El autor trata de algunos de los aspectos prácticos y problemas que plantea la instalación de fábricas de pasta y papel en los países en desarrollo del trópico en comparación con los desarrollados de la zona templada. Llega a la conclusión de que en aquéllos, aunque las fábricas cuestan más y son más complejas, pueden ser rentables.
Simeón de Jesús
Simeón de Jesús, Gerente de Ingeniería de Proyectos, Wood Products International, Ltd., Hong Kong. Anteriormente, era Director Técnico de Paper Industries Corporation, Filipinas.
Es escasa la experiencia adquirida en la fabricación de pasta y papel con la madera de los bosques húmedos tropicales. Hata comienzos de los años sesenta estas maderas tenían escasas aplicaciones en las fábricas de pasta y papel. La principal materia prima consistía en fibras vegetales secundarias no leñosas, tales como las de bambú, paja de arroz, bagazo, etc. Ahora, gracias al progreso tecnológico en la pasta y el papel y al estímulo de la escasez mundial de papel, se ha despertado el interés general por el fomento y utilización de los recursos madereros inexplorados de los bosques húmedos en los países tropicales de América Central y del Sur, Africa y Asia meridional y sudoriental.
Cabe observar que la tecnología clásica de la fabricación de pasta y papel se originó en los países desarrollados, donde floreció la industria, y que, en los que ocupan la región de los bosques tropicales húmedos, esta industria está tratando de encontrar el rumbo improvisando a menudo técnicas para la utilización de las materias primas. A medida que se ha ido adquiriendo experiencia, las maderas tropicales han ido ganando mayor aceptación en el mercado mundial.
Como los bosques tropicales húmedos se encuentran en los países llamados subdesarrollados o en desarrollo al tratar de las causas determinantes de la instalación de una fábrica de pasta y papel, en el presente artículo no se hace ninguna distinción entre los factores atribuibles a las características de las maderas de los bosques tropicales y los debidos al subdesarrollo de la región. Se estudian cinco importantes factores que podrían influir en cualquier plan al proyectar la fabricación de pasta y papel con maderas de los bosques húmedos tropicales, a saber: la madera empleada como materia prima, la situación del mercado, las infraestructuras necesarias, el papel del gobierno y la mano de obra disponible.
Cuando se hace alusión al bosque tropical, viene inmediatamente a la imaginación el cuadro de una gran diversidad de especies de frondosas, de fibra corta en su mayoría. Estos bosques jamás se han caracterizado por la homogeneidad de sus especies. No es raro encontrar 3000 especies o más en uno solo de ellos.
Actualmente los bosques tropicales se explotan sobre todo con el fin de obtener trozas para la exportación y elaboración de productos primarios de la madera, tales como cuartones, tablones, chapas y madera terciada. No sería absolutamente aconsejable emplear las mejores trozas exportables o transformables en productos primarios en la fabricación de pasta y papel, ya que hay madera mucho más barata. Es más conveniente programar para la fabricación de pasta el empleo de aquellas maderas que actualmente no se utilizan porque no son comerciales o tienen defectos y de desechos y desperdicios tales como despuntes, copas y ramas grandes. En esta forma suele obtenerse alrededor de un 30% más de madera que en una corta comercial corriente.
La factibilidad económica de una operación que no sea un complejo integrado, o sea, que no agrupe la corta de madera primaria y secundaria, su elaboración y la fabricación de pasta y papel, es muy marginal en el trópico. Si sólo se corta madera para fabricar pasta y papel y no para exportar trozas y productos primarios, que son más lucrativos, los costos de construcción y mantenimiento de caminos serán relativamente más onerosos. El complejo integrado tiene la ventaja de elevar al máximo el rendimiento de los productos de la madera porque reduce la inversión global de capital, disminuye los costos de operación y los de inventarios, reduce al mínimo los de mantenimiento de la maquinaria y, en general, rebaja los gastos fijos. Ciertamente en los bosques naturales del trópico es difícil justificar desde un punto de vista económico la corta de madera con el exclusivo fin de producir pasta y papel.
Hay áreas del trópico donde se encuentran pinos autóctonos cuya madera es de fibra larga, pero no suelen cubrir grandes extensiones. Casi toda la madera es de fibra corta. Esto constituye una evidente limitación, a no ser que se emplee para la fabricación de papeles poco resistentes, ya que los de embalaje y los papeles industriales pesados, hechos exclusivamente con pasta de latifoliadas, tienen escasa aceptación en el mercado. Por esta razón, la mayoría de las fábricas importan pasta de fibra larga para mezclarla con la de latifoliadas, a no ser que su precio sea prohibitivo.
La heterogeneidad de estos bosques es otra característica que hay que evaluar de manera meticulosa. Probablemente, habría que gastar mucho en estudios de investigaciones previas sobre cada una de las principales maderas que se encuentran en estas áreas forestales, porque todavía es muy escasa la información que hay sobre su idoneidad para la fabricación de pasta y papel a partir de la mayoría de las maderas de orígenes tropicales.
Otro gran obstáculo es la escasez de información sobre los métodos de ordenación más apropiados, debido a falta de datos sobre el crecimiento de los bosques y de inventarios, si bien es cierto que esta deficiencia se está supliendo actualmente en muchos de los países del trópico.
Al considerar la instalación de una fábrica de pasta y papel en la región de los bosques tropicales es importante tener presente la determinación de los costos de la madera y de los desechos. Los de extracción y acarreo de los desechos, por ejemplo, exigen atento estudio, porque pueden resultar incluso más caros que los de las trozas de primera en una operación de corta corriente, sobre todo si no se emplean sistemas y equipos apropiados. También entra en el cuadro la cuestión de la determinación de los costos de los desechos. ¿Es preciso determinar por separado los costos de la madera y los de los desechos en una fábrica de pasta y papel? ¿Conviene mantener separadas la corta de trozas de primera y la de madera para pasta para vender ésta a la fábrica con ganancia? El sistema de determinación de los costos depende en gran medida del régimen de ordenación, pero conviene orientar las decisiones hacia el logro del rendimiento óptimo en todo el complejo.
A causa de los costos de la materia prima, de la heterogeneidad de las maderas y de la falta de información necesaria sobre la ordenación de estos bosques, la mayoría de los países tropicales tienen programas nacionales de plantación de especies de crecimiento rápido y, a veces, de fibra larga. Hay algunas latifoliadas que, en determinadas áreas, se pueden cortar de los 5 a 10 años, y pinos de fibra larga de los 15 a 20 años para la fabricación de pasta y papel. Son brillantes las perspectivas de las plantaciones comerciales. Sus obvias ventajas consisten en: (a) la formación de un bosque que produce un mayor volumen de fibras por unidad de superficie; (b) la homogeneidad de la materia prima de las fibras; (c) la posibilidad de producir madera cerca de la fábrica, con la consiguiente disminución de los gastos de transporte, y (d) la utilización de terrenos marginales, no sólo para producir madera para pasta, sino para evitar la erosión del suelo y proteger las hoyas hidrográficas, lo que es aún más importante. Se pueden hacer planes en un plazo relativamente corto (20 años probablemente) para la utilización de las maderas de los bosques tropicales naturales en la fabricación de pasta y papel, hasta que comiencen a producir regularmente las plantaciones.
El mercado es el segundo de los principales factores que conviene tomar en consideración en todo plan de instalación de fábricas de pasta y papel. En la mayoría de las regiones tropicales, en base a los estudios de factibilidad, se produce papel para el consumo interno principalmente a fin de ahorrar divisas, en muy pocos casos para la exportación exclusivamente y, en la mayoría para ambos fines.
En todo proyecto de fábrica de pasta y papel el fin principal es el ahorro de divisas. Para fomentarlo, los gobiernos, siguiendo una politice proteccionista, imponen gravámenes arancelarios a los productos importados que compiten con los nacionales e incentivan la inversión a través de exenciones tributarias, reducciones o del otorgamiento de créditos, facilidades, garantías financieras, etc. La politice de mercadeo se suele orientar primero hacia la satisfacción de la demanda interna, en la mayor medida posible, y hacia la exportación de los excedentes de producción, después.
El mercado interno suele ser el preferido para la mayoría de estos proyectos, pero también se aprovecha el externo. Este suele ser más difícil de mantener, porque los costos de producción y los fletes desde los países en desarrollo hasta los desarrollados son por lo general muy elevados. Cuando, después de satisfacer la demanda interna, queda un excedente de producción muy grande, es lógico proceder a la exportación, si bien, dadas las desventajas mencionadas, con toda probabilidad el principal objetivo perseguido será el de rebajar los costos fijos y recuperar por lo menos los costos de producción variables.
A estas alturas, quizá convenga hacer algunas observaciones sobre el estado actual de la industria de la pasta y el papel en un país en desarrollo. En primer lugar, cabe observar que el capital para inversión suele ser escaso en la mayoría de estos países, por lo que las fábricas de pasta y papel, con gran intensidad de capital, suelen ser pequeñas. Estos proyectos rara vez obtienen los beneficios de las economías de escala, no tienen la posibilidad de ser competitivos en el mercado mundial y, dentro del país probablemente fracasarían si no contaran con la protección del gobierno. Además, estas fábricas pequeñas no se orientan hacia el aumento de la capacidad, porque las mejoras y ampliaciones suelen ser difíciles a causa de la escasez de capital, asociado con todo plan de cambio. En razón de lo dicho, la insuficiencia de capital y la capacidad limitada de las fábricas, que hace subir los costos de producción, se traducen a las claras en una depresión del mercado interno. Es posible que sea éste, individualmente considerado, el factor que más desalienta a quienes podrían hacer inversiones en las regiones de los bosques tropicales húmedos.
Al estudiar los mercados potenciales de estos países suele tropezarse con una común y grave dificultad, a saber, la falta de estadísticas sistemáticas sobre la pasta y el papel y, como resulta difícil hacer una estimación suficientemente exacta del consumo y de la demanda, por lo general, se recurre a estudios indirectos en índices del mercado elaborados bien por el país o por organismos internacionales, tales como las Naciones Unidas, la FAO, el Banco Mundial, etc. Los datos sobre el producto nacional bruto, e interno, las tasas de aumento demográfico, el costo de la vida, el ingreso per cápita, etc., pueden dar una idea aproximada del mercado, si bien arbitraria a veces. Por otra parte, se da la posibilidad de emplear el método directo, haciendo entrevistas individuales a los importadores e industriales del país con objeto de obtener la información que sea necesaria.
Se reconoce que el mercado de la pasta y el papel en los países tropicales en desarrollo es limitado. Los productos papeleros que podrían colocarse fácilmente en el mercado en estas áreas pueden clasificarse como indispensables para el desarrollo de su economía. El papel de diario es el que tiene mayor demanda en muchos países, por razones políticas a veces; a continuación se sitúan los papeles industriales, entre los que figuran los de envolver, que pueden incluir los de bolsas y los de contenedores. En último lugar vienen las clases más corrientes de papel para escritura e impresión, que suelen producirse en el país. Cabe observar que los papeles más finos no suelen venderse a esta clase de mercados.
La mayoría de los inversionistas lamentan la falta de infraestructuras en los países donde se encuentran los bosques húmedos tropicales, porque es éste un factor que hace aumentar mucho las inversiones improductivas, ya que los gobiernos sólo suelen contribuir muy poco al desarrollo de la infraestructura. Los bosques inexplotados suelen encontrarse lejos de las áreas urbanas y, además, es muy poco lo que hacen los gobiernos por desarrollar la red de caminos en lugares tan apartados. Desde el punto de vista del beneficio social, en efecto, no se justificaría fácilmente que el gobierno construyera caminos a una empresa que fuera de carácter privado.
RECONOCIMIENTO DE UN BOSQUE TROPICAL; ya existe la tecnología para su utilización
La falta de caminos para llegar hasta las áreas forestales dificulta el transporte de los materiales y suministros hasta la base de operaciones. Es cierto que se pueden utilizar aquellas vías acuáticas por las que pueden navegar lanchones, balsas, etc., de suficiente calado y tonelaje, pero, en su ausencia, los inversionistas privados se ven obligados a construir caminos permanentes para vehículos pesados. Como en el trópico suelen paralizarse las operaciones en la época de las lluvias, hay que tener muy en cuenta la necesidad de construir caminos transitables todo el año, aunque sean más caros, ya que a la larga resultan más económicos.
En muchos países desarrollados la industria puede contar con energía hidroeléctrica barata, no así en los países en desarrollo del trópico. Esto significa una onerosa inversión en plantas eléctricas, factor clave de toda empresa manufacturera de pasta y papel en los países del trópico húmedo. Cabe observar también que la planta eléctrica no sólo debe satisfacer las necesidades de la fábrica, ya que hay que dejar un margen significativo para satisfacer las necesidades del personal, o sea, en sus casas y también en los servicios comunitarios.
Las casas son una necesidad lógica en toda empresa situada lejos de las áreas urbanas. El desarrollo y el crecimiento de la comunidad constituyen una responsabilidad moral de la compañía. Para que los buenos empleados permanezcan en el lugar, es preciso que se sientan satisfechos ellos y sus familias y por este motivo la comunidad deberá vivir por lo menos con las comodidades modernas más indispensables. La compañía no sólo debe contribuir al desarrollo de la comunidad proporcionando el alojamiento, sino también muchos otros servicios, tales como escuelas, hospitales y sitios de recreo y seguridad. Aunque los costos iniciales suelen ser elevados, la repercusión sobre el desarrollo social de un país rústico es mucho mayor de lo que se puede medir. No es fácil sobreestimar lo que significa para una empresa la estabilidad del personal, que se logra cuando éste se siente feliz con su familia en una comunidad apacible.
Esto compensa de sobra los problemas que acarrea la excesiva rotación del personal que suele observarse en las empresas que se encuentran alejadas de las comodidades de las ciudades modernas.
El apoyo del gobierno es un requisito indispensable en todo proyecto de la magnitud de un complejo manufacturero de pasta y papel. En los países en desarrollo del trópico en particular, el gobierno puede contribuir a crear un clima favorable a la operación rentable de una fábrica de pasta y papel: Aunque la principal preocupación del gobierno siempre será obtener de la instalación de la fábrica el máximo de ventajas sociales, tales como aumentar las oportunidades de empleo, utilizar los bosques vírgenes, crear nuevas oportunidades de desarrollo en un área subdesarrollada, etc., las utilidades de la compañía suelen ser en tal caso aún más remunerativas.
FIBRAS DE MADERA AUMENTADAS EN EL MICROSCOPIO; la tecnología ha contribuido a agrandar los bosques
Quizá la mejor manera de lograr el apoyo del gobierno consista en integrar el proyecto en un plan nacional. En algunos países se han creado organismos gubernamentales especiales para fomentar la instalación de industrias locales, que suelen ofrecer incentivos cuando se demuestra la posibilidad de obtener los beneficios de aumento del empleo, del consumo, del ahorro, de las entradas de divisas y de la mejor distribución de la riqueza. En otros términos, cuando los intereses de la industria privada coinciden con los objetivos del gobierno, cabe esperar más incentivos y apoyo.
Es enorme la influencia del gobierno en todo proyecto nuevo. Para la empresa es muy importante conocer bien la política y la actitud del gobierno y con las autoridades tratar con la debida discreción y tacto. Por lo general, hay que reconocer que las condiciones comerciales pueden cambiar mucho con la estabilidad política del país. Por ello, es comprensible que los capitalistas se muestren siempre reacios a hacer inversiones en áreas políticamente inestables.
Se sabe que los países en desarrollo del trópico tienen un alto índice de desocupación. Por consiguiente, la intensidad de la mano de obra se impone siempre que sea posible, incluso en industrias de gran intensidad de capital como es la de la pasta y el papel. Es preferible el trabajo manual al exceso de automatización. Aunque el trabajo manual suele traducirse en disminución de la productividad, el dar ocupación a un mayor número de personas compensa esta desventaja y los costos se contrapesan, porque los salarios suelen ser bajos, por lo general, en estos países. La política del gobierno suele obedecer a la exigencia social de dar más ocupación.
En estas regiones hay una desventaja más, que consiste en la falta de personal calificado y de técnicos para la industria, lo que hace necesario traerlos del exterior para poner y mantener en marcha las nuevas fábricas, hasta que se logra formar personal local capaz de sustituirlos. Esto, como es natural, hace aumentar los costos del proyecto.
Hemos tratado de señalar algunos factores de importancia, que son fundamentales para la instalación de una fábrica de pasta y papel, para emplear la madera de bosques tropicales húmedos.
Quizá a los países más desarrollados no se les planteen muchos de estos problemas. No se ha hecho alusión a otros factores clave que entran en estas evaluaciones, tales como, por ejemplo, el financiamiento, la estimación de los costos de producción, el análisis económico, etc., ya que, por lo general, no son diferentes a los de los países desarrollados.
La conclusión aparente es que los factores que determinan la instalación de una fábrica de pasta y papel en los países tropicales, hoy en día, suelen ser en muchos casos completamente diferentes de los que afectan a los países desarrollados.
Suele ser más complejo y caro instalar una fábrica de pasta y papel en el trópico, pero esto no excluye la posibilidad de que una empresa determinada sea rentable.
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