Esta unidad debe asegurar la producción de huevos, los cuales deben ser manipulados con extremo cuidado por su sensibilidad a los cambios de medio y golpes.
En Tunas de Zaza, cada nave de maduración posee una sala de desove conteniendo 38 tanques de desove. La calibración de estas salas están bien relacionadas con las cantidades diarias de hembras maduras que se pescarán en los tanques de maduración de las naves correspondientes (promedios, nave 1 : 24 tanques de desove/ día ; nave 2 : 36 tanques de desove/día).
Para ambas naves, se necesitará arreglar el piso de las salas de desove que presentan drenajes muy malo. La nave 2 necesitará la colocación de 3 llaves de agua dulce, para la limpieza diaria, como fueron puestas en la nave 1.
Son tanques cilindrocónicos, de color negro de 200 litros (volumen de trabajo de 170 l), equipados de falso fondo de malla, de un tubo de drenaje central y de tapa de madera, y que presentan los siguientes inconvenientes :
Los baldes (dobles) recolectores de huevos que se utilizan no tienen una alta seguridad de filtración y no permiten hacer limpiezas fiables y conteos al interior de éstos. En efecto, se necesita trasvasar los huevos en otros baldes, con volúmenes calibrados, para realizar los conteos. Además el tamiz, con malla de 300 μm, que se usa para la filtración de los desechos, presenta un diámetro (superficie de filtración) demasiado pequeño.
Por eso, se recomendó realizar la fabricación (con tubos de PVC que sobran en grandes cantidades en el Centro de Desove, o con fibra de vidrio) de cascos recolectores de huevos, tipo Aquacop, según los planos que fueran entregados, el 15 de Junio, al Jefe del Centro de Desove de Tunas de Zaza. Estos cascos tienen las siguientes ventajas :
El agua salada que se utiliza en desove es bien tratada en cuanto a su tamaño de filtración (8 μm por cartucho) y su esterilización (por ultravioletas). Pero, atención : no se debe olvidar de prender el U.V. cada vez (llenado, colecta, limpieza,..) que se usa el agua salada.
- Temperatura :
Es muy importante que no haya 0,3°C de diferencia de temperatura entre los tanques de desove y los de maduración de donde provienen las hembras. Las variaciones térmicas durante el desove no deberán sobrepasar un máximo de 0,5°C. Para la cosecha, lavado, vaciado, conteos, etc… la temperatura del agua usada debe ser estrictamente idéntica a la de los tanques de desove de donde provienen los huevos.
- Salinidad :
La salinidad en los tanques de desove, al momento de la colocación de las hembras por desovar, no deberá ser mayor de 37‰, lo que ocasionaría la obtención de un desove de mala calidad.
Durante el desove, el agua de los tanques no deberá tener ninguna variación de salinidad.
Es muy importante que la salinidad del agua usada para la cosecha, lavado, vaciado, conteos, etc.. sea estrictamente igual a la del tanque de desove de donde provienen los huevos. En efecto, los huevos que son osmoconformes (ninguna regulación osmótica) serán afectados por variaciones mínimas de salinidad y de presión osmótica.
Nota: con Penaeus vannamei y P. stylirostris se demostró que una baja de salinidad alrededor de 30–32‰ (es decir una diferencia de 3 a 4 ‰ en relación con la salinidad de los tanques de maduración de donde provenían las hembras) permitió un aumento significativo de los porcentajes de fertilización de los huevos desovados. Sería muy interesante comprobarlo con Penaeus schmitti.
Estos controles estrictos de temperatura y salinidad necesitarán :
Un sistema fiable de abastecimiento en agua estable en cuanto a su temperatura y salinidad.
Un tanque elevado (reserva de agua para cosecha, lavado…) para controlar la salinidad en caso de tener un suministro superior a 37‰ y/o en caso de probar el desove en baja salinidad.
La medida de estos parámetros durante la preparación de los tanques de desove, al momento de colocar las hembras (con los datos de temperatura y de salinidad de sus tanques de maduración de origen) y al momento de la colecta de los desoves (tanques de desove y agua usada para lavado, vaciado, conteos…).
En nuestro caso en Tunas de Zaza, los malos resultados que se obtuvo en desove vinieron de los siguientes puntos :
No se tomaron en cuenta las diferencias de temperatura ni de salinidad (tampoco no se midieron porque no estaba previsto de hacerlo en las normas en vigor) entr los tanque de maduración y los tanques de desove (muchas veces alcanzaron : ± 3°C y ± 2‰) así como entre tanques de desove y agua utilizada para limpiezas, conteos,… (igualmente, alcanzaron muchas veces: ± 3°C y 2‰).
Muchas veces los desoves se hicieron en agua con salinidad superior a 37‰ (hasta 40‰).
Debido a la utilización del tanque de desove de volumen pequeño (170 1) se trató trabajar durante el desove con una circulación de agua (con filtros de 100 μm puestos encima de los tubos de desagüe central de los tanques), a fin de reducir las pérdidas térmicas. Pero, con un flujo bajo de 0,5 1/mn (lo que representó un 100% de recambio del agua del tanque en 5h40), las variaciones de temperatura y de salinidad, en relación con las variaciones del agua suministrada, fueron más importantes que las obtenidas por pérdidas térmicas de tanques que funcionan sin recambio de agua. En efecto, durante la noche hubo una subida de temperatura de 2°C (hasta las 2–3 a.m.) para después bajar de nuevo de aproximadamente 1,5°C hasta la cosecha de los huevos. En caso de lluvias fuertes hubo también variaciones de salinidad que alcanzaron los 2,5%. Además esta circulación de agua, directamente con la red de presión, no permitió mantener constante la concentración necesaria en EDTA (10 ppm).
Entonces, sin tanque elevado y sin sistema de control de temperatura y salinidad, la única forma (“de chapuza”) para tratar de controlar estas variaciones fue :
Llenar los tanques de desove a las 8–9 a.m., cuando la temperatura del agua suministrada era alrededor de 28°C (± 1°C).
Llenar al mismo tiempo 4 a 6 tanques de desove que servirán para la colecta de desove, limpieza y conteo de los huevos. Recibiendo en sus aguas los mismos tratamientos que las de los tanques que recibirán hembras por desovar (ZEDTA a 10 ppm, aeración y agua dulce si fuera el caso).
Ajustar la salinidad a la de los tanques de maduración (o bajarla a 37‰ si fuera superior en maduración).
Hacer un mínimo de aclimatación de temperatura a las hembras, cuando fuera necesario, es decir que se necesita conocer, al momento de pescar las hembras, las temperaturas de los tanques de maduración y de desove.
La preparación de la sala y de los tanques de desove empiezan 1 a 2 horas antes del inicio de la pesca de las hembras en maduración (sistema con control de temperatura y salinidad). o en nuestro caso, a las horas de temperatura adecuada (28°C = 1°C), es decir a las 8–9 a.m. durante esta misión) :
Se enjuagan todos los tanques y todos sus accesorios rápidanente con agua dulce.
Se arman los tanques (tubos, falsos fondos,…), se llenan con agua salada (U.V. prendido) y con agua dulce si fuera necesario. Se añade el EDTA a razón de 10 ppm.
Se coloca los difusores : el flujo de aire debe ser suficiente como para conservar los huevos en suspensión.
Se tapan los tanques.
Cuando las hembras maduras y fecundadas empiezan a llegar, la sala de desove debe permanecer en completo silencio y en total oscuridad.
Un operario recibe las hembras y coloca, con su marca respectiva, una hembra/tanque (excepcionalmente 2 hembras/tanque si falta espacio).
Una vez que se ponen todas las hembras por desovar, se cierra la sala de desove y se prohíbe la entrada, sin excepción, hasta la hora de colectar los huevos.
La regla principal es la de evitar de hacer daño a los huevos, para asegurar su desarrollo en las mejores condiciones. Entonces, la organización y el cuidado en las manipulaciones son muy importantes.
Se debe empezar la colecta 8 horas después del desove (y no 11 horas según las normas en vigor).
Sólo el personal necesario debe entrar en la sala de desove : un técnico superior ayudado por dos operarios. Deben llevar consigo la planilla de desove, plumas, termómetros, salinómetro, cajas de muestras respectivas y pipetas (u otro tipo de muestra para los conteos).
Se prende la luz y se controlan la temperatura y la salinidad de los tanques anotándose luego en las planillas.
El técnico procede a pescar las hembras de los tanques de desove, observa los abortos, anota en la planilla y entrega las hembras a un operario para regresarlas (en baldes) a sus tanques de maduración de origen.
Atención : No se deben abrir las válvulas de los tanques hasta haber pescado la última hembra.
No pesar las hembras después del desove (normas en vigor en cuba) lo que representa un stress inútil.
Poner los baldes recolectores (o mejor los cascos) de 100μm, con sus respectivos filtros (300 μm), y números debajo de cada tanque correspondiente.
Llenarlos con agua salada de la misma temperatura y salinidad (de los tanques vacíos que fueron preparados para tal fin) para que los huevos no caigan en seco al abrir las válvulas.
Sacar muy suavemente los tubos y fondos falsos, enjuagarlos muy bien para evitar que los huevos queden pegados.
Empezar a abrir las válvulas de los tanques de tal manera que el flujo sea suave : máximo de 3,5 1/mn, lo que representa un mínimo de 50 mn para vaciar un tanque de 170 l.
Se deben abrir las válvulas una por una con intervalos de 5 minutos. Evitando de esta manera que los tanques se vacien al mismo tiempo. Lo que permitirá a un operario de ir enjuagando frecuentemente las paredes de los tanques a medida que se van vaciando, para evitar que los huevos se malogren o se sequen. El otro operario va limpiando los huevos y sacando las muestras de los colectores que van saliendo para la eclosión.
Los huevos pasan por un filtro de 300 μm puesto dentro del colector (con malla de 100 μm). Este es el primer lavado, para remover la gran cantidad de particulas grandes, que se hacen durante el vaciado/enjuagado de los tanques de desove.
Encontrándose todos los huevos en el recolector, sacar el filtro de 300 μm y enjuagarlo sobre el concentrador. Teniendo cuidado de no remover la suciedad.
Lavar delicadamente los huevos en baldes con agua en circulación, o únicamente en cascos, con 2 recambios de agua, bajando cada vez el nivel del agua del casco sin sacar los huevos.
Completar el casco con agua hasta el nivel de rebose (10 l) para hacer los muestreos antes de llevar los concentradores ya muestreados en eclosión. Con los baldes recolectores de Tunas de Zaza, trasvasarlos en otros baldes calibrados a 10 litros para practicar los muestreos.
Para la cosecha, vaciado, lavado de los huevos, hay que utilizar siempre un caudal de agua suave y constante, asi como la misma temperatura y salinidad. Hay que verificar siempre que ningún huevo se obstruya en la malla y verificar que éstos se encuentren siempre en el agua.
Las colectas, lavados y conteos deben hacerse uno por uno.
Si se hace un chequeo del Baculovirus penaei (obtención del “pie de cría”): Se recuperan las heces, y las hembras colocándolos en baldes hasta verificación de sus heces en microscopio.
Muy importante : una vez muestreados los diferentes recolectores de huevos, deben ser pasados inmediatamente en eclosión. En efecto, las normas de vigor en Cuba, que preconizan una eclosión durante 24 horas, hacen que los tanques de eclosión estén aún llenos de nauplii del día anterior cuando las colectas de los huevos del día ya han sido efectuadas. Así muchas veces, los huevos tuvieron que esperar 4 a 5 horas, en los baldes, hasta que los tanques de eclosión fueran habilitados (además eso no dejó el tiempo necesario para hacer la limpieza de la eclosión, cuando deberieran realizarse diariamente : ver el capitulo eclosión). Al final, los huevos eran puestos en los tanques de eclosión 13 a 14 horas después que se realizara el desove. Cuando se sabe que la mayoría de los nauplii nacen más o menos 14 horas después del desove, en una temperatura de 30°C (temperatura que por momentos llegada hasta a más de 31°C), lo que explica porqué casi todos los nauplii que eclosionaron estaban muertos.
Se debe practicar dos tipos de muestreos para determinar :
Eso permitirá estimar la producción de nauplii del día (y poder así avisar a larvicultura con anticipación) y conocer la tasa de eclosión real. Las normas en vigor en Cuba que no exigen el conteo de huevos, no permiten que se conozcan estos dos últimos datos, no dando tampoco la posibilidad de repartir, en densidad máxima, los huevos en eclosión.
Se sacan las muestras directamente del concentrador lleno con 10 litros de agua (nivel del rebose) :
Sacar el aire y remover el agua con el agitador de PVC (o manualmente) para tener una buena distribución de los huevos en el volumen muestreado.
Con la otra mano, llenar una pipeta de 1 ml sumergiéndola en el agua (máximo de reproductibilidad con una pipeta automática).
colocar la muestra en un recipiente con número marcado.
Coger la muestra en un recipiente con número marcado.
Coger de igual manera 5 muestras.
Contar en un fondo negro, para darse cuenta mejor del número de huevos de cada muestra. Si el conteo varía (superior a μ 10%) para el mismo desove, se deben tomar más muestras y volver a verificar.
Encontrar el promedio. Multiplicarlo por 10 000 (dilución 1 ml/10 l) y registrar en la planilla el número de huevos de este desove.
NOTA: Es importante no tener variaciones de μ 10% entre las diferentes muestras de cada desove. Por eso, el número mínimo de huevos que se deben coger en cada muestra debe ser alrededor de 80–100. En caso contrario no hay ninguna reproductibilidad, ni tampoco ninguna significación de estos conteos desde un punto de vista estadístico. Por eso, las normas en vigor en Cuba para los conteos de nauplii (que ya fueron aplicadas para contar los huevos), preconizan la toma de 10 a 15 nauplii (o huevos)/ muestra (volumen muestreado). Así sobre todos los conteo (nauplii y huevos) que se hicieron el promedio de las desviaciones, entre los diferentes conteos de cada desove (o eclosión) fue alrededor de 40%. Eso no tiene ningún valor desde un punto de vista estadístico.
Lo mismo que para el conteo, se toma para cada desove una muestra de aproximadamente 100 huevos, con una pipeta, y se colocan en un recipiente. Identificar los recipientes con los números de tanques desovados y no mezclar nunca muestras diferentes.
El técnico superior de turno observa las muestras en un microscopio y estima el porcentaje de :
Seguir las normas de determinación de los 4 tipos de huevos como fueron detalladas en la tercera conferencia. En todo caso, un huevo es “fertilizado normalmente” (tipo 4) cuando se puede observar, una doble membrana (sin quebraduras) y una célula (o embrión) bien desarrollada y simétrica (tener cuidado de que lado se observa), así como la ausencia de células aisladas dentro del huevo.
Los huevos serán controlados en las diferentes etapas de su desarrollo embrionario, según la hora en que el desove ha ocurrido. Generalmente al momento de la verificación (8 horas después del desove), los nauplii están bien formados, o por lo menos ha terminado la etapa morula.
Un desove será rechazado si el porcentaje de fertilización es inferior a 15% : la calidad de los huevos fertilizados puede ser baja y entonces el número de nauplii eclosionados será muy baja.
Para seguir los resultados del sector maduración, se debe establecer con los datos de las planillas diarias (desove y eclosión), los siguientes diagramas :
| • Producción de huevos total por día | Promedio mensual |
| • Porcentaje de fertilización de los huevos | Promedio mensual |
| • Producción de nauplii total por día | Promedio mensual |
| • Porcentaje de eclosión | Promedio mensual |
A fin de controlar las contaminaciones posibles, cada día, después de su uso, se lava toda la sala de desove y los diferentes materiales de la manera siguiente :
Limpiar con cloro (50 ppm activo) : tanques, tapas, tubos, falsos fondos, filtros, baldes (o cascos), paredes y piso de la sala.
Enjuagar todo muy bien con agua dulce para eliminar todo resto de cloro (probar el olor).
Las mangueritas de aire y las piedras de difusión deben lavarse muy bien con agua dulce.
Para que todo seque bien, todo el material debe dejarse de la manera siguiente :
