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EL Alamo - Su Importancia en el Mundo

Por JEAN POURTET
Inspector General de Aguas y Bosques, Nancy, Francia

LOS álamos (género Populus) constituyen, junto con los sauces (género Salix), la familia de las salicíneas. El género Populus comprende cinco grupos o subgéneros: el Leuce (tiemblos y álamos blancos), que se encuentra por todo el Hemisferio Norte; el Tacamahaca (árboles balsámicos), que se da en Asia y América del Norte; el Aegirus (álamos negros), de la zona templada del Hemisferio Norte; el Leucoides, que crece en la parte sureste de América del Norte y en el Extremo Oriente, y, por último, el Turanga, de la cuenca mediterránea.

Los álamos de los tres primeros subgéneros desempeñan un papel importante en la economía mundial en una zona circumboreal amplia, fuera de la U.R.S.S., se producen unos 5 millones de metros cúbicos de madera de álamo blanco y balsámico; los macizas artificiales de la Europa occidental dan 3 millones de metros cúbicos de madera de álamo negro y la cuenca mediterránea unos 2 millones de metros cúbicos de diversos tipos.

Historia

Hay pocos datos respecto al álamo temblón y menos ano respecto al álamo balsámico, debido a que estos árboles sólo tienen importancia en rodales espontáneos y no han sido cultivados sino excepcionalmente. Sin embargo, el álamo negro tiene una historia interesante.

Los primeros álamos traídos a Francia de América y del Oriente fueron sólo para fines ornamentales y con destino a parques; gracias al injerto fué posible propagar, de modo rápido e indefinidamente, cada uno de los tipos introducidos, incluso los ejemplares únicos. Debido a esto, los álamos fueron pronto muy conocidos y apreciados, mientras que normalmente se requiere un largo período de tiempo, con frecuencia hasta un siglo, desde la introducción de una especie arbóreo par medio de semillas y su utilización en gran escala en la plantación de bosques. El rápido crecimiento de estos árboles hizo posible cruces tempranos de las nuevas especies con el Populus nigra indígena. Los primeros álamos americanos fueron introducidos en Europa a finales del siglo XVIII. Henri-Louis Duhamel de Monceau menciona, en 1754, los resultados obtenidos en sus plantaciones de álamos, dando detalles referentes a la ecología y cualidades tecnológicas del álamo y de su madera.

Al mismo tiempo se plantaron álamos híbridos, de los que existen ano algunos ejemplares, como por ejemplo el P. euramericana f. serotina, plantado en 1752 en el Jardín Botánico de Nancy, que ha alcanzado una circunferencia de 6,30 metros, a una altura de 1,30 metros sobre el suelo.

Algunos de estos tipos híbridos fueron reimportados en América por los emigrantes. Por eso, a principios del siglo XIX, François-André Michaux, naturalista y explorador de la región oriental de los Estados Unidos de América, tuvo ciertas dudas respecto a la clasificación de los álamos negros que encontró en la región de Nueva York. En su notable tratado sobre los árboles de Norteamérica1 alude al «álamo suizo o de Virginia», árbol muy cultivado en Europa que, aunque no lo encontró él, «es probablemente originario de alguna parte de América».

[1 Histoire des arbres forestiers de l'Amérique septentrionale. París, 1810-13,4 vols.]

Durante el siglo XIX, una inteligente labor de experimentación empírica dió por resultado la selección de unos cuantos híbridos valiosos, que se convirtieron pronto en un rasgo característico del campo francés y en una valiosa fuente de producción. Poco a poco estos híbridos fueron extendiéndose por otros países de Europa Occidental.

Un estudio muy amplio de los álamos, emprendido a comienzos del siglo XX por el botánico francés Louis Albert Dode, no alcanzó resultados prácticos, debido a su tratamiento demasiado sistemático. Posteriormente, la obra de hombres como Edmond Henry, Cansdale, Gijsbertus Houtzagers, Regnier y Piccarolo contribuyó a una reorientación de los estudios teóricos conforme a normas prácticas.

Desde 1947 la Comisión Internacional del Alamo, presidida por el Prof. Philibert Guinier, ha venido coordinando la mayor parte de las investigaciones dispersas.

Identificación y Nomenclatura

La Comisión Internacional se propuso como tarea primordial, más por razones prácticas que por amor a la ciencia pura, establecer la identificación y nomenclatura de los álamos. Desde el siglo XVIII, en que François-Andrés Michaux aludió al mismo árbol con dos nombres distintos, «Alamo suizo» y «Alamo de Virginia», ha habido en este campo una gran confusión. La fácil propagación de los álamos y su valor comercial ha dado lugar al uso de un número infinito de nombres para las tres mismas especies. La complicada situación originada por el criterio empírico de ciertos cultivadores del álamo, indiferentes a la nomenclatura, habría hecho impracticable todo intercambio internacional o regional de semillas o injertos y habría dado lugar a algunos chascos.

La Comisión Internacional trabajó durante dos años para completar la nomenclatura de los álamos negros. Se establecieron tres grupos botánicos principales, a saber:

(a) Populus nigra L.: negros del Viejo Mundo;

(b) Populus deltoides Marsh: Alamos negros de la parte oriental de América del Norte;

(c) Populus euramericana (Dode) Guinier: Híbridos procedentes de cruces de las dos especies anteriores.

Cada uno de estos grupos se divide en varios subgrupos que contienen diversas selecciones designadas usualmente con nombres locales comunes.

(a) Populus nigra L.

P. nigra f. italica las plantas masculinas fastigiadas, cultivadas en todo el mundo para fines ornamentales, y en el Mediterráneo para fines industriales.

P. nigra f.: el «Vert de Garonne» (Francia) f.: el «Hamoui» de Siria y otros de la zona mediterránea: muy erguidos, y las plantas femeninas producen una madera apreciada para la carpintería.

(b) Populus deltoides Marsh.

P. deltoides f. carolinensis () y angulata () : tipo meridional con excelente madera, pero que requiere muchísimo cuidado y es difícil de injertar.

P. deltoides f. missouriensis: de tipo erguido el pie masculino fué introducido en los Países Bajos, donde se sigue cultivando.

P. deloides f. monilifera () y f. virginiana () : tipo resistente al frío y de crecimiento rápido. el árbol femenino se cultiva mucho en Francia.

(c) x Populus euramericana (Dode) Guinier:

Estos híbridos vigorosos, de crecimiento rápido, se encuentran por toda la Europa occidental y han sido distribuídos comercialmente por todo el mundo. Hay numerosas macollas cuyos grupos principales enumeramos a continuación:

x P. euramericana f. serotina: masculino, con hojas tardías, resistente al frío, excelente madera. P. gelrica: producido por selección en los Países Bajos, muy afín, parece ser, con el tipo precedente.

xx P. euramericana f. regenerata: femenino con amentos caedizos; madera excelente, pero susceptible en ciertas circunstancias de enfermar de chancro (Fr. chancre suintant), enfermedad grave

x P. euramericana f. robusta: masculino, con hojas muy tempranas, tronco erguido y muy recto. Es de origen relativamente reciente y se ha extendido por todo el mundo, aunque requiere gran cuidado y no se han explorado aún los usos de su madera.

x P. euramericana f. I-214, 155, etc.: excelentes híbridos seleccionados en Italia por el Prof. Piccarolo y bien adaptados a las favorables condiciones del valle del Po.

En lo sucesivo, cualquier tipo nuevo que se produzca o que aparezca de modo espontáneo será designado por un número, precedido de la letra inicial del nombre del país donde se haya originado. Así podrá añadirse, sistemáticamente, a uno de los grupos ya mencionados.

La Comisión Internacional especificó también, con fines prácticos, las caractéristicas que han de tenerse en cuenta en la determinación de las especies, a saber: la fecha de aparición de las hojas, sexo del árbol, erección del tronco, características de la corteza y de las ramas, tipo del fruto, etc. En un viaje reciente a los Estados Unidos de América, un grupo de técnicos europeos tuvo ocasión de aclarar varios puntos oscuros.

No hubo ninguna dificultad para establecer la nomenclatura de los álamos balsámicos, en los que no es necesario distinguir las macollas de especies y variedades con un sistema binario de nomenclatura.

Los álamos blancos no son muy comunes, excepto los tiemblos: el Populus tremuloides Michx. y el grandidentata Michx., en América; el P. tremula L. en Europa, de dos formas: una, con hojas lampiñas, grandes, que se encuentra en la zona boreal y en las partes montañosas; la segunda, de hojas pequeñas y vellosas en las primeras etapas del crecimiento (var. villosa).

Los álamos blancos del sur se caracterizan por arma gruesa capa vellosa en el envés de las hojas (tomen tose). En jardines botánicos y criaderos de árboles se hallan los siguientes tipos de la región mediterránea: Populus nivea Willd, Hickeliana Dode, subintegerrina Lange, etc. En los bosques de Europa se encuentra el huérfano híbrido resultado de un cruce entre el tiemblo y el P. nívea: P. megaleuce Dode (Ypreau o «blanc de Hollande»), y su pariente próximo, el P. canescens (Grisard).

Se conoce menos de las cualidades relativas de estos tipos, de su ecología y métodos de propagación.

Creación de Tipos Nuevos

Como hemos dicho antes, hasta el siglo XX los arboricultores y plantadores se contentaban simplemente con propagar los tipos de árboles espontáneos o los híbridos que creían más valiosos por su rápido crecimiento o por su resistencia a ciertos enemigos naturales. Muchos tipos seleccionados en Francia durante el siglo pasado, se siguen multiplicando y plantando en la Europa occidental, en competencia con los mejores tipos que se han producido recientemente por evolución.

Se consideró necesario, sin embargo, aumentar la variedad de tipos que se ofrecen a los plantadores para su selección y, por consiguiente, intentar sistemáticamente el desarrollo de nuevos tipos: esto lo hizo, después de la Primera Guerra Mundial, el Instituto para el Cultivo del Alamo, de Casale Monferrato, Italia.

Se empleó la hibridización artificial, recogiéndose también semillas de los mejores árboles femeninos; el segundo método, que no proporciona ningún medio para determinar positivamente el padre, tiene, sin embargo, la ventaja de producir un gran número de híbridos, de los que pueden hacerse nuevas selecciones.

Los resultados han sido excelentes: han salido muchos tipos nuevos, bastante resistentes a las enfermedades más graves, de crecimiento rápido y con buenas propiedades tecnológicas.

Experimentos similares se hacen actualmente en Francia y en otros países europeos. No puede esperarse que este método dé buenos resultados en todas partes, porque algunos árboles son sensibles a las heladas de otoño o invierno y, también, porque los suelos en que se plantan son generalmente más pobres que el del valle del Po.

En Alemania, la investigación se dedica principalmente a la selección de especies adecuadas para cada tipo de suelo y de árboles que puedan crecer en climas más bien secos; los álamos no son muy comunes, salvo en el valle del Rhin, donde se emplean mucho en los bosques. Lo mismo puede decirse de Suiza, país en que fueron seleccionados los árboles más valiosos sin preocuparse de su posición en la clasificación sistemática.

Los suecos han obtenido nuevos tiemblos de crecimiento muy rápido, ya por el procedimiento de la heterosis (P. tremula x tremuloïdes) o aumentando el número de cromosomas (Tiemblo triploïde), que no parecen adecuados para las bajas latitudes, probablemente porque los días san demasiado cortos.

Por último, hasta hace muy poco, en los Estados Unidos de América la investigación se ha ocupado exclusivamente de la evolución y selección de cruces híbridos entre álamos negros y balsámicos.

Por tanto, cada país debería y llevar a cabo sus propias investigaciones para la obtención de tipos nuevos más adecuados a sus exigencias. Es evidente que no será posible mejorar los resultados obtenidos durante el pasado en el cultivo de los árboles, pero podemos todavía esperar un mejoramiento de sus propiedades tecnológicas y de su resistencia a las enfermedades.

La creación de un «Populetum», o colección de álamos, es una práctica corriente en muchos países. Esto hará posible la comparación de los tipos viejos y nuevos; en Francia han sido plantados ya 70 tipos diferentes, unos juntos a otros, en el valle del Loira, cerca de Blois.

Propagación y Cultivo de los Alamos

En la práctica, los álamos negros y los balsámicos se propagan casi exclusivamente por medio del injerto; la técnica es sencilla y sólo unos cuantos tipos requieren precauciones especiales para asegurar el éxito, tales como el riego de los macizos de los viveros. No se ha notado que el uso de hormonas vegetales tenga ningún efecto sobre el crecimiento.

Los injertos deben tomarse de los árboles jóvenes, y, si es posible, de la parte superior. De esta forma, es decir, usando injertos de árboles selectos, los troncos primitivos, desmochados, pueden convertirse en fuente de magníficos injertos. Cada diez años, aproximadamente, se necesita hacer nuevos desmoches. Austria, Checoeslovaquia, Alemania y los Países Bajos han contribuido a perfeccionar la técnica del injerto.

Es más difícil injertar álamos blancos: se ha fracasado por completo con los tiemblos; los álamos blancos propiamente dichos, y particularmente los tipos meridionales, dan mejor resultado. No obstante, el uso de tales métodos de propagación es pocas veces factible desde el punto de vista económico.

Los daneses y los suecos han perfeccionado un método de propagación de invernadero, injertando retoños verdes, en germinación; para que sea útil y factible, esta técnica necesita todavía perfeccionarse y simplificarse más. La Estación de Investigaciones Forestales de Francia ha emprendido trabajos en este sentido.

En el Canadá se han cruzado tiemblos con otros álamos del mismo grupo con el propósito de facilitar el injerto.

Las reglas para el cultivo de los álamos han ido surgiendo de un modo gradual y, en la mayoría de los casos, empírico. En la mayor parte de los países donde se cultiva este árbol, las plantaciones son todavía demasiado densas. Los experimentos llevados a cabo durante varios años, con fines de ensayo, en Bélgica, Francia e Italia han demostrado que sólo plantaciones de álamos con un máximo de 200 árboles por hectárea son económicamente provechosas y dan los productos mejores. Las investigaciones realizadas en estos países han demostrado la relativa ineficacia de los aclareos. Las observaciones hechas por una misión internacional que ha ido recientemente a los Estados Unidos de América indican que las mismas normas se pueden aplicar a los álamos balsámicos híbridos; es un hecho que las plantaciones densas han fracasado, en vez de dar los magníficos resultados que esperaban los teóricos.

Aparte de las plantaciones «densas», ha habido cultivos satisfactorios de álamos en hileras, mientras que, en algunas regiones, se han introducido los álamos en rodales forestales ordinarios.

La información relativa a los tipos de terrenos adecuados para los álamos es generalmente buena. El arte de la poda ha avanzado mucho también. La investigación ha mostrado que los álamos tienen que alcanzar una circunferencia mínima de 1,20 metros1 para que sean comercialmente provechosos. Para pasta, se prefieren también los árboles de tamaño grande.

[1 En la Europa occidental; en el Próximo Oriente, por el contrario, se consideran más deseables las plantaciones de álamos de pequeño diámetro.]

Enemigos de los Alamos

Son muchos y variados, comprendiendo desde los mamíferos que se comen la corteza (conejos, ardillas y otros pequeños roedores en la Europa occidental; el ciervo, en América del Norte) hasta las bacterias desconocidas que producen el chancro.

Muchos parásitos muestran arma marcada predilección por. determinadas especies; los cultivadores necesitan, por tanto, conocer la posición que ocupan en la clasificación sistématica los árboles que se proponen plantar y sus plagas: por ejemplo, el muérdago de Europa occidental (Viscum album L.) no ataca al Populus nigra L. pero vive de todos los híbridos euramericanos. El agente desconocido del traicionero chancro elige sus víctimas ano más cuidadosamente: entre los híbridos euramericanos daña sólo al tipo regenerata y es peligroso solamente en la parte norte de la zona donde éste se cultiva.

Los dos parásitos del álamo mencionados atacan a los árboles sanos de vigoroso crecimiento. Otros, es decir, los insectos y los hongos, destruyen las hojas, mientras otros hacen agujeros y galerías en la madera.

Por otra parte, muchos enemigos de los álamos atacan sólo a los árboles cuando su resistencia es débil: los parásitos de los árboles enfermos y las enfermedades por deficiencia predominan en las zonas de plantaciones demasiado densas o entre los árboles plantados en condiciones ecológicas desfavorables. Estas son las causas más frecuentes de daños para las plantaciones de álamos, pero pueden evitarse mediante una práctica adecuada de la silvicultura.

La Comisión Internacional recomendó a sus Estados Miembros que hicieran un estudio de los enemigos de los álamos. Esto hará que la documentación dispersa, referente al tema, se reúna.

Usos de la Madera del Alamo

El álamo se emplea para muchos fines porque es ligero, fácilmente trabajable y posee buenas propiedades mecánicas.

Madera para aserrar. Este es el uso más antiguo y conveniente de la madera del álamo. Podemos pasar por alto la carpintería, importante principalmente en la cuenca mediterránea, debido a las propiedades especiales del Populus nigra (forma italica en el Occidente); otros tipos del Este se usan frecuentemente para madera rolliza de pequeñas dimensiones, como sucede en Turquía.

En la fabricación de cajas, donde la ligereza es de importancia primordial, se utilizan con frecuencia la madera aserrada nudosa y las trozas de diámetro demasiado pequeño. La fabricación de huacales para muebles es una importante industria en Francia; las fluctuaciones en el mercado de muebles afectan grandemente al precio de la madera de álamo en la región de París. En Bélgica y los Países Bajos se consume mucha madera de álamo para la fabricación de zapatos de madera (almadreñas). La madera de álamo blanco se usa en carpintería y en la construcción de barcos.

Chapa. El álamo cuando es de buena clase es excelente para chapas, sin necesidad de ningún tratamiento previo; en realidad, el porcentaje de madera para chapas de una troza es lo que determina el precio de ésta. Las tablas de calidad inferior se utilizan para cajas de empacar. Las astillas buenas se emplean para fósforos. La madera selecta, de longitud conveniente, se usa en la fabricación de madera multilaminar.

Estos usos principales de la madera de álamo - para aserrar y para chapas - han estimulado la investigación en muchos países, particularmente en Suiza. Dichas investigaciones se encaminan a reducir el porcentaje de desperdicio mediante la eliminación de ciertos defectos, y a determinar la influencia de la macolla, de las condiciones ecológicas ambientes y del cuidado correcto en la calidad de la madera.

Está ya plenamente demostrado que ciertos tipos tienen mejores propiedades tecnológicas que otros (por ejemplo, la macolla P. deltoides f. carolinensis, cultivada en el suroeste de Francia), pero, en la mayoría de los casos, las condiciones de crecimiento y el cuidado, especialmente la poda, tienen un efecto mucho mayor sobre las propiedades tecnológicas y sobre la producción de madera selecta que las cualidades intrínsecas del tipo cultivado. Esto explica la sorprendente divergencia de opiniones que existe incluso entre los cultivadores más informados.

Celulosa. Los tiemblos y los álamos balsámicos se han tenido en alta estima durante mucho tiempo como fuentes de pulpa para papel, pero el empleo del álamo negro para esta finalidad es relativamente reciente. Italia va a la cabeza en dicha industria.

Los técnicos franceses van retrasados en este aspecto. Se interesan en determinar las mejores proporciones de combinación con otras fibras para pulpa más largas.

La fabricación de planchas de fibra tiene igual importancia en América que en los países escandinavos, pero en Bélgica se halla todavía en una etapa inicial.

El empleo de la madera de álamo para pulpa y para la fabricación de planchas de fibra rinde menos que el de madera para aserrar y para chapas. No obstante, estas industrias proporcionan una salida para la madera de tamaño pequeño y para las trozas de forma inadecuada.

Conclusión y Programa Futuro

Hasta ahora se han conseguido buenos resultados gracias a los múltiples esfuerzos, coordinados recientemente por la Comisión Internacional del Alamo. Se pueden resumir así:

Alamos negros (Grupo Aigerus). Está a punto de terminarse la identificación y clasificación de tipos conocidos (de origen silvestre o híbrido). Por lo que se refiere a su nomenclatura, se ha establecido un sistema de clasificación en el que pueden encontrar su sitio nuevas especies cuando vayan siendo identificadas. Además, parece haber ya suficiente variedad de tipos para conseguir resultados excelentes en plantaciones de terreno bueno, nuevo y rico, en la zona templada de la Europa occidental. Estos tipos son suficientemente variados para responder a las múltiples exigencias de nuestra economía actual, teniendo en cuenta las especiales condiciones ecológicas de la Estación Experimental Francesa y el peligro de contagio de las enfermedades.

Aunque han quedado ya bien fijados los métodos y normas correctas de cultivo, sigue siendo necesario todavía que se apliquen de modo más general.

Alamos balsámicos (Grupo Tacamahaca). Es necesario hacer más experimentos con esta especie y con los híbridos. Se esperan buenos resultados en las zonas frías o templadas.

Alamos blancos (Grupo Leuce). Sólo los suecos han pasado del período experimental en su investigación, y han puesto en práctica algunos de los principios deducidos. En otras partes se están talando las plantaciones naturales y, a veces, se llevan a cabo plantaciones inadecuadas, debido a la falta de suficientes conocimientos básicos.

Las conclusiones alcanzadas en este informe señalan el camino de las investigaciones futuras. Es preciso prestar atención a los extremos siguientes: Primero, la necesidad de suelos de aluvión ricos, de excelente calidad, que raramente se encuentran en grandes extensiones, para que 109 álamos cultivados en forma corriente prosperen. Segundo, el conocimiento actual respecto al cultivo y a los posibles usos industriales del grupo de los álamos blancos es insuficiente, en particular respecto a las especies meridionales. Tercero, el retraso en las investigaciones en las zonas templadas cálidas, especialmente en la cuenca mediterránea.

Los investigadores y los cultivadores deberían, por consiguiente, encaminar sus esfuerzos a:

1. La investigación sobre tipos de álamos que puedan cultivarse en suelos relativamente secos, de riqueza normal o menor de la normal. Este problema apenas afecta a los países europeos del noroeste, en los que la humedad de la atmósfera compensa la deficiencia de humedad del suelo. Sin embargo, es de capital importancia en los países mediterráneos.

Los álamos negros de Eurasia (Populus nigra L.) son más resistentes a la sequía que los tipos meridionales (P. deltoides): por consiguiente, un estudio de los primeros puede aportar una solución.

En el sureste de Francia se cultivan localmente álamos negros, de crecimiento y forma relativamente satisfactorios. Eligiendo los mejores de éstos, seleccionando las semillas que puedan obtenerse de los mismos y, posiblemente, cruzándolos incluso con híbridos euramericanos, sería posible cultivar árboles de madera vendible en corto plazo, en suelos que anteriormente no han servido para los álamos. Es probable que un examen de toda la zona donde se producen los álamos negros (P. nigra) traiga consigo el descubrimiento de valiosas macollas.

En el suroeste de Francia y en la cuenca del Mediterráneo oriental, se producen macollas femeninas de álamo negro (P. nigra) de tronco muy erguido, pero no tan esbelto como el álamo italiano: encontramos el «Hamoui» de Siria y el «vert de Garonne» etc., muy cultivados localmente. Su mejoramiento podría valer la pena, particularmente porque en los países mediterráneos la madera de álamo se usa para la carpintería, lo que requiere las propiedades tecnológicas especiales del álamo negro. Las hojas de este álamo se emplean también como alimento para el ganado.

2. El estudio científico de los álamos blancos meridionales. Estos tipos se conocen o se utilizan poco, excepto en el Próximo Oriente, donde se emplea para la fabricación de chapas un tipo cultivado, conocido con el nombre de «Roumi», forma fastigiada del Populus nivea Willd.

Mientras los estudios de los botánicos han hecho posible una clasificación preliminar que probablemente tras un examen posterior resulte incompleta y tal vez inexacta, nuestro conocimiento de la ecología, la silvicultura y el aprovechamiento de este grupo es en general insuficiente.

(a) Ecología. Estos árboles son resistentes a las altas temperaturas estivales y pueden vivir en suelos relativamente secos e incluso salobreños. No obstante, es preciso determinar las variaciones en la manera de reaccionar de los diversos tipos y sus limites de resistencia frente a los factores adversos, tales como la sequía, las aguas estancadas y las temperaturas extremadas. No es menos esencial saber bajo qué condiciones mínimas siguen produciéndose maderas comerciales. Esto nos lleva a ciertas consideraciones de silvicultura.

(b) Método de cultivo. No tenemos, prácticamente, ningún conocimiento sobre el mejor método de cultivo de estos árboles. Es razonable orear, sin embargo, que, lo mismo que todos los álamos del grupo Lente, crecerán en plantaciones más densas que los álamos negros; por otra parte, no se han determinado ano las limitaciones económicas de tal adaptabilidad.

La propagación vegetativa es mucho más fácil en los tiemblos; no obstante, los detalles de esta técnica tienen ano que perfeccionarse.

3. Investigación científica sobre la madera de álamo. Toda investigación debe estar en constante correlación con la investigación tecnológica llevada a cabo en los laboratorios y en las fábricas que emplean madera aserrada de pequeños rodales especificados.

Sólo deberían seguirse propagando las especies que han resultado completamente satisfactorias en lo referente a su conveniencia para el trabajo de carpintería, a sus cualidades para el aserrado, para la fabricación de papel y chapas, o para cualquiera de estas cosas.

4. El progreso futuro del cultivo del álamo en la zona templada cálida. Esto dependerá directamente de las soluciones a los problemas anteriores y de las investigaciones sobre Turanga. No obstante, hay unos cuantos terrenos de aluvión buenos, en distritos bien regados de las partes más cálidas de la región mediterránea, donde pueden plantarse álamos negros con la certeza de obtener buenos rendimientos. Puede predecirse, asimismo, que darán buen resultado la especie meridional deltoidea Marsh y algunos híbridos producidos o seleccionados ahora en el Instituto Italiano de Cultivo del Alamo, de Casale Monferrato.


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