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Productos forestales


Madera blanda aserrada, 1952 y 1953

Madera blanda aserrada, 1952 y 1953

En el período comprendido entre los años 1950 y 1952 se pusieron de manifiesto considerables fluctuaciones en la demanda de madera blanda aserrada, fluctuaciones que afectaron, a la vez, a los volúmenes de la producción y del comercio.1 En el año de 1953 se podo ver ya la restauración de la estabilidad del mercado en casi todo el mundo. En los años anteriores, algunas veces, la disparidad entre las tendencias de los mercados de las distintas regiones del mundo fué manifiesta, contrastando la animación que se notó en Europa con una perceptible disminución de actividades en la América del Norte, y viceversa; pero en 1953 los mercados de todas las regiones llegaron a una situación favorable.

[1 Véase Unasylva, Vol. VII, N° 3. Estos informes se publican bajo la exclusiva responsabilidad de la Secretaría de la FAO. ]

La actividad industrial, que había comenzado a recobrarse a fines de 1952, se mantuvo muy intensa en casi todo el mundo durante el año de 1953. En los principales países consumidores, la demanda de madera blanda aserrada alcanzó un alto nivel, lo cual produjo, junto con las adquisiciones destinadas a reposición de reservas, un mayor movimiento dentro del comercio de este tipo de maderas. Los precios, tras las fluctuaciones sin precedentes que sufrieron en 1950-52, se sostuvieron visiblemente estables durante aquel año, viniendo así a reflejar y corroborar la nueva confianza que existía en el mercado y facilitando el retorno a la normalidad del comercio en todos sus ramos.

Las exportaciones e importaciones mejoraron considerablemente, en comparación con el bajo nivel a que habían descendido en 1952, pero el alza quedó circunscrita al comercio dentro de cada región, mientras que, en cambio, disminuía el volumen del comercio interregional, especialmente el de Europa con las demás regiones. Por esta razón, mientras el volumen total del comercio mundial de madera blanda aserrada rebasó en un 10 por ciento el nivel de 1952, el correspondiente al movimiento comercial entre las regiones disminuyó en un 20 por ciento. El auge económico de 1951 había ocasionado un cuantioso aumento de las compras hechas en Europa y en la América del Norte, por Australia, la Unión Sudafricana y varios países de la América Latina, llegando en muchos casos dichas adquisiciones a elevarse con mayor rapidez que la demanda efectiva nacional. A pesar del intervalo transcurrido entre la contratación y la entrega, una gran parte de este comercio se realizó dentro del año de 1952. En este año, sin embargo, la tendencia ascendente de los precios quedó detenida y después se invirtió. De este modo, muchos de los países importadores, fuera de Europa y de América del Norte, se enfrentaron con la perspectiva de grandes existencias de madera blanda aserrada de importación adquirida a precios altos, en el momento mismo en que aumentaba la resistencia de los consumidores a pagar precios elevados, lo cual, claro está, dió como resultado una notable disminución de las importaciones en 1953.

Aunque a esta reacción normal del mercado cabe achacar primordialmente la reducción que experimentó el comercio intercontinental en 1953, deben asimismo mencionarse dos factores de influencia prolongada cuya importancia irá, probablemente, en aumento: en primer lugar, las tentativas que se están haciendo para aumentar la producción nacional de madera blanda aserrada en los distintos países de esas regiones, reduciendo así la supeditación en que se encuentran respecto a las importaciones procedentes de Europa y de América del Norte, y, en segundo lugar, la ininterrumpida tendencia a substituir la madera blanda aserrada con maderas duras.

CUADRO 1. - PRODUCCIÓN DE MADERA BLANDA ASERRADA
(inclusive tablas para cajones)

Región

1950

1951

1952

1953

Miles de standards

Norteamérica

18 906

18 338

19 077

19 585

Canadá

3 436

3 657

3 843

3 985

Estados Unidos

15 470

14 681

15 234

15 600

Europa

9 480

9 400

8 520

8 650

Alemania Occid.

1 709

1 598

1 380

1 275

Alemania Orient.

(670)

(660)

(650)

(650)

Austria

697

694

629

684

Bélgica

50

51

51

60

Dinamarca

62

60

80

62

Finlandia

875

1 055

750

870

Francia

655

792

556

556

Grecia

20

15

17

15*

Irlanda

3

3

2

2

Italia

222

217

242

230*

Luxemburgo

3

8

3

6

Noruega

358

310

400

375

Países Bajos

28

28

14

14*

Reino Unido

73

65

56

54

Suecia

1 140

1 300

1 195

1 250*

Suiza

181

173

197

188

Turquía

43

24

25

25

Yugoeslavia

503

363

345

360

U.R.S.S.

(10 000)

(11 000)

(12 000)

(12 500)

Sudamérica

600

850

850

850*

Africa

190

200

200

210*

Asia

2 460

2 550

3 320

3 300*

Oceanía

470

450

470

460*

TOTAL

42 106

42 788

44 437

45 555

* Datos no oficiales.

CUADRO 2. - COMERCIO
(miles de standards)

Región

1951

1952

1953

EXPORTACIONES

Norteamérica

2 217

2 002

1 985


Canadá

1 799

1 726

1 745


Estados Unidos

418

276

(240)

Europa

2 762

2 145

2 622


Austria

516

522

594


Finlandia

838

592

675


Francia

185

71

97


Suecia

908

696

956


Yugoeslavia

139

104

145


Europa Oriental 1 2

61

94

119

U.R.S.S.2

136

129

224

América Latina

320

220

(300)


Brasil

233

136

(200)

Africa

5

2

(5)

Asia

100

25

(20)


Japón

93

19

(10)

Zona del Pacífico

10

9

(10)


Nueva Zelandia

11

7

(10)

TOTAL MUNDIAL

5 550

4 532

5 166

IMPORTACIONES

Norteamérica

1 184

1 200

(1 310)


Estados Unidos

1 145

1 153

1 270

Europa

2 2046

2 394

3 180


Reino Unido

1 640

981

1 447


Alemania Occidental

172

396

386


Italia

198

236

319


Países Bajos

378

274

332


Dinamarca

163

124

146


Bélgica

118

106

104

U.R.S.S. 3

62

123

71

América Latina

320

310

(300)

Africa

350

250

(280)


Egipto

132

60

60


Africa Septentr. Francesa

66

83

(85)


Unión Sudafricana

122

81

(100)

Asia

140

120

(130)


Israel

47

(30)

(20)


Japón

29

5

(20)


Turquía

11

36

(67)

Zorra del Pacífico

210

140

(125)


Australia

202

126

(100)

TOTAL MUNDIAL

5 210

4 540

5 396

1 Alemania Oriental, Bulgaria, Checoeslovaquia, Hungría, Polonia y Rumania.
2 Cifras de los países importadores. Exportaciones destinadas a los países de la Europa Occidental.
3 Cifras de los países exportadores. Importaciones procedentes de los países de la Europa Occidental.

La producción mundial de madera blanda aserrada en 1953 se ha calculado en 45,6 millones de standards, contra 44,4 millones en 1952. La mayor parte del aumento registrado correspondió a la América del Norte, cuya producción pasó de 19,1 a 19,6 millones de standards. No se han publicado cifras sobre el volumen de la producción de la URSS en 1953 pero, según el plan quinquenal de 1951-55, la producción de madera aserrada debería haber aumentado en el 50 por ciento durante ese año. Según datos oficiales, la producción de dicho país, en lo que respecta a esta clase de maderas, fué de 49,5 millones de m3 en 1950. De ellos puede calcularse que 2,5 millones de me han sido maderas duras y el resto, 47 millones de m3, o 10 millones de standards, aproximadamente, madera blanda. Tomando por base las metas proyectadas, habrá que suponer que su producción de madera blanda aserrada en 1953 sobrepasó la cifra de 12,5 millones de standards, comparados con 12 millones en 1952. Se calcula que la producción en el resto del mundo, que en 1952 fué aproximadamente de 13,4 millones de standards, se elevará a 13,5 millones de standards en 1953 (Cuadro 1).

El comercio mundial de estas maderas, según se indica en el Cuadro 2, aumentó de 1952 a 1953 en un 16 por ciento, registrándose el mayor incremento en Europa, donde las importaciones subieron de 2.394 a 3.180 millares de standards, o sea, el 33 por ciento.

América del Norte

La producción nacional bruta de los Estados Unidos alcanzó un nuevo máximo en 1953; en términos reales sobrepasó en 4 por ciento a la de 1952. La producción industrial aumentó 8 por ciento durante ese mismo año. La actividad en el ramo de la construcción fué sin precedentes, lo mismo en dólares que en volumen. Desde la terminación de la guerra, la demanda estadounidense de materiales para la construcción de viviendas ha constituido uno de los grandes factores de expansión del mercado norteamericano de madera aserrada. Durante cuatro años consecutivos las construcciones iniciadas para destinarlas a viviendas (excluídas las rurales) han sobrepasado la cifra de un millón. Además, siguió registrándose la tendencia a edificar casas de mayores dimensiones y de mejor calidad, como lo demuestra el hecho de que el costo por unidad de vivienda para una familia, haya aumentado en mayores proporciones que el índice de los costos de edificación. Un desplazamiento ulterior, desfavorable a la construcción urbana, produjo un aumento de gestos no residenciales de carácter público (carreteras, alcantarillado, etc.). Tanto en el sector público como en el privado, el aumento que se notó en la construcción de edificios no destinados a habitación, fué mucho mayor que el correspondiente a la edificación de viviendas, siendo este incremento especialmente pronunciado en las construcciones de carácter comercial, que en los dos años precedentes se habían visto limitadas por las restricciones sobre el empleo de materiales de escasa oferta y por las disposiciones sobre crédito. En cambio, la construcción industrial fué descendiendo durante el transcurso del año, a medida que se finalizaban las obras de expansión del programa de defensa nacional.

CUADRO 3. - PEDIDOS NUEVOS, PEDIDOS NO DESPACHADOS Y EXISTENCIAS EN LAS FÁBRICAS DE MADERA DE LOS E.U.A. (en millones de pies de taller)

Estos acontecimientos contribuyeron a fortalecer la demanda de madera aserrada durante la mayor parte del año 1953. Después de agosto, sin embargo, la producción industrial comenzó a descender, y a final del año, bajó hasta 7 por ciento respecto a su anterios máximo. La actividad en la construcción de viviendas, que alcanzó su apogeo en el primer trimestre del año, disminuyó en los sucesivos, para recuperarse en el de octubre-diciembre hasta llegar a igualar, poco más o menos, el promedio anual. Dentro del mercado de madera blanda aserrada, la demanda disminuyó en los últimos meses del año; bajó el volumen de los nuevos pedidos; los que estaban pendientes a finales de año fueron mucho menores que en el año precedente y, en la mayoría de los casos, las existencias en fábrica fueron mucho más elevadas (Cuadro 3).

El índice de precios de este tipo de maderas, que había subido de 120 en enero a 121 ½ en abril, bajó muy paulatinamente, hasta llegar a 116 ½ en diciembre.

Al terminar el año las perspectivas eran de moderado optimismo. Se sostenía bastante bien la actividad en el ramo de la construcción, y a posar de que, entre los artículos industriales de consumo no duraderos, las ventas experimentaron en conjunto una baja evidente y las reservas aumentaron, en comparación con el año anterior, las ventas de las industrias de artículos de madera permanecieron invariables en los últimos cuatro meses del año, sosteniéndose aproximadamente al nivel que habían alcanzado a finales de 1952, mientras que las existencias, ano excediendo en un 13 por ciento a las del año anterior, no mostraron ninguna tendencia al alza brusca.

CUADRO 4. - EUROPA OCCIDENTAL 1952/53: ALGUNOS DATOS ECONÓMICOS

Europa

El mercado europeo de madera blanda aserrada salió de un prolongado período de estancamiento hacia fines de 1952, cuando los importadores británicos comenzaron a hacer compras de gran magnitud, para entrega en 1953. Varios países importadores se sumaron a los compradores británicos y los negocios se mostraron activos, con precios en ascenso, hasta la última parte del año, época en que el mercado volvió a calmarse. Durante todo el año de 1953 el mercado se mantuvo muy firme, realizándose sus operaciones a un ritmo uniforme y sin ninguna fluctuación grave en los precios. Parecía haberse conseguido la estabilidad del mercado, tan ansiada por todas las partes interesadas después de las febriles fluctuaciones acaecidas en el período 1950-52. La reanudación del alza de la producción industrial y la gran actividad del ramo de la construcción estimularon la demanda, y la firmeza del mercado animó a los compradores a renovar sus reservas. En los últimos meses del año, la abolición de los controles de consumo en el Reino Unido produjo una nueva ola de compras, lo que ocasionó ciertos aumentos de precios, pero a fines de año el mercado había vuelto a tranquilizarse y la mayoría de las compras de los principales países importadores de Europa Occidental se hicieron a precios ligeramente más bajos, especialmente en el caso de las de maderas de calidades inferiores.

En el Cuadro 4 se señala el curso de algunos de los factores principales que en 1952 y 1953 influyeron en la demanda de madera aserrada en Europa Occidental.

El restablecimiento de la producción industrial se generalizó; en Francia, Alemania Occidental y el Reino Unido el número de las viviendas en construcción cobro dimensiones sin precedentes en la postguerra. El volumen de las exportaciones se mantuvo firme, a un nivel mucho más alto que el de mediados de 1952. Todos estos acontecimientos contribuyeron a la expansión de las necesidades de madera aserrada.

Sin embargo, aunque la actividad de las principales industrias consumidoras de madera fué mucho más intensa en 1953 que en el año anterior, los datos disponibles indican que el consumo de madera blanda aserrada no aumentó paralelamente. La escasez de cifras relativas a existencias en poder de los consumidores dificulta la deducción de conclusiones convincentes sobre el consumo final, pero hay razones para creer que la baja de los precios internacionales no ha logrado frenar la tendencia a la substitución de materias primas. Uno de los motivos es el hecho de que los precios nacionales de reventa han reaccionado con lentitud ante la tendencia del mercado internacional. Como se recordará, la creciente resistencia del consumidor al progresivo aumento de los precios dió como resultado la paralización ocurrida en el otoño de 1951, después de lo cual los precios de importación bajaron precipitadamente. Los precios para el consumidor, sin embargo, no bajaron hasta mucho después y sólo en menores proporciones. A pesar de todo, una gran parte de las existencias que liquidaron los importadores y almacenistas en 1952 fué revendida a cotizaciones muy inferiores al costo original (1951). Cuando, a fines de 1953, se reanudaron las compras, los precios de importación volvieron a ascender y los precios nacionales siguieron el mismo curso antes de transcurridos un par de meses. De ese modo, a comienzos de 1953, a pesar de la reanudación de actividades en las industrias consumidoras de madera y a pesar de que los precios de importación se mantuvieron inferiores al nivel máximo a que llegaron en 1951, los precios de consumo no diferían gran cosa de los que, 15 ó 18 meses antes, se habían enfrentado con la fuerte resistencia de los consumidores.

El precio constituye el problema principal que afronta hoy el mercado europeo de madera blanda aserrada. Cuando las cotizaciones suben, los consumidores se alejan de la madera, pero cuando aquéllas bajan, no vuelven a ella automáticamente. En cada ciclo de precios la madera pierde más terreno. Para recobrar los mercados perdidos y conquistar otros nuevos, los proveedores e importadores europeos tienen que convencer a los consumidores de madera de que sus precios no sólo son convenientes, sino que, además, existen todas las probabilidades de que se mantengan firmes durante bastante tiempo. A este respecto, el curso del mercado en el año 1953 ofreció un estímulo mucho mayor que en el de todos los años precedentes dentro del período de postguerra, a posar del giro ascendente que acompañó a la abolición de los controles de consumo en el Reino Unido, hacia finales del año. En cuanto a la cuestión del nivel razonable de precios, las opiniones son, naturalmente, diversas. Muchos aseguran que, en los países importadores, el nivel actual es todavía demasiado elevado para que la madera pueda recobrar su antiguo poder de competencia; en cambio, en los países exportadores, la impresión reinante es que las posibilidades de reducir los costos son limitadas. Es evidente que todos los eslabones de la cadena que va del productor al consumidor poseen un interés común por el progreso técnico, que se traducirá en una reducción de los costos de producción y en una distribución más perfecta.

Pese a lo favorable de las circunstancias reinantes en 1953, el aumento de la producción de madera blanda aserrada en Europa (excluída la U.R.S.S.) no aumentó sino 130.000 standards, aproximadamente, pasando de 8.520.000 standards en 1952 a unos 8.650.000 standards en 1953. Los principales países exportadores - Austria, Finlandia y Suecia - considerados en conjunto, incrementaron su producción de madera blanda aserrada en unos 300.000 standards, mientras que los principales países importadores, en general, no lograron ni siquiera mantener su nivel normal de producción.

A pesar de ello, la rivalidad entre los aserraderos para adquirir las trozas que salían al mercado y, en algunos casos, la competencia que les hacían las fábricas de celulosa, produjeron una elevación de las cotizaciones de la madera en rollos, especialmente en la Europa Central. Este hecho causó cierta preocupación entre los productores, ya que restringía sus posibilidades de efectuar reducciones en los precios de la madera aserrada, precisamente en el momento mismo en que el problema de las cotizaciones se colocaba, cada vez con mayor preponderancia, en primer plano.

Pese a que el aumento de la producción fué sólo de menor cuantía, el comercio europeo de madera blanda aserrada superó, en un orden del 20 al 25 por ciento, al del año anterior, aparte de que se registraron uno o dos desplazamientos de significación en la estructura del mismo. El intercambio entre Este y Oeste siguió desarrollándose normalmente, aumentado en 116.000 standards las importaciones de la Europa Occidental procedentes de la U.R.S.S. y de otros países de Europa Oriental, hasta alcanzar la cifra de 339.000 standards, mientras que las exportaciones en el sentido opuesto disminuyeron en 50.000 standards, bajando a una cifra total de 81.000 standards. En la actualidad, todo hace suponer que seguirá aumentando el volumen del comercio de madera aserrada entre el Este y el Oeste de Europa y que la U.R.S.S. irá recuperando, en forma regular, la posición que tenía antes de la guerra, es decir, la de uno de los proveedores más importantes de la Europa Occidental.

Las exportaciones europeas a los países del Africa Septentrional y del Oriente Medio se elevaron ligeramente, pero las exportaciones ultramarinas con destino a Australia, la Unión Sudafricana y Latinoamérica, sufrieron la fuerte competencia de los Estados Unidos y del Canadá y bajaron bruscamente de cuantía, en relación con las de 1952.

Durante 1953 se registró un desplazamiento neto de las existencias de los países exportadores hacia los importadores, y a fines de año las reservas de que disponían los primeros llegaron a ser extraordinariamente reducidas, mientras que las de algunos países importadores, en particular el Reino Unido, habían aumentado considerablemente, en comparación con el nivel de 1952.1

[1 Para el análisis detallado de la situación europea deberá consultarse el boletín trimestral que bajo el título de Timber Statistics for Europe publican conjuntamente la Comisión Económica para Europa y la FAO; y los pedidos deben hacerse a los agentes de venta de las publicaciones de las Naciones Unidas. ]

Intercambio comercial entre Este y Oeste

El comercio de madera blanda aserrada entre los países de Europa Oriental y Occidental continuó su evolución en 1953. Las exportaciones de la Europa Oriental a la Occidental pasaron de 223.000 standards en 1952 a unos 340.000 en 1953. Los envíos de la U.R.S.S. se elevaron de 129.000 a 222.000 standards, y los de Polonia y Checoeslovaquia experimentaron un alza de 25.000 standards, aproximadamente. La mayoría de los nuevos embarques fueron a parar al Reino Unido, aunque tanto Bélgica como los Países Bajos acrecentaron también sus importaciones procedentes de esas fuentes. La circulación comercial en dirección opuesta bajó de 131.000 a 81.000 standards, como consecuencia del descenso de las importaciones finlandesas provenientes de la U.R.S.S. que disminuyeron hasta 71.000 standards, comparados con 123.000 en 1952. Las negociaciones más recientes sobre la evolución ulterior del intercambio comercial entre el Este y el Oeste, han servido para acentuar las posibilidades de ampliar los envíos de madera blanda aserrada procedentes de la Europa Oriental y los cálculos formulados en la Reunión que en el otoño de 1953 celebró el Comité de la Madera de la CEE indican que es probable que ocurra un nuevo aumento en 1954, especialmente en los despachos de la U.R.S.S.

América Latina

Si bien en 1952 la producción de madera blanda aserrada se mantuvo al mismo nivel que en 1951, el volumen del comercio internacional dentro de la región y del que ésta efectuó con las demás regiones, disminuyó en forma pronunciada. La baja más notable ocurrió en las exportaciones brasileñas con destino a la Argentina, que descendieron de 230.000 a 132.000 standards. En 1953, sin embargo, se experimentó una marcada recuperación, lo mismo en el comercio intrarregional que en el extrarregional. El pino de Paraná (Brasil) consolidó su posición en el mercado europeo y sus exportaciones rebasaron en un 50 por ciento el nivel alcanzado en 1952. Las perspectivas para 1954 son todavía más favorables, pues a fines de 1953 las ventas realizadas a Europa, para entrega en 1954, ya se aproximaban mucho, por sí solas, al volumen total del comercio de este artículo en 1953. Uno de los factores que contribuyen a esta situación es el progreso ininterrumpido que se está logrando en los métodos de selección y clasificación de la madera blanda aserrada, lo que aumenta su aceptabilidad en los mercados de exportación. Al mismo tiempo hay que reconocer que los niveles de consumo en Latinoamérica son muy bajos y que tendrán forzosamente que mejorar en años venideros. Se requerirán considerables esfuerzos para que la producción aumente hasta el punto de que sea posible satisfacer la creciente demanda nacional y, al mismo tiempo, mantener o ampliar los mercados de ultramar.

Africa

La producción de madera blanda aserrada en el continente africano es relativamente pequeña y está circunscrita, en su mayor parte, en la Unión Sudafricana. El Continente ha de depender, en lo principal, de las importaciones, las cuales han fluctuado considerablemente en los últimos años, de acuerdo con las vicisitudes del mercado mundial. Los consumidores principales del Continente son Egipto, Africa Septentrional Francesa y la Unión Sudafricana. Los dos primeros procuran, preferentemente abastecerse en Europa, mientras que Africa del Sur, además de dicha fuente, se provee, de vez en cuando, en la América del Norte. En 1953, por ejemplo, las importaciones sudafricanas procedentes de Europa bajaron bruscamente, al mismo tiempo que aumentaban las de procedencia norteamericana. La Unión Sudafricana se está esforzando por atenuar su actual supeditación a las importaciones y, de realizarse los planes actuales, la producción nacional de trozas, que en este momento es de 30 millones de pies cúbicos, llegará a duplicarse en 1963.

Se cree que las importaciones totales del Continente, que disminuyeron de 340.000 standards en 1951 a 250.000 en 1952, han aumentado en 1953, hasta alcanzar la cifra de 270.000 standards.

CUADRO 5 - EVOLUCIÓN TRIMESTRAL DE LOS PRECIOS DE LA A MADERA BLANDA ASERRADA EN EUROPA Y ESTADOS UNIDOS

Asia

Los recursos que representan las coníferas en explotación son escasos y están muy desperdigados por toda el Asia, siendo el Japón el único productor y consumidor de gran magnitud, en lo que respecta a madera blanda aserrada. A causa del rápido aumento de la demanda de todas las clases de madera para usos industriales, la presión ejercida sobre los recursos madereros del Japón aumenta cada año. Se hace lo posible para utilizar todos los recursos forestales y satisfacer la creciente demanda y, durante algunos años, la proporción de la corta total que se destina al aprovechamiento industrial ha venido aumentando constantemente. La producción japonesa de este tipo de maderas ascendió de 1.994.000 standards en 1951 a 2.810.000 en 1952. La mayor parte de su consumo corresponde a la construcción de viviendas, estimándose que en una casa ordinaria de dos o tres habitaciones se utilizan tres standards, aproximadamente. El ritmo actual de edificación (270.000 viviendas por año) es inferior a la substitución de viviendas que se considera indispensable, la cual se calcula en 300.000 unidades por año, aparte de que ano existe un considerable volumen de trabajo atrasado. Por consiguiente, las necesidades de la vivienda impondrán, durante muchos años todavía, una considerable presión sobre el suministro nacional de madera blanda aserrada. Es de esperar, pues, que sigan disminuyendo las exportaciones de estas maderas. A posar del cuantioso aumento de la producción doméstica a que se ha hecho referencia, las exportaciones netas del Japón bajaron de 63.000 standards en 1951 a 12.000 en 1952. Todo parece indicar que, en adelante, el Japón se convertirá en importador neto de este producto.

En el resto de Asia no existe ninguna producción importante de madera blanda aserrada y sólo unos cuantos países llegan a importar cantidades de significación. En el pasado, Israel y Turquía importaban de 50.000 a 60.000 standards cada año; pero durante los tres últimos años las importaciones del primero de esos países han disminuido sin cesar, siendo de 47.000, 30.000 y 20.000 standards en 1951, 1952 y 1953, respectivamente, mientras que, en cambio, las importaciones turcas pasaron de 11.000 standards en 1951 a 36.100 y 67.200 standards, respectivamente, en 1952 y 1953.

Zona del Pacífico

Australia, que cuenta con escasos recursos en materia de coníferas, depende grandemente de las importaciones. Nueva Zelandia se halla mejor dotada y en los últimos años ha llegado, en términos generales, a bastarse a sí misma. Se estima que en ambos países, la producción, que aumentó de 292.000 standards en 1951 a 308.000 en 1952, ha decrecido ligeramente en 1953.

El cambio más sorprendente que se ha observado en la estructura del comercio de esta región, consiste en la dependencia cada vez mayor en que Australia se encuentra respecto a los suministros norteamericanos. Las importaciones australianas de procedencia europea, que en 1951 ascendieron a 87.000 standards, se redujeron a 32.000 en 1952; esta brusca caída continuó en 1953, pues las informaciones de los principales países exportadores de Europa indican que en este último año sólo se ha destinado a Australia una exportación global de 8.000 standards. Los envíos de la América del Norte han descendido en proporción mucho menor; de 89.000 standards en 1951 bajaron a 75.000 en 1952, y se calcula que en 1953 se han reducido a 60.000 standards.

La disminución de las importaciones efectuadas por esta zona, junto con la producción interna, bastante estable, de madera blanda aserrada, reflejan en parte, el desplazamiento del consumo de la madera blanda hacia la madera dura y, en parte también, la reducción del consumo de algunas de las principales industrias que utilizan madera. En Australia, el número de casas terminadas en 1953 mostró cierto descenso, mientras que en Nueva Zelandia el número de permisos de construcción quedó muy por debajo de la cifra a que llegó en 1952, la cual, a su vez, fué inferior a la de 1951.

Precios

Durante los años de 1952 y 1953, los precios han seguido cursos distintos en Europa y en la América del Norte, que son los dos consumidores principales de la madera blanda aserrada del mundo entero. Mientras que en Europa los precios de esta clase de maderas descendieron precipitadamente en 1952 hasta fines del verano, recobrándose algo del terreno perdido en el último trimestre de ese mismo año, la tendencia general que se notó en la América del Norte fué de carácter ascendente, aunque sólo de una manera muy ligera, y los precios de fin de año representaron aumentos del 5 por ciento, o algo menos, sobre las cotizaciones que regían al comienzo del año. En 1953, mientras los precios europeos de exportación se mantenían muy firmes e incluso llegaban a registrar aumentos fraccionarios en el curso del año, los de la América del Norte disminuyeron grandemente, en cantidades que oscilaron entre el 5 y el 15 por ciento durante el año entero.

En la América del Norte, la corriente principal del comercio que va del Canadá a los Estados Unidos, resulta pequeña en comparación con el consumo total, siendo lógico el hecho de que las fluctuaciones de precios sean menos marcadas y que las tendencias de éstas se ajusten a la evolución de la oferta y demanda nacionales de madera aserrada. En Europa, en cambio, algunos de los principales consumidores dependen casi por completo de las importaciones, mientras que en otros varios países la producción se halla orientada casi por completo hacia el mercado exterior. Por esta razón, el comercio internacional de madera aserrada dista mucho de ser marginal y los precios se muestran muy sensibles a todos los cambios que ocurran en la política de compras.

El examen de la evolución de los precios en los distintos niveles del comercio europeo, da pie a algunas de las preocupaciones que, a pesar de la relativa estabilidad mantenida en 1953, sienten ciertos círculos comerciales respecto al curso ulterior del consumo maderero.

Según indica el Cuadro 5, los precios suecos de exportación, que habían alcanzado el nivel máximo a principios de 1952, bajaron hasta el mínimo en el tercer trimestre de ese año, y la mejora pronunciada que se observó en el último trimestre se mantuvo a un ritmo más lento durante todo 1953. A finales de este año, los precios habían recobrado ya, poco más o menos el nivel correspondiente al primer trimestre de 1951. Las cotizaciones c.i.f. de los Países Bajos siguieron un curso similar. En el Reino Unido, los precios de importación de la madera blanda aserrada que se entregó a los consumidores subieron al compás de las cotizaciones de exportación, hasta principios de 1952; pero al contraerse los precios de exportación del Norte de Europa, no hubo posibilidad de transferir inmediata mente dichas reducciones a los consumidores. Una gran parte de la madera en existencia y de la pendiente de entrega, había sido adquirida a cotizaciones máximas, por lo cual los precios al por menor sólo descendieron en forma gradual y con gran lentitud. A principios de 1954, estos precios excedían todavía, en un 25 por ciento, a los que prevalecieron en los primeros meses de 1951.

Dejando a un lado esta disparidad observada en el curso de los precios del mercado internacional, los acontecimientos que se registraron en este último ejercieron su efecto en el movimiento de los precios de la producción doméstica. Así, durante el auge económico de 1951, los precios de producción de la Alemania Oriental, por ejemplo, subieron con una rapidez todavía mayor que las cotizaciones de exportación en el Norte de Europa y, aunque no comenzaron a bajar sino en el segundo trimestre de 1952, la reducción prosiguió ininterrumpidamente durante todo el año 1953, de modo que en el primer trimestre de 1954 los precios rebasaron, en un 15 por ciento, aproximadamente, a los del primer trimestre de 1951.

Por lo tanto, aunque las cotizaciones de exportación han recobrado, en general, el nivel de principios de 1951, no ha ocurrido lo mismo con los precios al por menor de la madera aserrada procedente de la importación, ni con los de la producción nacional de los países importadores. Los precios de exportación se afirmaron en el último trimestre de 1952 y cabe la possibilidad de que se tropiece de nuevo con una resistencia del consumidor, cuando este aumento sea, eventualmente transmitido al comercio al por menor. En todas las esferas del comercio internacional se reconoce cada vez más la necesidad de llegar a una comprensión más exacta de las reacciones que surjan frente a los precios corrientes y previstos, inclusive hasta el nivel del consumidor. Es en este sector donde, a la larga, se decidirá en definitiva la suerte del consumo de madera.


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