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La evaluación de los recursos forestales tropicales de 1990

K.D. Singh

Análisis de la metodología y los resultados de la reciente evaluación de los recursos forestales en los países en desarrollo llevada a cabo por la FAO.

Karn Deo Singh es el Coordinador del Proyecto de Evaluación de los Recursos Forestales de 1990.

Personal del Proyecto de Evaluación de los Recursos Forestales de 1990 examina imágenes obtenidas por teledetección

Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en 1972, no ha dejado de aumentar el interés de la comunidad mundial en lo referente a los bosques, en general, y a los bosques tropicales, en particular. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro en 1992, se concordaron un conjunto de «Principios para un consenso mundial respecto de la ordenación, la conservación y el desarrollo sostenible de los bosques de todo tipo», y se dedicó un capítulo entero del Programa 21 a la «lucha contra la deforestación».

Los encargados de formular políticas, la comunidad científica y el público en general demandan con insistencia cada vez mayor información acerca de la superficie de los bosques tropicales que todavía está en pie, la velocidad a la que están desapareciendo, datos sobre el índice de deforestación, si está aumentando o reduciéndose, y sobre sus causas y posibles repercusiones.

La evaluación FAO/PNUMA de los bosques tropicales de 1980 fue un intento inicial para responder a algunas de estas preguntas. Esta evaluación, que terminó en 1982, facilitó la primera visión global y estadísticamente congruente de los recursos forestales de los países tropicales y de las tendencias de deforestación y repoblación forestal. Desde entonces se han utilizado ampliamente los resultados del proyecto, a nivel mundial, regional y nacional.

Durante los últimos años, se ha hecho cada vez más palpable la constante y creciente reducción y degradación de los bosques tropicales del mundo, debido a que las causas principales de esta situación siguen sin modificarse. Asimismo, han surgido nuevos problemas, como el cambio de clima a nivel mundial y la pérdida de biodiversidad, que requieren disponer de datos actualizados, estimaciones más precisas y nuevos modelos de información.

Con estos antecedentes, se decidió realizar una nueva evaluación de los recursos forestales tropicales. Se consideró que esta nueva evaluación debía realizarse con carácter continuo, con el fin de que, además de suministrar los resultados inmediatos, sirviera para construir una base de datos y contribuyera a crear la base de conocimiento necesaria para respaldar un programa de acción dirigido a la lucha contra la deforestación. Con este objetivo, y como requisito previo esencial para la creación de un inventario forestal permanente a escala mundial, sería necesario desarrollar una base institucional a nivel nacional e internacional.

En lo que se refiere específicamente a la estimación de la tasa de deforestación, la técnica que se debía elaborar y aplicar tenía que satisfacer los cuatro requisitos principales siguientes:

i) la base de datos y los métodos utilizados debían ser comprobables (y reproducibles);

ii) la técnica debía elaborarse sobre una base estadística y suministrar no sólo una estimación de las medias sino también sus límites de confianza (por ejemplo, la tasa media de deforestación y el error estándar). Este planteamiento permitiría reducir los límites de los errores por medio del aumento, con el tiempo, de la intensidad de muestreo;

iii) puesto que la deforestación es un proceso dinámico, era necesario un procedimiento que se pudiera utilizar periódicamente para suministrar estimaciones coherentes y comparables;

iv) los métodos debían permitir llegar a conclusiones sobre - las causas determinantes de la deforestación y sus repercusiones.

Criterios de evaluación

Para satisfacer los requisitos mencionados de manera eficaz en función de los costos, el Proyecto de Evaluación de los Recursos Forestales de 1990 se llevó a caso en dos fases. La primera fase se basó en una evaluación estadística de la información existente; la segunda, en la evaluación de datos obtenidos por telepercepción (imágenes obtenidas en distintos momentos desde un satélite de alta resolución).

Fase 1: Evaluación de los recursos forestales basada en los datos nacionales existentes

En el pasado, la evaluación general consistía solamente en la recolección y el análisis de datos estadísticos; pero en el Proyecto de 1990 se utilizaron tanto datos estadísticos como espaciales tomados de los registros de los inventarios forestales nacionales existentes.

Datos estadísticos. Los datos estadísticos se refieren a la superficie de la cubierta forestal a nivel subnacional (de diversos períodos, si se dispone de tal información); a las existencias; el aprovechamiento y la ordenación forestales; y a la situación de las zonas protegidas a nivel nacional. Aunque resulta relativamente económico reunir estos datos, existen varias limitaciones, tales como las diferencias en los esquemas de clasificación, en la exactitud y en las fechas de las encuestas de cada país. Para hacer posible la comparación de los datos en un marco común, la FAO publicó en 1990 unas Directrices para la evaluación basada en los datos de encuestas ya realizadas.

Los datos recogidos, una vez revisados, se organizaron, almacenaron y prepararon para la presentación normalizada de informes en una base de datos combinada con programas de computadora específicamente diseñados por el proyecto para introducir, recuperar y almacenar fácilmente los datos. Esta base de datos, denominada Sistema de información sobre recursos forestales (FORIS), permite elaborar informes normalizados. El FORIS de 1990 utiliza el programa dBASE IVä para computadoras personales, es de fácil uso y requiere solo conocimientos mínimos de computación para introducir, corregir e imprimir datos. Su empleo es especialmente adecuado en los países en desarrollo donde puede aplicarse como un sistema nacional de información forestal. FORIS está respaldado por BIBLIO, un programa de base de datos que permite el fácil manejo de referencias bibliográficas para obtener información sobre recursos forestales.

Los múltiples usos y valores de los árboles y bosques constituyen una poderosa justificación para su ordenación sostenible; para alcanzarla, uno de los prerrequisitos es la evaluación permanente

Datos espaciales. Los datos espaciales (cartográficos) sirven como fuente de información sobre un emplazamiento específico y permiten realizar estudios sobre modelos de deforestación. Desde el inicio del Proyecto se tuvo conciencia de que era imprescindible un Sistema de Información Geográfica (SIG) para manejar los datos procedentes de diversas fuentes y en diferentes formatos, como datos estadísticos y espaciales, así como con diferentes proyecciones. Las bases de datos SIG de las regiones tropicales comprenden: un mapa de vegetación de los trópicos; zonas ecoflorísticas; zonas ecológicas; Red de Sistemas de Referencias Mundiales 2 (WRS2); Landsat 4 y 5; densidad geográfica y crecimiento demográfico anual; biomasa potencial forestal y mundial; límites administrativos (políticos); precipitaciones y biotemperatura medias anuales; topografía; zonas protegidas; mapa de vegetación para algunas regiones obtenido de imágenes del satélite NOAA/AVHRR de la Administración Nacional de Océano y la Atmósfera (NOAA) de los Estados Unidos.

El modelo de deforestación. Los datos sobre la cubierta forestal contenidos en FORIS se basan en evaluaciones nacionales preparadas en diferentes momentos y que, con fines de presentación, hacen referencia a los años estándar 1980 y 1990. Para ello se utilizó una función de ajuste (llamada también modelo de deforestación), creada para poder relacionar las variaciones de la cubierta forestal a lo largo del tiempo con variables complementarias, como los cambios demográficos, la cubierta forestal inicial y la zona ecológica del bosque objeto de estudio, la densidad y el crecimiento, y parámetros socioeconómicos. El modelo interpreta la interacción hombre/bosque como un proceso de crecimiento biológico. Como en otros procesos de este tipo, se observa que en las fases iniciales la deforestación aumenta a ritmo relativamente lento, se acelera en las fases intermedias, para volver a moderarse en las fases finales.

A continuación se presenta la función de ajuste, expresada en forma de una ecuación diferencial:

donde:

Y es el porcentaje de superficies no forestales en una unidad subnacional calculada como:

Y = 100 * (superficie total - superficie forestal)/(superficie total);

P = ln (1 + densidad demográfica) donde la densidad demográfica se expresa en personas por km²;

dY/dP es la derivada de Y con respecto a P, es decir, la tasa de cambio de Y debido a un cambio unitario en P;

b1, b2 y b3 son los parámetros del modelo.

Figura 1. Cubierta forestal estimada para diferentes zonas ecológicas

Figura 2. Cubierta forestal observada para diferentes formaciones forestales

El coeficiente b1 se relaciona con la influencia de la zona ecológica en la interacción ser humano/bosque (o ser humano/no bosque); b2 representa el factor o la combinación de factores, todavía sin identificar, que causan la desaceleración de la deforestación entre las etapas intermedia y final; b3 se relaciona con la superficie de las tierras que teóricamente no son aprovechables para usos agrícolas/forestales, y tampoco están sujetas a la deforestación, como por ejemplo, desiertos, laderas muy escarpadas de montañas altas, zonas urbanas industrializadas, etc.

El modelo se desarrolló basándose en más de 100 observaciones de deforestación tomadas en diversos momentos (a menudo hasta un número de seis observaciones) en diferentes zonas ecológicas, y según datos de dinámica de la población también durante los mismos períodos. El modelo se validó utilizando un conjunto de 16 observaciones hechas en diversos momentos que no se habían utilizado para construir el modelo. La diferencia media entre los cambios observados y los estimados fue de ±10,6 por ciento. La distribución residual, a pesar de algunas desviaciones importantes en el caso de determinadas unidades subnacionales, fue bastante simétrica sin que se diera ningún signo de desajuste (veánse las Figuras 1 y 2 para la representación gráfica de la cubierta forestal estimada y observada).

Fue muy interesante examinar los casos en que se habían producido grandes desviaciones entre el modelo y los cambios observados, puesto que daban una idea de la repercusión de los programas de desarrollo en los cambios de la cubierta forestal. Las desviaciones más importantes se produjeron debido a la influencia de proyectos humanos de asentamiento o de labores de desarrollo agrícola (por ejemplo, en Sumatra), de construcción de carreteras (por ejemplo, la carretera transamazónica), o de importantes programas de repoblación forestal (por ejemplo, en zonas de la India). Se propone que, en el futuro, se amplíe el modelo para que incluya estos factores, si es posible cuantificarlos de manera fidedigna.

Para la aplicación del modelo se utiliza como dato de base de la superficie forestal el inventario forestal fidedigno más reciente de cada unidad nacional o subnacional, junto con los datos correspondientes de densidad demográfica, crecimiento demográfico y superficie de la zona ecológica. La ecuación, además de ajustar los datos de la superficie de cubierta forestal de los países al año de referencia 1990, también se puede utilizar para hacer estimaciones de las variaciones de la superficie de cubierta forestal durante el período 1981-1990 incluso en los casos en los que sólo se dispone de un único punto de referencia. Cuando se dispone de datos históricos sobre las variaciones demográficas, el modelo se puede utilizar para simular tendencias pasadas de las variaciones de la cubierta forestal relacionadas con el crecimiento demográfico, lo que es de utilidad para los estudios de las variaciones registradas a escala mundial, en que los investigadores necesitan sacar conclusiones sobre las tendencias históricas.

Fase 2: Evaluación de las variaciones de la cubierta forestal basada en la telepercepción

La fase 2 del Proyecto se concibió para permitir una evaluación permanente de la cubierta forestal y de las variaciones en toda la zona tropical, utilizando una técnica de muestreo eficaz que abarcara todos los tipos de bosques. La principal fuente de información en esta fase fueron las imágenes obtenidas desde satélites de alta resolución y tomadas en distintos momentos [NdR: véase el artículo de Malingreau, p. 31]. Una imagen obtenido alrededor de 1990 permite evaluar la extensión de la cubierta forestal; mientras que, comparando la imagen de 1990 con una de 1980 se pueden evaluar los cambios ocurridos durante ese período.

Plan de la encuesta por muestreo. Como marco de muestreo se utilizó el Sistema de Referencia Mundial 2 (WRS2) de los satélites Landsat (las imágenes obtenidas desde Landsat abarcan aproximadamente 3,4 millones de hectáreas). El plan de muestreo garantizaba la cobertura de todos los países tropicales.

La metodología se basa en una muestra aleatoria estratificada de dos fases. En la primera fase la zona de estudio se divide en subregiones según un criterio geográfico. En la segunda, las subregiones se dividen en estratos de cubierta forestal. Dentro de una subregión, se seleccionan unidades de muestreo con una probabilidad proporcional a la superficie de las tierras de las unidades de muestreo.

Un rasgo característico de la metodología consiste en que no sólo permite obtener estimaciones anuales y el error estándar de cada una de ellas, sino también mapas y matrices de las variaciones para cada emplazamiento de la muestra. De este modo es posible seguir las variaciones en el uso de las tierras entre las clases y las categorías de bosques entre las dos fechas de interpretación. Esta información es esencial para comprender el proceso de deforestación y degradación forestal.

Para la labor de interpretación se recurrió a una serie de instituciones regionales y nacionales de telepercepción. La técnica de interpretación se difundió a través de seminarios de capacitación regionales con el doble objetivo de fortalecer las capacidades nacionales de vigilancia de la cubierta forestal y de mejorar la calidad de la interpretación de las imágenes. Los resultados finales y la calidad de los resultados se analizaron y evaluaron a nivel central.

Diferencias entre las evaluaciones de 1990 y 1980

Los planteamientos y la ejecución de las dos evaluaciones difieren en una serie de aspectos. En la evaluación de 1980, para determinar las variaciones de la tasa anual de deforestación se utilizó un planteamiento empírico de estimación de las variaciones de la cubierta forestal. Por el contrario, en el Proyecto de Evaluación de los Recursos Forestales de 1990, la labor se centró no sólo en presentar la situación sino también en calcular las variaciones producidas durante el período 1981-1990. Con este fin, se recopilaron datos históricos sobre la cubierta forestal, remontándose en ocasiones a los decenios de 1930 y 1940. En algunos países, se llegaron a utilizar seis inventarios forestales para el acopio de datos.

En la evaluación de 1980, se recopilaron y se presentaron datos a nivel nacional, mientras que en la de 1990 se reunió información sobre la cubierta forestal a nivel subnacional (provincia, estado). Puesto que la intención del Proyecto de 1990 era estudiar las causas y los efectos de la deforestación y de la degradación forestal, se buscaron indicadores cuantitativos que pudieran relacionarse con las variaciones de la cubierta forestal. Estos indicadores constituyeron la base del planteamiento del modelo en que se relaciona la cubierta forestal con la población, el crecimiento demográfico y las condiciones socioeconómicas.

La nueva actividad de la evaluación de 1990 consistió en aplicar un SIG como instrumento para integrar y analizar los datos espaciales, estadísticos y de telepercepción.

Definiciones

· Bosques. Se definen ecológicos con un mínimo del 10 por ciento de cobertura de copas de árboles y/o bambús, por lo general asociados con flora y fauna silvestre y condiciones de suelo natural, y en los que no se practica la agricultura.

· Deforestación. Se refiere al cambio de destino de la tierra forestal mediante la reducción de la cubierta forestal por debajo del 10 por ciento. Los cambios en la clase forestal (de formaciones forestales densas a abiertas) que afectan negativamente al rodal o al sitio y, en particular, disminuyen la capacidad productiva, se denominan degradación forestal. La degradación no se refleja en la estimación de la deforestación.

· Plantaciones. Se definen como una clase de bosques establecidos de manera artificial, ya sea en tierras que previamente no eran de bosque, o mediante la sustitución de la cubierta forestal anterior con una especie nueva y básicamente diferente o con una mezcla de especies.

· Zonas ecológicas. Se derivan de los mapas de zonas ecoflorísticas de América del Sur, Africa y Asia producidos en el decenio de 1980 por la FAO en colaboración con el Instituto de cartografía internacional de la vegetación, Toulouse, Francia. Para la clasificación se utilizaron tanto parámetros ecológicos (climáticos, fisiográficos y edáficos) como florísticos. Se delimitaron aproximadamente 50-60 clases ecoflorísticas para cada continente que se englobaron en seis zonas forestales tropicales principales.

Una de las causes principales de deforestación en las zonas tropicales es la tala rasa de los terrenos forestales para fines agrícolas

En la evaluación de 1980, se interpretaron las imágenes del satélite con el fin de elaborar o actualizar las estadísticas de los países para los que había información limitada o incorrecta acerca de los recursos forestales. En el Proyecto de 1990, la telepercepción, como parte de un plan de muestreo estadístico y un procedimiento de interpretación de imágenes coherente, desempeñó un papel fundamental en la estimación de las variaciones de la cubierta forestal con un elevado grado de contabilidad y precisión El trabajo realizado en el marco del Proyecto puede considerarse como la primera fase de elaboración y aplicación de un sistema de vigilancia permanente de los recursos forestales.

Aspectos institucionales de la evaluación de 1990

Un inventario forestal permanente a nivel mundial, regional y nacional presupone la existencia de un marco institucional donde se haga la evaluación y a través del cual la información fluya constantemente del ámbito nacional al regional y del regional al mundial. Al principio de la evaluación de 1990 no existía un marco institucional para la evaluación de los bosques trópica les que unificara los esfuerzos nacionales de inventariación para su empleo mundial. Era necesario crear un mecanismo que coordinara e integrara la vigilancia permanente de las condiciones de los recursos forestales a los niveles mundiales y nacionales. Para establecer esta infraestructura era necesario fortalecer las instituciones nacionales e internacionales y los sistemas de apoyo; garantizar métodos permanentes de vigilancia de los recursos forestales con fundamentos técnicos sólidos y eficaces en función de los costos; y llegar a un acuerdo sobre normas de clasificación de la información mundial sobre las condiciones de los recursos forestales y el aprovechamiento de las tierras.

CUADRO 1. Situación del inventario forestal de los trópicos

Región

Número de países evaluados

Número de países con datos sobre los recursos forestales a nivel nacional

Información sobre la superficie forestal

Conservación y ordenación forestales

Plantaciones forestales

Volumen y biomasa

Explotación y aprovechamiento forestal

Ninguna evaluación

Una evaluación

Más de una evaluación

Antes de 1980

1980 1990

Africa

40

3

17

18

2

7

5

2

4

América Latina y el Caribe

33

0

11

16

6

12

4

4

4

Asia y el Pacífico

17

0

1

5

11

9

8

8

7

Total

90

3

29

39

19

28

17

14

15

Nota: Evaluación del Sistema de información sobre recursos forestales (FORIS).

CUADRO 2. Estimaciones de la superficie de la cubierta forestal y la deforestación por subregiones geográficas

Región/subregión geográfica

Número de países evaluados

Superficie de las tierras (millones de ha)

Cubierta forestal

Deforestación anual 1981-1990

1980

1990

(millones de ha)

(%)

(millones de ha)

Africa

40

2 236,1

568,6

527,6

4,1

0,7

Africa Saheliana Occidental

9

528,0

43,7

40,8

0,3

0,7

Africa Saheliana Oriental

6

489,7

71,4

65,3

0,6

0,8

Africa Occidental

8

203,8

61,5

55,6

0,6

0,8

Africa Central

6

398,3

215,5

204,1

1,1

0,5

Africa Austral Tropical

10

558,1

159,3

145,9

1,3

0,8

Africa Insular

1

58,2

17,1

15,8

0,1

0,8

América Latina y el Caribe

33

1 650,1

992,2

918,1

7,4

0,7

América Central y México

7

239,6

79,2

68,1

1,1

1,4

Caribe

19

69,0

48,3

47,1

0,1

0,3

América del Sur Tropical

7

1 341,6

864,6

802,9

6,2

0,7

Asia-Pacífico

17

892,1

349,6

310,6

3,9

1,1

Asia Austral

6

412,2

69,4

63,9

0,6

0,8

Asia Continental Sudoriental

5

190,2

88,4

75,2

1,3

1,5

Asia insular Sudoriental

5

244,4

154,7

135,4

1,9

1,2

Pacifico

1

45,3

37,1

36,0

0,1

0,3

TOTAL

90

4 778,31

910,4

1 756,3

15,4

0,8

Teniendo en cuenta este objetivo, se estableció un sistema de corresponsales nacionales para la evaluación de los recursos forestales tropicales. Los gobiernos de 60 países tropicales designaron centros coordinadores nacionales para establecer contactos e intercambiar información. Se seleccionaron centros regionales y subregionales que contaran con especialistas en inventarios para recoger los datos ya existentes y reunir estudios de telepercepción. Estos centros son un recurso muy valioso en el intercambio de información, la organización de cursos de capacitación y de otras actividades regionales.

En el marco de la Cooperación Técnica entre los Países en Desarrollo (CTPD), en Asia, Africa y América Latina se organizaron, en cooperación con los centros coordinadores, seminarios regionales de capacitación en vigilancia de los recursos forestales tropicales mediante la telepercepción, de los que se beneficiaron 27 países y 55 participantes.

Se hicieron acuerdos conjuntos con varias universidades e instituciones de investigación de países desarrollados, con el objeto de cooperar en trabajos de investigación utilizando la base de datos recopilada y los resultados de la telepercepción.

Durante el período de evaluación se mantuvo un estrecho contacto con la comunidad científica relacionada con los problemas de las variaciones a escala mundial, y con el Grupo de Trabajo sobre Inventarios Forestales y el Grupo sobre Biometría de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO).

Resultados principales

Situación de los inventarios forestales tropicales

De los datos del FORIS resulta claro que la mayoría de los países tropicales no tienen la capacidad suficiente para realizar adecuadamente los inventarios forestales ni evaluar sus resultados (véase el Cuadro 1). La exhaustividad y la calidad de la información contenida en la base de datos del FORIS varían mucho de un país a otro. En la mayoría de los países de Africa, por ejemplo, sólo se dispone de datos y estimaciones realizadas en un solo momento y prácticamente no existen estimaciones de la explotación y el aprovechamiento efectivos. Ningún país ha realizado un inventario forestal nacional con información que sirva para establecer estimaciones fidedignas del volumen y de las variaciones totales de la biomasa forestal.

Estado actual de los bosques tropicales

Según las estimaciones, la cubierta forestal en toda la zona tropical, al final de 1990, abarcaba 1 756 millones de ha, es decir, aproximadamente el 37 por ciento de la superficie total de las tierras (véase el Cuadro 2). América Latina posee la mayor extensión forestal (918 millones de ha), seguida de Africa (528 millones de ha) y Asia (311 millones de ha). Alrededor de 1 544 millones de ha (88 por ciento) se encuentran en tierras bajas y las restantes 204 millones de ha (12 por ciento) en tierras altas (zonas de colina y montaña). Entre las formaciones forestales de tierras bajas (véase el Cuadro 3), la mayor parte corresponde al bosque hidrofítico, con 718 millones de ha (41 por ciento). Los bosques húmedos caducifolios y los bosques secos caducifolios y muy secos abarcan 587 millones de ha (33 por ciento) y 238 millones de ha (14 por ciento), respectivamente. El resto, casi 8 millones de ha, se reparte entre las zonas no forestales (desiertos y mesetas).

La deforestación entre 1981 y 1990, en el conjunto de la zona tropical, se estima en 15,4 millones de ha al año: 7,4 millones ha/año en América Latina; 3,9 millones ha/año en Asia; y 4,1 millones ha/año en Africa (Cuadro 2). La tasa de deforestación en el decenio de 1980 en la totalidad de la zona tropical fue de 0,8 por ciento al año: 0,7 por ciento al año en América Latina; 0,7 por ciento al año en Africa; y 1,1 por ciento al año en Asia.

La deforestación fue de 4,6 millones ha/año en la zona tropical de bosque hidrofítico, de 6,1 millones ha/año en la zona de bosque húmedo, alrededor de 2,1 millones ha/año en las zonas secas y muy secas, y 2,5 millones ha/año en las zonas montañosas (Cuadro 3). Por lo tanto, la tasa de deforestación anual en el bosque hidrofítico fue de 0,6 por ciento, 0,9 por ciento en el bosque húmedo, 0,9 por ciento en los bosques caducifolios secos y muy secos, y 1,1 por ciento en las formaciones de tierras altas.

Es digno de mención que la tasa anual de deforestación, estimada en 15,4 millones de ha, es inferior a la cifra prevista de 16,9 millones ha/año presentada en el Décimo Congreso Forestal Mundial, celebrado en París en septiembre de 1991. La estimación actual se extrae de una base de datos de información por países mucho más completa y reciente (en muchos países, sobre todo de la región de Africa, los datos para la estimación provisional se tuvieron que obtener de las previsiones de 1980).

Resultados provisionales de la Fase 2 para Africa

Al final de 1992, sólo se habían interpretado alrededor de dos tercios de las 117 muestras obtenidas por telepercepción, y se espera que el resto esté terminado hacia el final de octubre de 1993; por lo tanto, todavía no se pueden sacar conclusiones a nivel mundial. El examen que se hace a continuación se refiere a la región de Africa. En él se ilustra la situación que cabe prever una vez que se haya completado la tarea de telepercepción.

Como ya se ha mencionado anteriormente, uno de los rasgos fundamentales de la metodología es que puede utilizarse para obtener no sólo estimaciones anuales, sino también matrices de variación para cada emplazamiento de muestra, así como promedios, regionales y mundiales. De esta manera es posible analizar las variaciones de clase a clase en el uso de las tierras y de las categorías de bosques entre las dos fechas de interpretación.

En el Cuadro 4 se presentan los valores medios de la matriz de variación basados en 31 muestras tomadas en Africa tropical. Como es previsible, al analizar una superficie tan extensa, aparecen prácticamente todas las variaciones posibles de clase a clase. Sin embargo, la mayoría de las variaciones están localizadas por encima de la diagonal, lo que quiere decir que la mayoría de ellas se refieren a la pérdida de superficie o densidad forestal, a la fragmentación, etc. Del Cuadro 4 se deduce que una interpretación que sólo tenga en cuenta la deforestación es demasiado simplista, y que es importante examinar el proceso de cambio en su totalidad.

A modo ilustrativo, en la Figura 3 se muestra el proceso de variación de la superficie de bosque denso que se perdió durante el decenio 1981-1990. La conversión permanente a usos no forestales representó alrededor del 16,1 por ciento del total, mientras que la conversión a agricultura de barbecho breve supuso el 34 por ciento, lo que indica que este cambio se debió más bien a la presión espontánea del crecimiento demográfico que a una planificación de los cambios en la utilización de las tierras. Una parte considerable de la superficie se perdió debido a la fragmentación (19 por ciento), es decir la tala gradual del bosque original en pequeñas zonas, lo que da lugar a un mosaico de áreas boscosas y no boscosas. Si se observan detenidamente las variaciones de la clase original de «bosque fragmentario», que en su mayor parte pasan a la clase «otro tipo de cubierta», se deduce que esta fragmentación es un paso intermedio hacia la agricultura permanente. Una pequeña parte (5,4 por ciento) se sustituye por agricultura de barbecho de larga duración (cultivo migratorio «tradicional») lo que indica que esta práctica tiene poca importancia en la región. Un cuarto de la superficie pasa a ser «bosque abierto», que indica una degradación debido a la pérdida de densidad de la cubierta forestal que probablemente es el resultado del pastoreo y la quema de bosques relacionada con estas prácticas, así como de la extracción selectiva de madera, de la explotación para la obtención de leña, etc.

CUADRO 3. Estimaciones de la superficie de cubierta forestal y de deforestación por principales zonas ecológicas

Formación Zona/Clímax

Superficie de las tierras (millones de ha)

Densidad demográfica en 1990 (habitantes/km2)

Crecimiento demográfico anual 1981-1990 (%)

Cubierta forestal 1990

Deforestación anual 1981-1990

(millones de ha)

(% superficie)

(millones de ha)

(%)

Zona forestal

4 186,4

57

2,6

1 748,2

42

15,3

0,8

Formaciones de tierras bajas

3 485,6

57

2,5

1 543,9

44

12,8

0,8

- Bosque hidrofitico

947,2

41

2,5

718,3

76

4,6

0,6

- Busque húmedo caducifolio

1 289,2

55

2,7

587,3

46

6,1

0,9

- Bosque seco caducifolio

706,2

106

2,4

178,6

25

1,8

0,9

- Busque muy seca

543,0

24

3,2

59,7

11

0,3

0,5

Formaciones de tierras altas

700,9

56

2,9

204,3

29

2,5

1,1

- Busque húmedo

528,0

52

2,7

178,1

34

2,2

1,1

- Busque seca

172,8

70

3,2

26,2

15

0,3

1,1

Zona no forestal (desiertos y mesetas)

591,9

15

3,5

8,1

1

0,1

0,9

TOTAL TROPICAL

4 778,3

52

2,7

1 756,3

37

15,4

0,8

Nota: Los totales no necesariamente corresponden a la suma por haberse redondeado las cifras.

CUADRO 4. Matriz de variaciones de la cubierta forestal en la región tropical de Africa

Clases en el año 1980

Area de las clases en el año 1990

Total en el año 1980

Bosque denso

Bosque abierto

Bosque con cultivos migratorios

Bosque fragmentario

Matorrales (miles de ha)

Barbecho breve

Otro tipo de cubierta

Agua

Plantaciones

(miles de ha)

(%)

Bosque denso

16 781,0

382,1

82,6

291,8

9,5

524,3

247,5

-

-

18 319,3

24

Bosque abierto

23,6

10 049,0

48,3

371,2

12,7

117,8

397,3

0,1

1,4

11 021,8

14

Bosque con cultivos migratorios

7,7

14,6

556,8

1,6

4,4

51,7

28,5

-

-

665,4

0

Bosque fragmentario

24,1

40,0

1,0

8 088,8

7,7

5,8

293,5

-

-

8 461,1

11

Matorrales

0,8

10,8

-

1,1

3 877,9

-

164,3

0,1

-

4 055,1

5

Barbecho breve

7,6

10,9

9,6

2,1

-

2 254,8

53,3

0,4

-

2 338,6

3

Otro tipo de cubierta

16,9

38,2

11,0

63,1

86,6

34,3

26 452,0

51,2

-

26 752,8

35

Agua

0,5 -

-

-

0,5

0,1

3,2

81,5

2 960,1

-

3 045,9

4

Plantaciones

-

-

-

-

-

0,4

0,4

-

4,6

5,3

0

Total 1990

16 863,0

10 546,0

709,2

8 820,2

3 999,0

2 992,4

27 718,0

3 011,9

6,0

74 665,2

100

Porcentaje del total de la superficie

22,6

14,1

0,9

11,8

5,4

4,0

37,1

4,0

0,0



En la Figura 4 se presenta el aumento o pérdida total de superficie en cada tipo de cubierta. La tendencia general es muy clara: pérdida de superficie de bosque denso y aumento de superficies cultivadas.

Figura 3. Variaciones de la superficie de bosque denso en Africa, 1981- 1990

Figura 4. Variaciones de la clases de terrenos forestales in Africa (análisis provisional de 31 muestras)

Encuesta de las plantaciones forestales

La repoblación forestal desempeña un papel importante en la estrategia global de lucha contra la deforestación. En consecuencia, es fundamental conocer la situación actual de los recursos de plantaciones forestales y su tasa de establecimiento, así como las dificultades en obtener su máximo potencial con miras a un desarrollo sostenible. Por lo tanto, en la evaluación de 1990, así como en la precedente, se examinaron las plantaciones forestales. Los datos se obtuvieron principalmente del examen sistemático de los informes periódicos de los países, con un factor de reajuste del 70 por ciento (desviación estándar del 4 por ciento) para compensar la diferencia generalizada entre las plantaciones notificadas y las efectivas. Este factor se determinó mediante la comparación a nivel del terreno de las plantaciones notificadas y el establecimiento/supervivencia efectiva de 56 intentos de plantación (Panday, 1992).

Sobre la base de los resultados de la encuesta y de la aplicación del factor de corrección, se estima que la superficie de plantaciones forestales en los trópicos, hacia el final de 1990, era de 30,7 millones de ha (43,9 millones de ha notificados: 8,6 millones de ha en América Latina, 32,3 millones de ha en Asia y 3,0 millones de ha en Africa). De 1981 a 1990, el aumento medio notificado de la superficie de plantaciones forestales fue de 2,6 millones de ha al año; por consiguiente, la evaluación de la FAO calcula un aumento real de alrededor de 1,8 millones de ha al año.

Salvo algunas excepciones, la mayoría de las plantaciones adolecen de falta de planificación integrada. Como consecuencia, el rendimiento efectivo obtenido de las plantaciones es, por lo general, muy bajo, situándose a menudo por debajo del 50 por ciento de las previsiones iniciales. La armonización de la selección de las especies y las condiciones del lugar son insuficientes, así como la correspondencia entre lo que se necesita y lo que se produce. Este balance es especialmente negativo si se compara con las valiosas posibilidades de desarrollo socioeconómico que ofrecen las experiencias de plantaciones bien manejadas. Por ejemplo, la United Afforestation Industrial of the Congo (UAIC), Grupo industrial reunido para la repoblación forestal del Congo, exporta 400 000 m³ al año de pasta de papel a Europa, recabada de sus 25 000 ha de plantaciones de eucaliptos clonados de alto rendimento; en Bangladesh las plantaciones forestales aportan más del 50 por ciento de la producción total de madera de ese país.

Objetivos elementos principales del programa permanente de vigilancia de los recursos forestales

· Recopilación y análisis de los datos sobre recursos forestales a nivel nacional y notificación de los mismos a la comunidad mundial sobre una base sistemática y comparable.

· Aumento de la capacidad nacional para encuestas y estudios con miras a una planificación y control eficaces y continuos del desarrollo de los recursos forestales nacionales.

· Ampliación del alcance de los inventarios forestales nacionales con la inclusión - de parámetros adecuados para los cambios ambientales, tales como los relacionados con la biomasa, la biodiversidad, la degradación de las tierras, etc.

· Evaluación de la situación y las variaciones de los recursos forestales mediante el uso de la telepercepción y el muestreo según una base mundial, regional y subregional en cooperación con los países miembros correspondientes.

Es necesario crear urgentemente bancos de datos de plantaciones a nivel nacional para subsanar la falta de conocimiento de las relaciones entre el crecimiento, el rendimiento y las especies locales. Estos centros de información no sólo ayudarían al país correspondiente, sino también a otros países cuyas instituciones de investigación forestal son débiles o tienen menos experiencia en la silvicultura de plantaciones. Cabe la esperanza de que, al organizar los conocimientos existentes y al compartirlos, los adelantos en la silvicultura de plantaciones sean mayores.

REPERCUSIONES FUTURAS

Los resultados presentados anteriormente conllevan una serie de consecuencias para el futuro. La evaluación y los exámenes periódicos de los recursos forestales son componentes fundamentales de la planificación a largo plazo de los bosques y de los recursos naturales tanto a nivel nacional como a otros niveles; lo son también para determinar los efectos tanto cuantitativos como cualitativos de la política y las prácticas actuales, y para subsanar las deficiencias. El mecanismo para lograr esto, sin embargo, es uno de los aspectos más descuidados de la ordenación, la conservación y el desarrollo de los recursos forestales. En muchas ocasiones se carece incluso de la información básica referente a la superficie y al tipo de bosque, al potencial existente y al volumen de explotación.

Los conceptos y las técnicas elaboradas en el ámbito del Proyecto de Evaluación de Recursos Forestales de 1990 proporcionan el marco conceptual de los criterios, normas y definiciones para la evaluación periódica; además permiten el establecimiento de mecanismos institucionales mediante una colaboración con los corresponsales nacionales y los centros principales para fomentar el intercambio de tecnología e información. Esto ayudará a los países en desarrollo a recopilar, analizar e intercambiar los datos sobre los recursos forestales y a seguir su evolución a lo largo del tiempo.

Una necesidad particularmente importante es la de organizar evaluaciones a nivel nacional y mundial mediante la vigilancia permanente y los inventarios forestales. Sólo mediante esta técnica se pueden obtener datos fidedignos para exámenes e investigaciones referentes a las variaciones en la utilización de tierras (por ejemplo, la deforestación) y los procesos relacionados (por ejemplo, la degradación, la mejora), así como a la influencia de los bosques en el almacenamiento de carbón y los cambios de clima, y las repercusiones de estos procesos en los árboles y los bosques.

Es importante comprender que repetidas pero aisladas evaluaciones periódicas no pueden bastar para alcanzar este objetivo. La situación de la información por países en 1990 había mejorado con respecto a 1980, y, con toda probabilidad, mejorará todavía más en otros cinco o diez años. Es de esperar que con el tiempo mejore considerablemente la cobertura, la regularidad, la exactitud y la comparabilidad de los datos nacionales. Pero esta mejora, que se basa en técnicas que, si bien mejoran, van siempre cambiando, hace que las comparaciones directas de los resultados globales de estimaciones mundiales sucesivas resulten ficticias.

La manera más eficaz de utilizar los datos primarios, que son los recursos fundamentales, es seguir reevaluándolos en el contexto de un programa permanente de vigilancia de los recursos forestales. Dada la actual situación crítica de los recursos forestales tropicales y la gran preocupación sobre las consecuencias socioeconómicas y ambientales de la deforestación, en particular, y de la degradación de los bosques, en general, se debería dar prioridad a los esfuerzos inmediatos y continuos por desarrollar e institucionalizar este programa permanente de vigilancia de los recursos forestales.

Bibliografía

Panday, D. 1992. Assessment of tropical forest plantation resources. Uppsala, Suecia, Swedish University of Agricultural Sciences.


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