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Asistencia técnica para el aprovechamiento de tos bosques tropicales

Por A. AUBREVILLE, Inspector General de Aguas y Bosques, Ministerio de la Francia de Ultramar, París

El aprovechamiento y la conservación de los bosques tropicales presentan problemas que son ya bien conocidos, pero los territorios en que hay que resolverlos son tan vastos y los bosques mismos, así como las condiciones locales, tan variados, que estamos ano muy lejos de haber encontrado soluciones adecuadas. La experiencia que se ha acumulado en muchas partes del mundo ha indicado, por lo menos, lo que se debe hacer, mas se necesitará mucho tiempo y esfuerzo para que la práctica pueda corresponder a la teoría, en la escala requerida.

La silvicultura tropical presenta casi el mismo as, pacto en todos los países poco desarrollados y cuya densidad de población es pequeña. Las dificultades que se encuentran pueden ser resumidas, de una manera general, en la forma siguiente:

1. Los bosques de los trópicos son extensos y en general poco explotados. En realidad, existen todavía extensas regiones vírgenes. En los casos en que la explotación se lleva a cabo, la producción por unidad de superficie es insignificante. En la actualidad, el número de las especies vendibles es pequeño y las exportaciones de maderas tropicales representan una proporción muy pequeña del comercio mundial de estos productos. La desproporción entre los recursos disponibles y su aprovechamiento constituye una anomalía en un mundo de tal manera organizado que requiere que todos los recursos naturales sean utilizados.

2. Las maderas mas valiosas provienen a menudo de las especies que menos abundan en los bosques. Su extracción empobrece el material en crecimiento y favorece el desarrollo de árboles menos valiosos, haciendo que desaparezcan las especies de primera calidad.

3. La práctica de la agricultura nómada, y el peligro concomitante de las limpias a fuego y la quema de matorrales, pueden fácilmente destruir por completo los bosques tropicales, especialmente si están situados en pendientes pronunciadas o en regiones cuya estación seca es de larga duración. El resultado natural de tal denudación es la deterioración de los suelos y el agotamiento de las aguas. En las regiones insuficientemente desarrolladas esto puntos son muy a menudo ignorados o subestimados. Por lo tanto, es con frecuencia un servicio básico el llamar la atención hacia las condiciones que existen en las regiones tropicales a fin de señalar claramente peligros a que están expuestas.

Volviendo al problema del mal aprovechamiento de los recursos forestales, hay fundamento para afirmar que este hecho se encuentra íntimamente relacionado con la escasez de población. Donde las poblaciones son más densas, las necesidades crean el incentivo para una mayor explotación de los bosques. Pero tal como están las cosas hoy día, solamente la seguridad de desarrollar un comercio de exportación estimulará el aprovechamiento de las extensas regiones forestales inexplotadas. En mi opinión, la asistencia técnica en tales regiones deberá suministrarse, en primer lugar, para determinar las condiciones que se requieren para lograr una expansión de las exportaciones de madera, y en segundo, para ayudar a obtener tal expansión. Muchos países tropicales, con poblaciones poco densas, podrían obtener ingresos considerables de la explotación de sus recursos forestales.

La razón principal de que los países tropicales hayan permanecido retrasados en el desarrollo de sus recursos silvícolas, es el hecho de que conocen muy poco acerca de las posibilidades que existen para la explotación o del valor relativo de los productos que se pueden obtener de los bosques. Solamente una parte de los árboles en pie puede tener valor comercial, como trozas de exportación o materia prima para la conversión, pero si nadie sabe lo que el bosque es capaz de producir es imposible desarrollar su explotación.

Lo Que un Programa de Asistencia Técnica Debería Contener

La primera fase en un programa de asistencia técnica a las regiones forestales de los trópicos debería ser la investigación de los recursos forestales y la determinación de su valor. Para lograr esto hay que considerar las tres etapas siguientes:

1. Estimación de la madera en pie que puede utilizarse. Los bosques tropicales están compuestos de muchas especies - en realidad, de un número excesivo de ellas - de calidad muy diversa. Se deben seleccionar las que pueden resultar valiosas, tomando en cuenta la calidad de la madera, sus propiedades tecnológicas, su abundancia relativa y su distribución Cuando se considere que una especie es digna de ser explotada, se deben realizar estudios de la madera (características físicas y mecánicas, usos, facilidades que ofrece para ser trabajada) y del árbol (tamaño medio, contenido de madera en pies cúbicos, características tecnológicas de las trozas, defectos, grano corazón, etc.). También se necesita obtener información acerca de la distribución geográfica de tal especie y de su abundancia relativa en el bosque. Una madera excelente, pero rara, no tiene mucha importancia comercial, a menos que sea especialmente apropiada para la fabricación de chapas.

Por esta razón, el primer paso debería ser el levantamiento de un censo general del bosque, comenzando con las regiones que son más fácilmente accesibles la explotación, lo cual permitirá hacer una evaluación aproximada por región o tipo de bosque de la cantidad media de madera explotable existente, expresada en medidas cúbicas. Durante la preparación del censo, se deberían realizar investigaciones completas de todo lo que se conozca localmente acerca de las calidades y usos de las maderas que se vayas encontrando, y organizar trabajos de laboratorio par; estudiar y clasificar dichas maderas. No parece necesario hacer un reconocimiento detallado de todo los bosques de un país; será suficiente determinar los diferentes tipos de bosques y por el método de la muestra obtener un conocimiento apropiado del valor medio del bosque.

En muchas partes del mundo, el acarreo a hombros e el único método que se conoce para la movilización de tablones posados.

Fotografía de propiedad de la FAO

Más bien que la tradicional tracción animal

Cortesía de Allis-Chalmers Company

2. Examen de las posibilidades que existen para lo explotación del bosque. Esta labor entrañaría el estudio del medio ambiente (clima, topografía, suelos) que tuviera como fin descubrir cualesquiera dificultades especiales con que pudiera tropezar la extracción de la madera ya que, de esta manera, la apertura de buenos caminos y otros medios de acceso al bosque podrían ser logradas inmediata y fácilmente. Estos estudios deben abarcar (a) el estado de las vías que existen para la extracción, por ejemplos el límite de las aguas navegables y de las que se utilizan para el transporte por flotación durante todo el año y en ciertas estaciones; las dificultades con que tropiezan la navegación y la flotación, los ferrocarriles y otros medios de transporte; (b) la disponibilidad de mano de obra, tanto local como regional, y las posibilidades que existen para aprovecharla, estimaciones sobre su costo y eficiencia e investigaciones de los reglamentos locales de trabajo; (c) la determinación de las regiones que podrían ser explotadas después de la construcción de caminos para la extracción de la madera, de las vías ferroviarias disponibles y de las facilidades portuarias pala cargar las trozas en los barcos. Luego se debería realizar un estudio de los reglamentos fiscales y aduaneros para determinar xi estimulan u obstaculizan el desarrollo forestal de los mercados locales y extranjeros pala la madera; y de la política local con respecto al capital extranjero.

3. Investigación de las posibilidades que existen para establecer industrias forestales. Después de realizar el censo general del bosque, se deberían determinar las posibilidades de establecer industrias forestales. Es necesario que las clases y calidades de madera requeridas por las diferentes industrias de transformación existan en cantidades suficientes y que las condiciones económicas sean favorables (costo del metro cúbico de madera entregado en el aserradero, mullo de obra, impuestos, servicios públicos, mercados, etc.). Se debería, en lo posible, seleccionar las reservas forestales que, debido a su ubicación, facilidades de trabajo y calidad, pudieran fácilmente abastecer a los nuevos aserraderos.

Segunda fase. Es posible que, como una segunda fase, se llegue a suministrar asistencia técnica para el establecimiento de aserraderos y para la obtención del capital que se necesita invertir. Esto naturalmente, dependerá de que los informes y estudios de los técnicos revelen que las condiciones existentes son favorables.

Después de haber estimado los recursos forestales y examinado las formas de aprovechar la madera disponible, los expertos encargados del programa de asistencia técnica recomendarían los métodos de explotación adecuados y el equipo que consideran más apropiado a las condiciones locales. En el caso de bosques fácilmente accesibles, se debe también considerar la cuestión de su administración permanente, con el fin de realizar la explotación lo más de acuerdo posible con los principios del rendimiento continuo y evitar el empobrecimiento del material en crecimiento.

Conservación de Bosques

La asistencia técnica no debería limitarse a recomendar los mejores métodos de explotación forestal. Se debe prestar atención a los medios de preservar los bosques de la destrucción y a las posibilidades de aumentar su producción para beneficio de las futuras generaciones. Muy a menudo el aprovechamiento de los bosques ha consistido simplemente en cortar los árboles utilizables que se han acumulado hasta la época en que los madereros inician sus operaciones.

Los árboles mejor desarrollados y las maderas más preciosas se extraen sin tomar en cuenta la regeneración o el futuro del bosque. Desde luego, se comprende que es a menudo imposible hacer otra cosa; los madereros extraen solamente los árboles que pueden vender con seguridad y a ellos no les corresponde preocuparse por el futuro del bosque. Esta tarea compete a los servicios públicos, los cuales deben adoptar las medidas necesarias para compensar cualquier destrucción de los árboles en crecimiento. Estas dependencias, si están bien asesoradas, deberían tomar a su cargo las operaciones silvícolas que sean convenientes a las especies respectivas y a las condiciones del bosque. Deberían destinar al mejoramiento de los bosques parte de los ingresos que se derivan de la explotación, con el fin de crear un volumen de madera de mayor valor, el cual más tarde pudiera ser de utilidad a todo el país.

La explotación forestal en gran escala exige con frecuencia máquinas.

Cortesía de la Oficina de Información de los Países Bajos.

En los territorios franceses del Africa tropical hemos llegado a comprender que la explotación de las especies más valiosas, tales como la caoba, el iroko, el okoumé, etc., no ha sido igualada por la regeneración natural de éstas, de manera que los bosques han llegado a empobrecerse. En realidad, parece que la explotación de ciertas especies terminará muy pronto porque no habrá árboles que cortar. Sin una administración silvícola adecuada, la explotación comercial de los bosques tropicales no podrá durar mucho tiempo. Se ha dicho con frecuencia que los bosques tropicales son pobres. Esto es cierto, pero si se aplican procedimientos silvícolas apropiados el medio ambiente es capaz de mantener bosques ricos. No hay que menospreciar esta consideración. Cualquier nación moderna que no se preocupe por mejorar sus bosques, tendrá algún día que restablecerlos y encontrará que esta dilación es costosa.

Métodos Silvícolas

Durante algún tiempo los silvicultores que trabajan en Africa han estado estudiando las necesidades ecológicas de ciertas especies y las mejores condiciones para obtener su regeneración mediante métodos naturales o artificiales. La regeneración natural es más adecuada para las especies que producen sombra, lo cual a menudo ocurre en rodales homogéneos o casi homogéneos que pueden regenerarse con buen éxito en el piso inferior sombrío. Cuando se trata de tipos que requieren luz, tales como el okoumé y la limba, que son especies valiosas, los arbolillos jóvenes extraídos de los viveros se plantan en fajas desmontadas angostas y paralelas. Las circunstancias indicarán si el método intensivo o el extensivo es el más adecuado, aunque la finalidad perseguida es siempre la de obtener los mejores resultados con el menor gasto posible. Siempre que se ha podido se ha recurrido al método taungya 1, según el cual se acostumbra plantar árboles valiosos en los desmontes que las poblaciones locales utilizan para sus cultivos agrícolas.

1 Este método consiste en plantar y cuidar las especies arbóreas mientras se desarrollan los cultivos agrícolas. Cuando se han efectuado las cosechas, los árboles quedan y forman el bosque.

Las formas de investigar la reconstitución y el mejoramiento del bosque son sencillas y directas: Primero, la observación directa del bosque para estudiar las características de los árboles; luego, la creación de un plantel y el establecimiento de estaciones experimentales de silvicultura. Los programas de plantío se deben formular tomando en cuenta los resultados de las observaciones y de las experimentaciones.

Problemas de la Tala de los Bosques

El peligro de la destrucción de los bosques no puede ser exagerado. Es un problema común y difícil, puesto que está directamente relacionado con las costumbres locales y tradicionales. Debido a que las tentativas para combatir estas prácticas crean generalmente repercusiones sociales y políticas, es improbable que la tala de bosques pueda ser detenida de contado, con la promulgación de leyes.

Sin embargo, es necesario procurar que todos los habitantes, especialmente los dirigentes nacionales, se den cuente de los peligros que entrañan estas prácticas para la prosperidad futura de su país. Antes de realizar un programa educativo de esta naturaleza, se debe hacer un estudio completo de las condiciones y prácticas locales que causan la destrucción de los bosques y de los medios de corregirlas. En mi opinión, los expertos que están a cargo del programa de asistencia técnica tienen un papel importante que desempernar en una tarea de esta naturaleza.

En los territorios tropicales del Africa francesa, se ha intentado limitar la destrucción excesiva de los bosques asignando ciertas partes de la masa boscosa a las diversas comunidades, fijando así la superficie que puede ser desmontada, permitiendo la introducción de medidas de protección contra los incendios y asegurando un control mínimo sobre las poblaciones que practican la agricultura nómada. Este procedimiento requiere la elaboración de mapas y la verificación de investigaciones forestales - tareas que están comprendidas entre los trabajos fundamentales que han de realizar los servicios forestales. Este método puede considerarse como la protección mínima para los bosques y puede ser adoptado fácilmente en todos los países tropicales. En Africa ya se han delimitado muchos millones de hectáreas, pero aún queda mucho por hacer. En la actualidad puede acelerarse considerablemente el levantamiento de mapas y la clasificación de los bosques por medio de las investigaciones aéreas y de la fotogrametría.

Capacitación del Personal.

El adiestramiento del personal, gubernamental o particular, que presta sus servicios en la silvicultura es otro campo en el cual la asistencia técnica puede ser valiosa; no se pueden realizar mejoras hasta que no se disponga del personal técnico requerido. Este tipo de asistencia técnica puede suministrarse en diversas formas: primero, adiestramiento superior del personal existente mediante la colaboración de los espartos que trabajan en el campo; segundo, organización de cursos de adiestramiento especializado en el extranjero, cuando no existen facilidades locales; y, finalmente, participación directa en la creación, o por lo menos en el planeamiento, de escuelas forestales para la capacitación de un personal completo, es decir, de funcionarios de categoría, inspectores y guardas forestales.

Son muchas las formas en que el programa de asistencia técnica puede ayudar a los países tropicales insuficientemente desarrollados. Los expertos encargados de dicho programa pueden levantar censos de bosques y hacer estudios económicos y silvícolas generales. Algunas veces podrán asesorar a los gobiernos en el establecimiento de estaciones experimentales de silvicultura, así como determinar las técnicas correctas que se deben emplear para la explotación de los bosques y para el establecimiento de las industrias forestales, seleccionar las regiones forestales que se han de proteger o explotar de acuerdo con reglamentos satisfactorios o hacer los arreglos del caso para la formación de un personal profesional. Además, a solicitud del país interesado, se podría suministrar ayuda técnica participando directamente en los programas elaborados para fomentar el aprovechamiento y la conservación de los bosques, por ejemplo, verificando las investigaciones de laboratorio acerca de las distintas maderas, iniciando planes de administración dasocrática, organizando cursos de estudios en el extranjero o creando y ayudando a dirigir las escuelas de silvicultura nacionales. Por último, me parece que la asistencia técnica puede ser la base para el ingreso futuro de capitales extranjeros que se requerirían para la instalación de industrias forestales.

Es muy difícil pronosticar la forma en que se desarrollará en realidad el programa de asistencia técnica. Las misiones de expertos, aunque visitan un país durante un corto período, pueden presentar informes importantes, pero su labor se limita necesariamente a formular recomendaciones, que pueden ser puestas en práctica o no. Para que la asistencia técnica pueda producir efectos duraderos, una misión debería permanecer en el país respectivo durante algunos años y estar integrada no sólo por expertos extranjeros sino también por los nacionales del país beneficiario, llamados a formar el núcleo para la organización, dirección y ejecución futura de los programas de asistencia técnica. La dirección general debería estar a cargo de uno de los expertos más capacitados, a quien corresponderá la determinación de los principios generales, así como la organización y vigilancia del trabajo y la evaluación de los resultados y de la experiencia obtenidos, pero la misión debe trabajar en íntima cooperación con los organismos locales apropiados y obtener toda su ayuda, ya que es dudoso que se puedan lograr realmente buenos resultados sin esta colaboración. Finalmente, una misión debe contar con todos los fondos necesarios disponer de medios de transporte, de personal adecuado y de facilidades para la investigación, si es que se quiere que su trabajo se desarrolle con buen éxito.

Las actividades de las misiones de asistencia técnicas deben pasar por diversas etapas, entre las cuales la fase preparatoria es la de mayor importancia. Es fundamental hacer una investigación general, para clasificar los diferentes problemas, apreciar su importancia relativa y anotar las dificultades que pudieran presentarse. Sólo entonces se podría formular el plan de trabajo correspondiente.


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