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Elementos para una buena gestión


La buena gestión es esencial para la conservación duradera y la sostenibilidad de los recursos de las aguas continentales. Para fomentar prácticas respetuosas con el medio ambiente, todas las organizaciones (de ámbito nacional, regional y local), incluso las organizaciones no relacionadas con la pesca que utilizan las aguas continentales, deben dar a conocer sus políticas de gestión. Las leyes y las políticas han de ser planificadas con toda claridad, tomando en consideración los puntos de vista de todos los grupos. Los pescadores deben actuar en el marco establecido por la reglamentación ambiental y los infractores que quebranten las leyes o los reglamentos deben ser sancionados. En un caso extremo, se podrá suspender su derecho a la pesca.

Los planes de ordenación pesquera deben incluir un sistema organizado para afrontar los conflictos que puedan derivarse del uso de las aguas continentales. Puede haber conflictos entre una pesquería y otras actividades o entre diferentes pesquerías. Por ejemplo, es posible que se produzcan controversias entre pescadores deportivos, comerciales y aquellos otros cuya finalidad es la pesca para la alimentación. Las comunidades de pescadores de subsistencia pueden verse afectadas por la aparición de pescadores comerciales y deportivos. Lo importante es reconocer los derechos y responsabilidades de todos los usuarios de los recursos y hacerles participar a todos ellos en la resolución de los conflictos.

Para dirimir las controversias y establecer políticas para la pesca sostenible es preciso disponer de información objetiva sobre el medio ambiente y los recursos. Para determinar los métodos apropiados de ordenación de la pesca se necesita información de muy diversos tipos. Por ejemplo, es importante saber cómo y quién utiliza las aguas y cómo se fijan los precios del pescado y cómo se vende este último. La información es necesaria para poder llevar a cabo una planificación detallada de la pesca y para evaluar los efectos de otros proyectos no relacionados con esta actividad. Una vez se han determinado sus efectos, se ha de prever cómo se adaptará la población a los cambios que se registren en sus comunidades.

Reunir y difundir información sobre las pesquerías se ha convertido en un objetivo importante en muchos países, pero es difícil controlar las aguas continentales por la variedad y dispersión de los cursos de agua, los pequeños lagos, los pantanos, etc., que pueden sustentar pequeñas comunidades humanas muy distintas. Por ello, los estudios suelen centrarse en los lugares de desembarque más importantes de los ríos y lagos de mayor tamaño, pero es posible que aplicando ese enfoque no se consiga información exacta sobre las pesquerías distantes y las comunidades más pequeñas.

Un aspecto importante de esta labor de control es la recogida y registro de información sobre las capturas pesqueras en diferentes regiones. Esta información se ha de reunir a intervalos regulares para que las autoridades puedan luego agrupar los datos procedentes de las distintas regiones. Así se puede obtener una imagen global de las pesquerías nacionales e internacionales.

A menudo, la solución más adecuada para el control ambiental y para la ordenación de la pesca radica en establecer grupos locales de gestión en las zonas de pesca. Esos grupos dan a las personas que viven y pescan en esos lugares la posibilidad de regular la pesca, mantener registros y adoptar decisiones responsables. Para lograr resultados positivos, las comunidades locales deben establecer claramente los derechos y responsabilidades para el mantenimiento adecuado de las aguas y las zonas circundantes.

Cuando sea necesario, los países deben organizar programas de capacitación y actividades de extensión para ayudar a las comunidades a adoptar y aplicar políticas de pesca.

Otra de las ventajas de la participación de grupos locales de gestión es su experiencia directa con las aguas, los peces y la tierra. Saben, por ejemplo, cómo organizar la temporada de pesca en función de las fluctuaciones del caudal de los ríos y los períodos de reproducción de los peces. Cuando las comunidades pesqueras participan en las actividades de gestión es más sencillo garantizar el cumplimiento de las normas y los reglamentos.


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