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Lucha contra el matorral y los árboles inútiles

por ARTHUR W. SAMPSON
Profesor Emérito de Silvicultura y ARNOLD M. SCHULTZ
Especialista Adjunto, Escuela de Montes, Universidad de California

Segundo capítulo de un trabajo sobre máquinas desbrozadoras, preparado a solicitud de la FAO. El primero apareció en el número 2, Vol. 10 de Unasylva, acompañado de una lista de las especies mencionadas y de la bibliografía citada. Las partes restantes se publicarán en números sucesivos de esta revista y toda la serie completa formará un cuerpo de obra que saldrá a luz por separado.

Aperos para el desbroce mecánico

LAS operaciones extensas de extirpación de especies leñosas inútiles han tenido que aguardar a que se fabricara en gran cantidad la maquinaria capaz de efectuar el trabajo de modo efectivo y económico. La edad moderna, caracterizada por empresas de amplios vuelos, nos impulsa, sin embargo, a desentendernos de que muchas tareas de menor cuantía, ejecutadas con herramientas de mano hechas en la localidad, cumplen el mismo cometido quizá aventajando en eficacia y economía. Las principales diferencias entre ambos métodos se reducen a consideraciones de tiempo y conveniencia personal. En este capítulo nos ocuparemos de las dos clases de aperos.

El herramental se describe en breve con ilustraciones fotográficas y dibujos hasta donde ha sido posible. Se consignan las ventajas y limitaciones relativas de cada pieza, citando costos aproximados por hectárea en determinadas condiciones peculiares siempre que existan datos disponibles. A menos de emprender una discusión específica sobre la materia, se dará por entendido que para la vegetación muy desarrollada habrá necesidad de recurrir al uso de aperos más pesados.

Maquinaria movida por tractor

Cuchillas de empuje

En la extirpación de la maleza y hasta de árboles enteros, la máquina que normalmente entra en juego es la cuchilla de empuje. Consta de un tractor que lleva por delante una cuchilla empujadora muy pesada, cuya elevación o descenso se manipulan a voluntad por medios hidráulicos o cables (Figura 8). La cuchilla consta de una vertedera cóncava de mucho alto, provista de una pieza endurecida de acero en la arista inferior, en forma de cuchilla, que sobresale adelante de la hoja. El método de articular la hoja a los brazos de empuje y a los miembros de elevación difiere en los variadísimos modelos comerciales. Aunque la hoja de empuje va montada por lo común sobre un tractor del tipo de oruga, en el comercio se hallan las adecuadas a casi todo tractor de ruedas (24).

FIGURA 8. Cuchilla de empuje efectuando un desmonte en Missouri. Se compone del tractor, la barra de herramientas y ¿a hola delantera. El tractor de la figura tiene una potencia aproximada de 35 caballos de fuerza en la barra de tiro. (Caterpillar Tractor Company).

Hay dos maneras de aprovechar la cuchilla de empuje en los desmontes. Un procedimiento consiste en colocar la hoja próxima a la superficie del suelo o un poco encajada en él, a fin de desarraigar la mayor parte de los tallos gruesos y destrozar la vegetación menor y frágil. El se deja tirado en el lugar o se empuja para hacer montones o andanas. Por este sistema el suelo queda bastante escarbado. El tapiz herbáceo a menudo se desbarata y se dejan profundos hoyos donde las raíces de los árboles se han arrancado, la tierra se arrastra y acumula alrededor de los montones de chamarasca y buena parte del terreno permanece algún tiempo despojado de la hojarasca que lo abrigaba. En consecuencia, se trata de eludir tal práctica, ante todo en los sitios sujetos a erosión. El otro procedimiento es el de» ambular» sobre la broza o magullarla con la cuchilla alzada desde unos cuantos centímetros hasta 3 decímetros arriba del suelo, sin recoger la hojarasca, que luego se extenderá uniformemente en la superficie. Cuando la maleza es frágil, las bandas del tractor tendrán el efecto de acolchonar todavía más la broza. El método no resulta muy satisfactorio tratándose de maleza tierna, puesto que rebota a su posición original tan pronto como la cuchilla acaba de pasarle por encima; tampoco lo es en los matorrales que contienen muchos árboles grandes que hayan de desarraigarse o quitarse empleando otro sistema. Si el campo se quema tras el desmonte con cuchillas de empuje, conviene esparcir las cenizas uniformemente en la superficie. El magullamiento seguido de la quema es práctica corriente en los pastizales de California y de otras regiones.

Por los motivos ya expuestos, sólo se podrán dar cifras aproximadas para el costo de las operaciones que se efectúan con cuchillas de empuje. Daremos algunos ejemplos: en Texas, el costo de limpiar un terreno de matorral denso con cuchillas de empuje, pero sin incluir su apilamiento ni colocación en andanas, montó en 1946 a 8,50 dólares por hora usando tractores ligeros y hasta 15,00 dólares si los tractores eran pesados. Los gastos por hectárea fueron de 27 a 35 dólares, según las condiciones del matorral (19). El funcionamiento de las cuchillas de empuje pesadas en la unidad de tiempo resulta más costoso que el de las livianas, pero el trabajo por hectárea puede abaratarse mucho con aquellas, dada su superior eficacia. El costo medio de los desmontes en 1955, realizados en matorrales de California que permiten abatir la vegetación y extender en andanas la chamarasca en movimiento de avance continuo, ascendieron a unos 25,00 dólares por hectárea (6). Cuando el matorral se presenta más espeso y vigoroso, se calculan los gastos entre 25 y 50 dólares, aunque en rodales enteramente densos donde se hace necesario retroceder y virar repetidas veces, los costos suelen subir de 50 hasta 125 dólares por hectárea.

Aperos apiladores de broza

Después de aplastar o cortar el matorral con cuchillas de empuje o tumbadoras de árboles, se pueden emplear rastrillos de construcción especial para apilarlo. Se trata de máquinas pesadas que se llaman rastrillos de empuje, las cuales levantan la chamarasca a la vez que la tierra cae por entre sus fuertes dientes. La tierra que sigue adherida a las raíces se puede desprender dando unas cuantas sacudidas de arriba abajo a la carga en sucesión rápida. Si hay intención de quemar la brusca, un buen método, que los rastrillos facilitan, consiste en amontonar la broza al tiempo que arde. De esa manera se logra incinerar mayor cantidad de ramojo que apilándolo primero o extendiéndolo en andanas antes de prenderle fuego.

FIGURA 9. Rastrillo de empuje con elevación mecánica. Se puede montar en cualquiera tractor agrícola pequeño. La anchura del que se muestra es de 1,5 m. y la longitud de los dientes 1,35 m. Por su tamaño chico, resulta ventajoso para maniobrar en lugares estrechos. [(Oklahoma Agriculture Experiment Station).]

FIGURA 10. Rastrillo o «apiladora» de broza amontonando chamarasca y árboles. Fabrica este modelo la Florida Land Clearing Equipment Corporation (FLECO), de Jacksonville, Florida. El tractor de la fotografía es un Caterpillar con motor Diesel de 155 c.f . Hay variedad de tamaños de rastrillos. [(Fleco Corporation).]

FIGURA 11. Tumbadora de árboles empujando un roble grande. Así que el árbol se inclina, la cuchilla se baja a fin de cercenar las raíces al nivel del suelo con el filo del fondo de la hoja. La tumbadora es producto de la AFCO y va montada en un tractor Caterpillar de 230 c.f. [(Caterpillar Tractor Company).]

Rastrillo de empuje (Figura 9). Se fabrica una modificación del rastrillo de empuje para heno, adaptable a tractores de ruedas o de oruga. Los dientes son de tubo de 5 cm. (2") de diámetro, que al topar con piedras o tocones, se doblan sin romperse. Una sobrecarga en el diente lo hace doblarse hacia abajo, pero no lo rompe, y los adyacentes toman parte de la carga.

Los rastrillos montados sobre tractores de ruedas no tienen, en términos generales, suficiente espacio debajo de la parte posterior de la armazón para salvar tocones y raigones altos en el movimiento de chamarasca a través de los campos. Una carga de 450 Kg. de broza, muy levantada, basta para desequilibrar el tractor en movimiento. En los matorrales escabrosos resultan más eficaces, por lo común, los tractores de bandas con SUR correspondientes aperos.

Rastrillo de broza (Figura 10). El rastrillo de broza o «apiladora» consiste en una vertedera cóncava parecida a una cuchilla de empuje, armada de una defensa superior que tiene por objeto evitar que el ramojo cause averías al radiador del tractor, así como de dientes que se proyectan ligeramente hacia delante en el fondo de la vertedera, provistos de zapatas patinadoras. A cada lado lleva el rastrillo unas lengüetas flexibles que aumentan su capacidad de carga. Puesto que los dientes son más cortos que los del rastrillo de empuje y no están en posición horizontal, sólo se puede empujar al frente el ramojo pero no izarlo. Sin embargo, queda suficiente espacio entre los dientes y debajo de la vertedera, lo cual permite el apilamiento exento de tierra.

FIGURA 12. Tumbadora de árboles. La barra de empuje o topador y la cuchilla de este modelo se maniobran independientemente por medio de un mando de cable y tambor dable. Adecuada para los mayores tractores Caterpillar. [(Fleco Corporation).]

FIGURA 13. Cortadora de árboles. La afilada hoja de acero taja árboles de 40 a 50 cm. de diámetro después que la barra tensora que va encima los dobla hacia delante. Se consigue la herramienta para todos los tamaños de tractores Caterpillar y demás de oruga. [(Fleco Corporation).]

FIGURA 14. Cortarraíces trabajando en un mezquital. Las raíces se trozan muy abajo de la zona de brote del cuello. La barra tensora empuja hacia delante la planta. Tractor International con motor Diesel de 90 c.f. [(Texas Agricultural and Mechanical College).]

FIGURA 15. Cortarraíces de arrastre. El tractor es un Allis-Chalmers con motor Diesel de 150 c.1. Está comprobada la eficacia de la máquina en los mezquitales. [(Texas Agricultural and Mechanical College).]

FIGURA 16. Arrancatocones desmontable. Este accesorio ajusta en el bastidor C de cualquiera topadora angular. (Fleco Corporation).

FIGURA 17. Arrancatocones o descepador de tiro. Herramienta que se coloca en la parte trasera de un tractor y e maniobra con un mecanismo de mando por cable montado en el bastidor A de la máquina matriz. (Fleco Corporation).

Aperos descuajadores

Diversos dispositivos que se pueden asegurar con pernos a la hoja de empuje o articular ya sea a la barra de herramientas o a los brazas de empuje en lugar de la hoja cóncava ordinaria sirven para llevar a cabo tareas especiales de desbroce. Montados en su sitio, estos accesorios participan de la estabilidad y fuerza de la cuchilla de empuje y también de su movilidad. El descuaje de las raíces y tocones, a veces hasta 45 cm. o más bajo tierra, impone una fatiga mucho mayor a la máquina que la impartida a los aperos de superficie.

Por tal razón, los instrumentos desraizadores son piezas sencillas y macizas que no se rompen fácilmente. Algunas de las herramientas desenraizadoras que se describen se enganchan detrás del tractor y éste las arrastra.

Tumbadora de árboles (Figura 11). La tumbadora tiene una grande barra de empuje o topador que se extiende mucho al frente de una cuchilla en forma de «V». Después que la barra doblega el árbol, dejando las raíces al descubierto, se baja la cuchilla a fin de desprender las raíces con las aristas filosas del fondo. El topador o «balancín derribador» de algunos modelos se maniobra independientemente de la cuchilla de corte inferior o arado (Figura 12).

Cortadora de árboles (Figura 13). La cortadora de árboles es útil cuando los fustes son grandes y no hay inconveniente en dejar cortados los tocones a ras del suelo, pudiendo cortar árboles hasta de 50 cm. de diámetro. Si el rodal no contiene árboles o arbustos de diámetro superior a 30 cm., se puede avanzar con una anchura de corte de 3 m. (el ancho de la hoja) yendo el tractor en tercera velocidad, sin retroceder ni virar. La barra tensora que va encima se extiende hacia delante más allá de la hoja de corte; dobla el árbol, estirando las fibras, y la cuchilla debajo, montada en soportes reforzados, taja en seguida el tronco.

Cortarraíces (Figura 14). Consta de una hoja corta afilada puesta entre dos fuertes soportes de acero. Estos apoyos se inclinan hacia atrás frente al tractor, de manera que la cuchilla se pone primero en contacto con la raíz o el tocón. La hoja penetra a bastante profundidad para cortar bajo la zona de brote. Como el accesorio completo se iza mediante mando hidráulico lo mismo que una cuchilla de empuje, las matas o árboles enteros se pueden arrancar de cuajo después de cortarles las raíces.

Cortarraíces de arrastre (Figura 15). Su funcionamiento se basa en el mismo principio que el cortarraíces anterior, excepto que trabaja por arrastre detrás del tractor. Corta debajo de la superficie a profundidad de 30 a 45 cm. La hoja, en figura de «V», facilita el tiro a través del subsuelo. La anchura del corte es de unos 3,35 m. Para levantar o bajar la hoja se usa un elevador hidráulico o de cable. El dispositivo mostrado en la fotografía ara cerca de 0,8 Ha. por hora con un costo de 20 dólares.

Arrancatocones. Dos tipos de accesorios llevan este nombre. Es desmontable el de la Figura 16, se coloca al frente de un bastidor de empuje y está hecho de acero vaciado en una pieza. Los 4 dientes van revestidos de metal duro y forman una anchura de 76 cm. El arrancatocones se encaja en el troncón y los dientes lo mantienen sujeto. Luego el movimiento de avance se combina con el ascendente que imprime el elevador hidráulico y la cepa se arranca de raíz. El arrancatocones o descepados de tiro (Figura 17) se fija al tractor por detrás y la maniobra se efectúa por cable. El diente también es de una pieza, de acero vaciado, firmemente sujeto a un bastidor reforzado. Puede usarse para cortar las raíces laterales a 1 m. de profundidad, así como para desarraigar tocones.

Hoja punzante (Figura 18). La hoja punzante es una modificación del arrancatocones. Consiste en una placa angosta montada al centro o a un lado de la cuchilla de empuje, abajo de la cual se prolonga unos 30 cm., un poco inclinada hacia adelante. El rejón expulsa árboles chicos y arbustos que no pueden arrancar la cuchilla de empuje o la tumbadora de árboles. El diente sencillo acumula toda la potencia del tractor en un frente estrecho.

Cuchilla postiza (Figura 19). Es una hoja puada maciza de 8 dientes, muy reforzada, especialmente construida para extraer del suelo matas grandes, como el sabino, en una sola operación. Se coloca bien sujeta con pernos a un extremo de la vertedera y al filo cortante de la empujadora. El otro lado de la vertedera se usa como cuchilla ordinaria de empuje para derribar matas menores.

Rastrillo desenraizador (Figura 20). El rastrillo desenraizador u hoja descuajadora consta de 6 a 8 dientes que se extienden hacia delante y abajo de la cuchilla de corte de una topadora. Este accesorio se usa con suma eficacia a guisa de «peine» en la extracción de las raíces que permanecen enterradas en e] suelo después de tumbar o desarraigar los árboles grandes. Hace asimismo las veces de apiladora. Dichos rastrillos trabajan mejor en terrenos secos o arenosos. Los suelos pegajosos pueden aterronarse al empuje de los dientes. La fotografía sirve de ilustración de que ningún instrumento «reforzado» está exento de averías al topar con roca.

FIGURA 18. Hoja punzante (Stinger) desarraigando un mezquite arbustivo. Se articula al bastidor C de una topadora angular. (Texas Agricultural and Mechanical College).

FIGURA 19. Cuchilla postiza (Juniper bit) fijada con pernos a un extremo de la cuchilla y vertedera de empuje. Aquí se ve instalada en un tractor Cletrac. (U.S. Soil Conservation Service).

Una de las principales ventajas de las diversas formas de accesorios dentados en comparación con las hojas comunes de las cuchillas de empuje es que remueven poco el suelo. A igual eficacia de acción descuajadora a 30 cm. de profundidad, la cuchilla pareja de la topadora desaloja una capa de tierra de ese espesor, arrastrándola a cierta distancia la vertedera. En cambio, con el rastrillo desarraigados o la hoja punzante o las cuchillas horizontales, la tierra resbala alrededor de los dientes o sobre la hoja sin remover el suelo, que recibe un efecto parecido al de un arado de desfonde en tierras de labor. A menudo el suelo de los matorrales está tan flojo, que mal sirve de asiento para siembra de pastos, como no se aplane o amase.

FIGURA 20. El rastrillo desenraizador extrae las raíces del suelo como un «peine». Hace también las veces de apiladora. (Texas Agricultural and Mechanical College).

FIGURA 21. Arado de discos común. Fabrica este modelo la John Deere Implement Company. (U.S. Forest Service).

FIGURA 22. Rastra de discos acodada, para trabajo pesado. Los modelos para trabajo pesado se destinan sobre todo a las operaciones de desbroce. (U.S. Forest Service).

FIGURA 23. Arado de campo triguero. Casi igual al arado de discos o casquetes que se usa en la tierras de labor de las Grandes Llanuras, pero contiene leves modificaciones que lo adaptan muy bien a la extirpación de la Artemisia. (U. S. Forest Service).

Los mecanismos descuajadores se emplean en relación con especies rizocárpicas y cuando se intenta que no subsistan obstáculos en el suelo perjudiciales a las prácticas agrícolas futuras. En esos casos, podrán usarse dos o más clases de herramientas en la misma operación de desbroce. Por ejemplo, en los matorrales de Texas se acostumbra desbrozar en cuatro etapas: (1) derribo del matorral con cuchilla de empuje o topadora de árboles; (2) amontonamiento de la chamarasca con rastrillo de empuje; (3) aradura de desarraigue para cortar las raíces entre 30 y 45 cm. bajo la superficie y sacarlas a flor de tierra; y (4) apilamiento de las raíces. El tiempo y costes aproximados de cada parte de la operación completa en 1946 fueron: (1) 0,3-0,4 Ha./h., 27-35 dólares/Ha.; (2) 0,5-0,6 Ha./h., 14-19 dólares/Ha.; (3) 0,30,5 Ha./h., 27-33 dólares/Ha. y (4) 0,8 Ha./h., 27-33 dólares/Ha.; es decir: en total, de 95 a 120 dólares por hectárea (19).

Rastras de discos o casquetes

Muchos tipos de rastras de discos (también llamadas arados de discos) se han adaptado especialmente para trabajos de extirpación de la maleza; en términos generales, su construcción se basa en el principio de la grada de discos corriente en las granjas. La rastra destinada al desbroce tiene por objeto efectuar tres operaciones: destruir la maleza, acolchonar la chamarasca y preparar el asiento de siembra. La máquina consta esencialmente de una serie de discos cóncavos con bordes afilados y dispuestos de tal forma que al cortar la vegetación vayan aflojando la tierra. Hay modelos montados en ruedas y otros que carecen de ellas.

Aunque el arado de discos común será el primero en describirse, las variantes más efectivas de apero para desbroce son las rastras acodadas, el arado de terreno triguero y el de matorral (40). Otra variante, el arado de discos excéntricos o ahoyador de pastizal, se puede emplear en los matorrales, pero su objeto primordial era otro.

Arado de discos común (Figura 21). Este arado tiene un grupo sencillo de discos, hasta 6 en número, cada uno con su propio gozne y colocado en posición oblicua con la vertical; suele haber, además, manera de ajustar el ángulo según lo requieran las condiciones de aradura. Los bastidores se montan en ruedas y así es posible regular la profundidad de la labor.

El arado de discos no es muy eficaz en masas densas de matorral, pero bastante útil para arar prados de esposo césped poblados de especies que echan raíces centrales gruesas y tenances. Trabaja más o menos como un arado de vertedera, con la diferencia de que socava mejor los suelos arcillosos compactos y penetra en terreno demasiado duro o seco para el arado de vertedera.

Esta clase de apero resulta de maniobra costosa. La anchura de corte es relativamente estrecha, de 1,4 m. si el grupo o cuerpo se compone de seis discos, y requiere por lo bajo un tractor de 60 a 70 caballos de fuerza para arrastrarlo. Además, no puede usarse en terreno que contenga grandes rocas hundidas.

Rastra de discos acodada (Figura 22). Se llama así porque se puede acomodar o desviar de manera que trabaje a derecha o izquierda de la línea de tiro del tractor. Es bidireccional y no tiene ruedas, de modo que el peso entero carga sobre los bordes de los discos. Está compuesta por dos cuerpos de casquetes, cada uno montado en bastidor independiente, uno adelante del otro. El grupo delantero desaloja la tierra en una dirección y el trasero en la opuesta. Conforme a la clase de matorral o suelo de que se trate, el peso y la durabilidad mayores o menores dependen de la construcción del bastidor. El Servicio Forestal de los Estados Unidos ha proyectado varios modelos de rastra de discos acodada para la extirpación de Artemisia en el oeste del país. La diferencia principal está en el peso del bastidor. Un modelo tiene casquetes de bordes recortados (Figura 1 ).

FIGURA 24. Arado de discos para ahoyar el terreno. Los casquetes alternativos están descentrados. Conforme avanza, la máquina cava pocitos someros intermitentes, dejando la superficie «cacarañada» a fin de retener el agua de lluvia y estimular el crecimiento de los pastos. (Soil Conservation Service).

Las rastras de este tipo son eficaces para quitar Artemisia y otra maleza achaparrada y frágil. La herramienta se puede cargar de peso con rocas si el suelo está muy duro, pero eso fatiga mucho el bastidor y los discos, con peligro de causar abundantes roturas. También en suelos pedregosos menudean las averías, se cascan los discos y se rompen los muñones del eje. La profundidad de la penetración es difícil de regular. La potencia de tiro necesaria varía según el suelo, el tamaño de la vegetación y el peso de la máquina. El modelo de 3 metros para trabajo muy pesado requiere un tractor de 80 c.f.; el de 1,80 m. para trabajo ligero puede arrastrarse con un tractor de 20 c.f. en terreno llano. Otras ventajas del apero liviano son el menor costo de fabricación y la facilidad de transportarlo. La particularidad de la desviación no ofrece especial ventaja en los matorrales, excepto en lugares donde se quiera penetrar debajo de las ramas muy colgantes de los árboles. Por lo común se engancha en el centro de la barra de tiro.

Arado de discos de tierra triguera (Figura 23). Es un arado unidireccional con un solo grupo de discos. Consiste en una serie de casquetes verticales espaciados a lo largo de un eje común, todos los cuales ruedan como de una pieza. El eje está colocado a un ángulo de 35 a 50° con la dirección de avance. Tres ruedas sostienen el arado y pueden hacerse ajustes de nivelación y profundidad.

En la extirpación de la maleza este tipo se adapta mejor al trabajo en terrenos relativamente exentos de rocas. La destrucción de la Artemisia en el oeste de los Estados Unidos se ha logrado hasta un 95 por ciento. Destruye del 5 al 10 por ciento más Artemisia que la rastra de discos acodada para trabajo posado. El ajuste de profundidad de la aradura lo hace cómodo para operaciones en lugares donde la densidad del matorral o la compacidad del suelo varían de un punto a otro, pero por razón del número de ajustes y la ligereza del bastidor la máquina se rompe con facilidad y requiere más cuidado que la rastra de discos acodada.

FIGURA 25. Arado de matorral. Se construyó con el objeto principal de destrozar la Artemisia en preparación de la siembra de gramíneas en pastizales escabrosos y pedregosos del oeste de los Estados Unidos. Fué ideado en el laboratorio mecánico del Servicio Forestal de los Estados
Unidos y todavía no se halla en producción comercial. Los dibujos de construcción se pueden obtener del U.S. Forest Service, Wáshington 25, D.C. (U.S. Forest Service).

FIGURA 26. Rastra tubular. Esta grada se limpia por sí sola. Ha demostrado su utilidad para destruir la Artemisia y cubrir de tierra la semilla de gramíneas en pastizales tan pedregosos y escabrosos que no pueden usarse otras herramientas. El U.S. Forest Service, Wáshington 25, D.C., suministra los dibujos para su construcción. (Oregon Extension Service).

Un tractor de 40 c.f. alcanza a tirar de un arado de 2,75 m. en terreno llano. La máquina que ahora se construye posa unos 450 Kg. por 1 m. de anchura de corte. Como accesorio se fabrica también una sembradora de caja.

Arado de discos excéntrico (Figura 24). Este arado consta asimismo de un solo cuerpo unidireccional de discos o casquetes. Cada tercer disco se monta descentrado unos 5 cm. en el eje del grupo. Los discos excéntricos se disponen en sucesión espiral, de modo que en un momento dado cada cuarto disco excéntrico vaya rompiendo a profundidad completa. Los discos intermedios tienen su verdadero centro. Tal arreglo disminuye la eficacia de la máquina en el destrozo del matorral pero deja el terreno ahoyado con pocitos de 8 cm., entre 15.000 y 18.000 por hectárea, los cuales recogen el exceso de agua de lluvia, que a su vez beneficia el crecimiento de la vegetación pratense (3). El arado de tierra triguera se puede convertir en uno de discos excéntricos colocando cada tercer casquete 5 cm. fuera de centro.

FIGURA 27. El riel «A». Este tipo de riel forma andanas con la broza que se desliza por los extremos de los miembros laterales. No se fabrican comercialmente herramientas de rieles pero es fácil hacerlas en cualquier taller rural con materiales disponibles. Los dibujos y especificaciones correspondientes al riel «A» y al riel de Supp que muestra la siguiente figura se consiguen dirigiéndose al U.S. Forest Service, Wáshington 25, D.C. (U.S. Forest Service).

FIGURA 29. Arrasamiento de un mezquital con cadena en Texas. Dos tractores de 155 c.f. halan una pesada cadena como de 60 m. a través de un pastizal llano. La cadena ya se había arrastrado en la dirección contraria. Un cable grueso seria igualmente efectivo. (Caterpillar Tractor Company).

Arado de matorral (Figura 25). El arado de matorral se construyó especialmente para terreno escabroso y pedregoso. Los principios de la aradura son los mismos que caracterizan a los tipos anteriores de gradas de discos. Sin embargo, en este arado los casquetes van montados por pares. Cada par se mantiene contra el suelo bajo la tensión de un resorte. En consecuencia, cuando una roca, tocón o raíz gruesa obstruye el paso, el par que toca el obstáculo se puede levantar mientras los otros siguen en funciones.

Los discos de un par son de dos tamaños, el delantero de 71 cm. de diámetro y el trasero de 61 cm. A causa de la diferencia de periferias, los bordes tienen una acción tajante al dar vuelta en su avance y por ende es más probable que corten las raíces del breñal en vez de rodar sobre ellas. Cuando un par de discos se alza, las hojas se ponen en línea y el movimiento resultante es más bien de rotación encima de las rocas que de rasparlas, lo cual hace disminuir el esfuerzo en los bordes y brazos de los discos.

FIGURA 28. El riel de Supp. Este riel se arrastra rozando el matorral y dejándolo uniformemente repartido en la superficie por donde pasa. (U.S. Forest Service).

El arado de matorral se fabrica con un pesado bastidor de acero y pesa cerca de 3 toneladas. La anchura de corte tiene 3 m. y el arrastre requiere un tractor de 40 c.f. en tierra casi llana. Sus ventajas en relación con otros tipos de apero son su bajo costo de conservación y pocas roturas, aunque se use en terreno pedregoso. En campos de Artemisia se ha logrado destruir el 100 por ciento de la vegetación si las rocas eran escasas, y el 90 por ciento o más en suelo pedregoso.

La máquina de construcción moderna cuesta alrededor del doble que la rastra de discos acodada o que el arado de trigal de la misma anchura de corte. Debido a su peso, el transporte es difícil. En (8) se hallará una descripción pormenorizada de la construcción y limitaciones del arado de matorral.

Rastras o gradas

Rastra tubular (Figura 26). La rastra de tubos o draga «Dixie» se construyó con el objeto de arrancar la Artemisia madura en suelo muy pedregoso. Consiste en una serie de tubos provistos de púas o aletas de acero, que se arrastran detrás de una barra espaciadora horizontal. Cada tubo se une al cabezal mediante una articulación giratoria, de modo que pudiendo voltear libremente, se limpia por sí sola de ramojo y terrones. Rebota sobre las piedras, gira loco, desgarra y arranca la maleza, se encaja en el suelo y cubre la semilla de tierra. En la práctica destroza del 60 al 70 por ciento de la Artemisia. Mientras más pedregoso está el terreno, hasta cierto punto. mejor trabaja la rastra y se limpia sola.

La grada de tubos no se compara en efectividad con las diversas rastras de discos, ni en cuanto a destrucción de la maleza ni en lo que toca a preparación de un asiento de siembra. No obstante, según se dijo, el fin concreto que se persiguió al construirla fué el de usarla en terreno cuya rocosidad era excesiva para que los otros aperos trabajaran sin frecuentes roturas. La rastra tubular es una herramienta resistente. Las averías son raras. pero los dientes O escarpias y los eslabones giratorios se desgastan con el tiempo. Una grada de 4,26 m. de frente se puede arrastrar con un tractor de 50 c.f., pero tirando de 2 colocadas lado a lado, basta un tractor de 80 c.f., si bien otro más potente sería mejor. Para trabajar en laderas necesita la rastra estar provista de canaletas que impidan que los tubos se crucen al saltar.

Otras rastras. Las rastras de dientes, flexibles o rígidos, y las rotatorias, resultan útiles tratándose de cubrir la semilla después de los desbroces o de siembras al voleo en los pastizales. Sin embargo, de poco sirven en las operaciones mismas de limpia.

Rieles y cables

Uno de los métodos más antiguos de desmonte en matorrales extensos es el de arrastrar objetos pesados como rieles de ferrocarril, cables o cadenas, por medio de tractores. Los rieles son en particular efectivos en masas de maleza con tallos quebradizos; por ejemplo: las grandes Artemisias del oeste de los Estados Unidos. Las cadenas y los cables presentan ventajas en el derribo de plantas mucho mayores.

Buen número de variantes de construcción se han aplicado a los rieles, con diferentes grados de eficacia. Apoyándose en los ensayos hechos por el Servicio Forestal de los Estados Unidos en campos de Artemisia, son especialmente recomendables dos tipos de construcción (40):

El riel «A» (Figura 27). Como su nombre indica, el riel «A» tiene una armazón en figura de A, formada por rieles de ferrocarril soldados, que se arrastra con el ápice al frente. No visibles en la fotografía, lleva dos rejas rodantes unidas a los rieles laterales en el punto o cerca de la posición de las extremidades del miembro transversal, destinadas a romper los despojos que se junten en los ángulos del travesaño y ayudar al riel a despojarse de la materia vegetal en lugar de arrastrarla a su paso.

El riel de Supp (Figura 28). Es un riel derecho compuesto de tres secciones alineadas longitudinalmente en sentido perpendicular a la línea de avance. Las secciones se juntan por medio de acoplamientos flexibles. Se hace necesario poner rieles o postes de arrastre en las puntas de cada sección. Así se añade peso a los rieles delanteros y se evita que la pieza completa flexione, haciendo más fácil mantenerla en línea. Se recomienda que estas colas tengan al menos 3 m. en relación con los 10 m. de anchura combinada de los rieles que constituyen el frente de ataque.

En condiciones normales, la fuerza de tiro varia entre 5 y 7 caballos por 1 m. de anchura. Las construcciones mostradas en las Figuras 27 y 28 se adoptaron para un tractor de oruga de 40 c.f.

Cuando la vegetación del matorral está madura y es frágil, y el suelo bastante parejo, los rieles hacen excelente trabajo en el derribo de la cubierta arbustiva, pero no preparan bien el asiento de siembra para los pastos y salvo que el suelo ya este suelto, la semilla no se cubre a satisfacción con esta forma de desbroce. Se pueden limpiar grandes extensiones en un día a bajo costo. En su mayoría, los pastos no se estropean, a menos que sean perennes altos de caña gruesa. Mucha chamarasca trozada se deja extendida uniformemente en el campo a fin de proteger el suelo contra la erosión eólica o laminar.

FIGURA 30. Rotobatidor. El mecanismo ilustrado presta variados servicios, adaptándose a la formación de abrigos vegetales muertos mediante el roce de plantas hortenses, cultivos de cobertera, hierbas adventicias o matorral menor. Para la broza se usan mayales o batidores especiales reforzados y la transmisión comunica al rotor una velocidad de 1.375 r.p.m. Los modelos regulares se mueven por medio de dispositivos de toma de fuerza pero conviene más disponer de una fuente de propulsión autónoma puesto que el rotor seguirá trabajando a plena velocidad ano cuando la marcha de avance disminuya en terreno escabroso. Fabricado por la Olson Manufacturing Company, Boise, Idaho. (California Division of Forestry).

FIGURA 31a. Desmontadora. Arriba, vista del cabezal del desfribador con los batidores descubiertos. Abajo la desmontadora en acción atacando un árbol grande. Es distribuidora la casa Willis S. Martin Company, Lincoln National Bank Building, Fort Wayne 2, Indiana.

FIGURA 31b. Desmontadora. Arriba, vista del cabezal del desfribador con los batidores descubiertos. Abajo la desmontadora en acción atacando un árbol grande. Es distribuidora la casa Willis S. Martin Company, Lincoln National Bank Building, Fort Wayne 2, Indiana.

FIGURA 32. Cortamalezas giroscópico. Manufactura de la Servís Equipment Company, 1000 Singleton Boulevard, Dallas, Texas. (Texas Agricultural and Mechanical College)

FIGURA 33. Tronchadora gigante. Este modelo se denomina Marden Duplex. Producto de la Marden Manufacturing Company, Auburndale, Florida. (Oklahoma Agriculture Experiment Station).

FIGURA 34. Triturador portátil de chamarasca. Construído por Mitts and Merill Inc., Saginaw, Michigan.

Los rieles carecen de efectividad en matorrales jóvenes y muelles, lo mismo que en lugares donde haya muchas piedras y afloramientos de roca.

Las roturas más comunes ocurren en los puntos de soldadura. Esas partes deberán reforzarse bien al repararlas. El empleo de rieles nuevos de ferrocarril es mejor que el de los usados, propensos a romperse por efecto de la cristalización. Una ventaja de los rieles sobre otras clases de apero para desbroces, que no se ha de pasar desapercibida, es la de que pueden construirse en cualquier taller bien montado. Además, en todas partes se consiguen rieles de ferrocarril.

Cadenas y cables (Figura 29). En las maniobras con cables, uno muy largo o en su defecto una cadena, se remolca formando onda detrás de dos tractores que avanzan en sentido paralelo. El cable se suspende cerca de la mitad de la onda en uno o más grandes pesos con figura de argolla. Así se conserva el cable tocando el suelo en toda su longitud. Dos tractores de 155 c.f. caminando a 30 m. de separación pueden arrastrar un cable de 90 m. de longitud y 38 mm. (1 1/2") de diámetro o una cadena de 5 cm. (2") con sus pesos, recorriendo 40 Ha. diarias. La operación se divide en dos pases: en el primer viaje la maleza se dobla en dirección de la marcha y al regreso se arranca de raíz.

El método ha probado su mayor eficacia en el derribo de plantas grandes, como sabinos y mezquites, que llegan a 6 m. y más de altura, que en el de arbustos menores y flexibles. La limpia con cable no resulta eficaz a menos que el área sea extensa y el terreno bastante llano. El costo de la operación por hectárea es inferior al de una cuchilla de empuje, a pesar de necesitarse dos tractores. Sin embargo, al batir el monte, éste queda en desorden con las diversas plantas voluminosas desarraigadas que hay precisión de recoger con rastrillos o empujadoras, o destruirlas mediante quemas, pues de lo contrario no será posible aprovechar bien los campos.

Picadores y batidoras de broza

Se ha construido un cúmulo de variados e ingeniosos mecanismos para reducir la maleza y los árboles del estado de espesura formidable al de un abrigo muerto uniforme y plano. Los principios mecánicos de estos dispositivos difieren considerablemente, pero los resultados de su funcionamiento son más o menos iguales. El ramojo del matorral y los troncos de los árboles se convierten en finas astillas que se depositan en la superficie del suelo. La función primordial no es el descuaje, y excepto cuando las plantas salen de raíz al empujarlas los bastidores de las máquinas, el suelo poco se modifica. El material picado se puede quemar o dejar tirado en el sitio como abrigo.

Muchas fábricas chicas de aperos construyen picadores de broza para venderlas en la localidad, adaptadas de modo especial a la clase de maleza de los alrededores.

FIGURA 35. Sierra mecánica cortando un mezquite. La barra tensora impide que el árbol caiga contra el tractor y que la sierra se atore. El modelo ilustrado es fabricación de la Jacques Power Saw Company, Denison, Texas. (U.S. Soil Conservation Service).

Batidora de cadenas. Esta máquina fué proyectada para triturar maleza de formas quebradizas, por ejemplo, la salvia, la hediondilla o el chaparro (12). Trabaja de modo análogo al de una trituradora o molino de martillos. Una serie de cadenas cargadas de pesos recibe movimiento de un eje horizontal que gira a alta velocidad. El eje está montado en un bastidor sostenido por dos ruedas. Las cadenas tienen un poco más de 60 cm. de longitud, las separa una distancia de 8 cm. y van sujetas al eje repartidas en los cuadrantes de la periferia, de suerte que el peso quede distribuido uniformemente. Soldadas a las extremidades de las cadenas se hallan pesadas masas golpeadoras o cabezas de hierro que libran el suelo pasando a varios centímetros de distancia. El eje de cadenas se mueve por toma de fuerza de un tractor. La relación de engranajes permite una velocidad aproximada de 380 r.p.m. cuando el tractor funciona a plena admisión. La velocidad óptima depende ante todo del exacto equilibrio de la máquina. Las cadenas de menor longitud permiten que la relación de engranajes sea mayor. Al chocar contra un obstáculo, la cadena se envuelve alrededor del eje y luego se desenreda sola.

Una variante eficaz del batidor de cadenas es el llamado rotobatidor, descrito e ilustrado en la Figura 30.

Desmontadora (Figura 31). La desmontadora es una máquina enorme compuesta de un tractor normal de oruga sobre el cual se instala una armazón rectangular de acero que oscila aproximadamente alrededor del centro longitudinal del tractor, cuyo bastidor atraviesa de lado a lado el gozne, constituido por un grueso eje de acero. En el frente de la armazón se coloca un desfibrador a manera de mayal, movido por un motor diesel de 175 c.f., montado en la parte posterior. El desfibrador está además sostenido por un par de ruedas reguladoras que se mueven sólo en un plano vertical mediante un mecanismo hidráulico que las sube o baja para ajustar la altura de corte desde 2,5 cm. bajo el nivel del suelo hasta 43 cm. arriba. Conviene disponer de un espacio libre de este alcance ajustable en servicio a fin de salvar las piedras y arrasar árboles grandes. Todo el conjunto, inclusive las ruedas reguladoras, se puede elevar más para derribar árboles y transportar la máquina, haciendo girar la armazón en su centro de suspensión (24).

FIGURA 36. Segadora mecánica para tractor. La barra de corte está provista de guardas cortas y grapas de retención adicionales. Sobre la tabla se muestran la guarda corta a la izquierda y la regular a la derecha. (Oklahoma Agriculture Experiment Station).

Los azotadores en el cabezal del desintegrador están hechos de piezas fundidas de acero endurecido y van sujetos a un tambor con eslabones redondos de 28 mm. de grueso. Veinte látigos repartidos alrededor del tambor forman una línea cortante continua de 180 cm. de anchura. Las cabezas de mayal tienen 16,5 cm. de ancho, pesan 8,8 Kg. y se mueven en derredor del tambor con velocidad periférica de 3.520 m. por minuto. Puesto que los mayales o batidores quedan articulados al eje motor por medio de argollas, existe cierto grado de elasticidad que reduce los perjuicios al topar con roca.

La desmontadora descrita penetra en el matorral acometiendo matas en pie y árboles chicos. Una barra desviadora los dobla y los látigos rompen todas las fibras leñosas que golpean. El material desmenuzado se esparce luego uniformemente hacia atrás mediante un faldón que sirve asimismo para impedir que el ramojo y los trozos grandes de madera escapen a los batidores.

Las circunstancias que ponen un límite al trabajo de la desmontadora son los diámetros de los tallos y las condiciones del terreno. El límite práctico en madera dures de 13-15 cm. de diámetro y en madera suave de 13-20 cm. El terreno escabroso y pedregoso reduce al mínimo la efectividad mecánica. La presencia de rocas sueltas y cantos rodados obliga a elevar la altura general de corte, lo cual a su vez deja en el suelo mucha chamarasca sin desmenuzar. En matorrales de mediana o grande densidad, la máquina avanza a baja velocidad a unos 2,4 Km. por hora, suficiente para desmontar 1 Ha. en 2 1/2 horas de trabajo continuo. Se desconoce el costo de funcionamiento por hora; al hacer una estimación comparativa con los gastos de una cuchilla de empuje, por ejemplo, hay que tener presente que entran en juego dos motores diesel. La máquina es cara y en desbroces de poca extensión o usos ocasionales no se justificaría #U compra. Al contrario, cuando haya que hacer mucho trabajo, el costo por hectárea resulta bajo considerando la alta eficiencia de abatir y destrozar el matorral al mismo tiempo que los despojos se dispersan.

FIGURA 37. Sierra de cadena en acción. Esta herramienta pesa alrededor de 11,5 Kg., y la mueve un motor de gasolina de dos tiempos enfriado por aire. La cuchilla trabaja en cualquiera posición, de suerte que igual utilidad presta ya se trate de podar y apear árboles o de tronzar troncos. El modelo mostrado es producto de la Lombard Governor Corporation, Ashland, Massachusetts.

(Berg-Marshall, Inc., Worcester, Massachusetts).

Cortamalezas giroscópico (Figura 32). Esta cuchilla tiene dos gruesas hojas que en realidad son una barra maciza de hierro como de 13 mm. de espesor y 10 cm. de anchura provista de engranajes en el centro. Las hojas giran a alta velocidad en un plano horizontal. La altura libre es ajustable hasta 36 cm. La máquina está sostenida por dos ruedas pero comunica el movimiento a las cuchillas la toma de fuerza del tractor. El peso total aproximado es de 635 Kg. El cortamalezas giroscópico se funda en el mismo principio que la segadora de césped rotatoria. Al chocar con roca, se rompe un pasador de fácil reposición en el embrague. El principal inconveniente de esta máquina es la relativamente escasa altura libre. Rinde su mejor trabajo cortando maleza baja y frágil cuyos tallos rara vez exceden de 38 mm. de diámetro.

Tronchador gigante (Figura 33). La unidad básica del troncador es un cilindro hueco de acero en cuya periferia van fijas 8 hojas afiladas de todo el largo del tambor. Una máquina de tamaño mediano pesa 2.720 Kg. con el cilindro lleno de agua y 1.900 Kg. vacío. Se han construido grandes tronchadores que pesan 12.685 Kg. Una horquilla articulada da flexibilidad a la máquina y facilita su empleo en terreno escabroso. El sencillo sistema de acoplamiento permite usar dos o más unidades de cilindros lado a lado o uno detrás de otro. En el comercio se hallan varios tipos para trozar tallos hasta de 5 cm. de diámetro. Como herramienta secundaria es en extremo efectiva para despedazar árboles chicos o matorral secado con sustancias químicas y evitar que retoñen. También se utiliza en la preparación de cortafuegos.

FIGURA 38. Sierra circular portátil para árboles de diámetro pequeño. El aparato que se observa se llama aditamento cortamalezas para sierra de cadena, que encaja en la unidad motriz de la sierra de cadena después de quitarle a ésta la hoja, la cadena de corte y la rueda dentada. Hay disponibilidad de sierras circulares hasta de 36 cm. de diámetro. Fabricada por la Lombard Governor Corporation. (Berg-Marshall, Inc., Worcester, Massachusetts).

Desmenuzadoras de madera (Figura 34). Hay en el comercio diversas desmenuzadoras o trituradoras portátiles de madera o chamarasca. Permanecen estacionarias mientras trabajan y eso reduce su utilidad en los desbroces. Consisten en un tambor con cuchillas que gira a velocidad de 1.000 a 3.000 r.p.m. y dan cabida a material hasta de 15 cm. de diámetro, lo que equivale a desmenuzar de 900 a 1.350 Kg. de ramiza y brusca por hora. Un tubo avienta las astillas a un camión o al suelo. Por lo regular, las trituradoras se mueven con un motor de combustión interna de 20 ó 30 c.f. montado en la misma unidad, pero pueden conectarse a una toma de fuerza de algún tractor. Su aprovechamiento se limita casi siempre a la limpia de ramiza y brusca en los montes a fin de disminuir el peligro de incendio, aunque no es poco frecuente que el propósito sea obtener virutas para esparcirlas en las vías de saca y deslizaderos, con el objeto de evitar la erosión.

Sierras y segadoras mecánicas

Sierra mecánica para tractor (Figura 35). Algunos manufactureros fabrican accesorios de sierra para tractores accionados por toma de fuerza o correa y la polea del tractor. Casi siempre se pueden utilizar las sierras para cortar matorral y árboles mientras el tractor está en movimiento, pero cuando se encuentran árboles grandes se necesita detener la marcha y encajar poco a poco la sierra al derribarlos. El tractor debe llevar una defensa para evitar que las ramas azoten contra el conductor.

FIGURA 39. Anelador mecanice de árboles. Herramienta que puede usarse para árboles de cualquier diámetro, haciendo el corte a profundidad suficiente que asegura la separación completa del cámbium. La anelación se efectúa a la velocidad con que se anda alrededor del árbol. Se calcula una rapidez de 3 a 5 veces mayor que la de los métodos comúnmente empleado,. Este modelo es el Little Beaver y lo hace la Haynes Manufacturing Company, Livingston, Texas. (Haynes Manufacturing Company).

Hay que contar con que sólo un mecánico diestro conseguirá que el método de aserrar sea eficaz. Resulta difícil eludir que la hoja de la sierra pegue en el suelo o seguir adelante sin tener que cortar tocones altos. A menudo el tractorista «se mete en un rincón» del que a duras penas sale. En previsión de tales casos, conviene ir preparado con un rastrillo de empuje además de llevar la sierra. Después de cortar el matorral y los árboles, el rastrillo los recoge, y hecha la limpia, el mecánico tendrá mejor visibilidad y libertad de maniobra. En Oklahoma se puso a prueba este método de dos máquinas en una extensión donde había 8.470 tallos de mata hasta 5 cm. de diámetro y 133 árboles que alcanzaban un diámetro de 20 cm. El trabajo se hizo en 8 horas por hectárea.

Una desventaja inherente al empleo de sierras se la crecida cantidad de tiempo que se gasta en mantener las hojas afiladas. Mientras más cerca de la superficie de la tierra se cortan los troncos, mayor será la rapidez con que se embotan las sierras. Al contacto del suelo, sobre todo el arenoso, de piedras chicas y partículas de cascajo pegadas a la corteza, se desgastan los dientes en seguida. Tan pronto como se note la precisión de aplicar una fuerza exagerada para que la sierra penetre en los tallos, estará ya demasiado roma. Si la hoja no pasa de un ligero desafilado, lo cual sucede de ordinario en término de dos o tres horas de uso en madera dura, habrá que retocarla, puesto que la operación sólo tarda unos minutos. Al contrario, dejándola que llegue a embotarse, se alargará el tiempo de la amoladura y entre tanto el rendimiento del trabajo será escaso. Sube a un 80 por ciento la pérdida de eficiencia de las sierras circulares embotadas. En operaciones extensas o por contrata se aumenta el rendimiento del trabajo llevando varias hojas de reserva. Así el tractorista ahorra el tiempo que perdería en estar afilando.

Bajo el encabezado de «Herramientas manuales» se mencionan otras formas de sierras.

Segadora de maleza (Figura 36). Las segadoras mecánicas de trabajo pesado, construidas a semejanza de las cortadoras ordinarias de césped, con la diferencia de una hechura más reforzada, pueden utilizarse para muchas formas menores de maleza. En manos de un mecánico experto es posible guiar una segadora de fuerza a través de un matorral denso con tallos hasta de 38 mm. de diámetro, siempre que la vegetación se halle en crecimiento vigoroso. Los tallos más gruesos tienen que cortarse de uno en uno, salvo que el tractor detenga su avance a fin de golpearlos varias veces con la hoz sin someter la barra de corte a presión excesiva. No obstante, es mejor tumbar los tallos grandes de otra manera que aserrándolos, antes de meter la segadora en el lugar. Multitud de plantas de recios vástagos se adelgazan arriba de la base y presentan una sección transversal menor a pocos centímetros de elevación; en consecuencia, subiendo la barra de corte sobre los patines a altura adecuada se consigue alguna ventaja, aunque entonces las puntas de la vegetación trozada quedarán más altas. El tractor debe caminar en transmisión de baja velocidad antes que disminuir la marcha obturando el estrangulador, de modo que la hoz, estando conectada a la toma de fuerza, funcione aprisa en comparación con la velocidad de avance.

Los mejores resultados en la siega de maleza se han obtenido mediante la barra de corte de 1,5 m., usando guardas cortas en vez de las de longitud normal (véase la fotografía) y grapas de retención adicionales para impedir el pandeo de la hoz, que debe tener la endentadura reforzada. La potencia transmitida a la barra de corte se puede aumentar conservando el embrague deslizante y desenganche de seguridad del marco de siega más apretado de lo que por lo regular se ajusta para segar césped.

Las economías que permite este método de desbroce provienen de que, en su mayoría, los agricultores o ganaderos poseen ya una segadora que con pocos y pequeños cambios se convierte en cortadora de maleza. El gasto de adquisición y habilitación de una barra de corte adicional con secciones reforzadas de siega, guardas cortas y varias grapas más de retención, sólo asciende a 35 dólares (Oklahoma, 1947). Ninguna otra máquina puede comprarse a ese precio (12).

Herramientas manuales portátiles

Todas las cosas que hacen los diversos aperos antes descritos pueden también ejecutarse con unas cuantas herramientas simples de mano: sierra, hacha, machete. alcotana o pico. En comparación, sus defectos son evidentes, a pesar de lo cual presentan ciertas ventajas. Son fáciles de conseguir y baratas; su manejo es fácil y si se rompen no hay que preocuparse mucho por reponer las piezas. Esas herramientas resultan sobremanera eficaces cuando el número de plantas por hectárea que haya necesidad de eliminar sea muy reducido; verbigracia: en campos salpicados de matas dispersas, en sabana abierta donde las plantas leñosas estén muy separadas o en bosques de coníferas que contengan árboles de madera dura en pequeña proporción y convenga talarlos.

Entre estos instrumentos simples y las máquinas movidas por tractor existen abundantes dispositivos provistos de motor de combustión interna que uno o dos operarios pueden conducir y maniobrar. Basta mencionar la sierra de cadena (Figura 37), la sierra circular portátil (Figura 38), el anelador (Figura 39) y el rozón o címbara. Otras herramientas de esta clase se describirán en capítulos subsiguientes sobre quemas reguladas y destrucción química de matorrales.


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