11. Se evaluó la toxicidad de cinco aditivos alimentarios, un suplemento nutricional, 184 aromatizantes en dos grupos utilizando el Procedimiento para la evaluación de la inocuidad de los aromatizantes, y tres contaminantes (plomo, metilmercurio y zearalenona). También se evaluó la ingesta de cuatro aditivos alimentarios (extractos de bija, cantaxantina, eritrosina y óxidos de hierro). El informe resumido se publicó en julio de 1999.
12. Se mantuvieron las ingestiones semanales tolerables provisionales (ISTP) existentes para el plomo y el metilmercurio. Se realizó una evaluación cuantitativa del riesgo del plomo, basado en la relación entre el plomo presente en la dieta, los niveles de plomo en la sangre y la disminución del QI mediano. La conclusión fue que los niveles actuales de plomo presente en los alimentos tendrían efectos muy leves en el desarrollo del comportamiento neuronal de los niños, que eran el grupo más vulnerable. El Comité de Expertos puso de manifiesto que una evaluación completa del riesgo debería considerar otras fuentes de absorción de plomo.
13. Se evaluaron los estudios sobre el metilmercurio que se estaban realizando, pero éstos no proporcionaban suficiente información para establecer los efectos en el desarrollo neuronal de la descendencia de madres con ingestas bajas de metilmercurio. El Comité recomendó que se efectuara una nueva evaluación de este contaminante en 2002, para realizar una última valoración de la cohorte en uno de los estudios y de otras informaciones que pudieran estar disponibles para entonces.
14. Se discutió en profundidad el papel del JECFA en el proceso de análisis de riesgos y se incluyó un apartado sobre esta cuestión en el informe resumido. También se incluyeron los principios que debían regir la evaluación de la ingesta de contaminantes.
15. Se concluyó que no existía motivo de preocupación respecto de la inocuidad a los niveles actuales de ingesta para los 184 aromatizantes. Se elaboraron especificaciones para estas sustancias; aproximadamente a 80 de ellas se les asignaron especificaciones decisivas, y al resto especificaciones provisorias. De otros 36 aditivos alimentarios se consideraron solamente las especificaciones; a 33 de ellos se les asignaron especificaciones nuevas o revisadas, dos fueron mantenidos (carotenos, algas y carotenos, hortalizas) y uno (hidrogensulfito de calcio) fue retirado.
16. Se observó que deberían incluirse los límites de etanol residual en las especificaciones y que así se iniciaría la revisión de los límites para metales pesados en los emulsionantes en la 55a reunión del JECFA. Se confirmó que el hecho de establecer límites para las cepas microbianas en las enzimas preparadas a partir de organismos modificados genéticamente podía imponer límites innecesarios al desarrollo de organismos de producción de enzimas de consumo alimentario. Por consiguiente, se modificó el requisito que imponía límites al número de cepas microbianas en el apartado de especificaciones del Apéndice B adjunto al Anexo 1, en las especificaciones publicadas.[7]
17. Una delegación expresó la necesidad de publicar los informes con más puntualidad. La Secretaría del JECFA afirmó que se estaban realizando todos los esfuerzos posibles para publicarlos más rápidamente. Asimismo apuntó que con respecto al pasado los resúmenes incluían ahora una información más amplia de interés para el CCFAC, con el objetivo de que ésta se divulgara rápidamente.
