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10. EFECTOS AMBIENTALES DEL DESARROLLO DE LA ACUICULTURA


10.1 Conflictos en el uso de tierras y aguas
10.2 Polución acuática y otros cambios ambientales

10.1 Conflictos en el uso de tierras y aguas

Aunque generalmente se eligen para la acuicultura lugares que no se usan directamente para otros fines productivos, puede haber otros usos indirectos competidores en dichas áreas y a veces usos directos alternativos. Además las practicas de la acuicultura pueden estar en pugna con la agricultura, la pesca deportiva y otras pescas de captura, la expansión industrial, la navegación, el desarrollo de los recursos acuáticos, el desarrollo residencial y de zonas de recreo. En algunas circunstancias se puede argumentar también que la belleza del área puede quedar gravemente dañada por las carreteras de acceso, líneas de alto voltaje y otros requerimientos de infraestructura de una granja acuícola. Son necesarios, pues, planos integrales que ajusten los intereses en conflicto donde existan, para permitir el uso más provechoso de las áreas. La acuicultura no requiere necesariamente el uso exclusivo del ambiente total y otros usos pueden acomodarse muy bien, a menudo. Ya nos hemos referido a la promulgación de leyes zonales (horizontales y verticales) para acomodar el múltiple uso de tierras y aguas.

Por el momento no existen pautas bien definidas para tomar decisiones sobre la concesión de lugares para usos alternos. Incluso el criterio económico, que solo es practicable parcialmente, no es fácilmente utilizable y los dictámenes deben hacerse caso por caso, usando los mejores datos disponibles. Muchas de las suposiciones existentes sobre el papel ecológico de las salinas, marismas y áreas similares que pueden usarse para la acuicultura, necesitan una evaluación crítica. Hay que buscar compromisos teniendo muy en cuenca el papel positivo de la acuicultura en el régimen ecológico de las zonas acuáticas y terráneas.

10.2 Polución acuática y otros cambios ambientales

La polución acuática y otras modificaciones importantes del ambiente (por ejemplo, desviaciones del agua, dragado, rellenamiento) pueden afectar a la acuicultura muy seriamente y por ello, cuando se considere necesario, se deberán tomar medidas adecuadas de control en la planificación de su desarrollo. Como los ambientes de la acuicultura se mantienen generalmente a un alto nivel de productividad, utilizando aportes externos de energía, tienden a una mayor inestabilidad ecológica y a ser más fácilmente perturbados que los ecosistemas naturales. La polución puede ser causada por residuos agrícolas, domésticos e industriales.

La mayoría de los residuos orgánicos biodegradables, en cantidades limitadas solo pueden servir como fertilizantes y colaborar a la productividad de las instalaciones de acuicultura: en este principio se basa el empleo tradicional de residuos humanos y animales en la piscicultura. Sin embargo, el empleo de aguas de alcantarillado no tratadas pueden provocar riesgos para la salud, especialmente cuando se cultivan especies filtradoras. Por consiguiente deberán tomarse precauciones para asegurarse de que los residuos utilizados están libres de microorganismos nocivos. Los mayores problemas pueden ser causados por descargas excesivas de residuos orgánicos o las de residuos industriales que contienen substancias tóxicas, en aguas dedicadas a la acuicultura. La sobrecarga de nutrientes puede causar una floración de algas, una disminución de oxígeno, una turbiedad creciente y otros cambios en la calidad del agua, todo la cual puede afectar negativamente la producción acuícola y originar una mortandad a gran escala en el stock en cultivo.

Los efluentes de agua caliente de las estaciones de energía, aunque son dañinos al biota por lo general en los climas tropicales y cuando se descargan sin control en aguas abiertas, incluso en climas templados, pueden utilizarse favorablemente para la piscicultura. El calor de estos efluentes puede servir para mantener una temperatura óptima en las instalaciones de cultivo, a un costo muy reducido, y esto puede contribuir a sostener durante todo el ano el crecimiento y ocasionar una producción más alta de las especies en cultivo. Los efluentes de las estaciones de energía nuclear no están considerados fuentes de contaminación grave, excepto si los organismos crecen en los efluentes calientes, no diluidos, lo que da como resultado la asimilación y bioacumulación de radioisotopos, o la absorción de zinc y otros elementos directamente del agua por medio de los tejidos de las agallas o a través de otras membranas activas. Estos riesgos deben ser prevenidos y evitados si los efluentes de las estaciones de energía nuclear van a utilizarse en la acuicultura. Para la utilización satisfactoria de los efluentes calientes de las estaciones de energía deberán tomarse las medidas necesarias al planificar la estación para garantizar el flujo regular y controlado del efluente, libre de elementos tóxicos, como el cloro que puede haber sido inyectado en los efluentes para reducir el crecimiento de los organismos que ensucian y la condensación de limo en los tubos de salida.

Es cierto que la acuicultura intensiva puede causar alguna polución orgánica como resultado de la acumulación de subproductos metabólicos de las especies cultivadas y la demanda biológica de oxigeno causada por el alimento no utilizado, especialmente en ambientes limitados donde el intercambio del agua es lento y el proceso de mezcla reducido. Pero no sería adecuado aplicar arbitrariamente a la acuicultura las reglamentaciones sobre los residuos animales y las reglamentaciones sobre la descarga de contaminantes que puedan existir en el país. Las reglamentaciones sobre los residuos animales están orientadas principalmente hacia el control del almacenamiento y la distribución de los residuos altamente concentrados producidos por partidas de alimentos para ganado o aves. Ciertas cláusulas de tales reglamentaciones se refieren al olor, lo que rara vez es un problema para la acuicultura. Los residuos producidos en sistemas cerrados o semi-cerrados como los estanques de peces se están descomponiendo continuamente y son reciclados por procesos naturales. Existe la posibilidad de algunas descargas de los sistemas de descarga en los cultivos como en las canaletas y las jaulas, pero sería relativamente simple reciclar los residuos orgánicos por medio de algas u otros tipos de cultivo, o los efluentes pueden hacerse inofensivos establizándolos o con una disolución adecuada antes de ser descargados. Una acuicultura bien planificada incluirá medidas para la biodegradación de sus propios residuos. Los productos químicos elegidos para un empleo en las instalaciones de acuicultura serán del tipo degradable y se tomaran medidas necesarias para evitar descargas de materiales tóxicos. Cuando se utilizan para la acuicultura extensiones abiertas de agua, como en el caso de los cultivos en jaula o cercas, se dará la debida atención a sus posibles efectos sobre el flujo del agua, sedimentación, acumulación de residuos, etc., y se tomaran las medidas necesarias para prevenir la deterioración del ambiente.

Las medidas a tomar dependerán de la naturaleza de la extensión de agua, la técnica del cultivo y las condiciones locales, pero existen técnicas adecuadas para mitigar cualquier efecto contrario que pueda causarse.


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