias de algunas especies.

Tratándose de una especie de distribución amplia es improbable que un solo experimento permita indicar la mejor procedencia ni siquiera para un solo tipo de estación. Por tanto, cabe recurrir a las siguientes etapas para cada uno de los tipos principales de estación: 1. fase de muestreo de amplitud de toda la gama; 2. fase de muestreo restringido; 3. fase de prueba (fase de comportamiento del cultivo).

FASE DE MUESTREO DE AMPLITUD DE TODA LA GAMA

Esta etapa persigue la finalidad de indicar grandes regiones en que pueda comprobarse que las procedencias presentan una adaptación y productividad rezonables. Como se subraya en el informe de la IUFRO, es posible que permitan acotar zonas generales de las que deban evitarse ulteriores importaciones de semilla en gran escala o bien autorizarse a reserva de los resultados que arrojen los ensayos de la segunda etapa; sin embargo, su función principal es indicar procedimientos para ésta. Resultaría útil elaborar para cada especie un método sistematizado (preferiblemente cuantificado) de clasificación homoclimal. Con frecuencia se carece de una definición precisa de la estación.

Los estudios de muestreo de esta amplitud deben ser breves y sencillos. Si se dispone de semilla y recursos suficientes, cabe plantar en otro lugar grandes bloques de cada procedencia a fin de obtener estimaciones de rendimiento a edad de rotación plena y de proceder a la selección de los distintos árboles, hibridación de procedencias, producción de semilla y mantenimiento de la reserva génica. Sin embargo, el objeto principal de esta fase es eliminar lo antes posible las procedencias que evidentemente no brinden buenas perspectivas, reduciendo así las procedencias a un número al que se pueda hacer frente para someterlo a ensayos más rigurosos. Según el área de distribución de la especie y de la disponibilidad de semilla, el número de procedencias sometidas a ensayo puede ser grande. En seis estaciones de Malawi se someten actualmente a ensayo un total de 25 y 36 procedencias de Pinus elliotlii y P. taeda. Están representadas unas 150 en algunas plantaciones del último ensayo de Pseudotsuga menziesii organizado por la IUFRO y se han efectuado más de mil recolecciones de semilla de Picea abies.

La duración de esta fase debe oscilar entre un cuarto y un medio de la rotación comercial y, como la competencia entre las plantas será relativamente reducida hasta esta etapa, son admisibles las parcelas pequeñas. Lo más corriente es emplear parcelas cuadradas de 16 a 25 árboles, pero se han recomendado las de 1 a 9 árboles, sobre todo para experimentos con gran número de procedencias (más de 50) y cuando se dispone de medios para llevar a cabo los complejos análisis consiguientes. Estos reducidísimos tamaños de parcelas tienen menos valor en los trópicos, donde el ritmo de crecimiento rápido provoca pronto la competencia entre los distintos árboles. Tienen el inconveniente de requerir muchas repeticiones, con las consiguientes dificultades de diseño, disposición y registro.

Las parcelas no siempre han de ser cuadradas de forma o en número de árboles. Si se hace uso de un número reducido, pueden bastar las parcelas lineales; sin embargo, el objeto de los ensayos de procedencia suele ser evaluar el comportamiento de las exentas de competencia por parte de otras, por lo que son preferibles las parcelas cuadradas: o rectangulares. En la forma pueden influir las proyectadas prácticas de ordenación, pero mayormente depende de la estructura de la variabilidad de la estación. Cuando existen pronunciados gradientes lineales de factores locales, las parcelas rectangulares deben disponerse con sus ejes longitudinales paralelos a los niveles de variabilidad de la estación.

Las parcelas de un solo árbol se utilizan rara vez, ya que la mortalidad normal da lugar a un número excesivo de parcelas faltantes y subraya la competencia entre las procedencias. Las procedencias que en caso contrario resultarían aceptables en plantación pura pueden eliminarse a causa de un crecimiento inicial lento. Conseguida la supervivencia, la altura suele constituir la principal variable de producción que se evalúa en los estudios que abarquen un área de distribución debido a que la competencia entre los árboles influye en ella menos que en el diámetro.

FASE DE MUESTREO RESTRINGIDO

Esta etapa se orienta a identificar regiones menores y, en último término, procedencias individuales que presenten máxima productividad. El número de procedencias objeto de ensayo puede ser de 5-10 y quizá sea útil representar cada una por semillas de árboles padres superiores y elegidos al azar. Esto depende de los medios con que cuente la entidad que acopie las semillas. Aparte los recursos de orden financiero, de espacio y de plantas, en esta etapa influyen en el tamaño de las parcelas dos consideraciones antagónicas. Habrá menos variación entre las parcelas de procedencias seleccionadas, los efectos recíprocos entre las parcelas serán menores, y, por tanto, el tamaño de la parcela podría disminuirse. (Sólo son necesarias las grandes parcelas cuando se supone que serán grandes las interacciones entre éstas.) En cambio, tales parcelas deben mantenerse a plena edad de rotación y podrían aportar información sobre el rendimiento (altura y diámetro) antes que la que se obtiene en la fase de prueba. Convienen, por tanto, las parcelas de mayor tamaño, recurriéndose por lo común a las de 49-169 árboles. Quizá convenga disponer de un contorno de una o dos hileras, sobre todo si no se quiere que la información sobre rendimiento se vicie por efectos marginales.

FASE DE PRUEBA

En esta etapa se procede al ensayo en condiciones normales de plantación de un reducido número de procedencias probablemente útiles. Mientras en las dos primeras fases debe atenderse cuidadosamente al diseño experimental, en la fase de prueba este aspecto reviste menos importancia. La repetición de parcelas de muestra dentro de las parcelas de prueba y entre ellas es esencial. Las parcelas de prueba son de extensión suficiente para permitir evaluaciones de medición unificadas (0,5-1,0 ha) o facilitar estudios sobre costos y estudios silvícolas (2-5 ha). Como en el caso de las anteriores etapas, éstas deben repetirse en los principales tipos de estación en cada país. Si cabe poner en relación el rendimiento con algunas características más sencillas, como la altura y el tamaño de la parcela, la duración de la fase de prueba podría reducirse. Debe llamarse aquí la atención sobre la conveniencia de elaborar pronto métodos para todas las etapas de ensayos de especies, procedencias y progenie. A las instituciones especializadas quizá les resulte posible realizar investigaciones en cámara de crecimiento sobre material que facilite las predicciones de comportamiento en condiciones de plantación tropicales.

Diseño y disposición experimentales

Al diseñar los ensayos de procedencia, el investigador debe, de ser posible, recabar el asesoramiento de un estadístico calificado y experto, sobre todo si las condiciones locales indican que será necesario apartarse algo de los diseños corrientes. El objeto del diseño experimental es reducir al mínimo la heterogeneidad ambiental y aumentar la precisión de las comparaciones de tratamientos (procedencias). Es posible reducir al mínimo el error experimental eligiendo un emplazamiento uniforme, si bien debe evitarse la uniformidad típica al ubicar los ensayos de procedencia. Resulta imposible eliminar todas las fuentes de error experimental y la utilización de diseños: experimentales válidos facilita la separación del error experimental respecto de otras fuentes de variación.

Un diseño de parcelas elegidos al azar podría ser útil para la fase de muestreo del área de distribución; sin embargo, para todas las etapas, el diseño que goza de mayor aceptación es la disposición aleatoria de bloques completos (Ras) en que cada repetición contiene una parcela de cada procedencia. Es sencillo, por lo que el diseño puede llevarlo a cabo y valorarlo personal relativamente poco experto, el análisis preliminar de la variancia de las medias de parcela puede efectuarse fácilmente con calculadoras de mesa. Es flexible, por lo que el diseño de campo puede ajustarse a las condiciones locales. Posee resistencia en el aspecto estadístico, lo cual lleva consigo que la pérdida de algunas parcelas, o incluso de repeticiones enteras, no invalide la utilización de los datos restantes. El número de repeticiones depende de la variabilidad de la estación, de la variabilidad de las procedencias, de la exactitud de la medición y del tamaño de las parcelas, además de las consideraciones en punto a recursos. Quizá sea necesaria la repetición en años separados si las fluctuaciones climáticas anuales son grandes. El diseño RCB debe emplearse siempre que sea posible, con tal que el número de procedencias o el tamaño de las parcelas, o ambos factores, no exijan que la zona de repetición sea demasiado grande.

Cuando se someten a ensayo gran número de procedencias o cuando se utilizan grandes parcelas, la mayor heterogeneidad ambiental puede reducir la precisión; en tal caso es conveniente alguna forma de diseño por bloques incompletos. Los tratamientos se disponen en pequeños bloques y los bloques se disponen de modo que los ambientes en el interior de éstos sean homogéneos. Son preferibles los tipos equilibrados, ya que cada tratamiento se da una vez en una repetición con todos los demás tratamientos, por lo que, de ser necesario, todo el experimento puede analizarse a modo de diseño RCB. Esto permite un pronto análisis por parte del personal local y quizá resulte el único método analítico posible si varias parcelas fallan o sufren daños, o si por razones de economía sólo se evalúan las mejores procedencias; además, permite estimar. la mayor precisión obtenido utilizando el diseño de bloques incompletos.

Los diseños de bloques incompletos equilibrados que actualmente analiza el Commonwealth Forestry Institute, Oxford, para especies tropicales a ensayos de procedencia, comprenden rejillas rectangulares para 12, 20 y 30 tratamientos y rejillas triples para 9, 16, 25 y 36 tratamientos. Estos resultan más eficaces que los diseños RCB, pero son más difíciles de supervisar, disponer, evaluar y registrar y no deben utilizarse de no ser absolutamente indispensable.

Sea cual fuere el diseño elegido para la etapa de plantación, conviene emplear el mismo diseño en el vivero. Las plantas destinadas a una determinada repetición de campo deben tomarse de la misma repetición de vivero. De este modo se funden los efectos de la repetición en vivero y en campo y se reduce al mínimo la variancia intraparcelaria.

Cuando se planifica una serie de ensayos dé procedencia correspondientes a distintos emplazamientos, se impone optar entre el empleo de un vivero central y de varios viveros separados. La decisión que se adopte debe basarse en consideraciones locales de costos de mano de obra y transporte, daños probables de las plantas por efecto del transporte, probabilidades de que se malogre todo el experimento si se basa en un solo vivero y probables prácticas futuras. Como ocurre con todos los aspectos de la ordenación de viveros y de campo, las técnicas elegidos deben ser características de las prácticas que se aplican o de las que se prevén para el futuro en cada estación. En el informe de la IUFRO se trata de muchos de los aspectos debatidos de la ordenación de viveros y de campo.

La serie de ensayos suele orientarse a localizar la mejor procedencia para cada estación en las condiciones propias de ésta en punto a medio ambiente y práctica o tratamiento cultural previsto. En todo análisis combinado que afecte a todas las estaciones, la estimación de la acción recíproca entre procedencia y estación pondrá de manifiesto si las procedencias no se comportan uniformemente en todas las estaciones e indicará la posibilidad de repetición o la estabilidad genética del material de ensayo. La probabilidad de reacción de la procedencia frente a las condiciones locales es mayor todavía cuando se trata de ensayos internacionales. En este caso es posible que se críe material similar de diferentes épocas del ano y en muy distintas condiciones climáticas, edáficas y de ordenación. Evidentemente sería imposible criar las plantas en un solo vivero, aun cuando las disposiciones sobre cuarentena permitieran expedirlas.

Ordenación y evaluación

No es posible hacer generalizaciones sobre la ordenación y evaluación de los ensayos de procedencia, pero en cada plan de ensayos deben figurar los respectivos detalles. Resulta difícil determinar por anticipado si las operaciones silvícolas como el aclareo y la poda se efectuarán en las fechas prescritas para el ensayo en conjunto o bien separadamente para las procedencias. El aclareo puede ser sistemático, aleatorio o selectivo, según los objetivos del ensayo. Sin embargo, en general, la ordenación ha de ser análoga a la que se aplique normalmente o la que se prevea que será la óptima para el material de ensayo.

Los tipos y frecuencia de la evaluación varían con la etapa del ensayo de procedencias, pero deben especificarse en el plan. Ultimada la etapa de vivero, cabe proceder al examen del comportamiento relativo de las procedencias a título de estudio independiente. Esto puede proporcionar información biosistemática o predictiva para la etapa de plantación. Las características del vivero, sobre todas las dimensiones, pueden emplearse a título de covariables en los análisis de plantación. Otras características del vivero útiles son: ritmo y volumen de germinación de las semillas, supervivencia de las plantas, uniformidad, características de cotiledones y de hojas.

Como antes se subraya, los países tropicales que sólo cuentan con recursos limitados deben asignar prioridades a las características productivas, descriptivas y taxonómicas. Los caracteres productivos y descriptivos que pueden evaluarse provechosamente tanto en la fase de muestreo de amplitud de toda la gama como en la de muestreo restringido, comprenden la altura, el diámetro, el espesor de la corteza, la profundidad y altura de la copa, el número de ramas, el ángulo y longitud, la supervivencia y la uniformidad. La derechura del tallo debe evaluarse recurriendo a una medición continua cuantificada o a la clasificación categórica. Estas características deben evaluarse a intervalos de 3-5 años durante todo el período comprendido por el ensayo, con un muestreo más frecuente (semestral o anual) en los 2 ó 3 primeros años.

Las mediciones más útiles del rendimiento se efectúan en la fase de comportamiento del cultivo evaluando la altura, el diámetro, la forma, el ahusamiento y el grosor de la corteza. Al término de esta etapa es cuando resulta más conveniente efectuar las comparaciones de calidad de la madera, si bien cabe recoger información preliminar en las fases anteriores del ensayo. Otras características importantes que deben evaluarse en todas las fases son fenología del crecimiento y de la floración, y productividad de semilla, lo cual puede requerir una observación intensiva durante varios años. En todas las etapas debe registrarse la reacción a factores ambientales y bióticos desfavorables; cuando se observan daños bióticos se impone identificar el agente causal.

Son cuatro las razones que aconsejan atender pronto a las mediciones:

1. Urge estimar corre]aciones entre edad juvenil y adulta, sobre todo tratándose de países que establecen extensas zonas de plantación con especies no ensayadas por completo.

2. Quizá sea necesario adoptar decisiones sobre selección de las procedencias antes de disponer de información sobre comportamiento del cultivo adulto o correlación entre cultivo joven y cultivo adulto.

En este caso se impone conseguir mayor seguridad mediante el análisis con distintas variables de varios indicadores de comportamiento del cultivo joven, v.gr., altura y diamétro en la plantación y después de transcurridos 6, 12, 18.y 24 meses.

3. Una parte de la variación en punto a características de la especie adulta puede ser explicable en función de las características juveniles por análisis de covariancia. Pueden resultar útiles las dimensiones en vivero y con posterioridad a la plantación, pero se impone atender a la posible subsistencia inmediatamente después de la plantación. Esto podría causar una disminución aparente en altura del árbol. Quizá sea preferible proceder a una evaluación a los seis meses de efectuada la plantación, si bien es esencial efectuar una encuesta de establecimiento inicial inmediatamente después de la plantación. Las labores de cultivo, sobre todo la aradura mecánica o de discos, pueden causar un aumento aparente en la altura del árbol, si bien el efecto que surte disminuye proporcionalmente a medida que la altura del árbol aumenta.

4. Resultará conveniente comparar el crecimiento total de las procedencias en toda la rotación. Cuando intervienen curvas de crecimiento sigmoides, en la rotación se producen pronto grandes cambios de pendiente y precisión y es necesaria una mayor intensidad de muestreo para conseguir una precisión uniforme en la comparación de procedencias en toda la curva de crecimiento.

JUBILACION DE EGON GLESINGER

Se ha jubilado de la FAO, con el cargo de Director General Auxiliar, el Dr. Egon Glesinger, quien perteneció a la Dirección de Montes y Productos Forestales desde su creación en 1946.

El Dr. Glesinger, que tienen ahora 62 años, nació en la ciudad silesiana de Teschen, que fue tertitorio austríaco hasta 1919, año en que fue dividida entre Checoslovaquia y Polonia. Estudió derecho y economía en Ginebra, Praga y en la School of Economics de Londres, y derecho internacional en Viena. Después de la publicación de su tesis doctoral, que versaba sobre la madera, fue invitado por el Secretario General de la Sociedad de Naciones a organizar una conferencia maderera. De esta conferencia surgió el Comité Internacional de la Madera, organización no gubernamental, de la que fue nombrado Secretario General. Los intereses de este órgano fueron en fecha posterior asumidos por la FAO.

Autor de la conocida obra The coming age of wood, el Dr. Glesinger fue relator del Comité Técnico sobre Silvicultura y Productos Primarios Forestales, creado por la Comisión Interina de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación en diciembre de 1943. El informe de este comité condujo a la inclusión de la silvicultura y de los productos primarios forestales dentro de la esfera de acción y de ]os estatutos de la Organización cuando fue creada en 1945, en Quebec.

Como Director de la Dirección de la Madera FAO/CEE en Ginebra, Egon Glesinger inició la serie de estudios regionales de la FAO sobre las tendencias madereras. El primer estudio europeo se publicó en 1953. Su nombre estará también unido durante largo tiempo al Proyecto de Desarrollo del Mediterráneo, de la FAO, que data de la misma época.

En 1959 fue nombrado Director de Montes de la FAO, al retirarse Marcel Leloup. Cuatro años más tarde fue ascendido al puesto de Director General Auxiliar, encargado del Departamento de Relaciones Públicas. y Asuntos Jurídicos de la FAO.


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