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Diez años de actividades forestales de la FAO

MARCEL LELOUP, Director de Montes

Objetivos

Facilitar a un mundo en expansión los productos forestales útiles, en las cantidades y calidades deseables, para asegurar su subsistencia y bienestar: tal era en términos muy generales el objetivo que la Conferencia de Quebec (1945) nos había señalado.

El campo de actividades que se le ha fijado a la Dirección de Montes de la FAO es, por consiguiente, sumamente vasto. No sólo abarca la producción de madera en bruto, producción que hay que aumentar sin poner en peligro el porvenir de los montes, sino también los aprovechamientos forestales y las industrias de la transformación primaria de la madera, ya que la creación y el mejoramiento del equipo y maquinaria necesarios deben correr parejas con el incremento del volumen de materia prima disponible. Comprende, asimismo, la distribución de los productos forestales así como el fomento y perfeccionamiento de métodos comerciales que permitan al consumidor utilizar económicamente los productos del monte y de las industrias forestales, y, al mismo tiempo, aseguren a los productores y a los trabajadores una justa remuneración.

Por otra parte, uno de los beneficios más esenciales que los montes reportan al hombre es la protección de sus campos y la regularización del régimen de los ríos y torrentes. Constituyen el principal medio de lucha contra la erosión eólica e hídrica. Sirven, por último, al embellecimiento del paisaje y al mejoramiento de las condiciones sanitarias. No conviene perder de vista estas consideraciones e incluso hay que darles un lugar esencial dentro del cuadro general de actividades de la FAO.

Una evaluación muy aproximativa de los recursos forestales existentes y de la posibilidad de crear otros nuevos - evaluación que se llevó a cabo ya en 1946 - demuestra que falos objetivos no son utópicos. Sin embargo, aunque los montes ocupen una proporción importante de las tierras del mundo, resultan mucho más inaccesibles de lo que tal abundancia de recursos permite suponer.

En efecto, los montes se hallan repartidos en forma sumamente irregular. El transporte de la madera desde las zonas donde abunda y que suelen estar poco pobladas y desprovistas de las necesarias vías de comunicación, a las zonas muy pobladas donde son mayores las necesidades de madera, constituye a menudo un problema económicamente insoluble. La concentración de la población del globo en los lugares más favorecidos del mismo, bien sea por las condiciones climáticas, o por la fertilidad del suelo, ha facilitado en ciertos casos el desarrollo de una silvicultura intensiva, pero las más de las voces ha originado la destrucción en masa de los montes que allí existían.

La escasez de montes en tales lugares no sólo es lamentable desde el punto de vista económico, sino que acarrea también la degradación del suelo y la irregularidad del régimen de aguas. Pese a la importancia de las superficies que ocupan los montes en todo el mundo, hay a menudo en tales casos que crear nuevos montes, para reemplazar aquellos que han sido inconsideradamente destruídos.

Teniendo en cuenta estos hechos, la Dirección de Montes de la FAO no tardó en percatarse de que debía concentrar su programa de actividades en cuatro objetivos técnicos esenciales. Estos cuatro objetivos eran y siguen siendo:

a) El aumento del rendimiento de los montes explotados actualmente. Incluso en los países más adelantados desde el punto de vista forestal, se reconoce que este aumento es factible, bien sea sometiendo a los montes a métodos racionales de ordenación, o bien aprovechando en mayor medida las técnicas que gracias a las investigaciones forestales se perfeccionan sin cesar.

b) La reducción de residuos. Con esto nos referimos no sólo a los residuos resultantes de la transformación primaria de la madera, sino también a los residuos de explotación, inclusive los árboles abandonados en las cortas, por no existir actualmente para ellos aprovechamiento económico. También en este campo pueden conseguirse progresos considerables.

c) La explotación de las selvas vírgenes. La explotación de nuevos bosques se impone de manera casi automática cuando, como sucede en el Canadá o en la U.R.S.S. , tales bosques son capaces de proveer maderas de alto valor económico, especialmente de especies coníferas. Mucho más difícil resulta en las regiones tropicales donde existe una gran masa de bosques, ya que exige por de pronto la valorización de las maderas que encierran, luego la instalación de industrias capaces de transformarlas y, con frecuencia, por último, una verdadera colonización humana de las áreas en cuestión.

d) La plantación de nuevos bosques. Aparte toda consideración económica, la constitución o la reconstitución del bosque en los terrenos peligrosamente expuestos a la erosión es una necesidad. Pero, bien sea en escala local para ciertas colectividades, en escala nacional para numerosos países, o, como lo han demostrado los estudios efectuados en el transcurso de estos últimos diez anos por la Dirección de Montes, en escala regional para ciertos continentes, la plantación de nuevos bosques es indispensable si se quiere hacer frente al incremento previsible de las necesidades de madera.

FIGURA 3. La rehabilitación los bosques existentes es uno de los objetivos de la FAO. Vista general de un monte viejo de cedros en las montañas marroquíes del Atlas.

Foto: M. Laidet

En principio, ya se conocían hace diez anos las técnicas que conviene aplicar para aumentar el rendimiento de los montes existentes, disminuir el volumen de residuos, abrir a la explotación selvas vírgenes o plantar nuevos bosques. Desde entonces, dichas técnicas se han perfeccionado y diversificado. Sin embargo, harto a menudo se tropieza para aplicarlas con grandes dificultades, no solamente de orden forestal sino político, económico o social. Para mencionar tan sólo los dos ejemplos más sencillos: la explotación de las selvas vírgenes exige la inversión de capitales importantes que con frecuencia faltan en los países poco desarrollados; y la plantación de nuevos bosques tropieza a menudo con la competencia de otros aprovechamientos de la tierra, bien sea para la agricultura o para el pastoreo.

Tales dificultades no pueden superarse más que implantando en cada país, en cada región y en el conjunto del mundo, un programa de fomento equilibrado, en el cual los montes y las industrias forestales tengan el lugar que merecen. Tal programa forestal, establecido dentro del cuadro de este programa general de fomento y armonizado con el mismo, no es sino la política forestal del país, de la región o del mundo. He aquí la razón por la cual la Dirección de Montes de la FAO ha hecho, desde un principio, tanto hincapié sobre la necesidad de adoptar una política forestal para cada uno de estos niveles.

Aparte de los obstáculos extraforestales que acabamos de mencionar, la aplicación de estas políticas forestales e incluso su formulación, tropieza además con otras dificultades. Estas dificultades se deben a que ciertas técnicas forestales no se hallan todavía lo bastante perfeccionadas y a que ciertos problemas forestales siguen sin resolverse enteramente. En muchos casos se podrían vencer los obstáculos extraforestales, perfeccionando tales técnicas o encontrando soluciones más flexibles o más completas a dichos problemas.

FIGURA 4. La eficaz ordenación de los sectores boscosos de las fincas agrícolas es otro de los objetivos de la FAO. Masa de frondosas en Ontario (Canadá), recientemente clareada.

Tomando en cuenta los progresos que hay que lograr, la Dirección de Montes ha elaborado un programa de acción que consta de quince puntos. A pesar de haber sido formulado en 1951, dicho programa vale todavía. Los puntos en cuestión corresponden a las quince líneas de actividad de la Dirección y pueden describirse esquemáticamente como sigue:

1. Política forestal

Asesorar a los gobiernos en la formulación y ejecución de una política forestal nacional que corresponda a la importancia económica relativa de los montes en cada país, y que tenga por objetivo a la vez el aprovechamiento correcto de las masas forestales y el desarrollo racional de las industrias forestales que les son solidarias.

Coordinar las políticas forestales nacionales en el ámbito internacional mediante la labor de las Comisiones Regionales Forestales y de la Conferencia de la FAO.

2. Inventarios forestales

Asesorar y ayudar a los gobiernos en la preparación de sus programas nacionales de inventariación forestal y en la aplicación de los mismos, con objeto de obtener resultados más exactos e internacionalmente más comparables.

Compilar las estadísticas obtenidas para la preparación y publicación de estimaciones regionales y mundiales que sirvan de base a la coordinación de las políticas forestales nacionales en un plano internacional.

3. Economía y estadística forestales

Estimaciones tipo del coste de las operaciones forestales y compilación de las cifras correspondientes para que puedan compararse los diferentes métodos de llevar a cabo económicamente dichas operaciones, y de calcular el precio de coste de los diversos productos forestales.

Recoger, compilar y divulgar regularmente las estadísticas sobre los montes y los productos forestales con objeto de facilitar a los gobiernos cifras al día, completas y objetivas. Mejorar las estadísticas nacionales mediante métodos de recogida más fidedignos.

4. Educación

Asesorar y ayudar los gobiernos a difundir entre el público la noción de la importancia que los montes y la silvicultura tienen en la economía nacional.

Brindar las facilidades necesarias para la educación de los técnicos madereros y silvícolas, para la formación profesional del personal forestal subalterno y la capacitación de los obreros forestales e industriales.

5. Conservación de aguas y suelos

Conseguir que todo el mundo reconozca el papel esencial que desempeñan los montes y los pastos en la regularización del régimen de aguas y la conservación del suelo.

Asesorar a los gobiernos en la implantación de una política de aprovechamiento racional de las tierras, principalmente de los terrenos emboscados y de los pastizales que ocupan la mayor parte de las cuencas colectores.

6. Conservación y mejoramiento de los pastizales forestales

Asesorar y ayudar a los gobiernos con vistas a la adopción de una política racional de aprovechamiento y conservación de las vastas extensiones que, al mismo tiempo que sirven de pastizales naturales para el ganado, desempeñan una función eminente, aunque desgraciadamente con harta frecuencia ignorada, de protección de los suelos agrícolas y regularización del régimen de aguas.

Coordinar estrechamente tal política con la política forestal.

7. Silvicultura y ordenación de montes

Asesorar y ayudar a los gobiernos en la aplicación de métodos silvícolas apropiados a todo tipo de monte, bien sea que cumplan una función protectora, de producción, o cualquiera otra importante.

Fomentar las investigaciones forestales: estudiar y divulgar las técnicas que aseguren un mayor incremento de las masas y el mejoramiento de la calidad de los productos forestales.

8. Plantaciones y repoblaciones

Fomentar las investigaciones y ayudar a los gobiernos a conseguir la extensión de los montes a las tierras rasas o denudadas de acuerdo con los objetivos fijados en cada caso por las políticas forestales nacionales.

Perfeccionar y divulgar las técnicas modernas tendientes a la creación o a la restauración de montes mediante plantaciones o siembras artificiales, técnicas que habrán de adaptarse debidamente a las diferentes condiciones edáficas y climáticas.

9. Protección de los montes

Ayudar a los gobiernos en la búsqueda de métodos técnicos y administrativos de lucha contra los incendios, los insectos y las enfermedades.

Fomentar la firma de convenios internacionales para la lucha contra la propagación de tales plagas.

10. Equipo y maquinaria

Fomentar el empleo del material moderno indispensable para una explotación económica y racional de los recursos forestales y la transformación industrial de sus productos.

Recoger los datos facilitados por los fabricantes de maquinaria y equipo, analizarlos y publicarlos en forma de catálogos. Estimular a dichos fabricantes a que produzcan herramientas y máquinas que respondan exactamente a las necesidades de la explotación forestal.

Mejorar las condiciones de trabajo en los montes.

11. Modernización e integración de las industrias forestales

Fomentar en todos los países una transformación gradual del aprovechamiento de los montes en una integración debidamente estudiada de las industrias forestales con el bosque; tal integración implica la ordenación de los terrenos emboscados en base al rendimiento sostenido, de forma que el monte pueda alimentar con productos forestales en cantidad y calidad determinadas a un grupo óptimo de industrias.

Mejorar y modernizar las industrias existentes consiguiendo un mayor rendimiento de todas las operaciones.

12. Conversión química de la madera

Fomentar las investigaciones en el campo de la química de la madera.

Asesorar y ayudar a los gobiernos en la creación de nuevas industrias, la aplicación de técnicas modernas y el mejoramiento general de la utilización química de los productos forestales, ya que dicha utilización constituye la única posibilidad de explotar económicamente las masas mixtas, las maderas de calidad inferior y los residuos de las operaciones de explotación así como los de la transformación mecánica.

13. Conversión mecánica y normalización

Tratar de conseguir un aprovechamiento más racional de las maderas. Facilitar el intercambio comercial de productos forestales buscando especialmente la uniformación de los contratos de exportación.

Conseguir llegar a un acuerdo general sobre la normalización en cuanto a terminología, medidas, dimensiones, calidades y ensayo de las maderas comerciales y de todos los productos forestales primarios.

14. Políticas de producción y de distribución

Ejercer un control permanente sobre el curso de la situación en cuanto a la producción y el comercio de productos forestales primarios y actuar en el plano internacional con vistas a ajustar, en la medida de lo posible, las disponibilidades a la demanda.

15. Fomento del consumo

Actuar en escala nacional e internacional para elevar el consumo de productos forestales a un nivel capaz de asegurar a los habitantes de todo el mundo habitaciones decentes y un tenor general de vida adecuado.

La mayoría de las actividades arriba descritas en términos generales, interesan a todos los países y se aplican a todo el mundo. No obstante, la Dirección de Montes se dió cuenta desde un principio que tanto la importancia como la urgencia de ajustarse a determinadas directrices de acción, variaban mucho según las regiones. Existen también, como es lógico, diferencias según el país de que se trate; sin embargo, la similitud de las condiciones edáficas, de clima y de civilización permite dividir el mundo en un cierto número de regiones donde pueden definirse políticas forestales igualmente similares. La acertada elección de las líneas de acción sobre las que ha de hacerse especial hincapié en cada región, permitirá ayudar allí, así como en los países que formen parte de la misma, no solamente a implantar o perfeccionar las políticas forestales, sino también a aplicarlas con éxito.

En Europa, la característica más notable de la situación forestal la constituye el hecho de que dicho continente debe hacer frente con recursos estrictamente limitados y ya explotados de una manera relativamente intensa a necesidades de madera que crecen rápidamente. Una mejor organización de la pequeña propiedad forestal, tipo de propiedad muy corriente en esta parte del mundo, la aplicación de métodos silvícolas todavía más intensivos, la plantación de nuevos bosques, la reducción de los residuos y el fomento del intercambio intra e intercontinental, deben permitir resolver tal situación.

Algo parecido ocurre en América del Norte. Sin embargo, dicha región posee todavía importantes recursos intactos. Por otro lado, la expansión económica es sumamente rápida. Por lo tanto, una explotación racional que asegure la renovación de tales recursos constituirá la base esencial de la política forestal que conviene conseguir.

En el Cercano Oriente y en el Africa Septentrional el principal objetivo de la política forestal debe ser la creación de nuevos bosques destinados tanto a la satisfacción de las necesidades de madera como a la protección del suelo y del régimen de aguas. Dadas las condiciones climáticas y sociales no será fácil conseguir tal objetivo.

En el Lejano Oriente se registra un desequilibrio marcado entre las zonas de producción forestal y las zonas densamente pobladas que son precisamente donde se concentran las necesidades de madera. Una gran parte de los montes plantea, además, problemas comunes a muchos de los bosques tropicales, y que se derivan de su falta de homogeneidad, de la importancia que allí tiene la agricultura nómada, etc.

Por último, tanto en América Latina como en el Africa Central, aunque con modalidades diferentes entre ambas regiones, el problema más grave es el de la apertura y explotación racional de las selvas vírgenes tropicales. La silvicultura tropical tiene todavía que progresar mucho.

Si la Dirección de Montes de la FAO ha abordado los problemas forestales mundiales en una escala regional, ha sido precisamente tomando en cuenta la variedad de condiciones que acabamos de bosquejar y la diversidad de métodos que tal variedad exige.

Los órganos esenciales de que se sirve para abordar tales cuestiones son las Comisiones Forestales Regionales que hoy día existen para todas las regiones, salvo para la América del Norte, Africa, el Este de Europa y la parte Norte del Lejano Oriente. A dichas Comisiones incumbe la responsabilidad de la política forestal, mientras que los Grupos de Trabajo, los Comités y las Subcomisiones técnicas que de ellas dependen, facilitan su labor en el orden técnico.

Las misiones de Asistencia Técnica no son sino su prolongación en un plano nacional.

La Conferencia de la FAO coordina su acción en el ámbito mundial.

FIGURA 5. Monte de montaña formado por pinabetes en el Himalaya (India). Durante la guerra, gran parte de la madera obtenida de estos montes se utilizaba para la construcción de aeroplanos.

Foto: F. R. I. , Dehra Dun

Inventarios y estadísticas

Inventarios forestales

La formulación de toda política forestal exige un cabal conocimiento de los recursos forestales existentes. Estos datos se obtienen gracias a los inventarios forestales, los cuales deben indicar la extensión de las superficies emboscadas, el régimen de propiedad, la composición de las masas, así como estimaciones del volumen en pie y del incremento y pérdidas anuales. En cierto número de países estas cifras aparecen en los diferentes planes de ordenación, pero es excepcional, sobre todo en aquellos países donde la propiedad forestal privada es importante, que el conjunto de las informaciones obtenidas en dichos planes pueda constituir un inventario nacional, incluso limitado a las masas accesibles o que haya intención de explotar en un futuro próximo.

Para proceder a estos inventarios nacionales se recurre a métodos nuevos elaborados en países tales como los países escandinavos, los Países Bajos y la América del Norte. Tales métodos permiten inventariar grandes superficies forestales en base a fotografías aéreas. Estas posibilidades han modificado profundamente el problema de la inventariación forestal, hasta el punto que puede afirmarse que, salvo quizá en lo que se refiere a la química de la madera, en el transcurso de los quince últimos años no se ha registrado en la ciencia forestal ningún otro progreso comparable. Estos métodos modernos han alcanzado un alto grado de precisión. Los inventarios nacionales en Suecia, Finlandia, Noruega y Gran Bretaña se basan en una combinación de los métodos tradicionales y de la fotogrametría. En otros países ya están en curso o se están emprendiendo inventarios nacionales basados en estos métodos: Países Bajos, Francia, Italia, Tailandia, México (para parte del país) y Brasil (Amazonas).

La Dirección de Montes ha asumido dos tareas: mantenerse al corriente de los nuevos progresos técnicos y divulgar seguidamente el resultado de las experiencias adquiridas en los países más adelantados. En 1950 se publicó un estudio titulado Planeamiento de un inventario forestal nacional, destinado a las personas encargadas de establecer por primera vez inventarios forestales en gran escala. En breve, se publicará una segunda edición en la que se tendrán en cuenta los adelantos más recientes en este campo. Además, en artículos publicados en la revista Unasylva, y que tratan de problemas específicos, se han indicado los progresos obtenidos en los diferentes países.

Tales progresos técnicos han sido conseguidos principalmente e incluso exclusivamente en la inventariación de las masas de coníferas del hemisferio septentrional. Los métodos de interpretación, sobre todo desde el punto de vista estadístico, no pueden aplicarse sin modificación a las regiones tropicales. A menudo ha habido que elaborar nuevos métodos con el fin de poder proceder rápidamente y sin demasiados gastos a la inventariación de los bosques tropicales. Gracias al Programa Ampliado de Asistencia Técnica ha sido posible enviar expertos en inventariación forestal a los países tropicales y resulta sumamente alentador comprobar que los problemas resueltos para masas puras e irregulares de coníferas pueden resolverse asimismo para las masas mixtas densas e irregulares. En los bosques de teca y dipterocarpos se han conseguido resultados satisfactorios, así como en las selvas vírgenes tropicales de la cuenca del Amazonas donde un experto auxiliado por dos técnicos jóvenes ha podido levantar el inventario de dos millones de hectáreas en sólo dos años.

Los países de las regiones tropicales y subtropicales se dan cada vez más cuenta de que no podrán explotar sus recursos forestales sin una previa inventariación sistemática de tales riquezas naturales; sin embargo, la falta de técnicos en este campo especializado, constituye un serio obstáculo a todo progreso factible. Es verdad que la FAO ha puesto ya a disposición de dichos países un cierto número de becas que permitan a sus técnicos familiarizarse en el extranjero con los métodos modernos; pero ello no es sino un principio y se proyectan crear cursos especializados de capacitación en esta materia. Se espera que el primer Centro de Capacitación en Inventariación Forestal que comprenda cursos de seis meses, se inaugure en breve en Indonesia.

Estadísticas

La Dirección de Montes de la FAO inició sus actividades justo cuando los servicios de estadística de un gran número de países se hallaban desorganizados: hacía años que había cesado la publicación de muchas de las recopilaciones de estadísticas. Lo primero que había que hacer era, por consiguiente, recoger y presentar todas las cifras disponibles sobre la situación forestal mundial para determinar cuáles eran los grandes problemas de que habría de ocuparse la FAO. En 1946 se presentó a la Conferencia de Copenhague un informe en el que se resumía esta situación. La conclusión del mismo era que las estadísticas disponibles variaban según los países y no eran satisfactorias en cuanto a su concepción, alcance, contenido y precisión. No eran lo bastante completas para poder ser utilizadas para fines tan importantes como la formulación de políticas forestales o la determinación de las tendencias del desarrollo forestal.

La labor del Departamento de Economía de la Dirección de Montes se concentró en estos dos aspectos del problema: por una parte recoger, comparar, reunir en cuadros e interpretar las estadísticas de actualidad disponibles sobre producción y productos forestales, al objeto de disponer de todos los datos necesarios para analizar la situación mundial y sus tendencias; por otra parte, mejorar los métodos estadísticos empleados en los distintos países al objeto de aumentar su alcance precisión, actualidad y comparabilidad desde el punto de vista internacional. En la práctica resulta difícil mantener una estricta separación entre ambos aspectos de la labor y es inevitable el que se produzcan ciertas duplicaciones.

Uno de los obstáculos más importantes con que tropezaba la comparabilidad de las estadísticas se debía a la falta de claridad de los términos empleados. Ciertas definiciones poco precisas, como, por ejemplo, los términos «corta anual» e «incremento anual» originaban divergencias de tal magnitud en las cifras que los mismos valores podían servir de argumento para conclusiones diametralmente opuestas.

En 1947 se convocaron dos conferencias internacionales sobre estadística forestal en Wáshington y Roma respectivamente. Dichas reuniones han servido para aclarar algo las definiciones más importantes y normalizar los factores de conversión corrientemente empleados. Desde entonces, se ha proseguido la labor en el seno de los Grupos de Trabajo sobre estadística formados por expertos de Europa y de América del Norte y cuyas recomendaciones se dan a conocer a todos mediante las publicaciones de estadística de la Dirección de Montes. Con objeto de poder aplicar a los bosques tropicales ciertos términos y definiciones forestales, se recurre cada vez más a los estadísticos de dichas regiones; a pesar de ello la experiencia enseña que algunas definiciones aplicables en todo el mundo para términos tan sencillos como: «montes» o «cortas anuales» son sumamente difíciles de formular.

El perfeccionamiento de las estadísticas, así como la introducción de nuevas series de estadísticas, tan necesarias para la elaboración de una política forestal, representa una labor constante que exige mucha paciencia. En muchos países se han obtenido sensibles mejoras gracias a la introducción del sistema de reconocimiento por parcelas, tanto para calcular las cortas no registradas y la producción de madera aserrada, como para el conocimiento de la composición de los rodales. El Programa Ampliado de Asistencia Técnica está llamado a desempeñar un importante papel ya que hace posible la organización en las diferentes partes del mundo de proyectos experimentales de inventariación por parcelas y permite el envío de expertos, la concesión de bocas para la formación de técnicos y la prestación de asistencia a los gobiernos con vistas al mejoramiento de sus servicios de estadísticas. La adopción por muchos países de la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional (normalizada) permite desde ahora una comparación internacional de las cifras sobre el comercio de productos forestales.

Sin embargo, existe una importante laguna en la organización de la estadística en lo que se refiere al consumo de la madera y sus productos derivados. Son pocos los gobiernos que elaboran estadísticas sistemáticas sobre el consumo de madera en rollo por su uso final: por ejemplo, cantidad de madera aserrada empleada en la edificación; construcciones industriales; transportes, embalaje; industrias de la madera y necesidades de las poblaciones rurales. Esta laguna hace difícil el pronóstico a largo plazo y, por consecuencia, la explotación forestal se basa con harta frecuencia sobre una especulación que lleva a la devastación de los rodales. En 1950 se dió un primer paso en esta dirección, mediante la compilación de estadísticas sobre la utilización final, con el fin de determinar cuáles habían de ser las tendencias del consumo europeo de madera durante el próximo decenio. Desde entonces muchos países europeos han introducido estadísticas basadas en el uso final de todas o de algunas de las categorías de madera en rollo. Un trabajo similar se halla en preparación para el Lejano Oriente. Todos los países se dan cada vez más cuenta de la importancia que tiene este tipo de estadísticas para la economía nacional y de ahí que hayan sido incorporadas en el «Programa mínimo a largo plazo en materia de montes y productos forestales» elaborado por la Dirección a la luz de diez años de experiencia en el campo de la estadística internacional, programa que se discutirá en un futuro próximo por las Comisiones Forestales de las distintas regiones.

FIGURA 6. Ayer y hoy. No hay dada de que la fuerza animal sigue recabando un lugar en las operaciones forestales, como lo demuestran estos elefantes que apilan trozas de teca en el norte de Tailandia.

Foto: S. Bunnag

Otro aspecto es la recolección y divulgación de las estadísticas forestales a cuyo objeto se utilizan los cuestionarios estadísticos que se envían a los Gobiernos Miembros; las cifras obtenidas se incorporan en cuadros y se publican periódicamente. El solo hecho de tener que cumplimentar estos cuestionarios preparados por expertos calificados ha obligado a los países, como ha podido comprobarse, a mejorar sus servicios nacionales de estadística. La publicación de las cifras se hace en los Anuarios Estadísticos de Productos Forestales que contienen los datos más recientes sobre cortas referidos a las categorías más importantes de madera en rollo, su aprovechamiento, la producción y comercio internacional de madera aserrada, traviesas, contrachapeados, pasta para papel, cartón y tableros de fibra, así como sobre el consumo por habitante de ciertos productos derivados de la madera. Resulta interesante señalar que acaba de publicarse el décimo volumen de este Anuario, aniversario que no ha alcanzado ningún otro anuario estadístico de las Naciones Unidas. La comparación del primer volumen con el último demuestra el progreso conseguido en las estadísticas forestales nacionales e internacionales durante dicho período: mientras que en los primeros años tan sólo unos 80 países se hallaban en condiciones de cumplimentar el cuestionario, nuestro último Anuario comprende las respuestas de 130 países, que representan del 90 al 95 por ciento de la producción y del comercio mundial de productos forestales.

Una encuesta similar, pero más detallada, relativa a la producción, comercio, existencias y precios de la madera para pasta, madera de mina y madera aserrada de coníferas, se hace trimestralmente para Europa y América del Norte; las cifras recogidas se publican en el anexo estadístico del Timber Bulletin for Europe, publicado en inglés y francés, en colaboración con la CEE, publicación de la cual se proyecta modificar el plan a fin de permitir una denominación más rápida de las estadísticas y de los informes sobre los mercados.

FIGURA 7. Extracción mecánica en una masa de frondosas de los Estados Unidos. Ningún otro país como éste ha lanzado tan grande variedad de materiales mecanizados para la explotación forestal.

Foto: Hyster Company, Portland (Oregón)

En otro cuestionario se solicitan cada cinco anos de los Gobiernos Miembros las informaciones disponibles sobre los recursos forestales, superficies arboladas, clasificación de los montes explotados, existencias en pie, incremento bruto, incremento neto, posibilidades, cortas y cantidades extraídas. Ya se había hecho una primera encuesta en 1947, encuesta que se repitió en 1953 y los resultados se publicaron en el informe Recursos forestales mundiales en 1953. Este volumen de estadísticas contiene la información más completa sobre la superficie de los montes del mundo que haya sido publicada hasta la fecha.

En el campo de las estadísticas forestales, la labor de estos últimos diez años es alentadora: demuestra que en este campo se ha conseguido un neto progreso en los diferentes países; pero también demuestra que queda todavía mucho por hacer para que dispongamos de cifras precisas en que basar un aprovechamiento cada vez más racional de los recursos forestales del globo.

Servicio de información

La documentación sumamente completa que se recoge con vistas a las publicaciones estadísticas y a los informes analíticos de la Dirección de Montes, permite facilitar datos a un número cada vez mayor de corresponsales que de todas partes nos asedian con toda clase de preguntas. De esta manera la Dirección ha podido organizar un verdadero servicio de información.

Informes sobre mercados y productos: estudios especiales

Es asimismo sobre la base de dichas informaciones, informaciones que sólo la FAO está en condiciones de recoger con carácter mundial, que se preparan los informes sobre la orientación a corto plazo de los mercados, mientras que en otros estudios especiales se trata de los pronósticos a largo plazo.

FIGURA 8. El ochenta por ciento de la economía finlandesa depende de su producción forestal. Es de notar que un conocido forestal, Aimo Kaarlo Cajander, fué nombrado Primer Ministro de Finlandia, y que Eino Saari, viejo amigo de la Dirección de Montes de la FAO, es ahora Ministro de Relaciones Sociales.

Foto: Mannelin, Malmi

La evolución de la producción, el comercio internacional, el consumo, la producción y los precios de la mayoría de los productos forestales sufren constantes fluctuaciones; es, por tanto, natural que se revisen periódicamente las políticas de producción, distribución y precios, así como el que los problemas de comercialización de ciertas categorías de madera en rollo, madera aserrada, contrachapeados, pasta y papel se analicen periódicamente en los informes sobre productos forestales que se publican en Unasylva. Estos informes constituyen a menudo el punto de partida de esfuerzos en el campo internacional, tendientes a evitar un desequilibrio a corto plazo entre la oferta y la demanda o a aumentar la producción y a eliminar las cortapisas impuestas al comercio. En el ámbito más restringido de Europa, el mercado de los productos forestales en los trece principales países exportadores o importadores, así como el mercado europeo en general, se analizan en la publicación mixta de la FAO y la CEE Timber Bulletin for Europe. En El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación figura siempre un resumen de la situación forestal mundial. Aunque resulte difícil apreciar si la rápida divulgación de estas cifras ha contribuido a la estabilización del mercado internacional de productos forestales, conviene recordar que tales publicaciones suelen reproducirse íntegra o parcialmente en los periódicos más importantes y en la mayoría de los casos los pronósticos a corto plazo han demostrado su exactitud.

No obstante, será difícil llegar a una verdadera planificación mientras no se cuente con pronósticos en cuanto a las cortas. A fin de llenar este vacío la Comisión Forestal Europea viene ocupándose desde hace años de la previsión a corto plazo de las cortas con el resultado de que los pronósticos para el próximo futuro se han visto sumamente facilitados con gran provecho para el desarrollo de las industrias forestales. Los progresos, tanto económicos como sociales, de que somos testigos en el mundo, llevarán sin duda alguna a un aumento del consumo de la madera en rollo y de sus productos: es por tanto natural que la Dirección de Montes se haya preocupado de estimar, por un lado, las futuras necesidades en productos forestales, teniendo en cuenta la evolución económica previsible, el aumento de las poblaciones y el mejoramiento del nivel de vida y, por otro, las posibilidades que tiene la producción mundial de satisfacer, en base a un rendimiento sostenido, dichas necesidades crecientes. En 1946 el informe sobre La situación mundial de los bosques y de los productos forestales que se dió a conocer en el Segundo Período de Sesiones de la Conferencia de la FAO celebrado en Copenhague, constituyó el primer intento de un análisis panorámico de la situación mundial a este respecto. Desde entonces el estudio de los problemas a largo plazo nos ha llevado a orientar nuestros esfuerzos en las dos direcciones siguientes: por una parte, el análisis de las tendencias generales de la producción forestal de toda una región y, por otra, el estudio especial de la situación en cuanto a ciertos productos determinados.

El primer estudio de carácter general se publicó en 1953 en colaboración con la CEE bajo el título: Consumo, producción y comercio de la madera en Europa. De él trataremos al referirnos a los trabajos del Comité de la Madera de la CEE. Queremos tan sólo señalar aquí que metodológicamente, dicho estudio abre nuevas posibilidades, ya que en él se calculan las necesidades futuras de madera en rollo, basándose en el uso final y no, según la costumbre tradicional, en las diversas categorías de madera en rollo. Actualmente se está procediendo a un estudio similar para Asia y el Pacífico. Seguidamente se acometerá el examen de la situación en las otras regiones y el conjunto de los resultados obtenidos ofrecerá la base para una evaluación mundial de las necesidades y de los recursos en madera en rollo. El alcance de tales estudios excede evidentemente de los medios con que cuenta la Dirección de Montes y es por tanto estimulante señalar la cooperación que nos prestan las Comisiones Económicas Regionales de las Naciones Unidas que colaboran activamente en estos trabajos.

La segunda actividad en este campo de los estudios a largo plazo es la que se refiere a ciertos productos determinados. En ella cabe incluir el estudio preparado en colaboración con la UNESCO, la CEE y la Comisión Económica para la América Latina, que fué publicado en 1954 con el título Recursos mundiales en pulpa de madera y papel y perspectivas para el futuro y también Pulp and Paper Prospects in Latin America, cuyas conclusiones se basan en los debates de una reunión de expertos que se celebró en Buenos Aires en 1954. Se proyecta emprender dentro de poco otro estudio del mismo tipo que cubra Asia y el Pacífico.

En el transcurso del último decenio se ha podido comprobar una continua disminución del consumo por habitante en Europa de ciertas categorías de madera (madera aserrada de coníferas y puntales de mina). Esta tendencia se ha afirmado de tal manera en los últimos anos que los forestales y los industriales temen perder muchos de los mercados tradicionales. Actualmente se está preparando un estudio en el que se demuestra hasta qué punto la madera aserrada se ha visto sustituida por otros productos madereros, tales como los contrachapeados y los tableros de fibra e incluso por otros materiales distintos de la madera.

Política forestal

Ya hemos dicho anteriormente lo que es una política forestal: consiste para cada país, para cada región y para el mundo, en definir el lugar que los montes, las industrias primarias y las demás actividades que con ellos se relacionan, deben ocupar en el ámbito físico, económico y social de dicho país, de dicha región y del mundo.

El ámbito físico varía poco. Las condiciones económicas y sociales, por el contrario, se modifican, ya que cada país trata de mejorar las condiciones de vida de su población. Por tanto, la política forestal debe estar también en constante evolución. Esta es tanto más difícil por cuanto el objetivo a alcanzar no puede ser concebido sino como una meta lejana, ya que la acción sobre los montes en general sólo pueda dar resultados a largo plazo.

Por otra parte, tales condiciones físicas, así como las económicas y sociales difieren de un país a otro y mucho más todavía, como ya hemos visto, de una región a otra.

Por tanto, las políticas forestales nacionales y regionales deben variar en el tiempo y en el espacio, así como también la política forestal mundial variará en el tiempo.

Sin embargo, resulta indiscutible que existen principios de política forestal que limitan y encuadran la elección posible de cada país, de cada región y del mundo. Ello se debe a que el bosque posee una característica permanente: la de ser un recurso natural renovable y de tener valores no menos permanentes indispensables a la vida terrena, tales como, por ejemplo, la protección de suelos y aguas, y la producción de madera, para no mencionar otros más secundarios.

El primer principio de política forestal es el de que todo país, incluso el más desheredado desde el punto de vista de las condiciones de crecimiento de sus bosques, debe contar con una política forestal.

Puede afirmarse, sin exageración alguna, que hace diez años los gobiernos de muchísimos países no tenían la menor noción de tal necesidad. De ahí la obstinación de la Dirección de Montes, desde sus albores, en conseguir que dicha necesidad fuera plenamente reconocida. Una de sus primeras publicaciones fué el estudio Política, legislación y administración forestales que tendía esencialmente a dicho resultado. En este sentido recibió una poderosa ayuda del Tercer Congreso Forestal Mundial celebrado en 1949 en Helsinki. En efecto, los técnicos de todos los países allí reunidos estimaron que el reconocimiento de los «principios de política forestal» eran indispensables para el desarrollo de su acción e invitaron a la FAO a que los formulara rodeándose del consejo y opinión de todas aquellas personalidades forestales a quienes pudiera recurrir.

El documento en que se enumeran dichos principios dió origen a prolongados debates. Fué sometido sucesivamente a todas las Comisiones Forestales existentes en aquel tiempo. Seguidamente fué examinado en sus detalles en la propia sede de la FAO y, por último presentado en su Sexto Período de Sesiones de 1951 a la Conferencia de la FAO, que lo aprobó por unanimidad. Es un deber de justicia mencionar aquí los nombres de los cuatro forestales que se mostraron más activos en el curso de aquellos debates y cuya influencia personal y sabios consejos permitieron salvar todos los obstáculos; Lyle Watts, entonces Jefe del Servicio Forestal de Estados Unidos; O. J. Sangar del Reino Unido, que presidía en aquella época la Comisión Forestal Europea; el Profesor Saari, de Finlandia, organiza dar y presidente del Tercer Congreso Forestal Mundial y M. D. Chaturvedi, en aquel tiempo Inspector General de Montes de la India.

FIGURA 9. Con frecuencia resulta necesario recurrir a un doble aprovechamiento de los montes, para la obtención de madera y para el pastoreo. La fotografía representa vacunos Hereford apacentados en un pinar del sur de los Estados Unidos.

Foto: U. S. Forest Service

Indudablemente, en el momento en que tal decía ración fué formulada cabía interrogarse acerca de su interés. Desde entonces se ha visto con toda claridad que constituía un arma fundamental para los técnicos forestales que, en cada país, instan incesantemente a sus gobiernos para que formulen una política forestal basada en sanos principios. Diez años después de crearse la FAO y cinco años después de esta declaración, se puede afirmar que existen todavía países que dudan en emprender una política forestal racional, pero ninguno de ellos ignora la necesidad y la importancia de tal política. Países como Egipto o Islandia lo admiten sin ambages y han actuado en consecuencia.

¿Cuáles son entonces estos principios de política forestal? El documento en que se formulan se divide en dos partes. Hace la distinción entre «principios que gobiernan la formulación de toda política forestal» y «principios que gobiernan la ejecución de toda política forestal».

Quizás no sea inútil analizarlos, ya que este análisis servirá para hacer comprender más cabalmente los motivos que han movido a la Dirección de Montes a elegir las quince líneas específicas de acción a que hemos aludido anteriormente.

FIGURA 10. Una de las primeras publicaciones de la FAO fué Métodos de ha contra los incendios forestales. En 1951 se organizó en los Estados Unidos un interesantísimo viaje de estudios juntamente por la FAO, el Servicio Forestal de los Estados Unidos y las autoridades del «Plan Marshall».

Principios que gobiernan la formulación de toda política forestal

APROVECHAMIENTO DE LA TIERRA

El primero de los «principios que gobiernan la formulación de toda política forestal» es el de que cada país debe determinar la extensión y superficie que hay que reservar permanentemente como montes en su territorio. Estipula que esta elección debe tener en cuenta las condiciones económicas y sociales del país y «la estrecha interdependencia que existe entre las distintas formas de utilización de la tierra».

Con frecuencia esta elección es difícil. Si, cuando se trata de zonas casi inhabitadas y de los terrenos más ingratos o más abruptos, no existe duda alguna de que hay que reservar como montes amplias superficies, en cuanto se instalan en dichas zonas núcleos de población densa surge un intenso antagonismo entre el monte y los demás usos de la tierra. Dichas poblaciones tienen que asegurarse su sustento y el de su ganado. Pueden disponer de suficientes recursos en mano de obra y en dinero para valorizar terrenos incluso mediocremente productivos en su estado natural. Incluso en ciertos casos no es necesario que la población sea densa o estable. Los tipos pastorales de vida quizás sean aquellos que provocan una competencia más intensa entre el bosque, por un lado, y el pastoreo, por el otro. De esta manera puede darse el caso de que los intereses locales de los habitantes lleguen a oponerse al interés más general del país en su conjunto.

¿Existen acaso criterios que permitan ayudar a los países en esta determinación? La Dirección se ha ocupado de este problema. Ha suscitado discusiones sobre el tema en el seno de diferentes organismos y principalmente en la Subcomisión de Problemas Forestales del Mediterráneo, en la Comisión Forestal Latinoamericana y en la Comisión Forestal Europea o en sus respectivos Grupos de Trabajo y en ocasión del IV Congreso Forestal Mundial. Ha emprendido asimismo estudios sobre la agricultura nómada, las políticas de plantación y repoblación y el pastoreo en los montes, aspectos todos ellos que se refieren más o menos a este problema. También mantiene a este respecto arma colaboración permanente con la Dirección de Agricultura.

No parece que existen criterios definidos, aunque ciertos países hayan adoptado, al menos en teoría, el del desnivel límite. Sin embargo, no hay duda de que existen métodos que permiten determinar - teniendo en cuenta las condiciones físicas, económicas y sociales, así como su evolución previsible en el futuro - cuál es el uso de la tierra que más conviene. Es precisamente a aplicar tales métodos que la FAO invita a los países, preocupándose al mismo tiempo en fomentar y divulgar los conocimientos fundamentales sobre los cuales deben basarse los mismos.

Entre estos conocimientos es especialmente importante para el forestal el de la influencia que el monte ejerce sobre la conservación de suelos, la regularización de las aguas, la protección contra el viento, la temperatura del aire y del suelo, el deshielo, etc. En efecto, si quiere reclamar con pleno derecho un lugar para el monte natural o que se va a crear artificialmente, necesita probar que éste ejerce una función irreemplazable de protección de los otros recursos naturales indispensables para la agricultura, la industria y la propia vida del hombre, es decir el suelo y el agua.

El conocimiento de las influencias de los montes y de sus modificaciones bajo el efecto de los diversos tipos de aprovechamiento del suelo (cortas) o del suelo forestal (pastoreo) es por desgracia todavía incompleto. En fecha próxima en una publicación sobre este tema veremos en qué punto estamos al respecto.

Pero se impone la necesidad de aplicar lo que ya se sabe, y de esto se preocupa la Dirección de Montes, principalmente divulgando, en estrecha colaboración con la Dirección de Agricultura, las técnicas de ordenación de las cuencas colectoras y de los pastizales.

La ordenación de las cuencas colectaras tiene, en efecto, una especial importancia, ya que el abastecimiento de aguas de las ciudades, industrias, depósitos que alimentan las centrales hidroeléctricas y canales de riego depende esencialmente de la correcta utilización de las aguas que se encuentran en las cuencas colectoras, fluviales y torrenciales. Desde el punto de vista forestal se ocupan del problema los Grupos de Trabajo de las Comisiones Forestales Europea y del Lejano Oriente. Próximamente se organizará un Centro de Estudios sobre este tema para forestales y agricultores del Lejano Oriente.

En cuanto al problema del pastoreo y de los pastizales no hace falta insistir acerca de su influencia sobre el bosque. Este problema reviste especial gravedad en el Cercano Oriente y se intenta abordarlo sobre todo dentro del cuadro de actividades de la Comisión Forestal correspondiente. Pero conviene recordar que, en 1954, la Dirección de Montes convocó una reunión de técnicos de todos los países, que se celebró en Roma y donde se formularon los principios de «política silvopastoral» que fueron aprobados más tarde por las Comisiones Forestales Regionales. He aquí, pues, un ejemplo de un caso en que los «principios de política forestal» han podido ser profundizados y detallados sobre un aspecto particular de primordial importancia para muchos países.

ORDENACIÓN DE MONTES

El segundo principio que gobierna la formulación de toda política forestal se refiere a la ordenación de los montes y de su producción para «obtener que los beneficios máximos que se derivan del valor que tienen como elementos de protección, fuentes de producción o de otra índole, sean disfrutados a perpetuidad por la mayoría de la población».

La divulgación de las técnicas de ordenación ha sido pues, una de las principales preocupaciones de la Dirección de Montes, entendiendo la palabra ordenación en su más amplio sentido, es decir, incluyendo la protección de los montes contra el fuego, los insectos y las enfermedades, los métodos de plantación y de organización de las masas artificiales o de los árboles fuera del bosque, así como los métodos de tratamiento de las masas naturales, las consideraciones económicas que permiten orientar la producción leñosa en el sentido más conveniente, tanto en lo que se refiere a cantidad como a calidad.

Si se consulta la lista de publicaciones de la Dirección de Montes se comprobará que la mayoría de ellas tratan de estas cuestiones. Han sido preparadas, bien sea por el personal de la Dirección o, bien, bajo su vigilancia, por técnicos de fama mundial.

Cabe señalar de manera especial dos series de publicaciones que, desde el punto de vista práctico, revisten una gran importancia. La primera es el Manual Universal de Plantación de Bosques. En los volúmenes de que consta se trata de divulgar las técnicas ya acreditadas que se refieren bien sea a ciertas fases de las operaciones de forestación (p. e. la recolección y conservación de semillas), bien sea al empleo de ciertas especies para la formación de plantaciones artificiales (p. e. el eucalipto) o, bien, por último, a la formación de tales plantaciones en condiciones climáticas especiales (p. e. en zonas áridas). La segunda serie consiste en el catálogo anual de semillas forestales, publicación sumamente útil para los repobladores que desean adquirir semillas garantizadas por el certificado de calidad y origen aprobado en 1951 por la Conferencia de la FAO.

Sin embargo, no hay que esperar que estas publicaciones basten por sí solas para suscitar el interés de los países. Según los casos se utilizan otros diversos métodos de acción. Unas veces se encarga de ello a las Comisiones regionales, otras se organizan viajes de estudio (protección contra incendios, eucaliptos) y otras, en fin, se crean comisiones especiales (teca) o se convocan conferencias sobre un tema particular, bien sea en escala regional (chopo) o en escala mundial (eucalipto).

Podemos mencionar aquí que, sin descuidar las políticas de las demás regiones, el interés de la Dirección tiende a concentrarse cada vez más en dos problemas: el de la silvicultura tropical, cuya solución permitiría la valorización de grandes recursos forestales mundiales poco explotados hasta ahora y el de las zonas áridas y semiáridas con vistas a la reconstitución del bosque en formas que se adapten tanto a las condiciones físicas como a las económicas de dichas zonas. Los problemas de la silvicultura tropical han sido estudiados a fondo por el cuarto Congreso Forestal Mundial, en Dehra Dun, y se está preparando una importante publicación sobre este tema. Los problemas de las regiones áridas han sido ya objeto de varias publicaciones y se les ha consagrado especialmente un viaje de estudio efectuado recientemente a la U.R.S.S. La Subcomisión Mixta de Problemas Forestales del Mediterráneo también se ha preocupado de ellos. Por último, se insistirá sobre el tema abordándolo desde un punto de vista más amplio en colaboración con la UNESCO, ya que la colaboración con los demás organismos especializados de las Naciones Unidas constituye también un modo de acción que puede dar resultados interesantes.

El segundo «principio» de política forestal implica, si es que se quiere obtener el mayor beneficio posible de la producción leñosa de los montes, la creación de industrias modernas, debidamente equipadas y la adopción de métodos de explotación y de transformación racionales ejercidos por un personal obrero y técnico que trabaje en condiciones óptimas. La comercialización de los productos de esta forma manufacturados debe estar asegurada mediante una adecuada organización de los mercados interiores y exteriores.

Sobre todos estos aspectos la Dirección de Montes de la FAO ha trabajado para ayudar y coordinar los esfuerzos de los países. En lo que se refiere a Europa existe un organismo esencial de vigilancia del mercado internacional que es el Comité de la Madera de la CEE del cual hablaremos más tarde. En el seno de las Comisiones Forestales del Lejano Oriente y de la América Latina se han creado Grupos de Trabajo sobre normalización. Los Comités de tecnología mecánica de la madera y de química de la madera son los organismos técnicos cuyo asesoramiento permite orientar la acción de la Dirección de Montes en el campo de las industrias de conversión de la madera. Un Comité Mixto FAO/CEE, dividido en numerosos subgrupos especializados, estudia los métodos de explotación y capacitación de los obreros forestales.

No obstante, los esfuerzos de la Dirección se concentran actualmente sobre el desarrollo de las industrias de la pasta para papel y de los tableros. En América Latina se registra una acción de gran envergadura para fomentar la creación de fábricas de celulosa. En 1955 se celebró en Buenos Aires una importante conferencia de expertos en la industria del papel y la celulosa y a principios de 1957 se celebrará en Ginebra una conferencia mundial sobre tableros duros, tableros de fibra y tableros de madera aglomerada.

INVESTIGACIONES Y ESTADÍSTICAS

El tercer «principio» de política forestal invita a los países a ampliar su conocimiento de todos los factores que entran en consideración para la determinación de tal política. Ello implica la organización de la investigación forestal. En este campo, la Dirección de Montes ha predicado con el ejemplo. Sin duda alguna no posee medio alguno para llevar a cabo ella misma tales investigaciones. Sin embargo, su acción es triple. En primer lugar promueve y aconseja la organización de nuevas estaciones de investigaciones. Principalmente ha tomado la iniciativa de organizar una estación de investigación regional para América Latina y otra para el Cercano Oriente. En segundo lugar, trata de orientar la investigación sobre aquellos problemas que a su juicio presentan mayor urgencia, bien sea en escala regional o en escala mundial. De ahí la estrecha colaboración que mantiene con la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal. Por último, ha organizado en el seno de las Comisiones Forestales Regionales, comités de investigación que permiten coordinar las investigaciones dentro de la región correspondiente. Puede citarse como otro esfuerzo en este sentido, la publicación de una Guía de Centros de Investigación Forestal donde se indican los programas de trabajo de cada uno de éstos.

Se concede igual importancia, tanto a las investigaciones forestales propiamente dichas, como a las investigaciones sobre productos forestales, ya que estos últimos presentan un particular interés para el fomento de los recursos forestales tropicales.

La organización de series de estadísticas forestales es tan necesaria como la organización de las investigaciones. Ya hemos visto que la FAO había elaborado un vasto programa de estadística mundial, y que trataba de estimular el perfeccionamiento de las estadísticas forestales regionales.

EDUCACIÓN DEL PÚBLICO

El cuarto «principio que gobierna la formulación de toda política forestal» se refiere a la educación del público.

Al parecer todos los países han comprendido que el apoyo de la opinión pública es requisito indispensable para el éxito e incluso para la formulación de toda política forestal. La prueba es que, bajo el impulso de la FAO, la mayoría de aquellos que todavía no lo habían hecho, han organizado con carácter anual fiestas del árbol o ceremonias similares. La Dirección de Montes ha publicado diversos folletos destinados principalmente, de acuerdo con la recomendación del Cuarto Congreso Forestal Mundial, a los niños en edad escolar. Dichos folletos han sido objeto por parte de numerosos países de pedidos que alcanzan millares de ejemplares. La Dirección mantiene una acción constante de divulgación de los diversos medios de propaganda: carteles, películas, etc. , y la Comisión Forestal para el Lejano Oriente cuenta con un Grupo de Trabajo que estudia los mejores métodos de propaganda para aquella región.

Principios que gobiernan la ejecución de toda política forestal

LEGISLACIÓN FORESTAL

El primero de los «principios que gobiernan la aplicación de toda política forestal» reconoce la necesidad de una legislación forestal que esté en consonancia tanto con los fines de la política forestal como con las instituciones y normas jurídicas de cada país.

En este sentido se han logrado notables progresos. La Dirección ha contribuido, mediante la divulgación de las leyes promulgadas por cada país, haciendo hincapié sobre las disposiciones más interesantes para los demás; publica además estudios sobre temas especiales como el que trata de las asociaciones y cooperativas forestales, que apareció en un número reciente de Unasylva (Vol. 10, N° 2, 1956). Somete a la consideración de las Comisiones regionales o de reuniones especiales problemas especialmente importantes, tales como la reglamentación de los derechos de explotación en el Cercano Oriente.

ADMINISTRACIÓN

Ni la legislación forestal ni las técnicas especializadas que implica la gestión racional de los montes podrían aplicarse si no existiera una administración dotada, dentro de cada país, de una autoridad definida y compuesta de funcionarios que respondan a un cierto nivel de educación general y profesional.

Este es el segundo principio que «gobierna la ejecución de toda política forestal». La Dirección sigue muy de cerca la evolución de las administraciones forestales y aconseja en la medida de sus medios a los países que así lo desean sobre tan delicado tema. Este es un punto sobre el cual queda todavía mucho por hacer. Casi todos los países disponen ya de un servicio encargado de los problemas forestales, pero en muchos casos dichos servicios se encuentran todavía en estado embrionario. Precisamente la importancia y la autoridad del mismo es lo que sirve de pauta para medir el interés que cada gobierno confiere a sus montes y a su política forestal.

FORMACIÓN PROFESIONAL

Finalmente, el último principio llama la atención sobre la necesidad que tienen los gobiernos de asegurar la formación profesional del personal técnico forestal en todos los grados y en todas las disciplinas. Dicho personal es indispensable no sólo para formar los cuadros de las administraciones forestales, sino también para permitir a los propietarios forestales y a las industrias de la madera el reclutamiento de los ingenieros, técnicos y guardas que necesiten.

La Dirección de Montes ha prestado la mayor asistencia posible en la formación de este personal. En algunos países, como en Colombia, ha aconsejado la apertura de nuevas escuelas. En otros, como en Chile y en Liberia, ha ayudado en su organización. Y en otras partes, como en la India y en Chipre, ha conseguido la colaboración de las escuelas existentes para la formación de alumnos procedentes de países donde no existían escuelas similares. Presta también asistencia, como en América Latina, a diversas organizaciones que mantienen cursos temporales. Por último, ha concedido numerosas becas para asegurar la formación cabal de forestales de un nivel universitario, como en Etiopía y en el Líbano.

La Dirección publicó hace ya varios años, un Directory of Forestry Schools (Guía de centros de enseñanza forestal) que será revisada y ampliada en fecha próxima. Para asesorarla en su acción cuenta con un cuadro técnico en materia de enseñanza, compuesto por altas personalidades, especialistas en este campo y que representan a las distintas regiones.

Acción internacional - Las Comisiones Forestales Regionales

Las Comisiones Forestales Regionales son los principales organismos en que la Dirección basa su acción internacional. Ya hemos visto los motivos que le han llevado a abordar con carácter regional los problemas forestales mundiales. Queremos aquí recordar cuál es el papel de estas comisiones regionales, cómo han sido creadas, cómo han cumplido sus funciones hasta el momento y cuáles han sido los problemas que tienen que resolver y las perspectivas que se les ofrecen.

Funciones de las Comisiones Forestales

Las Comisiones Forestales tienen por función esencial determinar en el cuadro de los «principios de política forestal», la política forestal que conviene aplicar a la región correspondiente.

Se hallan compuestas por representantes de los gobiernos de la región. Con motivo de cada reunión de la Comisión, se solicita a cada uno de los países interesados que informen a la misma, siguiendo un plan previamente establecido, sobre las modificaciones introducidas en la política forestal nacional desde la última reunión; los progresos realizados en la aplicación de dicha política, bien sea mediante el perfeccionamiento de las leyes; de la constitución de la administración; del desarrollo de las industrias forestales o de los mercados, o bien, gracias a los adelantos técnicos en la práctica de la silvicultura; en la modernización del equipo y de la maquinaria, o en los métodos de trabajo empleados en las industrias de explotación o de transformación, etc. El informe debe asimismo incluir indicaciones sobre el volumen de las explotaciones efectuadas en el transcurso de los últimos años y sobre el volumen previsto para los años siguientes.

Del análisis de estos informes, cada gobierno puede sacar enseñanzas para la formulación y ejecución de su propia política forestal. Pero la función de la Comisión es:

a) hacer una síntesis de estos informes que muestre la evolución actual de la política forestal en el conjunto de la región;

b) comprobar, teniendo en cuenta las informaciones en su poder sobre las tendencias del aprovechamiento de la tierra, por una parte, y del consumo de la madera, por la otra, que la evolución actual de la política forestal guarde armonía con las tendencias y que se reserve en los planes de fomento de la economía regional el debido lugar a los montes;

c) presentar recomendaciones a los gobiernos de la región con vistas a:

(i) adaptar o rectificar las políticas forestales de los países, teniendo en cuenta los resultados de la comprobación antes citada;

(ii) asegurar la coordinación de dichas políticas entre los países en el ámbito de la política forestal regional;

d) examinar y definir los principales obstáculos que se oponen a la aplicación, en cada país y en la región correspondiente, de la política forestal recomendada;

e) presentar recomendaciones a los gobiernos para permitirles superar tales obstáculos, o bien, cuando ello no sea posible, dado el actual estado de los conocimientos forestales, sugerir la formación de organismos técnicos que se encarguen de estudiar los problemas en cuestión y de informar a la Comisión de los resultados de sus trabajos.

Creación y funcionamiento de las Comisiones Regionales

Todas las Comisiones Forestales Regionales que existen actualmente han sido creadas a raíz de una Conferencia Regional organizada por iniciativa de la FAO con ayuda de uno de los países de la región, de que se trate.

Estas Conferencias regionales han examinado los principales problemas forestales de la región, han indicado eventualmente la forma en que podrían ser resueltos, y, como conclusión de sus deliberaciones, han solicitado a la Conferencia de la FAO la organización de una Comisión Regional.

Las Comisiones eligen ellas mismas su mesa y se reúnen, en principio, cada dos años, bien sea en la sede de la oficina regional de la FAO, o bien en uno de los países miembros de la región interesada.

La Dirección de Montes provee el secretariado de la Comisión. Su papel no consiste sólo en preparar las regiones, sino, en el intervalo entre éstas, mantener los contactos entre los países de la región y llevar a cabo las labores que la Comisión le confíe, labores que consisten en general en el acopio de las informaciones que la Comisión necesita para la prosecución de su labor.

La Dirección facilita también el secretariado de los organismos técnicos que las Comisiones han creído oportuno crear. Estos organismos técnicos se denominan Subcomisiones, Comités y Grupos de Trabajo. Algunos de ellos, como la importante Subcomisión Mixta de Problemas Forestales del Mediterráneo, de la cual hablaremos más tarde, dependen de varias Comisiones Regionales; otros son mixtos con otra organización independiente de la FAO.

Labor de las Comisiones Regionales

Las Comisiones Regionales en general han cumplido satisfactoriamente las funciones que les habían sido encomendadas, como se verá más tarde cuando analicemos su labor. La presentación de informes nacionales en cada una de las Comisiones se ha convertido en una costumbre consagrada. Dichos informes, en general, han sido cuidadosamente preparados por los países y algunas veces son tan completos que su consulta ha de permitir en el futuro seguir la historia forestal de ciertos países en el transcurso de los últimos años en forma muy detallada. Dado el interés que presentaron estos informes en 1951, la Comisión Forestal Europea solicitó a la Dirección de Montes de la FAO que se encargara de publicarlos, y, en consecuencia, han sido objeto de una publicación especial titulada Política forestal en Europa.

Las Comisiones Regionales han tropezado con ciertas dificultades en su labor tendiente a definir las políticas forestales regionales que han de servir de guía y de marco a los países para definir sus políticas forestales regionales.

Ninguna política forestal regional, y mucho menos aún, ninguna política forestal nacional pueden limitarse a ser una mera reafirmación, para la región o para el país, de los grandes principios aprobados por la Conferencia de la FAO en 1951. La explotación forestal es una empresa a la vez agrícola, industrial y comercial, por lo tanto una verdadera política forestal no puede ser definida más que desde un triple punto de vista, o, más exactamente, debe responder a tres cuestiones esenciales:

a) ¿Qué lugar conviene otorgar a los montes en el aprovechamiento de la tierra y con qué fines, de protección o de producción, hay que dedicar las superficies en que deben conservarse o restablecerse los montes?

b) ¿Qué lugar conviene otorgar a las industrias forestales, cuáles son los tipos de industrias que conviene fomentar y qué clase de materias primas se necesitan para alimentarlas?

c) ¿Cuáles son las necesidades en madera, tanto para el consumo rural - que es y seguirá siendo siempre sumamente importante - como para la satisfacción de las necesidades de las industrias que la emplean como materia prima y del comercio? Aparte de la producción nacional ¿qué otras posibilidades se ofrecen para satisfacer tales necesidades?

Es evidente que a todas estas cuestiones se puede contestar a la luz de la evolución de la economía general de cada país, de cada región y del mundo. Conviene sobre todo tratar de prever cuál ha de ser la evolución, tanto a corto plazo, a plazo medio, como a largo plazo. En efecto, es posible que, actuando sobre ciertos factores, pueda hacerse frente a cualquier acontecimiento a corto plazo, pero las posibilidades son limitadas. A plazo medio la variedad de factores sobre los que se puede influir es ya mucho mayor. A largo plazo se ofrece en general una vasta elección de medidas que no representan el menor riesgo para los montes.

Una buena política forestal debe, pues, ser, ante todo, una política a largo plazo. Sin duda, el desarrollo económico va siendo cada vez menos previsible a medida que se pasa de un plazo corto a uno largo. Esto constituye una dificultad inevitable en toda política forestal. Debe ser superada previendo, para el desarrollo de la economía en general, diversas hipótesis e imaginando los medios de hacer frente a una u otra mediante una acción apropiada sobre cualquiera de los numerosos factores de que, a largo plazo, se dispone.

Para responder a las tres cuestiones planteadas anteriormente, es evidente que hay que tener para cada país, o cada región, un conocimiento exacto de la situación actual, así como de las posibles tendencias en los tres campos del aprovechamiento de la tierra, del desarrollo industrial y del equilibrio entre las necesidades de madera y la posibilidad de satisfacerlas. Pues bien, en escala regional y harto a menudo incluso en escala nacional, hace diez años se carecía de este triple conocimiento.

El resultado de ello es que, al tratar de definir sus políticas regionales, las Comisiones forestales se apoyaban sobre datos parciales, o incluso sobre meras impresiones exclusivamente. En la mayoría de las regiones los problemas y tendencias del aprovechamiento de la tierra se conocen mejor que los dos otros elementos de la política forestal. Por lo menos es relativamente fácil, cuando la asociación entre el hombre y la naturaleza ha dado origen a un panorama relativamente estable, apreciar cuáles son las deficiencias del mismo, en qué sentido puede evolucionar y deducir el lugar que el bosque ha de ocupar. En ciertas regiones, por tanto, existe una tendencia a definir la política forestal en función exclusiva del aprovechamiento de la tierra, aprovechamiento que se estima bien conocido. Indudablemente es una concepción insuficiente.

Cuadro esquemático de organización

Con objeto de que las Comisiones Regionales puedan cumplir cabalmente sus funciones, había que emprender estudios detallados relativos a los tres puntos mencionados. La Dirección de Montes se ha dedicado a ello en los últimos años. Hace dos años se realizó el primer estudio de este tipo para Europa, estudio que ha permitido a la Comisión Forestal Europea el formular, como veremos seguidamente, una serie de recomendaciones que pueden ser consideradas como una verdadera política forestal regional. En lo que se refiere a las otras regiones, se están realizando o se emprenderán en fecha próxima, estudios del mismo tipo. Todo hace pensar que ofrecerán asimismo a las demás Comisiones los elementos de que actualmente carecen para precisar sus políticas.

Puede decirse, desde ahora, que no hay duda de que las Comisiones Regionales han rendido ya un trabajo de gran utilidad. Gracias a la experiencia de sus miembros se han dado cuenta, quizás más por intuición que en base a verdaderas certidumbres, de los puntos débiles de las políticas forestales de cada región y de los obstáculos que se oponen a la implantación de otras sanas. Han formulado recomendaciones valiosas que los gobiernos han atendido en la medida de lo posible. Han creado organismos técnicos que han llevado a cabo interesantes trabajos. Por último, el intercambio de experiencias y los contactos establecidos entre los responsables de las políticas forestales de los diversos países y la región correspondiente han culminado, sin duda alguna, en resultados felices.

La Comisión Forestal Europea - El Comité Mixto de la Madera CEE/FAO

La desigual distribución de los montes entre los países europeos ha dado origen, desde principios de siglo, a importantes intercambios internacionales de productos forestales. La mitad aproximadamente de la producción de madera aserrada de coníferas de los países del norte y este de Europa se exportan actualmente para satisfacer la mitad aproximadamente de las necesidades de consumo de los países del oeste del continente y de la cuenca del Mediterráneo. Ello explica por qué el comercio europeo de madera aserrada representa casi los dos tercios del comercio mundial y asimismo por qué el comercio europeo de madera viene acaparando desde hace mucho tiempo la atención internacional.

Después de la segunda guerra mundial, la situación forestal de Europa se presentaba sumamente difícil: los montes parecían haber sido abusivamente explotados desde hacía mucho tiempo; un gran número de instalaciones industriales habían sufrido las consecuencias de la guerra y sólo contaban con una maquinaria gastada o anticuada. A la luz de este panorama las necesidades de madera para la reconstrucción, la manutención, descuidada durante la guerra, de los edificios urbanos y rurales; la instalación de nuevas industrias, etc. , aparecían enormes. Sin embargo, en 1946, las importaciones europeas de madera aserrada de coníferas no excedían de 2 millones de standards, es decir, menos de la mitad de su nivel de antes de la guerra, y ello en un momento en que la reconstrucción provocaba una demanda especialmente intensa de este importante material de construcción.

Con objeto de evitar una escasez crítica de madera en esta región, la Dirección de Montes se vió obligada a iniciar su acción regional precisamente en Europa y una de sus primeras medidas, atendiendo a una recomendación del segundo Período de Sesiones de la Conferencia celebrada por la FAO en Copenhague en 1946, fué la de convocar una Conferencia Internacional de la Madera de construcción que se celebró en abril-mayo de 1947 en Marianské-Lazné (Checoeslovaquia).

Después de negociaciones preliminares bastante largas, dicha Conferencia originó debates a veces muy animados pero siempre de una elevada calidad técnica. Sus recomendaciones tendían a la vez a formular un programa inmediato para mejorar el abastecimiento de los países deficitarios en madera aserrada de coníferas, y un programa a largo plazo destinado a satisfacer en forma racional las crecientes necesidades del continente europeo en madera y productos forestales. En consecuencia, solicitaba:

a) a la FAO que creara una Comisión Forestal Europea para preparar tal política forestal de largo plazo y se ocupara de todos los problemas silvícolas que había de plantear su ejecución;

b) a la Comisión Económica Europea recién creada, que estableciera en colaboración con la FAO un Comité de la Madera encargado especialmente de los problemas de abastecimiento a corto plazo, y sobre todo que asegurara mediante un contacto tan frecuente como fuera menester una buena armonía entre los representantes de los países importadores y exportadores de esta región europea que se caracteriza por la intensidad de sus intercambios comerciales de madera.

LA COMISIÓN FORESTAL EUROPEA

Esta Comisión regional, que fué la primera que se creó, reconoció desde un principio los principales obstáculos que entorpecen la implantación de las políticas forestales de la región. Estos obstáculos son de dos tipos: unos que se refieren particularmente a ciertas zonas de la región, que se encuentran en condiciones físicas y sociales especiales, es decir, la zona mediterránea de Europa y las zonas de montaña; y otros que son sensiblemente idénticos en toda la región.

Para tratar de manera más especial de los problemas relativos a la zona mediterránea, la Comisión ha creado una Subcomisión Mixta de Problemas Forestales del Mediterráneo; más adelante veremos cuál ha sido su papel y como éste tiende a ampliarse.

En cuanto a los principales problemas forestales de las zonas de montaña, la Comisión ha confiado su estudio a un Grupo de Trabajo sobre Corrección de Torrentes y Defensa contra Aludes. Este grupo de trabajo se reúne cada dos años e informa a sus miembros de los progresos conseguidos en el campo que les interesa mediante viajes de estudio organizados en los diversos países montañosos de la región. Ha incorporado a su programa el estudio de cuatro cuestiones particularmente importantes: la defensa contra los aludes; la lucha contra el cegamiento de los grandes embalses hidroeléctricos; los métodos modernos de construcción y mantenimiento de las obras de corrección de torrentes, y el aprovechamiento y la conservación de los suelos en alta montaña.

De los problemas relativos a las cuestiones que interesan a toda la región se ocupa la propia Comisión y su importante Grupo de Trabajo sobre Plantación y Repoblación Forestal. Así la Comisión ha tomado las medidas necesarias para seguir, y en la medida de lo posible, prever la evolución de las explotaciones anua les en los montes; facilitar a los países interesados la labor de lucha contra incendios, plagas de insectos y epifitias, y permitir el intercambio entre los países de películas de educación y propaganda.

El Grupo de Trabajo sobre Plantación y Repoblación Forestal se ocupa de examinar los progresos de la forestación y reforestación en los diversos países europeos; estudiar las técnicas de plantación artificial y presentar recomendaciones para la formulación de políticas nacionales de repoblación.

En 1951 fué emprendido conjuntamente por la FAO y la Comisión Económica Europea el estudio sobre El consumo, producción y comercio de la madera en Europa. Este estudio tenía por objeto la provisión de las necesidades europeas de madera a partir de 1960 inclusive, teniendo en cuenta la evolución económica previsible de la región o, mejor dicho, las diversas hipótesis formuladas sobre tal evolución.

Dicho estudio, como ya hemos dicho, permitió a la Comisión determinar las principales directrices de una política forestal regional.

En él apenas se tomaban en cuenta los problemas de aprovechamiento de la tierra. Esto tenía su justificación al parecer en el hecho de que en general las superficies en Europa que ocupan los montes y los demás aprovechamientos de la tierra, permanecen relativamente estables. Sin embargo, el estudio ha demostrado finalmente que la satisfacción de las necesidades de madera exigiría orientar la política forestal hacia un gran esfuerzo de repoblación. El problema consiste en encontrar tierras aptas para ser repobladas sin que entren en competencia con la agricultura o la ganadería.

Esto ha recargado considerablemente la labor del Grupo de Trabajo sobre Plantación y Repoblación Forestal, así como la de la Subcomisión de Problemas Forestales del Mediterráneo que ha tenido que acometer importantes trabajos directamente relacionados con tal problema.

Otro obstáculo que se opone al aumento de la producción maderera en los países europeos consiste en la importancia que en dichos países tiene la propiedad forestal privada y especialmente la pequeña propiedad forestal. Este problema ha sido también objeto de un estudio a fondo por parte de la Comisión Forestal Europea cuyo secretariado llevó a cabo una encuesta en los países miembros. Dicha encuesta ha permitido determinar las diversas medidas que conviene adoptar para remediar en lo posible los inconvenientes de esta situación.

FIGURA 11. La Conferencia Internacional de la Madera, celebrada en Marianské Lazné (Marienbad) en 1947 fué la primera conferencia forestal de carácter regional organizada por la FAO. En la fotografía aparece Jan Masaryk, entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Checoeslovaquia, inaugurando los debutes.

Foto: FAO

EL COMITÉ MIXTO DE LA MADERA CEE/FAO

Dicho Comité se reunió por primera vez en Ginebra algunos meses después de la Conferencia de Marianské Lazné y desde entonces ha seguido manteniendo reuniones anuales e incluso al principio más frecuentes.

Para darse una idea de su labor conviene distinguir tres fases:

A raíz de su creación, el Comité tuvo que ocuparse exclusivamente de la posibilidad de mejorar el abastecimiento de los países deficitarios y a este objeto imponer a los países importadores un racionamiento de sus compras. Simultáneamente tenía que fomentar la expansión de la producción europea de madera aserrada, lo que le llevó a colaborar con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para la concesión de créditos a ciertos países exportadores de la Europa Oriental, créditos destinados a pagar en dólares la maquinaria que necesitaban para intensificar la explotación de sus montes. De esta manera fueron otorgados a Finlandia y a Yugoeslavia créditos superiores a 10 millones de dólares, siendo éste uno de los pocos ejemplos de un crédito concedido por el Banco Internacional en virtud de una recomendación de otro organismo internacional. Estos créditos han contribuido a la rápida recuperación de la producción europea de madera aserrada: dos años después de la conferencia de Marianské-Lazné, la producción de madera aserrada de coníferas en los países exportadores del este y norte de Europa superó en un 20 por ciento las cifras 1947. Esta expansión de la producción fué completada por una serie de otras medidas, principalmente la imposición de severas economías a los consumidores de los países excedentarios, la expansión de la producción en los países deficitarios y un fuerte aumento de los envíos procedentes de América del Norte. De este modo entre 1946 y 1950 las importaciones europeas y de los países de la cuenca mediterránea han podido aumentar un 70 por ciento. Ello ha permitido evitar toda escasez de madera durante los primeros anos de la reconstrucción. El Comité de la madera entra entonces en su segunda fase: concentra su atención principalmente en el estudio de las tendencias ¿1 largo plazo de la producción y del consumo en Europa, de que ya hemos hablado anteriormente. Este estudio, publicado en 1953, puso efectivamente de manifiesto que el aumento de las necesidades europeas de madera aserrada y de madera para pasta era bastante mayor de lo que se había supuesto. De los cálculos del estudio resultaba que las necesidades europeas de madera para pasta iban a aumentar durante el decenio de 1950/1960 de 40 millones a más de 60 millones de metros cúbicos y que tan sólo una política forestal «dinámica» parecía capaz de asegurar a las fábricas de pasta y papel el abastecimiento indispensable en materias primas.

En la época en que se publicó el estudio tal conclusión sorprendió tanto que la reacción general de los expertos fué considerar las estimaciones presentadas por la FAO y la CEE como sumamente exageradas. Desde entonces, los hechos han confirmado en forma impresionante las previsiones del estudio y así en 1955, el consumo europeo de pasta de madera había alcanzado ya el límite inferior de las estimaciones hechas para el año 1960. Es casi seguro que, al término del decenio en cuestión, el consumo europeo de madera para pasta habrá igualado y probablemente superado las previsiones máximas del estudio, lo que demuestra el valor del mismo. En efecto, cabe esperar que haya contribuido a estimular la producción de madera para pasta en todos los países europeos, lo que ha de permitir asegurar un aumento de la producción de papel en consonancia con las necesidades europeas y de ultramar.

En lo que se refiere a la madera aserrada las conclusiones del estudio ponen de manifiesto que la evolución de las técnicas de la construcción, así como el precio relativamente elevado de la madera en comparación con el de otros materiales de construcción ponen un freno a la expansión de la demanda. Sin embargo, la expansión de la actividad industrial y muy especialmente de la construcción de viviendas en Europa, es tal, que el consumo europeo de madera aserrada es actualmente algo más elevado que en 1950, con tendencia a seguir aumentando. Por ser la producción europea de trozas de aserrío netamente insuficiente para satisfacer todas las necesidades, el estudio llega a la conclusión de que, para asegurar en Europa el equilibrio entre las necesidades y las provisiones de madera aserrada, era indispensable o bien aumentar sensiblemente las importaciones procedentes de América del Norte, o bien reanudar las exportaciones de madera aserrada de la U.R.S.S.

La publicación de tal estudio marca el principio de la tercera fase de la historia del Comité de la madera. Dicha fase se caracteriza, ante todo, por la incorporación de la U.R.S.S. y los demás países de Europa Oriental corno participantes regulares a las labores del Comité.

La reanudación de las exportaciones de madera aserrada rusa, recomendada en el estudio, pudo convertirse en realidad a partir de 1953 a un ritmo tal que, por un lado ha podido asegurarse la satisfacción de las crecientes necesidades y, por otro, evitarse toda fluctuación excesiva de los precios, a pesar de surgir en el mercado un proveedor de la talla de Rusia. La acción estabilizadora de los contactos entablados en el seno del Comité de la Madera se hizo especialmente patente en el año de 1956, año en que se ha registrado una reducción bastante mal cada en la demanda de importaciones. En efecto, pose a la contracción registrada en el volumen de las transacciones, el nivel de los precios sólo ha sufrido una baja del 10 por ciento aproximadamente. Hecho tanto más notable por cuanto una situación parecida que se produjo a los 10 años de terminar la primera guerra mundial provocó una crisis de la madera de la que todavía conservamos recuerdo.

El Comité de la Madera se ha convertido en una institución europea cuya autoridad se ha impuesto en todo el mundo. A sus reuniones anuales participan delegados de países que, pese a que representan intereses contrarios, han establecido entre ellos lazos de cooperación y de confianza. El análisis de la situación que se lleva a cabo anualmente para determinar la oferta y la demanda de madera en Europa para el año siguiente, da resultados muy apreciados.

Trabajando en contacto constante con la Comisión Forestal Europea de la FAO, el Comité de la Madera se ocupa de un número cada vez mayor de problemas que directa o indirectamente se relacionan con el comercio europeo de madera aserrada, la madera de mina, la madera para pasta y demás productos forestales, entre los cuales figuran las técnicas de apeo y de explotación; la implantación de un sistema uniforme y más completo de estadísticas europeas; la normalización de los contratos de ventas, etc.

El Comité ha llegado de esta forma a ser un ejemplo muchas veces citado de la buena cooperación que debe existir entre los diferentes organismos de las Naciones Unidas y de las ventajas administrativas y técnicas que ello reporta, ya que, si el Comité de la Madera es oficialmente un organismo de la Comisión Económica Europea de las Naciones Unidas, gracias a un acuerdo concertado en 1947 entre el Comité General de la FAO y la Secretaría Ejecutiva de la CEE se establecen garantías especiales de que todas las actividades del Comité guardarán armonía con la política forestal de la FAO. A este objeto, los funcionarios que forman el Secretariado del Comité de la Madera en Ginebra son a la vez funcionarios de la Dirección de Montes de la FAO y funcionarios de la CEE. Así ha podido evitarse, mediante una cooperación verdaderamente ejemplar, todo peligro de duplicación de empleo.

La Subcomisión Mixta de Problemas Forestales del mediterráneo

La Comisión Forestal Europea reconoció en 1948 la urgente necesidad de emprender estudios sobre la conservación de suelos y la repoblación y mejora de los montes existentes en la cuenca del Mediterráneo y en consecuencia decidió crear una Subcomisión de Problemas Forestales del Mediterráneo, aclarando que la misma no debía limitarse a tratar las cuestiones técnicas, sino que también debía abordar todos los problemas a la luz de las condiciones agrícolas, económicas y administrativas existentes y sentar así las bases de una política forestal para la cuenca del Mediterráneo.

Después de la creación de la Comisión Forestal para el Cercano Oriente, la Subcomisión de Problemas Forestales del Mediterráneo fué transformada por la Conferencia de la FAO en 1950 en una Subcomisión Mixta, en la que participaban las dos comisiones regionales interesadas. Dicha Subcomisión Mixta puede además invitar a otros Estados Miembros a que participen activamente en sus trabajos cuando éstos se enfrenten con problemas técnicos análogos.

La Subcomisión así creada reanudaba sobre una base intergubernamental y ampliada las actividades de la antigua Liga Forestal Mediterránea, denominada Silva Mediterranea, que fué constituida en 1922 como resultado de un deseo expresado por el undécimo Congreso Internacional de Agricultura y de Silvicultura de Madrid. Dicha Liga se proponía estudiar todos los asuntos forestales relativos a la cuenca mediterránea, así como las medidas de propaganda capaces de despertar allí la «conciencia forestal». Prácticamente cesó sus actividades hacia 1936.

La Subcomisión ha celebrado reuniones en Roma (1948), Argel (1950), Estambul (1952), Atenas (1954) y Niza (1956), todas las cuales fueron acompañadas de viajes de estudio. Tales reuniones han servido para orientar convenientemente la política forestal de los países mediterráneos, y para estudiar ciertos problemas técnicos. Han permitido igualmente establecer contactos personales entre los jefes de los distintos servicios forestales y los técnicos, e inculcar la noción del bosque en los gobiernos y en el público de los países donde se celebran. De los debates que sobre el aprovechamiento de la tierra tienen lugar al principio de cada reunión se desprende la orientación que hay que dar a la política forestal. Esta se basa en:

a) al reconocimiento de las funciones de producción y de protección que ejerce el monte y de la importancia primordial que hay que conceder a las últimas;

b) la necesidad de crear nuevos bosques, pero limitando sin embargo la forestación a aquellos terrenos de aptitud claramente forestal;

c) la influencia que para el mejoramiento de los montes tienen las medidas coordinadas adoptadas con el fin de aumentar la productividad agrícola, pastoral e industrial;

d) la necesidad de limitar los pastos en común y cambiar, en lo que se refiere a la calidad, la composición de los rebaños, ofreciendo una generosa compensación al principio y transformando eventualmente los sistemas de vida de grandes grupos de población;

e) las posibilidades de restauración de los suelos gracias a otros métodos distintos de las repoblaciones, métodos capaces de ejercer un papel comparable al de los montes para la conservación de los suelos y la regularización del régimen de aguas y de garantizar una utilización intensiva de la tierra con la correspondiente elevación del nivel de vida;

f) la importancia del cultivo de árboles fuera del bosque, tanto para la producción de madera y la protección de la agricultura, como para la estabilidad de las pequeñas explotaciones agrícolas.

Sin embargo, había que precisar esta orientación y en ocasión de su última reunión celebrada en 1956, la Subcomisión tomó decisiones de especial importancia.

Por lo pronto, aprobó el informe del Grupo de Trabajo regional ad hoc formado por expertos de Grecia, Italia, Turquía y Yugoeslavia, en el que se llamaba la atención de la Comisión Económica Europea sobre un cierto número de proyectos concretos formulados en el cuadro de las políticas nacionales y cuya realización podía ser facilitada mediante una ayuda exterior. Este Grupo de trabajo regional ad hoc fué creado, como consecuencia de los estudios efectuados por la CEE sobre el fomento de la Europa meridional y la constitución de un grupo de expertos encargados de estudiar el fomento económico de dicha zona.

Seguidamente la Subcomisión decidió invitar al Director General de la FAO y al Secretario Ejecutivo de la CEE a que organizaran y emprendieran un estudio básico que abarcase todos los países de la cuenca del Mediterráneo para definir una política forestal más enérgica y constante, política que se consideraba como el factor preponderante para el fomento económico y social de la cuenca mediterránea. Tanto el plan de dicho estudio como los medios que requiere son puntos que están actualmente discutiendo los secretariados de la FAO y de la CEE.

Aparte de los debates de política general, la Subcomisión ha estudiado directamente los problemas técnicos y principalmente el tratamiento y ordenación de los montes mediterráneos, pero en general ha encomendado el estudio de tales cuestiones a grupos de trabajo especializados, algunos de los cuales han llevado a cabo trabajos de sumo interés.

Así, uno de estos grupos de trabajo ha preparado un mapa en el que se delimitan las comarcas eu-mediterráneas y las comarcas de transición, mapa que será publicado en breve. El mismo grupo de trabajo ha recomendado que los países preparen mapas ecológicos siguiendo criterios de su elección y tratará de preparar en colaboración con la UNESCO un mapa ecológico de toda la cuenca mediterránea en base a ciertos criterios.

El Grupo de Trabajo sobre el Alcornoque que fué creado en Argel en 1950, además de reunirse en ocasión de las reuniones ordinarias de la Subcomisión, ha celebrado dos sesiones especiales, una en 1951 en Portugal, y otra en 1955 en España, ambas acompañadas por viajes de estudio. Este grupo de trabajo ha estudiado los recursos en corcho mediante la inventariación de los rodales de alcornoques y el consumo de este producto elaborando estadísticas de producción, lo que ha originado inventarios o encuestas en los países productores. El citado grupo de trabajo se ha preocupado asimismo de examinar las técnicas de vivero y de plantación, el comportamiento de los repoblados, la evolución de los suelos en los alcornocales y el aprovechamiento de los productos. También se ha preocupado de los problemas que obstaculizan el mejoramiento de los alcornocales, principalmente los pastos comunes y la estructura agraria.

Por último, el grupo de trabajo se ha ocupado del examen de las perspectivas del mercado poniendo de relieve que, pese a la posibilidad de ciertas substituciones, el corcho, que es un producto noble, tendría siempre salida en los mercados. Por otra parte, la conversión química abre nuevas perspectivas para este producto.

El Grupo de Trabajo sobre el Eucalipto creado en 1954 basa su actividad en la constitución en los Países Miembros de grupos nacionales y ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de la acción emprendida por la Dirección de Montes en pro de esta especie, acción de que nos ocuparemos más adelante.

La Comisión Forestal Latinoamericana

La Comisión Forestal Latinoamericana fué creada en virtud de las recomendaciones de la Conferencia Latinoamericana convocada en abril de 1948 en Teresópolis (Brasil). La existencia en esta parte del mundo de vastas riquezas forestales todavía casi intactas y la posibilidad de aprovechar ciertos recursos ya explotables con destino a una exportación que habría de beneficiar tanto a los países latinoamericanos como a los países importadores, llevó a otorgar a esta región el segundo lugar en orden de prioridades.

La experiencia ha demostrado, sin embargo, que la América Latina es precisamente la región donde se tardará más en obtener resultados sustanciales. Efectivamente, hace 8 años era raro el país latinoamericano que contara con un servicio forestal propiamente dicho y hoy día siguen siendo pocos los países que lo tienen.

Todavía eran menos los países que seguían una política forestal. En general, se limitaban a intentos muy dispersos y limitados, tendientes a la repoblación de ciertas zonas especialmente amenazadas, bien sea por la escasez de madera o por la erosión.

La creación de la Comisión Forestal Latinoamericana ha tenido efectos felices en el sentido de que ha hecho comprender a los gobiernos la necesidad de contar con una política forestal e indicado los medios que hay que emplear para implantar dicha política. Ha facilitado asimismo el contacto entre los relativamente pocos técnicos que existen en la América Latina. La Comisión ha creado algunos organismos de trabajo, pero sin gran éxito, debido al escaso número y a la falta de tiempo de los forestales capaces de prestar su cooperación. Sin embargo, tales organismos sirven para llamar la atención sobre los problemas más urgentes. Si bien las directrices de una política forestal aunque lentamente se van precisando en la mayoría de los países, estamos muy lejos de poder definir una política forestal regional.

Esto no debe sorprendernos demasiado ya que faltan todavía las bases en que asentar tal política. Es indispensable llevar a cabo un estudio de la situación actual en cuanto a producción, consumo y mercado de la madera, así como de sus tendencias para el futuro. Pero tal estudio no basta. Una gran parte de las tierras de la América Latina siguen todavía sometidas a un aprovechamiento puramente extensivo. En muchos lugares continúan reinando sistemas de agricultura nómada, incluso cuando el suelo se dedica a producciones de tipo industrial que exigen técnicas muy evolucionadas como sucede con la producción de café. Muchas tierras esperan todavía la colonización del hombre.

En resumen, no existe, como en la mayoría de las demás partes del mundo, una separación relativamente definida entre los diversos tipos de aprovechamiento de la tierra. La frontera entre ellos es fluctuante y su estabilización dependerá de la evolución económica de cada país. Las tendencias en cuanto al aprovechamiento de la tierra y al lugar que en este aprovechamiento ha de ocupar el bosque, deben ser objeto de un estudio a fondo si es que se quiere construir una política forestal regional.

Próximamente se emprenderán varios estudios de este tipo, tanto económicos como del aprovechamiento de la tierra, estudios que han de constituir la actividad principal de la Comisión Forestal Latinoamericana en los próximos años.

Conviene señalar, sin embargo, que algunos países como el Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala y Honduras han sacado partido tanto de los debates mantenidos en el seno de la Comisión como de la asistencia que se les ha prestado para mejorar su legislación forestal a la luz de las recomendaciones formuladas. Asimismo, se han conseguido evidentes progresos en lo que se refiere a la organización de los servicios forestales: algunos países han aumentado el personal calificado de tales servicios y le han consignado fondos más importantes para su labor.

No ha escapado a la atención de la Comisión la necesidad de la investigación forestal y en el transcurso de los últimos años sus principales esfuerzos han tendido hacia la creación de un Centro Regional de Investigaciones Forestales. Tales esfuerzos han culminado recientemente y, gracias a la cooperación de Venezuela, ha podido constituirse en Mérida dicho centro cerca de una de las principales escuelas forestales del continente. Asimismo en el seno de la Comisión se ha creado un Comité de Investigaciones Forestales.

Es evidente que si los gobiernos de la región no sienten la necesidad de definir una política forestal con la urgencia que debieran, en cambio el desarrollo de las industrias forestales en países donde el fomento económico suele ser a veces sumamente rápido y brillante, no puede tardar mucho. Desde este punto de vista, las perspectivas futuras son más prometedoras y en muchos países se están ya proyectando o estableciendo importantes industrias madereras.

Por medio del Programa Ampliado de Asistencia Técnica y gracias a las encuestas que ha realizado sobre este tema desde su creación y a las reuniones que ha suscitado, tanto en el plano regional como en el plano mundial, la Dirección de Montes trata de orientar este desarrollo industrial hacia la creación de fábricas de celulosa o de industrias integradas en las cuales la producción de celulosa desempeñe un importante papel.

Dada la necesidad de este desarrollo de las industrias madereras, cabe esperar que los gobiernos de la región no han de tener más remedio que concebir políticas forestales sanas y facilitar los medios necesarios para aplicarlas.

Si la industria y la política forestal no progresan a la par, ello podría acarrear a la región peligros sumamente graves.

FIGURA 12. La primera conferencia regional forestal para Asia y el Pacifico, tercera de la serie organizada por la FAO se celebró en Mysore (India), en 1949. El Ministro indio de Agricultura y Alimentación abre la sesión. A su lado se halla sentado el Maharajah de Mysore.

Foto: Press Information Bureau (India)

La Comisión Forestal para Asia y el Pacífico

La Comisión Forestal del Lejano Oriente fué creada en cumplimiento de las recomendaciones de una Conferencia celebrada en marzo-abril de 1949 en Mysore (India).

Esta Comisión, desde un principio, asumió su verdadera función; la elaboración de una política forestal regional. Cuando le fué presentado el proyecto de «principios de política forestal» para que emitiera su opinión al respecto, aprovechó la ocasión para formular un texto más detallado y dedicado más especialmente a los problemas del Lejano Oriente.

Ello no es de sorprender, ya que la mayoría de los países de la región hace tiempo que vienen dándose perfecta cuenta de la importancia que tiene una política forestal. La India ha sido sin duda alguna el primer país del mundo que ha formulado efectivamente la suya. El Japón está llevando a cabo desde hace tiempo una silvicultura sumamente intensiva. Australia y Nueva Zelandia, que están incluidas en la región, disponen asimismo de políticas forestales cuya aplicación se prosigue con firmeza desde últimos del siglo pasado.

Cabe señalar que, a excepción de los tres países últimamente citados, las políticas forestales de la mayoría de los demás se basan esencialmente en consideraciones de aprovechamiento de la tierra, cosa que actualmente también es inevitable para toda política regional. Uno de los elementos indispensables para formular tal política regional falta todavía, a saber: la determinación de las necesidades de madera, sus tendencias y el equilibrio entre la producción y la satisfacción de estas necesidades. Este estudio esencial para la región, se halla actualmente en marcha.

Ello no significa que el problema de las relaciones entre el monte y las demás utilizaciones de la tierra se halle plenamente resuelto en esta región. Si es verdad que ya se ha trazado la política que hay que seguir, su aplicación tropieza con grandes obstáculos: en muchas zonas todavía se practica la agricultura nómada. El pastoreo en los montes constituye, sobre todo en el caso de la India, un problema de los más arduos. Por último, no cabe duda que con el desarrollo industrial y el perfeccionamiento de las técnicas agrícolas, la estructura general del aprovechamiento de la tierra irá variando gradualmente y la política forestal debe estar preparada a adaptarse a tales variaciones.

La Comisión va creando progresivamente los organismos de trabajo que necesita. Desde un principio estableció un grupo de trabajo encargado de estudiar los problemas de clasificación y normalización de los productos forestales destinados tanto al comercio interior como al exterior. Este Grupo de Trabajo, muy activo siempre, ha obtenido ya interesantes resultados en cuanto a: la nomenclatura comercial, las normas de clasificación de la madera aserrada de coníferas y de las maderas en rollo y aserrada de teca y otras especies frondosas, las dimensiones y los métodos de ensayo.

Más recientemente, la Comisión, dándose cuenta de la importancia económica de la teca, ha creado la Subcomisión de la Teca, la cual ha celebrado ya su primera reunión en febrero de 1956; ha subrayado la necesidad de formar investigadores que se ocupen de determinar el tamaño óptimo de las parcelas y las observaciones que en ellas conviene hacer, y ha organizado un centro de perfeccionamiento al que han participado varios países de la región.

La Comisión ha creado en fecha más reciente todavía, un Grupo de Trabajo sobre Ordenación de Cuencas Hidrográficas, cuyas actividades parecen destinadas también a tener un gran éxito.

En la región existen numerosos proyectos en curso de ejecución o de preparación. Asimismo se ha constituído un comité de investigaciones forestales que tratará de coordinar, en la medida más conveniente, los trabajos de los organismos de investigación forestal que existen en la región.

Entre otras cuestiones de que se ha ocupado la Comisión merecen citarse:

- la producción de leña, y las posibilidades de aprovechamiento racional de este combustible de interés primordial para ciertos países y en especial para la India;

- la agricultura migratoria, sobre la cual ya se han emprendido estudios tanto en esta región como en otras de clima tropical. Actualmente se están recogiendo datos que permitirán la formulación de recomendaciones apropiadas a las condiciones económicas y sociales;

- el intercambio de semillas forestales selectas;

- la educación del público;

- en colaboración con la Comisión Económica para Asia y el Lejano Oriente, la producción de traviesas y postes y el problema de la vivienda.

En resumen, la labor de la Comisión Forestal para Asia y el Pacífico, se desarrolla felizmente y no cabe duda de que una vez que cuente con el estudio de tipo esencialmente económico antes mencionado como nueva base en que apoyar su acción, los resultados de ésta han de ser todavía mejores.

FIGURA 13. Chopos de 13 años de edad en una plantación experimental de Casale Monferrato.

Foto: Istituto Sperimentale per la Pioppicoltura (Italia)

La Comisión Forestal para el Cercano Oriente

La tarea de interesar en los problemas forestales, por vitales que para ellos sean, a los países de una región donde el abandono de los montes es tan antiguo como tradicional, puede aparecer utópica.

Sin embargo, después de una paciente labor que ha obligado a los representantes de la Dirección a efectuar muchos viajes a dichos países, ha sido posible convocar una Conferencia Regional Forestal que se celebró en 1952 en Amman. Al tratar los diversos aspectos de los problemas forestales, puso de relieve las dificultades con que tropezaban los servicios forestales locales y dedujo unos cuantos principios de acción en cuanto a la elección de una política forestal de repoblación, de propaganda, de ordenación de los pastizales y de utilización de los productos leñosos.

La formación del personal técnico, demasiado poco numeroso, y la ejecución de un programa común de investigaciones retuvieron particularmente su atención. Recomendó a su vez la constitución de una Comisión Forestal para el Cercano Oriente.

Esta Comisión no ha celebrado todavía más que una sola reunión, que tuvo lugar en 1955. Los países de la región manifestaron un gran interés, interés que se vió reforzado por la presencia de representantes calificados de 8 países. Los informes presentados sobre la situación forestal evidenciaron los importantes progresos logrados desde la Conferencia de Aman. Las discusiones versaron principalmente sobre la política forestal y la ordenación del pastoreo en los montes, así como sobre las modalidades de organización de una Escuela forestal regional para la formación de capataces forestales y de un centro regional de investigaciones forestales.

Si todavía es demasiado pronto para juzgar la orientación que ha de tomar la Comisión puede afirmarse que ha iniciado sus labores de manera excelente. Ello se debe a que en esta región, a posar de los grandes obstáculos que se oponen a su aplicación, es relativamente fácil definir una política forestal regional sana. Tal política, en efecto, debe sobre todo proponerse establecer relaciones satisfactorias entre el monte y las otras formas de aprovechamiento de las tierras. Al menos por el momento su definición no exige una base económica más que secundariamente. Esto no quiere decir que sea inútil un estudio del tipo de los que se han llevado a cabo, o se llevarán a cabo para las otras regiones, estudio que, por otra parte, está previsto en el programa de la Dirección de Montes.

Pero si se quiere atender a lo más urgente, no cabe duda de que hace falta, por un lado, tratar de asegurar la conservación de los últimos bosques que quedan y, por otro, ocuparse de la satisfacción de las necesidades más apremiantes en madera, creando plantaciones y sobre todo plantaciones de especies de crecimiento rápido, tales como el chopo o el eucalipto.

La escasez de tierras que se presten a una agricultura intensiva obliga a una coordinación muy estrecha de las plantaciones con la agricultura. Estas plantaciones se harán sobre todo conciliando los valores de producción del monte con sus valores de protección, bajo forma de cortinas de abrigo, repoblaciones destinadas a la fijación de arenas o de plantaciones de regadío, a lo largo de los canales o en bosquetes en los terrenos menos ricos. Por otra parte hay que formular una política que permita la coexistencia del bosque y de un pastoreo cuyas formas extensivas y carácter nómada han de subsistir indudablemente todavía mucho tiempo.

Los técnicos, escasos todavía en la región, tienen ya una cabal noción de la necesidad de una política forestal de este tipo, y la reacción de sus gobiernos ha sido bastante satisfactoria.

La Dirección de Montes, consciente de la importancia que tiene el cultivo del chopo en esta región del Cercano Oriente, organizó en abril de 1954 una Conferencia Regional del Chopo que ofreció a los técnicos regionales la posibilidad de entablar relaciones con los expertos europeos y discutir con ellos los problemas del espaciamiento en las plantaciones y de los métodos modernos de selección, tendientes a un incremento tanto en volumen como en calidad.

Gracias a la cooperación de Siria, los dos proyectos relativos a la Escuela Técnica y al Centro Regional de Investigación respectivamente se hallan actualmente en vías de hecho.

La Comisión ha creado asimismo un Comité de Investigaciones Forestales y un Grupo de Trabajo sobre el Pastoreo en los Montes. En su próxima reunión examinará especialmente los problemas de los derechos de explotación que constituyen una de las principales dificultades para la implantación de toda política forestal en la región.

Otras actividades internacionales

Para tratar de ciertas cuestiones especiales que se refieren a los montes o a la producción de madera, existen Comisiones Internacionales permanentes cuyos trabajos nos interesan directamente debido a su repercusión en las políticas forestales. Este es el motivo por el cual la Dirección de Montes estimó oportuno recomendar y facilitar su creación. Tal os el caso, por ejemplo, de la Comisión Internacional del Chopo y de la Comisión Internacional del Castaño. La Dirección de Montes de la FAO facilita el secretariado de ambas s, gracias a lo cual se beneficia de la labor de expertos sumamente competentes y al dar toda la difusión necesaria a los resultados de sus trabajos hace que las Comisiones Forestales Regionales se muestren muy atentas a las enseñanzas que pueden sacar.

De igual manera la Dirección de Montes, previo acuerdo con la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal, facilita el secretariado de la misma. Esta institución, que permite el contacto permanente entre los especialistas de la investigación en los campos tan variados de la silvicultura, ha conservado su plena independencia. Sus frecuentes contactos con nuestra Dirección nos permiten, sin embargo, fomentar en la medida de nuestros medios la cooperación entre los investigadores, beneficiándonos al mismo tiempo de sus consejos sobre los problemas que interesan a las Comisiones Regionales o a las Misiones de Asistencia Técnica. Cuando los organismos de que hemos hablado no están en condiciones de ocuparse de los problemas técnicos, la FAO organiza conferencias especiales sobre temas de particular interés para los Países Miembros. Tal ha sido el caso en lo que respecta a la tecnología mecánica de la madera, la química de la madera, los problemas del papel y la celulosa, los pastizales forestales y los eucaliptos. Creemos útil dar aquí ciertos detalles sobre estas actividades, cuyo objeto no sólo es llegar a formular recomendaciones de carácter técnico elaboradas por expertos eminentes, sino también promover el intercambio de informaciones entre los técnicos y obtener su conformidad sobre ciertas cuestiones en controversia.

La Comisión Internacional del Chopo

La Comisión Internacional del Chopo fué creada en París en 1947 bajo el auspicio de la FAO y como consecuencia de un Congreso Internacional organizado por el Gobierno francés.

Los países que actualmente forman parte de la Comisión Internacional del Chopo son los siguientes: Argentina, Austria, Bélgica, Egipto, España, Francia, Irak, Irán, Italia, Países Bajos, Reino Unido, República Federal Alemana, Siria, Suecia, Suiza y Turquía. El Pakistán y Yugoeslavia han solicitado su adhesión y los siguientes países han participado en las sesiones de la Comisión o mantienen estrechas relaciones con su secretariado: Canadá, Estados Unidos de América, Corea del Sur, Checoeslovaquia, Chile, Finlandia, Israel, Polonia, Japón y Uruguay.

La Comisión Internacional del Chopo goza en el seno de la FAO de una cierta autonomía: posee sus propios estatutos y reglamento interior. Tiene un presidente y un vicepresidente y sus asuntos corrientes están en manos de un Comité ejecutivo permanente que además de por el Presidente y el Vicepresidente está formado por un representante del Director General de la FAO, el Secretario y nueve miembros.

Desde que fué creada, la Comisión Internacional del Chopo ha celebrado reuniones en Italia (1948), en Bélgica y Países Bajos (1949), Suiza (1950), Reino Unido (1951), Italia (1952), Alemania (1953) y España (1955). Su próxima reunión tendrá lugar en París en 1957. Con motivo de algunas de sus reuniones, se organizaron congresos internacionales a los que asistieron muchos expertos tanto de los países miembros como de los no miembros de la citada Comisión Internacional. Asimismo, bajo los auspicios de la FAO y de la Comisión Internacional del Chopo se organizó en 1953 en Damasco una Conferencia Regional del Chopo para el Cercano Oriente y en noviembre de 1956 en Buenos Aires (Argentina) una Conferencia Regional del Chopo para la América Latina.

La labor de la Comisión Internacional del Chopo se basa, no solamente en los trabajos efectuados durante las reuniones, sino también en las actividades de las comisiones nacionales. Cada país miembro de la Comisión Internacional está, en efecto, obligado a crear una Comisión Nacional encargada de aplicar las recomendaciones de la Comisión Internacional y de poner en conocimiento de la misma los problemas que requieren estudio.

Tales comisiones nacionales se muestran especialmente activas y, aparte sus reuniones periódicas, organizan congresos nacionales o regionales acompañados de viajes de estudio y de discusiones sobre el terreno. Reuniones de este tipo se han celebrado en Italia, Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Turquía, etc.

Durante sus reuniones, la citada Comisión Internacional ha examinado los problemas que plantea el chopo desde la producción hasta el consumo.

En cada reunión acompañada de un viaje de estudio, se intercambia numerosa documentación y se establecen entre los expertos contactos de gran utilidad.

La experiencia adquirida en el transcurso de los 10 primeros años de actividad ha sido recogida por el Comité Ejecutivo permanente en un trabajo titulado Los chopos en la producción de madera y la utilización de las tierras, trabajo que será presentado en tres idiomas en la próxima reunión que se celebrará en París en mayo de 1957.

Los trabajos de la Comisión pueden resumirse brevemente como sigue:

IDENTIFICACIÓN Y NOMENCLATURA

La Comisión, en el cuadro de las nomenclaturas hortícola y botánica ha establecido una nomenclatura para el género Populus y sobre todo para la sección Aigeiros. Además ha recomendado a los países que efectúen inventarios sirviéndose de una ficha de descripción normalizada; la creación de populetos de colección y la institución de un control varietal, medidas absolutamente indispensables con el fin de propagar e introducir exclusivamente chopos de origen y calidad acreditada. Por último, la Comisión ha asumido el carácter de autoridad internacional para el registro de los nombres de chopos.

La Comisión, que sobre todo se ha dedicado al estudio de los chopos negros, amplió más tarde sus estudios a los chopos blancos y a los temblones y actualmente se propone estudiar los sauces sin olvidar las secciones Tacahamaca y Turanga.

TÉCNICAS DE CULTIVO

A lo largo de las reuniones se ha intercambiado una numerosa documentación sobre técnicas de vivero y de plantación. La cuestión de los marcos que conviene adoptar; espaciamiento, aclareo, poda, abonado y cultivos asociados, ha absorbido la atención de la Comisión. Esta también se ha ocupado de comparar los incrementos obtenidos en los lugares elegidos y después de haber recomendado a los países el empleo de métodos estadísticos para sus ensayos, se ocupa de la normalización de los términos que conviene emplear y de las mediciones que hay que efectuar.

INSECTOS Y ENFERMEDADES

La Comisión ha preconizado la realización de encuestas nacionales sobre las plagas de insectos y enfermedades y ha recomendado ciertas normas para el intercambio de estaquillas entre los países de un mismo continente o entre distintos continentes. Actualmente se lleva a cabo una encuesta sobre Dothichiza Populea y se proyecta el empleo de métodos estadísticos para aplicar en dicha encuesta.

GENÉTICA Y SELECCIÓN

Aunque esta cuestión no ha sido objeto de recomendaciones especiales, ha sido tratada en cada una de las reuniones.

EXPLOTACIÓN Y UTILIZACIÓN

Gracias al empleo de una, ficha de ensayo (características físicas, químicas y mecánicas) en estrecha relación con los comités de tecnología de la madera de la FAO, la Comisión ha facilitado el intercambio de datos sobre las propiedades de los diversos clones cultivados. La ficha establecida referente a las mediciones que hay que efectuar sobre el terreno inmediatamente después del apeo, ha de permitir a los países que no cuentan con laboratorios de tecnología o de análisis químico, el envío de sus maderas al exterior para someterlas a ensayos mecánicos y químicos.

La Comisión se preocupa asimismo de relacionar los resultados de los ensayos industriales con los clones empleados y con las condiciones de crecimiento por medio de ensayos de laboratorio. Dado que los ensayos de laboratorio no han resultado suficientes, la Comisión está estudiando la realización de ensayos semiindustriales tendientes a salvar la citada deficiencia.

En lo que se refiere a los estudios sobre las enfermedades del chopo y sobre explotación y utilización, la Comisión ha creado dos grupos de trabajo que se reúnen durante las sesiones.

La Comisión Internacional del Castaño

En 1950 fué organizada en Francia, en colaboración con la FAO, una «Semana internacional del castaño». Como resultado de la reunión, donde fueron discutidos los problemas que plantea el cultivo del castaño, fué creado un grupo de expertos y elaborado un programa de labores. Dicho grupo de trabajo celebró una reunión en Italia y Suiza en 1951 y recomendó la constitución de una Comisión Internacional del Castaño que funcionara a semejanza de la Comisión Internacional del Chopo. Esta recomendación fué aprobada por la Conferencia de la FAO del mismo año y, previa consulta del Director General de la FAO con los Estados interesados, se creó la Comisión Internacional en 1952. La Comisión Internacional del Castaño ha celebrado una reunión en España y Portugal en 1953 y otra en Italia en 1955.

Después de haber estudiado la situación en lo que se refiere a las enfermedades del castaño y a los medios de combatirlas, la distribución y constitución de los castañares, las condiciones ecológicas de las estaciones, la conservación de las castañas, el aprovechamiento de los productos del castañar, la Comisión ha orientado su actividad, durante su última reunión, hacia estudios económicos y sociales. En efecto, ha podido comprobar que la principal crisis que afectaba al castaño se debía a transformaciones registradas en la economía rural y que convenía reconsiderar la cuestión de dar una nueva afectación a las tierras ocupadas hasta la fecha por los castañares. La Comisión del Castaño ha trazado de esta manera las directrices principales de la nueva política que hay que seguir.

Investigaciones forestales

La historia de la cooperación internacional en materia forestal se inició en 1893 con la creación de la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (UIOIF) debida a la iniciativa de los forestales escandinavos y alemanes. Hasta 1910 se organizaron algunos congresos. En 1929 fué restablecida dicha unión en Estocolmo y en aquel momento sus miembros representaban a 21 países.

La creación del Centro Internacional de Silvicultura y del Comité Internacional de la Madera, organismos ambos que se interesaban por las investigaciones forestales originó un cierto número de antagonismos.

La segunda guerra mundial trajo consigo una cierta desorganización de la UIOIF. La Comisión interina que preparaba el futuro programa de labores de la FAO, recomendó que la UIOIF fuera absorbida por la nueva organización, decisión que fué ratificada en Quebec por el Primer Período de Sesiones de la Conferencia de la FAO. El Director de Montes, después de haber estudiado cuidadosamente esta delicada cuestión, no creyó oportuno cumplir tales recomendaciones y se limitó a proponer una colaboración estrecha entre la UIOIF reconstituida y la Dirección de Montes de la Organización. Fué en el Congreso de la UIOIF, celebrado en 1948 en Zurich, que se llegó a un acuerdo, más tarde aprobado por la Conferencia de la FAO. Según este acuerdo la UIOIF conserva su autonomía, pero la Dirección de Montes de la FAO se encarga de facilitar el secretariado y puede como contrapartida solicitar a la UIOIF que emprenda ciertos proyectos de investigación indispensables para la labor forestal de la FAO. Este acuerdo fué suscrito en 1949 entre el presidente de la UIOIF y el Director General de la FAO y sigue todavía en vigor. Gracias a él la UIOIF ha podido ampliar el número de sus miembros, que ha pasado de 59 a 154, así como aumentar su zona de influencia. De 28 países en 1949 a 50 países en 1956.

Esta colaboración ha permitido un contacto más estrecho y un intercambio de información más perfecto entre los investigadores y las instituciones.

En 1949 se creó un Comité Bibliográfico Mixto FAO/UIOIF con un presidente independiente, cargo para el que fué elegido el profesor Saari. El primer trabajo de este Comité fué establecer de acuerdo a los planes que le fueron presentados por el Commonwealth Forestry Bureau de Oxford un nuevo sistema de clasificación llamado a reemplazar al sistema de Flury que había quedado un poco anticuado. Esta clasificación decimal llamada de Oxford ha obtenido la aprobación unánime de los medios competentes y se está adoptando progresivamente.

El Comité, además, ha acometido, como veremos más adelante, la tarea de preparar un vocabulario forestal multilingüe.

Gracias a nuestro Programa Ampliado de Asistencia Técnica hemos podido ayudar a algunos países como Austria, Birmania, Chile, México y Yugoeslavia a organizar, planificar y equipar sus instituciones de investigación forestal.

Mediante la organización de Comités de Investigaciones Regionales y el establecimiento de Centros Regionales de Documentación e Investigación, tales como los creados en el Cercano Oriente y la América Latina, esperamos fomentar el espíritu de investigación, el enlace y el intercambio de informaciones, gracias a una colaboración que ha de permitir eliminar toda duplicación de empleo y asegurar una utilización más racional de los fondos, muy limitados todavía, de que se dispone para estos fines, sobre todo en las regiones insuficientemente desarrolladas.

FIGURA 14. Las plantaciones en hileras a lo largo de carreteras y canales constituyen en muchos países una útil fuente de madera. Ejemplo de Populus deltoides (missouriensi) utilizado para tal fin en los Países Bajos.

Foto: G. Houtzagers

Los Congresos forestales mundiales

Antes de la creación de la FAO se habían celebrado dos Congresos forestales mundiales, uno en 1926 en Roma y el otro en 1936 en Budapest. Ambos congresos habían desempeñado un papel sumamente útil, ya que gracias a ellos pudieron establecerse intercambios de opiniones y contactos entre los técnicos en montes y productos forestales de todos los países. Se vió que la Dirección de Montes podía también sacar considerables beneficios y por ello prestó su más completo apoyo a los organizadores de los dos últimos congresos y se propone continuar haciéndolo para los sucesivos.

Mediante las Comisiones Forestales Regionales, sus Grupos de Trabajo, las Misiones de Asistencia Técnica, e incluso hasta cierto punto las Conferencias Técnicas que se encargan de convocar, los funcionarios de la Dirección de Montes, están en contacto con los representantes oficiales de los gobiernos. Es evidente que existen casos en que los participantes a las reuniones de dichos organismos actúan exclusivamente en calidad de técnicos, pero el propio hecho de que sean designados oficialmente por sus respectivos gobiernos, hace que se hallen más o menos vinculados a los puntos de vista de éstos últimos. Además, los programas de estas reuniones se limitan a temas relativamente restringidos. Por el contrario, los Congresos forestales organizados enteramente por el país que se presta a servir de huésped están abiertos a todos los técnicos de montes y productos forestales. Les ofrecen oportunidad de entablar entre sí contactos directos y les asegura un vasto foro para la expresión de sus opiniones personales y absolutamente independientes. La convergencia de estas opiniones permite a la FAO orientar sus acciones futuras por caminos cuya seguridad garantizan el perfeccionamiento de las ciencias y de las técnicas.

La función de estas reuniones ha quedado bien definida en el último congreso. Consiste esencialmente en «asegurar un acopio y una confrontación de las experiencias y de los conocimientos en materia forestal que permitan orientar útilmente la elección de los métodos que hay que emplear para aplicar las políticas forestales».

La FAO, no sólo ha prestado su apoyo a los dos últimos congresos forestales mundiales, sino que también se ha esforzado en cierta medida, en orientar sus debates sobre aquellos temas que, habida cuenta de las circunstancias del momento, podían ejercer una mayor influencia sobre el ulterior desarrollo de la economía forestal mundial. Así, durante el torcer Congreso celebrado en 1949 en Helsinki, se han examinado especialmente los métodos capaces do dar la máxima eficacia EL una acción mundial en pro del bosque. A este objeto se solicitó a la FAO que se encargara do preparar los «Principios de política forestal» a los cuales nos hemos referido y se lanzó la idea de un vocabulario forestal multilingüe destinado a facilitar a los técnicos la comprensión mutua de los problemas que han de tratar en el plano internacional. Es esta una labor larga emprendida conjuntamente con la UIOIF y que actualmente se halla en buen camino gracias a la colaboración desinteresada del Commonwealth Forestry Bureau.

El tema del cuarto Congreso de Dehra Dun, India, (1954) era el estudio de la función del bosque y de las industrias forestales en el aprovechamiento de la tierra y la economía general de los países. El caso de los bosques tropicales fué especialmente examinado ya que el gran problema que se les plantea a los forestales y a los técnicos en materia de productos forestales es precisamente la incorporación de estos bosques tan poco productivos hasta la fecha en el fomento de las economías nacionales. Las recomendaciones del Congreso han permitido a la Dirección de Montes concentrar su acción para los próximos años, previa conformidad de la Conferencia de la FAO, sobre ciertos problemas particulares, tales como la ordenación de las cuencas hidrográficas, la explotación de las selvas vírgenes o poco aprovechadas y el fomento del empleo de especies tropicales.

Sin embargo, hasta ahora la orientación que se daba a los debates del Congreso se determinaba más bien mediante acuerdo entre el país organizador y la Dirección de Montes. Esta ha visto con gran satisfacción la decisión adoptada por el último Congreso de encomendar la preparación de los futuros congresos y la elección de las grandes líneas de discusión a un Comité internacional formado por los representantes de 13 países y de la FAO. Así será como se organizará el quinto Congreso forestal que se reunirá en 1960 y cuyos preparativos se hallan en curso.

FIGURA 15. Los eucaliptos se plantan frecuentemente como especies de crecimiento rápido. A la derecha, varios pies de Eucalyptus gomphocephala, de 20 años. A la izquierda, un E. rostrata.

Foto: FAO

Las plantaciones de árboles de crecimiento rápido - Eucaliptos

La Dirección de Montes de la FAO, consciente de las crecientes necesidades de madera y de los problemas que plantea la conservación de suelos, se ha preocupado desde un principio del papel que podían desempeñar las especies de crecimiento rápido en una política forestal moderna.

En este campo nuestra labor se efectúa principalmente en colaboración con las comisiones forestales regionales y sus grupos de trabajo sobre repoblación. Nuestros esfuerzos se orientan ante todo hacia el empleo de semillas y material de vivero de calidad y sobre los híbridos obtenidos por selección o cruzamiento. Hemos iniciado una serie de publicaciones sobre los diferentes aspectos de las técnicas de vivero y de plantación.

FIGURA 16. Los estudiantes que estudiantes parte en el Viaje de Estudios Silvícolas, organizado en Checoeslovaquia en 1956, escuchan las explicaciones de uno de los directores de la expedición.

Foto Leibundgut

Pero entre los árboles que se emplean para estos fines, y aparte los chopos de que ya hemos hablado, hemos dedicado nuestra atención a uno de ellos en particular. Se trata del eucalipto, cuyas numerosas especies adaptadas a condiciones ecológicas diferentes o que presentan grandes dificultades de aclimatación y los productos muy variados que pueden suministrar, le destinan a ocupar un lugar de elección entre los árboles más apreciados para la repoblación. Los intentos de introducir eucaliptos, que desde el siglo pasado se llevan a cabo un poco en todas partes, así como los resultados hasta ahora obtenidos, constituyen para todos una garantía de éxito.

Los eucaliptos pueden utilizarse hasta cierto punto en la tradicional labor de conservar los montes existentes, pero su empleo principal será en la reconstitución de aquellos montes excesivamente degradados, donde los métodos silvícolas son ya insuficientes, o en extensión del bosque a terrenos denudados, principalmente en regiones semiáridas y subtropicales.

Otro aspecto interesante del empleo de los eucaliptos en el fomento de las zonas semiáridas, es la posibilidad que ofrecen de cultivarlos bajo diversas formas en medio de cultivos agrícolas cuyo rendimiento contribuyen a aumentar. Al incremento de la producción agrícola obtenido gracias a la protección de los árboles, hay que añadir una apreciable producción de madera, producción que contribuye al equilibrio de las explotaciones agrícolas y a su mejora mediante inversiones que reportan ganancias suplementarias.

También merecían atención los programas de utilización. La gran adaptabilidad y plasticidad de los eucaliptos han inducido algunas veces a los usuarios a creer que podían siempre exigir la especie más adecuada para sus propósitos. La provisión de madera de las calidades exigidas por la industria consumidora constituye evidentemente un deber del productor, pero la experiencia demuestra hoy día que, no obstante, se imponen ciertos límites al empleo de algunas especies y que hay casos en que el usuario debe esforzarse en emplear los productos que se le ofrecen para lo cual hace falta emprender las investigaciones necesarias y elaborar nuevas técnicas.

El cultivo y el conocimiento de los eucaliptos tienen, por tanto, una gran importancia. Los eucaliptos pueden ofrecer la solución deseada en la ejecución de los programas de plantación o repoblación, ya sea el objetivo de estos trabajos de orden físico, económico o social. El cultivo del eucalipto constituye pues un acontecimiento importante en el desarrollo de las modernas políticas forestales, y éste es el motivo por el cual la Dirección de Montes de la FAO se ha preocupado de su estudio en un plano internacional, paralelamente a los estudios que lleva a cabo el Grupo de Trabajo sobre el Eucalipto de la Subcomisión Mixta de Problemas Forestales del Mediterráneo de que ya hemos hablado.

Por lo pronto, un viaje de estudios organizado de acuerdo con el Programa Ampliado de Asistencia Técnica, permitió a los participantes estudiar in situ, en Australia al eucalipto en su hábitat de origen. Este viaje de estudios fué un éxito gracias a la amabilidad y a la experiencia de los servicios forestales australianos y de él se sacaron útiles enseñanzas.

En un artículo que publicó después Unasylva (Vol. 10, N° 3, 1956) se planteó la cuestión del eucalipto y se señaló el papel que este género podía desempeñar en las labores de forestación. También se ha publicado en tres idiomas el estudio titulado El Eucalipto en la repoblación forestal, donde se recogen los conocimientos actuales sobre este género y esta obra que se prevé ha de alcanzar una gran difusión, ofrece a los gobiernos y a los expertos una documentación básica de fácil consulta.

Por último, en octubre de 1956, se celebró en Roma una Conferencia mundial, donde se examinó el conjunto de problemas que planteaba el eucalipto desde su producción a su aprovechamiento. Noventa especialistas procedentes de 26 países interesados discutieron los temas siguientes: introducción de nuevas especies en determinadas condiciones; ordenación de las masas artificiales así creadas y mejor aprovechamiento de sus productos. Se llegó a un acuerdo para preparar un programa de actividades comunes, principalmente en el campo de las investigaciones, con vistas a la coordinación de las mismas y a la rápida divulgación de los resultados obtenidos.

FIGURA 17. Un grupo estudiantes observa una Demostración de carga durante la celebración del curso de capacitación en técnicas de explotación forestal, organizado por la FAO para el Lejano Oriente en Filipinas.

Foto: H. G. Keith

Viajes de estudios y centros de capacitación

Los viajes de estudios y los centros de capacitación constituyen asimismo otra forma de acción internacional que permite estudiar ciertos problemas determinados y lograr que los técnicos se mantengan informados y se familiaricen con los métodos elaborados en los países más desarrollados.

El presupuesto especial del Programa Ampliado de Asistencia Técnica nos ha permitido organizar un cierto número de estos viajes y centros de capacitación. Los más interesantes fueron los siguientes:

Un viaje de estudios sobre la lucha contra los incendios forestales a los Estados Unidos en 1951, en colaboración con la Administración de Cooperación Económica y al cual participaron durante cinco semanas 35 forestales de 23 países. El programa abarcaba la observación sobre el terreno de los métodos de prevención contra el fuego; el estudio del comportamiento de los incendios en el bosque; los métodos de predicción del peligro de incendio y medidas contra el mismo; la planificación de los sistemas de extinción; la organización de la lucha contra el fuego; los modelos y el empleo del equipo necesarios y la formación del personal especializado.

Durante seis meses 40 técnicos elegidos de once países asiáticos participaron en las Filipinas a un centro de capacitación y demostración en materia de operaciones mecánicas de apeo, desembarque y transporte de la madera, ocasión que se aprovechó para instruirles también acerca de los aspectos culturales de estas operaciones en condiciones tropicales.

El viaje de estudios a Checoeslovaquia permitió que 20 países enviaran en julio de 1956 a dicha nación a 35 silvicultores para observar los resultados de las investigaciones forestales y su aplicación en la ordenación de las masas puras de coníferas (monocultivo) y de las masas mistas (coníferas y frondosas). Se llamó la atención de los participantes sobre la importancia acordada a la elección de especies, teniendo en cuenta las condiciones edáficas y climáticas, en las operaciones de repoblación emprendidas en vastas extensiones.

También durante el verano de 1956 se organizó, en colaboración con el Gobierno soviético, un centro de información y un viaje de estudios a la U.R.S.S. , al que participaron una veintena de forestales pertenecientes a 12 países, en los cuales la creación y la utilización de plantaciones y montes naturales para la lucha contra la erosión y la protección de los cultivos agrícolas, es a la vez indispensable y particularmente difícil dadas las condiciones climáticas, económicas y sociales que en ellos prevalecen. Dichos forestales no sólo pudieron examinar las técnicas elaboradas a este respecto por los forestales soviéticos, sino también darse una idea de conjunto tanto de la política forestal de la U.R.S.S. , principalmente en lo referente a una estrecha vinculación del bosque y de la agricultura en el aprovechamiento de la tierra como de la organización de los servicios encargados de aplicar tal política.

Estos viajes de estudio y estos centros de capacitación o de información permiten a los forestales que participan en ellos obtener informaciones técnicas valiosísimas, ya que éstos tienen ante sí ejemplos sobre los que pueden discutir con los expertos que los han realizado, y aplicarlos luego adaptándolos a sus respectivos países.

Eliminación del desperdicio y mejor utilización

En el campo de la explotación forestal se ha dedicado en escala internacional especial atención a numerosos problemas relativos a la reducción del desperdicio; a la racionalización de la producción mediante la modernización y mecanización de las operaciones; al mejoramiento de la calidad de los productos entregados al consumidor, gracias a los progresos tecnológicos de la conservación de la madera y a la normalización de la clasificación de los productos forestales. En este sector la Dirección de Montes ha contado con la ayuda de dos cuadros técnicos: uno sobre química de la madera y el otro sobre tecnología mecánica de la madera.

Toda buena explotación y toda industria racional de transformación necesitan un equipo adecuado. La Dirección de Montes se ha ocupado, en consecuencia, de reunir una abundante documentación sobre los diferentes materiales empleados. Por medio de sus Notas sobre material de explotación forestal que alcanzan actualmente una gran difusión, se llama la atención de los forestales sobre los utensilios y maquinaria de fabricación reciente, creados especialmente para la explotación forestal o que se pueden adaptar a ella, lo que permite una mayor mecanización de las operaciones. En el mismo orden de ideas se ha publicado un Repertorio general de los tractores de ruedas y de oruga que se construyen en el mundo, así como estudios especiales sobre los adelantos en la producción de carbón de leña y sobre el empleo de la madera como combustible para la calefacción la cocina.

Ya hemos hablado del centro técnico sobre apeo organizado en las Filipinas. Un Grupo de Trabajo mixto FAO/CEE estudia los mejoramientos que conviene introducir en las explotaciones forestales. Dicho Grupo, en colaboración con la Oficina Internacional del Trabajo, se ocupa de la formación de obreros forestales, del rendimiento y de la racionalización de las diferentes operaciones forestales, y además del ensayo y empleo de equipos y maquinaria desde los más sencillos instrumentos manuales hasta sierras mecánicas, tractores, etc.

En el campo de la tecnología mecánica de la madera, el grupo de trabajo especializado ha trabajado para conseguir el empleo de máquinas e instrumentos perfeccionados con vistas a aumentar la producción reduciendo al mismo tiempo los residuos en las operaciones de conversión. Bajo los auspicios de este grupo se han celebrado tres conferencias mundiales sobre tecnología mecánica de la madera, la última en París en mayo de 1954, en la que participaron 54 especialistas procedentes de 26 países miembros. Gracias a la labor de este grupo de trabajo y a estas conferencias se han logrado marcados progresos especialmente en lo que se refiere a normalización de los ensayos de las propiedades mecánicas y físicas de la madera; tableros de fibra y demás productos derivados de la madera; clasificación según criterios estructurales; normalización de los productos; perfeccionamiento de los métodos de aserrío; impregnación ignífuga, etc.

Al hablar de los residuos y de su reducción, cabe lógicamente pensar en su posible aprovechamiento. Algunos de ellos y principalmente los residuos de corta pueden utilizarse para la fabricación de pastas; otros pueden ser transformados por la industria química en productos utilizables, tales como alcoholes polihídricos y levaduras para piensos; el cuadro técnico sobre química de la madera nos prestó valiosa ayuda a este respecto en nuestro trabajo y en su orientación.

Tableros de fibra y tableros de madera aglomerada

Un aspecto muy importante que compete por igual al grupo técnico sobre química de la madera y al grupo técnico sobre tecnología mecánica de la madera, es la producción de tableros de fibra, tableros aislantes y tableros de madera aglomerada, fabricados con este material o con sus residuos. Este campo de utilización, en rápido auge, ofrece uno de los medios más prometedores para la fabricación de una gran variedad de productos forestales, a base de especies de calidad inferior o que no habían sido utilizadas hasta ahora, o bien de diferentes tipos de residuos de corta o de producción industrial. El advenimiento de la industria de los tableros de fibra constituye en efecto uno de los fenómenos más sorprendentes de la reciente evaluación de la industria maderera. Este acontecimiento tuvo lugar hacia 1925 y la producción de este artículo que antes de la guerra no llegaba sino a unos centenares de millares de toneladas, ha alcanzado hoy día la cifra de 3 millones de toneladas. Esta producción es económicamente factible con unidades bastante pequeñas, y por tanto, con inversiones relativamente poco importantes. Exige, asimismo, una formación técnica menor que en industrias más complejas, tales como la de la pasta y el papel. Por consiguiente, ofrece un interés particular para los países insuficientemente desarrollados, donde podrían fabricarse materiales de construcción de alta calidad por una industria local basada en recursos incluso poco importantes y de calidad mediocre.

A este respecto, la labor de la Dirección de Montes ha consistido en examinar ante todo con cuidado la base técnica de tal utilización. Así se hizo en una reunión del Grupo de Trabajo sobre química de la madera celebrada en Israel en abril de 1956. También se ha ocupado de los problemas químicos fundamentales que plantean los tratamientos aplicados a la madera en el proceso de fabricación de los tableros. A principios de 1957 se celebrará en Ginebra una consulta internacional sobre los tableros duros, tableros aislantes y tableros de madera aglomerada. A ella se invitará a industriales, fabricantes de maquinaria y especialistas en la comercialización de este producto del mundo entero, así como especialistas de la investigación y de la industria. Se discutirá la situación actual de estos productos interesantes y relativamente nuevos, que representan un acontecimiento en el aprovechamiento de la madera; se estudiará cuáles son las materias primas utilizables para estas nuevas industrias; los métodos de fabricación; costos de producción de los procedimientos actuales o en proyecto y se determinarán asimismo las futuras necesidades de la investigación en esta industria que progresa rápida y constantemente. No sólo nos proponemos favorecer el intercambio internacional de informaciones técnicas y de experiencias prácticas con el fin de aumentar la producción, sino también orientar una producción en aumento hacia direcciones no sólo técnica sino económicamente justificadas en interés de todos nuestros Estados Miembros.

Pasta y papel

Para ayudar a los pueblos a salir de la miseria no basta ofrecerles una alimentación mejor, ropa y habitaciones decentes, sino que hay también que pensar en combatir el analfabetismo y facilitarles la instrucción indispensable. Así en el mundo actual, el papel de imprenta que hace falta para lograrlo, es una necesidad casi tan esencial como la comida, el vestido y la vivienda.

Por ser el papel un producto que se obtiene casi exclusivamente de la pasta de madera, la Dirección de Montes desde sus albores se ha preocupado de estos productos forestales, productos a los cuales recientemente incluso se ha dado una importancia especial en nuestro programa de labores. Es interesante proceder a una breve recapitulación de la labor de la Dirección en este campo, ya que constituye un excelente ejemplo de colaboración entre las Naciones Unidas y sus organismos especializados.

Ya en 1947, la UNESCO alertaba a la opinión pública sobre el problema de la insuficiencia de la producción y sobre las disparidades existentes en la distribución de la pasta y de sus productos. En 1949 la FAO convocó una Conferencia Preliminar sobre los Problemas Mundiales de la Pasta, cuyo objeto era determinar para el período de 1950 a 1959 las necesidades y las posibilidades de producción.

La gravedad del problema se acentuó aun más dos años a consecuencia del vertiginoso aumento de la demanda de esta materia prima en 1951. La producción de papel de periódico no bastaba a cubrir una demanda que como resultado del acaparamiento había aumentado desmesuradamente. Los precios subieron rápidamente y, uno tras otro, los países proclamaron las dificultades con que tropezaban para satisfacer sus necesidades más esenciales. En primera fila, estaban, como es natural, los países importadores. La UNESCO emprendió una campaña para hacer frente a esta situación, campaña que fué apoyada por el Consejo Económico y Social en su reunión de septiembre de 1951. El ECOSOC hizo un llamamiento a todos los órganos y organismos especializados competentes de las Naciones Unidas, con vistas a iniciar acciones de largo plazo tendientes a satisfacer tanto la demanda efectiva como la potencial de todos los países.

La contribución particular de la FAO en esta campaña, en la cual ha colaborado estrechamente con la UNESCO, las Naciones Unidas y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, así como con las diferentes comisiones económicas regionales de las Naciones Unidas, ha consistido en:

a) el envío a 24 países que así lo solicitaron de misiones de estudio para determinar, de acuerdo con las autoridades locales competentes, hasta qué punto el potencial de materia prima y los demás factores de producción, permitían una expansión de la producción de la pasta y del papel;

b) la convocación en Roma de una Reunión Consultiva sobre la Pasta y el Papel a la que asistieron los principales especialistas del mundo y la publicación de sus conclusiones bajo forma de un estudio titulado Raw Material for more Paper, estudio en el que se incorporaron los datos más recientes sobre las posibilidades de empleo de nuevos materiales en la fabricación de pastas;

c) la publicación, en colaboración con la Comisión Económica para América Latina, de un estudio preliminar de carácter regional titulado Posibilidades de desarrollo de la industria de papel y celulosa en la América Latina.

d) la publicación en colaboración con los demás organismos competentes de las Naciones Unidas de un estudio sobre Recursos mundiales en pulpa de madera y papel y perspectivas para el futuro.

e) la creación de una Junta Consultiva para Pruebas de Papel y Celulosa;

f) la convocación, conjuntamente con la Comisión Económica para la América Latina y la Administración de Asistencia Técnica de las Naciones Unidas, de una Conferencia de Expertos de Papel y Celulosa en la América Latina que examinó detalladamente las perspectivas de desarrollo de esta industria en dicha región, así como los problemas técnicos y económicos que implicaría. La publicación de las actas y documentos de dicha Conferencia hace accesible una gran cantidad de material inédito de sumo interés para el establecimiento de tales industrias en las regiones insuficientemente desarrolladas;

g) el establecimiento, en colaboración con las mismas organizaciones que en (f) de un órgano consultivo en la región latinoamericana, encargado de informar a los gobiernos y demás personas, interesadas sobre las posibilidades de realización de proyectos concretos.

Estos son los puntos sobresalientes de nuestra actividad en este campo. Sin embargo, ellos no representan sino una parte de nuestros esfuerzos. Se trata de un problema de largo plazo y tan solo una labor paciente y sostenida puede reportar frutos. Casi todos los aspectos de nuestro programa forestal contribuyen directa o indirectamente a su solución: las informaciones estadísticos y económicas ayudan a situar el problema en el cuadro general; la asistencia que prestamos para la elaboración de inventarios forestales revela los recursos potenciales; la divulgación de las informaciones relativas a las especies de crecimiento rápido y a las materias primas de naturaleza no leñosa, ofrece elementos para la expansión de la producción de materias primas para estas industrias; el intercambio de datos técnicos sobre los procedimientos modernos de fabricación de pasta facilita la planificación de nuevas industrias. La FAO presta continua asistencia y consejo por intermedio de sus misiones de asistencia técnica, de las cuales hay varias que, en este momento, están actuando en los países siguientes: Filipinas, Honduras, Indonesia y Vietnam. Gracias a la labor de estos últimos años empieza a ser aprovechable un potencial de recursos. Nos referimos a las especies frondosas de los bosques tropicales que hasta ahora no se consideraban aptas para la fabricación de pasta y papel.

Esta acción sólo puede, como es lógico, dar fruto a largo plazo y por el momento es imposible apreciar los resultados. Sin embargo, ya podemos señalar síntomas alentadores, así, mientras que hasta 1950 la producción de la pasta y el papel aumentaba con más rapidez principalmente en las regiones industrialmente adelantadas, todo hace suponer que durante los últimos cinco años esta disparidad de desarrollo tiende a desaparecer. Los países de las regiones insuficientemente desarrolladas comienzan a darse cuenta del papel que pueden desempeñar la pasta y el papel en la implantación de programas económicos bien equilibrados. El lograr una colaboración estrecha entre la FAO y los otros organismos interesados de las Naciones Unidas constituye a nuestro juicio el medio más eficaz para conseguir un mejoramiento tal que permita evitar una penuria de papel capaz de entorpecer el progreso material, cultural y educativo en los países insuficientemente desarrollados del mundo.

FIGURA 18. Canadá es otro gran país cuya economía y evolución potencial dependen en gran parte de sus recursos forestales. Las exportaciones canadienses de papel de periódico representan el 80 por ciento del total de envíos mundiales. Canadá fué el país hospedante de la primera conferencia organizada por la, FAO sobre la pasta y el papel, que se celebro en Montreal, en 1949.

Foto: National Film Board

Vivienda

Con objeto de satisfacer uno de los objetivos de la Organización de las Naciones Unidas, a saber, elevar el nivel de vida, hay que proveer también de habitación adecuada a las poblaciones del mundo. La solución de este problema entra, en cierto modo, dentro del campo forestal, ya que en la construcción de viviendas se suelen emplear todavía en proporción importante materiales de madera, proporción que algunas veces alcanza el 90 por ciento. Debido a que la crisis de la vivienda es mucho más aguda en Asia que en ninguna otra región del mundo y a que, en los países asiáticos, la vivienda ocupa tan importante lugar en la planificación económica y social, es lógico que las actividades de la Dirección de Montes a este respecto se orienten en primer lugar hacia Asia donde colabora con la Comisión Económica para el Lejano Oriente y los Centros Regionales para la Vivienda en Indonesia y en la India. Las principales cuestiones que se están tratando en este momento se refieren a las características tecnológicas del bambú y de la madera de construcción, al aumento de la durabilidad y al perfeccionamiento de los métodos de preservación, así como a la introducción de nuevos materiales de construcción, tales como tableros de fibra y de madera aglomerada. La experiencia demuestra que muchas especies que todavía no han sido aprovechadas para la construcción son perfectamente capaces de reemplazar a maderas preciosas, tales como teca y shorea, y que con un tratamiento adecuado sus maderas adquieren una durabilidad igual a la de las especies empleadas tradicionalmente.

Acción en el plano nacional - Asistencia técnica directa

Todo esfuerzo internacional se emprende con vistas a obtener ciertos resultados que las más de las veces no pueden lograrse más que en un plano nacional; el conjunto de estas acciones particulares o colectivas indica el grado de los progresos conseguidos en los campos de actividad que incumben a la organización en cuestión. Pues bien, durante mucho tiempo la puesta en práctica en un plano nacional de las conclusiones internacionales ha tropezado con tales obstáculos que cuando estalló la segunda guerra mundial, se habló mucho del fracaso de la Sociedad de Naciones y de las Organizaciones internacionales.

En efecto, de nada sirve un informe técnico o incluso político por bueno que sea, si los gobiernos y las administraciones a quienes está destinado lo archivan en lugar de hacer el esfuerzo necesario para poner en práctica sus conclusiones. La más armoniosa de las conferencias internacionales no es sino una pérdida de tiempo si sus recomendaciones se convierten en letra muerta, y esto es efectivamente lo que ocurre, sobre todo en los países menos adelantados, cuando no poseen ni los conocimientos, ni los técnicos, ni el equipo necesarios para sacar provecho de los trabajos internacionales.

Aprovechando las lecciones de un pasado reciente, el período de postguerra se caracteriza por la introducción en la acción internacional de un nuevo método, que podemos calificar, sin exageración, de acontecimiento histórico en este campo. A este método se le ha dado el nombre de Asistencia Técnica, pero sería más exacto denominarle de acción técnica en escala nacional o asistencia directa, ya que, en muchos aspectos, una gran parte de la actividad de la FAO, principalmente en materia de montes, representa también una asistencia técnica, por lo menos indirecta. En efecto, los técnicos que participan en las diferentes reuniones internacionales se enteran de los progresos realizados en el campo de la investigación y de la técnica; de esta forma tienen oportunidad de informarse de las medidas adoptadas por ciertos países para salvar, en condiciones parecidas, las dificultades con que ellos mismos se tropiezan.

La experiencia ha demostrado, no obstante, que esta asistencia indirecta, bajo forma de reuniones o de publicaciones, no basta. Necesita completarse mediante una acción más directa, la cual, sin embargo, no debe herir las susceptibilidades nacionales, ni menoscabar el concepto de soberanía nacional. La introducción de la asistencia técnica directa ha permitido salvar estas dificultades. Cabe indicar que la noción de «asistencia técnica» se encuentra ya expresada en el Artículo 1° de la Constitución de la FAO. Pese a ello, durante los primeros años de vida de la Organización las limitaciones del presupuesto rara vez permitían la aplicación de las disposiciones de dicho artículo. Sólo después de formular el Presidente Truman su programa de asistencia técnica bilateral conocido por el nombre de «Punto Cuatro», fué posible que las Naciones Unidas y sus organismos especializados, entre los cuales se cuenta la FAO, emprendieran a su vez una verdadera acción de asistencia técnica internacional de cierta envergadura.

Actualmente las actividades de asistencia técnica de la Dirección de Montes absorben cada ano cantidades que representan el doble de su presupuesto ordinario. Este presupuesto ordinario sirve para pagar a los funcionarios de la Dirección; organizar reuniones internacionales y preparar publicaciones, mientras que los fondos del Programa Ampliado de Asistencia Técnica se reservan para el envío de expertos en misión a los países que así lo solicitan, la concesión de becas para la formación de forestales y demás técnicos; la instalación de equipo y maquinaria con fines de demostración, y, en ciertos casos, por último, para la organización de viajes de estudio y de seminarios.

De esta manera disponemos ahora de un medio eficaz que, situado a distancia equidistante entre la acción internacional y la acción nacional, permite: cumplir las recomendaciones de las Comisiones Forestales Regionales y demás reuniones organizadas por la Dirección; introducir en los países insuficientemente desarrollados técnicas modernas de silvicultura, explotación forestal y transformación industrial y, en resumidas cuentas, poner en práctica la política forestal de la FAO.

En principio, nuestras misiones de asistencia técnica pueden clasificarse en dos grandes categorías: las que se ocupan de problemas forestales básicos y las que se encargan especialmente de proyectos concretos.

La elaboración de una política o de una legislación y la creación de una administración bien adaptada a las condiciones del país, constituyen el fundamento de toda acción ulterior. Ya que toda política y toda legislación han de basarse necesariamente en investigaciones e inventarios previos, y la creación de una administración eficaz exige la formación del personal correspondiente, es fácil comprender cuáles han de ser entre todos los problemas aquellos de los cuales nuestros expertos tienen que ocuparse en primer lugar. El pasar antes de esta fase a proyectos concretos de gran envergadura, tales como la creación de grandes industrias forestales, sería un error fundamental que los propios países terminarían por reconocer, ya que podría acarrear el riesgo de comprometer para siempre sus recursos forestales.

En aquellos países donde existen estas bases fundamentales, la asistencia técnica para proyectos concretos ha dado, sin peligro alguno, resultados útiles. Incluso no excluimos la posibilidad de emprender ciertos proyectos concretos sin contar desde el principio con las condiciones óptimas de base. Es evidente que no se puede ordenar debidamente un bosque sin que existan industrias capaces de absorber la materia prima que es capaz de producir. En ciertos casos, proyectos concretos limitados, si tienen garantías de éxito, pueden aportar un apoyo apreciable a la acción básica. Pero son casos especiales; por tanto, es necesario determinar la envergadura de los proyectos concretos a la luz de los conocimientos actuales, buscar la máxima eficacia y evitar todo riesgo de fracaso.

A este respecto la Asistencia Técnica de las Naciones Unidas tiene precisamente un punto débil sobre el que conviene llamar la atención. Los reglamentos que rigen este sector de nuestras actividades exigen que no pueda prestarse asistencia técnica más que previa solicitud de los países beneficiarios e incluso que no pueda prestarse más en la forma solicitada por tales países. En consecuencia, no podremos conseguir la introducción de una buena política forestal si el país decide no solicitar nuestra asistencia al respecto, mientras que tenemos con frecuencia que prestar asistencia técnica para proyectos tales como el mejoramiento de un aserradero conveniente sin duda alguna, pero menos importante, por ejemplo, que la preparación de un inventario de los recursos forestales o la organización de una buena administración forestal. Es cierto que los países acostumbran a requerir nuestros consejos cuando redactan sus solicitudes de asistencia técnica y que tenemos el derecho de rechazar tales solicitudes cuando opinamos que su orientación no es acertada. Pero esto es raro que suceda y algunas veces el rechazar una solicitud resulta hasta ineficaz, ya que se corre el riesgo de que la acción rehusada sea confiada a otras organizaciones que prestan asistencia técnica bilateralmente, es decir, de nación a nación.

La experiencia de los últimos cinco años ha revelado asimismo otros puntos débiles de la asistencia técnica debidos en su mayoría al hecho de que ni el presupuesto ni el programa de asistencia técnica dependen de los mismos organismos ni siguen las mismas reglas que el programa ordinario de la FAO. Recientemente se ha hecho un esfuerzo para conciliar ambos programas dentro de cada una de las direcciones técnicas de la FAO y es de esperar que esta integración permita ajustar cada vez más la acción de la asistencia técnica a las exigencias de las políticas forestales regionales de la FAO.

Mientras tanto, cabe señalar que, desde enero de 1952, la Dirección de Montes ha enviado 195 expertos a 47 países; ha organizado 19 seminarios para el perfeccionamiento del personal en funciones y ha hecho conceder 124 becas de estudios para la formación de técnicos calificados.

Pese al hecho de ser siempre lentos en manifestarse los efectos de tales acciones cuando se trata de montes, hemos logrado ya algunos resultados alentadores. Resultaría en exceso prolijo analizar aquí cada uno de nuestros proyectos de asistencia técnica. Sin embargo, es interesante indicar, recurriendo a algunos ejemplos, cuál ha sido nuestro trabajo en cada región y los resultados obtenidos.

FIGURA 19. La FAO se interesa por el mejoramiento de las condiciones de vida de los trabajadores forestales. Obsérvese este espacioso campamento maderero en el Olympic National Forest de Wáshington (E.U.A. )

Foto: U. S. Forest Service

América Latina

La América Latina, región sumamente rica en posibilidades forestales, pero bastante deficiente en lo que concierne a organización y técnica, ha absorbido una gran proporción de nuestra asistencia técnica forestal. En 1956/57 recibirá misiones, becas y maquinaria por un valor de 600.000 dólares, lo que representa el 40 por ciento de todo el Programa Ampliado de Asistencia Técnica de la Dirección de Montes.

Al principio los proyectos afectaban a problemas básicos. En Chile, en Colombia, México y Paraguay, nuestra primera tarea ha consistido en trazar con los gobiernos las grandes líneas de las políticas forestales que había que seguir. Después les hemos ayudado a preparar su legislación forestal y aconsejado sobre su reorganización administrativa.

En estos cuatro países estas actividades generales han ido seguidas normalmente de esfuerzos en campos más concretos, relativos al fomento de la explotación de sus recursos forestales.

En México se ha emprendido una acción tendiente a la explotación racional de las masas naturales de coníferas con vistas a la producción de pasta para papel.

En Colombia hay un experto ocupándose de la situación actual de las industrias forestales y de la posibilidad de mejorarlas, y más particularmente de las posibilidades económicas de instalar fábricas de contrachapeado y de tableros de fibra.

Nuestras misiones más importantes se hallan actualmente en Chile y en el Brasil, en la cuenca del Amazonas; es interesante examinar con más detalle la labor que se lleva a cabo en ambos países.

CHILE

En este país donde el 22 por ciento de la superficie total se halla cubierta de bosques que por diferentes motivos no han sido aprovechados racionalmente, nuestro primer objetivo consistió en prestar ayuda al gobierno en la definición de su política forestal y en la organización de su administración forestal tareas ambas delicadas que exigían tiempo y paciencia. Al mismo tiempo que orientaba sus esfuerzos en estas dos direcciones, nuestra misión de asistencia técnica ha emprendido ciertos proyectos concretos.

En el campo de la educación, la labor de nuestros expertos ha permitido la creación de una Escuela de Montes en la Universidad, escuela que funciona desde 1953: por primera vez pueden formarse en el país forestales y se conceden becas de estudios a los más meritorios de entre ellos para que puedan especializarse en las universidades extranjeras apropiadas.

En Llancacura, en el Sur de Chile, se ha creado un centro de capacitación que consiste en un aserradero alimentado por un bosque ordenado a este propósito. En dicho centro pueden los estudiantes de la escuela de montes familiarizarse con las operaciones de explotación, de desembosque y de hechura de las trozas. Asimismo dichos estudiantes pueden iniciarse en el bosque en las sutilidades de la investigación forestal, así como en las operaciones prácticas de silvicultura y de ordenación racional de los montes. El director del centro, el aserradero y la maquinaria necesarios corren a cargo del Programa Ampliado de Asistencia Técnica de la FAO.

En colaboración con la industria privada se están llevando a cabo estudios para la modernización de sus operaciones y especialmente con la Corporación de Fomento para la creación de nuevas fábricas de papel y celulosa, utilizando las plantaciones de pinos (Pinus radiata).

Además un experto ha asesorado al gobierno sobre la lucha contra el desierto en la parte norte de Chile y sobre las plantaciones para combatir la erosión en las zonas áridas.

CUENCA DEL AMAZONAS

Esta cubre el 40 por ciento de la superficie total del Brasil y representa, con trescientos millones de hectáreas, el bosque tropical más importante del globo. El río Amazonas recorre una distancia de 2.500 kilómetros desde las fronteras del Perú y de Colombia hasta el Océano Atlántico. Este gigantesco bosque de 1.500 especies de árboles se halla surcado por abundantes ríos y afluentes que vierten sus aguas en el Amazonas.

Se trata de una región poco conocida, cuyas riquezas naturales: minerales, bosques, agricultura y pesca han sido apenas explotadas. Su población: dos millones de habitantes, representa menos del 4 por ciento de la población total del Brasil, pese a lo cual su producción agrícola no cubre más que la mitad de las necesidades de sus habitantes.

Es pues un terreno de prueba ideal para la Asistencia Técnica de las Naciones Unidas y especialmente para la labor de la Dirección de Montes, que puede vanagloriarse de haber sido la primera en promover el fomento general de la región.

Pero para ello había que conseguir que el gobierno hiciera una solicitud concreta de asistencia para esa región y se requirieron dos años pala hacerle comprender la complejidad del problema.

Nuestros esfuerzos se han visto coronados por el éxito: después de haber visto trabajar a nuestros primeros expertos y a la luz de los primeros inventarios y estudios, el gobierno creó la Superintendencia de Fomento del Amazonas, asignándole un presupuesto anual equivalente al 3 por ciento de la renta de la nación. Por otra parte, la misión forestal fué completada, como desde un principio habíamos pedido, por dos especialistas de agricultura, dos de pesca, dos de ciencias veterinarias y dos geólogos designados por la UNESCO, con lo cual sobrepasaba el cuadro de la FAO para convertirse en una misión mixta de organismos especializados de las Naciones Unidas. Sin embargo, rindiendo tributo a nuestra iniciativa, el cargo de jefe de misión quedó en manos del jefe del grupo forestal. Actualmente la misión comprende 15 expertos, de los cuales 7 técnicos forestales. El plan preparado, basado en el mejoramiento de los recursos forestales, prevé el fomento simultáneo de los recursos minerales, agrícolas y pesqueros y el asentamiento de la población necesaria.

En el campo forestal se concede prioridad a la realización de los tres proyectos siguientes:

Inventario de los rodales, esencial para toda planificación. A este respecto se eligieron tres regiones después de una cuidadosa interpretación de las fotografías aéreas disponibles. La primera se halla situada al sur del Amazonas, entre los ríos Tapujos y Xingu y se han inventariado 2 millones de hectáreas y levantado los mapas correspondientes. La labor de inventariación se prosigue actualmente en la segunda región, siempre al sur del Amazonas entre los ríos Xingu y Tocantins. La tercera región, situada en la cuenca del río Madeira al sur de Manaos, fué elegido por estar el Gobierno brasileño interesado en la instalación de industrias de papel y celulosa.

Organización del centro de demostración de Santarem. La reconocida deficiencia de los actuales métodos de explotación y de hechura de las trozas, ha movido a la misión a crear un centro, donde se han montado un aserradero y las instalaciones accesorias, gracias a los fondos suministrados a este efecto por el presupuesto de Asistencia Técnica. Este centro se halla ya funcionando y permitirá educar y adiestrar a técnicos y trabajadores en las operaciones racionales de explotación y aserrío que se llevan a cabo tanto en el bosque, situado al sur del valle, como en el propio centro.

La creación de un centro de investigaciones silvícolas y de productos forestales en Manaos, en el Instituto de Pesquisas de Amazonia, con vistas a obtener un mejor conocimiento de las especies forestales, de sus exigencias ecológicas, de su crecimiento y de su tratamiento silvícola, y a perfeccionar al personal responsable de dichas investigaciones.

Lejano Oriente

En el Lejano Oriente las condiciones se presentan de manera muy diversa, dada la evolución técnica más adelantada de estos países, los cuales poseen servicios forestales organizados y se hallan sumamente avanzados en la implantación de una política forestal. Sin embargo, en el caso de algunos de ellos, el paso de la condición de colonia a la completa independencia originó algunas dificultades debido a la marcha de muchos técnicos extranjeros que ocupaban puestos importantes y exigió medidas de carácter general.

En las Filipinas, en Tailandia y Vietnam nuestros expertos han aconsejado a los gobiernos un programa de acción general, ocupándose seguidamente de proyectos concretos, tales como inventarios y plantaciones industriales.

Ya en 1951 Birmania nos pidió el envío de un experto con vistas a modernizar sus métodos de apeo y de desembosque. Seguidamente se «ensayaron»> en laboratorios europeos 60 toneladas de madera de especies secundarias para determinar sus posibilidades de utilización. Se ha construido y está funcionando bajo la dirección de un experto de la FAO una fábrica experimental para la impregnación y el secado de maderas. Otros dos expertos han prestado asistencia técnica al Servicio Forestal para el establecimiento de un instituto de investigaciones que debe comprender un departamento de investigaciones silvícolas y otro de investigaciones sobre productos forestales. Se han concedido doce becas de estudio para técnicos birmanos, con el objeto de que puedan perfeccionarse en sus respectivas especialidades.

FIGURA 20. Un experto de la FAO trabajó durante algún tiempo en Indonesia asesorando en cuanto a la creación de nuevas industrias forestales como parte del plan de fomento nacional. Las plantaciones de Pinus merkusii podrían proporcionar materias primas para la fabricación de pasta y papel.

Foto: S. Bunnag

En la India, un experto ha visitado las zonas áridas de Rajputana y ha formulado proposiciones sobre la elección y el establecimiento de campos experimentales de gran extensión para los trabajos de demostración de lucha contra la invasión del desierto, repoblación y conservación de suelos.

En Indonesia la labor de asistencia técnica se ha concentrado en la mecanización de las operaciones de extracción, el mejoramiento de las vías forestales y la elección de emplazamientos para las industrias forestales y los puertos de embarque.

Entre los proyectos regionales, aparte el viaje de estudios sobre el eucalipto y el centro de explotación mecánica de las Filipinas, merece citarse el centro de perfeccionamiento sobre investigación organizado en la India, y el de clasificación de maderas de construcción de calidad de Malaya.

Cercano Oriente

La situación en el Cercano Oriente es sumamente especial debido a que las condiciones locales son muy desfavorables para actuar; aquí el problema no consiste en fomentar la producción en zonas forestales inexplotados, sino ante todo en la protección o restauración de los bosques destruidos o en peligro de serlo; el aprovechamiento de la tierra en condiciones de climas difíciles, y la constitución de recursos rápidamente aprovechables y adaptados a las condiciones de la región. El problema estriba ante todo en elaborar políticas forestales que tengan en cuenta estos requisitos de protección, la necesidad de un aprovechamiento conservador de los recursos existentes y la creación de otros nuevos, recurriendo especialmente a las plantaciones fuera del bosque con especies de crecimiento rápido.

En Etiopía desde hace cuatro años, dos expertos han prestado asistencia al gobierno en la organización de su servicio forestal; la formulación de una legislación forestal adecuada, y el reconocimiento de sus riquezas forestales con vistas a una explotación más racional. Otro experto se ocupa actualmente de la formación del personal subalterno y de la puesta en marcha de un programa de viveros y de repoblación.

En Irak se hallan trabajando tres expertos: uno de ellos se ocupa de la determinación de la política forestal del gobierno; revisión de la organización administrativa del servicio forestal y preparación de un programa de conservación de suelos y de repoblación en las cuencas que alimentan los grandes embalses. Otro experto ha procedido al inventario de los montes del norte mediante la interpretación de fotografías aéreas. El tercero, está organizando el Instituto Nacional Iraquí de Investigaciones Forestales y preparando el programa de labores del mismo. El Gobierno iraquí consciente de la importancia que para la economía nacional tiene el cultivo de especies de crecimiento rápido, había solicitado y obtenido en 1953 el envío de un especialista en eucaliptos que formuló valiosas recomendaciones y de un especialista en chopos que ha preparado un programa de plantación y de selección, programa que actualmente está en buenas vías de ejecución.

En el Irán la FAO ha creado, con la participación financiera de la Misión de la Administración de Cooperación Internacional de los Estados Unidos, un laboratorio ultramoderno para el estudio de las maderas, de sus propiedades físicas y de su secado e impregnación. Un equipo de cuatro expertos prosigue la labor emprendida por otros forestales de la FAO, en materia de política forestal; de organización del servicio forestal; de modernización de los métodos de carboneo; del mejoramiento del pastoreo en los montes y de las investigaciones forestales, con especial atención a la populicultura.

En Jordania, se ha conseguido terminar en dos anos un estudio fitosociológico muy completo que se ha materializado en el levantamiento de mapas de vegetación. Dicho estudio servirá de base sólida para los trabajos de repoblación proyectados y para el aprovechamiento racional de la vegetación del país. Asimismo se han dado consejos en cuanto a la introducción de especies de eucalipto resistentes a la sequía.

En Libia se efectuó en 1951 un reconocimiento general de las posibilidades forestales. Las recomendaciones que se formulaban en este primer informe se han aplicado, con ayuda de dos expertos que han actuado sucesivamente desde 1952, los cuales han dedicado sus esfuerzos a lograr la adopción de una política y de una legislación forestales, la organización del servicio, la formación del personal, la fijación de dunas, la repoblación, la conservación de los atochares y la puesta en explotación de los bosques.

En Siria, un primer experto ha roe jurado los viveros y preparado el deslinde y la ordenación del bosque de Lattaquieh. Esta tarea será proseguida y completada. Simultáneamente otro experto preparará, con ayuda de fotografías aéreas, el levantamiento de un mapa y un rápido inventario de las zonas boscosas.

En el Yemen se ha empezado por efectuar un reconocimiento rápido y una evaluación de las posibilidades forestales; un experto se ocupa de la introducción de especies de crecimiento rápido; asesora al gobierno sobre las medidas que hay que adoptar para ofrecer a los repoblados un mínimo de protección, y está emprendiendo plantaciones en las tierras de patrimonio real.

Como todo progreso depende de la eficacia del personal, la FAO se ha dedicado a la formación técnica de éste, especialmente concediendo bocas para estudios superiores y para estudios intermedios prácticos (capataces y guardas forestales).

La Escuela Forestal Regional de Lattaquieh está en vías de instalación; la FAO se ha ocupado de contratar y de pagar al director, así como de proveer a parte del sueldo de un profesor de silvicultura y ha facilitado todo el material técnico y rodante. Los cursos se dan en lengua árabe, lo que permite un campo más amplio de reclutamiento de candidatos.

El Centro de Investigaciones Forestales, a cuyo director se encarga la FAO de remunerar, ha iniciado la labor de recoger documentación y compilar y analizar las observaciones hechas sobre todas las repoblaciones efectuadas en la región desde hace 10 años.

El primero de una serie de centros de capacitación de leñadores se ha inaugurado en el Irán. Su función es conseguir la reducción del despilfarro de materias primas, enseñando a los obreros la forma de sacar el mejor partido posible de un árbol.

El Curso de Estudios de Política Forestal, celebrado en Estambul, en septiembre de 1954, reunió a altos funcionarios forestales de 8 países, los cuales estudiaron juntos las múltiples dificultades con que tropezaban para aplicar una política forestal sana y racional. La resonancia de los debates y las conclusiones alcanzadas se reflejaron en muchas ocasiones en la elaboración de leyes forestales en varios países y en la gestión de los asuntos locales.

FIGURA 21. Un experto canadiense prestó sus servicios en el Sudán como asesor en técnicas de aserrío. En esta ilustración se aprecia el laborioso tronzado y manipulación de las traviesas de vía producidas en un aserradero manual de la provincia de Bhar-el-Ghazal.

Foto: V. Hasek

Europa

Ha sido en Europa donde la asistencia técnica se ha orientado sobre todo hacia problemas particulares. Dado el grado de progreso forestal alcanzado por estos países, lo que les interesa particularmente son los proyectos concretos. En Austria, dos miembros de la Dirección de Montes han venido ayudando desde 1949 en la elaboración de un plan de mejoramiento y de restauración de las masas forestales y de las industrias madereras, cuya economía había sufrido gravemente a causa de la guerra. Gracias a la ayuda financiera internacional, este plan ha podido llevarse totalmente a cabo. Más tarde un experto en aserrío ha aconsejado la racionalización y modernización de estas industrias. Desde entonces, el mismo técnico ha organizado una escuela de aserrío, cuya maquinaria se ha instalado a cargo de nuestro presupuesto de asistencia técnica.

En Turquía la asistencia técnica se presta para la organización de la investigación forestal; la preparación de un cierto número de proyectos de investigación, y la elección de las zonas forestales aptas para la instalación de tales proyectos, así como para demostraciones de ordenación forestal.

El caso de Yugoeslavia sirve para demostrar palpablemente el equilibrio de nuestra acción en los dos campos generales y específicos. La economía forestal ocupa en Yugoeslavia un lugar importante. La tercera parte de la superficie, o sea, 8.745.000 hectáreas, se halla cubierta de bosques que alimentan a numerosas industrias forestales. Este país es uno de los principales exportadores de madera de la región europea. El gobierno se preocupa con razón de implantar un programa de conservación, ordenación y aprovechamiento de estas riquezas naturales.

Nuestra acción se ha iniciado en Yugoeslavia mediante una serie de proyectos concretos: a partir de 1952 se han enviado a dicho país 9 expertos en misiones bastante breves para aconsejar a los forestales yugoeslavos en las siguientes materias: conservación de suelos; corrección de torrentes y ordenación de cuencas hidrográficas; repoblación de montes; política forestal; mejoramiento de masas forestales; genética; investigaciones en materia de productos forestales; desembosque; industrias de aserrío; secado artificial de la madera; industrias de laminado y contrachapeado, y aprovechamiento de los residuos para las industrias papeleras.

Después de 4 anos tanto las autoridades yugoeslavas como la Dirección de Montes han podido darse cuenta de la necesidad de coordinar estos esfuerzos, a primera vista dispersos. Tal coordinación se ha aconsejado en el plano nacional y en el plano técnico mediante una reunión celebrada en 1954 en Dubrovnik, reunión a la que participaron los expertos, las autoridades forestales nacionales y representantes de la Dirección de Montes. Como resultado se ha preparado un plan quinquenal de fomento forestal y se han coordinado la políticas forestales de las diversas repúblicas populares.

Información - Acopio y difusión de datos

La información constituye una función fundamental de todo trabajo internacional, ya que su objeto es ofrecer a los países miembros el beneficio de los datos que nos llegan cada día.

Es difícil separar la labor de información de la acción propiamente dicha: el lector, que nos ha seguido hasta aquí, está ya al tanto de las muchas publicaciones de la Dirección. Nuestra intención, por tanto, no es recordarlas de nuevo ni dar un catálogo completo de las mismas (lo que por otra parte se hace en este mismo número de Unasylva), sino clasificarlas de acuerdo al objetivo perseguido.

En primer lugar tenemos los anuarios estadísticos y las publicaciones periódicas sobre los recursos forestales, cuya finalidad es ofrecer, no sólo a las comisiones regionales y a la administración de asistencia técnica, sino también a las industrias nacionales y al comercio internacional, informaciones básicas.

En la segunda categoría figuran las publicaciones analíticas que tienen por objeto recoger y difundir informaciones útiles para el desarrollo de la enseñanza y de las investigaciones forestales, del perfeccionamiento de las técnicas y de la evolución de las industrias madereras. Entre ellas, las más importantes publicadas hasta ahora son: Research in Forestry and Forest Products y el Repertorio general de los tractores de ruedas y de oruga que se construyen en el mundo.

Junto a este tipo de publicaciones podemos citar algunas monografías técnicas, los informes sobre mercados, las notas sobre el material de explotación forestal y, sobre todo, la revista Unasylva en la que colaboran eminentes expertos y cuya publicación trimestral permite mantener un contacto directo entre la Dirección de Montes y los técnicos forestales y de productos forestales de todo el mundo. Principalmente, esta revista permite mantener informados a los especialistas sobre las actividades de la FAO y sobre los acontecimientos en materia de política forestal; investigaciones sobre el monte y sus productos; y tendencias de los mercados de madera aserrada, pasta y demás productos forestales.

Finalmente, la última categoría, los estudios de síntesis, es la más importante, no ya por el número de publicaciones, sino por el resultado que de ellas cabe esperar. El estudio de síntesis es en efecto el medio más seguro y más rápido de dar a conocer a las comisiones regionales, y a todos los técnicos interesados, el resultado global de los estudios analíticos efectuados, bien sea por la Dirección, que dispone a este respecto de posibilidades superiores a las de cualquier otro organismo, o bien por los consultores que emplea. De la labor de investigación original deben seguir siendo indudablemente responsables las instituciones especiales, gubernamentales o privadas, pero una organización internacional como la nuestra está especialmente calificada para analizar los resultados que le son comunicados. Las conclusiones de estos estudios analíticos, si bien no comprometen más que al Secretariado de la FAO, bajo la alta autoridad de su Director General, tienen el suficiente peso como para permitir su examen directo en el plano gubernamental, mientras que para llegar a un resultado concreto, los otros métodos de que dispone la Dirección de Montes hubieran quizá exigido largos años de espera. Además, los resultados que se han obtenido gracias a estos estudios demuestran la eficacia de los mismos. Entre los que ya se han publicado, merecen citarse: Planeamiento de un inventario forestal nacional; Política, legislación y administración forestales; European Timber Trends and Prospects; Métodos de lucha contra los incendios forestales y El pastoreo y los montes.

Organización y métodos de trabajo

El nombramiento del Director de Montes señaló la creación de la Dirección de Montes de la FAO, el 1° de mayo de 1946. Su primera tarea fué reclutar y reunir a sus primeros colaboradores.

La organización de la Dirección constituye una labor continua. Simultáneamente fué necesario: preparar un programa; determinar nuestros métodos de trabajo, y desarrollar nuestra acción, teniendo en cuenta las recomendaciones que se nos hacían y los recursos puestos a nuestra disposición. Cada año hace falta proceder a los reajustes necesarios; orientar nuestra labor de acuerdo a las directivas de los organismos de que ya hemos hablado; mejorar nuestros métodos de acción y aumentar su eficacia.

En el momento actual, la Dirección de Montes se compone de 34 técnicos, y su organización (véase el Cuadro adjunto) es la siguiente:

El Director de Montes y el Director Adjunto son asistidos en la preparación del programa de labores y del presupuesto y en la administración de todas sus actividades forestales por un servicio llamado de Coordinación del Programa.

Como el lector habrá podido darse cuenta, cada una de las actividades de la Dirección de Montes comprende en realidad tres aspectos estrechamente vinculados entre sí: político, técnico y económico. Atendiendo a estos tres aspectos, la labor se ha distribuido en tres departamentos. No obstante, el resultado es que, si bien un departamento determinado tiene la responsabilidad primaria de llevar a cabo ciertas actividades, éstas son en realidad el fruto del trabajo de toda la Dirección de Montes bajo la guía de su Director y de su Director Adjunto.

El primer departamento es el Departamento de Política Forestal y de Conservación y comprende una sección de Política Forestal que se ocupa de todos los aspectos de esta política así como de la legislación; administración y enseñanza forestales y de otra sección que se encarga de los problemas de la conservación de bosques, suelos y aguas.

El segundo departamento, llamado Departamento de Investigación y Tecnología, se compone de tres secciones: la primera, llamada Sección de Silvicultura, que se ocupa de todas las cuestiones que se refieren al tratamiento de los montes, a la ordenación forestal y a las ciencias fundamentales; la segunda, llamada Sección Utilización, se ocupa de todos los aspectos de la tecnología de la madera y de su utilización; la tercera es la Sección de Equipo y Maquinaria, responsable de todos los materiales indispensables para las operaciones silvícolas, la explotación forestal y la conversión de la madera en productos manufacturados.

El Departamento de Economía Forestal se ocupa de los aspectos económicos de la silvicultura; de la ordenación forestal, y de la utilización de los productos del monte. Comprende una Sección de Industrias y Comercio y otra Sección de Estadística y Evaluación, responsable de todo el material que aparece en las publicaciones estadísticas de la Dirección de Montes y en las revistas de productos forestales más importantes.

Como ya hemos visto, una gran parte de la labor práctica de la Dirección se efectúa en escala regional y, en consecuencia, se han organizado en Europa, en la América Latina, en el Extremo Oriente y en el Cercano Oriente grupos de trabajo regionales en materia de montes y productos forestales. Además de su papel de enlace, el grupo regional está encargado de velar por el cumplimiento por parte de los gobiernos de las recomendaciones formuladas por las comisiones y por los diversos expertos de asistencia técnica.

Dirección de montes, estructura orgánica

De las regiones donde hasta ahora no hay prestando servicio ningún miembro del personal, se ocupan directamente las Oficinas Centrales: tal es el caso de los territorios de Africa situados al sur del Sahara y de la región de América del Norte.

Hasta el año de 1956, la Asistencia Técnica se consideraba como una entidad administrativa independiente, aunque desde el punto de vista técnico absorbía, como es natural, una parte importante del tiempo del personal permanente de la Dirección. En 1956, en cumplimiento de una recomendación aprobada por la Conferencia, el Director General procedió a integrar ambos programas. En consecuencia, el departamento que se ocupaba de la asistencia técnica fué disuelto y sus atribuciones repartidas entre el Servicio de Coordinación del Programa y los tres departamentos técnicos de la Dirección.

Administrativamente, el problema más importante con que se enfrenta la Dirección consiste en el número cada vez mayor de tareas que hay que asignar a un número muy limitado de funcionarios técnicos. Esta insuficiencia de recursos y de personal ha obligado a la Dirección a solicitar todos los concursos susceptibles de ayudarla en su labor. Por consiguiente, se ha buscado en la medida de lo posible la colaboración de expertos ajenos a la Organización y de otras organizaciones. Este sistema ha dado excelentes frutos y en un gran número de aspectos ha aliviado apreciablemente la tarea del Secretariado.

En el exterior, la Dirección de Montes se esfuerza en colaborar lo más posible con las demás organizaciones nacionales e internacionales existentes. De igual manera, en el interior coopera con las demás Direcciones de la FAO en la medida posible y deseable, tanto en las oficinas regionales como en la Sede central. Un cierto número de cuestiones, como por ejemplo, la conservación de suelos y aguas, deben ser tratadas de esta manera.

El Director de Montes y su Director Adjunto son directamente responsables ante el Director General de la FAO de toda la política de la Dirección, así como del cumplimiento de las tareas que le confía la Conferencia de la FAO.

Conclusiones

Hemos expuesto, a grandes trazos, la forma en que hemos tratado el problema forestal mundial; de qué manera hemos montado una organización destinada a cumplir las funciones que nos habían sido confiadas; cuáles han sido los métodos que hemos utilizado para resolver ciertos problemas, y qué es lo que hemos logrado en los diferentes campos de nuestra competencia.

Para terminar este informe, creemos conveniente llamar la atención del lector sobre ciertos puntos a nuestro juicio importantes.

Nuestra acción se apoya en dos grandes conceptos:

A. El mejoramiento del rendimiento de los recursos naturales renovables de las tierras constituye en definitiva el principal objetivo de la FAO. Tal mejoramiento no puede basarse más que en la utilización racional de los suelos y, consecuentemente, de las aguas de que aquellos son la fuente y el depósito, es decir, su aprovechamiento en vista del rendimiento máximo sostenido compatible con su conservación y el mantenimiento de su fertilidad.

Es un hecho admitido por los técnicos, principalmente por aquellos responsables de planificar la utilización de los suelos de las cuencas hidrográficas, que cualquiera que sea la aptitud de aprovechamiento que posean dichos suelos, éstos son solidarios entre sí. Un equilibrio entre sus diversos aprovechamientos es indispensable, no sólo desde el punto de vista económico, sino mucho más todavía desde el punto de vista físico. El obtener la producción máxima de cada suelo es sin duda alguna sumamente importante, y esto entra dentro del campo de competencia de la investigación y de la técnica. Pero la base de toda política racional está ante todo en la distribución de las tierras entre los diversos aprovechamientos posibles.

Fué por iniciativa nuestra que se discutieron en el cuarto Congreso Forestal Mundial (Dehra Dun, diciembre de 1954) los diferentes aspectos de la conservación de estos recursos naturales. Se ha llamado la atención de todos los gobiernos sobre la estrecha coordinación que es indispensable lograr entre la agricultura, el pastoreo y los montes, y sobre la necesidad de tener asimismo presentes las condiciones económicas de las poblaciones interesadas.

B. El otro concepto que siempre ha defendido la Dirección de Montes y que ha sido unánimemente admitido por los miembros del tercer Congreso Forestal Mundial (Helsinki, julio de 1949) es que el papel de las técnicas y las ciencias forestales no se limita a resolver de por sí y para sí sencillos problemas de silvicultura. Con el bosque tomado en su conjunto, e incluso con cada bosque tomado aisladamente, va asociado un complejo de fenómenos físicos, económicos, industriales y sociales tan estrechamente vinculados con él, que ninguno de ellos puede ser examinado independientemente del bosque y que, inversamente, el bosque no puede ser examinado independientemente de ellos.

Lo mismo si se trata de problemas que interesan directamente a los trabajadores de la explotación o de la industria de la madera, o bien de problemas más vastos que interesan a las poblaciones rurales y urbanas y que se derivan de la función protectora del bosque, como si se trata de problemas más especiales referentes a la vida económica de una región o incluso de una aldea, la administración de un bosque no puede desvincularse de los problemas económicos y sociales con él asociados o por él condicionados.

El ejemplo más notable de la evolución registrada en este orden de ideas lo constituye el hecho de que hoy día resulta evidente que el bosque no puede ser disociado de las industrias a las cuales alimenta. Todo forestal tiene que orientar el tratamiento de las masas forestales con vistas a la satisfacción, en las mejores condiciones posibles, de las necesidades de las industrias. Y recíprocamente ninguna industria maderera puede desinteresarse del bosque que la alimenta en materia prima. Los técnicos de esta industria no pueden hacer caso omiso de las leyes que la naturaleza impone a la silvicultura y deben adaptar sus fábricas, o la distribución de éstas, a las limitaciones impuestas a la producción de la madera que da el bosque.

Al enterarse del objetivo que se nos ha señalado, a saber, «facilitar a un mundo en expansión los productos forestales necesarios», más de un lector, advertido, se habrá sin duda preguntado si era posible alcanzarlo.

El último inventario forestal mundial efectuado por la FAO da la respuesta. Confirma, en efecto, que los montes que hay en el mundo bastarían teóricamente para satisfacer un consumo mucho mayor que el actual y también para cubrir en mayor medida que hasta ahora las necesidades de una población cada vez más numerosa.

El patrimonio forestal mundial ocupa casi 4 mil millones de hectáreas, de los cuales menos de una tercera parte se hallan actualmente en explotación; todavía hay inmensas reservas sin explotar; hoy día los montes asequibles sólo cubren 700 millones de hectáreas.

Los apeos que se efectúan en todo el mundo sólo representan la mitad del incremento anual de los bosques actualmente explotados, y si bien es verdad que en las masas de coníferas los incrementos y las extracciones se equilibran grosso modo, el conjunto de las masas de frondosas se halla actualmente insuficientemente explotado debido a dificultades de utilización de los productos que ofrecen.

No hay que olvidar que los montes ordenados con vistas a una producción sostenida son todavía, teniendo en cuenta las superficies, la excepción, y que sólo en un pequeño número de países se emplean métodos de apeo realmente satisfactorios.

Si en todas partes los montes fueran razonablemente ordenados, y si los bosques asequibles actualmente improductivos fueran explotados y toda la producción forestal fuera utilizada racionalmente, podríamos triplicar con mucho esta producción, respetando a la vez el principio del rendimiento sostenido.

Mientras tanto, en muchos países, principalmente en Europa, se están llevando a la práctica importantes planes de repoblación para utilizar ciertos terrenos abandonados por la agricultura y llenar el déficit local de la producción maderera.

Por tanto, resulta evidente que, en conjunto, no es la falta de materia prima lo que podría impedir al bosque desempeñar un importante papel en una economía mundial en expansión.

El factor preponderante en el consumo total de madera es ciertamente la riqueza forestal del país de que se trate. De los estudios que hemos efectuado se desprende que no existe una relación sencilla entre la demanda de madera y el nivel de vida.

De ello no hay que deducir sin embargo que no exista implícitamente la menor relación en el tiempo, y es necesario prever que el consumo de madera aumentará a medida que los niveles de vida mejoren.

La evolución futura de la demanda y del consumo en sus diversas formas no podrán determinarse sino después de un examen muy a fondo de las utilizaciones actuales en las diversas regiones. No obstante, nuestros trabajos en este campo nos han permitido llegar a las siguientes conclusiones:

a) la tendencia actual de la economía mundial provocará un rápido aumento de la demanda de maderas industriales;

b) este aumento será muy marcado en los países insuficientemente desarrollados;

c) será mayor en lo que respecta a la pasta que a los demás productos forestales.

No creemos que para satisfacer el aumento de estas nuevas necesidades sea posible contar enteramente con las economías que puedan hacerse a expensas de la leña.

Los forestales tienen por tanto que pensar desde este momento en preparar planes de explotación tendientes a aumentar sistemáticamente las cortas anuales de madera industrial. Tendrán que tener en cuenta los enormes progresos técnicos conseguidos, o que han de conseguirse en el futuro en las industrias consumidoras de madera, no sólo en el campo de la conversión química, sino también en el de la conversión mecánica.

Es pues en este sentido que habrá que modificar la orientación de la política forestal (expansión, revolución, etc.).

Estas perspectivas han de permitir planear una puesta en explotación más rápida de los bosques tropicales de frondosas. Sin embargo, es en estas regiones tropicales más que en ninguna otra que los forestales tendrán que, al mismo tiempo que aumentan la producción forestal y la adaptan a las necesidades, tener presente la función protectora del bosque y no olvidar nunca que, en ciertos casos, esta función protectora es más importante que la producción que del bosque se puede obtener.

La acción colectiva que hemos llevado a cabo con ayuda de los diversos servicios forestales, empieza a dar sus frutos. En este informe se dan varios ejemplos. Pero en materia forestal, donde los resultados sólo pueden percibirse a largo plazo, la continuidad en la acción es todavía más indispensable que en cualquier otro campo. Durante los diez años que acaban de cumplirse, solamente nos ha sido posible determinar los problemas que hay que resolver, y bosquejar algunas soluciones para los mismos. Es importante proseguir esta acción para el mayor beneficio de la humanidad.

(Traducción de un texto original francés)


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