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Productos forestales

Suministro de madera para pulpa y de puntales para minas 1946-1955

La primera década de la postguerra ha presenciado una notable expansión de la economía del mundo. Los países asolados por la guerra se recuperaron más rápidamente de lo que se esperaba. En las zonas más alejadas de los teatros de operaciones, en las que la producción industrial había aumentado durante el conflicto, la transición a la producción normal de paz fué relativamente fácil y la industrial continuó en aumento. Los cambios políticos ocurridos después de la guerra dieron por resultado que muchos países, entre ellos antiguos territorios dependientes, hiciesen importantes avances hacia la industrialización. Se estima que, en conjunto, el índice de la producción industrial del mundo (excluidas China, la U.R.S.S. y Europa Oriental) ha aumentado de 83 en 1946, a 137 en 1954 (1948 = 100).

Este importante ascenso en la producción industrial no parece haber ido acompañado ni remotamente de otro proporcional en la producción total de los montes. De 1946 a 1955 las cortas de que se tiene noticia en el mundo aumentaron solamente en un 16 por ciento (Cuadro 1). Sin embargo, una parte cada vez mayor de la madera extraída ha sido empleada con fines industriales, con el resultado de que durante el mismo período, la producción de madera industrial subió en un 35 por ciento; al mismo tiempo, la modalidad del empleo final experimentó un importante cambio debido al cual el volumen de la producción de trozas para aserrar se incrementó en un 25 por ciento, el de puntales para minas en un 21 por ciento, y el de madera para pasta en un 79 por ciento, por lo menos. La producción de madera para la fabricación de pulpa ha sido la única que ha aumentado al mismo ritmo que la industrial, en general, y quizá lo haya excedido, habiendo disminuido mucho la de otras clases de madera rolliza. La industria de la pasta absorbe actualmente el 20 por ciento de toda la madera industrial producida, contra el 15 por ciento de hace una década (Cuadro 1).

CUADRO 1. - PRODUCCION MUNDIAL ESTIMADA1. TODA LA MADERA ROLLIZA INDUSTRIAL MADERA PARA PULPA Y PUNTALES PARA MINAS (En millones de metros cúbicos)

Concepto

1946

1947

1948

1949

1950

1951

1952

1953

1954

19552

Extracción total de madera rolliza

1290

1310

1325

1310

1355

1410

1420

1450

1505

1510

Madera rolliza industrial

615

635

685

650

695

750

765

790

840

850

Madera para pulpa

92

107

119

115

124

147

150

148

157

165

Puntales para minas

33

30

34

35

35

37

41

38

39

40

1 Véase también Anuario Estadístico de Productos Forestales, 1955.
2 Provisional.

Aunque el suministro de ademes es el que menos ha aumentado, aun el avance de 21 por ciento registrado en este renglón resulta sorprendente cuando se tiene en cuenta que en el mismo período, la producción mundial de antracita, debido en parte a cambios en sus modalidades geográficas, ha permanecido notablemente estabilizada: un poco menos de 1.500 millones de toneladas en 1948, y bastante más en 1954. La producción de carbón de los Estados Unidos disminuyó de 583 millones de toneladas en 1948 a 381 en 1954, lo que es atribuible en gran parte al aumento del empleo de petróleo en la calefacción y en las locomotoras de los ferrocarriles, en tanto que la de Europa aumentó de 500 a 600 millones de toneladas en el mismo período, y la de la U.R.S.S. de 200 a 364 millones. El descenso de la producción de los Estados Unidos no tuvo efectos graves en el consumo de puntales para minas, puesto que no son los de madera los que más se emplean en el país. Las minas de carbón de la U.R.S.S. y de Europa siguen dependiendo principalmente de los ademes de madera, cuyo consumo se ha intensificado ante todo, debido al crecimiento de las necesidades de la industria carbonera soviética, si bien en casi todos los países europeos se han hecho grandes esfuerzos para economizar madera y existe una franca tendencia a sustituirla con puntales metálicos.

Las diferencias geográficas son menos evidentes en el consumo de madera para pulpa. El de sus productos derivados se ha incrementado de modo continuo y casi general en el último decenio, y la producción mundial de pasta de madera casi se ha duplicado. El que los suministros de madera para pasta sólo hayan aumentado tres cuartas partes puede achacarse hasta cierto punto al mayor aprovechamiento de los desperdicios de madera como materia prima para hacer pasta en casi todos los principales centros productores. Además, la constante mejora de las técnicas de fabricación ha dado por resultado que se hiciesen economías en la cantidad de madera utilizada para producir cada tonelada de pulpa. Pero aunque esto es verdad en el caso de casi todas las clases de pulpa, no se ha alterado la relación general entre madera y pulpa, puesto que al mismo tiempo la modalidad de la producción ha cambiado constantemente. La proporción entre la pulpa química y la mecánica ha aumentado en favor de la primera y cada vez se produce más pasta blanqueada. Ambas tendencias implican un menor rendimiento de celulosa respecto a la madera empleada.

Está muy difundida la idea de que el aumento actual de la demanda de madera para pulpa no es un fenómeno transitorio. El incremento de la producción industrial, la disminución del analfabetismo y el mayor bienestar dan por resultado una elevación del consumo de productos de celulosa y para satisfacer esta necesidad se hacen en todas partes esfuerzos encaminados a utilizar mayores cantidades de los abundantes recursos mundiales de materias fibrosas. Las medidas que se toman para ello dependen de las circunstancias locales, pero cada vez es más amplio el suministro de materia prima para la industria de la pulpa y se aprovecha más eficazmente la cosecha forestal. Se ha mencionado ya el creciente uso de los desperdicios de madera para la fabricación de pasta, al que se han de añadir los métodos más racionales practicados en el propio bosque y entre los que cabe mencionar como ejemplo las operaciones de limpia antes y después de la extracción, que contribuyen a que las fábricas de pasta puedan aprovechar enormes cantidades de madera rolliza de pequeño tamaño, y los buenos procedimientos de aclareo que se siguen en muchos países y que acrecientan el suministro de materiales para los aserraderos. Gracias a las nuevas técnicas de fabricación de pulpa, se explotan con más intensidad algunas coníferas que antes estaban abandonadas, y en casi todos los principales países productores de celulosa es cada vez más frecuente el uso de las maderas duras.

Los centros productores tradicionales son los que más sienten el efecto que ejerce la demanda de artículos elaborados a base de pulpa en el suministro de la madera destinada a esta industria. Al mismo tiempo, se ha notado un interés creciente respecto a las posibilidades que ofrecen los recursos de las regiones cuya industria de la celulosa se halla todavía en estado embrionario o no existe, ya que es probable que sea en ellas donde las necesidades de madera para pulpa experimenten el mayor aumento relativo en las próximas décadas. Estos recursos consisten a menudo en fibras cuyo uso no es tradicional y, a veces, en otras fibras que no proceden de la madera. Su adaptabilidad técnica como materia prima ha quedado demostrada en casi todos los casos. Es probable que en los anos venideros las actividades se encaucen hacia la explotación económica de estos recursos, particularmente de los bosques mixtos de maderas duras situados en las zonas tropicales.

Puntales para minas

La producción mundial de puntales para minas parece aproximarse a los 40 millones de metros cúbicos (Cuadro 2), de los cuales corresponden unos 15 millones a Europa, y otros tantos a la U.R.S.S., absorbiendo todas las demás regiones en conjunto sólo la cuarta parte del total del mundo. La producción soviética satisface las necesidades de las minas de carbón de las repúblicas constituyentes, pero en Europa muchos de los principales países productores de carbón dependen del suministro exterior para cubrir una gran porción de sus necesidades en materia de ademes. La proporción que de la producción europea de puntales para minas entra en el mercado internacional ha variado entre el 16 y el 27 por ciento en los últimos diez años. En la mayoría de los países productores de carbón que figuran en primera categoría, la producción respectiva se ha mantenido casi exenta de fluctuaciones, registrándose una tendencia general al aumento, pero la de los principales países exportadores ha experimentado varios cambios de importancia, tanto, que el análisis del comercio mundial de ademes ha quedado reducido al estudio del comercio intereuropeo, puesto que, en general, todas las demás regiones y países satisfacen sus necesidades con su propia producción interna.

CUADRO 2. - PRODUCCIÓN MUNDIAL DE PUNTALES PARA MINAS (En millones de metros cúbicos de madera en rollo)

1 Estimación provisional.

Un elemento que complica el cuadro del suministro y del comercio de puntales para minas es el hecho de que el abastecimiento y el comercio de madera para pulpa siguen una modalidad casi análoga. Todos los años cruzan las fronteras europeas enormes cantidades de madera rolliza de pequeñas dimensiones, gran parte de la cual puede transformarse en pulpa o utilizarse en las minas. La proporción entre ademes y madera para celulosa varía en el comercio de acuerdo con la intensidad relativa de la demanda de estos dos productos. Puede ocurrir que, en un año determinado, la gran demanda de madera para pasta, con la subida consecuente de los precios, reduzca el suministro de puntales para minas, y que, al año siguiente, la necesidad que sientan los países importadores para restablecer sus existencias de puntales haga bajar los precios a niveles competitivos, recuperándose fuertemente el comercio de ademes.

Debido a ello, el comercio intereuropeo llegó a un máximo de 5,18 millones de metros cúbicos en 1952 y, al año siguiente, bajó a 2,54 millones de metros cúbicos, o sea, al mínimo registrado en el decenio, aunque la producción europea durante el período de 1946 a 1955 nunca fué inferior al 10 por ciento o superior al 17 por ciento del promedio para toda la década (14,6 millones de metros cúbicos). A pesar de las fluctuaciones, parece ser que este comercio tiende, en general, a contraerse. Casi todos los países consumidores están cada vez en mejores condiciones de satisfacer sus necesidades de madera de pequeño tamaño recurriendo a sus propios montes. Por esta razón, el volumen de las importaciones de Bélgica, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido han ido disminuyendo en estos diez años, contracción que sólo ha quedado compensada parcialmente por el aumento de las importaciones de Alemania Occidental y, más recientemente, de Hungría. En Alemania, las industrias de la pulpa están ejerciendo una presión cada vez mayor sobre las existencias de madera rolliza pequeña, de producción nacional, lo que ha obligado a las minas de carbón a recurrir al extranjero para proveerse de puntales.

También ha habido algunos cambios notables en la importancia relativa de los diversos proveedores. Durante todo este período, Finlandia ha sido el principal abastecedor y sus exportaciones han sido siempre elevadas. Las alteraciones anuales en las cantidades embarcadas se atribuyen solamente a las fluctuaciones de la demanda. Las exportaciones suecas han tendido a aumentar; el incremento de la producción de madera rolliza de pequeño tamaño en el sur de Suecia, donde la industria de la celulosa no está tan adelantada como en el norte, ha obligado a los productores a tratar de colocar su madera de construcción en los mercados extranjeros. En los primeros años de la postguerra, Alemania fué una importante proveedora de madera, pero actualmente la zona occidental del país se ha transformado en una gran importadora neta. Las exportaciones austríacas aumentaron hasta 1952 pero han disminuido desde entonces, por ser mucho mayores las necesidades nacionales de madera para pulpa. Puede esperarse que las cantidades disponibles para la exportación sigan disminuyendo en los próximos años. También es probable que Polonia, que exportó diversas cantidades entre 1949 y 1954, pierda importancia como proveedora de puntales para Europa Occidental, debido a que las necesidades internas absorten los recursos disponibles. Las cantidades disponibles para la exportación en Francia se encuentran principalmente en el sudoeste del país. Cabe indicar que al contraerse la demanda interna aumentan las exportaciones, y viceversa.

Sin embargo, los dos cambios más importantes han sido la disminución de las exportaciones canadienses y el aumento de las soviéticas a Europa. En el período inmediatamente posterior a la guerra, Canadá fué uno de los principales proveedores de Europa pero sus exportaciones han disminuido paulatinamente, excepto en 1952, año en que las importaciones registraron un máximo debido a circunstancias especiales. Canadá continúa siendo un proveedor potencial de gran importancia, pues dispone de la madera y si el mercado fuera lo bastante firme para soportar los fletes trasatlánticos (y no hubiera problemas de pagos,) evidentemente se embarcarían mayores cantidades. Debido a ello, dicho país ejerce una influencia distante en el mercado europeo de puntales, como también en el de madera aserrada. No obstante, un factor más inmediato es el suministro proveniente de la U.R.S.S. Con el cese de la primera fase de la reconstrucción interior, las exportaciones de la Unión Soviética han recuperado paulatinamente su volumen de la preguerra y, actualmente, sólo Finlandia la supera en el abastecimiento de los puntales que importan las minas de carbón de Europa.

Una característica interesante del comercio de puntales en los últimos años ha sido la tendencia en la industria carbonera a contentarse con que sus existencias sean menores (respecto a las necesidades) que en el pasado. La apreciable cuantía de las reservas de fines de 1952 fué originada por la reacción al difícil problema que experimentó el suministro en 1951, más bien que por el aumento real de las necesidades. Si bien el mejoramiento de las técnicas de minería y las economías en el empleo de la madera han contribuido a reducir el volumen de las existencias consideradas como necesarias desde el punto de vista de la explotación, probablemente la situación actual es una prueba de que se tiene confianza en que continuará siendo estable el mercado de puntales en Europa.

Madera para pulpa

A pesar de los extensos daños, directos e indirectos, que la guerra causó a la industria de la celulosa en Europa, la Unión Soviética y gran parte de Asia, la producción mundial de madera para pasta, a raíz del cese de hostilidades, era un 10 por ciento mayor que en el período inmediatamente anterior al conflicto. Se debió esto a que durante la guerra creció rápidamente la industria de la pasta en Norteamérica, región en la que se había duplicado su producción. Desde 1946, ésta ha seguido aumentando casi ininterrumpidamente en todas partes del mundo. Durante el decenio que se estudia, la producción europea de madera para pulpa se duplicó, y en 1955 era superior en un 25 por ciento al máximo de preguerra. También en la Unión Soviética llegó en 1955 a ser mayor en un 25 por ciento a la cantidad registrada en 1938/39, lo que representa un aumento igual a un séxtuplo en la producción de madera para pulpa, durante el decenio de la postguerra. Asimismo, la notable expansión observada en Norteamérica continuó en vigor y la producción de madera para pulpa en toda esa región aumentó de 61 millones de metros cúbicos en 1946 a 91 millones en 1955. Debido a estos acontecimientos, lo mismo que al hecho de que en Asia (principalmente en Japón) la producción aumentó seis veces y a que en otras regiones también se registraron avances más pequeños, la producción total del mundo llegó a unos 165 millones de metros cúbicos en 1955 (Cuadro 3), o sea, el doble, aproximadamente, del promedio de los años inmediatamente anteriores a la guerra.

Junto con esta rápida expansión en la producción mundial de madera para pasta durante los últimos veinte anos y, en especial, en el decenio de la postguerra, han ocurrido algunos cambios de interés en la modalidad del suministro de materias primas para la elaboración de celulosa. En los primeros días de su fabricación, la principal materia prima era el abeto, pero los adelantos técnicos han culminado en una rápida intensificación del aprovechamiento del pino. La propagación del procedimiento del sulfato para la elaboración de pulpa se ha basado en el empleo del pino. Más recientemente, se han formulado y aplicado con éxito métodos de precipitación de la resina, que permiten el uso del pino en la fabricación de pasta mecánica y de papel para periódicos, y en los Estados Unidos funcionan ya varias fábricas de esta clase de papel que se abastecen de madera de pino. Además de las coníferas, se emplean, cada vez en mayores cantidades, las maderas duras de las zonas templadas. Esta actividad no se limita a las regiones donde escasean las coníferas naturales, aunque, naturalmente, la utilización de las maderas duras es mayor en ellas. En Italia, estas maderas representan el 70 por ciento de todas las materias primas con las que se fabrica celulosa, y en Alemania Occidental el 25 por ciento. En 1952, los Estados Unidos empleaban un 14 por ciento de maderas duras, porcentaje que, según se cree, aumentará a 19 para 1960, y a 26 para 1975. Además de las especies frondosas naturales, cada vez se emplean más en muchas partes del mundo las especies de crecimiento rápido obtenidas en plantaciones artificiales, a saber, abeto, sauce, eucalipto, y otros árboles similares. Un factor de importancia económica, particularmente en los países en los que el bosque natural es escaso o inaccesible, es que, así como el promedio del crecimiento anual por hectárea, en el caso de las coníferas de las regiones septentrionales, es de 1 a 2 metros cúbicos, los chopos de plantación producen, en condiciones favorables, 10 metros cúbicos, y los eucaliptos de 10 a 20 metros cúbicos.

Se han hecho algunos ensayos con mezclas de maderas duras tropicales, aunque todavía no se ha proyectado establecer ninguna gran fábrica de tamaño económico para aprovechar este suministro. Sin embargo, arraiga la opinión de que es tan sólo cuestión de tiempo solucionar los problemas económicos que plantea la instalación de fábricas en los trópicos.

Aparte del uso más ortodoxo de las especies, en los últimos 10 años se han hecho grandes adelantos en la utilización de desperdicios de madera para fabricar pulpa. Obstaculiza este empeño la necesidad de poder recoger los materiales a bajo costo, y, por eso, es natural que los mayores adelantos se hayan hecho en los casos en que las industrias madereras mecánicas están concentradas geográficamente y consisten en unidades de gran tamaño.

El aumento de la producción mundial de madera para pulpa ha ido acompañado de un crecimiento del comercio internacional correspondiente, aunque el mercado ha experimentado intensas fluctuaciones en el decenio de la postguerra. Exceptuado el retroceso de 1949, las exportaciones aumentaron rápidamente desde 1946, para alcanzar un máximo de 11,6 millones de metros cúbicos en 1951. A continuación, el mercado se ajustó lentamente a las consecuencias de la situación de auge originada por la guerra coreana, y es probable que en 1955 el volumen de transacciones sea igual o quizá mayor a la alta cifra registrada en 1951.

No son del todo tranquilizadoras las perspectivas de largo plazo para el abastecimiento comercial de maderas aptas para la elaboración de celulosa; en realidad, la suposición de que seguirá aumentando el consumo de productos de pulpa y con él las necesidades de madera para su manufactura, ha impulsado la búsqueda de materias nuevas. Finlandia, que en Europa es el principal exportador de madera para pasta, ha mantenido hasta ahora sus exportaciones, mientras que Suecia ha conseguido incrementarlas, por las razones explicadas antes, pero los planes que tienen ambos países para ampliar la manufactura de celulosa darán por resultado un gran aumento en la demanda de los recursos disponibles, lo que hace dudar de que las exportaciones escandinavas conserven su volumen actual. Canadá es el primer exportador de madera para pulpa en todo el mundo y, aunque casi todos los embarques se dirigen a los Estados Unidos, los recursos del país permitirían ayudar, en mayor medida, a la satisfacción de las necesidades europeas. Yugoeslavia ha mantenido hasta ahora sus exportaciones, principalmente de especies frondosas, si bien, en los últimos años, el aumento de las partidas procedentes de Polonia y Checoeslovaquia ha ayudado también a cubrir la demanda de Europa.

CUADRO 3. - PRODUCCIÓN MUNDIAL DE MADERA PARA PULPA (En millones de metros cúbicos de madera en rollo)

En 1955, la Unión Soviética ha reanudado las exportaciones de importantes cantidades de madera para pulpa, lo que ha sido acogido con satisfacción por los países de Europa Occidental, que la importan.

Fuera de Europa, el único movimiento importante de esta clase de madera es el de Canadá a los Estados Unidos. Aunque ha fluctuado mucho en los últimos diez años, de acuerdo con los cambios en el régimen de la demanda de los Estados Unidos, se ha de tener presente que la situación en Norteamérica es muy diferente de la que existe en Europa. En el continente europeo, los principales importadores de madera para pasta quizá tengan que recurrir a la importación para atender a la mitad o más de sus necesidades totales; en los Estados Unidos, las importaciones representan sólo el 10 por ciento de las necesidades totales y, además, la industria de la pasta en dicho país mantiene firmes relaciones con los proveedores canadienses y, a menudo, posee en arrendamiento grandes bosques en el Canadá. Con todo ello, el mercado norteamericano es relativamente menos sensible a las fluctuaciones que ocurren de vez en cuando.

En Europa, los productores de pasta se inclinan a tener mayores reservas de madera como materia prima especialmente en los países importadores, en los que la amarga experiencia ha demostrado que las actividades pueden quedar en peligro si las existencias son bajas y no se encuentran fácilmente nuevos suministros.

Precios

El estudio de los movimientos de los precios de la madera rolliza de pequeñas dimensiones en los últimos siete años revela varias características de interés (Cuadro 4). Si se exceptúan las violentas fluctuaciones de 1951/52, que afectaron a los precios de todos los productos esenciales, los de la exportación de la madera para pulpa y de los puntales para minas han mantenido una notable estabilidad. Cabe anotar el hecho de que en el otoño de 1955 no estaban muy distantes de los que regían en 1948. Esto ofrecía un apreciable contraste con los movimientos de los precios de exportación de la madera aserrada, los que también subieron mucho en 1951 y se contrajeron en 1952, aunque el ciclo fué menos pronunciado que en el caso de la madera rolliza, y la tendencia a la baja, relativamente, mucho menos intensa. Sin embargo, los precios actuales de la madera aserrada en el mercado de exportación son iguales al máximo de 1951, que, a su vez, fué casi el doble del que regía en 1948/49.

CUADRO 4. - PRECIOS EUROPEOS MEDIOS O APROXIMADOS DE MADERA PARA PULPA Y PUNTALES PARA MINAS (En dólares por estéreo)

1 Precio en el lugar de partida, excluídos los impuestos, precio regulado.
2 Puntales de primera clase, precio en el lugar de partida, precio regulado.
3 Precio medio en los montes del Estado, en Bavieria, abeto, sin descortezar, transportado al camino.
4 Precio medio en los montes del Estado, en Bavieria, abeto, menos de 15 cm. de espesor, puntales para minas largos, descortezados, sin transportar.
5 Precio medio de compra, madera para pulpa de primera clase, abeto, descortezado, puesto en el vagón en una estación de ferrocarril de vía normal.
6 Correspondiente a todo el año.
7 Agosto.

A esta disparidad han contribuido varios factores. La madera en rollo exige menos gastos de mano de obra que la aserrada y puede absorber más fácilmente el aumento de los costos de la mano de obra. En lo que concierne a la demanda, el mercado consiste en un número relativamente pequeño de grandes unidades - minas de carbón y fábricas de pasta - y está en mejor situación de influir en la marcha de los precios, antes que los muchos miles de comerciantes, relativamente pequeños, de madera aserrada, que rivalizan para conseguir las calidades preferidas. En cuanto a los principales países importadores, la demanda viene a reforzarse aún más por el hecho de que la obtención de madera aserrada depende de las importaciones en mayor grado que el abastecimiento de madera rolliza de pequeñas dimensiones. Finalmente, en plazos cortos, el suministro de madera en rollo es más elástico que el de madera aserrada. Esto parece contradecirlo la marcha de los precios en l950-52, aunque, a decir verdad, en aquellos momentos se especulaba en el mercado. La afirmación anterior es, por tanto, válida para las transacciones normales que se efectúan de un año a otro.

Quizá no pueda prescindirse por completo de otro factor. En los países exportadores de madera rolliza, los usuarios de la misma no tienen ningún interés en que los precios se desmanden, con las inevitables repercusiones en el suministro y el costo de su propia materia prima. Por eso, los gobiernos de algunos países exportadores han tomado medidas prácticas, como complemento de la moderación que han recomendado, para evitar que se repitiese lo ocurrido en 1950-52.

Se ha de tener en cuenta que la madera rolliza de pequeño tamaño alcanza precios elevadísimos en el comercio internacional. Los países exportadores tienen que equilibrar la capacidad de adquirir divisas extranjeras mediante las exportaciones de madera rolliza con las necesidades de materias primas en su industria nacional. Esta última crece constantemente y, en lo que concierne a los exportadores tradicionales de Europa el limite máximo de las cantidades disponibles para la exportación tendrá, a la larga, que disminuir. Por otro lado, este movimiento comercial no puede eliminarse mientras las naciones importadoras exijan madera rolliza a cambio de productos esenciales para la economía de los países exportadores.

Perspectivas

No es probable que el aumento de la producción carbonera de Europa dé por resultado una expansión del volumen del comercio de puntales para minas. Debido a la tendencia a emplear puntales metálicos y al incremento de la producción interna de madera de pequeño tamaño, es dudoso que el comercio europeo de ademes llegue a mantener su nivel actual.

Seguirán aumentando las necesidades de madera para pasta en Europa y en todas las demás regiones, pero la disponibilidad pondrá un límite a las cantidades que entren en el comercio. No puede esperarse una expansión indefinida de los suministros de los países septentrionales, pero las industrias de la celulosa en Europa Occidental recibirán con satisfacción cualquier cantidad adicional que puedan conseguir en la Unión Soviética y, si no surgen problemas de pagos, en el Canadá. Entretanto, continuará la actual tendencia a aprovechar las maderas duras y a emplear hasta el máximo los desperdicios de madera. Fuera de Europa, es probable que el mercado mundial de madera para pasta quede limitado al movimiento del Canadá a los Estados Unidos y, posiblemente, a las importaciones japonesas. Puede ser que en todas las demás regiones los proyectos de expansión actual y futura se basen en los recursos de fibras nacionales, algunas veces representados por especies que no se han empleado anteriormente, o bien por residuos agrícolas (paja y bagazo), bambú y otras plantas anuales como, por ejemplo, junquillos.


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