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Resumen de las deliberaciones1

1 El presente resumen de conclusiones y recomendaciones se basa en el discurso de clausura del Dr. D.R. Redmond, Presidente General de la Consulta.

El argumento básico para las conclusiones de la Consulta fue la estimación de las Naciones Unidas de que la población mundial, al parecer, quedará duplicada a finales del presente siglo y que, con mucho, el mayor incremento se registrará en las zonas urbanas, donde la situación de la vivienda ya ha llegado a límites críticos, como lo ilustran los núcleos de ocupantes ilegales que se encuentran en las ciudades y en las afueras de éstas. Se estima que habrán de construirse anualmente 10 casas por cada 1000 habitantes para satisfacer las necesidades de la creciente población y para atender a la redistribución exigida por la migración, sustitución de casas ya existentes, tendencias hacia un mayor número de familias de menos componentes, etc. Pero los países en desarrollo construyen únicamente como promedio de 2 a 3 casas por año por cada 1000 habitantes.

Al observar la deficiencia común en la planificación de la producción de materiales de construcción en los países en desarrollo, la Consulta hizo observar a los gobiernos el hecho de que tal planificación es una medida fundamental para la ejecución de todo programa nacional de construcción de viviendas. En el caso de la madera, las políticas forestales en general, y la explotación y transformación en particular, deben coordinarse con los programas nacionales de la vivienda.

Quedó reconocido que las tendencias en los tipos de viviendas influyen en la elección de los materiales de construcción y que las tendencias en las zonas urbanas eran hacia edificios de varios pisos. Esto habría de conducir probablemente a un menor empleo de madera por unidad de vivienda, si bien las crecientes necesidades darán por resultado un incremento global en el consumo. Sin embargo, se hizo recordar a los gobiernos que existen muchas posibilidades de utilización de la madera en las construcciones de varios pisos. Asimismo, los gobiernos deben tener presentes las ventajas económicas de recurrir a viviendas de madera de poco peso y de duración limitada que puedan sustituirse con facilidad, en todo o en parte, introduciéndose con ello un elemento de flexibilidad.

La Consulta examinó los factores principales que influyen en la producción de materiales de construcción a base de madera y evaluó la situación de la oferta actual y futura, que, en su opinión, debería ser objeto de un examen continuo. Los cambios en los sistemas de ordenación forestal, tecnología de la producción, prácticas de construcción, políticas comerciales y políticas nacionales harían mejorar en grado muy sensible la situación de la oferta. Se hizo observar que se utiliza anualmente apenas algo más del 0,5 por ciento de las existencias de madera en formación de todo el mundo, pero que estas existencias no están distribuidas con regularidad; por ejemplo, en los países de Asia y el Lejano Oriente, el 40 por ciento de la población mundial tiene acceso sólo al 5 por ciento de los bosques de todo el mundo. Por otra parte, muchos países con cuantiosos recursos forestales deben encontrar todavía la manera de aprovechar plenamente tales recursos.

Un factor que dificulta la utilización más amplia de los bosques tropicales es la amplia diversidad de especies que los componen. Las fuerzas comerciales han conducido a circunscribirse a unas cuantas especies primordiales, a la vez que las especies menos conocidas (las llamadas especies secundarias) quedan en gran medida sin aprovechar. La Consulta subrayó el hecho de que muchas de estas especies menos conocidas eran perfectamente aptas como materiales de construcción e instó a los gobiernos a que estimularan su empleo.

Los países en desarrollo con escasez de recursos forestales deberían centrar su atención en la adopción de diseños y tecnologías que permitan economizar madera; por ejemplo, fabricación de elementos grandes con piezas de poca longitud o con secciones menores. Al mismo tiempo, cuando las condiciones sean favorables, deberían establecer plantaciones de especies de crecimiento rápido.

Se convino en que el fomento de la calidad y la eficiencia de las industrias forestales es esencial para una aceptación más amplia de la madera como material de construcción con capacidad competitiva. Los productos mal acabados, insuficientemente desecados, sin tratar o sin clasificar, crean un prejuicio general contra el empleo de la madera en las viviendas.

De igual importancia que disponer de materiales de construcción a base de madera del tipo y de la calidad correctas es la necesidad de utilizarlos en modo adecuado respecto de sus funciones y de las condiciones en que habrán de desempeñar su cometido. A este respecto se consideró esencial que los arquitectos e ingenieros tengan una preparación adecuada en el empleo de la madera, y varias secciones de la Consulta recomendaron que se aportaran las oportunas adiciones a los programas de estudio de las escuelas de arquitectura y de ingeniería.

Se convino en que, siempre que se utilicen correctamente los productos adecuados, la madera es un excelente material de construcción que puede adaptarse a los diversos grados de evolución tecnológica de los países en desarrollo. La implantación de tecnologías debe armonizarse con el nivel alcanzado de desarrollo y hacerse en fases apropiadas a tal nivel; sin embargo, esta adopción de tecnologías, en la cual los países desarrollados pueden desempeñar una función vital, debe ser realmente de tecnologías, y no de tecnólogos. A medida que el nivel tecnológico de un país aumenta trayendo consigo la elaboración de productos más perfeccionados a base de madera, las técnicas de construcción podrían ser también más elaboradas.

El peligro de incendios y las necesidades de preservación son dos sectores definidos como de prioridad fundamental. La Consulta expresó su convicción de que la madera, cuando se utiliza y trata debidamente, no entraña peligros de incendio mayores que los inherentes a otros materiales de construcción ordinariamente utilizados. La degradación de la madera puesta en obra puede reducirse al mínimo utilizando especies duraderas y resistentes y recurriendo a prácticas adecuadas de conservación y de construcción. No obstante, la Consulta manifestó que era necesario recurrir a tratamientos químicos que fueran de fácil aplicación, poco costosos y aplicables a especies naturalmente impermeables y a la madera aserrada no desecada completamente. Existe asimismo la necesidad de normalizar los medios de evaluar la resistencia natural de las especies al deterioro.

Los debates acerca de problemas técnicos abarcaron también los métodos de ensamble, unión y acabado exterior y su comportamiento en condiciones adversas. Aunque existen dificultades especiales en los países tropicales, pueden vencerse mediante adelantos tecnológicos. A este respecto, se reconoció la necesidad general de que la IUFRO divulgue información sobre la solución de problemas técnicos y preste ayuda en el trazado de métodos de ensayo para una evaluación más perfeccionada de las principales propiedades de la madera.

Se reconoció que los aspectos legislativos y reglamentarios eran un factor importante en el fomento del empleo de la madera en la construcción de viviendas. Si bien los reglamentos que rigen la construcción se consideraron instrumentos esenciales en el establecimiento de normas de seguridad para los ocupantes, la Consulta subrayó que en ellos deben considerarse plenamente el estilo de vida, el nivel tecnológico y la situación económica en cada país. Se estimó que los reglamentos deben ser suficientemente flexibles para no dificultar la adopción de materiales o sistemas de construcción cuya validez pueda ser demostrada. La Consulta opinó que la mejor forma de conseguir tal flexibilidad era basar tales reglamentos en un concepto de comportamiento y recomendó que los gobiernos se orientaran hacia tal sistema. Se convino en que la flexibilidad podría también acrecentarse mediante un sistema de revisión periódica de los reglamentos pertinentes a la construcción. Estas revisiones deberían coordinarse con los usuarios de los reglamentos y con la industria de la construcción.

La Consulta convino en que los reglamentos basados en el comportamiento exigirían la ideación de adecuados procedimientos de ensayo, así como una suficiente competencia técnica: de lo contrario, muchos países se verían forzados a basarse en reglamentos de tipo específico. A este respecto, se propuso que los oportunos organismos internacionales patrocinen la preparación de reglamentos modelo para su aplicación en los países en desarrollo con un nivel parecido de desarrollo técnico y social. Se instó, asimismo, a los organismos internacionales a que cooperaran con los gobiernos nacionales en la exploración de medios y arbitrios para reforzar la capacitación de personal en todas las fases de administración y aplicación de medidas reglamentarias.

Se manifestó un vivo interés por la recogida de datos estadísticos comparativos sobre pérdidas de bienes y vidas por causa de incendios de edificios de diversos tipos de construcción y en diferentes regiones. Se hizo observar que en los países con una larga tradición en la construcción de viviendas de madera donde existen tales datos, eran muy escasas las diferencias entre las primas de seguro para las construcciones de madera y las de otros materiales. Esta información debería obtenerse y aplicarse a la determinación de primas de seguro en los países en desarrollo. Se consideraron los méritos de un sistema para evaluar los materiales y métodos de construcción en relación con su empleo, con arreglo a las disposiciones de un reglamento de la construcción, haciéndose referencia a una conferencia sobre este tema, que se celebrará en 1972 bajo los auspicios conjuntos de tres organismos internacionales interesados por la normalización de los materiales de construcción. La Consulta se mostró asimismo favorable por la proyectada reunión de la Comisión Económica para Europa que se celebrará en Londres en 1973, sobre armonización de reglamentos de construcción.

Se examinaron detenidamente los problemas de diseño, producción y técnicas de erección para las casas o elementos de madera y su relación con los costos de las viviendas. Varios aspectos del diseño, entre ellos las urbanizaciones, los principios de planificación y los requisitos funcionales, fueron objeto de examen en relación con su efecto sobre el uso de la madera en la construcción. En las deliberaciones se pusieron de manifiesto las ventajas e inconvenientes de la prefabricación comparada con la erección a pie de obra, tanto de paneles hechos en fábrica como de materiales y componentes diversos. Sin embargo, se consideró que la adaptabilidad de la madera en relación con el diseño y los métodos de producción permite elegir entre una amplia variedad de técnicas adecuadas al nivel tecnológico y a las condiciones del mercado de un país determinado, y que van desde la construcción a pie de obra hasta la prefabricación completa. Se convino en que el camino de la industrialización exige la consecución de las siguientes metas consecutivas:

normalización de la madera aserrada y de los productos de las industrias de la madera;

desarrollo de la producción en masa de elementos de carpintería y elementos estructurales;

producción de paneles para tabiques, etc.;

producción de sistemas de casas completas.

Al referirse a los aspectos de costo, la Consulta se detuvo a considerar los de construcción y a establecer comparaciones entre el costo de casas construidas con madera o con materiales de origen inorgánico. Respecto de los costos de las viviendas en general, la Consulta tomó nota de que la fabricación de una vivienda de categoría aceptable es normalmente más cara en relación con el poder adquisitivo local en los países más pobres que en los más ricos, aun cuando las normas de aceptabilidad puedan ser menos exigentes en estos últimos.

Un aspecto sobresaliente que emergió de los debates fue una recomendación para facilitar la adopción de diseños de construcción bien concebidos y a la vez simples, mediante el establecimiento de un centro internacional de información técnica con referencia especial a la ayuda en el diseño para la ingeniería de la madera y las prácticas de construcción.

Si bien resultó evidente que gran parte de los prejuicios contra el uso de la madera en las viviendas radicaba en los efectos visibles de su empleo erróneo desde un punto de vista técnico, la Consulta reconoció que, aun cuando se subsanen tales errores técnicos, es necesaria una promoción activa para invertir la tendencia que se opone al uso de la madera y corregir las muchas creencias populares sin fundamento que todavía existen. Se recomendó que, como primer paso en tal programa de promoción, los gobiernos y los organismos internacionales deberían dar ellos mismos el ejemplo utilizando una proporción considerable de madera en las estructuras que construyan.

Varios delegados opinaron que un diálogo más activo entre los individuos de todos los sectores que participan en la producción y comercio de productos de la madera era un requisito previo necesario para una satisfactoria promoción. Dicho en otros términos, el criterio de los forestales debería ampliarse para dar cabida a un interés por el uso final de los productos de la madera, mientras que los arquitectos habrían de ofrecer la oportunidad de participar activamente en el potencial de los recursos forestales y en los procedimientos a que se ajusta la producción de elementos de madera.

En los debates sobre la coordinación de la investigación y perfeccionamientos futuros, resultó evidente que existen muchas organizaciones que contribuyen, o que son capaces de contribuir, a estos perfeccionamientos en el sector de la tecnología de la madera y de su aplicación a la construcción de viviendas. Se opinó que la actual situación compleja da lugar a una cierta confusión. Se manifestaron ciertas dudas en cuanto a que los servicios existentes sean tan bien conocidos como debieran serlo. Se convino en que existía la urgente necesidad de idear algún procedimiento para una asociación entre estas organizaciones, coordinando sus actividades y acelerando la velocidad con que pueden actuar. Se expresó el parecer de que el problema primordial no era el de proseguir las investigaciones, sino la necesidad de sistematizar, interpretar y divulgar el gran volumen de información con que ya se cuenta.

La Consulta quedó enterada de la necesidad de contar con procedimientos mediante los cuales las organizaciones internacionales pueden acelerar la adaptación de la tecnología existente para la construcción de casas de madera a las condiciones propias de los países en desarrollo. Por ejemplo, se opinó que un conocimiento de las características de las especies menos utilizadas, incluso aquellas que exigen tratamientos simples esenciales, pero económicos, era vital para su utilización eficaz. En consecuencia, se recomendó que las Naciones Unidas, en consulta con sus organismos especializados, examinara la manera en que podría constituirse una dependencia central que se ocupe de problemas concretos y facilite el empleo de la madera en la construcción de viviendas. Sus funciones serían facilitar la información, resolver problemas específicos, conseguir un enlace y cooperación y apoyar en la forma más aconsejable los programas de desarrollo en otras instituciones.

Durante el curso de las deliberaciones la importancia de la ayuda multilateral quedó reconocida y fue objeto de recomendación. La Consulta pidió una participación intensificada de las Naciones Unidas y de sus organismos especializados que contribuya a formular y llevar a la práctica políticas y proyectos gubernamentales. Se convino asimismo en que existen amplias oportunidades de acción financiada por programas bilaterales de ayuda.

Como su propio título lo indica, la Consulta se interesó por el empleo de la madera, aunque no por ello dejó de reconocer que muchos de sus resultados y propuestas serían igualmente aplicables a la construcción con otros materiales.

Si bien en las secciones de la Consulta figuraban temas concretos para los debates, fue inevitable, dada la amplia variedad de disciplinas abarcadas, que muchos problemas se debatieran en más de una sección. Esto condujo a una presentación de los resultados y recomendaciones que reflejaba la interdependencia de múltiples sectores. Por tal razón, y como ayuda para el lector interesado en aspectos particulares, se da el cuadro siguiente de remisiones y concordancias entre resultados, conclusiones y recomendaciones contenidos en los informes de las secciones técnicas.

Como estaba previsto, la variedad de disciplinas representadas por los participantes a todos los niveles de desarrollo económico y social brindó una oportunidad única de intercambiar opiniones basadas en la experiencia. Este intercambio se produjo no sólo durante las sesiones ordinarias, sino también en el curso de las actividades complementarias, tales como conferencias vespertinas, proyección de películas y diapositivas, conversaciones personales, visitas a las industrias, etc. Los participantes reconocieron la interdependencia de los diversos sectores de la industria de la vivienda y la necesidad de una coordinación más estrecha para resolver los problemas comunes. El consenso general de la Consulta fue que se había acelerado en modo notable un proceso de aprendizaje. El buen éxito de la Consulta dependerá sobre todo de la capacidad de los participantes de hacer llegar el mensaje de la misma hasta el plano nacional, lograr que las autoridades locales traduzcan las recomendaciones en un programa de acción adaptado a las necesidades locales y cuidar de que tal programa sea llevado a la práctica en modo sistemático.

INFORMES DE LA CONSULTA: CUADRO DE REFERENCIAS1

1 Las cifras del cuadro se refieren a los números de los párrafos de los informes. Las cifras en itálicas son las recomendaciones.

INFORMES DE LA CONSULTA: CUADRO DE REFERENCIAS1 (Conclusión)

1 Las cifras del cuadro se refieren a los números de los párrafos de los informes. Las cifras en itálicas son las recomendaciones.

COEFICIENTES DE CONVERSION DE PESOS Y MEDIDAS

LONGITUD

1

centímetro

=

0,3937

pulgada

1

pulgada

=

2,540

cm

1

metro

=

3,281

pies

1

pie

=

0,3048

m

1

metro

=

1,094

yardas

1

yarda

=

0,9144

m

1

kilometro

=

0,621

milla

1

milla

=

1,609

km

SUPERFICIE


1

cm2

=

0,155

pulgada cuadrada

1

pulgada cuadrada

=

6,452

cm2

1

m2

=

10,76

pies cuadrados

1

pie cuadrado

=

0,0929

m2

1

m2

=

1,19599

yarda cuadrada

1

yarda cuadrada

=

0,83613

m2

1

km2

=

0,3861

milla cuadrada

1

milla cuadrada

=

2,59

km2

1

hectárea

=

0,003861

milla cuadrada

1

milla cuadrada

=

259

ha

1

hectárea

=

2,471

acres

1

acre

=

0,4047

ha

VOLUMEN

1

cm3

=

0,061

pulgada cúbica

1

pulgada cúbica

=

16,39

cm3

1

m3

=

35,31

pies cúbicos

1

pie cúbico

=

0,02832

m3

1

litro

=

61

pulgadas cúbicas

1

pulgada cúbica

=

0,01639

litro

PESO

1

kilogramo

=

2,205

libras

1

libra

=

0,4536

kg

1

tonelada métrica

=

1,102

toneladas cortas

1

tonelada corta

=

0,9072

tonelada métrica

1

tonelada métrica

=

0,9842

tonelada larga

1

tonelada larga

=

1,016

tonelada métrica

1

tonelada métrica

=

19,684

cwt (de 112 libras)

1

cwt (de 112 libras)

=

0,0508

tonelada métrica

1

tonelada métrica

=

22,046

cwt (de 100 libras)

1

cwt (de 100 libras)

=

0,04536

tonelada métrica

1

tonelada métrica

=

10

quintales

1

quintal

=

0,1

tonelada métrica

PRESIÓN

1

kg por m2

=

0,2048

libra por pie cuadrado

1

libra por pie cuadrado

=

4,882

kg por m2

1

gramo por cm2

=

0,0142

1b por pulgada cuadrada

1

libra por pulgada

=

70,31

gramos por cm2

DENSIDAD

1

kg por m3

=

0,06243

1b por pie cúbico

1

libra por pie cúbico

=

16,02

kg por m3

OTRAS

1

m2/ha

=

4,356

pies cuadrados por acre

1

pie cuadrado por acre

=

0,2296

m2/ha

1

m3/ha

=

14,29

pies cúbicos por acre

1

pie cúbico por acre

=

0,07

m3/ha


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