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Libros

No es fácil el empleo intensivo de mano de obra


Construcción de carreteras
Hojas comestibles en el bosque tropical
Bibliografía

Construcción de carreteras

Manual on the planning of labour-intensive road construction (Manual sobre planificación de la construcción de carreteras con mano de obra intensiva), por M. Allal y G.A. Edmonds, en colaboración con A.S. Bhalla. Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211, Ginebra 22, Suiza, 1977. 40 francos suizos, 253 págs. En rústica.

Al entrar en el despacho de Geoff Edmond en Ginebra, se ve inmediatamente un pequeño cartel blanco fijado en la pared, frente a su mesa, que reza así:

«Todo fenómeno socioeconómico que no pueda describirse claramente, sino con ayuda de una notación algebraica, ¡no merece ser descrito!»

El autor pone en práctica lo que indica el cartel, ya que este libro constituye un ejemplo de proposiciones claras y bien argumentadas sobre un tema de interés capital para el mundo en desarrollo. Cualquiera que haya visto alguna de las excelentes (y apropiadas) carreteras de tierra, construidas en Kenya según el programa de carreteras de acceso rural, se percatará también de que este equipo de la OIT tiene experiencia real en la aplicación de tecnología intermedia.

Los primeros dos capítulos del libro se refieren a la planificación y al diseño de carreteras. Indudablemente, en estas primeras etapas es donde con frecuencia «se traiciona» la posibilidad de que los métodos de uso intensivo de mano de obra sean económicos en el sentido convencional. Por ejemplo, a menudo cabe elegir una serie de rutas posibles entre A y B. Si se elige una ruta que evite el transporte de tierra por largos trayectos y otras actividades difíciles para el trabajo manual, los métodos basados en la mano de obra intensiva pueden ser frecuentemente competitivos en términos contables convencionales, y llegar a ser beneficiosos desde el punto de vista social.

En capítulos sucesivos, los autores se ocupan globalmente en los sectores clave de costos y productividad. Si dos hombres hacen el trabajo de uno, no se trata de tecnología intermedia, sino de simple ineficacia. Aunque el caso de los métodos que se basan en la mano de obra intensiva no descansa solamente en comparaciones de costos y eficacia, ciertamente se beneficiaría de la disponibilidad de datos más completos, así como de un análisis riguroso.

La segunda parte del libro se ocupa del planteamiento institucional como base para la evaluación de tecnologías. Después de tratar de diversas medidas fiscales y administrativas que pueden ayudar a crear un ambiente más favorable para las técnicas de mano de obra intensiva, los autores se refieren a problemas de organización y gestión que plantean las mayores fuerzas de trabajo relacionadas con las técnicas intermedias.

Los autores se refieren con razón a la «clara falta de capacitación» en este tipo de gestión, que debería considerarse parte integrante de las funciones de un departamento de obras públicas. Se necesitan cursos especiales, y éstos debieran estar directamente relacionados con los proyectos en los que tengan que trabajar después los estudiantes.

Un breve capítulo final subraya la grave limitación en la aplicación de técnicas intermedias, que resulta de la actitud de los ingenieros, quienes frecuentemente excluyen la elección de tecnologías apropiadas a su ambiente y problemas sociales propios. Se reprueba, con razón, la «actitud de una solución para un problema», y parece triste que en cursos dentro y fuera de los países en desarrollo se subraye tan raramente el reto que supone actuar eficazmente con métodos basados en la mano de obra intensiva (que son en realidad los más exigentes en términos de aptitud profesional).

Aunque el precio de este volumen (40 francos suizos) quizás parezca elevado, el libro representa ciertamente un paso importante en la estimación nacional y humana de las tecnologías de construcción de carreteras. Los ministerios, organismos de desarrollo y consultores debieran comprarlo - ¡y leerlo!

DEREK MILES
Appropriate Technology, Londres

Hojas comestibles en el bosque tropical

Edible leaves of the tropics (Hojas comestibles de los trópicos), por Franklin W. Martin y Ruth M. Ruberté. Instituto de Agricultura Tropical de Mayagüez, Apartado 70, Mayagüez, 00708 Puerto Rico, 1975. Publicado conjuntamente por la Agencia para el Desarrollo Internacional, Departamento de Estado, y el Servicio de Investigación Agrícola, Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos, págs. vii + 235, 56 figuras, 12 cuadros. Apéndice. Indice. 63 referencias seleccionadas.

Edible leaves of the tropics es un libro muy interesante y útil, pero también potencialmente peligroso.

Consultando el índice, tendremos una idea rápida del contenido. Después de un capítulo de introducción, el libro contiene:

· Principales hojas herbáceas verdes, comestibles, de los trópicos.
· Algunos frutos, hortalizas y plantas ornamentales, que dan también hojas comestibles.
· Malezas comunes con hojas verdes comestibles.
· Arboles tropicales con hojas verdes comestibles.
· Hojas tropicales como especias y té.
· Hojas verdes de zonas templadas en los trópicos.
· La lechuga en los trópicos.
· Hojas tropicales venenosas.
· Cultivos y cuidado de hortalizas de hojas verdes.

Se consideran las siguientes plantas dentro de una categoría de hierbas principales de hoja verde comestible: diversas especies de Amaranthus; espinaca de Nueva Zelandia; hojas de malanga (Colocasia y Xanthosoma); espinaca de Ceilán (Basella rubra); batata y knagkong (Ipomoea aquatica); berro (Nasturtium officinale); calabaza acanalada (Telfairia occidentalis); yuca (Manihot esculenta); diversas especies de Hibiscus; Talinum triangulare, y Corchorus olitorius. Incluidas asimismo en la lista de especies principales, lo que supondrá una sorpresa para muchos, encontramos el Sauropus androgynus, el katuk de la India y Malasia. Error significativo de este capítulo es la declaración de que «ciertas variedades de Amaranthus son violáceas a causa de la antocianina. Esto no es cierto: Amaranthus y la mayoría de los componentes del orden Centrospermos carecen de pigmentos de antocianina y, en cambio, contienen pigmentos alcaloides de betalaina (1).

En el capítulo sobre frutas, hortalizas y plantas ornamentales de hojas comestibles, el lector queda considerablemente insatisfecho sobre las posibles consecuencias de un exceso de experimentación después de la lectura del libro. Por ejemplo, en la página 37, a después de comprar zanahorias con sus hojas tiernas y comestibles, no hay razón que induzca a desechar tales hojas en favor de las raíces. Sin embargo, las hojas jóvenes causan dermatitis a las personas sensibles s. En la misma página, al hablar de la berenjena, a como ocurre frecuentemente, las hojas, que se utilizan rara vez pero que son perfectamente comestibles, son más nutritivas que los frutos... el vello fino de la hoja produce en muchos casos irritaciones D. En la página 39, se señala que las hojas jóvenes de Euphorbia purcherrima, vulgarmente Poinsettia, «no sólo son comestibles, sino muy nutritivas». Sin embargo, en el mismo párrafo se advierte que el látex es suficientemente cáustico como para quitar el vello del cuerpo, y que la recogida de las hojas puede producir dermatitis y, más aún, que, a causa de su carácter venenoso, la planta debe mantenerse alejada de los niños, que pueden masticarla. En la página 41, se expone una idea muy peligrosa con referencia al género Spondias. «Es sabido que muchas especies de Spondias tienen frutos comestibles y es probable que las hojas de todas las especies sean comestibles.» Aunque esto sea cierto, se trata de una afirmación harto imprudente, que puede tentar a realizar experimentos peligrosos.

El peligro de transferir la creencia en la comestibilidad de unas especies a otras, dentro del mismo género, deberá tenerse muy en cuenta por lo que a Solanum se refiere, aunque resulta bastante sorprendente que en el libro se señale que las hojas jóvenes, tanto de las patatas como del tabaco, son comestibles. Acerca de las hojas jóvenes del tabaco, el autor sugiere que «la cantidad normalmente empleada para un plato cocinado no debe ser perjudicial». Menos conocido, sin embargo, que el ejemplo del peligro de que se coman en cantidad las hojas de Solanum sería el género Phyllanthus (Euphorbiacae). En la página 41, se señala que dos especies de este género tienen frutos y hojas comestibles. Se trata de la grosella espinosa Otaheite (P. acidus) y también P. emblica. Sin embargo, Phyllanthus engleri Pax y P. reticulatus Poir, se incluyen en el valiosísimo libro de Verdcourt y Trump entre las plantas venenosas comunes de Africa oriental (2). Señalan el caso de un hombre que murió a las doce horas de ingerir tres hojas de Phyllanthus engleri. Por supuesto, la información suscita ciertas dudas.

El capítulo sobre malezas comunes con hojas verdes comestibles es fascinante. La primera pregunta que se planteará el lector es «¿cuándo una maleza no lo es?». El verdadero concepto de maleza proviene de la agricultura moderna, donde los cultivos se efectúan en lugares puros, y cualquier cosa de la zona ocupada por el cultivo en cuestión, que no se desee cultivar en el lugar, puede considerarse maleza. Pero, en una agricultura menos desarrollada, los cultivos mixtos constituyen la regla y las plantas pueden crecer más o menos a la ventura. Una planta silvestre que se haya sembrado por sí misma, pero que, sin embargo, se considere y evalúe como cultivo alimenticio, ¿es maleza o no lo es? Entre las plantas que estos autores consideran como malezas se encuentra la verdolaga, Portulaca oleracea. Evidentemente, esta planta se siembra y cultiva en algunos países, y ciertas variedades especiales han sido seleccionadas. Eso basta en cuanto a crítica detallada, aunque cabría continuar.

Lo que resulta muy valioso de este libro es la posibilidad de que pueda contribuir a hacer respetar el cultivo y la utilización continuadas de hortalizas indígenas, bien conocidas entre los habitantes de los países en desarrollo. El intento de sustituir la costumbre de comer Calaloo en las Indias Occidentales, o Dodo en Africa Oriental, por coles de pulpa blanca y de mucho menor valor nutritivo, puede producir problemas nutricionales agravados en ciertos países.

Llevamos ya aproximadamente diez años de acogida favorable a los agricultores de formación experimentada, en el sentido de adoptar actitudes más ilustradas hacia las hortalizas locales, y este libro es sintomático de esta tendencia. Por lo que se refiere a la seguridad, quizás el mejor consejo que pueda darse sea el mismo válido para las setas locales: averiguar lo que considere comestible la gente del lugar y, en particular, los más ancianos, que pueden estar más familiarizados con las dietas habituales, comprobar su valor nutritivo y animar a proseguir su producción y uso, si no existen contraindicaciones.

Se trata de un libro estimulante e importante, a pesar de ciertas inquietudes que pueda suscitar entre los lectores. Merece que lo lean gran número de agricultores, nutricionistas y planificadores del desarrollo. Ayudará a muchas personas a abrir los ojos hacia perspectivas de producción de alimentos que no hayan soñado jamás.

C.L.A. LEAKEY
Appropriate Technology, Londres

Bibliografía

1. MABRY, T.J. Pigment dichotomy and NDA-RNA hybridization data for Centrospermous families. En Evolution of centrospermous families. Mabry, T.M. y Dietmar Behnke, H. (Eds.) Springer-Verlag, Viena, Nueva York. 1976.

2. VERDCOURT, B. y TRUMP, E.C. Common poisonous plants of East Africa. Collins, Londres. 1969.

entre los cuadernos técnicos de la FAO...

esta serie presenta constantemente nuevos estudios que tratan de los problemas específicos de la silvicultura. Muchos de estos estudios se publican en español, inglés y francés. Se pueden solicitar, previo pago de los gastos de envío, a la Sección de Distribución y Ventas, FAO, Via delle Terme di Caracalla, 00100, Roma, o a los agentes de ventas autorizados y librerías que figuran en el interior de la contratapa.

ESTUDIOS FAO: MONTES


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