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Principios fundamentales de la explotación maderera en las laderas de pendiente pronunciada

por A. KOROLEFF

Director de la Sección de Investigaciones Forestales, Instituto Canadiense de Investigación
sobre la Pasta y el Papel, Montreal

Desde que terminó la guerra, se han intensificado en muchos países poco desarrollados los esfuerzos sistemáticos para ampliar o perfeccionar las operaciones de corta y saca de madera mediante la implantación de nuevos métodos y equipos, gracias a la labor de la FAO y de otras empresas, como el Programa del Punto Cuatro (Estados Unidos de América), el Plan Colombo (Comunidad Británica de Naciones), y otros. Análoga tendencia cabe observar en algunos países ya industrializados, en forma de una demanda generalizada en favor de métodos más eficaces de extracción y saca de madera. La importancia de la mecanización de estas operaciones se ve realzada por el aumento que ha experimentado el costo de la mano de obra.

Adolécese, sin embargo, de una falta de datos precisos, por lo menos que hayan sido publicados, sobre los principios que deben regir el perfeccionamiento sistemático de la explotación forestal, y en particular la elección y trasplantación de un país a otro de los métodos de explotación cuya eficacia ha quedado demostrada en un determinado lugar. Porque, a posar de que algunos de estos métodos son mucho más eficaces que otros incluso desde el punto de vista intrínseco, cabe la posibilidad de que lo que resulta eficaz en determinadas condiciones pueda resultar impracticable en otros lugares. Las personas encargadas de determinar cuáles son los métodos de explotación que pueden trasplantarse en forma ventajosa de un país a otro, no se ocupan simplemente de los principios técnicos y económicos de la recolección forestal, sino que ejercen una influencia mucho más profunda y duradera.

Todo método eficaz de corta y saca debe cumplir al menos, los requisitos siguientes: debe utilizar de manera eficiente las fuentes de energía más apropiadas y debe responder a los objetivos de la ordenación forestal.1

[1 En un sentido general, es decir, atendiendo entre otras, a las necesidades de administrar la mano de obra forestal y teniendo en cuenta influencias forestales tan importantes como la conservación de suelos y aguas. ]

Fuentes de energía utilizadas para la corta y saca de madera

Las tres fuentes principales de energía para la explotación forestal son:

1. la energía humana y animal;
2. la maquinaria (accionada con combustible sólido o, más usualmente, líquido2);
3. y la fuerza regulada de la gravedad.

[2 En casi todos los países en que se ha mecanizado parcialmente la aorta y saca de madera, es muy grande, según parece, la supeditación al combustible líquido, mientras que el empleo de la madera como combustible para la maquinaria de aorta y extracción es limitado y continua disminuyendo. Sólo en la U.R.S.S. se ha observado en años recientes la tendencia opuesta. En ese país la norma seguida consiste en accionar la maquinaria de explotación, principalmente mediante la electricidad obtenido del gas pobre o, con menos frecuencia, del vapor, producidos con la madera no comerciable, con todos sus desperdicios. ]

En la mayoría de los países poco desarrollados, lo probable es que la primera de esas fuentes resulte barata por hora de trabajo, pero, en cambio, puede resultar comparativamente elevado el costo de producción por unidad maderera, dado que la eficacia de los métodos indígenas de explotación suele ser baja y no siempre es posible contar con suficientes operarios en las zonas que han de ser explotadas. Es conveniente, claro está, conseguir un aumento substancial de la productividad sin el correspondiente incremento del costo de la mano de obra que anularía en gran medida el beneficio conseguido; pero el lograr esto exige estudios cuidadosos, una dirección competente, un trabajo concienzudo y paciente orientado hacia el objetivo en cuestión y una considerable cantidad de tiempo.

Los directores de las empresas madereras que cuentan con grandes capitales, y en particular las que, en estas condiciones, actúan en países poco desarrollados, propenden a actuar rápidamente, introduciendo maquinaria eficiente de corta, siempre que las circunstancias son convenientes. Esta maquinaria - principalmente de fabricación o tipo estadounidense - por lo general, está supeditada casi siempre al combustible líquido. Su funcionamiento eficaz requiere una inspección competente, mano de obra experta, conservación y reparaciones adecuadas y la seguridad del abastecimiento de combustible líquido, que a menudo ha de ser importado para la máquina instalada en pleno bosque. En muchos casos, a pesar de los gastos y de los problemas de adaptación que ello supone, todas esas exigencias están tan justificadas que el esfuerzo se ve coronado por el éxito, especialmente cuando se trata de actividades concentradas en maderas valiosas que se realizan en gran escala. Pero, con frecuencia, los países «sin medios» no están en condiciones de sufragar la maquinaria ni el combustible líquido, o puede ocurrir también que la maquinaria no se acomode a las condiciones naturales del país o a su economía general. Incluso en los propios Estados Unidos existe la creencia de que algunas de las máquinas utilizadas hoy día en la explotación maderera, ligada primordialmente a actividades forestales concentradas y de gran escala, resulta demasiado costosa. Parece, pues, que es necesario idear equipos y técnicas eficientes que satisfagan las necesidades y los escasos medios de los pequeños madereros. Se afirma que la corta descentralizada suele ofrecer con frecuencia grandes ventajas, en forma de menores gastos generales, mayor estabilidad económica y, quizás, en cuanto a la conservación de los recursos.

FIGURA 1. - DIAGRAMA DE LANZADERO DE CABLE PARA EL TRANSPORTE DE MADERA

Lanzadero de cable para bajar la madera desde la cima o desde la ladera de una montaña de pendiente pronunciada, aprovechando la acción de la gravedad y haciendo que la carga deslice a lo largo de un cable aéreo formado por un solo alambre de acero.

A - Punto terminal superior y plataforma de carga más elevada

B - Carga de trozar cortas en descenso

C - Pequeño taco de madera dura provisto de una ranura y que sirve como portacargas cambiable

D - Carga de trozas en descenso (portacargas iguales a los de B y C; estrobos, sujetadores, formados por un lazo de doble alambre)

E - Carga de trozas cortas; la superior sirve de portacargas (esta troza tiene una ranura de 1/2 pulgada a 1 pulgada de profundidad (1,3 a 2,5 cm.) hecha con sierra o hacha para deslizarse por el cable aéreo)

La fuerza de la gravedad constituye una excelente fuente de energía, de la que se puede disponer libremente para la corta y saca de madera, siempre que sea posible regularla convenientemente, ya sea sobre la tierra o en el agua. El acarreo fluvial, que suele ser un medio muy barato para el transporte de madera a grandes distancias, ha desempeñado un papel importante en el pasado en la economía de muchos países, y lo sigue desempeñando todavía en muchos lugares. Sin embargo, en algunos países madereros poco desarrollados, no se ha introducido un transporte fluvial eficiente. Hay que recordar, sin embargo, que la escasa capacidad de flotación de ciertas especies constituye un factor desfavorable para ello. El uso de lanzaderas y resbaladeros para la saca de madera, que no ha sido nunca muy extendido, ha disminuido bastante, según parece. Los lanzaderas de cable no se han utilizado hasta ahora sino en forma limitada para las labores de saca en terrenos montañosos, a posar de la variedad de tipos disponibles. Con frecuencia carecen de movilidad y resultan bastante costosos. La fuerza de la gravedad, entre las posibles fuentes de energía para la saca en terrenos abruptos, sigue siendo, pues, harto desaprovechada.

Como puede aumentarse la eficiencia

El mejoramiento de la eficiencia de los métodos de corta y saca puede obtenerse como resultado de las medidas siguientes:

1. mejor planificación e inspección, estudios de la cantidad de tiempo y los movimientos exigidos por las distintas operaciones, capacitación de la mano de obra y otras formas de eliminar pérdidas de esfuerzos, perfeccionamiento de las herramientas, etc. - sin ningún cambio fundamental de los métodos;

2. adopción y adaptación prudentes de las técnicas y equipos más eficientes ideados y aplicados en otras partes;

3. investigación sistemática para el desarrollo de nuevos métodos que se adapten completamente a las condiciones locales y que satisfagan los requisitos de un buen sistema de corta y saca.

Este último procedimiento parece ser el menos utilizado. A menos que la técnica de las operaciones madereras sea, por así decirlo, hecha a la medida, no es probable que satisfaga todos los requisitos esenciales. Por otra parte, el desarrollar una técnica sobre una base específica y bien elegido previamente, resulta de ordinario una empresa nada fácil. Sin embargo, debe hacerse ese esfuerzo para hallar una forma de substituir los métodos primitivos de corta que son fundamentalmente defectuosos.

En todo el mundo, prácticamente, la forma usual de acarreo de la madera por pendientes pronunciadas y abruptas es esencialmente defectuosa desde el punto de vista de las fuentes de energía utilizadas, de la eficiencia de la operación y de las necesidades de la conservación de la riqueza forestal. Lo corriente es que el conductor y el animal de tiro suban y bajen la colina, con su carga, trabajosamente y con muchos rodeos. Cuando el terreno resulta demasiado pendiente o abrupto para el animal, el procedimiento usual es, o empujar la madera a brazo, con ayuda de la fuerza de gravedad, por trabajoso que resulte el esfuerzo, o abandonarla como inaccesible.1

[1 Es raro el empleo de lanzaderas, resbaladeros y cables de transporte, porque todos ellos requieren una acumulación relativamente grande de madera que compense de los gastos considerables que aquellos suponen. ]

La solución lógica de este problema consistirá en organizar un transporte en una sola dirección que utilice la fuerza de la gravedad, de forma que la madera descienda, sin tocar el terreno, por un alambre o cable suspendido en el aire. Para que el amplio uso de este método sea justificado, deberá resultar barato, sencillo, eficaz y fácilmente movible. Hace mucho tiempo que se vienen realizando intentos en muchos lugares distintos para transportar la madera u otros materiales desde lo alto de pendientes pronunciadas o por encima del terreno empleando un cable suspendido en el aire y aprovechando la fuerza de la gravedad. Este principio se emplea en algunos lanzaderas de cable en explotaciones comerciales y lo utilizan algunos agricultores de países montañosos, como Noruega y Suiza, para transportar sus productos hasta el fondo de los valles. Los madereros, sin embargo, han sacado hasta ahora poco partido de estos cables de transporte, ya que la mayoría de los sistemas existentes carecen de flexibilidad y movilidad.

El principio del «deslizamiento por cable»

El término «deslizamiento por cable» fué introducido por el autor de este trabajo hace varios años en el Canadá oriental, al iniciarse los estudios para idear un procedimiento para el transporte de la madera destinada a la producción de pasta en las laderas de fuerte pendiente, utilizando para ello un cable aéreo. El Instituto Canadiense de Investigación sobre la Pasta y el Papel, con la colaboración de varias empresas papeleras, ha venido realizando periódicamente ensayos con nuevos modelos de su creación y el método de deslizamiento alámbrico del Instituto se está adaptando ahora a diversas operaciones de carácter comercial.2

[2 Una reseña completa de este método aparece en el boletín Wire Skidding-Wood Transportation by Gravity over a Suspended Wire, por A. Koroleff y R. D. Collier, publicado por el Instituto Canadiense de Investigación sobre la Pasta y el Papel, Montreal, 1954. ]

Como puede observarse en la Figura 1, se suspende un cable que se sujeta por un extremo a un árbol o tocón situado en la parte alta de la montaña y por el otro a uno situado en la parte baja de ésta. Este cable de acero de un solo hilo, de grosor poco mayor que el de una cerilla, es bastante barato pero, sin embargo, muy resistente.1 El desnivel total entre los dos puntos terminales,2 puede ser aproximadamente del 25 al 60 por ciento y la longitud del cable puede alcanzar, por lo menos, hasta 1.500 pies (460 m.). Por sorprendente que parezca, este delgado alambre puede transportar cargas de un cuarto e incluso un tercio de tonelada de madera para celulosa - o sea hasta unos 15 pies cúbicos (½ m3) - a una velocidad de 50 millas (80 Km.) por hora. Para cargas todavía mayores deberá usarse cable más grueso y, por consiguiente, más resistente. La carga va suspendida del cable por medio de un taco de madera dura con una ranura lateral, de 1½ × 2 × 3 ó 4 pulgadas (3,8 × 5 × 7,6 ó 10 cm.) aproximadamente, y de unos estrobos de alambre delgado, de 0,07 a 0,1 pulgadas (0,18 a 0,25 cm.). Por su baratura los tacos portacargas y los estrobos de alambre son fáciles de renovar.3

[1 Cable del número 8 (0,16 pulgadas o 0,4 cm.), cuyo precio es de 1 a 1½ centavos por pie (3 a 5 centavos por metro) tiene una resistencia a la rotura de más de 2 toneladas. Su poso por cada 1.000 pies, es únicamente de 68 libras (10 Kg. por 100 m.).]

[2 Inclinación de una línea recta entre ambos. ]

[3 El costo de estos accesorios de carga cuando se los emplea una sola vez resulta de unos 0,50 dólares E.U.A. por cada 100 pies cúbicos (2 ¾ m3) de madera acarreada. ]

Hasta ahora se ha empleado este procedimiento principalmente para trozas de madera para celulosa de 4 pies (1,2 m.) de longitud, con un diámetro cada una de hasta 30 pulgadas (76 cm.), aunque la mayoría no pasaban de las 10 pulgadas (25 cm.). Cuando las trozas son pequeñas, la carga se compone de varias de ellas, o de una o dos solamente cuando se trata de trozas grandes. Sin embargo, los escasos experimentos realizados con trozas de 8 pies (2,4 m.) y de 12 pies (3,7 m.) de longitud y hasta 15 pulgadas (38 cm.) de diámetro, demuestran la posibilidad de hacerlas deslizar por el cable con tanta eficiencia, por lo menos, como las trozas más cortas.

Dos obreros que trabajen con bastante constancia, aunque no lo hagan con una intensidad extraordinaria, y dispongan de madera colocada en las proximidades del punto de lanzamiento, pueden de ordinario hacer descender por el cable unos 1.000 pies cúbicos (28 m3) de madera por jornada de ocho horas. Este coeficiente de rendimiento deja margen para la instalación inicial del alambre y para trasladarlo y volver a montarlo en un nuevo lugar de vez en cuando. Un equipo de dos personas puede de ordinario tender y armar un cable de una longitud de un cuarto de milla (0,4 Km.) en menos de medio día. A efectos de funcionamiento, hay poca diferencia si la longitud del cable es larga o corta: la carga, una vez lanzada, recorre su camino automáticamente. Para lanzar la carga basta con alzar ligeramente el alambre en su extremo anterior, hasta que aquélla se pone en marcha o se la empuja para que salga de las plataformas de carga. También es posible hacer un lanzamiento semiautomático, aprovechando el propio peso de la carga. Al llegar al punto terminal inferior - por lo general antes de 30 segundos - la madera se descarga automáticamente por la fuerza de su choque con el árbol de llegada; sin embargo, los daños por rotura son insignificantes, según la experiencia que ha podido adquirir el Instituto en sus ensayos. Cuando la madera ha de depositarse en una corriente de agua, en lugar de al borde de un camino, ello se consigue fácilmente mediante un interceptar de carga, artefacto éste que puede consistir sencillamente en un neumático viejo colgado del cable sobre el agua y amarrado con tirantes a un árbol.

La parte mayor del trabajo consiste en formar la pila y lanzar las cargas; la fuerza de la gravedad hace todo lo demás. Dos trabajadores pueden lanzar cargas de tamaño medio de madera para celulosa (formadas por varias trozas hasta un máximo de 6 a 7 pies cúbicos o aproximadamente 1/5 de m3) a razón de una o dos por minuto. Cuando las trozas son pequeñas, el lanzamiento puede incluso realizarlo un solo trabajador.

Además del cable principal y de los accesorios de carga renovables, el equipo comprende un tensor del cable que se acciona a mano y una abrazadera que sirve para enganchar el cable al tensor, permitiendo que pueda enrollarse el alambre sobrante. Para una longitud de cable de un cuarto de milla, el equipo completo cuesta de 100 a 150 dólares. El cable es bastante duradero, salvo cuando por falta de atención se le deja retorcer.4

[4 El alambre de un solo hilo no solamente es mucho más barato que un cable trenzado de idéntica resistencia sino que, para el deslizamiento es preferible, en otros varios aspectos, al cable formado de varios hilos. ]

El perfil del suelo sobre el que va tendido el cable sólo tiene importancia en lo que se refiere a la inclinación general del hilo en suspensión y a asegurar espacio suficiente entre el hilo y el suelo para que puedan circular libremente las cargas de madera. Como la madera marcha por el alambre suspendida totalmente en el aire, con frecuencia a alturas superiores a las de las copas de los árboles, nada importa lo pendiente o abrupta que sea la ladera; puede incluso ser un precipicio. No obstante, los puntos de lanzamiento de la madera, lo mismo cuando se encuentren cerca de la cima de la montaña que cuando estén en la ladera, deben elegirse de modo que de ellos haya un brusco descenso del terreno.

Aunque el Instituto y sus colaboradores no han desarrollado hasta ahora en forma de utilización comercial sino un sistema de deslizamiento alámbrico a base de un solo cable conductor, se han hecho también algunos trabajos preliminares para idear un sistema múltiple de cables sin fin, con apoyos intermedios que permitan variar la inclinación y la dirección del alambre y, además, hagan posible aumentar su alcance.5 Este sistema va a continuar estudiándose.

[5 En algunos casos podrá resultar factible el empleo de varios alambres independientes colocados unos a continuación de otros, pero ello requiere una nueva manipulación de la madera en cada uno de los distintos puntos de enlace. ]

A pesar de que el deslizador alámbrico es un procedimiento nuevo, sin embargo funciona con toda eficacia y puede considerársele como un medio de gran movilidad, sencillo y económico para transportar la madera por laderas pronunciadas o abruptas. Será difícil poner en duda la conveniencia de la fuente principal de energía para este método de lanzamiento, ni la compatibilidad del mismo con los requisitos que exige la conservación forestal. Mientras que la práctica más corriente en las operaciones de corta y saca de madera en las laderas muy pendientes generalmente está en oposición con los principios fundamentales de una buena explotación maderera - empleo eficiente de la energía adecuada y compatibilidad con los objetivos de la ordenación forestal - el transporte por deslizamiento en cables aéreos se ajusta a esos principios.


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