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III. APUNTES DEL CURSO AVANZADO

1. MODULO I — SITUACION DE LA ACUICULTURA EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE

1.1. Introducción

La acuicultura constituye, para la región latinoamericana y el Caribe, una alternativa productiva de singular importancia, dado su aporte a la producción de alimento, la oportunidad que ofrece para aumentar el empleo y el ingreso de la población asentada en áreas marginales, rurales y costeras, así como su contribución a la generación de divisas. El cultivo de especies hidrobiológicas, tanto marinas como de agua dulce, es una actividad económica relativamente nueva en la región, que se inició a principios del presente siglo, con la introducción de especies exóticas con fines de repoblamiento y pesca deportiva.

No obstante las ventajas comparativas que presentan América Latina y el Caribe para adelantar cultivos acuícolas, como son, entre otros, abundancia de recursos hídricos, condiciones ecológicas propicias, existencia de especies de alto rendimiento y aceptación en los mercados internos y externos, disponibilidad de infraestructura y mano de obra con costos relativamente bajos, el desarrollo de la acuicultura ha sido limitado y su impacto reducido en la economía de los países. Por lo anterior, puede señalarse que la actividad acuícola se considera marginal en los planes nacionales de desarrollo y carece de suficiente respaldo político, de una planificación integral y de un desarrollo científico y tecnológico propio, ya que se sustenta principalmente en proyectos de cooperación multi y bilateral otorgados por agencias internacionales.

1.1.1 Evolución de la acuicultura

La acuicultura como actividad productiva, es de reciente introducción y por lo tanto no cuenta con una tradición entre la población de los diferentes países de la Región. Podría anotarse que el desarrollo de la actividad data de los últimos veinte años, en los cuales se han implantado cultivos de subsistencia, de pequeña, mediana y gran escala.

En las zonas rurales, se promovieron cultivos de subsistencia, con poco éxito, debido a la carencia de condiciones propicias y niveles de pobreza, además de la alta dependencia que han tenido estos programas por parte del Estado y agencias de cooperación internacional, ya que una vez concluidos los proyectos de ayuda, la actividad no continúa y las instalaciones son abandonadas.

El repoblamiento de embalses con fines de desarrollo rural data de los años '70 y los principales países que realizan este tipo de actividades son Cuba, México y Brasil, donde el aporte a la producción pesquera es de importancia. Por otra parte, se vienen desarrollando exitosamente cultivos de peces a nivel de pequeña y mediana escala, con especies nativas como la cachama (Colossoma macropomum y Piaractus brachypomum) y con especies introducidas como carpa (Cyprinus carpio, Ctenopharyngodon idella), y tilapia (Tilapia spp. y Oreochromis spp.).

En aguas dulces se desarrollan dos tipos de cultivo a escala comercial con tilapia roja (híbrido) y con trucha (Oncorhynchus mykiss), que han tenido en los últimos años un gran desarrollo.

La maricultura, como actividad empresarial y comercial, generadora de divisas también es relativamente de reciente aparición. Dos actividades se han consolidado: el cultivo de camarones peneidos en países tropicales, especialmente en Ecuador, y el cultivo de salmones en Chile. Estos países se constituyen en los líderes de la producción acuícola de América Latina, ocupando el segundo lugar en la producción mundial.

Es importante anotar que la demanda de productos acuícolas es creciente tanto para la exportación como para el consumo de la población latinoamericana que, para el año 2000, superará los 550 millones de habitantes. La producción pesquera de la región representa el 16.8% del total mundial.

1.1.2 Producción

La producción de acuicultura en América Latina y el Caribe, registrada en el informe elaborado por el Proyecto Aquila II, Diagnóstico sobre el Estado de la Acuicultura en América Latina y el Caribe, presentado en la V Reunión del Grupo de Trabajo sobre Acuicultura de la Copescal en junio de 1993, registra para 1990 más de 277,000 toneladas, que corresponden al 1.8% del total mundial. El crecimiento interanual de la acuicultura en el período 1985–90 fue del 16.3%, el cual es superior al obtenido a nivel mundial, que registró para éste período tan sólo un crecimiento interanual del 6.5%.

En 1991 la producción acuícola alcanzó las 341,370 toneladas, de las cuales el 21.2% fueron peces de agua dulce, el 10% peces marinos, el 38.7% camarones marinos, 1.1% camarones de agua dulce, 12.1% moluscos y 16.9% algas. Los principales países productores en su orden son: Ecuador, Chile, México, Brasil, Cuba, Colombia, Perú, Honduras y Panamá.

El valor de la producción en 1990 alcanzó los US$ 836 millones, que corresponden al 3.2% del valor total mundial.

El cultivo de camarones marinos aportó, en 1991, 132.7 mil toneladas. Las principales especies cultivadas son Penaeus vannamei con 96%, P. stylirostris 3%, y P. schmitti 1%. Los principales países que cultivan camarón son Ecuador (77.8%), Colombia (4.7%), Perú (3.5%), México (3.4%) y Honduras (2.8%), los cuales aportan el 92.2% del total regional.

Las hectáreas construidas para el cultivo de camarón marino en la región ascienden a 177,346 hectáreas, de las cuales se encuentran en operación cerca de 137,305, que son distribuidas en más de 1938 granjas (National Oceanic and Atmosferic Administration, 1992).

Los rendimientos promedio por hectárea en 1991 fueron de 1,050 kg/año. Los costos de producción de las granjas camaroneras han venido en aumento, siendo los costos de alimento, semilla, y recambio de agua los que constituyen los insumos que tienen mayor impacto en la estructura de costos a nivel de granja.

Es importante mencionar la variación de precios en el mercado internacional, cuyo comportamiento depende de la oferta mundial, sin embargo la tendencia que se observa es hacía su reducción, dado los problemas recesivos y disminución de consumo por efectos inflacionarios en los países desarrollados, que son los principales consumidores de camarón.

La salmonicultura se realiza en Chile como una actividad comercial de gran escala, aplicando avanzada tecnología, lo que ha permitido su acelerado crecimiento en los últimos años con una inversión que supera los 300 millones de dólares. Las especies que se cultivan son: salmón plateado (Oncorhynchus kisutch), salmón cereza (O. masou), salmón rey (O. tshawytscha), trucha arco iris (O. mykiss) y salmón del Atlántico (Salmo salar). La producción, que ascendió en 1991 a 34,075 toneladas se orienta en un 90% a los mercados de Estados Unidos y Japón y alcanzó los 264 millones de dólares (La Salmonicultura en Chile. C. Estrada. Fundación Chile).

Los cultivos de tilapia han presentado un desarrollo gradual, alcanzando en 1991 las 26,410 toneladas, de las cuales el 92.8% provienen en su orden de: Cuba, Colombia, Jamaica y México. Es importante resaltar la importancia que viene tomando el cultivo de tilapia roja en la región.

De las especies nativas, el cultivo de Colossoma y Piaractus constituye una de las actividades acuícolas más promisorias, dadas las excelentes características que presentan estas especies.

El desarrollo alcanzado tanto a nivel experimental como en los cultivos que se han establecido, muestran que la cachamicultura es una actividad acuícola con excelentes posibilidades de expansión, ya que no sólo permite incrementar la producción de alimento, sino que se constituye en una alternativa viable de producción compatible con las políticas sobre conservación de recursos y protección del medio ambiente acuático.

El cultivo de Colossoma y Piaractus en América Latina se inició en la década de los 80's y actualmente se realizan cultivos en Brasil, Colombia, Panamá, Perú, Venezuela, cuya producción supera las 1,540 toneladas, siendo Colombia el principal productor. Es importante indicar que se han distribuido alevines a países Centroamericanos y del Caribe, donde la actividad se ha iniciado en forma experimental.

1.1.3 Limitantes del desarrollo

Las políticas macroeconómicas predominantes en los países latinoamericanos, indican que la acuicultura, que se encuentra en una fase de expansión, debe prepararse para enfrentar un nuevo panorama y así garantizar el incremento de la producción, en concordancia con los avances tecnológicos logrados en la Región durante la última década.

La consolidación de la acuicultura requiere por tanto del establecimiento de estrategias regionales, que integradas a los planes nacionales y sectoriales permitan el desarrollo sostenido de la actividad. Para lograr lo anterior, es imprescindible que en forma permanente se evalúen los conocimientos y experiencias obtenidas tanto a nivel del sector público como privado, para así determinar metas graduales de producción, de acuerdo con la disponibilidad de infraestructura, personal calificado y recursos financieros disponibles.

Para lograr el desarrollo sostenido de la acuicultura es importante analizar las restricciones que limitan la expansión sectorial. Para el efecto, se podrían dividir en institucionales, medioambientales y económicas.

Entre las limitaciones institucionales están: la planificación deficiente que ocasiona la atomización de las actividades y su descoordinación; la administración ineficiente de los recursos técnicos y financieros y del personal especializado disponible en la Región; las limitaciones en la investigación y formación que, en general, no se adecúan a las condiciones y características de los países donde se adelantan actividades acuícolas. Las deficiencias en la investigación propia contribuyen a agudizar la dependencia tecnológica con sus altos costos. Muchas veces la tecnología introducida no ha sido probada y evaluada suficientemente.

La capacitación de técnicos y especialistas es de corto plazo y no está complementada con los recursos necesarios para que aquéllos puedan realizar su trabajo adecuadamente. Las deficiencias de preparación del personal técnico constituyen uno de los principales obstáculos al desarrollo de la acuicultura en la Región. Además, no existen todavía mecanismos sólidos de intercambio y comunicación entre investigadores y técnicos, ni entre éstos y productores. La validación tecnológica es casi inexistente y debe ser asumida, con los riesgos consiguientes, por los productores. Tampoco hay todavía adecuada divulgación a través de publicaciones y otros medios.

Entre las limitaciones medioambientales están la contaminación del medio acuático, las alteraciones climáticas y cambios en el medio marino y en el continental, la deforestación y el agotamiento de las fuentes de agua.

Las limitaciones económicas se refieren a la escasa disponibilidad de recursos financieros para actividades acuícolas, particularmente las de pequeños productores y pescadores artesanales cuyo acceso a dichos recursos es limitado o inexistente. Las presiones económicas que afectan a los sectores pesqueros artesanales ocasionan la sobrepesca, la cual, sumada al mal manejo, ocasiona el colapso de algunas actividades pesqueras.

1.2. La Acuicultura Y EL Medio Ambiente

En un curso básico de capacitación en planificación y gerencia, el tema de acuicultura y medio ambiente guarda una especial importancia, toda vez que la acuicultura moderna es una actividad productora de alimentos, que en nuestra actualidad y ante las tendencias de desarrollo que ha adoptado en la mayoría de los países, hace que destaque su aparente potencial para alterar las condiciones del ambiente en los lugares donde se desarrollan los cultivos.

Es importante señalar que de 1973 a 1991, el volumen mundial de la producción acuícola se ha incrementado de 5 millones de toneladas a 16.6 millones, y ello ha sido factible gracias a la operación de una amplia variedad de granjas que van desde unidades de producción operadas por su propietario y que normalmente son de pequeño tamaño, hasta las granjas corporativas de grandes dimensiones y administradas por empresas transnacionales.

El incremento en la producción se ha conseguido al haberse ampliado la frontera acuícola por la expansión de áreas que hoy están bajo cultivo; por el uso de tecnologías de cultivo de mayor intensidad que se caracterizan por la utilización masiva de insumos tales como: agua, alimentos, fertilizantes y químicos.

El uso intensivo de los recursos agua y suelo, traducidos en la ampliación de las superficies bajo cultivo, generalmente se ha asociado a conflictos de uso con otros productores o a la alteración del equilibrio ecológico de zonas adyacentes; de igual forma el elevado uso de insumos propicia una elevada carga de desechos que se ha traducido en limitaciones importantes para muchos proyectos en diversas partes del mundo.

Los efectos de algunos macroproyectos acuícolas sobre los aspectos socioculturales y económicos, no siempre han sido ventajosos para la población marginada, mayoritaria en los países en vías de desarrollo, a pesar de que éste fue uno de los principales objetivos que caracterizaron a muchos de los proyectos que dieron origen al establecimiento de esas unidades.

Este desarrollo ha traído consigo un cambio en la conceptualización ecologista que tuvo la actividad en el pasado, derivado principalmente de la promoción que se hizo al desarrollo del policultivo y a los sistemas integrados de producción basados en la óptima utilización de los recursos, incluyendo los desechos y los subproductos de las propias granjas; actualmente el contraste es evidente y muchos proyectos de alta intensidad de producción caracterizan a la actividad como potencialmente contaminadora y ecológicamente degradante de humedales, manglares y otros ecosistemas.

Día a día se identifican más y más restricciones que se imponen a los proyectos acuícolas, tanto en los países desarrollados como en los países en vías de desarrollo. Un ejemplo de ello se registra en varios de los países de América Latina, en los cuales las evaluaciones del impacto ambiental, son requeridas por las autoridades responsables para autorizar o limitar el establecimiento de un proyecto acuícola, incluso en algunos países (p. ej. México) este requerimiento es obligatorio para cualquier tipo de proyecto acuícola.

Por lo expuesto, el desarrollo de un tema como el bosquejado en las líneas anteriores es fundamental en cualquier intento de planificación de una actividad como la acuicultura, particularmente cuando el ente planificador es el Estado y la acuicultura habrá de presentarse como una actividad de desarrollo prioritario.

1.2.1 La protección del ambiente y las políticas de desarrollo acuícola

La acuicultura como actividad humana afecta el ambiente de una forma u otra: algunas de las modificaciones propiciadas por ella pueden ser consideradas como benéficas, en tanto que otras, sin afectar al ambiente en el largo plazo, son consideradas perjudiciales.

En el contexto global de las actividades agropecuarias e industriales y comparativamente con las mismas, en los proyectos de la acuicultura no se registran impactos ambientales de alta significancia, aunque si es frecuente la presencia de perturbaciones locales y temporales, casi siempre derivadas de ciertas prácticas inapropiadas. Con algunas notables excepciones, la mayoría de los desequilibrios ambientales no son irreversibles y es factible remediar o mitigar esos cambios con el establecimiento de medidas apropiadas de manejo.

Es un hecho de que, a diferencia de muchas otras actividades, un mal manejo del ambiente a largo plazo perjudica de manera directa a la misma actividad de cultivo y el desequilibrio del ambiente es restablecido en muy corto plazo; los ejemplos más recientes de esto son el colapso del cultivo del camarón en Taiwan y el cultivo de sabalote y tilapia en jaulas en la Laguna de Bay en Filipinas.

La pregunta que deriva ante el despegue mundial de la industria acuícola y las situaciones reiteradas que se registran en la concepción de los conservacionistas o de los propios acuicultores es: ¿qué tanto afecta la práctica acuícola al equilibrio del ambiente? y la respuesta nuevamente enfocará el problema hacia el nivel de manejo del ambiente que cada proyecto enfrente. En ese mismo sentido, el tema a desarrollar dentro del programa del curso básico deberá intentar profundizar en el análisis y en como los Gobiernos de cada país deberían establecer un sistema de información tanto al público como a las agencias de regulación del uso del ambiente; se deberá discutir sobre el desarrollo y aplicación de la investigación para disponer de tecnologías apropiadas a efecto de reducir los impactos adversos derivados de la práctica masiva de cultivos en una misma área. Por lo que se refiere al conflicto de uso con otras actividades, es conveniente se discuta respecto a como éstos pueden ser disminuidos o francamente evitados con la puesta en práctica de medidas legislativas orientadas al ordenamiento del uso del territorio de cada país.

Así, dentro de las medidas más importantes que pueden orientar el desarrollo de una acuicultura que no entre en conflicto con la necesidad de preservar el ambiente, podrán destacarse las siguientes:

a) Planificación

Será importante hacer evidente que cuando se formulen los planes nacionales de acuicultura, deben incorporar en sus estrategias líneas específicas de preservación del equilibrio ecológico, particularmente asociadas a las estrategias de intensificación de los cultivos y al incremento en la utilización de las áreas costeras. Lo importante de estos aspectos es que se incorpore al marco de referencia para la ejecución del plan el requerimiento de vincular el trabajo acuícola a la necesidad de favorecer la preservación del equilibrio ecológico sin limitar el potencial productivo de la actividad.

La integración de estos aspectos al macro nivel de la planeación nacional es tan importante como lo es también al nivel de la formulación de los proyectos (micro nivel). La racionalización del acceso a los recursos: tierra y agua, la selección del sitio y el diseño de la granja, la armonización del uso del suelo y el soporte legislativo serán otros elementos igualmente importantes para propiciar la ubicación de la acuicultura en su real dimensión en cuanto a su potencial de riesgo para el ambiente, y esa conclusión podrá derivar del análisis de documentos y de las experiencias de cada participante.

b) Respecto a la selección del sitio y prácticas de cultivo

Podrá discutirse como la selección del sitio, representa el origen más importante de los conflictos de la acuicultura con las políticas de preservación ambiental, y la naturaleza y la operación de los sistemas de cultivo constituyen los rubros de mayor interés desde el punto de vista del ambiente.

Puede destacarse como en muchos países se toman medidas para evitar el establecimiento de unidades de cultivo en áreas pantanosas y en los manglares, dadas sus características de ambientes que propician el enriquecimiento de los estuarios y de preservación de poblaciones de aves y otras formas de vida silvestre. Sin embargo, también puede anotarse que es un hecho que en muchos casos las bases informativas para tomar esas decisiones no están disponibles y que las mismas se toman sobre aproximaciones y con criterios altamente conservacionistas.

En el mismo rubro, podrá citarse que los conflictos con las actividades tradicionales de captura son muy frecuentes cuando se selecciona un sitio para el establecimiento de un proyecto acuícola, especialmente cuando la empresa a establecerse no es una firma local.

Otro rubro importante de conflicto con la pesca comercial es la colecta de larvas, juveniles o reproductores con fines de cultivo y en torno a ello podrán identificarse las acciones que se están tomando en diversos países.

En igual sentido, será importante anotar que diversos países han iniciado estudios y trabajos tendientes a delimitar el uso de su territorio sobre la base de la identificación de la vocación de uso del suelo y la delimitación de las áreas geográficas correspondientes a las diversas actividades, hasta llegar a un trabajo específico de ordenamiento de su territorio.

Los trabajos antes propuestos podrán concluir con una sesión en la cual se analice la concepción del ordenamiento ecológico, entendido como un proceso de planeación ambiental, que permite el desarrollo económico con aprovechamiento sostenible; buscando armonizar el desarrollo social y económico con la integridad y estabilidad de los ecosistemas.

Será importante hacer notar como desde el enfoque de los criterios ecologistas que predominan en la región, los sistemas de cultivo intensivo enfrentan mayores limitaciones que los de carácter extensivo, y que sin embargo las medidas adicionales que pueden adoptarse para minimizar los riesgos de desequilibrio ambiental están bien identificadas para la mayoría de los casos y el problema radica en llevarlas a la escala económica que no altere la viabilidad económica del proyecto.

c) Evaluaciones del impacto ambiental

Las evaluaciones del impacto ambiental, las cuales incluyen el análisis de las interacciones potenciales del desarrollo del proyecto con la calidad del ambiente, han sido una herramienta con más de dos décadas de uso en países desarrollados.

En otros países se ha establecido el uso de estos estudios como requisito para decidir respecto al establecimiento de una unidad de cultivo, centrando la atención de los mismos particularmente en la identificación de los impactos potenciales y del método seguido para ello, así como en la propuesta y viabilidad de las medidas de mitigación que para cada caso se proyectan.

Estos dos rubros pueden ser materia de un trabajo profundo que concluya con la definición de la necesidad de incorporar estos elementos al trabajo cotidiano de la acuicultura.

De igual forma podrá destacarse que la mayoría de las estrategias de evaluación de impacto ambiental se derivan de requisitos estatutarios que deben considerarse durante la planeación de proyectos menores o mayores que pudieran, durante su construcción, cambiar la naturaleza o la calidad del ambiente y de los recursos naturales y culturales.

Por último, será conveniente concluir con el señalamiento de que todas estas herramientas y disposiciones se orientan a lograr establecer las bases de un desarrollo armónico con el ambiente; de un incremento en el nivel de intensidad de los cultivos con el establecimiento de medidas de preservación de los recursos; de la materialización de las estrategias de apertura de oferta de empleo y de aseguramiento del ingreso, sin alterar irreversiblemente el equilibrio ecológico de los ecosistemas adyacentes.

1.2.2 La acuicultura en el marco del desarrollo sustentable

El tema, como elemento concentrador de los conceptos descritos en las páginas precedentes, podrá ser abordado destacando los siguientes elementos:

Las actividades productoras de alimentos para el consumo humano: agricultura, ganadería, pesca y acuicultura, de siempre han sido el sustento del hombre sobre la tierra y el nivel de desarrollo de estas actividades ha permitido que a lo largo de la historia, los pueblos más avanzados se hayan desarrollado también en otros campos y hayan ejercido influencia o una franca dominación sobre los países vecinos. En la actualidad el hecho se repite, con el agravante de que el crecimiento demográfico y el desequilibrio enorme en la distribución de la riqueza, acentúa la dependencia de numerosos pueblos; es una realidad que en muchas partes del mundo las actividades productoras de alimentos no están cubriendo la necesidad vital de su población, esto es la alimentación, en esos lugares menos aún le ofrecen las comodidades básicas y mucho menos le aseguran a esa población un ingreso estable.

El acelerado crecimiento de la población y la concentración del hombre en los centros urbanos, ha desarrollado una presión sobre estas actividades para demandar más y más alimentos. Estimaciones de la FAO indican que, para el año 2025, el 57% de la población de los países en vías de desarrollo se espera que esté concentrada en las áreas urbanas; en la actualidad esa proporción apenas es del 34%. Lo anterior implica concentrar la demanda en las grandes ciudades y, paralelamente, incrementar el déficit productivo de las tierras con vocación o uso agrícola, ganadero, de los campos pesqueros y de las áreas con potencial para la acuicultura, lo que se traduce en la caída continua de la producción de alimentos y el incremento creciente de su demanda.

Esta demanda en ascenso de alimentos, evidente desde al menos desde el inicio de la década de los años '60, ha traído consigo una presión creciente sobre los recursos naturales lo que ha propiciado una excesiva deforestación, una afectación sobre la biodiversidad biológica, la degradación de suelos y numerosas formas de contaminación del ambiente.

El desequilibrio ecológico, económico y social que es evidente en nuestros días en muchos de nuestros países no solo afecta a la población que actualmente habita el planeta sino que está comprometiendo la viabilidad de las futuras generaciones. La importancia de las actividades productores de alimento, la acuicultura entre ellas, en el desarrollo actual y futuro de nuestras sociedades y en su economía, amerita que las relaciones que hay entre esas actividades y el ambiente deban ser reconsideradas a efecto de que el carácter vital que tienen pueda ser mantenido sobre la base de la sustentabilidad.

Los estilos de vida de los países desarrollados, con su excesiva y derrochadora demanda de recursos, tendrán que ser modificados, en tanto que las condiciones de vida de la población pobre, que les obliga a poner en peligro los recursos naturales para cubrir sus necesidades, deberán ser substancialmente mejoradas.

Desarrollo sustentable: la definición adoptada por la FAO, respecto al significado de este concepto es:

«… el manejo y la conservación de los recursos naturales, y la orientación de los cambios tecnológicos e institucionales, como una forma de asegurar la atención y la satisfacción continua de las necesidades humanas para las generaciones presents y futuras. El desarrollo sustentable así concebido en la agricultura, ganadería, pesca y acuicultura, tiende a conservar la tierra, el agua, los recursos genéticos de planta y animales; no degrada el ambiente, técnicamente debe ser apropiado, económicamente viable y socialmente aceptable.»

En adición a la consideración de los aspectos esenciales de la ecología en la definición del desarrollo sustentable, también se brinda igual importancia a los aspectos económicos y sociales. El uso óptimo de los recursos y el manejo racional del ambiente, se combinan con el incremento y sostenimiento de la producción, con el aseguramiento del sustento, con la seguridad alimentaria, con la equidad y estabilidad social, así como con la participación de la población en todas las etapas del proceso. Esta definición implica un amplio acceso a las oportunidades de distribución de la producción, a la motivación económica, a la distribución equitativa del ingreso, al desarrollo de los recursos humanos y al uso óptimo de los recursos naturales.

El problema de la sustentabilidad difiere marcadamente entre países desarrollados y no desarrollados. En los países desarrollados los problemas pueden surgir del uso excesivo de insumos, del uso de técnicas inapropiadas o de monocosechas continuas. En los países en vías de desarrollo, los problemas usualmente son consecuencia de la carencia de insumos, de la baja productividad de la mano de obra y el desarrollo tecnológico incipiente en las labores de preparación y uso del suelo, agua y de otros recursos naturales. En estos mismos países, la alteración del equilibrio del ambiente frecuentemente es debido a la baja intensidad en la práctica de los cultivos, lo cual requiere su expansión horizontal sobre las áreas marginales lo que las pone en peligro de degradación. Así, el concepto de desarrollo sustentable en los países en vías de desarrollo queda íntimamente vinculado a la adopción de medidas que propicien el crecimiento ordenado, eficiente y continuo de los sectores que producen los alimentos en dichos países.

Con este marco referencial, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, en 1992 establece un conjunto de políticas y acciones para promover la atención a la problemática de la humanidad, bosequejada en los párrafos anteriores, sobre la base de un desarrollo sustentable de las actividades productoras de alimento (agropecuaria, silvícola, pesquera y acuícola).

Las estrategias para el desarrollo sustentable y para el desarrollo rural enfrenan tres retos importantes:

El conjunto de las amenazas antes descritas demanda de ajustes estructurales importantes, no sólo hacia el interior de las actividades productivas, sino particularmente en el marco y la estructura de las políticas con las cuales los gobiernos relacionan a los sectores productivos con los otros sectores de su economía, tanto en el plano estrictamente nacional como internacional.

Para tener la característica de “sustentable”, las actividades productoras de alimentos, entre ellas la acuicultura, deben hacer suyos los retos actuales de la humanidad: seguridad alimentaria, apertura de fuentes de ocupación, oferta de mejores ingresos a los productores y erradicación de la pobreza, todo ello basado en la conservación de los recursos naturales y en la protección del ambiente; iniciando un proceso de desarrollo sobre esas premisas, implícitamente se deberá revalorizar el estado y la función de los productores en nuestras sociedades ante sus nuevas responsabilidades.

En estas orientaciones la acuicultura encuentra un marco de referencia cuya acepción debe ser considerada en su justa dimensión para evitar cualesquiera de los dos casos siguientes:

Ninguna de las dos posiciones se ajusta a la conceptualización del desarrollo sustentable. Se debe partir del hecho de que toda actividad humana causa desequilibrios de mayor o menor magnitud en el ambiente. Lo importante radica en la consideración de las medidas de mitigación que se prevean para disminuir su efecto negativo al máximo.

2. MODULO II — PLANIFIACION EN ACUICULTURA

2.1 Introducción

La acuicultura es una actividad productiva, de gran importancia social y económica para los países de América Latina y el Caribe, y su desarrollo es compatible con la conservación de los recursos naturales renovables y el medio ambiente.

No obstante el interés manifiesto por adelantar cultivos tanto en aguas marinas como en dulces, podría señalarse que aún su contribución al desarrollo nacional, en la mayoría de los países es marginal. Una de las causas que han limitado la expansión de la acuicultura es la falta de una adecuada planificación, que integre este subsector de manera eficiente a la economía de los países y por tanto se obtengan los beneficios esperados a nivel de la comunidad vinculada a la actividad acuícola.

Es evidente que los recursos de infraestructura, humanos y financieros son escasos para desarrollar la acuicultura, por ello se requiere ordenar los medios disponibles a través de planes y programas de desarrollo, debidamente coordinados. Dados los cambios y la dinámica que se presenta a nivel macroeconómico en los países, el proceso de planificación debe ser permanente y fundamentarse en un conocimiento adecuado y real de las condiciones en las cuales evoluciona el subsector.

En la planificación de la acuicultura se establecen metas que procuren niveles óptimos de desarrollo, formulando objectivos reales a corto, mediano y largo plazo, enmarcados en un Plan integral que garantice la incorporación de la acuicultura a la economía de los países y en último término al bienestar de su población.

Para lograr los objectivos de desarrollo, las actividades se deben orientar hacia una ordenación del esfuerzo nacional. Por ello, es necesario concentrar acciones que den solución a los problemas que se identifiquen con relación a los requerimientos de investigación, capacitación, extensión, transferencia tecnológica, inversión y estímulos, basados en la demandas del sector productivo y del sector social.

Es indispensable anotar que existe un conjunto de restricciones originadas en la heterogeneidad de las entidades que participan en el proceso, tanto en las fases de planeación y programación, como en la ejecución de las actividades, por ello las estrategias que se adopten deben ser flexibles y así poder incorporar los ajustes que sean del caso a través de un proceso de retroalimentación permanente.

En razón a la interdependencia y complementariedad de los diversos componentes del sistema de planificación, es indispensable concertar los planes entre las entidades gubernamentales, docentes y el sector productivo, vinculados al desarrollo de la acuicultura. Con ello se facilita la ejecución de proyectos identificados como prioritarios, así como la adecuada utilización de los recursos disponibles para alcanzar el desarrollo de la acuicultura.

El desarrollo del subsector acuícola debe ser gradual y coordinado, con el propósito de integrar esfuerzos y orientar los recursos financieros disponibles, en función de las características de la demanda actual y futura tanto a nivel nacional como externo.

2.2 La Planificación para el Desarrollo de la Acuicultura

La planificación es un proceso que racionaliza las acciones de un gobierno o de una institución en cumplimiento de su función de dirigir, acelerar y regular el desarrollo social y económico de un país o de un sector en particular. La planificación permite identificar y establecer criterios para asignar recursos a actividades prioritarias, a través de un proceso continuo, que incorpora los cambios que se presentan en concordancia con la evolución ideológica, política, económica y social.

Por lo anterior, es necesario señalar que la planeación proporciona pautas de dirección, metas y medidas de evaluación de los beneficios probables que se obtengan. Por ello la planeación no es estática sino dinámica ya que eben considerarse los cambios tecnológicos, modificaciones ambientales y recursos disponibles que hacen necesarios y deseables ajustes y modificaciones para lograr los objectivos que se establezcan para el desarrollo de un sector productivo, como lo es la acuicultura.

La acuicultura está adscrita a los sectores agropecuarios, económicos o pesqueros de los diferentes países latinoamericanos, sin embargo, es importante resaltar que el subsector acuícola tan sólo constituye una actividad productiva marginal que está globalmente incluida, en el planeamiento agrícola, pecuario o pesquero. Lo anterior, refleja en cierta medida las dificultades que se presentan para su desarrollo armónico y sostenido, encontrándose en la mayoría de los casos duplicidad de funciones, programas, proyectos de investigación y fomento, los cuales, sumados a las limitantes de presupuesto, hacen que el proceso de desarrollo de la acuicultura sea ineficaz y no corresponda a las potencialidades que se presentan en el continente.

Diferentes agencias internacionales han iniciado acciones tendientes a asesorar a los países para implantar sistemas de planificación que faciliten el desarrollo de la acuicultura. Es importante destacar las labores realizadas por la FAO y en especial la reunión que sobre Planificación de la Acuicultura en América Latina se realizó en 1975, en la cual se hizo el primer esfuerzo por planificar el subsector.

En 1989, la primera fase del Proyecto AQUILA realizó una evaluación sobre el desarrollo de la acuicultura en diez y nueve países de la región, diagnosticando el estado, condicionantes y alternativas de solución para diferentes cultivos y escalas de producción de peces, crustáceos, moluscos y algas. Durante AQUILA II, se vienen realizando actividades conducentes a apoyar el proceso de planificación en diferentes países.

En América Latina y el Caribe, se ha identificado la necesidad de organizar eficientemente los recursos disponibles a fin de promover el desarrollo de la acuicultura. Sin embargo, no se dispone en la mayoría de los países de planes integrales de desarrollo, por lo que se presentan duplicidad de funciones, deficiencias de coordinación, discontinuidad de programas de investigación; extensión y fomento, que han limitado la expansión subsectorial. Algunos países, entre ellos Colombia, Mexico y Venezuela han iniciado un proceso de planificación de la acuicultura, cuyas experiencias son valiosas y en gran medida han contribuido a dinamizar los sectores científico, tecnológico y productivo.

2.3 Estado de la PlanificaciÓn de la Aculcul tura en America Latina y el Caribe

En el proceso de planificación es necesario tener en cuenta la situación de la acuicultura, tanto a nivel nacional, como regional y mundial, con el propósito de adecuar los planes y acciones de desarrollo a las condiciones existentes en el entorno.

En tal sentido, en la reunión conjunta del Proyecto Aquila II y Copescal, celebrada en Cartagena, Colombia, en junio de 1993, se presentó el documento Diagnóstico sobre el estado de la acuicultura en América Latina y el Caribe en el cual se ilustra una visión del subsector.

La acuicultura se desarrolla en un contexto social, económico y cultural, en donde el entorno externo, así como los cambios estructurales y de política, a nivel interno inciden en mayor o menor grado. En la Región se presenta una desaceleración en el crecimiento económico, un alto dinamismo demográfico y una disminución en el ingreso per capita. En la mayoría de los países se presenta una fuerte presión inflacionaria y una tendencia a concentrar los esfuerzos hacia la exportación de productos.

El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per capita es del 0.5% y la deuda externa en 1990 fue de US$ 440,900 millones. Por otra parte, la participación de la región en el flujo del comercio mundial se redujo en 2%.

La creación de nuevas fuentes de trabajo ha disminuido y por tanto el desempleo y subempleo es considerablemente alto. Los salarios reales registran una caída de cerca del 11.5% en promedio y de acuerdo a la CEPAL el 46% de la población se encuentra en condiciones de pobreza. Lo anterior, sumado al decrecimiento de la producción de alimentos para una población superior a los 435 millones de habitantes, exige la búsqueda de alternativas productivas que en forma compatible con la conservación del medio ambiente, permita superar el déficit alimentario que se presenta en la Región y, en este caso, la acuicultura constituye una actividad productiva de singular importancia.

Es necesario indicar los cambios que se vienen presentando en la política macroeconómica de los países, los cuales tienden a reducir el déficit fiscal, la disminución de las inversiones públicas, la descentralización, disminución o supresión de estímulos, privatización, desaceleración de las tasas de devaluación y apertura de los mercados.

Lo anterior conduce a que la acuicultura debe ser planificada de forma tal, que pueda competir con niveles de eficiencia que le permitan su desarrollo sostenido y a la vez garantice la obtención de beneficios sociales y económicos tanto a nivel local como nacional.

La producción de la acuicultura en América Latina fue en 1990 de 277,000 toneladas, que corresponden al 1.8% del total mundial. El crecimiento interanual de la acuicultura en el período 1985–90 fue del 16.3%, el cual es superior al obtenido a nivel mundial, donde se registró, para este período, un crecimiento interanual del 6.5%.

El valor de la producción acuícola en 1990 fue de US$ 836 millones, que corresponde al 3.2% del valor total mundial.

En 1991 la acuicultura alcanzó una producción de 341,300 toneladas de las cuales el 38.7% fueron camarones marinos, el 21.2% peces de agua dulce, el 16.9% algas, 12.1% moluscos, 10% peces marinos y 1.1% camarones de agua dulce. Los principales países productores en su orden son: Ecuador, Chile, México, Brasil, Cuba, Colombia, Perú, Honduras y Panamá.

La acuicultura presenta en la región buenas perspectivas de desarrollo, dada la potencialidad existente tanto en zonas costeras como en cuencas hidrográficas, donde es posible adelantar cultivos con especies de alto rendimiento y aceptación en los mercados nacionales y externos. Sin embargo, el futuro de la actividad demanda un esfuerzo continuo de planificación, que permita alcanzar niveles de eficiencia y productividad para competir con otras actividades del sector pesquero y agropecuario.

2.4 Características de la Planificación Acuícola

La planificación de la acuicultura es una desagregación de la planeación nacional y por tanto participa de todos los elementos que le son esenciales, con los ajustes necesarios según las características propias de la actividad. Por tanto la planificación debe ser sistemática, con el fin de establecer objetivos y determinar la manera de alcanzarlos de forma coordinada y eficiente dentro del proceso de desarrollo.

Latinoamérica y el Caribe enfrenta en la formulación de planes acuícolas, un conjunto de restricciones que se originan en la pretensión de dar soluciones a corto plazo; disponer de escasos recursos humanos, infraestructura y financiamiento; y tratar de modificar totalmente la estructura de los organismos existentes.

Es evidente que la complejidad del proceso de planificación en acuicultura está influenciado por los sistemas político-administrativos y las características propias de las instituciones y productores existentes en cada país. Esta complejidad se acentúa en la medida en que la acuicultura deja de ser una actividad marginal en el desarrollo nacional.

El proceso de planificación en acuicultura a nivel de América Latina y el Caribe presenta tres aspectos comunes, a saber: el primero, la existencia de un organismo de planificación nacional, responsable de integrar y armonizar las políticas de los diversos sectores y orientar el desarrollo social y económico de los países; el segundo, la presencia de una planificación sectorial, realizada por unidades especializadas de los Ministerios de Agricultura, Pesquerías y Economía, responsables del desarrollo acuícola; y el tercero, a nivel de ejecución, a través del cual se ponen en marcha los programas y proyectos prioritarios que se identifican.

Dentro del anterior contexto, ocurre el proceso de planificación de la acuicultura, en el que intervienen especialistas de las instituciones públicas, docentes y privadas, a fin de formular los planes de desarrollo.

Las experiencias nacionales indican que la planificación integral de la acuicultura es aún incipiente, ya que no existe una adecuada coordinación inter e intrasectorial. Además, se presentan limitantes relacionadas con la escasez de información, deficiencias en tecnología, falta de capacitación de personal, así como debilidad institucional y operativa.

Es de interés señalar que la planificación debe considerar las condiciones bioecológicas, económicas, sociales y culturales, por ello el proceso de planificación es multidisciplinario e interdependiente, manteniendo un enfoque sistemático que considere todos los elementos que intervienen en la formulación del Plan de desarrollo de la acuicultura.

2.5 Importancia del Sistema

La necesidad de planificar el desarrollo de la acuicultura es evidente, dados los beneficios que se desprenden en materia de suministro de alimento, generación de empleo, ingresos y divisas. La necesidad de planificar el desarrollo se hace más evidente, si se tienen en cuenta los cambios en la política macroeconómica y la necesidad de aprovechar los recursos potenciales existentes a nivel de zonas rurales y costeras de cada país.

Indudablemente, a través de la planificación de la acuicultura se logra alcanzar el desarrollo gradual y coordinado del subsector. Este proceso se justifica en razón a que:

La existencia de un sistema de planificación es imprescindible, debido a que permite formular metas en función a los problemas a solucionar y en consecuencia acelera el proceso de desarrollo de la acuicultura y su participación en la economía de los países.

2.6 Sistemas de Planificación en Acuicultura

La planificación de la acuicultura, al igual que otras actividades productivas, sigue un proceso acorde con las orientaciones de política nacional y sectorial, encaminadas a concentrar los esfuerzos para desarrollar el subsector. Para el efecto, la planeación se inscribe en el sistema global del país a fin de corresponder con los objectivos establecidos para el desarrollo nacional a largo plazo. En el anterior contexto es necesario considerar los planes de mediano plazo, a través de una planificación normativa y la elaboración de planes sectoriales o por áreas problema cuya incidencia y trascendencia es siempre a un corto plazo, dados los efectos coyunturales que se presentan.

El Plan de acuicultura por tanto debe considerar las estrategias y tácticas encaminadas al desarrollo de la actividad, las cuales parten de la identificación de lo que se tiene y el cómo se hace, a fin de determinar los vínculos entre el sector acuícola y otros sectores productivos, para establecer los requerimientos en recursos (físicos, humanos y financieros), así como señalar responsabilidades en el proceso de ejecución y evaluación del Plan.

2.6.1 Elementos del sistema

En el proceso de planificación se contemplan dos elementos estructurales, el sistema de planificación y el sistema político-administrativo, que interactúan entre sí a fin de conducir al análisis de las condiciones subsectoriales y las orientaciones de política que fundamentan la toma de decisiones según las características sociales, económicas, ambientales y tecnológicas existentes (Figura 1).

El sistema de planeación es el elemento técnico del proceso y su principal actividad consiste en racionalizar las decisiones mediante la formulación de alternativas de política, coherentes con la posición doctrinaria del gobierno y los problemas a solucionar. Por tanto, es necesario estar en contacto permanente con el entorno acuícola y disponer de un sistema de información ágil, oportuno y confiable.

Figura 1. Elementos del proceso de planificación.

Figura 1

Este sistema debe asesorar en forma permanente a la alta dirección de las instituciones a fin de que las decisiones que se adopten sean compatibles con las características propias de la acuicultura.

Lo anterior, exige la participación de personal del Gobierno, centros de investigación, Universidades, productores y en general de los usuarios del subsector, con el propósito de establecer el equilibrio requerido para que el proceso sea eficaz e integrado.

El sistema político-administrativo, lo conforma el elemento político del proceso de planificación y tiene a su cargo la toma de decisiones y adopción de políticas a través de las cuales se tiende a lograr el desarrollo de la acuicultura. En este sistema participan legisladores, altos ejecutivos y directivos y los responsables de ejecutar las decisiones que se hayan adoptado. En este proceso se presentan influencias externas e internas por lo que tiene un alto grado de complejidad, en razón a los intereses que están involucrados y a la necesaria solución a problemas y condiciones coyunturales que se presentan.

2.7 Etapas del Proceso de Planificación

La formulación de planes de acuicultura se caracteriza por la realización de un conjunto de etapas interdependientes y continuas, a fin de implementar acciones para alcanzar los objetivos y las metas deseadas (Figura 2).

Figura 2. Etapas del proceso de planificación.

Figura 2

Las etapas del proceso son tres: formulación, instrumentación y control, las cuales se realizan de manera permanente ya que es necesario determinar los elementos fundamentales de orientación del desarrollo, ejecutar las acciones correspondientes que deben ser evaluadas sistemáticamente, a fin de efectuar los ajustes y recomendaciones que sean del caso.

2.7.1 Formulación

En esta etapa se generan las orientaciones del proceso de desarrollo, por ello es necesario conocer las condiciones y comportamiento económico, social, ambiental y tecnológico, así como su evolución, identificando los elementos y niveles que inciden en el proceso de desarrollo.

El conocimiento de las condiciones actuales y la determinación de posibilidades reales de desarrollo, son los condicionantes indispensables para presentar alternativas viables de solución a los problemas identificados.

Para el adecuado funcionamiento del sistema es indispensable establecer prioridades, así como analizar la organización de las entidades ejecutoras, presupuestos y fuentes de financiamiento necesarios para la implementación del Plan.

La formulación incluye el establecimiento de objetivos generales y específicos y el diseño de estrategias y mecanismos para alcanzarlos, así como el señalamiento de responsabilidades de ejecución.

2.7.2 Instrumentación

Es la etapa de puesta en marcha del proceso de planificación por parte de organismos ejecutores y centros operativos. Por tanto, se deben contemplar acciones de promoción, divulgación y motivación dirigidas a los sectores públicos y privados a fin de informar el alcance de las políticas y el papel que cada uno debe cumplir para alcanzar el desarrollo pretendido. Los planificadores deben brindar asesoría permanentemente con el propósito de evitar desviaciones que se pueden presentar por deficiencias técnicas o falta de visión política, especialmente en circumstancias en que problemas coyunturales puedan generar presiones que den origen a situaciones contradictorias.

La amplia divulgación del Plan permite consolidar los niveles de aceptación y aplicación, a través de criterios uniformes y acciones coordinadas entre los diversos entes que participan en su realización. Así mismo, es importante considerar la capacitación de personal, apoyo y asesoría a los ejecutores, para garantizar la obtención de resultados y por ende el crecimiento de la acuicultura.

2.7.3 Control

La etapa de control en el proceso de planificación no debe considerarse como una simple función fiscalizadora, sino como una fase en la cual se retroalimenta el proceso de planificación, para reformular los planteamientos y redefinir la políticas y medidas de política.

El control debe ser continuo, de manera que se evalúen los resultados obtenidos y se comparen con los esperados. Es necesario analizar las causas de las posibles desviaciones y en consecuencia proponer los ajustes y medidas correctivas correspondientes.

La supervisión del sistema de planificación tiene un doble efecto, por una parte consolida la confianza en las instituciones y por otra, demuestra que no es un marco rígido el cual debe ser ajustado de manera oportuna y eficaz. El control requiere del establecimiento de normas y criterios de evaluación previos con el propósito de facilitar su realización.

2.8. Actividades del Proceso de Planificación

La formulación de un Plan de desarrollo de la acuicultura debe considerar el principio de participación de todos los agentes involucrados en la actividad, pues ello permite un intercambio de información y experiencias, así como un grado de compromiso en la ejecución de los planes que se adopten, debido a que en él se incorporan las aspiraciones y sugerencias de todas la entidades públicas y privadas vinculadas al subsector.

En el proceso de planificación se pueden considerar nueve actividades básicas, que metodológicamente permiten en forma continua e interdependiente elaborar el Plan (Figura 3). Las actividades son las siguientes:

2.9. Características del Proceso y Regionalización

Las principales características del proceso de planificación para el desarrollo de la acuicultura son:

El enfoque apropiado que recibe el sistema, de parte del planificador, deberá garantizar la integración de todos los elementos que lo conforman con el propósito de concretar acciones que permitan el desarrollo de la acuicultura.

Por otro lado, un aspecto que facilita la ejecución y evaluación de las actividades y proyectos previstos en el Plan, es la regionalización. Este concepto prevé la subdivisión de las áreas de un territorio determinado bajo espacios definidos según criterios ecológicos, geográficos y administrativos.

Los criterios para lograr una adecuada regionalización son básicamente: homogeneidad, funcionalidad y modos de ejecución administrativa, los cuales son indispensables para que el Plan pueda operar con relativa facilidad y pueda evaluarse adecuadamente.

La división espacial puede ser de dos tipos, a saber: macroregiones y microregiones, en las cuales la estructura administrativa debe de facilitar la ejecución de los proyectos a través de unidades locales, corporaciones regionales y organismos ejecutivos descentralizados que tengan capacidad tanto en la orientación de gestión gerencial como en la evaluación de las unidades centrales de planificación.

Figura 3. Actividades del proceso de planificación.

Figura 3

2.10. Condicionantes de la Planeación en Acuicultura

El proceso de planeación de la acuicultura enfrenta un conjunto de situaciones que lo condicionan, entre ellas las que se consideran que inciden significativamente, se relacionan a continuación:

Por otra parte, en el entorno macroeconómico de la actividad acuícola, considerando las condicionantes que se derivan del proceso de desarrollo de los países de América Latina, es importante destacar:

Lo anterior necesariamente condiciona el desarrollo de la actividad y debe ser considerado como un conjunto de amenazas a las que el Plan debe encontrar una solución.

En forma paralela, las condiciones comunes de carácter socioeconómico que priman en Latinoamérica tales como cambio de las tendencias de desarrollo, pérdida real en flujos comerciales y de capital; reformas estructurales buscando reducir el proceso inflacionario; reducción del gasto público; peso de la deuda externa; políticas de apertura y liberación de mercados y conflictos sociales, también son vistas como amenazas para lo cual el Plan debe considerar estrategias específicas que permitan salvar las limitaciones que restringen el desarrollo de la actividad.

Otros factores, inherentes a la actividad, vistos como una debilidad de la acuicultura, deben ser considerados en el proceso de formulación del Plan, de tal forma de prever el establecimiento de estrategias adecuadas a la dimensión de cada uno de ellos. Los más importantes se describen a continuación.

2.10.1 Carácter biológico de la producción y dependencia de recursos naturales

La producción acuícola se fundamenta en el manejo de recursos vivos y renovables, lo que en gran medida condiciona su análisis y proyecciones. Los aspectos de mayor incidencia son:

a) Metas de producción y abastecimiento de alimentos

La variabilidad ambiental y los riesgos naturales conllevan a que la incertidumbre en el cumplimiento de metas de producción sea considerable, lo anterior se observa notoriamente cuando se analizan los aspectos relativos al uso del agua y a la disponibilidad de mano de obra calificada. De otra parte, la escasez de información, las limitaciones respecto a la predicción de los rendimientos, la dificultad de transferir y de aplicar conocimientos de una región a otra, igualmente son factores que condicionan el proceso de planeación.

b) Información sobre recursos naturales

Como es bien conocido, la aplicación de la tecnología acuícola depende de los recursos naturales y del ambiente.

La información deficiente sobre calidad y condiciones de las especies de cultivo, el pobre conocimiento de las características y de las potencialidades de las zonas y de su variabilidad ecológica, son factores que imprimen un mayor grado de complejidad en el proceso de planificación del desarrollo de la acuicultura.

c) Localización, transporte y comercialización

En gran parte de las áreas potencialmente aptas para adelantar cultivos de especies marinas y de agua dulce, las inversiones son reducidas por parte del Estado y del sector privado. Por otra parte, la disponibilidad de mano de obra calificada frecuentemente es escasa, lo mismo que la capacidad empresarial de sus habitantes; hay limitaciones en el suministro de insumos, de servicios, de transporte, almacenamiento y transformación. Paralelamente, la escala de los proyectos y la consecuente dispersión de la producción hace difícil la comercialización de ésta.

d) Conservación de recursos naturales renovables y el ambiente

Las actuales corrientes de pensamiento que norman el uso de los recursos naturales, gradualmente están acentuando su enfoque hacia la conservación y la protección de las especies, tendiendo al establecimiento de bancos genéticos, al uso equilibrado de insumos y a la reducción del empleo de contaminantes, y a minimizar el deterioro ambiental, todo ello orientado al sostenimiento del equilibrio ecológico. Esta tendencia es importante y necesaria, siempre y cuando la adopción de medidas de manejo y normas no implique la consideración de situaciones extremas que limiten totalmente el aprovechamiento de áreas con una vocación francamente acuícola, o por el contrario, permitan acciones que deterioren el ambiente natural.

Ambos extremos perjudican el desarrollo de la actividad y pueden incluso cancelar cualquiera de sus posibilidades. En este sentido, el Plan debe procurar estrategias acordes, por una parte con el marco normativo que regula el aprovechamiento de los recursos y, por otra, con los esquemas o lineamientos del ordenamiento territorial para el desarrollo de la acuicultura.

e) Mecanización

La condicionante más importante se refiere a la disponibilidad local de equipos, tecnología y a la mano de obra calificada.

f) Aspectos económicos

La condicionante económica se deriva principalmente de la escala de producción que aborde cada proyecto de cultivo; por lo tanto la limitación incide en la rentabilidad y la viabilidad de las granjas, por lo que es necesario identificar las restricciones correspondientes en el Plan, y por consiguiente se deberán prever estrategias particulares y objetivas, según el tipo de cultivo y su escala de producción.

2.10.2 Estructura empresarial

En este sentido los aspectos que inciden y condicionan la formulación de un Plan son:

a) Distribución y régimen de propiedad del suelo y del agua

Este elemento puede verse afectado por las necesidades y exigencias de acuerdo al tipo de proyecto (marino o de agua dulce; de alta o baja intensidad, etc…).

b) Dimensión, dispersión y número de las empresas

En este sentido, la proyección que tenga el Plan debe considerar las graves limitaciones que puede presentar la satisfacción de las necesidades de asistencia técnica, el servicio oportuno del crédito, el suministro de información, el abastecimiento de insumos, etc…, cuando no se prevé un desarrollo armónico y congruente, que considere la vía más eficiente para hacer llegar todos los insumos y servicios a las empresas que se establezcan en un área determinada.

c) Heterogeneidad de las empresas

El tamaño, orientación de mercado, beneficios y diferencias de región a región, constituyen los condicionantes que derivan de situaciones diversas que pueden convertirse en elementos críticos de difícil atención, si el Plan no prevé las estrategias apropiadas para evitar que su ejecución se transforme en un conflicto. Por ejemplo: un plan puede enfrentar serios obstáculos durante su ejecución si se desarrollan en la misma área empresas con procesos simultáneamente conflictivos, (desechos, uso excesivo de agua en una y limitaciones en otra, etc…).

d) Modalidades del proceso económico

Organización, intereses diversos, relaciones entre empresas y conflictos, son aspectos fundamentales de consideración en la elaboración de un Plan de desarrollo.

El proceso económico de cada empresa puede ser una limitante importante para otras, si el Plan no estableció estrategias de desarrollo paralelo. Por ejemplo, una empresa con alta demanda de mano de obra que incremente los beneficios y mejore las expectativas de sus obreros en detrimento de otras empresas vecinas con menor capacidad, generando no sólo conflicto de intereses sino además afectando su viabilidad operativa.

e) Características de la estructura empresarial

Es bien conocida la dificultad de obtener información suficiente, confiable y oportuna. Esta situación que enfrenta la acuicultura, ocasionará limitaciones importantes durante la etapa de ejecución del Plan, ya que la posibilidad de disponer de parámetros de referencia para valorar avances, resultados, éxitos o fracasos, puede incluso limitar totalmente el avance en el proceso de desarrollo de la actividad acuícola.

2.11. Organización y Estructura para la Elaboración de Planes de Acuicultura

La formulación de un Plan Nacional de Acuicultura, normalmente se enmarca en los requerimientos sectoriales que establece el gobierno a través de los Ministerios de Planificación, Agricultura o Pesquerías del país correspondiente, por ello es importante la conformación de una comisión consultiva de alto nivel, que oriente y ofrezca los grandes señalamientos que demanda el Plan.

La organización para la elaboración del Plan es esencial, pues de ella dependen la agilidad y eficacia de las labores requeridas para ser realizadas en un plazo determinado. Las características que se deben mantener durante el proceso de preparación del Plan son: motivación, integración y liderazgo, pues si no existe interés por parte de los participantes e instituciones, no se incluyen todos los aspectos relevantes a considerar y no se dispone de una dirección adecuada y participativa, la elaboración del Plan es extremadamente difícil y su instrumentación efectiva se hace materialmente imposible.

La formulación del documento debe ser conducida por un coordinador que a su vez sea asesorado por un Comité Técnico, conformado por especialistas, de tal forma que a través de las actividades de los Grupos de Trabajo integrados por los representantes de las entidades ejecutoras, tanto a nivel nacional, regional y local, se logren obtener los aportes y esfuerzos de todos los representantes de las instituciones que tienen incidencia en el desarrollo de la actividad (Figura 4).

En este esquema, la importancia de los Grupos de Trabajo deriva del apoyo que ofrecen al proceso de planificación y del hecho de que facilitan la organización eficiente de los recursos disponibles y contribuyen a acelerar el desarrollo; por otra parte, los Grupos permiten el análisis interdisciplinario multi-institucional y multilateral, facilitan la cooperación horizontal y el intercambio, así como el apoyo al proceso permanente de retroalimentación al sistema de planificación.

La estructura de los Grupos de Trabajo permite que en el diagnóstico se identifiquen las situaciones particulares de la acuicultura, se haga el señalamiento concreto de los problemas, se establezcan prioridades, y se fijen metas y criterios de evaluación y control.

Al igual que en cualquier Plan, los objetivos comprenden el corto, mediano y largo plazo, así como las estrategias que señalan las formas, mecanismos y períodos de ejecución, requerimientos de presupuesto y establecen las responsabilidades particulares para cada organismo ejecutor.

Figura 4. Relaciones de coordinación para la formulación de un plan de acuicultura.

Figura 4

2.12. Diagnóstico

La planificación de la acuicultura pretende en último término impulsar el desarrollo de esta actividad productiva, en concordancia con la deseabilidad social, por ello es necesario conocer con la debida profundidad las condiciones existentes a través de la elaboración de un diagnóstico de la situación actual, grado de evolución y avances alcanzados en el contexto socioeconómico del país.

El diagnóstico se considera la etapa inicial del proceso de planificación, sin embargo en la práctica debe ser una labor permanente la cual exige la participación de profesionales de alta calificación y experiencia vinculados a organismos estatales, universidades y empresas privadas, que puedan contribuir a la solución de los problemas y deficiencias que se presentan para el desarrollo de la acuicultura.

Las actividades del diagnóstico deben dirigirse al cumplimiento de los siguientes objetivos:

El estado actual del desarrollo de la acuicultura se puede apreciar a través de tres criterios que se complementan entre sí.

El primero, está relacionado con la descripción y explicación del comportamiento del sector, basado en indicadores tales como: incremento o disminución de la producción, exportaciones e importaciones, deficiencias nutricionales y limitantes científico-tecnológicos entre otros.

El segundo, proviene de comparar la realidad que se estudia y lo sucedido en otros países en circunstancias similares, lo que permite orientar el diagnóstico.

El tercero, consiste en cotejar los resultados, con los que a juicio del grupo de planificación, deberían haberse alcanzado en el período que se analiza y el papel que ha desempeñado el subsector en el proceso de desarrollo del país indicando los aspectos favorables y las deficiencias.

La persistencia y acentuación de las causas que obstaculizan el desarrollo, significa que no han existido los mecanismos de política destinados a eliminarlas o que no han funcionado los existentes. En este último caso es conveniente establecer las razones por las cuales no se han removido los obstáculos, los cuales pueden obedecer a una deficiente formulación de política, diagnósticos incompletos, carencia de capacidad de ejecución, falta de continuidad, deficiencias administrativas y escasa coordinación entre los organismos de planificación y ejecución.

La elaboración del diagnóstico debe ser adelantada en forma sistemática, ordenada y emplear una metodología en la que se seleccionen áreas de interés, se determinen prioridades y se establezcan responsabilidades para cada uno de los participantes del grupo interdisciplinario que participa en sus elaboración.

La preparación de un Plan de desarrollo de la acuicultura en general, y del diagnóstico en particular, debe considerar todos los factores y elementos que son indispensables para que de manera integral se logre alcanzar una expansión de la producción y la productividad, obteniendo beneficios sociales y económicos que puedan ser evaluados periódicamente.

En este sentido es importante considerar once elementos, los cuales interactúan entre sí, por lo que es necesario determinar su impacto, causas y efectos así como establecer sus relaciones en el proceso de desarrollo. Estos once aspectos se describen a continuación:

2.12.1 Información básica

Uno de los aspectos esenciales en todo proceso de planificación de la acuicultura lo constituye la recopilación y análisis de los datos básicos, tanto a nivel del conjunto de la economía como específicamente sobre el sector pesquero y de la acuicultura, en razón a la necesidad de proyectar acciones de desarrollo acordes con las necesidades nacionales.

En el caso de la acuicultura es importante considerar la siguiente información:

2.12.2 Niveles y modelos para el desarrollo de la acuicultura

Los cuatro modelos básicos a determinar son: acuicultura de pequeña escala, enfocada al beneficio social en áreas rurales, orientada al consumo familiar y a la venta de excedentes; acuicultura de repoblación y cultivo en jaulas, que se realiza en los embalses y que se relaciona con la pesca artesanal; acuicultura de mediana escala, la cual contempla en una fase inicial el beneficio social y, aunque los proyectos se establecen con fines comerciales, cuyas producciones se destinan tanto al consumo local como regional; y acuicultura industrial a gran escala, intensiva en capital y tecnología, cuyas producciones se consumen a nivel nacional y también se destinan a la exportación.

2.12.3 Papel del sector público y privado en el desarrollo de la acuicultura

Se refiere al papel desempeñado por el Estado y los productores, las diferentes acciones de concertaciones establecidas para el efecto, definición de responsabilidades, coordinación, seguimiento y evaluación de metas.

2.12.4 Organización de los servicios de la acuicultura

Principalmente en relación con extensión, asistencia técnica, información de precios, mercados y abastecimientos de insumos. Igualmente, se contemplan los aspectos relativos a la tecnología, conocimientos disponibles a nivel del productor y los servicios de sanidad. De igual manera es importante determinar los resultados logrados en las granjas demostrativas piloto y, por último, la efectividad y dimensiones de los servicios de divulgación.

2.12.5 Investigación para el desarrollo

En esta fase el análisis se encamina a determinar el grado de conocimiento de las especies, en el nivel tecnológico de los sistemas de cultivo y en los mecanismos de transferencia de tecnologías. También, resulta importante determinar la capacidad de las estaciones y los centros acuícolas, las necesidades de generación y adaptación de tecnologías, evaluando la factibilidad de su aplicación, tanto técnica como económica.

2.12.6 Necesidades de mano de obra y capacitación

Son los requerimientos de personal especializado que ha evidenciado la actividad, tanto de nivel técnico como operacional. La capacitación para las diferentes escalas de producción, el tipo y el nivel de los cursos que pudieran requerirse y el nivel de deserción que se registra en los mismos, por circunstancias relacionadas con el desconocimiento social, salarial y de apoyo del personal entrenado.

2.12.7 Mercado y post-producción,

Se debe incluir el análisis sobre los sistemas de comercialización, la identificación de los consumidores actuales y potenciales; sus gustos y preferencias, las formas de conservación, elaboración y presentación de los productos, los canales de distribución; la necesidad de infraestructura correspondiente, la calidad del producto; las mermas registradas en el proceso y los subproductos que se puedan obtener en el procesamiento de la producción.

2.12.8 Desarrollo de industrias conexas

El análisis debe contemplar la incidencia que tienen los fabricantes y proveedores de equipos, fertilizantes, alimentos balanceados, drogas y materiales químicos, requeridos tanto en volumen como en precios.

2.12.9 Aspectos económicos y financieros

Este punto analiza la rentabilidad que han tenido las inversiones, la disponibilidad de recursos financieros provenientes del Estado o del sector privado, la disponibilidad y oportunidad del crédito, los incentivos para la inversión en la actividad y el impacto de la acuicultura en la economía.

2.12.10 Normas y aspectos ambientales

El análisis se centra en la legislación y la reglamentación sobre la actividad, en lo relativo al marco ambiental y a las medidas de mitigación necesarias, al uso del suelo y agua, a la introducción de especies, y a los trámites para la obtención de permisos, licencias y concesiones.

2.12.11 Cooperación internacional

En este aspecto, deben evaluarse los resultados obtenidos en proyectos de cooperación técnica y financiera, así como identificar los proyectos derivados de la asistencia multi y bilateral, la cooperación regional y de la cooperación interregional.

La obtención de información y análisis de los anteriores elementos, permitirán no sólo establecer el diagnóstico sectorial sino también determinar las posibilidades de crecimiento, acordes con las condiciones políticas, institucionales y legales, así como los recursos físicos, humanos y financieros, disponibles.

2.13. Análisis de la Problemática y su Jerarquización

Indudablemente, el desarrollo de la acuicultura en cada país está limitado por una serie de factores de diversa índole, que inciden en la expansión de la actividad acuícola. Por ello, es necesario identificar claramente los problemas y jerarquizarlos de tal manera que gradualmente se orienten las acciones a dar solución a la problemática existente.

Como se anotó anteriormente, las restricciones son de diferente tipo y podrían agruparse en cuatro categorías, a saber:

La elaboración de un Plan para el desarrollo de la acuicultura, debe necesariamente considerar un análisis profundo de la problemática existente y asignar prioridades que permitan un ordenamiento de las metas que se establezcan y por tanto lograr el impacto deseado en la estructura productiva.

Las prioridades jerarquizan áreas específicas, determinan necesidades y ordenan las actividades con relación a la estructura administrativa y financiera. En este último aspecto es indispensable considerar que el financiamiento constituye una parte fundamental en la formulación y ejecución del Plan, ya que influye notablemente en la realización de las actividades y en la necesidad de flujos financieros por institución y región, de manera oportuna y suficiente.

En el proceso de selección de prioridades se debe tener en cuenta el entorno socioeconómico y científico-tecnológico, que permita establecer los problemas limitantes y la disponibilidad de recursos por una parte y por otra, el entorno político-administrativo, en el que se consideran las orientaciones sociales, económicas, tecnológicas e institucionales, para con ello establecer cualitativa y cuantitativamente las prioridades en materia de recursos humanos, físicos y financieros que coadyuven al desarrollo de la actividad acuícola.

La selección de prioridades, es una labor difícil pero necesaria ya que es imprescindible orientar el esfuerzo y concentrar los recursos en procura de alcanzar los objetivos de desarrollo.

El proceso de priorización parte de los problemas socioeconómicos identificados y del comportamiento del sector productivo a fin de determinar las limitantes que son requeridas de superar, en concordancia con el destino de los productos o del impacto que se desee lograr (Figura 5). Por ello un adecuado análisis y evaluación de cada uno de los elementos que racionalizan y articulan el empleo de recursos físicos, humanos y financieros disponibles, es de fundamental importancia.

Figura 5. Proceso de selección de prioridades.

Figura 5

Una vez determinadas las prioridades, es necesario establecer responsabilidades institucionales para cada uno de los sectores involucrados (público y privado) y prever formas de operación y coordinación a fin de brindar el soporte logístico y administrativo requerido.

2.14. Formulación de Objetivos y Estrategias

Los elementos orientadores del proceso de desarrollo son los objetivos y las estrategias, y constituyen la estructura básica que guía las decisiones y las medidas que se adopten en la ejecución del plan.

2.14.1 Objetivos

El objetivo señala los resultados que se pretenden lograr durante un período de tiempo dado, deben ser concretos, permitir la posibilidad de implementarlos y de garantizar su cumplimiento.

El establecimiento de objetivos, en el proceso de planificación, implica la necesidad de compatibilizarlos entre sí y con las estrategias, para que, en forma coherente reflejen las necesidades tanto de la sociedad en general como de la acuicultura en particular. Igualmente, deben desagregarse adecuadamente, con el propósito de establecer su cumplimiento tanto en tiempo como en espacio.

El contenido del objetivo debe identificar claramente las necesidades que deben satisfacerse, las demandas sectoriales y prácticamente constituirse en un compromiso, que con criterios de optimización aseguren su coherencia y la obtención de resultados.

2.14.2 Estrategia

La estrategia constituye un conjunto de principios que actúan como instrumentos indispensables para movilizar las acciones requeridas hacia la obtención del los objetivos establecidos.

Las características que deben reunir las estrategias son: continuidad, largo alcance, amplia cobertura, flexibilidad, estabilidad. La elaboración de los mismos debe ser debidamente concertada.

2.15. Programación

Los programas son unidades detalladas que sirven para racionalizar la inversión, en ellos se agrupa un conjunto de proyectos y actividades para que en forma orgánica, se facilite la materialización del Plan de desarrollo.

A través de la programación se organizan los proyectos y actividades, se estimula la ejecución, favorece la coordinación y maximiza la asignación de recursos financieros. Por tanto, su diseño brinda unidad y coherencia al Plan y determina las acciones que se realicen a nivel nacional o regional, durante un período de tiempo determinado.

Para la formulación de los programas se emplea un método de aproximaciones sucesivas, que permite revisiones precisas con fundamento a la situación real diagnosticada. En su elaboración deben participar grupos de especialistas, que determinen las actividades esenciales, su interrelación y secuencia.

Los programas están conformados por proyectos, los cuales son los elementos que debidamente interrelacionados permiten, como se anotó anteriormente, la materialización del Plan de desarrollo, por ello deben dar respuesta a los problemas previamente identificados, que han sido debidamente jerarquizados y priorizados.

Los proyectos deben ser elaborados en forma detallada, definiendo su área geográfica de cubrimiento, tiempo de duración, objetivos específicos, justificación, marco institucional, relaciones con otros proyectos, detalle de actividades, plan de trabajo y cronograma, metodología a emplear tanto en su ejecución como en el análisis de información, formas y mecanismos de transferencia de resultados y presupuestos pormenorizados.

2.16. Financiamiento y Administración

El proceso de planificación contempla un análisis del financiamiento requerido y la forma administrativa que se debe adoptar para cumplir los objetivos que se determinen.

El soporte financiero constituye un elemento de máxima trascendencia en el proceso de planificación, pues influye notoriamente en la ejecución de programas y proyectos, ya que si no se cuenta con los recursos y flujos financieros oportunos no es posible alcanzar los objetivos previstos en el Plan.

El financiamiento dimensiona el Plan, por ello debe prepararse cuidadosamente de acuerdo con los montos presupuestales existentes, las fuentes y el uso de los fondos. La asignación de recursos financieros, además de considerar la disponibilidad, debe contemplar el incremento progresivo de gastos de operación, así como la variación y oportunidad en la asignación de fondos provenientes de fuentes nacionales o internacionales.

Por otra parte, el análisis y adecuación de la estructura administrativa es de singular importancia para la puesta en marcha del Plan de desarrollo, en razón a la necesidad de contar con mecanismos ágiles y con suficiente autonomía para ejecución de programas y proyectos seleccionados. La administración define el horizonte temporal de control y determina los aspectos fundamentales para la operación de los proyectos y por consiguiente la obtención de resultados esperados.

2.17 Control y Evaluación

El control y la evaluación debe ser una labor sistemática que debe realizarse de manera permanente a nivel de proyectos, programas y de Plan de desarrollo formulado, sin constituirse en un obstáculo para el desarrollo de las acciones previstas.

Mediante la evaluación se puede modificar o suspender la ejecución de un programa o proyecto, por ello debe comprender aspectos tales como: alcance, contenido, relación con otros programas y proyectos, importancia relativa, análisis de objetivos, capacidad de operación y gestión, cumplimiento de responsabilidades y flujos de financiamiento.

La ejecución de programas y proyectos no pueden quedar al azar como tampoco limitarse a canalizar recursos del presupuesto en forma oportuna y suficiente, pues en el desarrollo de los mismos, surgen cambios que pueden distorsionar su realización. Además, los proyectos son interdependientes y por lo tanto deben ser supervisados y coordinados permanentemente, con el objeto de adecuarlos y reestructurarlos según sea el caso.

Por lo anterior, es conveniente diseñar previamente las formas de evaluación y los períodos en que se van a realizar, a fin de que tanto el evaluador como el evaluado, conozcan las pautas y mecanismos que serán utilizados. El grupo evaluador debe ser de alto nivel y contar con reconocimiento por parte de la comunidad vinculada a la acuicultura.

Los resultados de la evaluación deben ser ampliamente divulgados a fin de que el proceso de retroalimentación no solo permita la implantación de ajustes y reformulaciones, sino que contemple el reconocimiento a los ejecutores, por los resultados álcanzados.

2.18 Planeación estratégica

La evolución del sistema de planificación y las tendencias actuales, tanto de las instituciones como en las empresas vinculadas a la acuicultura, indican que actualmente se está implantando la planeación estratégica, mediante la cual se organiza sistemáticamente la utilización de recursos, para que de manera efectiva se cumplan los objectivos establecidos en cada entidad.

La planeación estratégica es un examen organizado y sistemático del medio ambiente, la competencia, las debilidades, fortalezas, oportunidades, los recursos disponibles, objetivos y su actuación, con el propósito de orientar y proponer metas que permitan el desarrollo de un sector productivo como lo es la acuicultura.

El objectivo de este tipo de planeación, es el de traer certidumbre en un porvenir incierto, donde las políticas, técnicas y métodos de operación que fueron exitosas en el pasado pueden no tener vigencia en el futuro. Por ello, ofrece reales oportunidades para utilizar los recursos existentes ante realidades cada vez más cambiantes.

Lo anterior, permite establecer un marco para la toma de decisiones, delegación de responsabilidades y evaluación de nuevas oportunidades de desarrollo.

La planeación estratégica facilita el examen del medio ambiente en que se desarrollan las actividades y la actuación de la institución o de la empresa de cultivo, para detectar nuevas oportunidades con fundamento a los recursos escasos disponibles. Por ello, permite establecer los lineamientos generales que sirven de base al desarrollo y logro de objectivos a largo plazo. Este proceso debe contemplar la planeación táctica o funcional mediante la cual se determinan planes específicos a nivel de cada unidad que compone una institución o una empresa, a fin de definir y especificar a mediano plazo las acciones que se deben realizar. Así mismo, es necesario contemplar una planeación operativa, en la que se formulen y asignen actividades detalladas para cada componente de la organización, en el corto plazo.

La planeación estratégica debe realizarse bajo la consideración de cinco principios fundamentales a saber:

Los planes trazan las rutas que se deben seguir para cumplir la misión y objetivos de una institución o empresa de cultivo, por ello su formulación debe ser cuidadosa y participativa, con el propósito de lograr en un tiempo dado los mejores resultados y poder consolidar y mantener el crecimiento de una actividad productiva como lo es la acuicultura.


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