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PARTE V

INFORME DEL GRUPO DE TRABAJO SOBRE IMPLICACIONES E INTERACCIONES DE LA ORDENACION DE LA PESCA

por

J. Csirke

(Presidente)1

RESUMEN
   La variabilidad es una característica inherente de las pesquerías neríticas y por lo general está asociada tanto con la intensidad de la explotación como con los cambios en las condiciones ambientales. Se debe dar la debida atención a los elementos biológicos, físicos y humanos del sistema de ordenación pesquera. Esto significa controlar el tipo, tamaño y cantidad de los peces explotados; tratar de responder oportunamente ante los eventos que se produzcan en la pesquería como consecuencia de procesos climáticos; y tener en cuenta las diversas consideraciones de carácter económico, social y político. Se identifican los principales usuarios de los recursos, sus objetivos y las posibilidades de conflictos entre ellos. La ordenación habrá de ser prescriptiva y preventiva, en vez de ser só1o reactiva. Se sugieren tres estrategias generales para explotar recursos pesqueros variables: una pesquería fluctuante, una pesquería oportunista o migratoria; y una pesquería diversificada. Es preciso regular las actividades pesqueras, haciendo más severas las medidas de protección cuando la abundancia del recurso disminuye y permitiendo la expansión de la explotación cuando ésta aumente, se logrará así maximizar los beneficios durante los períodos de gran abundancia y minimizar las pérdidas cuando la abundancia disminuye.

1. INTRODUCCION

El tema general de esta Consulta de Expertos fue la variabilidad de las poblaciones de peces neriticos. El objetivo general era analizar esa variabilidad, particularmente cuando se presenta en forma de cambios amplios y rápidos en la abundancia total, la composición por especies y la distribución general; y luego considerar los efectos que esos cambios tienen en las pesquerias y en los varios sectores que dependen de la pesca.

En los informes de los otros tres grupos de trabajo se ha tratado el tema de la variabilidad de los recursos y del ambiente, de cómo se deben estudiar y monitorizar, y de las implicaciones sociales y económicas de esa variabilidad. En este informe se presentan los resultados y conclusiones del Grupo de Trabajo sobre implicaciones e interacciones de la ordenación pesquera. Comienza con un examen de los principales componentes del sistema de ordenación y de los principales usuarios de los recursos pesqueros y sus objetivos, y concluye con una breve exposición de varias alternativas que podrían aplicarse para la ordenación de pesquerias neríticas muy variables.

Este documento fue preparado en base a los aportes técnicos y las contribuciones de los Sres. J. Magnuson y R. Serra, que actuaron como Relatores, y de los demás miembros del grupo, que fueron: H. Belvéze, R. Beverton, J. Bravo de Laguna, B. Brown, R. Crawford, P. Fréon, S. García, R. Jordán, E. Kwei, J. Lleonart, Loh-Lee Low, A. MacCall, M. Murillo, P. Shelton, S. Tanaka. H. Vilhjalmsson y Y. Znamensky.

1.1 Recursos muy variables

Desde el punto de vista de la ordenación pesquera se puede entender por recurso muy variable aquél cuya biomasa o producción no puede ser controlada con suficiente presición al regular solamente la intensidad de la pesca. Cuando los recursos pesqueros presentan grandes fluctuaciones naturales, el concepto de “equilibrio” utilizado en el caso de recursos más estables resulta inaplicable

1 Dirección de Ambientes y Recursos Pesqueros de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Roma, Italia

en las escalas de tiempo más cortas que son apropiadas para la ordenación pesquera; sin embargo, las necesidades de la ordenación son mayores y más imperativas con los recursos variables, debido a los altos costos económicos y sociales que entraan las fluctuaciones y el colapso de grandes pesquerías neríticas.

Varios de los estudios presentados en esta Consulta (véase las Actas en Vols. 2 y 3) corroboran la opinión de que las fluctuaciones y el eventual colapso de las pesquerías neríticas están asociados por lo general con una combinación de explotación intensiva y cambios en las condiciones ambientales. Por tanto, al tratar con pesquerías nerlticas fluctuantes han de tenerse siempre presentes esos dos factores causales.

La variabilidad en el reclutamiento constituye la principal causa inmediata de las fluctuaciones de recursos neríticos pelágicos, aunque también los cambios en el comportamiento y en las características biológicas de las poblaciones de peces, como la mortalidad natural y el crecimiento de postreclutas, desempean una función importante.

No se conocen los mecanismos, pero se reconoce el efecto que tiene el medio ambiente en las fluctuaciones de los recursos marines vivos y se recomienda que se preste mayor atención a esa fuente de incertidumbre. En el caso de muchas poblaciones neríticas importantes, la variabilidad del reclutamiento parece estar estrechamente asociada con cambios en las condiciones ambientales. De hecho, es muy posible que la variabilidad del reclutamiento debida a factores ambientales sea aún mayor que la debida a cambios en la abundancia de la población de progenitores (por ejempio, Cairke, 1980; García, 1985). Parrish et al. (1985) han examinado algunos procesos ambientales importantes que pueden tener efectos considerables en la variabilidad del reclutamiento en los sistemas de corrientes de margen oriental y son muchos los datos que sugieren que la mayor parte de la variabilidad del reclutamiento se determina en las primeras fases del cicio vital de los peces (por ejempio, Sharp, 1981). Sin embargo, aún es poco lo que se sabe sobre los mecanismos específicos que determinan la estrecha relación existente entre el medio ambiente y las fluctuaciones de los recursos neríticos que tanto afectan a las pesquerras en todo el mundo.

Es también evidente que la pesca ha contribuido en forma importante a exacerbar las fluctuaciones de los recursos y acelerar el colapso de varias pesquerías neríticas, en particular pelágicas. De hecho, al centrar la atención en las pesquerías que han experimentado un colapso en los últimos decenios, probablemente estamos enfatizando excesivamente el rol desempeado por la naturaleza en la variabilidad y eventual colapso de las poblaciones neríticas pelágicas. Hay varies ejemplos de pesquerías pelágicas que en el pasado se han mantenido por períodos de hasta 50 aos o más sin signo alguno de colapso, pero la pesca se ha intensificado y hecho más eficiente en las últimas décadas. Ello ha contribuido a intensificar las fluctuaciones naturales de las poblaciones de peces y, al mismo tiempo, ha hecho que las comunidades pesqueras dependan cada vez más de la productividad de los recursos ícticos, quedando así más expuestas a sus fluctuaciones.

Algunos recursos neríticos se caracterizan por la presencia de grandes pulsos u oscilaciones en su abundancia. En el caso de esos recursos, los modelos biológicos y económicos tradicionales, que suponen condiciones estables, pueden ser aún útiles a largo plazo, pero a menudo no son váalidos a corto plazo. En los períodos en que aumenta la abundancia, los rendimientos obtenidos con la explotación de esos recursos pueden alcanzar niveles muy altos y llegar a convertirse rápidamente en elementos importantes de la economía nacional. Por ello aumenta la probabilidad de que los cambios grandes e inesperadoa en la abundancia tengan drásticos efectos sociales y económicos, alterando el mercado, empleos, rentas, ingreso de divisas, etc. Además, las probabilidades de que se llegue a una situación de sobreexplotación son mayores cuando se pescan recursos muy variables, ya que una vez quo la pesquería ha alcanzado un nivel determinado (de ordinario tras un período de aumento de la abundancia), se hará todo lo posible para mantener la explotacion a esos niveles, aun cuando el recuraos entre en un período de abundancia menor como parte de su evolución natural.

1.2 Objetivos de la prdenación pesquera

Los objetivos generales de la ordenación pesquera son ofrecer alimentos saludables, puestos de trabajo bien renumeredos y beneficios económicos. Al administrar la explotación de sus pesquerías, cada país tendrá nocesariamente que establpcer un equilibrio entre la maximizaci&0acute;,i de esos beneficios a breve plazo y los beneficios a largo plazo derivados de una mayor estabilidad de las capturas o de los puestos de trabajo y de las entradas económicas y, al mismo tiempo, habrá de asegurar la conservaión de los recursos para mantener opfiones futuras, tanto para el país como para la humanidad.

Para conseguir esos objetivos es necesario además reducir al mínimo los conflictos entre los distintos sectores implicados. Una ordenación eficaz ha de racionalizar el logro de los objetivos propuestos sirviéndose de la información cienttfica disponible sobre los recursos y el ambiente y sobre distintos factores socioeconómicos. En la ordenación de recursos muy variables, hay que tener también presente la necesidad de no agravar las fluctuaciones de los recursos y de llevar adelante el desarrollo de la pesquería de manera que se maximicen las ganancias en los perfodos de gran abundancia y se reduzcan al mínimo las pérdidas en los períodos de menor abundancia.

En la ordenación de la pesca también se debe tener presente que aun cuando la conservación de los recursos no sea el objetivo principal, este constituye de todas maneras un requisite indispensable para alcanzar cualquier otro objetivo a largo plazo.

2. COMPONENTES DE LOS SISTEMAS DE ORDENACION

En la ordenación pesquera han de tenerse en cuenta tres componentes fundamentales: (1) componente físico - el clima y la estructura (física, química y dinámica) del mar, que son causa de variaciones en la productividad biológica y en las condiciones existentes para la pesca; (2) componente biológico - las poblaciones de peces, su compleja dinámica y las interacciones con otros elementos de la biota; y (3) componente humano - la atmosfera social, económica e institucional en la que se realiza la ordenación de la pesca.

Hasta ahora, la ordenación pesquera ha tendido a concentrarse en el components biológico, es decir, en la población individual explotada. Según el tipo, la condición estimada y la dinámica aparente de cada población, se adoptan medidas de ordenación que se supone mantendrán o modificarán su estado. Al concentrarse en el componente biológico, los administradores o los responsables de tomar decisiones limitan el número de medidas o instrumentos disponibles para tratar de establecer el equilibrio necesario entre los componentes biológico y humano, donde se tenga en cuenta al mismo tiempo los componentes físicos que afectan tanto a los peces como al hombre.

El objetivo de esta clasificación en componentes causales manejables es mostrar que se debe prestar atención directa e indirecta a todos los componentes y que, de hecho, en la ordenación de la pesca existen más alternativas que los habituales métodos destinados a controlar las capturas y el esfuerzo de pesca.

2.1 Componente físico

Algunos eventos meteorológicos y climáticos desencadenan grandes cambios en las poblaciones pesqueras. Entre esos eventos pueden citarse los fenómenos del tipo “El Nirio”, los cambios en los sistemas de corrientes oceánicas, la dinámica de los hielos marinos, y algunos cambios climáticos a largo plazo que determinan un calentamiento o enfriamiento gradual del mar. Los efectos de esos eventos climaticos en gran escala están bien ilustrados en la historia de las pesquerías de la anchoveta peruana y de la sardina del Japón y California, y otras muchas pesquerías han sido tambien afectadas grandemente por variaciones climáticas en menor escala.

Esta Consulta de Expertos ha sealado los importantes efectos que tienen esos eventos ambientales en las poblaciones de peces y, por tanto, en la pesca y en los sectores con ella relacionados, y resalta la necesidad de que los responsables de la ordenación presten mayor atención a estos factores a la hora de planificar y decidir. Claro que es imposible manejar o regular el clima: lo que hay que hacer es responder oportunamente a los acontecimientos que se produzcan en la pesquería como consecuencia de procesos climáticos.

Las estrategias de pesca (y de Tnercadeo, de investigación, etc.) se pueden ir modificando a medida que se producen eventos climáticos predecibles. Habrá que tener planes de contingencia ya preparados para casos de eventos climáticos catastróficos. Las medidas de ordenación tendrán por objeto controlar los componentes humanos del sistema de ordenación y, a través, de ellos, las respuestas biológicas. Por ejempio, se puede optar por capturar lo más posible del recurso (y acumular así beneficios para el futuro) antes de que un evento climático predecible determine una mortandad catastrófica en la población o se puede optar por mitigar los daos causados por la naturaleza reduciendo las capturas, y comenzar a desplazar el exceso de mano de obra a otros sectores y a promover otros usos del equipo y de los artes de pesca antes de que el evento climático previsto de hecho se produzca.

No son muchas las posibilidades practicas de manipular el mar en función de los objetivos pesqueros, pero la intervención del hombre puede determinar cambios localizados en las caracterls ticas ffsicas y qutmicas del mar e influir asf en la producción pesquera. Existen, por ejempio, las siguientes posibilidades;

a)    Utilización de estructuras materiales para crear refugios para los peces o concentrarlos para la explotación. Se pueden instalar, por ejemplo, arrecifes artificiales o estructuras flotantes para atraer a los peces. El uso de luces potentes para concentrar a los peces durante la pesca nocturna es también frecuente. Asi como las estructuras artificiales sirven para concentrar a los peces y, por tanto, pueden hacer que la mortalidad por pesca alcance niveles excesivamente altos, se puede también considerar la posibilidad de eliminarlas;

b)    Introducción y control de la descarga de nutrientes o sustancias contaminantes en el mar;

c)    Introducción y control de la descarga en el mar de aguas templadas procedentes de centrales generadoras de energía; y

d)    Control del volumen de agua dulce que llega a los estuarios, mediante la construcción de presas.

Estos no son más que algunos ejemplos evidentes de cómo el hombre, con sus actividades o con medidas de ordenación, puede modificar el componente físico y, de esa manera, influir en la producción y las capturas. La mayoría de esos efectos tendrán carácter local, pero en el caso de las pesquerías artesanales o de estuario sus repercusiones en determinados recursos pueden ser grandes. Por tanto, habrán de tenerse en cuenta esos factores a la hora de tomar decisiones. A medida que la tecnología se desarrolla y la población humana va en aumento, resulta cada vez más importante tener en cuenta las actividades del hombre que influyen en el contenido físico y químico de las aguas del mar y afectan así la producción pesquera.

2.2 Componente biológico

Este componente incluye tanto los recursos específicos que se explotan como otros elementos bióticos del ecosistema. Los métodos de ordenación se han concentrado en el control del tipo, tamaño y cantidad de los peces explotados, para mantener la continuidad de los distintos recursos. Estas son las formas tradicionales de intervención de los administradores en los sistemas de ordenación de la pesca. Con los métodos clásicos, los administradores tienen a su disposición las opciones siguientes:

a)    Cuotas de captura, por especies, zonas y períodos de tiempo (en distintas combinaciones). La fijación de cuotas de captura tiene por lo general la finalidad de conseguir algunos objetivos basados en la productividad biológica de las poblaciones, la que normalmente se mide en términos de un rendimiento sostenible, que bien puede ser al nivel máximo o a un nivel intermedio.

b)    Esfuerzo de pesca. El esfuerzo de pesca se puede controlar de varias maneras, como por ejemplo, modificando el tipo de artes de pesca o su uso (horas de arrastre, longitud de las redes de enmalle, etc.), el número de embarcaciones, el número de pescadores, la duración de la temporada de pesca o limitando la entrada de nuevos pescadores. La regulación del esfuerzo de pesca se hace por lo general por especies, zonas o temporadas.

c)    Características biológicas de los peces capturados. Las principales características que se han tenido en cuenta en las decisiones de ordenación son la talla mínima o la edad a la primera captura, el sexo y la fase del ciclo vital de los peces que pueden ser capturados. Esas características determinan el impacto de las regulaciones relativas, por ejemplo, a tamaño de los peces, tipo de arte y luz de malla.

d)    Vedas temporales y espaciales, para proteger el desove, la cría, la alimentación o el crecimiento de los peces. Alternativamente, se pueden abrir temporadas de pesca para capturar peces con huevas, o aprovechar grandes abundancias localizadas o cambios estacionales de la condición de los peces (por ejemplo, contenido de grasa).

La ordenación de los sistemas neríticos se ha hecho en general utilizando modelos monoespecíficos, pero a menudo las repercusiones de la pesca no sólo se manifiestan en alteraciones de la abundancia de la especie explotada sino también que puede causar cambios en la abundancia, distribución o dinámica poblacional de especies no explotadas o de elementos que les sirven de alimento. Esos cambios, que determinan alteraciones en la estructura trófica, pueden ser más apreciables en algunos consumidores secundarios, como peces predadores, aves y mamíferos, pero pueden hacerse sentir también en la abundancia o composición del plancton, los niveles de detritos y nutrientes, las tasas de reciclaje de nutrientes o la extensión de las capas anóxicas.

Son pocos, si alguno, los sistemas neríticos suficientemente bien conocidos como para que sea posible proceder a su ordenación o hacer predicciones sobre la base de modelos del ecosistema, pero esos modelos pueden de todas maneras desempeñar una función útil para estructurar la información sobre los enlaces y tasas de transferencia existentes dentro de un sistema. Esos modelos pueden servir para responder a preguntas como, por ejemplo, “¿ Qué sucedería si se eliminan a los predadores?” La preparación de modelos del ecosistema puede resultar útil cuando la ordenación tiene por objeto mantener la integridad del ecosistema y no meramente la estabilidad del rendimiento de una sola población.

Un ejemplo de la interacción entre el ambiente, una especie depredada, sus predadores y competidores, y el hombre puede verse en el sistema de la corriente peruana. Los estudios de los sedimentos del fondo marino frente al Perú han mostrado que durante milenios la anchoveta ha sido la especie predominante en dicho sistema (De Vries y Pearcy, 1982). Existía también una estrecha vinculación entre la anchoveta peruana y las poblaciones de aves guaneras del mar peruano (Murphy, 1981). Sin embargo, el colapso de la anchoveta peruana en 1972, que coincidió con un fenómeno “El Niño” de gran intensidad y con un período de 10 años de explotación intensiva, modificó la predominancia de esa especie en el sistema por primera vez, según parece, en millares de años. La abundancia de sardina, jurel y caballa aumentó dramáticamente a medida que iba disminuyendo la de anchoveta, y también cambiaron significativamente la abundancia total y la proporción relativa de las tres especies principales de aves guaneras: guanay, piquero y alcatraz (Tovar, 1983). La pesca, en ese caso, parece haber perturbado la interacción peces-avez marinas-El Niño en tal medida que la dominancia de las especies se modificó radicalmente. Esos cambios del sistema no pueden ser analizados con modelos monoespecíficos.

2.3 Componente humano

Aquí se incluyen las instituciones responsables de la ordenación, los usuarios de los recursos y todas las demás consideraciones pertinentes de orden social, económico y político.

Los gobiernos, en cuanto representantes del pueblo, tienen la responsabilidad de velar por sus intereses y a ellos compete, por tanto, la custodia de los recursos pesqueros. Los gobiernos establecen objetivos pesqueros, recogen y difunden información, preparan planes de ordenación, designan las autoridades que han de tomar decisiones en cuestiones de pesca, distribuyen los recursos entre los usuarios y celebran negociaciones con otros paises para conciliar intereses o utilizar recursos compartidos.

En la ordenación de una pesquería, son las actividades humanas las que realmente se pueden regular, son reguladas y se deben regular cuidadosamente. La actividad pesquera del hombre representa una causa de mortalidad impuesta (no natural) para las poblaciones de peces y, por tanto, conlleva una perturbación del ecosistema marino, además de antrañar cambios sociales y económicos en la comunidad humana. Esa actividad, pues, ha de vigilarse y regularse, para conseguir un uso continuado y prudente de los recursos biológicos y conseguir al mismo tiempo que, dentro del componente humano, todo proceda satisfactoriamente y reinen el orden y la armonía.

La mayoría de las opciones que tienen los administradores pesqueros para conseguir los objetivos de la ordenación pesquera se encuentran en el componente humano. Los objetivos de las actividades pesqueras incluyen consideraciones sociales, económicas y políticas. La intervención en ese campo entraña la creación de una atmósfera social, económica y política adecuada para explotar eficiente y racionalmente los recursos pesqueros, atmósfera que, por otro lado, podrá ser posible modificar según los objetivos de la ordenación, la situación de los recursos y el estado de la industria pesquera. Es en este campo que la habilidad de los administradores pesqueros se pone a dura prueba.

El componente humano también puede tener una perspectiva internacional, porque puede suceder que las poblaciones de peces se encuentren tanto dentro como fuera de las zonas bajo jurisdición nacional, o sean compartidas entre varios países, o puede ser que a otros países se les conceda acceso a recursos administrados nacionalmente, que los mercados sean internacionales, etc. A menudo, los objetivos que un país persigue con sus pesquerías son diversos de los que persiguen otros países que comparten los mismos recursos o están interesados en ellos. En ese caso, serán necesarias negociaciones intergubernamentales para poder ordenar satisfactoriamente la explotación de esos recursos, y los administradores de la pesca tendrán que tener en cuenta toda una nueva serie de valores, además de los nacionales ya existentes.

Según la nueva Convención sobre el Derecho del Mar, los Estados ribereños tienen derechos de soberanía sobre los recursos vivos de sus zonas económicas exclusivas (ZEE), pero, al mismo tiempo, pueden conceder acceso a los excendentes a países extranjeros. El acceso puede regularse mediante acuerdos bilaterales entre gobiernos, establecimiento de empresas comerciales conjuntas y cooperación en el seno de organizaciones nacionales e internacionales.

Las organizaciones internacionales pueden desempeñar también una función útil e importante en la regulación de las poblaciones compartidas y las poblaciones que se encuentran dentro y más allá de las zonas bajo jurisdicción nacional. Los Estados ribereños en cuyas zonas económicas se hallen poblaciones que son compartidas con otros países podrán recurrir a una organización internacional de la que sean miembros para preparar planes regionales de pesca y reglamentaciones de la explotación. A su vez, un estado ribereño podrá recurrir a esas tribunas internacionales para obtener opiniones independientes con vistas a la preparación de sus propios planes de ordenación.

Cuando una misma población íctica se encuentra tanto dentro como fuera de la zona económica exclusiva, las organizaciones regionales de pesca pueden desempeñar una función capital. En esas organizaciones pueden estar representados tanto los Estados ribereños como los estados cuyas flotas pescan o tengan intención de pescar en el área. Para facilitar la ordenación, sería útil disponer de un sistema común de datos y realizar investigaciones cooperativas.

3. USUARIOS DE LOS RECURSOS Y SUS OBJETIVOS

La utilización de los recursos pesqueros afecta a todos los ciudadanos de un país, bien directa o indirectamente. La captura, elaboración y mercadeo de pescado constituyen la forma de vida de algunos de ellos, con lo que así dependen directamente de los recursos pesqueros. Otros sectores de la sociedad están afectados indirectamente, pero las repercusiones pueden ser importantes.

3.1 Usuarios directos

Los usuarios directos pueden agruparse en las categorías siguientes: a) sector extractivo; b) sector industrial; c) sector comercial; d) pesca deportiva; y e) consumidores. No se trata de categorías que se excluyan mutuamente, porque una persona u organización puede participar simultáneamente en varios usos.

3.1.1 Sector extractivo

El sector extractivo está en contacto directo con los recursos. Dentro de él puede distinguirse una serie de grupos de inviduos (o subsectores) cuyos objetivos no siempre coinciden y a quienes el éxito o fracaso de la pesquería afecta en formas diversas. Podemos distinguir tres subsectores: pescadores artesanales o en pequeña escala, armadores y tripulantes.

Los pescadores en pequeña escala o artesanales son los usuarios tradicionales de los recursos. Por lo general son propietarios de los medios de producción y dependen de los recursos y de su disponibilidad para mantener su nivel tradicional de vida. Proporcionalmente son quienes menos beneficios derivan de los perlodos o picos de abundancia máxima, porque sus embarcaciones y artes están adaptados a determinadas condiciones de pesca y su capacidad de captura, transporte y mercadeo es limitada. Este subsector resulta profundamente afectado cuando los peces dismínuyen o desaparecen por el doble motivo de que no disponen de tecnología suficiente para afrontar el problema y porque su fuente tradicional de ingresos puede desvanecerse. Al mismo tiempo, forman un grupo flexible que con poco costo puede pasar a pescar otras especies o dedicarse a otras ocupaciones artesanales. Su objetivo fundamental es mantener las capturas en un nivel adecuado para poder seguir pescando el mayor tiempo posible. Puede suceder que su importancia económica no sea suficiente para influir en el proceso de ordenación, pero sin duda alguna su valor social es importante.

Los armadores son los que han invertido un capital en barcos de pesca. Puede tratarse de personas que ya antes trabajaban en el sector pesquero o pueden proceder de otros sectores. Su objetivo principal, en cualquier caso, es obtener un máximo de beneficios netos de sus inversiones. Su relación con el sector pesquero no es tan estrecha como la de los pescadores en pequeña escala, ya que no son más que inversionistas que han colocado su dinero en una actividad de la que esperan obtener beneficios. Este grupo, por tanto, presiona a las tripulaciones de sus barcos para aumentar al máximo los rendimientos, y a los responsables de la ordenación para evitar que adopten medidas que puedan reducir sus beneficios. Su posición estratégica en el esquema de los distintos grupos que participan en la pesca hace que, además de constituir un sector económico importante, ejerzan cierto grado de control sobre quienes realizan prácticamente la pesca y, al mismo tiempo, estén cercanos a los centros decisorios. Por ello, pueden desempeñar una función importante, influyendo en las políticas pesqueras del país y en las estrategias de ordenación.

La situación los tripulantes es muy semejante a la de los pescadores en pequeña escala. La diferencia es que trabajan por un salario o a la parte. Se pueden distinguir dos subgrupos, con objetivos diferentes: los patrones y los tripulantes. Los patrones, como representantes de los armadores son responsables de la operación de los barcos; su objetivo, por tanto, es obtener lo más posible de los barcos y de sus tripulantes. A breve plazo pueden obtener beneficios muy altos, pero si las capturas disminuyen o no rinden tanto como se esperaba, son los primeros en sufrir las consecuencias. A ello se une el hecho de que están demasiado especializados para encontrar trabajo en otro sector de la sociedad con un nivel de ingresos comparable. Indirectamente, los patrones hacen sentir su peso en la ordenación, porque son ellos quienes influyen en los armadores para que presionen a los responsables de aquella. El objetivo fundamental de la tripulación es aseguarse trabajo y conseguir ingresos suficientes. Igual que en el caso de los pescadores en pequeña escala, su influencia en el proceso de ordenación se basa más bien en consideraciones sociales que en motivos económicos.

3.1.2 Sector industrial

La industria pesquera, con los que elaboran o procesan artesanal o industrialmente los productos conseguidos por el sector extractivo, constituye el segundo grupo importante de usuarios de los recursos. También en este sector pueden distinguirse dos grupos de personas: los gerentes o propietarios de industrias y los trabajadores. El objetivo fundamental de los industriales es idéntico al de los armadores: conseguir el máximo de beneficios netos de sus inversiones. En cambio, existen diferencias en sus respectivas esferas de acción. Los industriales no están en contacto directo con el recurso, y su posibilidad de presionar sobre los responsables de la ordenación depende del volumen de sus inversiones y del número de trabajadores a los que dan empleo. En circumstancias normales, su problema principal es la comercialización del producto. A menos que tengan intereses directos en el sector pesquero, no intervienen en forma importante en las medidas de ordenación, a menos que los productos que reciben no sean adecuados para sus mercados. La preocupación principal de los trabajadores del sector industrial es comparable a la de los tripulantes del sector extractivo: su objetivo es conseguir empleo estable y salarios aceptables.

3.1.3 Sector comercial

El sector comercial constituye el tercer pilar fundamental de esta estructura. Su función es distribuir y promocionar el producto, y su objetivo básico es recabar el máximo de beneficios de esa actividad. Difiere de los sectores precedentes en que las inversiones de capital son relativamente pequeñas en proporción con los beneficios, y en que su capacidad de ejercer una presión directa en el proceso decisorio es limitada. Cuando las capturas disminuyen, el sector comercial se adapta muy fácilmente a la nueva situación, reduciendo sus actividades y, en consecuencia, sus gastos administrativos.

3.1.4 Pesca deportiva

Los pescadores deportivos son usuarios directos, que utilizan los recursos para recreo y determinan el nacimiento de industrias colaterales social y económicamente importantes, como el turismo. En algunos casos, los pescadores deportivos pueden tener gran influencia en la ordenación debido a su gran número y a su posición social.

3.1.5 Consumidores

Los consumidores son el grupo de usuarios directos de los recursos que desempeñan la función más pasiva en el sistema de ordenación, a pesar de consitutir el eslabón fundamental del sistema pesquero. Es preciso distinguir entre los consumidores nacionales e internacionales, aunque todos ellos tienen un mismo objetivo: conseguir productos pesqueros a los precios más bajos posibles.

Los consumidores internacionales, por representar una fuente de divisas, pueden influir en forma importante en el desarrollo y éxito de las pesquerías, aunque en general su influencia en la ordenación es limitada y se ejerce sobre todo a través del sector comercial. Los consumidores internacionales pueden cambiar con mayor facilidad a otros productos y/o abastecedores y, por tanto, resultan mucho menos afectados en el caso de colapso de una pesquería.

Los consumidores nacionales son los principales usuarios de los recursos. La mayor parte de la población del país pertenece a este categoría de usuarios. Su objetivo fundamental es obtener productos pesqueros a los precios más bajos posibles, pero también se espera que puedan beneficiarse, al menos directamente, de la explotación de los recursos nacionales por parte de otros usuarios. En su calidad de ciudadanos, son propietarios de los recursos, y con los impuestos que pagan contribuyen a generar el capital necesario para las inversiones de otros usuarios. Si la pesquería y la industria experimentan un colapso, son ellos, a través del sistema fiscal, quienes pagan las consecuencias. Su capacidad de hacer presión sobre los responsables de la ordenación es pequeña y se ejerce a través de los medios sociales de comunicación. Si se produce un colapso de la pesquería, en último término ellos tienden a ser los principales perdedores.

3.2 Usuarios indirectos

Entre los usuarios indirectos de los recursos podemos distinguir: a) industrias auxiliares, relacionadas con las actividades de la flota y de la industria pesquera, y b) empresas que intervienen en la construcción de puertos y otra infraestructura.

3.2.1 Industrias auxiliares

El principal grupo de usuarios indirectos son las industrias auxiliares. Son ellas las que, además de construir los barcos y las fábricas, facilitan los medios necesarios para la captura y para el envasado y expedición del producto obtenido. Pueden desempeñar una función importante en las políticas pesqueras del país, por ejemplo haciendo presión para que se mantenga la construcción naval incluso en momentos en que la situación de los recursos aconsejaría reducir el esfuerzo de pesca.

En general, las industrias auxiliares trabajan siempre con la finalidad de hacer rentables sus inversiones. Sus objetivos específicos varían según su relación concreta con los recursos y su grado de dependencia de las fluctuaciones de éstos. Los constructores de barcos, redes y otros tipos especiales de equipo dependen completamente del sector pesquero; por ello, son muy sensibles al éxito o fracaso de las pesquerías y sus objetivos son análogos a los del sector extractivo. Su capacidad de presionar varía según la fuerza de trabajo a que den empleo y el grado de participación de sus empresas en la industria nacional. A este tipo de usuarios pertenecen principalmente los constructores y proveedores de buques. Otras industrias auxiliares dependen menos del sector pesquero. Los manufacturadores de diversos tipos de recipientes y los proveedores de alimentos están en condiciones de ofrecer bienes y servicios a otros sectores de la sociedad.

3.2.2 Construcción de puertos e infraestructuras

Usuarios indirectos importantes son los constructores de puertos de pesca y otras infraestructuras. Su participación en los beneficios derivados de un recurso pesquero importante tiene lugar en la fase inicial de desarrollo de la pesquería y por lo general ya han alcanzado sus objetivos cuando se produce la crisis. Durante las fases iniciales pueden ejercer una notable influencia en las decisiones políticas sobre emplazamiento de los puertos, sus dimensiones, etc., pero su influencia prácticamente acaba una vez que la infraestructura portuaria o de otro tipo ha sido terminada.

3.3 Conflictos entre usuarios

Los diferentes usuarios de los recursos interaccionan entre sí, y las vinculaciones e interdepen- dencias entre ellos pueden constituir, en determinadas circunstancias, fuentes importantes de conflictos y, en último término, de preocupación para los responsables de la ordenación pesquera. Dentro de un mismo grupo de usuarios se pueden observar conflictos importantes debido a la competencia por la captura, la venta o la compra de pescado o productos pesqueros; también pueden haber fuentes potenciales de conflicto entre grupos de usuarios distintos.

En el Cuadro 1 se resumen las relaciones entre los diversos usuarios y se indican las posibilidades de conflicto dentro del mismo grupo y entre grupos distintos. El signo (+) indica que las posibilidades de conflicto son altas, el signo (-) que las posibilidades son bajas y el signo (0) que, en general, no existe ningún conflicto aparente.

Cuadro 1. Relaciones y posibilidades de conflicto entre los usuarios de los recursos pesqueros
 EstadoArmadoresInversionistasEmpresasde infraestructureMercadeoTripulacionesPesquería artesanalIndustries auxillaresEmpleados la industriaConsumidoresPesca deportiva
Estado0---+----+0
Armadores-++0+++-00-
Inversionistas industriales-++0+0+-+00
Empresas de infraestructura-0000000000
Mercadeo+++0+0+00+0
Tripulaciones-+0000+000+
Pesquería artesanal-++0++--0-+
Industrias auxiliares---000-+000
Empleados de la industria-0++0000000
Consumidores+000+0-0000
Pesca deport Iva0-000++0000

Parece que el sector donde las posibilidades de conflicto son mayores es el artesanal, seguido por los armadores, los inversionistas industriales y el sector comercial. Esas mayores posibilidades de conflicto se deben a su posición dentro del sistema y al número de interrelaciones existentes con otros sectores y competidores. En general, las causas de conflicto tienden a aumentar a medida que la pesquería se desarrolla y alcanzan su punto máximo cuando se producen reducciones importantes del rendimiento neto del recurso.

4. ESTRATEGIAS DE ORDENACION

4.1 Patrones de fluctuación

Los tipos más comunes de variaciones observados en las pesquerías neríticas pueden clasificarse en: cambios de estado rápidos y unidireccionales, pulsaciones, oscilaciones periódicas y oscilaciones irregulares a breve plazo.

Los cambios unidireccionales rápidos de un nivel de abundancia o de capturas a otro nivel más bajo o más alto pueden producirse en períodos de tiempo que van de los cinco a los diez años. Como ejemplos de cambio rápido descendente en la abundancia (y/o las capturas) pueden citarse la pesquería de bonito en el Pacífico sudoriental (Fig. 1) y algunas pesquerías pelágicas bien conocidas que han colapsado en los últimos años, tales como las sardinas de Sudáfrica (años 1960–70), arenque del Mar del Norte (años 1965–75) y anchoveta peruana (a principios de los años setenta). La pesquería de sardina chileno-peruana (Fig. 2) ofrece en cambio un buen ejemplo de cambio rápido y, hasta la fecha, unidireccional en sentido ascendente.

Fig. 1 Fig. 2
Fig. 1 Desembarques anales de bonito del Pacífico (Sarda chiliensis) en Chile y Perú (datos tomados de Ios Anuarios Estadísticos de Pesca de la FAO) Fig. 2 Capturas nominales de sardinas (Sardinops sagax) en el Pacífico sudoriental (datos tomados de los Anuarios Estadísticos de Pesca de la FAO)
Fig. 3 Fig. 4
Fig. 3 Capturas nominales de caballa (Scomber japonicus) en el Pacífico centro-oriental (datos tomados de los Anuarios Estadísticos de Pesca de la FAO) Fig. 4 Capturas nominales de sardina japonesa (Sardinops melanosticta) en el Pacífico noroccidental (adaptado de Kondo, 1980)
Fig. 5 Fig. 6
Fig. 5 Capturas nominales de merluza (Merluccius merluccius) frente a las islas Baleares (adaptado de Oliver, 1983, y Caddy y Gulland, 1983) Fig. 6 Desembarques anuales de Sardinella aurita en Ghana y Costa de Marfil (datos tomados de Binet, 1982)

También las pulsaciones, con una secuencia de bajas o altas capturas (en períodos de cinco a 30 años), son comunes en las pesquerías neríticas. Por ejemplo, la pesquería de caballa frente a California y México (Fig. 3) parece haber atravesado una de esas pulsaciones de baja abundancia a finales de los años sesenta y principios de los setenta. La pesquería de sardina japonesa experimentó una pulsación de altas capturas entre 1925 y 1945 (Fig. 4) y una nueva pulsación (¿o un cambio de estado?) de altas capturas se está produciendo después de 30 años de bajas capturas.

También hay informes de oscilaciones periódicas regulares en varias pesquerías neríticas (por ejemplo, con una periodicidad de 11 a 12.4 años relacionada con el ciclo de manchas solares). Como ejemplos pueden citarse la merluza de Baleares (Fig. 5) y el sábalo del Mar Negro (Ivanov, 1984).

Oscilaciones irregulares a breve plazo, como las observadas en el caso de la sardinela de Ghana (Fig. 6), son igualmente comunes en las pesquerías neríticas.

No siempre es posible distinguir claramente estos patrones de variación en una pesquería fluctuante, porque puede producirse una combinación de dos o más tipos de fluctuaciones, lo que da lugar a un patrón más complejo. Por ejemplo, la figura 6a de Butterworth (1983) y la figura 40 de Zuta, Tsukayama y Villanueva (1983) sugieren que tanto la sardina de Sudáfrica como la anchoveta peruana atravesaron una pulsación de alta abundancia (y elevadas capturas) poco antes de que comenzara el colapso y se produjera el rápido cambio de estado hacia una situación de abundancia mucho menor.

Esos diferentes tipos de fluctuaciones pueden considerarse como aspectos particulares de un mismo patrón general en diferentes escalas de tiempo. Además, el fenómeno puede aparecer como un cambio de estado más o menos persistente, una pulsación, o una oscilación regular, segú sea más o menos largo el período a que se refieren los datos disponsibles y las escalas de tiempo utilizadas para establecer las metas y objetivos de ordenación. Por otro lado, el esfuerzo de pesca puede distorsionar o modificar la dirección e intensidad de los cambios y alterar al mismo tiempo los patrones de fluctuación.

La convicción de hallarse ante un tipo determinado de patrón de fluctuación y la estimación de su probable duración pueden influir en forma importante en la estrategia de ordenación e incluso modificar sus objetivos. Dado que no es posible controlar las fluctuaciones debidas al ambiente, la única posibilidad es adaptarse a ellas para aprovechar lo mejor posible los períodos de alta abundancia o reducir al máximo las pérdidas durante los períodos en que la abundancia es menor.

Por ejemplo, en una pesquería más o menos estable puede producirse un aumento rápido e inesperado de la abundancia y de las tasas de captura. Si se considera que ese cambio constituye una pulsación de breve duración, la reacción normal será intentar aprovechar esa mayor abundancia pero sin asumir ningún compromiso a largo plazo. Sin embargo, si se considera que se trata de un cambio de estado rápido pero duradero, ésto probablemente estimulará la concesión de préstamos, el inicio de programas para la contrucción de nuevas embarcaciones e instalaciones portuarias, la atracción de nuevos pescadores, etc. Si el pronóstico hecho sobre el patrón de fluctuación resultara equivocado, en el primer caso se perderían algunos de los beneficios iniciales al no haberse alcanzado antes la explotación plena de los nuevos recursos a causa del retraso en el crecimiento de la pesquería, pero en este caso los beneficios a largo plazo no resultarían gravemente afectados. En el segundo caso, en cambio, a un breve período de grandes beneficios seguirían pérdidas a largo plazo, trastornos sociales y económicos e incluso el colapso de la pesquería.

4.2 Fases de desarrollo de una pesquería

La evolución usual de una pesquería a lo largo del tiempo puede describirse en las fases siguientes: (1) predesarrollo, (2) crecimiento, (3) explotación plena, (4) sobreexplotación, en algunos casos (5) colapso y, con un poco de suerte (6) recuperación.

En las figuras 7a y 7b se presentan dos tipos de evolución tipica de algunas pesquerías neriticas: un aumento rapidísimo del esfuerzo de pesca, hasta alcanzar niveles excesivamente altos, en la figura 7a, y un aumento moderado, que llega también a niveles altos, pero a ritmo más lento, en la figura 7b.

Figura 7a

Figura 7a. Historia generalizada del desarollo rápido e incontrolado de una pesquería

Figura 7b

Figura 7b. Historia generalizada del desarrollo de una pesquería que tiende a fluctuar debido a las condiciones ambientales

En el primer caso se ilustra el case tÍpico de sobredimensionamiento del esfuerzo de pesca donde el paso de la fase de crecimiento a la fase de explotación plena y sobrepesca se produce muy rápidamente y quo, si no se controla, lleva con el tiempo al colapso. Tras un perfodo de abundancia elevada, el aumento de la mortalidad por pesca hace que los recursos entren en una fase de disminución. Las tasas de capture tienden a disminuir, pero el esfuerzo de pesca aumenta con rapidez y hace que las capturas totales aumenten muy por encima del nivel correspondiente al rendimiento máximo sostenible teórico. El resultado por lo general es una grave disminución del rendimiento total e incluso el colapso de la pesquería.

En el segundo caso (Fig. 7b), el esfuerzo es menor y las capturas tienden a 0mantenerse en el nivel de explotación plena por un perfodo más largo y sin riesgo aparente de colapso, a menos que se produzcan condiciones ambientales adversas. Las perturbaciones ambientales pueden reducir el reclutamiento, mermar la abundancia de peces disponibles y aumentar la variabilidad de las capturas totales. La pesqueía entra así en períodos de inestabilidad, ilustrados por las Ifneas A-A', B-B' 0y C-C'. Tras la primera disminución importante de la abundancia (al nivel del perfodo A-A'), se tiende a aumentar el esfuerzo de pesca (en lugar de reducirlo) para compensar la menor abundancia y la mayor variabilidad de las capturas y, como en el caso anterior, se produce el sobredimensionamiento del esfuerzo, con lo que se reducen ulteriormente la abundancia y las capturas. Cuando se produce la primera disminución importante de las capturas (al nivel del perfodo B-B'), el esfuerzo se mantiene o incluso se aumenta (en lugar de reducirlo) y ello hace que la pesquería colapse a un nivel más bajo (al nivel del perfodo C-C'), en el que ya no es posible mantener las actividades de pesca y no hay más alternativas que reducir radicalmente el esfuerzo y todas las demas actividades. La fase de recuperación puede iniciarse en cualquier momento, pero cuanto más bajo sea el punto de partida, más tiempo requerirá.

Las técnicas y objetivos de la ordenación variarán según las diferentes fases de la pesquería y de ellas se tratara en las secciones siguientes.

Es importante observar, sin embargo, que por lo general todo cambio en gran escala en un recurso explotado determinará una reaccion equivalente en la pesquería. Si las poblaciones de peces aumentan, lo harán también las tasas de captura, la captura total y el esfuerzo de pesca. En cambio, si la población disminuye, las capturas también lo haran, pero el esfuerzo de pesca se reducira más lentamente y es posible incluso que se aumente, en el intento de mantener altos montos de captura, con lo cual la mortalidad por pesca real aumentara de hecho. Esta forma de comportamiento hace que las pesquerías que son afectadas por importantes fluctuaciones debidas al ambiente tengan mayores posibilidades de llegar a una situación de sobreexplotación.

4.2.1 Promoción de una pesquería en desarrollo

Aun cuando existan recursos suficientes para desarrollar una pesquería, los responsables de la ordenación pesquera tendrán que ayudar a crear una atmósfera adecuada para que se puedan aprovechar las oportunidades que ofrece la pesca, ya sea que se trate de oportunidades de empleo o de beneficios económicos. La finalidad ha de ser estimular actividades relacionadas con la pesca y para ello se puede recurrir a medidas tan diversas como la publicidad, ofrecer incentivos económicos, o restringir las importaciones de productos pesqueros.

Uno de los métodos utilizados frecuentemente para promover una pesquería es ofrecer incentivos económicos, a menudo en forma de subvenciones. Las subvenciones directas pueden consistir en préstamos garantizados, tasas menores de interós, desgravaciones fiscales, o ayuda financiera para la construcción de barcos de pesca e instalaciones para la elaboración y congelación de pescado o la producción de hielo. Se pueden tambien subvencionar los precios del pescado al consumidor. A menudo, el desarrollo de los sistemas de transporte (por ejempio, construcción de carreteras y facilitación del acceso a los mercados) constituye un estfrnulo suficiente para promover la pesca.

Se pueden utilizar también subsidies económicos indirectos para estimular el mercado e influir así en la demanda de productos pesqueros. Como ejempio pueden citarse la publicidad y las demonstraciones para ilustrar la manera de utilizar los distintos productos. El gobierno puede estimular la demanda aumentando el uso de productos pesqueros en diversas instituciones. Se puede reducir además la competencia comercial de los productos extranjeros aumentado los derechos de importación, con lo que mejorará la competitividad de los productos nacionales. También las licencias pueden ser útiles para promover y estimular una pesquería ya que para los pescadores las licencias pueden representar una forma de derecho adquirido, que quizes estlmule su participación.

Los administradores pueden emplear con mayor o menor intensidad los diversos tipos o medios de promoción c0omo instrumentos para desarrollar la pesquería, con lo cual podrán controlar el crecimiento ordenado y la situación de la industria. Regular desde el principio la fase de crecimiento de la pesquería puede ser importante para el éxito de las fases siguientes de dBsarrollo. Ese es también el momento de introducir salvaguardias para impedir el colapso de la pesquería o permitir que el sector sobreviva a fluctuaciones importantes de los recursos pesqueros.

La planificación durante esta fase es esencial para la buena marcha de la pesquería y para prevenir o reducir riesgos de colapso cuando se sabe que los recursos pesqueros están expuestos a variaciones. Por lo general, las inversiones se concentran inicialmente en aquellos tipos de artes y equipo que resultan más adecuados para capturar aquellos peces y elaborar aquellos productos que en ese momento permiten obtener mayores beneficios. Sin embargo, si se sabe que tanto los recursos como la situación del mercado pueden variar, serfa oportuno introducir ya desde el primer momento un cierto grado de flexibilidad en el diserfo de los barcos y artes, en el tipo de equipo, en la capacitación de los Pescadores, etc., para facilitar la transferencia a otra pesquerra o a otros usos en caso de que se produzca una ausencia importante y duradera de la principal especie explotada o se verifiquen cambios en la situación del mercado. Ese es también el momento oportuno para pensar en introducir planes de seguridad social para los trabajadores del sector pesquero o mejorarlos si ya existen.

4.2.2 Mantenimiento de una pesquería desarrollada

Los métodos a disposición de los administradores durante esta fase de la pesquería pueden ser totalmente diversos de los utilizados para promover su desarrollo y la mayorfa de las veces entraarán alguna forma de restncción de la explotacion. También la asignación o distribucion de los recursos entre los usuarios pasa a ser un problema importante. La información sobre las poblaciones y sobre la situación socioeconómica de los distintos grupos de usuarios comienza a ser especialmente útil a la hora de tomar decisiones. Durante esta fase, la situación actual de las poblaciones y la realidad socioeconomica del momento pueden ser menos importantes que sus perspectivas futuras.

Los métodos a disposición de los administradores de la pesca son esencialmente los mismos que se han bosquejado al tratar el tema del componente biológico de los sistemas de ordenación. Puede ser necesario asignar con más precisión y vigilar mejor la distribución de las cuotas de captura, por zonas, temporadas y grupos de usuarios. Quizás sea precise establecer un control mas atento del esfuerzo de pesca e inclusive puede ser necesario limitar el acceso a la pesquería. Si la fase de crecimiento no es controlada adecuadamente, más tarde puede ser necesario retirar algunas embarcaciones de la pesquería, o reducir notablemente la flota. La introducción de estrategras alternativas de explotación orientadas a aprovechar mejor el tamario, sexo y factor de condición de los peces pueden adquirir mayor importancia. Si la pesquería está sobrecapitalizada, posiblemente habrá que ir considerando ocupaciones o actividades pesqueras alternativas. Los administradores pueden encontrarse con la necesidad de introducir medidas de sentido contrario a las utilizadas para promover la pesquería y la introducción de trabas o la supresión de incentivos económicos puede representar un instrumento eficaz para la ordenación de la pesquería durante esta fase. Con frecuencia, los métodos utilizables para controlar el componente biológico durante esta fase se ven entorpecidos por un exceso de detalles y toda una serie de intereses especiales.

Los administradores deben poner en practica un sistema de ordenación y aplicar medidas que reflejen un uso biológico prudente de los recursos y que creen una situación de armonía en el sector pesquero. Si las medidas de ordenación no consiguen detener el aumento del esfuerzo de pesca y de la mortalidad por pesca, la abundancia de la población se ira reduciendo gradual o rápidamente. Es posible que una administración adecuada no baste siempre para impedir el declive de la pesquería, pero puede reducir su ritmo y sus alcances, mitigando así sus consecuencias socioeconómicas.

4.2.3 Reconstitución de una pesquerra agotada

Para que se recupere una pesquería que ha colapsado o que ha disminuido drasticamente, los responsables de la ordenación habrán de tomar medidas diversas de las adoptadas en las fases previas. Quizás la cautela sea lo más importante. Se podrán corregir algunas de las medidas tomadas anteriormente, ya que la fase de declive o colapso de la pesquerra habrá enseado algunas cosas. Por ejempio, es posible que se disponga de información sobre la abundancia minima necesaria para contar con una biomasa desovante adecuada.

Los métodos específicos para esta fase son qeneralmente modificaciones de los utilizados para administrar las pesquerías durante las fases de promocion y mantenimiento. Alqunas posibilidades son;

a)    Vedas: prohibición total o reducción drástica de las capturas para permitir un aumento de la biomasa residente. La finalidad es mantener una población de desovantes suficientemente grande como para promover un rápido crecimiento de la población cuando las demas condiciones scan adecuadas para el reclutamiento.

b)    Creacion de zonas de refuqio; para proteger a los remanentes de las poblaciones residentes y/o proteger las zonas de desove.

c)    Aumento del esfuerzo de pesca sobre especies competidoras y/o predadores natiirales: esta opción presupone un control directo de la relacitfn predador-presa, que segun los casos podrá ser o no aplicable. La preparación de modelos del ecosistema puede ser útil para explorar las repercusiones potenciales de diferentes alternativas de explotación pesquera.

La estrategia de ordenación que se adopte ha de tener como objetivo maximizar las posibilidades de recuperación de la población preferida que se ha reducido, permitiendo asf que su biomasa aumente hasta llegar a una zona de la curva de crecimiento logfstico de la población en la que puedan esperarse mayores rendimientos. Lo mejor para ello es vedar la pesca y esperar a que se produzcan algunas clases anuales buenas. No es aconsejable permitir un aumento incontrolado de la pesca durante el período inicial de recuperación de la población, porque el riesgo de nuevos colapsos es grande.

La situación durante esta fase se complica por los múltiples equilibrios que se manifiestan en la relación población desovante-reclutamiento, particularmente cuando la explotación (aunada por lo general a condiciones ambientales adversas) ha hecho descender la población a un nivel de equilibrio más bajo, como parece haber sucedido durante el colapso de las pesquerías de sardina de California y anchoveta peruana (Murphy, 1900 Csirke, 1980). Aun en un sistema de equilibrios múltiples la reducción de la explotación maximiza las posibilidades de recuperación, pero el paso a una región de equilibrio a nivel más alto depende de que se den condiciones ambientales favorables y que además se produzcan clases anuales excepcionalmente buenas, lo cual puede ser un evento poco frecuente, especialmente si la población desovante se ha reducido a un tamao muy pequeno. Por ejempio, en el caso de las sardinas de Japón y de California, la reducción del esfuerzo de pesca no fue seguida a corto plazo por una recuperación de la pesquería; mientras la sardina de Sudáfrica, que ha disminuido drasticamente pero aún sigue siendo explotada intensamente, ha mostrado hasta la fecha cierto grado de elasticidad y resistencia a la extinción.

En general, una estrategia de desarrollo que asegure un volumen mínimo de la población desovante puede contribuir a reducir las fallas y la variabilidad del reclutamiento con lo cual se logran reducir también las fluctuaciones en la abundancia total. Para poder tomar una decisión de ordenación sobre este particular pueden ser necesarios algunos conocimientos de la forma de la curva de población desovante-reclutamiento, aunque Laurec y Maucorps (1981) han propuesto una teorfa decisoria que se puede aplicar cuando no se conoce la forma exacta de la curva población desovantereclutamiento.

4.3 Ordenación prescriptiva en lugar de reactiva

La ordenación ha de ser prescriptiva y preventiva más bien que reactiva. Tradicionalmente, la ordenación reactiva se ha caracterizado por conseguir “demasiado poco y demasiado tarde”. A medida que la situación empeora, el nivel de las expectativas de los administradores tiende a bajar y a menudo retrazan cualquier decisión o acción hasta que la deterioración de la pesca ya ha Ilegado demasiado lejos. Por lo general no se toma ninguna medida hasta que los recursos han Ilegado a una fase de agotamiento económico y cuando por fin se toman, suelen ser excesivamente optimistas y no reducen suficientemente la explotación como para impedir el colapso de la pesquería.

Para evitar el curso negative de acontecimientos que es propio de la ordenación reactiva, se debe establecer de antemano una serie de directrices sobre cómo ha de procederse cuando se detecte un síntoma importante de cambio adverse en la situación de los recursos. La existencia de una “receta” que ha sido acordada de antemano con las partes interesadas (pescadores, industrialea, funcionarios del gobierno, grupos de investigación, etc.) puede servir para eliminar algunos de los elementos de la sicologfa humana que pueden retrasar las decisiones (o su aplicación) en caso de una grave disminución en la pesquería. Todos los factores importantes deben ser considerados antes de que se produzca una situación adversa de ese tipo, esto contribuirá a que las medidas de ordenación puedan tomarse objetivamente y no subjetivamente. Es así que los responsables de la ordenación pesquera deben tener preparado de antemano un programa de reacción o de respuestas, que incluya:

Fig 8

Fig. 8 Interacciones entre eventos de la ordenación pesquera y eventos ambientales (recuadros romboidales) en las diferentes fases del desarrollo de una pesquería (cículos grandes) descritas en la Figura 7: (1) predesarrollo, (2) crecimiento, (3) explotación plena, (4) sobreexplotación, (5) colapso, y (6) recuperaci&0acute;n.

a)    criterios para tomar medidas correctivas (por ejemplo, si la abundancia diminuye por debajo del nivel “x”…), y

b)    medidas específicas que han de tomarse (por ejemplo, … la temporada de pesca se reducirá a “y” meses).

Se ha preparado un diagrama (Figura 8) para ilustrar el mecanismo mediante el cual la interacción entre la ordenación y el ambiente puede hacer que en el desarrollo de una pesquería se produzca un ciclo “satisfactorio” o “de agotamiento”. Como ejemplo, para este diagrama se han seguido las seis fases de la pesquería ilustradas en las figuras 7a y 7b, donde la decisión original era desarrollar la pesquería y pasar de una fase no desarrollada (1) a una fase de desarrollo pleno (3).

Sobre este particular, es importante resaltar que tan pronto como la pesquería ha dejado atrás la fase de predesarrollo (1), hay siempre el riesgo de llegar a la fase de colapso (5). Sin embargo, el riesgo será mucho menor (y el colapso menos dramático) si la ordenación es adecuada. Una pesquería ligeramente desarrollada o plenamente desarrollada pero bien ordenada y vigilada podrá entrar en un ciclo de colapso sólo si ocurren eventos ambientales adversos importantes, mientras que una pesqueria mal administrada y que haya llegado a una situación de sobrepesca tendrá dificultades más fácilmente y más pronto de producirse condiciones ambientales adversas. Si el colapso es inevitable, una ordenación pesquera acertada hará que sea más fácil entrar en una fase de recuperación.

Un diagrama como el de la figura 8 puede ser útil para definir estrategias de ordenación destinadas a racionalizar la explotación de los recursos, preparar un programa para responder a acontecimientos importantes y establecer un sistema para monitorear los cambios en el ambiente y los recursos.

4.4 Estrategias de pesca

Al desarrollar una pesquería se pueden considerar varias estrategias de ordenación. En el reino animal, un predador al estado libre que tiene que afrontar recursos que oscilan responderá con la oscilación ligeramente desfasada en el tiempo de su propia abundancia, emigrará hacia una nueva zona al disminuir su fuente original de alimento, o comenzará a alimentarse de otras presas que sean más abundantes. Desde el punto de vista de los recursos, el hombre es un predador más, por tanto, por analogía podemos considerar tres estrategias generales a las cuales pueden recurrir los administradores pesqueros. Esas tres estrategias pueden ser identificadas como: pesquería fluctuante, pesquería oportunista o migratoria, y pesquería diversificada.

4.4.1 Pesquería fluctuante

Cuando una población de peces aumenta o se encuentra en la “cresta” de una “pulsación” de la abundancia, las presiones de la industria para incrementar su explotación pueden ser justificadas, y aún cuando no lo estén pueden ser demasiado fuertes para poder ignorarlas. Por otra parte, si no se aumenta el esfuerzo (de pesca, elaboración, mercadeo, etc.) durante una pulsación alta, la producción extra que se genera durante dicho período de gran abundancia se pierde.

Cuando se produzcan pulsaciones de alta o baja abundancia, es posible dejar que la intensidad del esfuerzo (por ejemplo, en términos de capacidad de la flota) oscile con la abundancia de los recursos. Ello debe hacerse bajo control y dentro de ciertos límites, estableciendo un tope máximo para el esfuerzo con la finalidad de evitar el fenómeno clásico de aumento del esfuerzo por encima de lo que los recursos pueden soportar. La dificultad, en este caso, estriba en detectar cuando comienza y termina la pulsación. Si existe un buen sistema de monitoreo y los científicos trabajan en estrecha colaboración con los pescadores, puede ser posible detectar a tiempo las variaciones en la abundancia. El Grupo de Trabajo sobre Investigación y Monitoreo de Recursos formado en esta Consulta (MacCall, en este volumen) ha individuado varios síntomas importantes de los cambios de los recursos.

El “tope máximo” del esfuerzo tendrá que ser revisado períodicamente, a medida que mejore la base de datos o varie la eficiencia de las actividades pesqueras. Para asegurar una distribución adecuada del esfuerzo y las capturas (entre diferentes puertos, grupos de pescadores, etc.) y evitar una competencia excesiva, se puede establecer un sistema de cuotas (por zonas geográficas, usarios, temporadas, etc.). Considerando los riesgos de colapso y la importancia de los eventos estacionales, en una pesquería fluctuante será necesario que los responsables de la ordenación, la investigación y el monitoreo estén preparados a tomar acción al más breve aviso (por ejemplo, en el plazo de un mes si se trata de especies de ciclo vital corto). Por otro lado, la industria y la fuerza laboral tendrán que estar preparadas para afrontar períodos de actividad intensa y periodos de reducción de la actividad pesquera.

Los mejores resultados con esta estrategia se obtienen cuando el tiempo requerido para dar una respuesta eficaz es pequeño en relación con la duración del periodo de baja o alta abundancia. El lapso de tiempo entre las fluctuaciones del recurso y las respuestas de la pesqueria (por ejemplo, las fluctuaciones del esfuerzo) deberá reducirse al minimo.

4.4.2 Pesquería oportunista

Si una pesquería se caracteriza por pulsaciones u oscilaciones con aumentos eruptivos de la biomasa, y si los costos de crear una flota grande y permanente para explotar plenamente esos picos máximos de abundancia son demasiado altos, la solución puede ser contar con dos elementos de pesca: un elemento pequeño y estable, capaz de operar con éxito durante períodos de poca abundancia, y un elemento temporal y de gran volumen que pueda entrar a pescar durante las pulsaciones o periodos de gran abundancia.

El elemento más estable (que se deberá desarrollar en base a objetivos a largo plazo dependientes de una producción sostenida o estable) podrá estar constituido por embarcaciones no muy grandes y con un radio de acción limitado, las cuales podrán proveer con sus capturas las fábricas locales o a los mercados tradicionales de exportación. Este elemento podrá constituirse como una pesquería que requiera abundante mano de obra, o como una pesquería altamente industrializada y que requiera de grandes inversiones para producir un producto final de alto valor. En la ordenación de este elemento de la pesquería, los principales objetivos serán mantener estables las capturas, aunque sea a un nivel relativamente bajo, y asegurarse los mercados y precios.

El elemento temporal se concentrará sobre todo en la explotación de grandes colúmenes con carácter no permanente. Puede tratarse de una flota muy móvil, probablemente extranjera o que pueda pescar en el extranjero, y que podrá entrar a la pesquería para aprovechar las pulsaciones de alta abundancia. Aun cuando el estado costero sea capaz de crear una flota propia, permitir la participación de una flota extranjera puede ser una alternativa razonable, especialmente si las posibilidades de éxito de una flota local son inciertas y existe un alto grado de incertidumbre. A la flota extranjera se le puede permitir capturar los “excedentes ocasionales” y así el estado costero podrá percibir una buena parte de la renta creada por esa “pulsación” a través de los derechos de pesca. El esfuerzo de esa flota temporal tendrá que reducirse radicalmente o transferirse a otra pesquería tan pronto como la tasa de aumento de la población muestre los primeros signos de disminución. De esa manera se evitarán dificultades para el elemento residente más estable.

Una flota migratoria puede entrar en conflicto con los pescadores locales. Ello es probable, sobre todo, si las principales poblaciones de peces del país están intensamente explotadas, y si el aumento del esfuerzo causado por la intervención de las flotas extranjeras reduce la tasa de captura o los ingresos netos de los pescadores residentes. Si en el estado costero hay todavía algunas pesquerias por desarrollar, se podría pensar en migraciones locales o en transferir la flota para que explota otras poblaciones nacionales. Sin embargo, esas transferencias deben ser hechas con cautela ya que un aumento repentino del esfuerzo puede determinar el colapso de estas otras poblaciones. En ningún caso se debe permitir que el nivel total de esfuerzo de pesca supere el límite maximo de lo que el ecosistema puede producir.

4.4.3 Pesquería diversificada

Puede ser más fácil establecer un tope máximo para el desarrollo de la pesquería si, por ejemplo, se plantea la explotación en conjunto de todas las especies pelágicas pequeñas del ecosistema (por ejemplo, sardina, anchoveta, caballa y jurel, etc.). Para hacer esto será necesario estimar qué tanto se puede explotar de todo el ecosistema para luego determinar, dándose cierto margen de seguridad, cuál es la capacidad de pesca (por ejemplo, tamaño de la flota, número de pescadores, fábricas, etc.) que se requiere para que las operaciones en ese ecosistema sean razonablemente rentables. Esa capacidad de pesca constituirá el “limite máximo”. En periodos de cambios de la abundancia una flota establecida seún este principo deberá ser capaz de transferir su esfuerzo de una especie a otra y sin muchas modificaciones. En los demás sectores de la pesquería también se deberá introducir un grado análogo de flexibilidad.

Es bastante probable que la comunidad de peces pelágicos sea más estable que cualquiera de las especies que la componen. El riesgo radica en que si toda la flota se concentra en una única especie, con un esfuerzo suficientemente grande, la pesquería de esa especie puede llegar a colapsar. El establecimiento de un “limite máximo” de esfuerzo para toda la comunidad puede ayudar a impedir un colapso de este tipo si el esfuerzo de pesca tiende a desplazarse de una especie a otra dependiendo de sus abundancias respectivas, y si la flota tiene una tendencia natural a pasar de las especies poco abundantes a las más abundantes. Sin embargo, si existe una gran diferencia en valor o hay una especie que es particularmente apreciada y por tanto está más expuesta a una explotación excesiva, entonces pueden ser necesarias algunas otras medidas. El uso de cuotas por especies (al menos para las principales especies explotadas) o de un sistema de impuestos diferenciales sobre los desembarques o los productos finales puede servir para distribuir adecuadamente el esfuerzo entre las distintas especies.

4.5 Regulación del esfuerzo y las capturas

Todas las estrategias mencionadas entrañan el establecimento a nivel nacional de un sistema de ordenación para regular las actividades pesqueras de año en año y asegurar así su adecuada distribución en le tiempo y en el espacio. La mayor parte de las veces ello conlleva el establecimiento de una captura total permisible o una limitación del esfuerzo total de pesca aplicado a los recursos.

Tradicionalmente, la mayoría de las estrategias para regular las actividades de pesca se han preparado sobre la base de modelos de producción (Schaefer, 1954; Pella y Tomlinson, 1969; Fox, 1970), los cuales permiten calcular el nivel de esfuerzo de pesca necesario para optimizar el rendimiento en condiciones de equilibrio. Algunos administradores pesqueros y comisiones de pesca también utilizan el método propuesto por Walter (1976), que permite calcular cuotas anuales utilizando datos correspondientes a condiciones de no equilibrio y una politica de explotación con F (mortalidad por pesca) constante. Para aplicar el método de no equilibrio de Walter (Fig. 9), primero se calcula un modelo promedio a largo plazo, en el que se ha identificado el nivel ótimo de pesca (Fopt), y luego se estima la cuota de captura para un año dado a partir del punto en que la linea de la tasa de captura (Y/F) del año anterior corta la linea vertical que pasa por Fopt.

Con recursos muy variables y pesquerias más susceptibles a un colapso, puede ser oportuno adoptar una política que imponga una proteccón más estricta de los recursos cuando la abundancia sea baja y permita incrementar la explotación cuando la abundancia aumnete. Ello puede hacerse en dos formas complementarias: en primer lugar, se define un nivel minimo (de seguridad) de la biomasa por debajo del cual se probibirá la pesca y, en segundo lugar, se hace que la mortalidad por pesca se reduza a un ritmo más rápidos que la biomasa cuando ésta entra en un periodo de declive. Ello puede conseguirse más fácilmente aplicando una versión midificada de los models de produccón como el propuesto originalmente por MacCall (1980) para la pesqueria de anchoveta de California.

Fig 9

Fig.9 Estimación de las cuotas anuales utilizando datos de no equilibrio y una poliítica de explotación con F constante. La cuota de captura (Y) para el año i-l se estima a partir del punto en que la línea de la tasa de captura (Y/F) del año anterior (añ i) corta la línea vertical que pasa por Fopt

Fig. 10

Fig.10 (a) Estimación de la cuota anual de captura (Y) siguiendo una políca de explotación con F constante (línea A') y una plítica de explotación con F variable (línea B'), cuando se conoce la abundancia de peces (B) (véase el texto)
(b) Muestra la relación entre F y B en cada una de estas políticas de explotación

Esta politica de explotación con F variable, y la política de explotación con F constante, se ilustran en la Figura 10. En la figura 10a, las líneas A' y B', al cortar la perpendicular que pasa por Bi permiten calcular una cuota anual de captura (Yi.) para cualquier nivel dado de abundancia (Bi.). La linea A', que pasa por el origen, entraña una política de explotación con F constante (y, probablemente, también esfuerzo de pesca constante). Ello se ilustra también en la Figura 10b. En este ejemplo se ha escogido el rendimiento máximo sostenible como objetivo promedio a largo plazo, pero es claro que también se pueden utilizar otros niveles de explotación como referencia. La línea B' entraña una política más conservadora. En este caso se establece un nivel mínimo de biomasa (Bmin) como nivel de “seguridad” (por ejemplo, para impedir una grave disminución de los recursos) de forma que las cuotas de captura se reduzcan hasta cero a medida que la abundancia media de peces (Bi.) se acerque a ese nivel de “seguridad”; a medida que esto ocurre, también se reduce F, pero a un ritmo más rápido (véase Fig. 10b). En el caso de la línea B', el rendimiento óptimo (y el valor correspondiente de F) para las condiciones medias a largo plazo se ha fijado a un nivel más conservador, por debajo del correspondiente al rendimiento máximo sostenible, ofreciendo así una protección adicional al recurso, independientemente de cual sea su abundancia total. También aquí, como en el caso anterior, pueden utilizarse otros puntos de referencia para fijar los niveles óptimos de Y y F.

El nivel de seguridad (por ejemplo, necesario para asegurar un minimo de población desovante) puede establecerse en base a: (a) información sobre el volumen de la población y el éxito del reclutamiento en años anteriores, más algún conocimiento sobre la posible relación población desovante-reclutamiento; (b) consideraciones ecológicas (por ejemplo, para preservar especies que se hallan en la base de la cadena trófica y sirven de alimento o otras especies, o (c) una decisión arbitraria si no se dispone de estimaciones de la posible biomasa crítica mínima. En cualquier caso, lo mejor es que el nivel mínimo de biomasa (Bmin.) se establezca de antemano y de común acuerdo entre todas las partes interesadas sobre la base de lo que cada una de ellas considere ser la abundancia (o tasa de captura) minima necesaria para mantener una pesquería saludable.

Fig.11

Fig.11 Cambios en la pendiente de la línea usada para fijar la cuota de captura (BB' y BOC') y los cambios correspondientes en la mortalidad por pesca anual (F).

Para llevar a la práctica una estrategia de ordenación es necesario también definir lo antes posible el promedio óptimo a largo plazo de Y y F. Para ello pueden utilizarse varios criterios. El más conocido y más citado en la bibliografía técnica es el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) (y FRMS correspondiente), propuesto por Schaefer (1954); pero como señalan Caddy y Csirke (1983), también es posible tomar como referencia otros niveles de explotación, tales como: el Rendimiento Económico Máximo (REM) y la FREM correspondiente que permite maximizar las utilidades netas; la F0.1 (y el correspondiente YFO.1), propuesto por Gulland y Boerema (1973), que tiene en cuenta el hecho de que en los modelos de rendimiento, el rendimiento marginal disminuye significativamente a medida que se llega al rendimiento máximo; un nivel de explotación más seguro como el de 2/3 de la FRMS, sugeriodo por Doubleday (1976); y el YPBM (rendimiento cuando la producción biológica es máxima) y la FPBM, sugeridos por Csirke y Caddy (1983), que se supone maximizan la productividad de la población tanto para el hombre como para otros predadores.

Cuando se aplique el modelo propuesto utilizando la captura por unidad de esfuerzo (Y/f) como medida de la abundancia y se sospeche que la capturabilidad aumenta con la densidad o la abundancia del recurso, será necesario constrarrestar esa fuente de sesgo, lo cual se puede lograr trazando las lineas A' y B' de la figura 10a con una pendiente menor en los niveles más altos de abundancia. Este sistema de modificar la pendiente de la línea de cuotas de captura (y los valores correspondientes de F) sugiere también la posibilidad de aplicar politicas más complejas. Por ejemplo, en la Figura ll, el uso de la linea DOC' en vez de DOB' para calcular las cuotas anuales de captura y para establecer ios valores de F, debería tener el efecto de establizar las capturas en niveles altos de abundancia, oferenciendo al mismo tiempo una protección adicional contra las fluctuaciones de los recursos y el exceso de captalización de la pesquería. El método tiene la ventaja de que aún en caso de que la estimación de la curva de producción media no sea correcta, siempre se tenderá a compensar los resultados en la dirección correcta.

Fig.12

Fig. 12 Curve de rendimiento asimétrico

En los modelos de rendimiento se supone a menudo que existe una curva de rendimiento simétrica o casi simétrica. En realidad, los efectos adversos dependientes de la densidad, los cambios en la capturabilidad, las complejas interacciones entre especies, etc., determinarán cierta asimetría en la curva de rendimiento medio a largo plazo. Los efectos dependientes de la densidad pueden incluso hacer que la curva de rendimiento se incline hacia atrás, en cuyo caso el rendimiento ya no será estable, y se puede incluso producir una segunda región de equilibrio estable a niveles más bajos de abundancia (por ejemplo, Fig. 12). Aun en estos casos la fijación de una biomasa mínima introducirá una corrección en la dirección justa y reducirá la posibilidad de que la población descienda a un nivel bajo y estable de abundancia.

Las reglamentaciones del esfuerzo de pesca tienen fundamentalmente la finalidad de limitar la mortalidad por pesca que se aplica sobre los recursos y evitar la sobrecapitalización del sector pesquero, impidiendo o reduciendo así la vulnerabilidad del sector a un posible colapso. Por lo general se espera que los cambios introducidos en el esfuerzo de pesca (f) se traduzcan en un cambio equivalente en la mortalidad por pesca (F); pero los administradores han de estar atentos con esa interpretación excesivamente simplista de la posible relación entre f y F. Se sabe que algunos factores ambientales que frecuentemente afectan a las pesquerías neríticas modifican el éxito de la reproducción (y, por tanto, la magnitud del reclutamiento) y el volumen total de la población, mientras tienen el efecto opuesto en la densidad de peces (por ejemplo, Csirke, 1980), con lo cual se se modifica el coeficiente de capturabilidad y la relación entre f y F. Si no se tienen en cuenta esos cambios, es posible que al regular el esfuerzo de pesca se obtengan resultados inesperados y a menudo indeseables. Un buen monitoreo de las operaciones de pesca y de los cambios en los recursos impedirá que se produzca una situación de ese tipo.

5. OBSERVACIONES FINALES

La experiencia acumulada durante los últimos 50 años con las diversas pesquerías neríticas altamente variables nos da la esperanza y nos hace creer que es posible aplicar estrategias de ordenación que produzcan más beneficios a largo plazo y creen menores dificultades que las que se han observado en el pasado. Uno aprende a través de la experiencia y es todavía mucho lo que hay que aprender para eonseguir que las pesquerías sean una fuente continua y relativamente estable de alimentos sanos, de puestos de trabajo bien remunerados y de beneficios económicos para los estados ribereños. Para alcanzar esos objetivos no basta con regular el esfuerzo de pesca. El ambiente produce cambios dramáticos en el reclutamieno y en la abundancia total de peces, los cuales no es posible aún pronosticar. Las poblaciones explotadas interaccionan con otros componentes bióticos del mar tales como predadores y competidores y, por último, no hay que olvidar al hombre, que por el uso que hace de los recursos, quizás debe ser considerado como el elemento más importante del sistema de ordenación. Estos tres componentes: el humano, el biológico y el físico, deben ser evaluados y tenidos muy en cuenta en cualquier sistema que tenga por finalidad administrar u ordenar la explotación de recursos pesqueros altamente variables. Además hay que reconocer que la pesca es un sistema que se caracteriza por su elevada variabilidad, que el hombre debe aprender a afrontar.

Dada la importancia del componente humano, es necesario identificar y definir los distintos usuarios del recurso y sus objetivos, e incorporarlos en las estrategias de ordenación. Es preciso igualmente reconocer y reducir al mínimo los posibles conflictos entre usuarios, no sólo porque son ellos los beneficiaries, sino también porque influyen en el sistema de ordenación de la pesca. Para que los administradores de la pesca puedan conseguir los beneficios deseados para toda la sociedad es necesario que se entienda mejor la función o el papel que juegan los distintos usuarios.

Es importante que al actuar como sistema nervioso central de la sociedad, los administradores y los responsables de tomar las decisiones, tengan la posibilidad de elegir entre varias estrategias generales para afrontar los problemas de la variabilidad de los recursos pesqueros. La impresión que se tenga sobre el período y amplitud de una pulsación de alta abundancia influirá en la elección que se haga sobre si desarrollar una pesquería con grandes inversiones internas y un elevado esfuerzo de pesca, permitir la entrada a una flota migratoria extranjera para aprovechar ese pulso, o desarrollar una pesquería que pueda desplazarse rápidamente hacia otras especies a medida que varíe la abundancia manteniendo así cierta estabilidad con una flota diversificada. Naturalmente la decisión final también dependerá de las condiciones del mercado y otros factores sociales y económicos.

Son muchos los factores que los administradores han de tener en cuenta, pero también tienen a su disposición una vasta gama de instrumentos o métodos, que van desde los sistemas tradicionales de regulación de la mortalidad por pesca hasta medidas encaminadas a modificar las inversiones, el empleo y el consume de productos pesqueros. Cada uno de esos instrumentos encuentra aplicación en alguna de las fases de la pesquería ya identificadas: no desarrollada, en crecimiento, desarrollada, sobrepesca, colapso y recuperación. El reconocimiento de esas fases y de las opciones que tienen los administradores en cada una de ellas contribuirá a maximizar los beneficios durante las fases de crecimiento y desarrollo, a minimizar las pérdidas durante las fases de colapso, y a reducir al mínimo el tiempo necesario para que una pesquería que ha colapsado se recupere.

Algunas medidas de ordenación parecen ser evidentes, pero su aplicación no ha de dejarse al azar. Tal es el caso de la protección de los peces inmaduros y el mantenimiento de una biomasa suficiente durante los períodos de baja abundancia para permitir una rápida recuperación cuando las condiciones ambientales favorezcan un elevado reclutamiento y una expansión de los recursos.

Por último, para tener éxito, la ordenación de recursos pesqueros muy variables debe ser prescriptiva y preventiva y no meramente reactiva. Los responsables de la ordenación deben tener preparado de antemano un protocolo de respuestas, estableciendo criterios para intervenir si la abundancia disminuye por debajo de un nivel determinado y especificando las medidas que han de tomarse.

El reto para los responsables de la ordenación pesquera es que aprovechando la experiencia de los último 50 años, actúen de manera que se aumenten los beneficios y se eviten los graves problemas económicos y sociales que han caracterizado a muchas pesquerfas altamente variables que han atravesado periodos de colapso importantes. Para ello es imprescindible reconocer que esas pesquerías experimentarán variaciones, que las perturbaciones ambientales constituyen un elemento de riesgo para toda estrategia basada sólo en la pesquería, que es preciso poder aumentar o reducir oportunamente el esfuerzo para obtener los beneficios deseados y que las decisiones de ordenación, los sistemas de información y las acciones del gobierno deben ser prescriptivas y preventivas y no simplemente reactivas.

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