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Libros

Ecological principles for economic development (Principios ecológicos para el desarrollo económico), por R.F. Dasmann, J.P. Milton y P.H. Freement. London, Wiley, 1973. 252 págs. 5,00 dólares EE.UU.

Se trata de un libro muy cuidado, que sustenta la opinión de que, con frecuencia, los proyectos de desarrollo bien intencionados, pero mal concebidos, han producido efectos secundarios que han reducido la productividad potencial de recursos naturales renovables y la calidad de la vida humana. Para los autores, los proyectos de desarrollo deberían ser puestos en tela de juicio en caso de no tener por objetivo la protección a largo plazo del medio ambiente y el mejoramiento de las condiciones generales de vida.

Es un excelente libro de texto para técnicos y para quienes tienen que tomar decisiones para planificar el desarrollo y no están familiarizados con los conceptos básicos de la ecología. También es de consulta útil para forestales, ya que en él se describen algunas de las interrelaciones ecológicas que son comunes en actividades no forestales, tales como el fomento de los recursos hídricos.

Los autores ponen de relieve que la conservación del medio ambiente y el desarrollo socioeconómico deben y pueden llevarse a cabo en armonía y no en contradicción. Con demasiada frecuencia los objetivos del desarrollo puramente económico ponen en un aprieto los resultados a corto plazo, comprometiendo los valores a largo término, cosa que los autores estiman innecesaria.

Se abarca una amplia gama de cuestiones de recursos - montes, pastos, turismo, agricultura, recursos hídricos y pesca sin que ningún concepto se estudie con gran detalle. No obstante, el libro demuestra la interdependencia crítica de estas actividades y que ciertos principios ecológicos son comunes a todas ellas.

La obra señala lo que cada vez se hace más evidente, especialmente para los que se ocupan del desarrollo internacional: que un proyecto con un único objetivo tendrá invariablemente múltiples resultados. Se dan diversos ejemplos que van desde las causas de fracaso de proyectos de cuencas fluviales a los más sutiles y complicados efectos secundarios de cambios vegetativos y pulverización de plaguicidas. En cada caso, los autores hacen seguir a los ejemplos negativos alternativas orientadas hacia la ecología, especificando los principios ecológicos que deberían observarse.

Pero el valor real de este libro es que los autores unen en un solo tratado un amplio debute de los conceptos ecológicos. Ellos subrayan la existencia de una disciplina ecológica que es tan pertinente a la producción agrícola como a la ordenación de la vida silvestre.

Los autores tienden a considerar la ordenación de los montes naturales en los trópicos como una oportunidad para la ecología aplicada, que generalmente no ha sido tomada en consideración. «La utilización forestal en los trópicos», observan, «ha sido tradicionalmente una operación de saqueo, que se ha ocupado poco de los futuros rendimientos.» Reconocen que las plantaciones intensamente explotadas pueden producir mayores rendimientos de madera, pero ponen de relieve que estos monocultivos son un empleo exclusivo de la tierra, es decir, la antítesis del concepto de «empleo múltiple», o de los principios ecológicos que son esenciales para el desarrollo global. Mantienen el punto de vista de que el costo completo en términos ecológicos de dichos aspectos con un único objetivo no ha sido realmente considerado en los análisis de costos/beneficios beneficios.. La raíz del problema, afirman, es que todavía no comprendemos cómo hay que ordenar los montes naturales para «hacer un uso completo del ecosistema forestal diversificado».

Esta es una cuestión complicada. Los forestales estarán de acuerdo, sin lugar a duda, en que hay necesidad critica de planes de ordenación para una más completa utilización de las diversas especies de los montes tropicales. No obstante, ¿es posible dadas las realidades económicas'? Algunos lectores no dudarán en opinar que el mercadeo y otras dificultades inherentes de carácter práctico son mucho mayores de lo que se argaye en el libro, aunque puede que concuerden con los principios ecológicos propuestos.

El capitulo sobre fomento de cuencas fluviales es uno de los más detallados del libro y demuestra cómo estas actividades pueden producir efectos posteriores generalizados y destructores. Al reconocer que el fomento de cuencas fluviales constituirá ciertamente una futura actividad importante en muchas zonas, especialmente en los países en desarrollo, los autores enumeran varios principios esenciales que deberían quedar incluidos en las fases de planificación, con objeto de evitar posteriormente daños considerables. Opinan que la economía y la ingeniería han sido tradicionalmente valoradas en exceso a costa de los factores sociales y ambientales.

Al examinar el turismo y los parques nacionales se tiene en cuenta la necesidad critica de una planificación adecuada para que los turistas no destruyan lo que vienen a ver.

La sección sobre agricultura está bien presentada y es constructiva. Ofrece diversos ejemplos negativos y positivos de la lucha contra las plagas y pone de relieve que aún existen muchos aspectos que no se comprenden con respecto a los efectos secundarios originados por las sustancias químicas. Se dan diversos ejemplos interesantes de la lucha contra las plagas orientadas ecológicamente.

Se hace observar que las tierras marginales no debieran explotarse de tal forma que pueda rebasarse su capacidad básica; en otras palabras, no «fomentarlas» para obtener ganancias a plazo corto. Servirán para concentrarse sobre un empleo más intensivo de las tierras de mejor calidad ya cultivadas.

El tratamiento detallado de los pastizales y de la ordenación de la vida silvestre establece comparaciones, con ejemplos acertados y erróneos del pensamiento ecológico, poniéndose de relieve algunos conceptos fundamentales de la ecología. Muchos agrónomos encontrarán que la insistencia sobre las posibilidades de utilización de la vida silvestre son considerablemente diferentes de su concepto usual. Los autores afirman que, en cualquier proyecto para el mejoramiento de pastizales, se deberá prestar especial atención a la vida silvestre, ya que los beneficios que se obtienen con ella pueden ser muy superiores a los que se consiguen con el ganado, especialmente en las tierras marginales. Están a favor de planes que utilicen tanto el ganado doméstico como la fauna silvestre. El principio que aplican es que el trabajar según los ciclos de la naturaleza puede ser más productivo que intentar cambios ecológicos radicales.

Se puede encontrar que algunas de las recomendaciones y opiniones de este libro son difíciles de aceptar, o más bien prever en términos prácticos, debido a las presiones sociales, económicas y políticas que tienen que afrontar generalmente los países menos desarrollados. No obstante, si se puede persuadir ¿I los rectores del desarrollo de que incluyan más pensamientos ecológicos en su planificación y que enfoquen su trabajo con un punto de vista más general de los objetivos, los autores habrán aportado una valiosa contribución a los objetivos primordiales del desarrollo, con frecuencia olvidados: una mejor vida para los seres humanos.

SAMUEL H. KUNKLE
Departamento de Montes, FAO, Roma


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