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Asistencia técnica: la silvicultura y el programa del punto cuatro

E.I. Kotok

E.I. Kotok era, cuando escribió este articulo, Subjefe encargado de la investigación del Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.

El número de Unasylva de octubre-diciembre de 1950 (vol. 4, N° 4) fue una edición especial dedicada al nuevo « Programa Ampliado de Asistencia Técnica,, de las Naciones Unidas. El empeño de la propia FAO en la asistencia técnica a los países en desarrolló comenzó en septiembre de 1950, sólo un mes antes de la aparición de dicho número, con la suscripción de acuerdos con Arabia Saudita, Birmania y Guatemala. La asistencia técnica se examinó por primera vez en la sede de las Naciones Unidas en 1946, durante el primer periodo de sesiones de la Asamblea General, en Lake Success. En una carta del 2 de diciembre, la delegación del Líbano propuso un tema denominado entonces « Asesoramiento técnico>, que fue aceptado y examinado por el Comité Mixto de los Comités Segundo y Tercero de la Asamblea General y luego aprobado por ésta mediante una resolución. El texto refería la cuestión al Consejo Económico y Social a fin de que éste examinara la « provisión de métodos efectivos y de medios para proporcionar, en cooperación con los organismos especializados, consejo técnico en los campos económico, social y cultural a las naciones miembros que desearan tal ayuda». El punto fundamental de la propuesta del Líbano era la necesidad de que los países políticamente independientes, pero sin los medios técnicos y económicos suficientes, obtuvieran ayuda « mediante la acción colectiva internacional, para evitar acuerdos bilaterales que pudieran poner en peligro su independencia políticas. En el año siguiente el Consejo Económico y Social celebró varias reuniones y aprobó una resolución en el que se recomendaba al Secretario General de las Naciones Unidas el « establecimiento de un mecanismo dentro de la Secretaria» y la colaboración con los organismos especializados para prestar asistencia a los Estados Miembros, ofreciéndoles información sobre personal calificado, instalaciones de investigación y otros recursos; preparar planes y programas destinados a esos Estados, y proporcionar asistencia para obtener los servicios de equipos de expertos que estudiaran problemas específicos y recomendaran soluciones. La estructura para la asistencia técnica se estableció pronto, pero el comienzo de las actividades fue muy lento debido a lo limitado de los medios con que contaban las Naciones Unidas, una organización todavía joven, con sólo 55 miembros, muchos de los cuales habían sufrido económica y físicamente los efectos de la guerra. Mientras tanto, en noviembre de 1948, el presidente Truman había ganado las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos, continuando en el cargo. El 20 de noviembre de 1949, lanzó la idea del Punto Cuatro en su discurso inaugural. « Hace no mucho» decía un articulo escrito por la secretaria de la FAO, titulado « La FAO y la asistencia técnica" y publicado en el número especial de Unasylva, « el Punto Cuatro no era un programa sino un estado de ánimo. Ahora sus propuestas comienzan a transformarse en planes prácticos».

· El Programa del Punto Cuatro, anunciado por el presidente Truman en su discurso inaugural, ha tenido una gran repercusión en los Estados Unidos de América. Este Programa es, en realidad, una medida para establecer, por medio de procedimientos pacíficos, una base económica moderna que abarca la mayor superficie geográfica posible. Su principal empeño, que es el de movilizar los métodos técnicos y capitales de los países más avanzados hacia las regiones del mundo insuficientemente desarrolladas, tiene una significación especial para los profesionales de los Estados Unidos. Jamás en la historia de este país había existido un interés tan marcado en los problemas mundiales. La última guerra y las exigencias que se han derivado de ella, han creado evidentemente las razones de este interés.

Mientras se discutía el Programa del Punto Cuatro, la Secretaria de Estado organizó reuniones de muchos grupos de hombres de ciencia, para determinar su alcance y la manera de llevarlo a cabo. Un gran número de ingenieros forestales americanos asistieron a esas reuniones y señalaron varias actividades silvícolas que podían incluirse en dicho Programa. Ha sido una circunstancia afortunada la de que, durante la última década, los silvicultores americanos hayan estado en condiciones de observar y comprender, mejor que en cualquier época anterior, los problemas mundiales de la silvicultura. Gracias a ello, pudieron recomendar con simpatía y comprensión que se diese a la silvicultura la importancia que debía corresponderle dentro del programa.

Otro factor que ha influido mucho para que se acepten los puntos de vista de los silvicultores surgió dentro del desarrollo del Plan Marshall y el programa de la ECA (Administración de la Cooperación Económica), derivado de dicho Plan. Tanto en América como en Europa, los funcionarios encargados de la formulación de políticas y planes para estos programas, que se refieren principalmente a los problemas económicos de Europa central, se extrañaron al comprender que la silvicultura no es un lujo sino una necesidad. Para los norteamericanos que, dirigidos por algunos de nuestros industriales más notables, tomaban parte activa en el programa de la ECA, este hecho fue la revelación de un nuevo concepto de la importancia de la silvicultura. Sus repercusiones se hicieron sentir hasta en la política forestal de los Estados Unidos, que hemos estado formulando con relativa lentitud.

El hecho que deseo subrayar es el de que los silvicultores norteamericanos no solamente se han interesado en el Programa del Punto Cuatro, sino que han tenido la oportunidad de intervenir en su elaboración, por lo menos, en su forma preliminar.

PLANTAS RESISTENTES A LA SEQUÍA EN IRAN en su origen, la asistencia de la FAO

Otro factor que también ha ejercido influencia en la opinión norteamericana en lo que respecta a las perspectivas de la silvicultura, es la comprobación directa de los beneficios obtenidos por los fondos que poseen bosques industrializados y administrados debidamente, tanto en Europa como en ciertas partes de los Estados Unidos. Nuestros técnicos pudieron también apreciar las consecuencias de la mala administración y de la explotación excesiva de los bosques, los efectos que éstas producen en las zonas rurales y su secuela inevitable de inundaciones destructoras y desolación. Hemos notado estos efectos, tanto en los Estados Unidos como en muchos otros lugares del mundo.

Fue fácil, por consiguiente, para nosotros darnos cuenta del papel importante que corresponde a la silvicultura en e; Programa del Punto Cuatro, y por esto es que esperamos que nada se interponga para alcanzar este objetivo.

El asunto que en la actualidad merece atención especial es determinar la forma en que dicho programa puede ejecutarse real y efectivamente. Ninguna de las personas que han estudiado este problema ha tomado en consideración la falta de habilidad técnica que pudiera existir en las regiones poco desarrolladas del mundo. Por otra parte, debemos asumir que se podrá disponer de fondos suficientes, cuando los planes respectivos sean presentados a los gobiernos y a las organizaciones internacionales correspondientes.

CUARENTA AÑOS DE ASISTENCIA TECNICA se recogen los frutos

El papel de la FAO

Se ha puesto de manifiesto una circunstancia feliz derivada del apoyo que dio Franklin Delano Roosevelt a la idea de establecer una Organización para la Agricultura y la Alimentación. Es conveniente leer de nuevo la Constitución que creó este organismo. A pesar de su escaso presupuesto, la FAO es una organización internacional que en sólo cinco años ha conseguido reunir a técnicos en agricultura, pesquería y silvicultura de todas partes del mundo, para trabajar conjuntamente. Por medio de su reducido personal, ha sido capaz de obtener un conocimiento real de los problemas inherentes a tales actividades, establecer relaciones con gobiernos y técnicos, y reunir un conjunto de datos cuya utilidad se aprecia más cada día.

La Dirección de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO ha aprovechado muy bien estos cinco años. El trabajo que ha realizado para los gobiernos de los países insuficientemente desarrollados le ha proporcionado una rica experiencia para tratar de los problemas que éstos confrontan, así como obtener especialistas o expertos de los distintos países y asignarlos a las diferentes misiones. Por esta razón, en lo que a silvicultura se refiere, es indudable que la FAO, con tan buena experiencia, podría ser un organismo internacional muy importante para el Programa del Punto Cuatro.

A los que hemos asistido a las reuniones de la Conferencia de la FAO, tomando parte en varias de sus actividades e intervenido en las discusiones de sus programas, nos ha extrañado que las solicitudes que hacen los gobiernos para que la Organización verifique determinados trabajos, demanden un costo que está muy por encima de la capacidad financiera de ésta. Las peticiones recibidas por la Dirección de Silvicultura, especialmente de los países insuficientemente desarrollados, con el objeto de desarrollar nuevas actividades o ampliar las existentes, han sido considerables y gravosas. Los fondos que se asignen dentro del Programa del Punto Cuatro podrían, en consecuencia, servir para satisfacer ventajosamente estas necesidades.

Desarrollo a largo plazo

Es, sin embargo, posible que se presenten ciertas dificultades que conviene tener en cuenta. No existe remedio fácil y de efectos inmediatos contra el atraso ni procedimientos rápidos para la rehabilitación repentina de tierras aptas para la silvicultura, de las cuales se ha abusado. El desarrollo de los distintos programas requiere tiempo. Algunas inversiones de capital tendrán que recibir sus utilidades con retardo. En cambio, la población nativa podrá disfrutar de ingresos temporales y, a la larga, la producción de los cultivos agrícolas y de los bosques, con sus industrias afines integradas, traerá prosperidad a muchas personas y constituirá una fuente de riqueza para uso interno y externo.

El Programa del Punto Cuatro no puede depender simplemente de buenos propósitos. Muchos de los países más ricos han indicado ya la forma en que contribuirán para este trabajo. Corresponde ahora a los países que necesitan ayuda dentro de este plan formular sus programas y someterlos a la consideración de los organismos internacionales correspondientes.

Para muchas regiones, las actividades forestales consideradas en el Programa pueden ser el punto de partida para estimular el progreso industrial.

No se debe olvidar, sin embargo, que los recursos forestales de que se dispone en el mundo nunca han sido suficientes para abastecer, dentro de ninguna economía de expansión, a la población mundial, que crece continuamente. El mundo necesita bosques productivos para satisfacer la inagotable demanda de productos forestales.


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