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Bellagio: defensa y acción en favor de los bosques tropicales

Entrevista con el Sr. D. J. Walton, Director General Adjunto de la FAO

Esta entrevista fue realizada por Farhana Haque, periodista independiente residente en Roma, que ha sido antes locutora y comentarista principal en lengua inglesa de la radio y televisión nacionales de Bangladesh.

· En julio de 1987 un grupo de representantes de alto nivel de gobiernos y organizaciones de asistencia al desarrollo se reunió en Bellagio, Italia, bajo los auspicios de la FAO, el Banco Mundial, el PNUD, el Instituto de Recursos Mundiales y la Fundación Rockefeller, para celebrar una reunión de dos días de duración sobre el tema de las estrategias para los bosques tropicales.

La declaración publicada al final de la reunión contenía un conjunto de recomendaciones y pedía a los dirigentes del mundo que, en el marco del Plan de Acción Forestal en los Trópicos (PAFT), tomaran medidas para conservar los bosques tropicales y garantizar su continuo aprovechamiento.

El Director General Adjunto de la FAO, Sr. Declan J. Walton, participó en la reunión y después de la misma hizo las siguientes declaraciones en una entrevista concedida a Unasylva.

Unasylva: ¿Quiénes tomaron parte en la reunión de Bellagio?

Sr. Walton: Los participantes fueron un grupo mixto de personalidades de alto nivel de gobiernos y organizaciones. Además de las organizaciones patrocinadoras, estuvieron representadas otras organizaciones internacionales, entre las que cabe mencionar el Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, representado por su Director, el Sr. Tolba. Asistieron varias personalidades en representación de programas de ayuda; por ejemplo, el Jefe del programa de ayuda canadiense y un miembro destacado del programa de ayuda de los Estados Unidos. También asistió una amplia representación de personalidades de los países en desarrollo que directa o indirectamente se enfrentan con problemas forestales. Estuvieron presentes, por ejemplo, el Dr. Mahbubul Haq, Ministro de Planificación y Desarrollo del Pakistán, quien presidió la reunión, y el Vicepresidente Primero de Costa Rica, Sr. Dengo. También participaron diversos representantes de organizaciones no gubernamentales (ONG) de regiones desarrolladas y en desarrollo. Hubo, pues, participantes procedentes de todas las regiones, cuyas relaciones con los temas forestales eran de diversos grados o niveles, pero a quienes interesa mucho la problemática del desarrollo.

¿Cuál fue el objetivo de la reunión?

La reunión de Bellagio se basó en el Plan de Acción Forestal en los Trópicos, y ese Plan, tal como yo lo veo, tiene dos facetas principales que podemos llamar de acción y de defensa. La reunión de Bellagio se orientó principalmente hacia el aspecto defensivo del Plan; en otras palabras, se proponía llegar a una declaración clara, convincente y eficaz de lo que es preciso hacer, y de lo que hay que cambiar, para poder resolver en un periodo de tiempo razonable los problemas forestales del mundo.

¿Se logró ese objetivo?, y ¿cómo se consiguió?

Si, se logró el objetivo inmediato. La reunión hizo pública una declaración que se facilitó a la prensa mundial y que están utilizando todos los organismos patrocinadores. La FAO la ha publicado en la revista Unasylva1 y le estamos dando mucho relieve. La declaración establece algunas de las principales direcciones en que deben concentrarse los esfuerzos para que el Plan de Acción Forestal en los Trópicos, o cualquier esfuerzo amplio que pueda sucederle a lo largo de los años, sea realmente eficaz y sirva para adoptar soluciones sólidas y prácticas a los problemas forestales.

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Aunque el principal objetivo de Bellagio fue la defensa, también se insistió en la acción. La declaración de Bellagio enuncia una serie de cuestiones a las que no se ha dado aún una respuesta, analiza aspectos que no se abordan plena o eficazmente en la actualidad, bien en el marco del PAFT o a través de otros canales. Apremia a que se aborden seriamente estos problemas y se celebre otra reunión en Bellagio, aproximadamente dentro de un año, en la que se establezcan estrategias concretas y prácticas para poder iniciar los trabajos encaminados a resolver dichos problemas. La eficacia real de los acuerdos logrados en Bellagio dependerá de lo que ocurra en el futuro, es decir, de las medidas que se tomen para llevarlos a la práctica. Todavía es demasiado pronto para dar una respuesta definitiva, pero personalmente tiendo a ser bastante optimista.

La declaración pide reformas en las políticas de los gobiernos nacionales y de los organismos de asistencia al desarrollo. ¿Puede citarnos ejemplos de los tipos de reformas que se necesitan?

La principal reforma en la política de muchos gobiernos es la de dar mayor prioridad al sector forestal en sus planes nacionales de desarrollo. El presidente de la reunión, Dr. Mahbubul Haq, se citó a si mismo como ejemplo del impacto de la conferencia de Bellagio. Siendo Ministro de Planificación y Desarrollo del Pakistán, no se había interesado específicamente en los recursos que se han ido asignando al sector forestal del país en los sucesivos planes nacionales de desarrollo de los últimos 20 años. Cuando se le pidió que presidiera la reunión de Bellagio, estudió el tema, y llegó a la conclusión de que en los bosques se habla empleado un porcentaje insignificante de inversiones, que en modo alguno guardaba relación con la aportación de los mismos al PNB. En la preparación del nuevo plan nacional de desarrollo del Pakistán, que se anunciará el próximo año, el Dr. Haq ha organizado una serie de estudios y grupos de trabajo que, según nos dice, obligaron a dar un tratamiento mucho más equilibrado y apropiado al sector forestal en dicho plan. Este es exactamente el tipo de reforma que precisan muchos gobiernos.

Evidentemente, esto no resulta fácil. Todos los gobiernos se encuentran sometidos a presiones extremas debido a la escasez de recursos. Es difícil que los políticos adopten decisiones que signifiquen desplazar recursos de ciertos sectores y tipos de actividades considerados atractivos, hacia un sector donde frecuentemente los resultados sólo se percibirán por la próxima generación, como es el forestal. Y cuando digo próxima generación, me refiero a la generación de políticos. Frecuentemente, esta decisión puede ser bastante difícil de adoptar, pero es el cambio de política que la reunión de Bellagio está defendiendo.

¿Y qué puede decirnos de las organizaciones internacionales?

En este caso, la recomendación se dirige principalmente a aquellas organizaciones que financien grandes proyectos de inversión, tales como el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo. Hay en la opinión pública una critica generalizada contra el hecho de que los proyectos de inversión se han ideado y llevado a cabo sin estudiar suficientemente sus repercusiones ambientales. La cosa no es nueva, pues se habla de ello desde hace más de 20 años, pero han aumentado recientemente la dureza y frecuencia de tales criticas. El Banco Mundial ha respondido a ellas adoptando disposiciones muy concretas para estudiar la dimensión ambiental de sus proyectos. En este sentido, cabe decir que la recomendación de Bellagio encuentra terreno abonado.

Otra recomendación pedía una mayor participación de los sectores privados. ¿Qué tipos de iniciativas y actividades implicaría esta idea?

Estoy seguro de que se ha dado cuenta del plural. No se habla del «sector privado» sino de «sectores privados». Cuando se utiliza la frase en singular, generalmente tendemos a pensar en organizaciones industriales, y razonamos en términos de gran escala. En este caso, la situación es bastante diversa. Es verdad que el sector privado en gran escala tiene una función muy importante que desempeñar, por ejemplo, en la creación de industrias basadas en los productos forestales, pero las iniciativas privadas, de todas formas y dimensiones, pueden aportar una contribución importante y, en ciertas circunstancias, tal vez decisiva para lograr un ambiente forestal sano.

D. J. Walton, Director General Adjunto de la FAO

...el principal objetivo en Bellagio fue defender el sector forestal.

La principal reforma política que precisan muchos gobiernos es conceder mayor prioridad a los bosques en sus planes nacionales de desarrollo.

Por citar un ejemplo simple: el empleo de árboles en sistemas agrícolas - las actividades agroforestales, si se quiere - puede servir para lograr muchos objetivos al mismo tiempo. Puede contribuir a conservar el suelo y, en cierta medida, los recursos hídricos; puede proporcionar leña y materiales para viviendas y otros usos, y puede proporcionar alimentos y posibilidades de ramoneo para el ganado. Este es justamente un ejemplo de una actividad interesante para los pequeños agricultores y las pequeñas empresas, que puede ser patrocinada por un gobierno, pero, en definitiva, es la iniciativa de los grupos económicos privados la que va a determinar lo que ocurra con los árboles, el paisaje y la población.

¿Qué función cree usted que pueden desempeñar las ONG, para hacer frente a la crisis de los bosques tropicales?

Las ONG no constituyen un grupo único ni homogéneo; existen muchos tipos de ONG, así como muchos tipos de instituciones gubernamentales. Le recuerdo que dos organizaciones no gubernamentales fueron copatrocinadoras de la reunión de Bellagio: el Instituto de Recursos Mundiales y la Fundación Rockefeller. La función potencial de las ONG se extiende prácticamente a todos los aspectos del PAFT, pero yo quisiera mencionar uno en particular. Me refiero a la función de las ONG, a nivel local, en los países en desarrollo, para movilizar el apoyo y la participación popular en los esfuerzos para abordar los problemas forestales.

Las organizaciones no gubernamentales de este tipo pueden ser muy simples, incluso rudimentarias; tal vez en un país industrializado no aparecerían en ningún registro de ONG reconocidas. Sin embargo, en los países en desarrollo, si no se tiene algún tipo de organización a nivel local, provincial o regional, puede ser muy difícil movilizar eficazmente los recursos físicos y, en cierta medida, los medios financieros necesarios para introducir un cambio racional. El cambio se producirá en todo caso. Sin embargo, cambios que pueden haber sido racionales a corto plazo, pero que son irracionales a largo plazo, han originado algunos de los problemas más graves relacionados con la deforestación.

Las ONG - y esto se reconoce plenamente en la declaración de Bellagio - tienen una función clave que desempeñar en cuanto a catalizar, iniciar, organizar, fomentar, apoyar y en general ayudar a introducir un cambio racional en las zonas más pobres del mundo en desarrollo.

En la declaración de Bellagio se recomendó asimismo que, como primer paso para lograr un compromiso político en apoyo al Plan de Acción Forestal en los Trópicos, se cuantifique el costo para cada país de las pérdidas que se están sufriendo porque no se hace nada para mejorar la situación. ¿Por qué es importante esto?

Si aceptamos la premisa de que la ordenación de los bosques en general supone una tarea a largo plazo, puede resultar muy difícil justificar, sobre la base de cada proyecto especifico, la asignación de recursos a las distintas empresas. Otra forma de actividad puede tener una mejor relación costo/beneficio, o una tasa de rendimiento mayor. Sin embargo, el análisis de la tasa de rendimiento no tiene en cuenta las consecuencias más amplias del no hacer algo por los bosques.

Si usted no aborda los problemas forestales, puede muy bien encontrarse con las faldas de los montes sin tierra y las poblaciones expuestas a una inestabilidad extrema en cuanto a la producción de alimentos; puede incluso encontrarse con que poblaciones enteras habrán de reasentarse en otras zonas, porque el suelo ha desaparecido como consecuencia de la destrucción de la cubierta forestal. Estamos diciendo que el análisis de cualquier proyecto semejante debería incluir el costo de no afrontar el problema. En el caso que he citado, habría de tenerse en cuenta teóricamente el costo de reasentar poblaciones enteras, y se vería que el coeficiente de costo/beneficio del proyecto resultaba, de hecho, extremadamente favorable.

Tal vez, lo que se precisa es un conjunto de directrices muy generales sobre la forma de evaluar proyectos para el sector forestal, de manera que puedan considerarse en un marco de mayor amplitud geográfica y temporal de lo que ocurriría si se aplicaran los métodos clásicos de análisis económico. Hemos de demostrar que al gobierno le resultaría rentable ejecutar el proyecto, incluso si para probarlo comenzamos desde el final, y demostramos que el gobierno en un cierto momento habría de afrontar una situación desastrosa si no lleva a cabo el proyecto.

Ninguna de las recomendaciones de la declaración trata directamente el tema de aumentar la financiación para programas forestales en los trópicos. ¿Por qué?

En el momento en que se creó el PAFT, había la esperanza de que el caudal de fondos de ayuda al sector forestal pudiera duplicarse en unos cuatro años. Las cifras disponibles son algo fragmentarias, pero lo que si resulta claro es que el caudal ha ido aumentando de forma bastante sostenida. Ciertamente, se registra un fuerte empeño para realizar los objetivos del PAFT en muchos programas de ayuda. Recientemente hemos calculado cifras más exactas para el nivel actual de ayuda al sector forestal, y quizás deberíamos pensar en un nuevo objetivo para los próximos años.

EROSION DEBIDA AL PASTOREO EXCESIVO - ¿cuáles son los costos inherentes s In falta de acción?

Tal vez el hecho de establecer como objetivo duplicar el caudal de fondos destinados a proyectos forestales resulte más fácil en un programa de ayuda que en una oficina nacional de planificación. Para empezar, el ritmo de cambio a nivel nacional tiende a ser más lento; se trata esencialmente del ciclo para formular planes nacionales de desarrollo, cuyo periodo como media viene a ser de unos cinco años. Cuando los países en desarrollo llegan a reconocer la necesidad de conceder mayor prioridad y más recursos a los bosques, ese reconocimiento tiene que traducirse en acciones prácticas. Es esto lo que requiere tiempo. Esperamos que en los próximos cinco a diez años los países en desarrollo concedan gradualmente esa mayor prioridad al sector forestal que invocan y reconocen como necesaria.

Antes ha mencionado usted la importancia de las actividades complementarias. En la declaración de la Conferencia se pide que una misión especial internacional haga recomendaciones sobre estrategias, para examinarlas en otra reunión en Bellagio. ¿Se ha establecido ya ese grupo especial de acción?

Actualmente (mediados de septiembre) nos hallamos sólo en la fase preliminar, estudiando la forma de crear ese grupo de trabajo especial internacional, cuál seria su cometido, y cómo se relacionaría ese trabajo con la idea de celebrar otra reunión en Bellagio. Junto con los otros copatrocinadores de la reunión de Bellagio, sugeriremos ideas y un programa de trabajo en las próximas semanas.

En su opinión, ¿cuál seria el principal mensaje que se desprendería de la reunión de Bellagio para a) los gobiernos nacionales, b) los organismos de asistencia al desarrollo, y c) el público en general?

Para los gobiernos nacionales - y me refiero en este caso a los países en desarrollo - el mensaje es el siguiente: analizar la función de los bosques en cada economía nacional y en cada plan nacional de desarrollo. ¿Se le está concediendo al sector forestal la prioridad que merece?

Para los organismos de desarrollo, incluidos los programas bilaterales, yo diría que el mensaje central es el siguiente: mantener en constante aumento el caudal de fondos destinados al sector forestal, y recordar que un enfoque internacional por conducto del PAFT va a tener una repercusión muchísimo mayor y va a ser enormemente más eficaz que las actividades aisladas que realicen por su cuenta distintas organizaciones y programas.

En cuanto al público en general, creo que hay que distinguir entre el público del mundo en desarrollo, y el de las naciones industrializadas. Para el de los países en desarrollo, el mensaje básico tal vez seria el siguiente: un bosque sano es esencial, si lo que deseamos es un futuro saludable para nosotros y nuestros descendientes.

Para el público de los países industrializados, creo que el mensaje podría ser el siguiente: muchos de ustedes ya están profundamente preocupados, por motivos propios, por la desaparición de la cubierta forestal tropical en el mundo. Sus propios problemas en materia forestal - como la lluvia ácida - están lejos de ser resueltos; ni siquiera se ha llegado a un acuerdo general en lo que se refiere a su causa fundamental. En los países en desarrollo, sin embargo, hay pocas dudas sobre las causas y escasas controversias sobre la forma de remediar ese fenómeno; además, se requieren esfuerzos por parte de los gobiernos y de los individuos a una escala impresionante. Esto hay que reconocerlo, y hay que actuar decididamente para aumentar el apoyo a los países en desarrollo cuando éstos abordan los problemas de los bosques tropicales.


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