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3. ANALISIS DE LA INCIDENCIA SOBRE LOS DIVERSOS GRUPOS SOCIOECONOMICOS

 

"En materia de desarrollo rural no hay que limitarse a perseguir objetivos de producción; es preciso también atenuar la miseria y realizar la justicia."

(Extracto del discurso pronunciado por M. Edouard Saouma, Director General de la FAO, en el quinto período de sesiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Manila, 14 de mayo de 1979).

3.1   CAMBIO DE ACTITUD - CAMBIO DE COSTUMBRES

Tratándose de la ordenación de las zonas superiores de las cuencas hidrográficas, es generalmente inevitable que el programa de desarrollo rural altere las costumbres de la poblaci�n afectada (veda de zonas particularmente amenazadas, aterrazamientos, introducción de métodos más intensivos de cultivo y de cría de ganado, repoblación forestal, etc.). Sin embargo, para que esta poblaci�n acepte participar en el programa, es necesario que los cambios sean muy progresivos y mínimos al principio y que conduzcan a mejoras sensibles de los ingresos. Pero èsto no basta, sobre todo si tales mejoras no se producen rápidamente, si hacen falta varios años para que las medidas adoptadas, las nuevas plantaciones, las técnicas mejoradas de cultivo y de cría de ganado den su fruto. 1/

3.2   EFECTOS SOBRE LOS DIVERSOS GRUPOS SOCIOEGONOMICOS

Hay que evitar que el programa acentúa la diferencia entre grupos socioeconómicos. Por el contrario, debe tender a atenuarla.

En muchas regiones del mundo, la tierra agrícola está muy mal repartida. Con frecuencia, el 90 por ciento de la población agrícola no comparte más que el 10 por ciento de la superficie cultivable. En 1972, se estimaba que en América Latina 85 millones de personas se encontraban en el límite de la economía de subsistencia.

Los programas de desarrollo deben dirigirse en primer lugar a los grupos más pobres, con el fin de llegar a una distribución más equitativa de los ingresos.

No es solamente por motivos humanitarios y de justicia social por lo que es importante conseguir un mejor reparto de los ingresos, sino también por razones económicas. Mientras que los más ricos, los propietarios, en general, tienden a invertir sus excedentes fuera de la zona de la que provienen, puede esperarse que los que poseen menos bienes utilicen sus ingresos complementarios en el lugar en que viven, en primer lugar para mejorar sus condiciones de vida, y también para completar el equipo de su explotación y adquirir insumos que aumenten la productividad de sus cultivos y de sus animales domésticos. Por lo menos es éste el objetivo que los agentes de extensión agrícola tratarán de alcanzar. Cuando los ingresos complementarios obtenidos en una zona se gastan en ella, nace una. circulación monetaria más intensa, generadora de otros bienes y puestos de trabajo.   Se comprueba que a medida que aumentan los ingresos de los agricultores progresa igualmente, de forma automática, el volumen de negocio de los artesanos y comerciantes.

La dificultad consistirá en hacer que los acomodados, los ricos, los que disfrutan de prerrogativas por la costumbre, los cuales tenderán a arrogarse la mayor parte de las ventajas que resulten de las mejoras, admitan que es de interés general aceptar un reparto equitativo del beneficio de las intervenciones. Llegado el caso, quizás sea necesario elaborar y promulgar leyes y reglamentos para proteger a los arrendatarios, a los aparceros, contra la codicia de los propietarios, fijando rentas y condiciones razonables para los arrendamientos y las aparcerías, y garantizando contratos de larga duración para la valorizaci�n de las tierras.

En los países industrializados, cuando se ejecutan trabajos de mejora de las tierras como drenajes, concentraciones parcelarias, son los propietarios los que soportan los gastos, porque se trata de inversiones a muy largo plazo. En el caso en que la valorización es indirecta, se reajustan los arrendamientos o el reparto de las cosechas para tener en cuenta el aumento de la productividad; si los aparceros o arrendatarios participan en los trabajos de mejoramiento, perciben una justa remuneración por su trabajo. Es la forma más equitativa de proceder y sería preciso que se generalizase también en los países en desarrollo.

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1 / Este tema se desarrollará en la tercera parte.

Si se atribuyen las tierras a los agricultores, se vigilará para que los más pobres, los que tienen numerosas cargas familiares, sean atendidos los primeros.1/ Cuando se trata de la asignación de subvenciones o de créditos, convendrá también tener en cuenta la fortuna personal de los miembros de la comunidad para evitar el acaparamiento y los abusos.

A pesar de ello, no hay que descuidar a las explotaciones medianas, entre las cuales se encuentran, a menudo, los elementos más dinámicos y más dispuestos a participar en los programas de ordenación.

EI desarrollo es responsabilidad de todos los miembros de la comunidad:   hombres, mujeres, jóvenes, adultos, ancianos.


Todos se encuentran en condiciones de contribuir a ello, sea con su trabajo, sus ideas, su espíritu innovador, sea, con su experiencia o su cordura. Ahora bien, con demasiada frecuencia, los consejos municipales de las aldeas que toman las decisiones relativas a la suerte de la comunidad están constituidos sólo por hombres, en particular ancianos (consejos de ancianos, consejos de hombres-buenos).

El programa de desarrollo rural, cuando se trata de la ordenación de las zonas superiores de las cuencas hidrográficas, puede ser la ocasión de modificar este estado de hecho, pero habrá que obrar con prudencia, progresivamente y de acuerdo con una seria motivación, para no herir la susceptibilidad de los "notables". El tratar de imponer a mujeres o jóvenes en estos consejos, podría tener efectos opuestos a los previstos. Un medio de proceder por etapas consiste en confiar algunas funciones a grupos de mujeres y de jóvenes. La dírección de algunos subcomitès de los consejos aldeanos podría muy bien ser asumida por mujeres o jóvenes dirigentes; éstos se prepararían así para otras responsabilidades en los comités y consejos comunales.

Todo el mundo sabe que la Mujer realiza una tarea pesada en muchos países; además de la preparación de las comidas, el cuidado de los hijos, las labores domésticas, trabajos que la incumben de un modo natural, efectúa gran parte de los quehaceres del campó, sobre todo para la producción alimentaria. Ella es la que, la mayor parte del tiempo, va a buscar el agua, a veces muy lejos, y la que suministra la leña para el hogar, con ayuda de los hijos más jóvenes. Muchas de ellas van al mercado próximo para colocar algunos productos de la explotación familiar, con el fin de procurarse algún dinero para comprar bienes de consumo corriente que la explotación no produce. Algunas llevan un pequeño negocio o dedican algún tiempo a trabajos de artesanía para obtener una. ganancia suplementaria con el fin de subvenir a los gastos de la familia.

En los países en desarrollo, se encuentran generalmente tantas mujeres como hombres, si no más, en los equipos que realizan trabajos colectivos autárcicos (self-help) para la construcción de carretaras de acceso, centros comunitarios, dispensarios, escuelas, pequeñas presas, etc.

En cambio, es raro que haya mujeres en los consejos de aldea, lo cual es muy lamentable, porque ellas son generalmente dinámicas y bien dispuestas hacia el progreso y piensan también en el porvenir de sus hijos.

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1/Véase en el Anexo Il, pág.184, el ejemplo de Tailandia.

Los responsables del desarrollo rural en las zonas donde se hallan en curso medidas de ordenación de cuencas hidrográficas tendrán gran interès en confiarles algunas funciones. Sin embargo, deberán tener en cuenta las tradiciones locales y obrar con mucha diplomacia para conseguir resultados duraderos. A veces, sólo agentes femeninos podrán ejercer las actividades de estímulo y capacitación de la mujer.

Liberando a las mujeres de trabajos pesados, que requieren mucho esfuerzo y son poco rentables (transporte, molienda cotidiana de los granos en un mortero con el mazo, etc.), mediante la captación de aguas y la instalación de cañerías que la lleven hasta la aldea, la instalación de bombas manuales, la de molinos de cereales, si no los hay, el mejoramiento de los hogares y mediante muchos otros medios todavía, se les dará la posibilidad de participar más activamente en el desarrollo de su comunidad.

En otro tiempo, se tendía a preparar a la mujer para las actividades domèsticas y para los trabajos en el huerto familiar y el corral. Hoy día, los programas de desarrollo tienen también por objetivo la capacitación de la mujer para actividades económicas distin -tas de la subsistencia, y para su participación en actividades sociales y políticas con el mismo título que los hombres. Lo esencial es orientar estos esfuerzos hacia actividades que contribuyan al aumento de la producción agrícola o artesanal, al mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad.

En cuanto a los Jóvenes, se trata de prepararles para una vida activa. En las zonas donde la agricultura, la silvicultura, la cría de ganado ocupan a casi la totalidad de la población, habrá que encauzar a los jóvenes, como a los adultos, por otra parte, hacia estas esferas de actividad. Con respecto a los jóvenes, ocupará un primer término la función de la escuela. Son numerosos los países que han emprendido la reforma. desu enseñanza primaria, la cual debe preparar a las generaciones futuras a condiciones de vida mejores, en todos los sectores, mediante una rentabilidad más elevada de las actividades físicas e intelectuales. Estas reformas chocan amenudo con la oposición de las poblaciones rurales, porque para muchos cabezas de familia, la escuela debe permitir a sus hijos abandonar la clase de "explotados" para acceder a una posición más elevada en la escala social y a puestos mejor retribuidos.

Esta enseñanza moderna, basada en el conocimiento del medio ,y de las actividades rurales, debe ir acompañada de mejoras todavía más profundas destinadas a revalorizar el trabajo de la tierra.

Sería útil que los programas de enseñanza primaria se completasen, para los alumnos cuya escolaridad cesa a los 5 ó 6 años, con una formación práctica., con algún tipo de aprendizaje con vistas a una actividad especializada. La elección de la especialidad (una rama intensiva de la agricultura o de la cría de ganado, por ejemplo, o de la silvicultura, según las posibilidades de la zona y la aptitud del alumno; una actividad artesana, para los que no aprecian el trabajo de la tierra, etc.) sería guiada por los instructores y los agentes encargados del desarrollo.

En efecto, un gran número de muchachos y muchachas no se sienten tentados por el atractivo de las ciudades si tienen la posibilidad de ganar algún dinero en su zona. Sin embargo, ya no se contentan con tener su subsistencia asegurada, como les ocurría a sus padres y a sus antepasados.   Sienten necesidades que no pueden satisfacer más que con dinero y tratan de ganarlo.

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Las zonas montañosas necesitan fuerzas jóvenes, activas, dinámicas y calificadas para salir de su situación marginal y Jebe tratarse, por todos los medios de que tal fuerza de trabajo no emigre.

La formación sugerida más arriba, al final del tiempo de escolaridad, será esencialmente práctica, bajo la forma, de aprendizaje. La experiencia debía haberse ensayado en Burundi, en el ámbito de la reforma de la enseñanza primaria, Esta reforma preveía también la participación de los instructores en el desarrollo y la colaboración de los padres de los alumnos en la enseñanza.

La iniciación de tales programas no será fácil, porque implica cambios fundamentales en la idea misma de la función de la escuela y en la condición de los jóvenes en el seno de sociedades muy respetuosas con las tradiciones. Los que se encarguen de ello habrán de tener mucho valor, paciencia y perseverancia.1/

A veces, jóvenes emprendedores se agrupan por propia iniciativa, aprenden un trabajo especializado con la ayuda de agentes de extensión, y van a ofrecer sus servicios a propietarios de cafetales o de fincas dedicadas a otros cultivos, en la época de trabajo intensivo.

Entre las actividades no agrícolas, tendrán más probabilidades de desarrollarse con éxito las que se inician en pequeña escala, por propia iniciativa de los interesados. Pero, el éxito dependerá también de una buena capacitación del estudio de los mercados, de una organización eficaz y de un equipo adecuado. Los programas de desarrollo rural en las zonas superiores de las cuencas hídrográficas tendrán interés en promover estas actividades en función de las aptitudes de los habitantes. Podrán constituirse secciones especiales de jóvenes en el seno de las cooperativas de adultos.

Convendrá conceder puestos en los consejos comunales a los jóvenes y las jóvenes más dinámicos para incitarles a permanecer en la zona.

3.3   ACTIVIDADES COMPLEMENTARIAS QUE HAN DE INTEGRARSE EN LOS PROGRAMAS

Todo programa de desarrollo rural, cuando se trata de la ordenación de las zonas montañosas de las cuencas hidrográficas, encierra un aspecto social importante para la educación, la alfabetización, la sanidad, la infraestructura elemental, el abastecimiento de agua, los transportes, las comunicaciones, la organización de actividades culturales y recreativas. No hay ninguna necesidad de realizaciones espectaculares ni costosas.

Una población satisfecha de sus condiciones de vida estará mejor dispuesta a participar en los trabajos de mejoramiento y a hacerse cargo de su propio desarrollo. Por otra parte, los elementos más dinámicos serán los menos inclinados a emigrar, A falta de un mínimo de ventajas sociales, sucede frecuentemente que pueblos enteros decaen y no quedan en ellos más que viejos y analfabetos.

La aportación del programa consistirá preferentemente en servicios de especialistas: médicos, enfermeras y comadronas, ingenieros y técnicos, educadores y en un ámbito afin, animadores, extensionistas, etc. El concurso material se limitará a algunos materiales, a un poco de equipo simple.

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1 / En la tercera parte, en el capítulo 10, se tratará de otros tipos de capacitación.

La población suministrará su trabajo y reunirá los materiales locales; aportará los terrenos necesarios y participará activamente en todas las nuevas empresas.

El éxito de las actividades sociales depende en primer lugar del desarrollo económico.

La experiencia ha demostrado que las poblaciones que más se benefician de las donaciones son las que participan menos. Las empresas que duran son las que las poblaciones han conseguido financiar por sí mismas.

Las que dan mejores resultados son las que resultan de una estrecha integración de las innovaciones con las actividades sociales tradicionales. Incluso en materia de medicina, es preciso partir de lo que hay, mejorándolo, completándolo, perfeccionándolo. La cultura, el arte y el espíritu tradicionales deben salvaguardarse.

Algunos especialistas, nacionales o internacionales, estiman que la electrificación, la mecanización, son factores indispensables para el desarrollo. No se puede pretender que estén totalmente equivocados, a condición de que la introducción de ésta tecnología sea el resultado de la evolución y de que la rentabilidad y el servicio de mantenimiento de este equipo queden asegurados. Se encuentran demasiados grupos electrógenos o tractores abandonados en estos pueblos o en los campos de países en desarrollo, porque el encargado de ellos ha olvidado llenar el depósito de aceite pesado o porque le es imposible procurarse una simple pieza de repuesto.

La inversión básica (generador, motor, tractor, etc.) es a menudo una donación procedente de ayuda exterior. Su mantenimiento y funcionamiento están a cargo de la comunidad beneficiaria. Las dificultades empiezan con la falta de reglamentos de utilización, de planes de mantenimiento, de tarifas que tengan en cuenta todos los elementos de gasto, de personal calificado.

Gracias a una tecnología sencilla puede obtenerse fuerza motriz del agua (las cascadas son abundantes en las zonas superiores de las cuencas hidrográficas) o del viento. Hay vastas regiones que no conocen todavía la tracción animal. Para iniciar pequenas industrias, existen grupos electrógenos pequeños, relativamente poco costosos y que consumen poco carburante.

Es preferible disponer de una buena red de caminos estrechos, muy frecuentados, utilizables por carros de tracción animal o por bestias de carga, que tener carreteras anchas, escasas, mal concebidas, abandonadas, que sean causa de degradación del medio ambiente y de graves erosiones.

3.4   TRASLADO Y REASENTAMIENTO DE POBLACIONES

Ocurre a veces que la relación Hombre/Recursos de una cuenca hidrográfica. es verdaderamente demasiado elevada, a causa de migraciones (con ocasión de la construcción de embalses, por ejemplo) o simplemente por el hecho del crecimiento demográfico.1/

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1/ Consúltese:  "The report of the FA0/UNFPA Expert Consultation on Land Resources for populations of the future."   FAO.   Roma, Nov- Dic 1977.

No se podría declararse satisfechos con soluciones, opciones, que no resuelvan los problemas más que para una o dos generaciones.

A pesar de la evolución de la tecnología actual, debe admitirse que la producción alimentaria por unidad de superficie tiene límites que se alcanzan rápidamente. Ahora bien, es preciso prever a muy largo término. Si no se quiere que el desequilibrio entre las necesidades y los medios de satisfacerlas se agrave al extremo de convertirse en catastrófico, hay que decidirse a adaptar la demanda a las disponibilidades. El traslado de poblaciones es una de las soluciones posibles. Este traslado es por otra parte indispensable cuando la construcción de embalses provoca la inmersión de grandes extensiones. Realmente los encargados de los programas sólo se resignan en última instancia a aceptar esta solución que plantea siempre problemas muy graves de orden material y psicológico, aun en el supuesto de que el traslado esté bien preparado, con gran antelación.

Todos los ejemplos (Kaptai, en Bangladesh; Péligre, en Haití; Akosombo, en Ghana; Keshvar, en Irán; Alajuela, en Panamá, por no citar más que algunos conducen a la conclusión de que, tratándose de la construcción de presas para embalses, es preciso otorgar la prioridad a los problemas humanos que plantea el traslado de la población. Las dificultades de orden social, económico y ecológico que pueden surgir deben inventariarse y analizarse en seguida.   To dos los costos sociales y ecológicos que acarreará la obra deben incluirse en el análisis de costo-beneficios del conjunto de los trabajos.

Las recomendaciones que se hacen a continuación se han tomado de diversos casos de traslado de poblaciones:

- Se trata en primer lugar de encontrar un espacio suficientemente extenso para asegurar una existencia decorosa a la población desplazada, teniendo en cuenta el crecimiento demográfico. Ahora bien, las tierras más fértiles, las más favorables al cultivo están evidentemente ya ocupadas. Queda excluida también la posibilidad de encontrar nuevas tierras forestales por roturar.

El lugar de reasentamiento, si es posible, no debe estar demasiado alejado de la región de origen y ha de situarse en el área de expansión del grupo étnico al que pertenezca la población desplazada. Con frecuencia, la solución está en la reha bilitación e el mejoramiento de tierras degradadas o poco fértiles, aguas abajo de la misma cuenca o subcuenta. Mediante el riego, puede aumentarse mucho la productividad de estas tierras. Generalmente, es necesario tomar medidas para sanearlas.

- El traslado debe prepararse con mucha antelación, tanto material como psicológicamente. Es preciso informar a la población y tratar de convencerla, con objeto de que ella misma decida espontáneamente desplazarse. Es más fácil decir que hacer, evidentemente.

- Para obtener esta adhesión voluntaria es indispensable a veces emplear estímulos concretos. El programa podrá suministrar materiales de construcción para los edificios, por ejemplo, y los servicios de técnicos, pero las poblaciones directamente afectadas deberán contribuir eficazmente a la instalación de sus huevos hogares, al arreglo de sus nuevas explotaciones. Deberán concederse préstamos, con reembolso diferido y bajos tipos de interés. Los empleos disponibles en el programa se reservarán a estas poblaciones.

- La puesta en cultivo de nuevas tierras exige mucho tiempo y esfuerzo. Se requieren a veces varios años de explotación antes de conseguir rendimientos satisfactorios. Esta es la razón de que el programa deba ocuparse bastante pronto de esta puesta en cultivo y sufragar los gastos que ocasione. Durante el período de transici�n, deberán concederse compensaciones en víveres o en dinero.

- En el plano jurídico, la atribución de títulos que garanticen el derecho de usufructo (explotación) o de financiamiento del alquiler de equipo ("lease") transmisibles a los herederos con la reserva de que éstos continúen la explotación racional de las tierras, constituirá uno de los estímulos más eficaces. Sin embargo, será preciso unir esta atribución a la obligación de observar y respetar los reglamentos relativos a la organización de la nueva comunidad, en el plano social y económico (ingreso en instituciones cooperativas o similares, por ejemplo) y a la explotación de las tierras y del ganado.

- Habrá que instruir a los agricultores en las nuevas técnicas agrícolas adaptadas .las condiciones de la zona de reasentamiento y sobre todo en el cultivo con riego racional, si procede, así como en la explotación intensiva de los animales domésticos (a estos efectos, se han incluido centros de formación para el cultivo de regadío en los programas destinados a beneficiar el valle del río Senegal).

- Algunas poblaciones están vinculadas a la tierra por la costumbre. En este caso, será indispensable organizar el traslado de las tumbas y las reliquias de los antepasados a la nueva ubicación de la comunidad.

Los programas de ordenación de las zonas superiores de las cuencas hidrográficas pueden aprovechar la ocasión del traslado de poblaciones para introducir en la comunidad afectada muchos cambios:

- estructuras y administración más dinámicas

- habitat más racional liberando a la mujer de trabajos pesados

- intensificación de la producción agrícola y no agrícola

- tecnología más avanzada

- mejores infraestructuras (aguas, transportes, eventualmente electricidad)

- servicios mejorados (extensión, sanidad, cooperativas, crédito, comercialización)

- alfabetización de todos los adultos y escolarización de todos los niños.

Para que el traslado tenga éxito, es indispensable que todas las decisiones sean tomadas por los interesados ,y que no se les imponga nada.

En última instancia, cuando se hayan agotado todas las posibilidades de asegurar el mejoramiento de las condiciones de vida de la población local y el traslado de la pobla- ción sea imposible, no queda más que la posibilidad de limitar el crecimiento demográfico.

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