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Los recursos forestales del Japón

Mitsuma Matsui

MITSUMA MATSUI es Director General del Instituto de Investigaciones Forestales y Productos Forestales de Ushiku, Ibaraki. Este artículo es una versión resumida del que se publicó en febrero de 1980 en el Journal of forestry, Wáshington, D.C.

Los bosques cubren las dos terceras partes de la superficie territorial del Japón, y, en general, el crecimiento de los árboles se ve favorecido por el clima templado, la abundante lluvia y la fertilidad de los suelos. Durante siglos, los bosques han servido al pueblo japonés en muchas formas. Los turistas extranjeros se sorprenderán de descubrir cuán intenso y complejo es el aprovechamiento de las tierras forestales en el Japón. En el pasado, la ordenación concordaba bastante bien con las condiciones naturales y sociales, pero últimamente han surgido problemas, como la incompatibilidad entre los aprovechamientos de la tierra, y una merma del vigor de la industria forestal.

En algunos casos se emplea la regeneración natural para crear monte alto (de Pinus densiflora, por ejemplo), pero la diversidad de especies y la exuberancia del monte bajo hacen que la empresa resulte normal mente imposible. El método más corriente ha sido la plantación, después de una corta rasa, de plantitas criadas en vivero o de estaquillas.

La plantación de árboles para la producción maderera se remonta a más de tres siglos. A finales del siglo XIX, las técnicas tradicionales desarrolladas en dichas zonas estimularon mucho la plantación intensiva en otras partes del Japón. Pero fue después de la segunda guerra mundial cuando se ampliaron las plantaciones, que de hacerse más bien en extensiones limitadas pasaron a hacerse en gran escala en todo el ámbito nacional y en todo tipo de propiedad. Hoy día, mas de una tercera parte de las tierras boscosas del país son masas artificiales. Las especies más corrientes, por orden decreciente de superficie plantada, son sugi (Cryptomeria japonica D. Don), hinoki (Chamaecyparis obtusa Endl.), karamatsu (Larix leptolepsis Gordon), akamatsu (Pinus densiflora Sieb. et Zucc.), todomatsu (Abies sachalinensis Fr. Schmidt) y akaezomatsu (Picea glehnii Mast.).

EL DÍA DEL ARBOL, LOS JAPONESES SE DEDICAN GRATUITAMENTE A LA REFORESTACIÓN los árboles cubren dos tercios de las tierras: ejemplo de una conciencia de las riquezas forestales

En el cuadro se resumen las estadísticas de recursos forestales, actualizadas hasta el 31 de marzo de 1976. Los bosques cubren aproximadamente 25 millones de ha, es decir, el 67% de la superficie territorial del país. Pero la superficie plantada por habitante es de sólo 0,2 ha, frente a un promedio mundial de 1,2 ha. Los bosques del Estado representan el 31%, y los bosques de propiedad privada el 59%. Los bosques propiedad del Estado se hallan principalmente en los distritos montañosos remotos e incluyen gran número de bosques protegidos y parques nacionales.

Hace varios años, el Servicio Forestal se fijó como meta contar con 13 millones de ha de bosques artificiales en lugares capaces de producir por lo menos 5 m³ de madera por hectárea al año en plantaciones de densidad completa. El edafólogo I. Mashimo identificó (1973) una superficie forestal adecuada para plantaciones de 12,7 millones de ha en total. Se constató luego que unos 10 millones de ha no eran adecuadas para la corta a mata rasa y la ulterior plantación, debido a la mala calidad del lugar, pero ofrecían posibilidades de producir madera por regeneración natural. La superficie restante era bosque improductivo y bosque de bambú.

Alrededor de 9 millones de ha, o sea el 37% del total de bosques existentes, entran ya dentro de la categoría de bosques artificiales. Su composición por clases de edad de la masa refleja la tendencia histórica de las superficies plantadas anualmente. Las masas jóvenes, de menos de 25 años de edad, cubren el 80% de la superficie de bosques artificiales. Su distribución entre las cinco clases de edad más jóvenes tiene forma de pirámide. Las masas de 10 a 15 años de edad ocupan casi toda la superficie, debido al rápido aumento de las plantaciones registrado inmediatamente después de la guerra y a su gradual disminución después de alcanzar la cifra máxima de 415 000 ha en 1961. En los últimos años, la superficie plantada ha sido la mitad de la citada cifra máxima.

El total de existencias en crecimiento es de 2,2 millones de m³, o sea 87 m³/ha. En los bosques artificiales, principalmente de coníferas, el total de existencias en crecimiento es algo menor (85 m³/ha) que el de las masas naturales (96 m³/ha), que incluyen árboles de edad madura. La distribución por especies de las existencias en crecimiento de bosque artificial demuestra que el sugi ocupa una posición dominante (59%), seguido por el hinoki (20%), el akamatsu (9%) y el karamatsu (8%).

Durante el período 1953-1967 las extracciones anuales de existencias en crecimiento fluctuaron muy poco, entre 70 y 75 millones de m³. La proporción de madera industrial, en cambio, aumentó notablemente, pasando de dos terceras partes a nueve décimas partes del total de extracciones, a expensas de una disminución constante del empleo de madera para leña. Luego la producción maderera registró en total una tendencia descendente, y en 1975 disminuyó a menos de 45 millones de m³.

Resulta evidente que el nivel reciente de extracción es considerablemente inferior al incremento anual en todos los bosques: la mayor parte de las plantaciones son demasiado jóvenes para ser cortadas. De hecho, desde 1971 a 1976 las existencias en formación aumentaron en 107 millones de m³ (bosques artificiales: +133, bosques naturales -26). Como en esos cinco años las extracciones totalizaron 264 millones de m³, es fácil calcular que el incremento medio anual ha sido de 74 millones de m³, superando las extracciones en un 40%.

Este balance favorable se consiguió principalmente reduciendo rápidamente las cortas, lo que a su vez provocó un gran desequilibrio entre la demanda y la oferta de madera local. El consumo de madera en rollo ascendió a 118 millones de m³ en 1973, cifra que representa la punta máxima de una trayectoria ascendente iniciada a finales de los años cincuenta con unos 65 millones de m³. Debido a la desaceleración del crecimiento económico del Japón, el consumo reciente ha disminuido, llegando a unos 100 millones de m³. En cambio, la producción interna de madera ha manifestado una tendencia similar a la de las extracciones, bajando de 57 a 36 millones de m³ entre 1967 y 1976. Para hacer frente al déficit cada vez mayor de productos madereros, las importaciones de trozas de maderas elaboradas han aumentado notablemente, y en 1976 representaron el 65% del suministro total. Cerca de la mitad de las importaciones son frondosas tropicales, y la mayor parte del resto coníferas procedentes de los Estados Unidos y de la URSS.

En resumen, en el Japón la condición de las tierras productoras de madera ha mejorado en los últimos decenios, debido principalmente a la extensa conversión de las masas pobres de frondosas en plantaciones de coníferas. En el futuro, estas plantaciones permitirán ampliar considerablemente el suministro interno de maderas de coníferas, pero actualmente estas masas artificiales son demasiado jóvenes para contrarrestar la disminución del suministro procedente de las masas naturales. Además, las recientes tendencias desfavorables de los precios internos de la madera, junto con el fuerte aumento de los salarios forestales, han influido indudablemente en el deseo de los propietarios de vender su madera.

Superficie de bosque y existencias en formación en el Japón

Tipo de bosque

Superficie


 

Existencias en formación

Coníferas

Frondosas

Total

1000 ha

Porcentaje

Millones de m³

Bosque artificial

9377

37,1

788

10

798

Bosque natural

14437

57,2

426

959

1385

Otros tipos de bosque

1449

5,7

1

1

2


Total

25263

100

1215

970

2186

Fuente: Servicio Forestal (1978).


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