No.4  octubre 2008  
   Perspectivas de cosechas y situación alimentaria

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Noticias más importantes

Países en crisis que necesitan asistencia exterior (total: 36 países)

Actualización sobre las emergencias alimentarias

Breve informe sobre la situación mundial de la oferta y la demanda de cereales

Indicadores de la FAO para la oferta y la demanda de cereales a escala mundial

Exámenes regionales

Apéndice estadístico

Nota

Actualización sobre las emergencias alimentarias

En África occidental y África central, pese a las diversas medidas adoptadas por los Gobiernos, en toda la subregión los precios altos y en alza de los alimentos continúan afectando al poder adquisitivo de los consumidores y a su acceso a los alimentos. Los precios del arroz importado son los que han más han aumentado. En el Senegal, donde el arroz es un alimento básico importante, el precio registrado en Dakar en julio de 2008 era más del doble del registrado un año antes. La situación no es mejor para el mijo de producción nacional, alimento básico importante en países como el Níger, Malí y Burkina Faso, ya que los precios registrados en agosto en Niamey, Bamako y Ouagadougou estaban en torno a un 39 por ciento, 28 por ciento y 46 por ciento, respectivamente, por encima de sus niveles de hace uno año. Los datos más recientes indican, sin embargo, que en septiembre los precios de los cereales secundarios comenzaron a bajar en algunos países, debido a la llegada a los mercados de los nuevos suministros de las cosechas de 2008. En Ghana (Accra), por ejemplo, en septiembre el precio del maíz disminuyó en un 20 por ciento en comparación con agosto. También se registró una ligera disminución de los precios en algunas zonas del Níger. Es probable que los precios sigan bajando al mejorar el suministro de alimentos una vez que comiencen en octubre las recolecciones en toda la subregión.

En África oriental, la seguridad alimentaria continúa empeorando como consecuencia de las malas cosechas, los precios altos de los alimentos, los conflictos y una disponibilidad insuficiente de alimentos. Las necesidades alimentarias continúan aumentando a la vez que escasea la ayuda distribuida. En Somalia, la catástrofe humanitaria actualmente en curso es una de las peores de todo el mundo. La proporción, extensión y magnitud de la crisis y la velocidad con que está empeorando constituyen un hecho alarmante y de profunda gravedad. El número de las personas que necesitan ayuda de subsistencia y asistencia humanitaria de emergencia aumentó en los últimos meses, pasando de 1,83 millones a 3,25 millones, lo que representa aproximadamente el 43 por ciento de la población total. La inseguridad alimentaria extrema se está agravando por la disminución de la ayuda humanitaria, cuya distribución se ha visto frenada. En las regiones meridionales y centrales los grupos armados asaltan a los trabajadores encargados de la ayuda. En dichas zonas ya se han agotado todos los mecanismos de supervivencia que permiten reaccionar ante una crisis. En Etiopía, más de 10 millones de personas se han visto afectadas por la sequía que ha castigado grandes extensiones en las partes meridionales, centrales, occidentales y nordorientales. El PMA ha lanzado un llamamiento pidiendo 460 millones de USD para alimentar a 9,6 millones de personas afectadas por la sequía, el aumento de los precios y el conflicto. Un gran número de animales ha muerto y se registran migraciones excepcionales en busca de agua y pastizales. En un informe reciente de la Agencia Central de Estadística se indica que en agosto la tasa de inflación de los alimentos era de 46,9 por ciento, lo que representa un incremento de 28,3 por ciento comparada con la de agosto de 2007. En Djibouti, se informa que unas 340 000 personas, cerca de la mitad de la población, necesitan actualmente asistencia. Las limitaciones en materia de disponibilidad de alimentos y de acceso a los mismos han dado lugar a una migración en gran escala de los hogares hacia las zonas urbanas, con el consiguiente aumento de los niveles de malnutrición infantil y mortalidad del ganado. En respuesta a la emergencia, el PMA comenzó a distribuir raciones alimentarias a 55 000 personas en las zonas rurales de pastoreo. En Eritrea, un gran número de personas vulnerables continúa viéndose afectado por los precios altos de los alimentos y la alta tasa de inflación. Los brotes de enfermedades, tales como el cólera y el paludismo, siguen siendo un motivo de preocupación. En Kenya, sin una ayuda exterior las perspectivas del suministro de alimentos para más de cinco millones de personas de los barrios urbanos pobres y de las zonas rurales empeorarán en los meses venideros. Los más afectados son los que viven en las zonas de pastoreo de las regiones septentrionales y del valle del Rift. La inseguridad alimentaria actual se debe principalmente a los fuertes aumentos de los precios de los alimentos y a la escalada de los conflictos por el agua y los pastizales en las zonas del norte afectadas por la sequía. En el Sudán, los hogares de las partes orientales del sur continúan muy afectadas por la inseguridad alimentaria debida a la escasez de alimentos como consecuencia de las pérdidas de cosechas, la distancia de los mercados, y la inseguridad. En el norte, se prevé que en la región occidental de Darfur continuarán los desplazamientos y la pérdida de los medios de subsistencia. En total, el PMA ha estimado en 5,9 millones las personas afectadas por el conflicto que continúa en Darfur y por los problemas que supone, en otras zonas del país, el reasentamiento de las familias en la fase posterior al conflicto. Las necesidades de estas personas más afectadas se han estimado en 677 990 toneladas de alimentos. En Uganda, más de 700 000 personas del distrito de Karamoja padecen inseguridad alimentaria y necesitan ayuda alimentaria de emergencia como consecuencia de su situación prolongada de inseguridad, la caída de los precios del ganado, los daños causados por las inundaciones en 2007 y el costo elevado de los insumos agrícolas.

En África austral, debido a las menguadas cosechas de cereales obtenidas en muchos países importadores y a los precios elevados de los alimentos y el combustible en los mercados locales e internacionales, se prevé que las poblaciones vulnerables de la subregión, particularmente de Zimbabwe, Lesotho y Swazilandia, se enfrenten a una situación de inseguridad alimentaria durante la campaña comercial 2008/09. Según el informe de la Conferencia Internacional de la SADC sobre Pobreza y Desarrollo (2008), alrededor del 45 por ciento de la población vive con un dólar estadounidense diario. Los comités nacionales de evaluación de la vulnerabilidad de algunos países realizaron otras evaluaciones de la vulnerabilidad además de las MECSA realizadas por la FAO y el PMA en Zimbabwe y Swazilandia. El número total de personas con inseguridad alimentaria en la subregión durante la campaña comercial 2008/09 se cifra en aproximadamente 8,7 millones, la mayor parte en Zimbabwe (alrededor de 5,1 millones), lo que representa un incremento de cerca de un 32 por ciento respecto del año pasado. La FAO estima que para satisfacer las necesidades normales de consumo en 2008/09 las poblaciones afectadas de inseguridad alimentaria en toda la subregión necesitarán, además de las importaciones comerciales, un total de 558 000 toneladas de ayuda alimentaria.

En la región de los Grandes Lagos, a pesar de los recientes acuerdos de paz, la reanudación de los problemas relacionados con la seguridad en las partes nordorientales de la República Democrática del Congo continúa afectando a las personas vulnerables, que necesitan asistencia alimentaria y de otro tipo. En Burundi, los precios elevados de los alimentos continúan afectando a un gran número de hogares con medios de vida de subsistencia, y se necesita ayuda alimentaria y agrícola, especialmente para el reasentamiento de repatriados y PDI.

En el Lejano Oriente asiático, a pesar de una situación por lo general buena en materia de suministro de alimentos, en algunos países, principalmente Myanmar, sigue señalándose una inseguridad alimentaria grave debida a los efectos del ciclón Nargis, que el 2 y 3 de mayo de 2008 arrasó la región del delta del río Ayeyarwady (Irrawaddy) y la ciudad principal y antigua capital del país. En Bangladesh, siguen realizándose operaciones de socorro humanitario en gran escala destinadas a prestar asistencia a 1,5 millones de personas muy afectadas por el ciclón Sidr, que el 15 de noviembre de 2007 azotó hasta 30 distritos, y a millones de personas afectadas por el aumento de los precios de los alimentos. En la República Popular Democrática de Corea, las perspectivas para el suministro de alimentos siguen siendo inestables. La evaluación rápida de la seguridad alimentaria llevada a cabo por el PMA y la FAO en junio de 2008 confirmó la existencia de un sensible empeoramiento de la seguridad alimentaria en la mayor parte del país.

Continúa una situación de inseguridad alimentaria localizada en el Nepal. Decenas de miles de personas en la región oriental tuvieron que desplazarse debido a un desborde del río Koshi que anegó la zona en agosto, mientras en los distritos afectados de las regiones del lejano y medio oeste otras 180 000 personas tuvieron que desplazarse debido a las inundaciones y desprendimientos de tierras. La situación de la seguridad alimentaria de un gran número de personas en Sri Lanka continúa viéndose afectada por la reanudación del conflicto civil, que se ha cobrado 7 000 víctimas desde principios de 2008, así como por los precios elevados de los alimentos. En Filipinas, los efectos del tifón Fengshen del 18 de junio de 2008 y los altos precios de los alimentos continúan repercutiendo en el bienestar de un gran número de personas vulnerables. La situación relativa al suministro de alimentos constituye un motivo de grave preocupación en la República Islámica del Irán desde la importante merma de la producción de trigo registrada en 2008 como consecuencia de la sequía que asoló el país así como de los daños causados por las heladas invernales. En China, un millón de hogares de las zonas urbanas y 3,5 millones de familias rurales de la provincia de Sichuan, afectados por el violento terremoto de mayo, han pasado a vivir en viviendas transitorias. Cabe suponer que millones de personas continuarán necesitando asistencia alimentaria y agrícola en los meses venideros.

En el Cercano Oriente, en el Iraq, gracias a una mejora continua de la situación de la seguridad y a los incentivos financieros ofrecidos por el Gobierno, muchos refugiados en Jordania y la República Árabe Siria están volviendo al país. Pero las preocupaciones de este año relativas a la seguridad alimentaria se ven agravadas por la sequía, que redujo drásticamente la cosecha interna de trigo, obligando al país a depender mucho más de las importaciones. Además, la sequía ha hecho difícil el suministro suficiente de agua potable. A finales de agosto se propagaron brotes de cólera en las zonas centrales y meridionales. En el Afganistán, la inseguridad y la falta generalizada de acceso suficiente a los alimentos se vieron agravadas por la cosecha reducida a causa de la sequía en 2008. La necesidad de importaciones de cereales para 2008/09 se estima en 2,3 millones de toneladas, más del doble del volumen del año anterior. Dado que la capacidad de importaciones comerciales se estima en 1,5 millones de toneladas, queda una necesidad de 700 000 toneladas de asistencia alimentaria. El Gobierno y las Naciones Unidas están formulando llamamientos para obtener los fondos necesarios para atender a las necesidades de asistencia alimentaria y también para facilitar los preparativos de la tierra y las siembras de la próxima campaña agrícola de invierno que comienza en septiembre-octubre.

En la CEI asiática, en Tayikistán, el escaso acceso generalizado a los alimentos se ha visto agravado por la cosecha de cereales reducida a causa de la sequía de 2008, por segundo año consecutivo. Debido a la mala cosecha, la necesidad de importaciones de cereales se estima en un nivel alto de 560 000 toneladas. El país tropieza con dificultades para movilizar comercialmente sus suministros y necesitará ayuda alimentaria para socorrer a los sectores pobres.

En América Central y el Caribe, unos niveles de precipitaciones excepcionalmente altos han estado afligiendo a la subregión desde mediados de agosto. Tres tormentas tropicales y un huracán causaron grandes inundaciones y desprendimientos de tierras en Cuba, Jamaica, Haití y la República Dominicana, con daños a la infraestructura y graves pérdidas de cultivos comerciales y alimentarios, en particular bananos, plátanos, yuca y arroz. La vulnerabilidad alimentaria ha aumentado espectacularmente en algunos países caribeños, en los que los suelos están totalmente saturados y los medios de subsistencia locales y el suministro de alimentos pueden verse ulteriormente afectados por las precipitaciones que sigan cayendo en los próximos dos meses hasta que pase la temporada de huracanes.

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