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Industria y agrosilvicultura

J.L. Whitmore y B. Burwell

J.L. Whitmore forma parte del personal internacional del Servicio Forestal del Departamento de Wáshington, D.C., y es Coordinador del Grupo de Trabajo de la IUFRO sobre Silvicultura de las Plantaciones Forestales en América Tropical. Bruce Burwel es consultor independiente establecido en Seattle y ha trabajado en varios países de Asia, Africa y América Latina.

UN PROYECTO REALIZADO CON EXITO EN FILIPINAS la industria y la agrosilvicultura pueden armonizarse

A medida que aumenta la densidad demográfica, es preciso recurrir a las técnicas de uso múltiple de la tierra para aumentar su rendimiento. Uno de los instrumentos más prometedores para obtener una producción máxima se denomina con la expresión genérica de «agrosilvicultura». Durante miles de años, los agricultores han combinado los árboles con los cultivos o la ganadería. Hace más de 100 años se ensayó esa técnica para obtener productos forestales y alimentos en Birmania. Ello dio lugar a una mejora de las prácticas agrosilvícolas en otros países. A medida que la agrosilvicultura continúe desarrollándose como ciencia aplicada, encontrará cada vez más campos nuevos. Aunque parezca sorprendente, uno de ellos es la combinación de la agricultura y la silvicultura industrial.

Tres niveles en la agrosilvicultura

Las técnicas relacionadas con la agrosilvicultura se aplican generalmente a tres niveles. El primer nivel, y el que actualmente recibe más atención en el plano internacional, es el de la agrosilvicultura practicada por pequeños agricultores para satisfacer las necesidades de la familia o de la aldea. Puede tratarse simplemente de uno o dos eucaliptos plantados en un huerto y dedicados exclusivamente a cubrir parte de las necesidades de leña de la familia, o ser una media hectárea de Leucaena, algunas de las cuales se cortan cuando un vecino desea comprar leña o cambiarla por otro producto. Un sistema relativamente seguro de tenencia de las tierras y los árboles es uno de los mejores incentivos para promover este tipo de agrosilvicultura.

El segundo nivel de la agrosilvicultura es el que promueven las autoridades locales, normalmente a una escala bastante grande. Un sistema típico es el denominado taungya, en sus diversas modalidades, que ofrece a la población rural incentivos para plantar árboles en combinación con otros cultivos, y a cuidarlos. Al cabo de dos a cuatro años, cuando los árboles están bien arraigados y los cultivos deben suspenderse por la competencia de las malezas, el agotamiento de los nutrientes del suelo y la sombra de los árboles, la población se desplaza a nuevos terrenos y se deja la tierra en barbecho. Lo ideal es que el periodo de barbecho dure hasta que los árboles estén en un punto óptimo de madurez. Entonces se cortan y comienza un nuevo ciclo del sistema taungya. La tierra y los árboles pueden ser ambos de propiedad de las personas que realizan el trabajo, pero en general no lo son. La estabilidad en la tenencia de los árboles y de la tierra está asegurada por el gobierno local.

Este nivel de agrosilvicultura fracasará cuando los incentivos sean insuficientes o cuando la densidad demográfica sea demasiado baja o demasiado alta. Cuando sea demasiado baja los agricultores tendrán tierras libres suficientes para mantenerse sin un sistema administrado oficialmente por el gobierno. Cuando sea demasiado alta, los períodos de barbecho deberán ser demasiado breves para que la tierra se recupere y los árboles alcancen un tamaño comercial óptimo.

El tercer nivel de la agrosilvicultura ha recibido muy poca atención en las publicaciones, pero su técnica es muy prometedora. Consiste en actividades en gran escala, normalmente a cargo del sector privado. Su finalidad es obtener rendimientos (beneficios) máximos a escala industrial, produciendo madera en combinación con cultivos o ganadería en una determinada parcela de tierra. Puede estar o no orientado en beneficio de las poblaciones rurales. Normalmente re quiere sistemas de tenencia segura de la tierra, mediante la propiedad directa de ésta por una gran compañía o mediante la concesión o el arrendamiento a largo plazo. Sin embargo, puede tener éxito también cuando la tenencia corresponde a pequeños propietarios. Este nivel de la agrosilvicultura es perfectamente aplicable a las zonas templadas, así como a las tropicales. De hecho, se ha propuesto una forma de agrosilvicultura para los bosques de pinos del sur de los Estados Unidos (Woods y Ostermeier, 1985; Hunter, Smith y Kronrad, 1984; Byrd, Lewis y Pearson, 1984). Más adelante se indicarán otros ejemplos de zonas templadas.

Este nivel industrial de la agrosilvicultura puede hacer que la reforestación en gran escala sea mucho más viable en términos económicos. Una compañía maderera puede a menudo amortizar los costos de reforestación en un plazo de dos a cinco años produciendo maíz, sorgo u otros cultivos entre los nuevos árboles plantados, en vez de hacer frente al costo de los intereses durante todo el ciclo. Con ese sistema pueden ser económicamente viables el uso de las mejores tierras, la aplicación de fertilizantes a los árboles, la explotación mecanizada y los períodos de rotación más cortos. Los gastos de establecimiento (especialmente el pago de los intereses correspondientes) se reducen al mínimo; los gastos de mantenimiento de los terrenos disminuyen considerablemente, y la productividad de la tierra se eleva al máximo.

La mayoría de los agricultores acamparon en el lugar para atender a los cultivos. Actuaron también como guardianes para impedir que entraran en la zona animales sueltos.

Pueden aplicarse diversas variantes. Si hay agricultores locales subempleados o escasean las tierras, una cooperativa contribuiría a satisfacer las necesidades de la población rural y a obtener productos forestales en gran escala. Esa empresa utilizaría mano de obra local mediante diversos incentivos, en vez de usar técnicas mecanizadas para ahorrar mano de obra. Si la población local cría animales, la producción de forrajes puede ser una parte de la operación. Si las modalidades de propiedad de la tierra se caracterizan por explotaciones pequeñas e improductivas y la compañía interesada en la producción de madera tiene pocas tierras o ninguna, puede ser interesante para ella y para los pequeños propietarios colaborar en la producción de madera, alimentos y combustible que una y otros necesitan.

En un reciente artículo de Vergara sobre la agrosilvicultura (1985), se llegaba a la conclusión de que, como las empresas industriales dedicadas a la explotación forestal en los países en desarrollo hacen poco para satisfacer las necesidades de las poblaciones rurales «la práctica de la silvicultura debe pasar del nivel industrial al de la aldea o la comunidad». Es indudable que las actividades de silvicultura industrial en los países en desarrollo han prescindido a menudo de las necesidades de las poblaciones que viven en los bosques o en sus inmediaciones. Con frecuencia, el fracaso de esos proyectos se ha debido a que la población no ha participado; difícilmente puede esperarse que cooperen los que se consideran marginados, ignorados, olvidados o explotados.

La conversión de la silvicultura industrial a la basada en las aldeas o comunidades puede muy bien ser la mejor opción en algunas situaciones, pero es preciso considerar otras. En efecto, algunas grandes empresas industriales han modificado su criterio usando la agrosilvicultura industrial como técnica para asociarse con las poblaciones rurales. Otras compañías han empleado las técnicas de la agrosilvicultura industrial independientemente, quizás mediante algún acuerdo con las poblaciones locales, pero sin su participación directa. En una gran variedad de situaciones socioeconómicas, la agrosilvicultura industrial presenta una oportunidad para que una empresa contribuya de modo importante a las necesidades de la población rural, y al mismo tiempo se beneficie de la producción industrial.

Ejemplos de agrosilvicultura industrial

Crecex-Chile Es frecuente la idea de que la agrosilvicultura no se practica en las zonas templadas, quizás porque éstan son sobre todo de monocultivo que puede mecanizarse en muchos casos. Sin embargo, ha habido, y en algunos países todavía hay, ejemplos de prácticas de agrosilvicultura en climas templados. De hecho, la agrosilvicultura industrial puede efectuarse en los climas templados tan bien como en los tropicales, o incluso mejor.

Ejemplo de ello es un sistema usado en Chile en 1981 en la plantación forestal de El Tollo, de la Crecex-Georgia Pacific Ltd, situada en la cadena costera del sur de Chile cerca de Quirihue. El sistema presenta una forma tradicional y tiene probablemente su origen en las prácticas de corta y quema.

En la plantación forestal de El Tollo se taló un rodal de pino de Monterrey (Pinus radiata) de 20 a 22 años con una superficie de unas 300 hectáreas. Se encontraron agricultores locales interesados en sembrar trigo en la zona talada. Esos agricultores ayudaron en la quema de la broza y los residuos y eligieron parcelas individuales en la zona de las 300 ha. Araron las parcelas con bueyes y al mismo tiempo quemaron los residuos que habían quedado de la quema inicial. Las piezas grandes se colocaron en posición perpendicular a la pendiente para facilitar la arada; ello contribuyó también a reducir la erosión del suelo. Luego se sembró trigo y se colocaron plantines de pino de Monterrey tomados del vivero de la explotación, dejando entre ellos unos espacios de 2 x 2 m. La mayoría de los agricultores acamparon en el lugar para atender a los cultivos. Actuaron también como guardianes para impedir que entraran en la zona animales sueltos. El trigo se cosechó a mano en el otoño, y se dejó que los plantines continuaran creciendo. Aunque este sistema se empleó sólo en una campaña, podría haber continuado una segunda y quizás una tercera. Sin embargo, la compañía interrumpió la actividad en ese terreno y los proyectos de plantación en otros lugares debido al empeoramiento de la situación del mercado.

La compañía suministra material clonal de plantación y asesora a los agricultores sobre la cantidad de rupias que pueden obtenerse al año con las combinaciones de cultivos y árboles.

El sistema tiene muchas ventajas. Los agricultores consideran que responde a sus posibilidades (tecnología apropiada); debido al gran rendimiento del trigo en tierras que han estado en barbecho durante 20 años, están muy interesados en participar. Para la empresa forestal industrial, tiene no sólo la ventaja de la mano de obra gratuita sino también de la protección, que probablemente sólo podría tenerse con unos gastos mayores. Además, hay una relación más estrecha entre los agricultores locales y la empresa plantadora que «colabora en sus cultivos». Una posible ventaja final del sistema es que representa un buen uso de la tierra, pues no sólo es un medio de reforestación, sino que también contribuye a aumentar los ingresos de la población local y la producción de alimentos.

El único inconveniente que podría alegarse es la competencia del trigo y de los plantines para obtener los nutrientes y la humedad del suelo. Sin embargo, en una zona como El Tollo, con más de 1800 mm de precipitaciones al año y una tierra que ha estado en barbecho durante 20 años, ese inconveniente debe ser mínimo.

WIMCO-India WIMCO Ltd actúa también en una zona templada, en diversos lugares de Uttar Pradesh y otras regiones del norte de la India. La compañía cultiva álamos de crecimiento rápido como materia prima para sus instalaciones que producen cerillas, chapa, pasta y papel, combustible, madera aserrada, lápices, artículos para embalaje, material para carpintería y muebles ligeros. Colaborando con agricultores de los grupos de ingresos bajos y medios durante unos 10 años, WIMCO ha incitado a los propietarios a plantar álamos en combinación con trigo, lentejas, caña de azúcar, patatas y una gran variedad de otros cultivos. Cuando los árboles maduran (octavo año), WIMCO se los compra a los agricultores al precio de mercado o a uno fijado de antemano (el mayor de los dos). Mediante un programa de extensión, la compañía suministra material clonal de plantación y asesora a los agricultores sobre la cantidad de rupias que pueden obtenerse al año con las distintas combinaciones de cultivos y árboles. Hay visitas periódicas de especialistas que ofrecen asesoramiento sobre plantación y mantenimiento adecuado de las plantaciones. WIMCO procede también a una mejora permanente de los árboles introduciendo continuamente nuevas variedades o procedencias para su ensayo. Se realiza una selección genérica para obtener árboles de poca copa y hojas de caída temprana, a fin de que la luz del sol llegue a los cultivos. Ese tipo de colaboración con los propietarios locales ha creado un estado de opinión muy favorable a la compañía y ha aumentado considerablemente el nivel de ingresos de los agricultores locales.

PICOP-Filipinas En la isla tropical de Mindanao, la Paper Industries Corporation of the Philippines (PICOP), además de explotar sus propias tierras, ha concertado con unos 5300 agricultores la plantación de 20000 ha de Albizia falcataria. PICOP facilita los plantines a precio de costo, que se paga en el momento de la corta, y ofrece asesoramiento técnico. La compañía garantiza la compra de toda la madera producida a precios competitivos en el momento de la corta.

Una compañía maderera puede a menudo amortizar los costos de reforestación en un plazo de 2 a 5 años produciendo maíz, sorgo u otros cultivos entre los nuevos árboles plantados.

Este plan tan poco habitual se extiende hasta 100 km de la fábrica. Los agricultores necesitan tierras para sus cultivos y la compañía se las ofrece mediante un sistema de concesión, a razón de 10 parcelas por familia. Cada año se planta una parcela y se tala otra, con un periodo de rotación de nueve años. La décima parcela se dedica a la producción de cultivos alimentarios para la familia. Cada una de las diez parcelas se cultivan en rotación- con árboles y luego con cultivos alimentarios - cada diez años. La opción es plantar cultivos alimentarios entre los árboles durante el primer año de la rotación. La madera obtenido se dedica a pasta mecánica y termo-mecánica.

Jari-Brasil En la cuenca amazónica, menos de 1 grado al sur del ecuador, la Jari Florestal e Celulosa Company tiene en marcha una gran empresa de plantación de árboles-agricultura-fábrica de pasta. La zona, en la que las precipitaciones son de 2200 mm al año, está a 250 m por encima del nivel del mar en su punto más elevado, y originalmente tenía un bosque alto de latifoliadas tropicales y muy poca población. El primer paso de la operación es la tala de la madera comercializable del bosque natural. La mayoría de los árboles restantes se usan como combustible en la fábrica. Luego se procede a la quema de la broza y residuos y se plantan Gmelina arborea, Eucalyptus deglupta, E. urophylla o Pinus caribaea var. hondurensis, según las propiedades del suelo. Este es un ejemplo raro de corta del bosque natural para plantar árboles, práctica que no se recomienda, dadas las grandes superficies de tierra deforestada ya disponible.

En Jari se ha producido o se producen diversos cultivos alimentarios, junto con las plantaciones de esas cuatro especies arbóreas. En las zonas arenosas dedicadas a los pinos se han plantado especies herbáceas o yuca. En suelos arcillosos sedimentarios se han cultivado maíz y frijoles, junto con Gmelina y eucaliptos. En suelos arcillosos sedimentarios se han cultivado maíz, frijoles y yuca entre Gmelina. Las especies herbáceas (que cubren unas 20000 ha) se destinan a apacentar unas 6000 cabezas de ganado vacuno, y con la yuca y el maíz se alimenta una piara de ganado porcino de la compañía, que varia de 1000 a 4000 animales. El rendimiento del maíz es de unos 500 kg/ha, sin fertilizantes.

Como la compañía actúa en una zona poco poblada y necesita mucha mano de obra, es preciso trasladar trabajadores de otras regiones. Ello requiere un suministro de alimentos, del que se encarga en gran parte la propia compañía. La agrosilvicultura en gran escala es la técnica empleada por Jari para conservar su fuerza de trabajo. Ello puede o no reducir los costos de mantenimiento de las grandes plantaciones de árboles de la compañía, según los suelos y el número de cabezas de ganado por hectárea (demasiadas perjudican a los árboles, y demasiado pocas permiten un mayor crecimiento de las malezas), pero sin duda favorece un uso más eficiente de la tierra.

Celulosa Argentina-Argentina Celulosa Argentina viene dedicándose a la plantación de árboles en la provincia de Misiones desde hace muchos años, sobre todo Pinus taeda y P. elliottii. En algunas de esas plantaciones la compañía ha practicado la agricultura mecanizada, intercalando los plantines de pino con maíz y otros cultivos durante los primeros años de la rotación. El terreno es bastante llano y los suelos aluviales son excelentes para la actividad agrícola y para la silvicultura en esa zona templada. Cozzo (1982) ha descrito con cierto detalle las ventajas e inconvenientes de las técnicas silvícolas necesarias.

La Fosforera-Chile La compañía conocida en Chile como La Fosforera (Compañía Chilena de Fósforos) produce cerillas, madera de construcción y otros productos de madera. Como fuente de materia prima, tiene plantaciones de álamos. Esas plantaciones están situadas en excelentes terrenos agrícolas, y en ellas se usan los fertilizantes y el riego para promover el crecimiento. Los árboles se combinan con el ganado vacuno, que pace durante la rotación y se alimenta del follaje después de la corta. Como WIMCO en India, La Fosforera está asociada con la compañía transnacional Swedish Match Corporation y usa sus conexiones mundiales para la mejora de los árboles. Se introducen de todo el mundo nuevas variedades de álamos para mejorar la producción o para desarrollar características que se consideran deseables. En un articulo de Ragonese y Giocchini (1981) se describen esfuerzos similares realizados por varias compañías argentinas para combinar las plantaciones de álamos con la producción pecuaria.

Ion Exchange-India La agrosilvicultura es la principal actividad de loo Exchange (India) Ltd, que puede describirse como una operación integrada de agrosilvicultura. Su finalidad era reducir el desempleo plantando en terrenos degradados árboles que reducen la erosión y mejoran las propiedades hidrológicas y el rendimiento agrícola, además de producir materias primas. Esas materias primas se destinan a forrajes, combustibles y postes, y generan tareas como apicultura, sericultura, cunicultura, producción de setas, lombrices y peces, así como otras muchas actividades comerciales. La compañía es nueva y hasta ahora se ha concentrado sobre todo en la investigación para hacer posibles todas esas actividades. Resultado de esa investigación es la publicación reciente de un articulo de Ranganathan (1984).

El sistema es nuevo y puede abrir el camino a actividades similares en otros países. Si funciona en las zonas cálidas y templadas de la India, puede ofrecer posibilidades en otras zonas similares. Prescindiendo del éxito o del fracaso de esa joven compañía, las técnicas propuestas deberían examinarse atentamente.

Fiat Lux-Brasil En la tierras de la empresa Fiat Lux en Imbituva, Paraná, en la zona templada, se inició un experimento destinado a ensayar el uso de las plantaciones de Pinus elliotii para pastos. En una plantación de cuatro años en 84 hectáreas, con unos espacios de 3 x 3 m, se introdujo ganado vacuno. Los animales pasaban el invierno en un bosque natural cercano y el resto del año en la plantación de pinos. Después de 23 meses no se observaron efectos negativos en los pinos. Aunque los animales apisonaban algo el suelo, la comparación entre las parcelas pacidas y las no pacidas indicó que el crecimiento y la supervivencia de los árboles eran iguales. En un periodo de tres años se vendieron más de 100 cabezas de ganado, lo cual aumentó considerablemente el rendimiento económico de la plantación de pinos. Al mismo tiempo, se ensayaron cuatro especies de pasto con cuatro grados de intensidad de sombra bajo los pinos (FAO, 1984).

ZONA QUEMADA EN CHILE rehabilitación a cargo de los agricultores y de la industria

Ese tipo de investigaciones es necesario para promover la práctica de la agrosilvicultura industrial. El sector privado realizará probablemente sus propias investigaciones para resolver problemas localizados, pero las investigaciones del sector público, la labor de extensión y los programas de incentivos contribuirían mucho a promover y estimular un mayor empleo de esas técnicas para un aprovechamiento máximo de la tierra.

Todas las compañías indicadas han tropezado con problemas que obstaculizaban la producción. La mayoría de esos problemas podían abordarse, reducirse o resolverse. Una de las ventajas de este nivel de la agrosilvicultura es que los industriales están acostumbrados a resolver problemas y a emprender actividades rentables. La mayoría de las empresas privadas son bastante eficientes en esas actividades; las que no lo son, desaparecen pronto.

En Africa, Asia y América Latina hay muchos otros ejemplos de prácticas de agrosilvicultura industrial. Desde luego, los pocos indicados no son exhaustivos. Dado que muchos proyectos de agrosilvicultura industrial tienen éxito desde el punto de vista socioeconómico, es extraño que las publicaciones ofrezcan tan poca información al respecto. Los autores esperan que este breve articulo estimule el interés, las actividades, la investigación y la difusión de informaciones al respecto.

Tendencias futuras previstas

· La conversión de las tierras forestales a otros usos continuará sin duda, a un ritmo desastroso en algunas zonas (como ha sucedido en el Sahel) y controlable en otras. El que esa conversión se controle o no dependerá en gran parte de factores como la acción correctiva rápida, la voluntad nacional, la participación local, la transferencia de tecnología/cooperación internacional y los incentivos. La financiación es un factor limitativo importante, pero esos otros factores lo son mucho más. Puede hacerse mucho con pocos fondos si existen los demás factores.
· Aumentará la actividad agroforestal en los tres niveles, y también la transferencia de tecnología y las actividades de extensión para su fomento.
· Aumentarán en todo el mundo los proyectos de plantación de árboles, y cada uno de ellos ofrecerá posibilidades para la agrosilvicultura. El sector privado encontrará a menudo los proyectos de plantación en gran escala más rentables si se aplican técnicas de agrosilvicultura industrial.
· La investigación sobre la agrosilvicultura aplicada aumentará a medida que se planteen problemas. Tendrán más éxito los proyectos de agrosilvicultura vinculados a actividades en gran escala, por razones de economía.
· Tanto el sector público como el privado establecerán programas de incentivos para fomentar la agrosilvicultura. Esos programas serán de distintos tipos pero incluirán sobre todo incentivos para aumentar los beneficios y reducir los costos de mano de obra; los del sector público ofrecerán incentivos fiscales y material de plantación a bajo costo.
· Por último, se registrarán progresos en los sistemas para la ordenación de los bosques naturales de los trópicos, tanto húmedos como secos. Una vez que se haya logrado ordenar con éxito los bosques naturales para obtener un rendimiento sostenido de varios productos, habrá menos tendencia a destruir esos bosques o a destinar las tierras a otros usos. Sin embargo, será necesario todavía completar la ordenación de los bosques naturales con plantaciones en terrenos adyacentes para una explotación intensiva de rendimiento elevado. La explotación de las plantaciones tendrá más éxito cuando se combine con técnicas agroforestales en los casos apropiados.

Referencias

BYRD, N., LEWIS, C. Y PEARSON, 1984 H. Management of Southern pine forests for cattle production. Informe general R8-GR-4. Servicio Forestal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, Región meridional.

Cozzo, D 1982. Notas sobre una tecnología agroforestal de interés para la provincia de Misiones, Argentina, las plantaciones arbóreas en alineación intercaladas con cultivos agrícolas. Turrialba, Costa Rica, INFORAT. CATIE.

FAO. 1984 Sistemas agroforestales en América Latina y el Caribe. Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Santiago.

HUNTER, L., SMITH, M. y KRONRAD, G. 1984 Agroforestry: agricultura and silvicultura combined. En National Woodlands, 7 (6): 11-12

RAGONESE, A. y GIOCCHINI, R 1981. Alamedas asociadas con cultivos herbáceos y/o ganadería en la región pampeana. Revista Asociación Forestal Argentina, XXV (dic.): 8-17.

RANGANATHAN, S. 1984 Role of industries in agroforestry development. En Economic and Political Weekly, 19 (12): 530552.

VERGARA, N. 1985 Sistemas agroforestales - Una cartilla... En Unasylva, Vol. 37 (147): 22-28.

WOODS, F., y OSTERMEIER, D. 1985 Agroforestry: a lesson from the Third World. En The Futurist, XIX (4): 24-26.


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