Estudio de la FAO sobre ordenación de los bosques naturales en América Latina
Guardianes de los bosques
Tendencias y perspectivas de la madera para América del Norte
Conocimientos sobre Armillaria
La agricultura migratoria
Aménagement et conservation des forêts densas en Amerique tropicale.
H.F. Maitre, D. Laurent, C. Fargeot, V. Favrichon y A. Coic, eds. 1992. Estudio de la FAO sobre montes. Roma, FAO
En el curso de los últimos años, la Dirección de Recursos Forestales del Departamento de Montes de la FAO ha editado una serie de estudios regionales sobre ordenación de bosques húmedos tropicales. El volumen reseñado, que abarca América Latina y el Caribe, es complemento de los Estudios Forestales Nos 88 y 89 sobre Africa y Asia respectivamente.
Este estudio tiene como base informes preparados expresamente para el libro, además de documentación previamente existente. Los datos y los análisis están presentados bajo los siguientes títulos: zona y tipo de bosque; política, legislación y administración forestales; estado del recurso (inventario y deforestación); factores económicos y aprovechamiento de la madera; investigación; proyectos y programas de ordenación forestal, y conclusiones. Todos los capítulos incluyen bibliografía.
Bajo cada uno de los citados encabezamientos se agrupa la información referente a los países por subregión. El primer subgrupo incluye México, Centroamérica y Belice, zona relativamente homogénea por lo que hace a formaciones forestales naturales. El segundo subgrupo abarca los bosques de Suriname y de la Guayana francesa que, por su tamaño y formación, son excepcionales en América Latina. El tercer subgrupo incluye los países de América del Sur donde se encuentra el ecosistema forestal amazónico: Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
El libro contiene también seis estudios de otras tantas actividades de ordenación forestal: el sistema Celos de ordenación de Suriname; investigaciones de ordenación forestal en la amazonia brasileña; la Guayana francesa; dos estudios del Perú y uno de México.
Esta obra puede servir de referencia a todos los profesionales y profanos que se interesen por la ordenación de los bosques naturales. Es de esperar que contribuya a una mejor comprensión de las complejidades de este problema en América Latina.
Keepers of the forest; Land management alternatives in Southeast Asía.
M. Poffenberger 1990. West Hartford. Connecticut, EE.UU. Kumarian Press.
«Es posible contener, e incluso invertir, el avance de la deforestación si existe la voluntad política de hacerlo y se tiene valor para romper con la tradición del siglo pasado en materia de ordenación», dice M. Poffenberger en la introducción de este interesantísimo libro. Una de las tesis que desarrolla es la causa principal de la falta de gobierno de los bosques del sudeste de Asia son las contradicciones existentes entre la política oficial de uso de la tierra y el sistema local de aprovechamiento de los bosques.
Siguen a esta introducción tres secciones basadas en información referente a Indonesia, Tailandia y Filipinas. La primera documenta cuidadosamente cómo ha evolucionado la ordenación forestal desde mediados del siglo XVII en Java, desde la era precolonial en Filipinas y desde 1900 en Tailandia. La segunda sección está dedicada a técnicas de ordenación con participación local. La tercera contiene ejemplos de actividades forestales que se llevan a cabo en los citados países para incrementar la participación local en la ordenación y en las utilidades. En muy gran medida la filosofía que reflejan las dos últimas partes tiene su origen en el programa llevado a cabo en los pasados 20 años por instituciones forestales, universidades y organizaciones no gubernamentales, con el patrocinio de la Fundación Ford. Algunos de los especialistas forestales más respetados y que mejor conocen los bosques del Asia sudoriental contribuyen al examen que se hace en este libro de las crisis de ordenación forestal y examinan la necesidad de una reorientación burocrática para abordar los problemas que plantea la desaparición de los bosques.
Aun conociendo bien la historia de esos países, los autores se declaran desconcertados por los rápidos y arbitrarios cambios de política forestal y agraria a que se refiere la primera sección de este libro. Aducen que en unos casos las radicales modificaciones de la tenencia y en otros la falta de claridad en la definición de los derechos de propiedad de los árboles y de los productos forestales, son la clave para explicar la velocidad con que se han agotado los bosques del Asia sudoriental.
La segunda parte presenta las técnicas de ordenación con participación local que se han adoptado en los tres países. La introducción examina los aspectos más importantes del cambio de las instituciones, a saber, la intervención de grupos de trabajo constituidos por personal forestal y miembros de otras organizaciones e instituciones (científicos, sociólogos, etc., de las universidades nacionales) y representantes de la Fundación Ford. Lo fundamental es reunir toda la información necesaria para comprender bien la situación local. Con esa base, y teniendo en cuenta las posibilidades políticas, se proyectan y se llevan a cabo con carácter experimental actividades apropiadas para introducir nuevas formas de tenencia y de agrosilvicultura. La idea es establecerlas de modo que sean de provecho tanto para las organizaciones como para los habitantes del lugar; así será posible una ordenación correcta de los bosques.
La tercera parte, dedicada a la silvicultura social, refiere ejemplos de actividades experimentales que permitieron negociar modificaciones en la estructura burocrática y originaron una colaboración estable de las comunidades rurales con los organismos que tenían a su cargo la ordenación de los bosques.
Sin proponer soluciones simplistas, el libro expone un procedimiento que parece prometedor para abordar la solución de problemas muy arraigados.
Los autores afirman que aportando con regularidad información procedente del campo a un grupo planificador que represente todos los intereses, se romperá el círculo vicioso que forman los conflictos continuos y la corta desordenada y abusiva. Los autores demuestran que las «soluciones» que propongan modificar las técnicas de la gestión sin conocer el origen y la profundidad de la desconfianza, base de los conflictos existentes, no conducirán a cambios efectivos y duraderos en la ordenación forestal.
M. Hoskins
Timber trends and prospects for North America.
ECE/TIM/53.1990. Nueva York, Naciones Unidas (en inglés). Precio: 32 $EE.UU.
Dada la anticipación que necesita la planificación forestal y la importancia estratégica a través de los años de los recursos madereros en muchas partes del mundo, se ha exteriorizado cierta preocupación acerca de la suficiencia de los recursos forestales restantes para enfrentar la demanda futura. En Europa esta preocupación se ha reflejado en una serie de estudios patrocinados por el Comité de la Madera de la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas y por la FAO.
Este informe es un estudio emprendido conjuntamente por el Servicio Forestal de los Estados Unidos y Forestry Canada (los organismos forestales nacionales de los dos países) para evaluar las perspectivas de la oferta y la demanda de madera en América del Norte hasta el año 2005. El texto empieza discutiendo el recurso forestal norteamericano por lo que hace a su tamaño, localización y régimen de propiedad, expresados tanto en función del área como del volumen. En las secciones subsiguientes se examinan las tendencias y perspectivas de la oferta de materia prima y de la demanda de productos forestales, lo cual implica tanto una mirada retrospectiva como un pronóstico del futuro. Después se investigan las repercusiones de la demanda prevista de productos forestales en las necesidades de madera. Esto exige un análisis de las tendencias de la tecnología y de los métodos de reutilización y aprovechamiento de subproductos que puedan influir substancialmente en el rendimiento del producto por unidad del insumo de madera.
Pueden comprarse copias del informe en las Naciones Unidas en Nueva York o Ginebra o en las agencias de venta de publicaciones de las Naciones Unidas.
Armillaria root disease. Agriculture Handbook N° 691. C.G. Shaw ill y G.A. Kile eds. 1991. Wáshington, D.C. Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.
En todo el mundo se encuentran hongos del género Armillaria. Infectan el sistema radical de muchas especies de plantas leñosas de importancia agrícola y forestal. Además de ser plagas económicas de cierta consideración, tienen interés porque poseen varias cualidades únicas, entre las que se cuentan la bioluminiscencia, múltiples formas morfológicas y fructificación in vitro.
Aunque se ha estudiado Armillaria desde hace más de un siglo, hay cierta confusión en la información de base. Por ejemplo, hace muy poco que los micólogos aceptan que este género comprende varias especies con distribución geográfica y patogenia propias, La presente publicación colma una importante laguna.
Como hacen notar los redactores en el prefacio, el objetivo de esta obra es sintetizar los conocimientos existentes sobre Armillaria. Abarca la taxonomía, biología y fisiología y pasa revista a los efectos de la dinámica y tratamiento de las enfermedades de las raíces causadas por este grupo de hongos. El alcance es mundial y hay numerosas referencias a las especies de Armillaria de Africa, Asia, el Pacífico y América del Sur, además de, por supuesto, América del Norte y Europa, que son las regiones donde más se ha estudiado este grupo de hongos.
El libro está dividido en 11 capítulos escritos por autores de diferente origen: Alemania, Australia, Canadá, Escocia, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Reino Unido y Nueva Zelandia. Los capítulos abarcan una amplia gama de material que incluye nomenclatura, taxonomía e identificación; ciclo biológico, infertilidad y especies biológicas; ontogenia y fisiología; inoculación e infección; infección y desarrollo de la enfermedad, diagnóstico y detección; patogenia y virulencia; susceptibilidad y resistencia del hospedante; ecología y enfermedad de los bosques naturales; Armillaria en hospedantes plantados; modelos de dinámica, comportamiento y efectos de la enfermedad radical Armillaria, y manera de evitar o reducir las pérdidas causadas por la enfermedad radical Armillaria.
Todos los capítulos están escritos con sencillez. Los ilustran gráficos, cuadros, fotos en blanco y negro y en color de excelente calidad. También se incluye una larga lista de referencias y otra de los nombres científicos y comunes de la mayoría de las plantas citadas en el texto. El libro también contiene notas biográficas de cada autor.
Esta obra es única por el tratamiento que da a un grupo de agentes causantes de enfermedades que afectan a una amplia gama de plantas leñosas. El alcance, la amplitud y la bibliografía implican que el libro será una obra obligada de consulta para patólogos forestales, especialistas en manejo de plagas e ingenieros forestales.
W.M. Ciesla
Shifting cultivators: local knowledge and natural resource management in the humid tropics.
Warner, K. 1991. Nota de la FAO sobre silvicultura comunitaria N° 8. Roma, FAO.
Shifting cultivators: local knowledge and natural resource management in the humid tropics
En este documento del Departamento de Montes de la FAO la antropóloga Katherine Warner argumenta convincentemente que es errado culpar a quienes practican una agricultura migratoria de la deforestación del trópico húmedo. «La agricultura migratoria», dice, «es un complejo sistema agrícola bien adaptado, bajo determinadas condiciones, a las limitaciones del medio ambiente de los trópicos. No es primitiva ni necesariamente destructiva. Exige conocer a fondo el ambiente tropical, así como considerable pericia». El grueso de la obra está dedicado a analizar lo que saben los campesinos que practican agricultura migratoria en el sudeste de Asia, en Africa y en la cuenca del Amazonas, y cómo se adaptan al medio ambiente, explotándolo sosteniblemente incluso donde fracasan proyectos contemporáneos de desarrollo agrícola tropical.
Las técnicas y el «saber local» del campesino que practica una agricultura migratoria son a la vez amplios y complejos. Escalonan, interplantan y diversifican sus cultivos, escardan selectivamente, podan y manipulan el crecimiento de los árboles, cosechan una gran diversidad de productos y complementan su alimentación con caza y pesca. Warner demuestra que por el método, escala y tempestividad con que se practican los desbroces, el sistema tradicional de barbecho forestal no es destructivo y, en realidad, «en muchos casos [...] contribuye activamente a la regeneración del bosque». Las quemas, que forman parte integrante de la agricultura migratoria, afirma la autora, son al mismo tiempo esenciales y, en general, beneficiosas. El campesino, cuyas pocas hectáreas desmontadas representan «sólo una intervención transitoria en el ecosistema forestal», utiliza y administra con buen conocimiento de causa los árboles y los suelos. El sistema de barbecho forestal, dice la autora, es a la vez beneficioso y parte significativa del ecosistema general.
Warner trata por último las implicaciones de política que surgen de los conceptos de la sostenibilidad y del éxito de la agricultura migratoria. Las 28 páginas de bibliografía atestiguan lo completo del estudio de la autora y lo mucho que se ha investigado en materia de agricultura migratoria desde que aparecieron, poco después de 1960, los estimulantes estudios de Boserup y Allan sobre la evolución de la agricultura y los sistemas africanos de barbecho forestal.
Otros dos aspectos merecían atención. El primero, ¿a quién hay que «culpar» de la deforestación desmedida, si los «culpables» no son los intereses comerciales, ni el campesino que practica una agricultura migratoria? Está fuera del alcance del estudio de Warner extenderse a las industrias forestales, pero, de los pequeños agricultores, la autora considera «culpable» (aun reconociéndolos como víctimas) al emigrante desarraigado que acude a la tierra desprovisto del saber de generaciones enteras que poseen los campesinos tradicionales.
La segunda cuestión básica se refiere al porvenir de la agricultura migratoria. Dado el aumento de la densidad de población y la presión cumulativa sobre los bosques tropicales, los agricultores «migratorios» de muchas partes se han visto obligados a acortar el periodo de barbecho y a prolongar los períodos de cultivo. Aunque haya mucho que aprender del campesino «migratorio» y aunque haya abundantes pruebas de que seria miope condenar la agricultura migratoria sin antes proporcionar a los correspondientes campesinos medios de vida económica y sosteniblemente viables, la autora reconoce que no pueden servir de modelo para el porvenir de los trópicos.
G. L. Thomas