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IV. CONSIDERACIONES FINALES

LA VENTAJA RELATIVA EN MEXICO

El desarrollo de la camaronicultura, tiene su base en el crecimiento de la demanda de camarón, misma que ya no puede ser cubierta por las capturas.

En la medida en que la camaronicultura tienda a desarrollarse basada más en sistemas intensivos de cultivo, de alta inversión y menos en el aprovechamiento de las condiciones naturales, la medida de ganancia en el sector tenderá a disminuir, a menos de que la demanda crezca más rápidamente que la oferta. En éste sentido, la salud económica de los países consumidores es fundamental para el desarrollo de la actividad.

Es factible que en ésta industria a mediano o largo plazo se presenta mayor competencia entre países productores. En México, por su latitud, difícilmente pueden obtenerse más de cosechas en un año. Sin embargo, las ventajas de México, son: a) su cercanía respecto de uno de los principales mercados del mundo, el de Estados Unidos, lo cual implica gastos de transporte relativamente bajos; b) el contar con zonas de muy elevada productividad natural por la concentración de postlarvas y la calidad de sus aguas; c) costos de producción más bajos, en relación a otros países de la región y; d) el que muchas de las granjas se encuentren en terrenos ejidales y que, por lo tanto, entre sus costos de producción no figure el relativo a la adquisición de terrenos. Por esta misma razón, la camaronicultura extensiva, que requiere de menos inversiones, tienen los ejidos amplias posibilidades de crecimiento.

1. RENTABILIDAD Y BENEFICIO SOCIAL

Desde el punto de vista de los intereses nacionales y sociales, la máxima rentabilidad no es necesariamente el mejor o el único criterio de política económica. La creación de oportunidades de trabajo, el crecimiento de la producción, o la utilización de tecnologías nacionales para propiciar el desarrollo de actividades conexas o preservar la soberanía de un país, son algunos aspectos que también deben valorarse al tratar la importancia o contribución de una actividad a la economía.

Además de ser una actividad rentable, en México el cultivo de camarón puede ser una fuente de empleo importante debido a la organización cooperativa y al carácter ejidal y comunal de la tenencia de la tierra en amplias zonas aptas para el cultivo. Ello se debe al carácter social de tales organizaciones y a que no consideran la máxima ganancia su principal objetivo. Si ello a veces genera ineficiencia, el reto es desarrollar las capacidades empresariales de las cooperativas.

Por la diversidad de funciones económicas de la camaronicultura, los modelos econométricos que buscan establecer escalas de granjas óptimas o mínimas desde el punto de vista de su rentabilidad, no deben considerarse como criterios de valoración absolutos. Una actitud cuidadosa hacia los modelos es aconsejable también, porque la camaronicultura no es una actividad industrial en la que todos los elementos pueden controlarse, por el contrario, es una actividad altamente dependiente de factores naturales que presentan variaciones regionales y microregionales.

2. INCENTIVOS

Entre los muy diversos aspectos que requieren atenderse par elevar la productividad de las granjas, desde el punto de vista social es recomendable recurrir al uso de incentivos y estímulos a productores y técnicos.

a) Incentivos a la productividad
Para mejorar la eficiencia en la operación de las granjas, puede utilizarse incentivos que estimulen la cantidad y calidad del trabajo de los socios. Algunas cooperativas ya lo hacen, pagando primas a quienes tengan mejores capturas de postlarvas o mejores resultados en las cosechas, o bien elevando el porcentaje de participación a los técnicos en la medida en que la producción se incrementa.

Otra forma de estimular la eficiencia y la productividad sería encargar el cuidado de cada estanque a grupos de trabajo permanente responsables en todas las fases del ciclo. De ésta manera, los socios verían más claramente la relación existentes entre el trabajo realizado y sus frutos, y el grupo se autopresionaría para que sus integrantes trabajaran con responsabilidad y disciplina.

Un sistema así tendría que establecerse cuidadosamente para evitar conflictos internos y para no desatender las actividades que, como el bombeo de agua, son generales a toda la operación; sin embargo, no es recomendable para las granjas en donde la dedicación y organización del trabajo son satisfactorios.

b) Incentivos a la investigación
El conocimiento de las particularidades de la camaronicultura en las condiciones concretas de México es fundamental para el desarrollo de nuevos proyectos, no solamente desde el punto de vista técnico, sino incluso económicamente, ya que hasta ahora los proyectos y las necesidades financieras se evalúan en gran mediad con base en los datos que arroja la experiencia de otros países.

Quienes más pueden aportar al conocimiento del tema son los propios técnicos que están a cargo de la operación de las granjas. Debemos señalar sin embargo, que sus posibilidades de contribución se han visto limitadas, de una parte por las cargas de trabajo y de otra, por el carácter mismo de su trabajo en las granjas, más práctico que especulativo.

Otra limitante para la difusión del conocimiento deriva del hecho de que la camaronicultura es aún actividad joven y en expansión, para la que hay poco personal calificado, de modo que el conocimiento y la experiencia constituyen un patrimonio a que la mayoría de los técnicos buscan sacar el mayor provecho.

No obstante, esta misma preocupación puede servir como acicate para la sistematización y transmisión de experiencias, mediante algún estímulo o reconocimiento.

El establecimiento de un premio nacional de alguna institución con prestigio académico, a las contribuciones realizadas en la camaronicultura en sus diversas áreas y grados de complejidad, pudiera constituir el estímulo necesario a la aportación de conocimientos desde las granjas mismas.

Asimismo, para fortalecer la investigación se puede llevar a cabo con cierta facilidad el seguimiento riguroso de la operación de granjas escogidas precisamente con fines de estudio. En este mismo sentido, es necesario insistir en la importancia de que se lleven bitácoras de cultivo y de buscar formatos que faciliten su utilización por los cooperativistas, para que la elaboración de bitácoras pueda llegar a convertirse en una costumbre a mediano a largo plazo, y proporcione información sistemática y viva de la que se nutra la investigación.

3. EL SECTOR EJIDAL

Casi la mitad (49.84%) del territorio nacional censado en 1970 pertenece a ejidos y comunidades (S.I.C., 1975). Sin embargo, hasta ahora no se conoce con precisión la proporción de terrenos aptos para la camaronicultura que se encuentra en manos de estos sectores, salvo en los Estados de Sinaloa y Chiapas (cuadro 15).

De acuerdo a la tenencia de la tierra no apta para usos agropecuarios de los municipios costeros de 11 entidades federativas, se estima que ejidatarios y comuneros disponen de alrededor del 66% de los terrenos susceptibles de ser usados para el cultivo de camarón (S.I.C. 1975)8. Ello hace suponer que su participación en la actividad, si no aumenta, al menos se mantendrá como hasta ahora que cuenta con la mitad de las granjas en operación.
CUADRO 15 DISTRIBUCION SECTORIAL DE LA TENENCIA DE LA TIERRA APTA PARA CAMARONICULTURA
 PRIVADOEJIDAL Y COMUNALFEDERAL
Sinaloa5.5%30.0%62.4%
Chiapas39.6%30.8%23.2%

Fuente: Comisión Nacional de Catrasto Rural S.R.A. 1988
En: Programa Nacional de Cultivo de Camarón. Informe de
Avance, SEPESCA 1988.

8: Calculado con base en los datos del Censo Agrícola, Ganadero, y Ejidal 1970. No incluye a los Estados de Baja California, Baja California Sur, Michoacán, Guerrero, Yucatán y Campeche.

Pese a no tener que realizar desembolsos para adquirir u obtener la concesión de terrenos, las granjas ejidales encuentran más dificultades sociales y económicas para desarrollarse que las pertenecientes a cooperativas tradicionales por los siguientes motivos:

Si bien como se desprende del estudio de las cooperativas Matacahui y Patagüe es factible la existencia de relaciones armoniosas y de colaboración entre ejidos, cooperativas y empresarios, a partir de las consideraciones ante señalados, así como de algunos intentos asociativos fallidos, en general las organizaciones de cooperativas tradicionales y los inversionistas privados han preferido impulsar sus proyectos al margen del sector ejidal. De esta manera, las cooperativas tradicionales ven limitadas sus posibilidades de expansión a terrenos privados y federales, en tanto que las cooperativas ejidales pierden la posibilidad de apoyarse en al experiencia del sector tradicional en la industria camaronera, así como su fuerza económica y su capacidad organizativa y negociación, y por otra parte, tienen más dificultades para atraer inversiones del sector privado.

El sector ejidal, entonces, es el que más requiere del apoyo de organismos gubernamentales para desarrollarse. Y ello no se refiere únicamente al financiamiento. por sus características, este sector cuenta con menor proporción de personal con preparación académica, e incluso ahí se presenta más resistencia a pagar decorosamente el trabajo de los técnicos. En este sentido, sin soslayar las necesidades inmediatas, los programas tendientes a que cada cooperativa cuente con su equipo técnico, serán más efectivos a mediano y corto plazo.

Desde el punto de vista de los autores, es importante tomar en cuenta las características socioculturales del sector ejidal, en la determinación del tipo de sistemas de cultivo que debe impulsarse en los ejidos. Es probable que el hecho de que 15 de 32 granjas ejidales sena semiintensivas en lugar de aprovechar las amplias superficies de que disponen muchas de ellas con cultivos extensivos, se debe a que quienes han elaborado sus proyectos ponen más atención en los rendimientos de camarón por hectárea que en el monto de las inversiones requeridas y en la capacidad de los socios para operar las granjas.

Bajo ciertas condiciones, los procesos graduales de intensificación de los cultivos, pueden favorecer la solidez técnica u económica de las granjas a mediano plazo.

Hasta ahora, la preparación de técnicos en el cultivo de camarón se ha enfocado fundamentalmente a los cultivos semiintensivos y a ciertos aspectos de los intensivos. Sin descuidar tales sistemas, los organismos oficiales podrían impulsar la capacitación e investigación en cultivos extensivos, más accesibles económica y técnicamente para los sectores ejidal y comunal. (Miller M. et al 1988).

4. FORMAS ASOCIATIVAS ENTRE SECTORES

Numerosas granjas se han construido y operan mediante la coparticipación de particulares y cooperativistas.

Las modalidades de asociación, por acuerdos verbales o por medio de contratos privados, son diversas, tanto en las proporciones de capital con que participa cada parte, como en las atribuciones de unos y otros en el diseño, construcción y operación de las granjas.

Generalmente se pacta una proporción o volumen de la producción por cierto número de cosechas para el pago de capital e intereses a los inversionistas. En ocasiones estos acuerdos no son favorables a las cooperativas, las que, sin embargo, las aceptan dadas las dificultades para obtener financiamiento de las instituciones de crédito. A pesar de que muchas veces es desfavorable, en algunos casos las cooperativas han salido ganando con esta forma de financiamiento, pues cuando las constructoras tienen participación económica en las granjas se preocupan más por realizar otras bien diseñadas y construidas.

Si, finalmente, las ascociaciones entre el sector privado y las cooperativas no son lo mejor para el desarrollo de un auténtico cooperativismo, a veces resultan necesarias en una economía de mercado, sobre todo cuando el Estado enfrenta dificultades para satisfacer las necesidades económicas de los productores.

En círculos oficiales existe una corriente de opinión favorable a la participación del sector privado en al camaronicultura y, aunque la legislación vigente señala que el Ejecutivo Federal precisará la forma y terrenos de dicha participación, a la fecha no se ha dado una definición precisa que permita normarla.

En el caso de cultivo, también podría darse protección a los intereses del sector cooperativo, así como estimular el crecimiento de las inversiones en una actividad con mucho futuro, mediante el establecimiento de algunas garantías.

5. FUNCIONAMIENTO DE LAS COOPERATIVAS

Paulatinamente, el sector cooperativo ha ido desarrollando sus capacidades empresariales. A ello han contribuido, entre otros factores, la transferencia de la flota camaronera a las cooperativas, el crecimiento de la planta industrial en poder de las mismas, una mayor participación de personal calificado en sus filas, e incluso las dificultades económicas que han restringido el financiamiento y la derrama de recursos gubernamentales.

Diversas reflexiones permiten considerar que existen condiciones objetivas para que las cooperativas que cultivan camarón y en general las cooperativas acuícolas, puedan ser de las mejores organizadas en comparación con las pesqueras.

- Medio de trabajo

Desde su diseño, la granja está totalmente a cargo de la cooperativa, ya sea que contrate la obra o la realice a cargo de la cooperativa, ya sea que contrate la obra o la realice por su cuenta, lo cual exige gran seriedad de los asociados en el proyecto. Por el contrario, en una cooperativa pesquera, solo tienen que seleccionase el equipo que ofrecen fabricantes bien establecidos.

- Personal calificado

Por lo anterior, las cooperativas camaronicultoras necesitan recurrir a personal calificado, en el diseño, construcción y operación de la granja, pues la creación y control de un medio de crecimiento artificial requiere de actividades que no se aprenden solamente de manera práctica y empírica, como generalmente se transmiten los conocimientos entre pescadores.

- Sistema de trabajo

Por su naturaleza, el trabajo en la granja implica un alto grado de coordinación y cooperación. Mientras que un pescador puede trabaja individualmente o con un grupo reducido de personas, en una granja camaronera los beneficios que obtiene un socio dependen estrictamente del trabajo del conjunto.

- Distribución de recursos

Los recursos económicos para la operación de una granja no pueden utilizarse distribuyéndose entre los socios. Así, por lo menos es este ámbito, no caben las preferencias a ciertas personas ni las divisiones que ello originan en otras cooperativas. En un proceso de desintegración nadie ganaría quedándose con un “pedazo” de granja.

Otra de las ventajas de las cooperativas que cultivan camarón es que, por su misma corta edad, la mayoría no han enfrentado procesos de conflicto y división. Y es importante que las propias cooperativas y organizaciones de cooperativas se preocupen para que tales fenómenos no ocurran. En este sentido deben cuidarse: la distribución equitativa de las cargas y oportunidades de trabajo; el brindar información constante a los socios acerca de las actividades que se realizan y los problemas que se enfrentan; la transparencia en el manejo de los recursos, así como la fijación de renumeraciones adecuadas a técnicos y directivos para estimular su interés en la buena marcha de las cooperativas.

6. ASOCIACION DE CAMARONICULTORES

Hasta ahora, los productores no han creado un organismo que les permita buscar soluciones a sus necesidades conjuntamente. Algunas de las dificultades para que ello ocurra son la diversidad de cooperativas que intervienen en la actividad (tradicionales, ejidales y comunales, algunas además asociadas a capital privado) y los distintos organismos político-sectoriales con los que están vinculadas.

La importancia de procurar la asociación de camaronicultores reside en que es de los sectores más organizados de quien más puede esperarse que tengan una visión de conjunto, así como preocupación seria y recursos para enfrentar necesidades de orden general tales como producción de postlarvas, impulso a la investigación y la capacitación, solución a conflictos entre productores, etc.

Aunque circunstancias políticas y sociales indican la formación de un solo agrupamiento de camaronicultores es sumamente improbable en el mediano plazo, es importante impulsar el contacto y organización de los camaronicultores, ya sea en el marco de los organismos existentes o en nuevas estructuras, sean estas regionales o por tipo de cooperativa.

Nadie mejor que los propios productores organizados para llevar a la camaronicultura a una operación más eficiente y mejor planificada. Los productores organizados pueden jugar además un papel destacado en el cuidado de las zonas de manglar, de la calidad de las aguas y de la explotación racional de las postlarvas, conjuntamente a los organismos gubernamentales.


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