9. La 51ª Reunión del Comité FAO/OMS de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) evaluó un gran número de aditivos alimentarios, incluidos siete grupos de aromatizantes que contenían 170 sustancias aproximadamente. Examinó además evaluaciones de la ingestión nacional de cinco aditivos alimentarios. El resumen del informe fue publicado en julio de 1998.
10. A instancias de la 29ª reunión del CCFAC se llevaron a cabo evaluaciones de la ingestión de benzoatos, butil-hidroxianisol (BHA), butil-hidroxitolueno (BHT), sulfitos y terbutilhidroquinona (TBHQ). A pesar de que las estimaciones de la ingestión media basadas en datos nacionales del consumo de alimentos y normas nacionales no excedían la ingestión diaria admisible (IDA) para ninguno de los aditivos alimentarios, todas ellas excedían las IDA respectivas si se consideraban los límites máximos de la Norma General para los Aditivos Alimentarios (NGAA). Esas evaluaciones de la ingestión sobrestimaban en gran medida la ingestión real, porque los niveles de la NGAA se habían compilado adoptando el nivel de uso más elevado en todas las categorías de alimentos y la gama de usos de los alimentos que figuraba en ella era mucho más amplia que las de las normas nacionales. El Comité señaló que el JECFA había identificado las categorías de alimentos que aportaban una contribución apreciable a la ingestión, y recomendó que el CCFAC las revisara.
11. El Comité destacó que el JECFA había adoptado unos principios rectores para las evaluaciones toxicológicas y la elaboración de especificaciones, que figuraban en la sección de consideraciones generales de sus informes. Estos principios se utilizarían en las reuniones siguientes para fomentar la coherencia de sus procesos de toma de decisiones. Las consideraciones generales relativas a las especificaciones se publicaron por primera vez junto con éstas[4], pidiéndose a las delegaciones gubernamentales que los examinaran y enviaran al CCFAC sus observaciones al respecto.
