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Investigaciones de las necesidades africanas de madera

M. B. GRAINGER

El presente articulo se basa en un informo preparado por el Sr. M. B. GRAINGER.. Para iniciar este estudio, el autor prestó sus servicios a la FAO con la anuencia de la Comisión Económica para Africa de las Naciones Unidas.

Problemas relacionados con un estudio efectuado por la FAO sobre las tendencias madereras en Africa

UNA DE LAS MAYORES ventajas de la madera en comparación con la mayoría de las demás materias primas es la facilidad con que se renuevan las existencias, pero, a menos de que las necesidades futuras puedan preverse con bastante anticipación, dicha ventaja no podrá aprovecharse racionalmente. En Africa son pocos, relativamente, los países que saben cuánta madera consumen actualmente, y muchos menos cuánta necesitarán en 30 ó 40 años teniendo que hacer frente al desarrollo económico y social. Esta es la razón por la cual el concepto de un estudio de las tendencias de la madera tiene tanta importancia para la industria forestal africana, pues es el único medio de disponer de los datos fundamentales, si se quiere mantener una dirección racional en todos los planes forestales y en todas las decisiones que haya que tomar al efecto.

ALCANCE E ÍNDOLE DEL ESTUDIO

En 1961, la FAO, juntamente con la Comisión Económica para Africa de las Naciones Unidas, inició un estudio de las tendencias de la madera en Africa. Este estudio pretende suministrar a cada país la información siguiente:

a) una estimación del consumo actual de madera por categorías principales;
b) un pronóstico de las necesidades futuras para los años 1975 y 2000;
c) una evaluación de las perspectivas futuras de la oferta y la demanda.

En la mayoría de los países de Africa, los datos referentes al consumo de madera y a los recursos forestales son sumamente escasos; las tierras forestales se ven frecuentemente afectadas por los actuales cambios administrativos; y la presión sobre los recursos de tierras va en aumento. Mediante el estudio de las tendencias madereras se intentará cotejar todos los hechos pertinentes y establecer orientaciones generales para la formulación de políticas en el plano nacional. En este estudio se destaca la importancia de cada país africano como unidad fundamental, ya que únicamente en dicho plano nacional es como puede actuarse eficazmente en cuestiones forestales.

Además de perseguir el conocimiento, siempre que los datos sean adecuados, del consumo aparente total (producción, más importaciones, menos exportaciones), el estudio tiende a obtener detalles del consumo por aplicaciones fiscales y por categorías de consumidores. Los procedimientos seguidos son:

1. Una encuesta de muestreo muy limitada para deber. minar la índole y la amplitud del consumo de madera por el sector rural de la población en la construcción de casas, en la fabricación de muebles, como combustible de cocina, en la agricultura, eta.

2. La compilación de estadísticas sobre edificación en los centros urbanos, y el cómputo del consumo de madera utilizando relaciones, previamente establecidas entre madera y valor, o madera y superficie de suelo.

3. Una serie de encuestas directas entre los grandes consumidores de madera, como ferrocarriles, compañías mineras, autoridades públicas, :industrias de elaboración de la madera, etc., extendida al empleo de la madera en el embalaje (en la fase de fabricación y/o en el punto de consumo final).

El procedimiento para esto consiste en que las autoridades forestales nacionales recojan la información básica y la comuniquen a la FAO para su cotejo, análisis e interpretación. Se resumirán todos los datos disponibles sobre recursos forestales pero no se lleva a cabo ninguna nueva encuesta como parte del estudio, debido al largo tiempo que se necesita para obtener resultados apreciables.

LABOR REALIZADA HASTA LA FECHA

Ultimamente, seis países africanos han emprendido estudios nacionales del consumo de madera actual y futuro. Desde 1959 a 1961, un grupo de tres funcionarios de la FAO dirigió estudios de esta naturaleza en Uganda, Kenia y Tanganyika. En Ghana, un oficial enviado a] país mediante un acuerdo de ayuda bilateral con la República Federal de Alemania y dirigido por la FAO, emprendió una labor análoga como parte integrante del estudio de las tendencias de la madera en Africa. En el Sudán, otro oficial de la FAO realiza actualmente un trabajo semejante. En todos estos países, los gastos locales de transporte y de enumeración y los originados por el personal auxiliar los han sufragado los propios países. Sudáfrica está a punto de terminar su propia evaluación de las tendencias nacionales de la madera y comunicará sus resultados para el estudio global del continente.

Estos estudios tienen un señalado carácter exploratorio, pues se han efectuado con datos que distan mucho de ser completos y con series históricas insuficientes para el análisis de las tendencias. Se han sacado muchas enseñanzas respecto de la metodología adecuada y son muchos los hechos que destacan de modo claro.

Quizás el carácter más notable sea que el consumo relativamente bajo de cada familia rural represente tanto en el total nacional en contraste con el consumo público y comercial urbano más evidente. En Uganda y Tanganyika, el grupo rural consume de la mitad a los dos tercios de la madera aserrada. Incluso en Kenia, con el desarrollo urbano que le da su carácter de centro industrial y comercial, corresponde al sector rural una tercera parte del consumo de madera aserrada. La ebanistería sencilla - puertas, marcos para ventanas y persianas, y la fabricación de muebles - son las aplicaciones más importantes. El consumo de postes para construcción en las comarcas rurales supone grandísimos volúmenes de madera (de la mitad a las cuatro quintas partes de las necesidades de madera industrial del país) y el consumo total de leña en tales comarcas es enorme. La mayor parte de la madera destinada a postes y a leña procede de monte de matorral no reservado.

El consumo familiar de madera aserrada guarda una estrecha relación con el nivel general de los ingresos efectivos en la comunidad, así como con la situación local de la oferta. Una parte, más que proporcional, del aumento de los ingresos, se gasta en madera aserrada, al contrario de lo que ocurre en los países más industrializados donde los gastos para la adquisición de madera aserrada no tienden a aumentar tan rápidamente como los ingresos o donde el consumo por habitante puede incluso disminuir al aumentar los ingresos. La madera aserrada, por supuesto, reemplaza en la construcción, en la mayoría de los casos, a los postes, más toscos. Esta tendencia resta importancia a los montes de matorral no sujetos a ordenación y se la da a las reservas forestales ordenadas.

En las zonas urbanas las maderas para muebles y techos son las más importantes. Incluso la construcción urbana característica de hormigón utiliza cantidades considerablesde postes y madera aserrada para encofrado o para persianas.

Los estudios que se han completado muestran de modo concluyente la extrema importancia del grande y rápidamente creciente consumo de madera aserrada en los hogares rurales y señalan la necesidad de efectuar determinaciones más exactas de la magnitud y el crecimiento de la demanda de este sector.

Muchos países no han podido iniciar todavía estudios del consumo de madera, o no están preparados para ello.

Sin embargo, casi todos los países cooperan en el estudio continental, si bien la contribución de algunos se ve gravemente limitada por la escasez de personal preparado y por otras muchas tareas más urgentes. Un economista forestal de la Comisión Económica para Africa ha efectuado ya dos largos viajes de enlace por toda la región. Tomando como base la información recogida en estas visitas, se examinan en las secciones siguientes algunos problemas no estudiados todavía, ya que pueden tener valor práctico para otros países que se enfrentan con problemas de naturaleza semejante. Se da gran importancia a la encuesta de muestreo, porque es la fase más nueva y complicada del estudio.

PREPARATIVOS PARA UNA ENCUESTA DE MUESTREO

Uno de los primeros requisitos de un estudio de esta clase es la existencia de estadísticas demográficas dignas de crédito, condición que no se cumple en este caso puesto que son varios los países africanos que nunca han efectuado un censo completo de su población. De lo más que se dispone es de estimaciones nacionales sin delimitación por distritos, ni aun por regiones. Esta información es inadecuada para efectuar una encuesta de muestreo, pues las encuestas rurales se basan sobre una estratificación del país en zonas homogéneas y para ello es necesario disponer de una estimación de la población al menos de cada una de dichas zonas o estratos.

En uno de los países visitados, se habían hecho ya preparativos para el primer censo completo de población cuyo levantamiento está proyectado para 1962. Una fase preliminar, la preparación de un censo electora 1 completo, se efectuó casa por casa, utilizando como guía la lista oficial de contribuyentes.

Se vio que el número total de electores variaba entre 2,3 y 2,6 por contribuyente en los distintos distritos y comunidades; asimismo, de una serie de estudios complementarios, se estimó de modo provisional, que los electores (mayores de 21 años) constituían como promedio general el 66 por ciento del total de la población residente. En este caso resultó posible, pues, calcular con bastante precisión la población local, sacando el censo electoral distrito por distrito y añadiendo después a la cifra obtenido el porcentaje calculado de personas menores de 21 años. De este modo se podría disponer, antes de la confección del censo de población, de cálculos suficientemente exactos de la cuantía de la misma para el planeamiento de una encuesta de muestreo. Las primeras fases de la labor analítica sobre el censo deberán ser completadas a tiempo para poder utilizar las estadísticas exactas de población en las fases finales del estudio de las tendencias de la madera. La Oficina del Censo ha puesto toda su documentación relativa al censo electoral a la libre disposición del servicio forestal, facilitando con ello grandemente el problema de la determinación de las cifras de población de las distintas comunidades a que afecta le encuesta de muestreo.

Una vez resuelto el problema inicial del cálculo de la población, hay que proyectar debidamente la encuesta de muestreo y a primera vista esto planteará a menudo un problema importante al típico oficial forestal que corrientemente estará familiarizado con los principios generales de la selección aleatoria, pero no con los detalles más delicados del planteamiento del muestreo. Por esto es una ventaja muy grande el que un país disponga de uno o más especialistas en estadística capacitados, que asesoren y orienten al personal forestal en el planteamiento de la encuesta de muestreo. En uno de los países visitados, la Oficina Central de Estadística accedió sin reservas a efectuar el proyecto de toda la encuesta de muestreo para el servicio forestal. Esto es conveniente siempre que pueda hacerse así, pues exime al servicio forestal de efectuar una fase técnica con la que generalmente no está familiarizado y deja a su cargo la enumeración y la medición de las aplicaciones de la madera, que son actividades que encajan mucho mejor en su trabajo normal.

LAS ENCUESTAS DE MUESTREO NO SON SIEMPRE FACTIBLES

En ocasiones, resultará que no se puede emprender una encuesta de muestreo. Por ejemplo, en el caso de dos territorios, se vino a saber que la población, por razones diversas, se oponía a la ejecución de nuevas encuestas y, por ello, fue necesario disponer un «período de descanso» de dos años por lo menos. El problema que se planteó entonces fue el de cómo obtener los datos que habría proporcionado una encuesta de muestreo. Por fortuna, se disponía ya de información muy buena en uno de estos territorios, donde el servicio forestal se había dedicado de modo continuo en los últimos años a efectuar sus propias series de encuestas del consumo local de madera, con vistas a disponer de una base firme sobre la cual establecer planes regionales de explotación forestal. Estas encuestas habían cubierto aproximadamente el 60 por ciento del país de modo tan sistemático que los resultados pudieron ampliarse para obtener una cifra nacional del consumo de madera en las comunidades rurales referente a las categorías principales de madera aserrada, postes para construcción, y leña.

En el segundo de estos dos territorios no se ha iniciado ninguna encuesta local de esta clase y por ello hubo que construir sistemáticamente sobre la marcha el cuadro del consumo de madera. El Servicio Federal de Estadística ha acordado colaborar con las autoridades forestales locales para obtener una evaluación lo más realista posible mediante la reunión de todos los datos disponibles y la ejecución de las encuestas limitadas que puedan ser necesarias para cubrir las lagunas informativas. La Oficina Federal de Estadística coordinará los datos relativos a los dos territorios y proyectará y dirigirá una encuesta de muestreo en un tercer territorio.

Cualquiera que sea la base sobre la cual se establezca la estimación nacional del consumo de madera, convendrá que exista una estrecha relación entre el Servicio de Estadística y las autoridades forestales. El Servicio de Estadística frecuentemente recogerá datos útiles al efectuar sus encuestas relativas a los presupuestos caseros o como parte de la labor de confección del censo nacional de producción o de distribución. Así, en los dos países resultó que se disponía de información referente al consumo de leña en los centros urbanos por haberla recabado en encuestas sobre los presupuestos familiares y una Oficina Central de Estadística ofreció el incluir en sus cuestionarios para una encuesta en confección de los presupuestos familiares una pregunta encaminada a obtener datos sobre el consumo anual de madera para muebles caseros en una importante zona urbana que de otro modo no seria posible abarcar

DISEÑO DE EA MUESTRA

Debe decirse algo acerca de los problemas que se presentan al plantear la encuesta de muestreo. El procedimiento fundamental en el estudio de las tendencias de la madera en Africa consiste en estratificar un país en zonas homogéneas antes de elegir la muestra, siendo las dos variables principales que se usan para este fin «la disponibilidad de madera» y «el nivel de la renta». La primera variable, que se basa sobre la abundancia de recursos forestales y el acceso a los abastecimientos de madera importada, no es por lo general muy difícil de determinar, puesto que sólo requiere dividir el país en sectores de disponibilidad de madera «buena», «regular» y «mala». Sin embargo, la división de un país conforme a las variaciones en la renta por habitante es una cuestión mucho más difícil. Incluso cuando se conoce la media de los ingresos por habitante de todo el país puede que no existan estimaciones regionales o provinciales. Como ejemplo de esto puede mencionarse que en uno de los países visitados no se disponía de datos de ninguna clase sobre el desglose por regiones de los niveles de renta, por lo que hubo que basarse en los datos proporcionados por personas informadas. Una vez estratificado el país en tres estratos de disponibilidad de madera, el servicio forestal solicitó la opinión del Director de Agricultura sobre la cuestión de las variaciones del nivel de vida en todo el país, no tardando en perfilarse un cuadro general. Durante las deliberaciones, acudió a la reunión el Director de Cooperativas. Con la opinión autorizada de estos dos oficiales conocedores de la economía regional del país, se pudieron trazar en el mapa los límites de cuatro zonas de diferente nivel de renta: «renta elevada», «renta intermedia», «renta baja» y «renta muy baja». Los factores principales de esta diferenciación eran: la presencia de campos diamantíferos en la región de renta elevada; la escasísima fertilidad del suelo en la región de renta muy baja; la preponderancia de la ganadería en una región, y un sistema particular de agricultura y pesca en otra. Esto ilustra la utilidad de las deliberaciones con los oficiales agronómicos y otras personas cuyas ocupaciones les familiarizan con el cuadro económico general del país donde trabajan. Cuando se enfrentan por vez primera con el problema de la estratificación por el nivel de la renta estos oficiales tienden a creer (lo cual es muy natural) que no existen pruebas suficientes sobre las cuales basar una evaluación útil. Pero, a medida que avanzan las discusiones, se ve generalmente que comienza a dibujarse el cuadro. Las diferencias de fertilidad del suelo, sistemas de cultivo, actividad industrial, factores climáticos, acceso a los mercados, régimen de tenencia de la tierra y otras características señalan contrastes económicos. Teniendo en cuenta estos indicadores y consultando a otras autoridades siempre que sea posible el servicio agronómico local debe poder trazar una estratificación del país que, aunque un poco tosca, siempre será más apropiada que el abandono del problema por demasiado difícil, porque falte una base estadística exacta. En el país a que se hace referencia se superpusieron los cuatros estratos «nivel de la renta» sobre los tres de «disponibilidad de madera», de lo que resultaron siete estratos para los fines del muestreo. De cada uno de estos estratos el Servicio forestal propuso sacar una muestra aleatoria de dos comunidades rurales. En otro caso se vio que el organismo central de estadística poseía datos no muy precisos del nivel medio de la renta por provincias en todo el país. Estos datos presentaban el orden general de variación en los ingresos por habitante y, por consiguiente, se pudieron utilizar como base para la estratificación.

La obtención de datos para un esquema de muestreo apropiado puede constituir a veces un problema. A este respecto, todo país que ha levantado recientemente un censo de población, o que se está preparando para hacerlo, se hallará en condiciones favorables. Varios de los países visitados están confeccionando censos generales de población este año, y el planeamiento del censo proporcionará datos útiles para un esquema de muestreo. En esta fase es muy importante la íntima cooperación con los oficiales de estadística y con los del censo, porque de todas las unidades de que hay que sacar muestras convendrá que existan cifras de población o al menos estimaciones razonablemente correctas. La elección de las zonas reales donde se han de tomar las muestras puede que sea una labor técnica bastante compleja, razón por la cual se recomienda el asesoramiento de un oficial de estadística.

IMPORTANCIA DEL ASPECTO DE LAS RELACIONES PÚBLICAS

La fase de las relaciones públicas que se inicia antes de los trabajos técnicos de campo es muy importante. La población acoge frecuentemente con gran recelo la visita de funcionarios oficiales. En ocasiones, las gentes suponen que la solicitud de informes detallados por parte de dichos funcionarios tiene que ver con la contribución o con alguna otra de las actividades menos populares del Estado. Por ello, es necesario un cuidado especial para alejar toda sospecha y preparar el terreno para lograr la cooperación de la población. Es importantísimo que el oficial del distrito (o equivalente) y, a través de él, el jefe de la comunidad o de la tribu, sean prevenidos con la debida anticipación de cualquier trabajo de campo que se vaya a efectuar con objeto de que ellos puedan explicar lo que se proyecta y convencer a la población de que los datos que se obtengan se traducirán en definitiva en beneficio para la comunidad y para el país. El que las personas entrevistadas comprendan y acepten el proyecto es fundamental para obtener buenos resultados. He aquí un ejemplo que de un modo algo diferente ilustra el objetivo y la técnica que debe seguirse. Por todo un distrito que se recorrió en un país que preparaba su primer censo de población se veía un cartel donde se leía lo siguiente:

¿CUANTAS ESCUELAS NECESITARA TU PAIS EN 1970? EL CENSO NOS AYUDARA A ENCONTRAR LA RESPUESTA

ELECCIÓN Y ADIESTRAMIENTO DE LOS EMPADRONADORES

Los empadronadores son los hombres más importantes de toda encuesta de muestreo y, por consiguiente, deben ser elegidos atentamente. En el estudio de las tendencias de la madera en Africa se sigue la costumbre dé recomendar a cada país que disponga de. tantos equipos de dos hombres como puedan necesitarse para resolver los mayores problemas que -plantean las diferencias de lenguaje, religión y tribu. El empadronador no conseguirá gran cosa si el grupo de que se ha de ocupar no le a acepta» A menudo, pueden encontrarse empadronadores entre el personal de la organización forestal local. Cuando ocurre así se tiene una gran ventaja; los empadronadores poseen ya unos ciertos conocimientos fundamentales de la madera y - del modo en que ésta se usar. En Liberia, la Escuela de Montes se ha encargado de las principales tareas del estudio de las - tendencias de la madera, y designará sus empadronadores para la encuesta de muestreo entre los estudiantes representantes de los principales grupos étnicos del país. En otro país que está efectuando una: encuesta de muestreo, el servicio de montes y la oficina central de estadística que con él colaboran se proponen utilizar como empadronadores a los estudiantes de la Escuela de Montes. La encuesta de muestreo, por supuesto, vendrá a ser un utilísimo ejercicio práctico más, que contribuirá a la formación de los estudiantes. A veces, se cuenta con empadronadores experimentados en encuestas censales, agronómicas o demográficas que resultan muy eficaces. Frecuentemente puede recurrirse durante los períodos de vacaciones a los maestros de escuela con experiencia en estas cuestiones. Cualesquiera que sean los conocimientos previos de los empadronadores, es fundamental que reciban unas breves instrucciones sobre el empleo de los cuestionarios.

Deberá enseñarse a los empadronadores a que presten gran atención al modo de abordar a las personas que hayan de entrevistar. La redacción de las preguntas y la manera de plantearlas tienen gran importancia. Habrá que tener gran cuidado de que las preguntas sean debidamente entendidas por la persona entrevistada. El empadronador podrá comprobar frecuentemente si la respuesta es adecuada haciendo otra pregunta o repitiendo la primera en otros términos.

Al igual que en toda encuesta domiciliaria, los empadronadores habrán de estar prevenidos para descubrir las respuestas que oculten parte de la verdad por temor a repercusiones de orden tributario, así como las respuestas exageradas hechas por complacencia excesiva para «satisfacer» al empadronador. Se trata de aspectos de la preparación. de los empadronadores sobre los que hay que insistir mucho.:

Para dirigir a los empadronadores en el campo y comprobar frecuentemente su labor, es necesaria la presencia de inspectores. El sistema seguido en todos los países visitados hasta. ahora consiste en que las autoridades forestales designen uno o más oficiales para esta inspección con objeto de conseguir que todos los trabajes de campo sean de alta calidad.

PROBLEMAS DEL EMPADRONAMIENTO

Algunas comunidades: presentan bastantes problemas al empadronador, a menos que éste sea previa y claramente orientado. Por ejemplo, en partes de Africa Occidental pueden plantearse problemas acuciantes en la fase de las entrevistas en los grandes albergues («compounds») del tipo de cuadro que son en realidad -un grupo de familias. Para los fines de la encuesta la unidad fundamental es. la familia. El procedimiento que se sigue generalmente consiste en registrar el número de individuos de la familia, la cantidad de muebles de madera adquiridos por dicha familia durante los doce meses precedentes, la cantidad dé´ madera empleada para fines agrícolas o para otros fines, el consumo diario o semanal de leña, y los detalles de cualquier trabajo de construcción efectuado durante los cinco años anteriores, tanto si trata de edificios completamente nuevos, como de adiciones o de simples reparaciones. En el caso de estas familias ampliadas, el problema del enumerados es un problema de gran consideración. Si se define la familia como todo el grupo familiar albergado en un edificio, resultará frecuentemente que el jefe del albergue estará al corriente de qué labores se han efectuado en el edificio en los cinco años últimos, pero que no sabrá cuántos muebles ha adquirido cada una de las familias, ni conocerá tampoco la cantidad de leña consumida por las mismas. Los ejemplos señalan que en este tipo de familia ampliada el jefe tropieza con grandes dificultades para indicar el número total de personas que viven en su albergue. En una encuesta experimental efectuada en Africa Occidental se necesitaron cerca de veinte minutos de discusión, y comprobación de los nombres uno por uno en las listas, con los dedos, antes de obtener una respuesta que incluso en este caso era dudosa.

Interrogar separadamente a cada una de las subfamilias componentes resulta demasiado largo. La experiencia enseña que el procedimiento mejor en este tipo de comunidad es elegir para la entrevista como unidad de muestreo fundamental una de las familias propiamente dichas incluidas. en la organización familiar ampliada. En estas familias propiamente dichas será relativamente fácil determinar el número de individuos que la componen, la cantidad de muebles adquiridos durante los doce meses anteriores, la cantidad de leña consumida por término medio por día o por cualquier número determinado de días, y de cualquier madera utilizada para fines agrícolas o de otra naturaleza por esta unidad familiar particular. Con respecto a la madera utilizada en la construcción propiamente dicha surge un problema, pues las diversas familias comparten un edificio común. Sin embargo, cada una de las subfamilias tiene asignada su parte propia en la vivienda común: una habitación, dos habitaciones o tres habitaciones, según el número de individuos de la subfamilia y el tamaño del edificio común. Estas habitaciones se pueden identificar y medir, y por ello toda labor efectuada en dicha parte de la vivienda común durante los cinco años precedentes puede distinguirse fácilmente y referirse a la unidad familiar a que se entrevista. Ciertas partes de tal vivienda colectiva suelen ser comunes a todas o a varias de las familias incluidas, por ejemplo, las puertas, los lavaderos e incluso las cocinas. Si en estas dependencias comunales se han efectuado obras en los cinco años precedentes, tales obras se pueden prorratear expresando la superficie ocupada por cualquier subfamilia dada como porcentaje de la superficie total de la parte del edificio destinada a vivienda.

MEDICIÓN DE EA MADERA EN USO

La medición del uso de la madera entraña muchos problemas. Uno de los más evidentes es que la madera puede ser sólo parcialmente visible cuando se usa, y por ello hay que tener en cuenta los artículos y partes de los mismos ocultos. A los postes utilizados para las par des y soportes de los techos de las cabañas hay que agregar una cantidad que corresponde a la parte enterrada, y otro tanto puede decirse respecto de las cercas. os postes destinados a aplicaciones tajes como pies derechos de muro o a cabrios, tienen generalmente igual longitud, pero su diámetro varia. En estos casos, las mediciones pueden hacerse basándose en el poste de sección típica. Por bajo de un cierto diámetro indefinido la madera en rollo deja de ser madera en el sentido corriente de la expresión y se convierte en mero material leñoso. Desde el punto de vista práctico los empadronadores necesitarán conocer la dimensión crítica por bajo de la cual no es necesario registrar los artículos. Frecuentemente se usan pequeños latizos y enredaderas para la unión lateral del armazón de paredes y techos, y también en el caso de las cercas cerradas. Evidentemente, muchas de estas estructuras son tan pequeñas que está justificado excluirlas de toda enumeración de empleo de la madera, pero no existe un criterio definido para todas las regiones. Sin embargo, como orientación práctica, sería lógico :en muchos casos excluir todo material de menos de, por ejemplo, 2,5 centímetros de diámetro, basándose en que volumétricamente estos artículos son insignificantes en relación con el resto (y en todo caso, tal material puede recogerse virtualmente como cosecha anual). Un problema especial para muchos países es la cantidad de material reutilizado, por ejemplo, cajones viejos que se aprovechan para artículos de ebanistería. No siempre es posible que el jefe de la familia o el enumeradosr reconozcan este tipo de material, por lo que lo más apropiado es hacer corrientemente estimaciones complementarias de la cantidad de madera que se vuelve a utilizar. Estudios especiales de los gastos de transporte por barco y por ferrocarril han resultado útiles en estas estimaciones.

EL PROBLEMA DE LAS POBLACIONES NÓMADAS

En gran parte de la zona y en las proximidades del desierto del Sáhara la población es nómada en su mayoría. En este caso, la falta de permanencia de los poblados y campamentos origina problemas tanto de planeamiento como de ejecución de una encuesta domiciliaria. Estos problemas se presentan principalmente en Libia, Somalia y el Sáhara español y en parte de Mauritania, Malí, Níger, Chad, la República Arabe Unida y Etiopía. El nomadismo tiende a reducir el consumo de madera para construcción, pues las casas y los muebles de los nómadas tienen que ser necesariamente muy sencillos y fáciles de transportar. En Somalia, por ejemplo, la madera apenas interviene en la construcción de las viviendas de la mayor parte de la población. El armazón de las casas es de raíces de acacia atadas en forma de aro que se reúnen con unas pocas abrazaderas ligeras y como soportes postes redondos, y todo el armazón se cubre después con una estera de hierba entretejida. Estas viviendas se desarman muy fácilmente para transportarlas en camellos, y aunque durante el transporte se producen a veces roturas, las pérdidas que con ello se ocasionan quedan más que compensadas por el hecho de que el traslado periódico aleja casi totalmente el peligro de ataque de los termes. En este país no fue posible efectuar una encuesta de muestreo. Aunque las estadísticas comerciales reflejaban bastante bien el comercio de madera aserrada, el de leña y madera rolliza tuvo que determinarse indirectamente tomando como base lo que consumiría una familia media. Además, había un cierto consumo industrial y un comercio apreciable de carbón vegetal y se disponía de datos suficientes -como orientación respecto de la cantidad de madera dedicada a estos fines.

OTRAS FASES DEL ESTUDIO

La parte fundamental del estudio de las tendencias de la madera en Africa es la encuesta de muestreo del consumo de madera en las zonas rurales de que acaba de hablarse. Se trata de la fase más exigente desde el punto de vista del tiempo y del trabajo necesarios para llevarla a cabo. Las fases restantes se basan sobre una serie de encuestas centralizadas tendentes a obtener datos de toda la nación. El éxito de estas encuestas directas dependerá grandemente de tres factores: primero, la perfección de la lista fundamental de grandes consumidores que debe compilarse previamente; segundo, la perfección de los datos mantenidos por estos consumidores y su adecuación como guía para conocer el consumo de madera; y tercero, el celo con que se efectúen estás encuestas. Entre otras cosas, hay que evitar atentamente toda duplicación. Sin embargo, el peligro de que el consumo se omita del todo es probablemente más grave que el peligro de que se produzcan duplicaciones.

En algunos casos puede que sea difícil obtener datos fidedignos de la cantidad de madera utilizada por algunos de los grandes usuarios. Los registros financieros y estadísticos puede que no estén suficientemente especificados, por lo que los gastos hechos en construcciones de madera puede que incluyan también el costo de la mano de obra, el del cemento y el de la ferretería, o una cifra de costo global puede referirse a toda una obra, hecha por contrata, sin especificación de detalle alguno; o los datos contenidos en los registros financieros oficiales pueden agrupar varios proyectos en una sola cifra de gastos. Las copias detalladas de cada uno de los pedidos hechos y de los materiales entregados proporcionarán indudablemente los datos requeridos en tales circunstancias, caso de que tales copias existan y de que alguien disponga de tiempo para buscar meticulosamente entre montones de facturas las relativas a madera. Frecuentemente, no es posible que ni el servicio forestal ni el propio consumidor destinen una persona a esta paciente labor y en ocasiones ocurre que no existen los documentos referentes a todo un año reciente. Quizás la solución más sencilla cuando un gran consumidor de madera no pueda dar cuenta de su consuma anual basándose en datos fácilmente asequibles, sea pedirle que examine sus pedidos o facturas de un solo mes característico y multiplique después el resultado por doce. Un consumidor que compra o emplea madera a ritmo bastante uniforme durante todo el año puede probablemente estimar su consumo diario o semanal con relativa facilidad. Las actividades complejas del gobierno son un problema diferente y más complicado. En este caso, un oficial o una sección de compras de un almacén central puede proporcionar muchos datos útiles.

Frecuentemente se obtendrán datos bastante buenos de un porcentaje de consumidores que reciban cuestionarios, aunque una parte considerable de ellos no pueda o no quiera proporcionar datos. El registro de datos parciales sin indicación de a qué porcentaje de consumidores corresponde no es adecuado. El inspector deberá indicar claramente qué porcentaje de las respuestas se ha recibido, o estimar el consumo de los que no han contestado y añadirlo a los datos recibidos.

Estas observaciones ponen de manifiesto algunos de los problemas y de las posibilidades.

CONCLUSIÓN

El éxito definitivo del estudio de las tendencias de la madera en Africa dependerá muchísimo del cuidado y de la determinación con que cada país efectúe su encuesta del sistema actual de consumo de madera. La situación será diversa en cada país, pero muchos de los problemas tendrán semejanza. Hay que confiar mucho en la iniciativa y los recursos del oficial forestal que dirija el estudio. A problemas diferentes los procedimientos han de ser también diferentes, y si un método falle, el inspector debe estar preparado para seguir otro procedimiento y no abandonar por completo la línea particular de encuesta de que se trate. Como norma, cada país deberá procurar que no haya lagunas importantes en sus estadísticas definitivas del consumo de madera. Sin embargo, esto no significa que resulte preferible cualquier información a la falta total de información. Por el contrario, una cifra que deforme grandemente los hechos, conduce a error y es peor que la falta de datos. No obstante, las estimaciones fundamentadas son preferibles a una respuesta en blanco.

Cualesquiera que sean las dificultades que existan para participar en el estudio, cada país puede esperar conseguir más de lo que se le pide que dé. La economía maderera actual y futura de Africa quedará fijada en su perspectiva adecuada y los distintos países podrán ver qué posición ocupan en este cuadro y qué actividades precisan desplegar para atender a sus futuras necesidades nacionales. La finalidad general del estudio es contribuir al progreso económico de toda Africa, permitiendo el establecimiento de objetivos nacionales de producción forestal y poniendo de manifiesto las oportunidades de desarrollo de las industrias forestales.


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