No.3 julio 2009 | ||
Perspectivas de Cosechas y Situación Alimentaria | ||
Actualización sobre las emergencias alimentariasEn el África occidental, la campaña agrícola ha comenzado lentamente con lluvias irregulares en algunas partes del Sahel, como Guinea-Bissau, el Níger meridional, Burkina Faso, Nigeria septentrional y el Chad meridional , lo cual puede afectar a la superficie plantada y los rendimientos en dichos países. Además, aunque en la mayoría de los países se obtuvo una buena cosecha de cereales en 2008, las perspectivas para la seguridad alimentaria siguen siendo un motivo de preocupación debido a la persistencia de los precios altos de los alimentos. En los últimos meses los precios de los cereales secundarios han dado señales de estabilización, pero a partir de junio estuvieron por encima de los niveles de hace un año. Para el arroz importado, un alimento básico importante cuyo precio es determinado por el mercado internacional, la situación es peor. En el África oriental, se estiman en 19,8 millones las personas que necesitan asistencia de emergencia debido a unas campañas consecutivas de malas cosechas, los precios superiores a la media de los cereales, los disturbios civiles o una combinación de todos estos factores. Las lluvias tardías e irregulares recibidas durante el período vegetativo principal de marzo a julio en la mayor parte de la región, en particular en las partes orientales, y los precios superiores a la media de los cereales, deberían agravar ulteriormente la situación. En Somalia, la persistencia del conflicto civil continúa incidiendo negativamente en la situación de la seguridad alimentaria, así como perturbando la distribución de la ayuda alimentaria esencial. Las pocas lluvias caídas durante la temporada principal "gu" han intensificado los efectos de la sequía y empeorado la situación del ganado, perjudicando gravemente la seguridad alimentaria de alrededor de 700 000 pastores de Mudug, Galgadud, Nugal, Sool, Sanag y Togdher, cuyas fuentes de alimentos y de ingresos están íntimamente unidas a la producción ganadera. En Somalia, se estiman en 3,5 millones las personas que necesitan asistencia de emergencia. En el África austral, a pesar de una situación de seguridad alimentaria generalmente mejorada en toda la subregión gracias a unas cosechas buenas, persisten todavía algunos focos de vulnerabilidad y de inseguridad alimentaria. Una MECSA de la FAO y el PMA ha estimado que en Zimbabwe unos 2,8 millones de personas necesitan en total alrededor de 228 000 toneladas de ayuda alimentaria, incluidas 150 000 toneladas de maíz y 30 000 toneladas de otros cereales. Otra misión semejante de la FAO y el PMA informó que Namibia necesitará asistencia inmediata para satisfacer las necesidades alimentarias básicas de 163 000 personas de las zonas comunales septentrionales, en las que los cultivos y los animales se vieron gravemente afectados por las inundaciones. Varios Comités de Evaluación de la Vulnerabilidad están actualizando sus estimaciones, que estarán disponibles en breve. Además, varios países de la región que dependen de las importaciones son particularmente vulnerables a los altos precios nacionales e internacionales de los alimentos y el combustible. En Lesotho y Swazilandia la pobreza y la incidencia del VIH/SIDA han determinado una situación de grave inseguridad alimentaria. En la región de los Grandes Lagos, la incertidumbre que sigue habiendo en materia de seguridad en las partes nordorientales de la República Democrática del Congo afecta a un gran número de personas que necesitan asistencia alimentaria y agrícola. Los precios altos de los alimentos básicos, como la yuca (harina), el frijol y el maíz, están perjudicando a numerosos hogares de Burundi, especialmente repatriados y PDI en proceso de reasentamiento, que necesitan ayuda alimentaria y agrícola. En el Lejano Oriente, está casi terminada la recolección de unas cosechas abundantes de arroz de invierno y de la primera temporada en los principales países productores, y la situación del suministro de alimentos es satisfactoria en muchos países de la subregión. Sin embargo, millones de personas continúan haciendo frente a una situación grave de inseguridad alimentaria debida a conflictos, disturbios civiles, cosechas inferiores a la media, ciclones, o a una combinación de todos estos factores. En el Cercano Oriente, todavía se sienten en algunos países los efectos de la grave sequía del año pasado. En la República Árabe Siria, las conclusiones provisionales de una misión precosecha realizada por la FAO y el PMA en abril y mayo en las zonas afectadas por la sequía, indicaban que la vulnerabilidad de la población seguía siendo un motivo de preocupación. Para dentro de poco está previsto el informe de una misión de seguimiento organizada en junio y julio por la Dependencia de Coordinación de Servicios de Emergencia para examinar los efectos de la sequía y detectar cualquier asistencia que fuera necesaria, especialmente para los pequeños agricultores y ganaderos. La duración de una Operación de Emergencia (OEM) destinada a prestar asistencia a 40 000 hogares (200 000 personas) afectados por la sequía se prorrogó por otros seis meses hasta diciembre de 2009, sin variación en el presupuesto fijado en 5,2 millones de USD. Continúa siendo motivo de preocupación la situación alimentaria en la Faja de Gaza, ya que una gran parte de la población se ha visto gravemente afectada por el conflicto de 20 días iniciado el 27 de diciembre de 2008. En vista de ello, la FAO y el PMA aprobaron conjuntamente una OEM destinada a prestar asistencia durante un período de 12 meses (del 20 de enero de 2009 al 19 de enero de 2010) a 365 000 personas de entre las más afectadas, tales como los sujetos con graves problemas sociales, los grupos vulnerables, las personas internamente desplazadas y los productores afectados. En América Central y el Caribe, los precios de los cereales se mantienen estables o están bajando con respecto a los niveles máximos alcanzados a mediados de 2008. Sin embargo, dado que muchos países se encuentran en el período de carestía, que durará hasta la llegada de la nueva cosecha en agosto, es probable que los precios vuelvan a subir e incidan negativamente en la seguridad alimentaria de la población más vulnerable, especialmente en las zonas urbanas pobres. En Haití, la buena producción de los alimentos básicos de invierno de 2008, sumada a una gradual disminución en los precios de mercado y a la ejecución de programas de protección social, hace que la población afectada de inseguridad alimentaria se esté reduciendo considerablemente. |
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