3.1. Aspectos generales de los SIFES
3.2. Objetivos de los programas SIFES
3.3. Criterios de selección de las comunidades-objetivo
Los SIFES son sistemas integrados para la industrialización de productos forestales y para la generación de energía eléctrica, a partir de los subproductos disponible en el área del bosque comunal, cuyo aprovechamiento responde a un plan de manejo racional previamente elaborado con el fin de asegurar un aprovechamiento sostenible de los recursos forestales en conjunción con la preservación del ambiente y de los ecosistemas naturales existentes.
El objetivo general del Programa SIFES es el de elevar el ingreso y los niveles de vida de las comunidades rurales-forestales, creando alternativas de generación de ingresos y empleo. Para alcanzar este objetivo el Proyecto contemplo la implementación de una acción integral de apoyo basada en la participación activa de la comunidad.
Los objetivos específicos del Programa se orientan a:
(a) mejorar las condiciones de vida de la población a través de la promoción del desarrollo integral de la comunidad;(b) impulsar la diversificación de las actividades desarrolladas en las zonas rurales-forestales a través de programas de asistencia técnica;
(c) apoyar el fortalecimiento institucional y de las asociaciones constituidas por los miembros de la comunidad;
(d) capacitar los recursos humanos para la adecuada implementación del programa SISES;
(e) asegurar un aprovechamiento sostenible del recurso forestal en el largo plazo a partir de la implementación de un plan de manejo racional del bosque; y
(f) mejorar la infraestructura física y social de la comunidad.
Desde el punto de vista social, la idea rectora de los SIFES se centra en la reversión de las condiciones de subdesarrollo presentes en las áreas rurales, a partir del mejoramiento en las condiciones de vida de la comunidad, asegurando que los beneficios derivados del proyecto sean distribuidos entre todos sus miembros.
Desde el punto de vista técnico, la idea central de los SIFES se basa en la organización de entes de producción y transformación de la materia prima proveniente de los bosques comunales en la forma de rollizos de primera, segunda y tercera calidad; la producción y comercialización de carbón vegetal; la producción y comercialización de resinas y, complementariamente, la producción de energía mecánica y eléctrica para satisfacer las necesidades industriales, individuales y colectivas de la comunidad. Para ello se financia la instalación, en la misma comunidad, de pequeños talleres de procesamiento de la madera proveniente del bosque de propiedad comunal.
En general, la industria maderera tradicional de Honduras emplea en la elaboración de algunos subproductos tales como palos de escoba, pallets, cercas, etc. madera proveniente de rollizos de primera calidad (madera "regular"), desechando aquella madera proveniente de rollizos de pequeños diámetros y/o de segunda calidad la cual queda abandonada en el monte.
De esta manera, el nivel de aprovechamiento de la materia prima disponible de un rollizo alcanza solo a un 50-60% de la madera extraída. Así, la no utilización de rollizos de segunda calidad (tuncas) comporta el desaprovechamiento de un 35-45% del potencial de producción del árbol. Este porcentaje se incrementa aun mas si se considera que, en la extracción, se descarta una elevada cantidad de árboles de diámetros menores provenientes de los raleos, considerados de escaso interés comercial.
Un análisis de mercado de los subproductos del bosque ha revelado que la madera de diámetros menores es, por su amplia gama de posibilidades de aprovechamiento industrial, la alternativa que presenta las mejores perspectivas de comercialización. En esta gama sobresalen no solo productos de industrialización en serie, de buena demanda por parte de la industria de exportación, sino también los requeridos por la industria de fabricación de muebles de bajo costo, de puertas y ventanas y de madera para la construcción, la cual abastece fundamentalmente el mercado interno (Zelaya, L. 1987).
No obstante la potencialidad comercial de las maderas de menores dimensiones, una serie de limitantes tanto a nivel de la extracción como de la elaboración, han desalentado el aprovechamiento de algunos subproductos del bosque comunal. Limitaciones propias de la infraestructura de producción a nivel de las comunidades rurales-forestales, el bajo interés comercial que existe para algunos de estos subproductos, especificas limitaciones de transporte y comercialización, insuficiente nivel de conocimientos en cuanto al aprovechamiento integral del bosque etc. han condicionado el desarrollo de actividades que permitiesen un aprovechamiento integral del capital productivo de la comunidad.
Así, la oferta de las maderas de reducidas dimensiones cubría, en el 1987, solo el 22% de la demanda potencial por lo que el impulso a iniciativas que signifiquen un mayor aprovechamiento de este tipo de maderas tendría buenas perspectivas de éxito dada la amplias posibilidades de colocación en un mercado escasamente aprovechado. En este sentido, la propuesta de instalar 50 SIFES en diferentes áreas geográficas del país, cubriría solo el 63% de dicha demanda. Aun cuando cada uno de los SIFES proyectados alcanzase los niveles máximos de producción previstos, se estimaba que solo se alcanzaría a cubrir el 83% de la demanda actual de este tipo de productos (Zelaya, L. 1987).
Complementariamente, el desarrollo de los SIFES supondría la incorporación de la energía eléctrica en comunidades que, de otra manera, deberían esperar aun varios anos antes de acceder a ella por otros medios. En efecto, la reducida demanda de electricidad por parte de estas pequeñas comunidades rurales y las significativas distancias que las separan de las fuentes de generación y/o suministro de energía eléctrica, lo cual comporta elevados costos de tendido, han desalentado su desarrollo en las áreas rurales.
Además, estas comunidades forestales tienen una escasa capacidad económica para hacer frente a los costos que implica el consumo de electricidad. Como lo indica la experiencia, esta ha sido una de las causas mas importantes en el fracaso de muchos de los proyectos de electrificación rural orientados ya sea a la extensión de la red publica de electricidad como a la instalación de plantas descentralizadas de generación de energía. A nivel nacional, solo un 20% de la población rural tiene un efectivo acceso a la energía eléctrica.
Este conjunto de razones reforzó la convicción sobre la necesidad de impulsar los SIFES con el fin de lograr que la materia prima proveniente del bosque comunal tenga un mayor aprovechamiento y pueda, asimismo, ser procesada en la propia zona de extracción, con los consiguientes beneficios económicos y sociales para la comunidad en su conjunto.
En este marco se inscribe el Proyecto de Asistencia Técnica de FAO al Sistema Social Forestal de COHDEFOR (FAO/COHDEFOR TCP/6652 (a)). Para ello y, como área piloto, se selecciono la comunidad rural-forestal de Chaguite Grande.
Los criterios para la selección de una comunidad-objetivo son los siguientes:
(a) que la comunidad este relativamente aislada de los medios modernos de comunicación y electrificación, de tal modo que el proyecto signifique una efectiva contribución a la comunidad;(b) contar con materia prima que garantice el funcionamiento ininterrumpido de las operaciones del taller; y
(c) que el bosque este en condiciones de ser explotado o que lo haya sido con anterioridad3.
3 Con ello se busca asegurar la existencia de caminos en estado relativamente aceptables que permitan el acarreo de la madera.
