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Recursos naturales

Un Examen de las Actividades Desarrolladas por la Conferencia Científica de las Naciones Unidas sobre Conservación y Aprovechamiento de los Recursos Naturales.

Antecedentes y organización de la conferencia
Sesiones plenarias
Sección técnica sobre silvicultura

Realmente sería una tarea un tanto difícil citar la fecha en que se comenzó a recurrir a la ciencia para la conservación de los recursos naturales. En el transcurso de los siglos el hombre ha ido reuniendo un cúmulo de conocimientos empíricos respecto a la conservación de suelos y de su fertilidad, administración democrática de los bosques, control de las aguas y extracción de minerales pero por lo menos algunos de los métodos empleados en la antigüedad podrían ser clasificados hoy como científicos. Mucho antes de la era cristiana ya existían en China prácticas agrícolas sumamente adelantadas y métodos para el control de las inundaciones sabiamente planeados y aplicados; en Egipto se hacían levantamientos topográficos de los terrenos; y los sistemas de riego en los valles del Tigris y el Eufrates habían alcanzado un alto grado de perfección. Pero a pesar de que las prácticas desarrolladas en algunos países indudablemente eran muy adelantadas, éstas no se propagaban fácilmente de una a otra región y aún en aquellos países más avanzados variaba considerablemente la atención que se prestaba a los diferentes recursos. En China, por ejemplo, se logró conservar una gran parte de los suelos mejores pero por otro lado se permitió la destrucción de los bosques.

Durante los tiempos históricos primitivos y muchos siglos después, la densidad de población en diversas partes del mundo era tan escasa que la influencia del hombre en el medio ambiente era casi insignificante, pero en otras regiones, donde la población era más densa, el mal uso de los recursos naturales condujo algunas veces a la ruina de toda una civilización.

Durante el siglo diecinueve, la evolución de la ciencia moderna y su aplicación a los problemas prácticos, junto con la creación de una red mundial de comunicaciones, ha preparado el escenario para la aplicación de nuevos métodos de ataque en todo lo relacionado con el manejo y conservación de los recursos naturales. Al mismo tiempo, el aumento descomunal de la población que sucedió a la Revolución Industrial contribuyó a aumentar la urgencia de resolver los problemas relacionados con la conservación de los recursos y surgieron cuestiones serias respecto a las cantidades de alimentos, ropa, alojamiento, metales y combustibles que la tierra podría proporcionar a sus habitantes. Los hombres de gran visión comenzaron a darse cuenta de que los recursos naturales no eran ilimitados y que el rápido aumento registrado en la población exigía un uso más cuidadoso de suelos, aguas, bosques y minerales. Sobre todo, había que acabar con la destrucción descuidada e insensata de los valiosos recursos.

Durante el siglo presente ha continuado aumentando la exigencia de explotar los recursos naturales. Dos guerras mundiales desastrosas han acelerado la merma de dichos recursos, pero no han reprimido el aumento de la población. Por otra parte, durante los últimos cincuenta años se ha desarrollado rápidamente la cooperación internacional tendiente a precisar datos en una escala mundial, definir los problemas específicos y buscar soluciones adecuadas. Actualmente se les está concediendo a los recursos naturales en las consultas entre los gobiernos el lugar que les corresponde como base esencial de la vida y la riqueza.

Es evidente hoy día la relación directa que existe entre la magnitud de los recursos naturales disponibles y el número de habitantes que el mundo puede mantener a un nivel razonable de salud y bienestar. Una escuela de pensamiento estima que si la población continúa aumentando durante otro siglo en la misma proporción actual, inevitablemente se originará tal aglomeración de habitantes que los niveles de vida tendrán que descender. Otros piensan que la aplicación de la ciencia moderna puede contribuir a aumentar la productividad de los recursos existentes en un grado tan considerable que no existe motivo alguno para alarma. Sin embargo, ambos grupos están de acuerdo en que debe detenerse la explotación destructiva y descuidada de los recursos naturales, que todavía continúa en gran escala, si se quiere evitar que los efectos del desastre repercutan en la raza humana.

A medida que se han ido aclarando los amplios problemas relacionados con la conservación de los recursos, se ha hecho cada vez más evidente la necesidad que existe de que en los planes de conservación se incluya la administración adecuada de todos los recursos simultáneamente, si es que se quiere que dichos planes resulten efectivos. Ya no basta que se dediquen grandes esfuerzos a los métodos de tratamiento de los suelos y se descuide el mantenimiento de los niveles de las aguas freáticas, o que se construyan presas formidables y costosas mientras se deja que cuencas hidrográficas desprovistas de árboles ocasionen que el embalse se llene de sedimentos. Un país que desperdicia insensatamente las riquezas minerales que encierran sus montañas eventualmente tendrá que sufrir los rigores, no importa cuan adelantada esté su agricultura. Además, ha llegado el momento en que cada hectárea de tierra, cada litro de agua, y cada tonelada de mineral deberán destinarse al uso que resulte más adecuado y que redunde en mayores beneficios para el mayor número de habitantes. Estas ideas constituyeron los temas principales de la Conferencia Científica de las Naciones Unidas sobre la Conservación y Aprovechamiento de los Recursos Naturales, celebrada en Lake Success, E.U.A., del 17 de agosto al 6 de septiembre de 1949.

Es cada vez más evidente la necesidad que existe de que se analicen en conjunto los esfuerzos no coordinados emprendidos en varios campos relacionados con la conservación de los recursos naturales. Al mismo tiempo es preciso que se trate de hacer un inventario global, ya que es obvia la gran influencia que puede tener la situación general en cualquier modificación de las políticas nacionales que pudiera resultar conveniente llevar a cabo. Una ventaja perdurable lograda con esta reunión es que ella brindó justamente dicha oportunidad. Indudablemente que tanto desde el punto de vista geográfico como subjetivo, este inventario general tendrá resultados de gran alcance. Se requerirá tiempo para que los nuevos conceptos, que inevitablemente surgirán de esta reunión, cristalicen en la mente de quienes estuvieron presentes y de quienes se enterarán de las deliberaciones a través de los informes finales que se publiquen, así como también para que dichos conceptos se transformen en medidas prácticas. Una de las impresiones más fuertes que en el ánimo tanto de los expertos allí presentes como del público en general, que concurrió en un número crecido y halagador, dejó esta reunión, fué que algo definitivamente nuevo estaba surgiendo y que tarde o temprano el resultado de estas discusiones se reflejaría en todas las actividades relacionadas con la conservación.

Se obtuvo una nueva perspectiva de la situación, lo que probablemente modificará grandemente la forma de abordar los problemas en muchos de los campos. Ahora que ya se ha considerado este problema desde un punto de vista integral, será más fácil colocar correctamente las piezas de este gran rompecabezas y encontrar la solución para muchos problemas. Sin embargo, a pesar de lo tentador que pueda parecer la reorganización de las actividades para la conservación de los recursos naturales, conforme a un nuevo concepto, no debe pasarse por alto que la decisión de confiar las labores relacionadas con ellos a dependencias gubernamentales, tales como los Ministerios de Agricultura, Ministerios de Minas y Ministerios de Energía Eléctrica y Comunicaciones se ha tomado con fundamento en una larga experiencia y en consideraciones importantes. La misma observación se aplica a la actual distribución de la responsabilidad internacional entre las Naciones Unidas y sus diversos organismos especializados. Por consiguiente, parece lo más prudente conservar esta forma de distribución de responsabilidad asegurando una coordinación sistemática en las labores y planes de todos los organismos relacionados con los problemas de conservación de los recursos naturales, en lugar de intentar concentrar en un solo organismo todas las actividades relacionadas con los problemas de conservación.

Dicha Conferencia, a la que asistieron cerca de 600 delegados representando a 49 países y 8 organizaciones internacionales, fué única en muchos aspectos, uno de los cuales fué el hecho de que no siguió la costumbre de tomar resoluciones ni formular recomendaciones a los gobiernos. A través de una serie de reuniones dedicadas a estudiar cada recurso en particular, esta Conferencia reunió agrónomos, silvicultores, expertos mineros y otros muchos especialistas en cuestiones de recursos naturales de diferentes países, proporcionando a la vez una oportunidad para el intercambio de experiencias entre los expertos y funcionarios en cada campo especial. Esto en sí tuvo importancia, pero aún más importante fué la oportunidad única que se blindó a los especialistas de poder ampliar sus conocimientos y apreciación acerca de los problemas que surgen en otros campos ajenos a los propios. Los silvicultores pudieron asistir a las reuniones técnicas sobre la conservación de suelos; los expertos en minas de carbón escucharon las discusiones de los ingenieros petroleros; los agrónomos asistieron a reuniones dedicadas principalmente a la generación de la fuerza hidroeléctrica; y los expertos ganaderos tuvieron contacto con los problemas prácticos de la conservación de la fauna y de las pesquerías marinas. Además, durante las sesiones plenarias se prestó atención especial a la unidad esencial de los problemas de conservación y la medida en que la administración de un recurso podía resultar perjudicial para otros.

Antecedentes y organización de la conferencia

Hace 40 años aproximadamente, el señor Gifford Pinchot, ya finado, por aquel entonces Jefe del Servicio Forestal de los Estados Unidos, recomendó al Presidente Theodore Roosevelt la organización de una conferencia internacional sobre la conservación de los recursos naturales. Acontecimientos políticos de carácter nacional e internacional y otras muchas causas demoraron la fructificación de esta idea, la que se mantuvo viva gracias a los esfuerzos de su creador. El 4 de septiembre de 1946, unas cuantas semanas solamente antes de la muerte del señor Pinchot, acaecida a la avanzada edad de 82 años, el Presidente Truman se dirigió por escrito al representante de los Estados Unidos ante el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, dándole instrucciones para que formulara la proposición de que el Consejo patrocinara la celebración de una conferencia científica sobre la conservación y aprovechamiento de los recursos naturales. A su debido tiempo el Consejo consideró esta proposición y el 28 de marzo de 1947 fué adoptada la siguiente resolución:

"EL CONSEJO ECONÓMICO Y SOCIAL,

RECONOCIENDO la importancia de los recursos naturales del mundo, especialmente en vista de la merma que han sufrido como consecuencia de la guerra y de su importancia para la reconstrucción de las regiones devastadas, y dándose cuenta además de la necesidad que existe de un continuo desarrollo y aplicación centralizada de las técnicas para la conservación y aprovechamiento de los recursos.

DECIDE convocar a una Conferencia Científica de las Naciones Unidas sobre la Conservación y Aprovechamiento de los Recursos Naturales con el propósito de promover el intercambio de información acerca de las técnicas empleadas en este campo, el costo y beneficios de su aplicación y su correlación; dicha conferencia deberá celebrarse no antes de 1948;

DECIDE que la Conferencia se dedique exclusivamente al intercambio de opiniones y experiencias sobre estos asuntos entre ingenieros, técnicos en cuestiones de recursos naturales, economistas y otros expertos en campos afines;

PIDE al Secretario General que

(a) inicie las labores preparatorias en relación con los alcances y organización del programa de la Conferencia y la consideración del lugar y fecha en que ésta ha de celebrarse;

(b) establezca consultas con los representantes de los organismos especializados que tienen un grado importante de responsabilidad en los campos relacionados con el programa de la Conferencia y considere las sugestiones que le puedan ser sometidas por los Estados Miembros de las Naciones Unidas;

AUTORIZA al Secretario General a reunir, caso de que lo considerare pertinente, un comité preparatorio integrado por expertos, que a su juicio lo ayude a llevar a cabo las labores descritas en el párrafo 3 (a); y

PIDE al Secretario General que mantenga informado al Consejo acerca de las actividades que desarrolle en acatamiento a esta resolución."

En el mes de septiembre se iniciaron en Lake Success las discusiones respecto al procedimiento y organización más adecuados para la Conferencia y posteriormente se estableció un comité consultivo con carácter provisional. Este comité fué integrado por representantes de la FAO y otros organismos especializados, así como por asesores procedentes de varios países. Como Presidente del mismo se eligió al doctor Carter Goodrich, de Columbia University.

Desde un principio se aceptó, por razones de orden práctico, que la Conferencia no podría durar más de tres semanas. Por consiguiente, el programa que se elaborara tendría que abarcar todo el campo general de los recursos naturales, es decir, suelos, agricultura, ganadería, pesca, fauna, aguas, bosques, minerales, combustibles y energía, dentro de un espacio de tiempo tan limitado. Debido a que se consideró conveniente poner de manifiesto la interdependencia de muchos de estos recursos, así como subrayar las ventajas de la unificación de los planes regionales para su fomento y protección, se decidió que por lo menos la mitad del tiempo de que disponía la conferencia se debería dedicar a sesiones plenarias, destinándose el resto para las labores de las secciones especializadas encargadas de estudiar cada recurso en particular.

Como primer paso, se solicitó al Gobierno de los Estados Unidos que presentara sugestiones para la preparación del programa y se pidió a la FAO que expresara su opinión respecto a aquellos recursos en los cuales está especialmente interesada. Fué posible para las dependencias oficiales de los Estados Unidos interesadas y la FAO trabajar conjuntamente en Wáshington y llegar a un acuerdo sobre un proyecto preliminar. Este proyecto, modificado en parte por el comité consultivo de Lake Success, se envió a los gobiernos de todos los países a fin de conocer sus opiniones.

En este estado las gestiones, el comité consultivo provisional fué substituido por un comité preparatorio integrado por expertos designados por el Secretario General de las Naciones Unidas. Se eligió presidente de dicho comité al doctor Goodrich, con quien colaboraron representantes de nueve países, así como de la FAO, de la Organización Internacional del Trabajo y de la Organización Mundial de la Salud. Los dos funcionarios de la FAO que tomaron parte en las labores del Comité fueron el señor J. D B. Harrison, de la Dirección de Silvicultura y Productos Forestales, y el doctor Herbert Green, de la Dirección de Agricultura.

En junio de 1948 el comité preparatorio inició el examen de las sugestiones recibidas de los gobiernos, la preparación del programa y agenda definitivos para la Conferencia, y la selección de autores que habrían de someter estudios y de presidentes para las diversas reuniones. El comité preparatorio contó con la colaboración de un reducido personal proporcionado por el Departamento de Asuntos Económicos de las Naciones Unidas. Bajo la dirección del señor A. J. Van Tassel y en colaboración con los servicios de las Naciones Unidas ya establecidos en Lake Success, este personal se ocupó de preparar las invitaciones, hacer los arreglos necesarios para la traducción y reproducción de documentos, conseguir alojamiento para los delegados en Nueva York y facilitar medios de transporte entre dicha ciudad y el lugar de la reunión. A este respecto, fueron muchos los elogios que se recibieron en cuanto a la actividad y eficiencia general demostradas.

Se formularon planes para que las discusiones técnicas se llevaran a cabo en seis secciones distintas, a saber: tierras (incluyendo agricultura y ganadería), aguas, bosques, fauna y peces, minerales, y combustibles y energía. En las mañanas se reunirían simultáneamente diversas secciones, y las tardes se dedicarían a las sesiones plenarias. El tiempo disponible para cada sección se limitó a siete u ocho mañanas y debido a que ninguno de los asuntos principales podía considerarse con gran amplitud, se hacía necesario establecer un procedimiento que permitiera lograr el progreso máximo hacia el objetivo específico de la Conferencia, es decir, el intercambio de información y experiencias. Con este objetivo en mente, se invitó a una autoridad internacionalmente reconocida a que preparase un documento de carácter general acerca de cada uno de los asuntos seleccionados para su discusión y se solicitó a determinados países que se sabía tienen una experiencia valiosa sobre esta materia a que sometieran informes breves respecto a la experiencia adquirida. La idea era ofrecer a los delegados de otros países la oportunidad de formular preguntas directas a quienes tuviesen algo que informar acerca de su experiencia práctica. Dada la escasez de tiempo, se invitó a quienes presentaron ponencias a que sólo hicieran una breve exposición en lugar de proceder a su lectura completa. En general esta medida dió resultados satisfactorios, aunque puede decirse que en las reuniones sobre silvicultura el número de países que estuvieron representados fué considerablemente inferior de lo que se esperaba. Esto puede haberse debido en parte a que no fué posible evitar que coincidieran las fechas para la celebración de esta Conferencia de las Naciones Unidas y el Tercer Congreso Mundial de Silvicultura en Helsinki.

Durante el curso de la Conferencia se hicieron los arreglos necesarios para realizar diversas excursiones y varios delegados de silvicultura aprovecharon la oportunidad para visitar el Bosque Charles Lathrop Pack, cerca de Warrensburg, en el Estado de Nueva York. En dicho lugar pudieron inspeccionar algunos bosquecillos interesantes de pino blanco (Pinus strobus) y obtener información directa respecto a los métodos de administración dasocrática aplicados en los Estados Unidos en un bosque de demostración.

Después de clausurada la Conferencia las autoridades de los Estados Unidos hicieron los arreglos pertinentes para que un número considerable de los delegados extranjeros visitara los altos hornos de acero de Pittsburgh y realizara una extensa jira a través del Valle del Tennessee, zona que con sus grandes aprovechamientos de fuerza hidroeléctrica y facilidades para la navegación, así como la atención que se ha prestado a la conservación de todos los recursos naturales, constituye probablemente el centro de demostración más famoso que puede encontrarse en todo el mundo en lo que se refiere al desarrollo económico planeado y unificado de toda la cuenca de un río.

Sesiones plenarias

En la mañana del miércoles 17 de agosto, el señor Julius A. Krug, Secretario del Interior, en nombre del Presidente Truman dió una calorosa bienvenida a los delegados. Otro tanto hizo el Alcalde O'Dwyer, quien les dió la bienvenida en nombre de la Ciudad de Nueva York, procediendo acto continuo el Secretario General de las Naciones Unidas, señor Trygve Lie, a la apertura oficial de las labores de la Conferencia.

En la tarde del mismo día las sesiones plenarias iniciaron sus labores con el estudio de una serie de documentos importantes, figurando entre ellos uno sobre la Situación de los Recursos Naturales del Mundo, presentado por el señor S. S. Bhatnagar, Secretario de Investigación Científica del gobierno de la India; uno sobre el Legado de Recursos Exhaustos, por el señor Fairfield Osborn, Presidente de la Fundación de Conservación, de Nueva York; y otro más sobre la Creciente Imposición sobre los Recursos Naturales, por el doctor Colín G. Clark, de Australia. La mañana del día siguiente se dedicó a un examen mundial de las escaseces críticas, en el curso del cual, Sir Herbert Broadley, Director General Adjunto de la FAO, analizó la situación mundial de la alimentación, y el Sr. Marcel Leloup, Director de Silvicultura y Productos Forestales de la FAO, sometió un estudio sobre la escasez de productos forestales, que fué leído por el Sr. R. C. Fortunescu. 131 Dr. H. L. Keenleyside, Ministro Adjunto de Minas y Recursos Naturales del Canadá, habló con referencia a la escasez de minerales y el Sr. John C. Parker, Vicepresidente de la Consolidated Edison Company, de Nueva York, trató de la situación mundial en materia de combustibles y energía.

Lo limitado del espacio no nos permite hacer mención de toda la serie de trabajos presentados en las sesiones plenarias, pero debe prestarse especial atención a la colección de documentos y opiniones sometidas en la última mañana que se reunió la Conferencia. En esta ocasión, los puntos sobresalientes que surgieron como resultado de las discusiones de las diversas secciones fueron incorporados a las conclusiones generales de las sesiones plenarias. En esta reunión se invitó al Sr. René Jolain, Inspector General del Ministerio de Aguas y Bosques de Francia para que hiciera un resumen de las conclusiones a que se había llegado en lo relativo a la silvicultura. Este caballero enfocó especialmente la atención respecto a la estrecha relación que existe entre la conservación de suelos, aguas y bosques, recomendando que cada país trate de lograr un equilibrio efectivo entre sus bosques y sus tierras agrícolas. Una de las conclusiones más importantes a que llegó la Conferencia fué que los bosques tropicales constituyen actualmente la principal reserva mundial y que deben recibir la atención que se merecen. Cada país debe preparar un inventario completo de sus recursos forestales a fin de disponer de una base segura para poder seleccionar los métodos y políticas que permitan lograr los mejores rendimientos de los bosques, mejorando al mismo tiempo su condición. Debe estimularse la plantación de variedades de árboles mejoradas. Asimismo, en los bosques tropicales deben concentrarse los esfuerzos en el aprovechamiento de especies adicionales de árboles, ya que esto ofrecerá grandes posibilidades para una explotación racional.

En todas partes del mundo debe fomentarse la silvicultura para poder satisfacer en la mejor forma posible las necesidades de las industrias madereras; a su vez, estas industrias deberán aprender a hacer un uso completo de todos los productos del bosque suministrados por los silvicultores. Para lograr este objetivo será necesario que se desarrollen programas adecuados de investigación y se requerirán esfuerzos especiales a fin de encontrar métodos y prácticas para reducir el gran desperdicio de la producción forestal que existe hoy en día.

El Sr. Jolain subrayó la necesidad que hay de una mayor protección contra los incendios forestales, imprimiendo mayor significación a sus observaciones las trágicas pérdidas de vida y de bosques que tuvieron lugar en los Estados Unidos y Francia durante el verano de 1949. Asimismo debe proporcionarse una mayor protección contra las plagas de insectos dañinos y enfermedades que atacan los árboles.

Los asistentes a la sesión plenaria final, celebrada en la tarde del jueves 6 de septiembre, tuvieron oportunidad de oír un inspirado discurso sobre el Uso de los Recursos Naturales para el Mejoramiento de la Vida Humana, pronunciado por Madame Vijaya Lakshmi Pandit, Embajadora de la India ante los Estados Unidos de América. A continuación el señor James Thorne, de Nueva Zelandia, Presidente del Consejo Económico y Social, resumió la contribución que representaba la Conferencia a la continua labor de las Naciones Unidas y especialmente al programa más amplio de Ayuda Técnica para el Desarrollo Económico. La Conferencia fué clausurada oficialmente por el Secretario General de las Naciones Unidas.

Sección técnica sobre silvicultura

La Sección Técnica de Silvicultura celebró siete reuniones. A continuación se citan los temas que se discutieron en cada reunión, así como los nombres de quienes las presidieron:

19 de agosto - Inventarios Forestales

Presidente: Dr. P. C. Mahalanobis (India)

Técnicas de Muestreo
Reconocimientos Aéreos

22 de agosto - Protección de los Bosques

Presidente: Lord Robinson (Reino Unido)

Control de los Incendios Forestales
Control de los Insectos Dañinos y Enfermedades de los Arboles.

23 de agosto - Administración Dasonómica

Presidente: Sr. R. Jolain (Francia)

Administración y Planes de Trabajo y su Adaptación a Condiciones Cambiantes
Selección de Técnicas Silvícolas

25 de agosto - Función Protectora del Bosque

Presidente: Dr. Reed W. Bailey (Estados Unidos)

El Bosque y la Protección de Otros Recursos Naturales
Control de los Torrentes y Avalanchas

26 de agosto - Dasocracia

Presidente: Gr. M. Phillips Price, M. P. (Reino Unido)

Características Esenciales de la Política y la Legislación Forestales
Organización de los Servicios Forestales

29 de agosto - Técnicas de Explotación y de Aserrado

Presidente: Sr. S. B. Show (FAO)

Mejoramiento en las Técnicas de Explotación
Transporte de Trozas

31 de agosto - Conservación y Aprovechamiento Químico de la Madera

Presidente: Sr. J. D. Hale (Canadá)

Conservación de la Madera
Aprovechamiento de los Desperdicios y Corteza de la Madera

El Sr. S. B. Show, funcionario de la FAO, presentó el 26 de agosto un estudio acerca de la organización de los servicios forestales. El Sr. Harrison fué el funcionario encargado del programa en seis de las siete reuniones celebradas.

Todas las ponencias presentadas a la Conferencia junto con los resúmenes de las discusiones serán publicadas a su tiempo por las Naciones Unidas. Es imposible hacer un sumario del gran número de trabajos importantes de carácter informativo que fueron sometidos con relación a la silvicultura y los productos forestales, pero puede ser de interés exponer algunas impresiones generales.

Una característica notable fué la igualdad de opinión entre los silvicultores de diferentes partes del mundo respecto a los asuntos importantes. Las condiciones físicas dentro de los bosques, así como las condiciones sociales y económicas y el desarrollo industrial, difieran considerablemente entre los diferentes países y regiones, y sin embargo los objetivos finales de todos los silvicultores son similares.

Los silvicultores demostraron gran interés no sólo en los trabajos de su propia sección, sino también en las reuniones donde se consideraron los asuntos relacionados con la conservación de suelos, las aguas y la conservación de la fauna y todos los asistentes aprovecharon la oportunidad que seles presentó de establecer nuevos contactos con autoridades de otros países y especialistas en otros campos. Desde el punto de vista profesional, estos contactos tendrán la doble ventaja de ensanchar la visión de muchos silvicultores a la vez que permiten a otros que no lo son, una mejor apreciación de los problemas y objetivos de los silvicultores, cosa que siempre sucede con la adquisición de conocimientos más amplios.

Los delegados abandonaron la Conferencia bajo la impresión de que el esfuerzo realizado había sido fructífero y con grandes esperanzas de que significara un paso importante para lograr una mejor cooperación internacional. Esta actitud, expresada repetidamente, fué la nota más relevante, ya que al inicio de dicha reunión muchos se sentían escépticos en cuanto a los buenos resultados que se obtendrían de una Conferencia de tamaños alcances y organización tan excepcional.


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