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La labor de la FAO


La protección de la madera contra la fauna xilofaga marina
Centro de capacitación en la cuenca del Amazonas
Una empresa ecuatoriana

La protección de la madera contra la fauna xilofaga marina

El Sr. G. Becker, experto contratado por la FAO, ha pasado varios meses en la India para prestar asesoramiento sobre la protección de la madera contra el ataque de los perforadores marinos y efectuar demostraciones prácticas en el Instituto de Investigaciones Forestales de Dehra Dun acerca de los adelantos más recientes logrados en materia de investigación y actividades de lucha.

La deterioración de la madera sumergida en el agua del mar se debe a la acción de dos grupos de organismos marinos: moluscos y crustáceos. Los moluscos pertenecen a los géneros Teredo, Bankia y Nausitora de la familia de los Terenididae, y a los géneros Martesia y Pholas, de la familia de los Pholadidae. Entre los crustáceos, los géneros más importantes, Limnoria y Sphaeroma, son los Isopoda; los géneros Chelura, Metaponorthus y otros pertenecientes a distintas familias de crustáceos son de importancia secundaria.

Los Teredinidae deben su nombre vulgar inglés shipworm («gusano de bureo»*) a los largos cuerpos de los adultos. Algunas especies pueden alcanzar 1 metro de longitud. Las conchas sólo cubren la parte anterior del cuerpo (Figuras 1 y 2) y actúan de instrumento para raer y perforar la madera. La galería con el revestimiento calizo de su superficie interior, protege el cuerpo alargado, provisto de piel fina. Dos sifones absorben y expulsan el agua marina (Figura 3). Estos sifones pueden retraerse y cerrarse firmemente contra el cuerpo mediante dos placas o apéndices calizos, las llamadas paletas. En este estado, los bromas pueden subsistir por espacio de días o aun de semanas incluso si se sacan del agua del mar o permanecen en apara de muy bajo contenido en sal. La propagación de los bromas se efectúa por larvas que nadan libremente en el mar. Algunas de las especies eyaculan huevos y esperma en el agua; en el caso de otras, las larvas se desarrollan en el interior de las hembras, de modo que se acorta el período de formación de bandas o mangos. La estructura de los destrozos causados por los teredínidos se caracteriza por la larga galería abierta, que en sección transversal presenta aspecto circular, corriendo con frecuencia paralelamente a las fibras de la madera (Figura 4).

* Conocidos en español con los nombres de «broma» y «taraza».

FIGURAS 1. - Las conchas sólo cubren la parte anterior del cuerpo de los Teredinidae

FIGURAS 2. Actúan de instrumento perforador.

FIGURA 4. - Larga galería abierta que es característica de los destrozas causados por los teredínidos.

FIGURA 3. - Dos sifones absorben y expulsan el agua marina

FIGURA 5. - Forma de bivalvo común del género Martesia perteneciente a los foládidos.

La forma de los foládidos se asemeja más a un bivalvo común; esto se aplica especialmente al género Martesia, de mucha importancia en aguas tropicales (Figura 5). Estas folas no se fijan sobre la superficie de la madera. Los agujeros que abren en la madera corresponden a la longitud de su cuerpo. El extremo posterior puntiagudo con sus cortos sifones se proyecta algo filera de la galería. Los ejemplares del género Martesia crecen hasta alcanzan una longitud de uñas 4 cm. Los foládidos se propagan asimismo por larvas que nadan libremente en el mar. Aunque sus galerías son relativamente cortas comparadas con las de los teredínidos (Figura 6), provocan considerables daños, ya que éstos aumentan en profundidad de una generación a otra.

La Limnoria, perteneciente a los isópodos, tiene una longitud de 3 a 5 mm., siendo plana y de aspecto más bien modesto, y puede arrollarse formando una bola como un isópodo terrestre (Figura 7). La Limnoria puede abandonar sus galerías al azar, nadar de un lado a otro y elegir nuevos lugares donde hacer la puesta. La madera recién infestada es atacada mayormente por organismos jóvenes y de tamaño medio, alcanzando la acción de éstos máxima intensidad en determinadas estaciones. Los ejemplares del género Limnoria excavan sus galerías muy cerca de la superficie de la madera (Figura 8). Aunque pequeños, estropean completamente la madera (Figura 9), si bien, por supuesto, costándoles más tiempo que a los bromas. Las especies del género Sphaeroma («cochinilla de humedad») son considerablemente más largas. Alcanzan una longitud de 10 mm.; su forma es más redondeada que la de Limnoria. También ellas son capaces de arrollarse formando una bola como otros Isópodos. Son asimismo susceptibles de abandonar sus galerías, reptar por la superficie de la madera y nadar. Sus galerías nunca son inferiores a dos veces la longitud de su cuerpo, pero cuando atacan en masa provocan graves daños (Figura 10).

Todos los demás crustáceos lignícolas son de importancia secundaria en el aspecto económico.

FIGURA 6. Galerías abiertas por los foládidos. Aunque sean éstas relativamente cortas comparadas con las de los teredínidos, causan daños considerables.

FIGURA 7. - La Limnoria puede arrollarse formando una bola como un isópodo terrestre.

FIGURA 8. - La Limnoria abre sus galerías muy cerca de la superficie de la madera.

FIGURA 9. - La Limnoria estropea por completo la madera.

FIGURA 10. - En esta fotografía pueden apreciarse los graves daños provocados por ataques in masa de Limnoria.

Centro de capacitación en la cuenca del Amazonas

El funcionario de la FAO, Sr. V. Hasek, que tiene a su cargo el Centro de Capacitación en corte, extracción y aserrío que funciona en Santarem, a orillas del Amazonas, ha enviado la fotografía que aparece en esta pagina.

En Campo Curuá, sobre el afluente del Amazonas del mismo nombre, ha sido puesto en marcha un centro de demostración de operaciones de corta, extracción y aserrío. Con maquinaria llevada y mantenida allí dificultosamente, se han construido carreteras. La reparación de estas máquinas exige muchísimo tiempo y, en ocasiones, un rudo lenguaje. Los primeros cuarteles - pocos - han sido cortados según métodos preestablecidos. Algunos troncos son troceados con una sierra portátil, en el monte, para emplearlos en la construcción de pabellones, tipos de viviendas que serán algo más permanentes que las actuales tiendas y tinglados con cubierta de barda. Pero la mayoría de las trozas se arrastrarán hasta el río hasta el muelle en construcción para su transporte al aserradero y a Santarem.

Un ala del edificio del Centro de Capacitación en corte, extracción y aserrío en Santarem y que también comprende un dormitorio, comedor y cocinas.

Las comunicaciones, el avituallamiento y el transporte de herramientas, accesorios y personal entre Campo Curuá y Santarem dependen de una motora y una lancha de vapor. La embarcación de motor invierte unas cuatro horas hasta Campo Curuá, y de cinco a seis en su regreso, contra corriente, a Santarem. La lancha, más lenta, necesita alrededor de diez horas para la ida y doce para la vuelta. Por tanto, el equipo técnico no sólo debe ser experto en las operaciones de corte, extracción y aserrío, sino también en motores marinos y navegación, y poseer, como así es, abundante paciencia cuando un motor se rebela o la gasolina tiene agua, o para sortear los brazos de río, sin hablar de los mosquitos y el calor húmedo, conseguir agua potable y víveres frescos.

En cajones de madera, sobre una especie de zancos, se cultiva un huerto. El cocinero del campo es un consumado pescador, hábil, incluso, en la captura de las variedades comestibles del carnívoro Piranha, y también en la preparación culinaria de este pescado y en la de las aves y otros animales cazados en el bosque. Se trata de un factor de particular importancia para mantener la moral y el espíritu del personal dedicado a la construcción de carreteras y a la explotación forestal. Los demás miembros de la misión forestal de la FAO en el Amazonas son: G. G. Gray, como jefe del grupo; C. J. Pitt, silvicultor; B. B. Glerum, encargado de operaciones de inventario forestal, y W. O. Hopf, instructor. D. Heinsdjik, iniciador de la intensa labor de inventario efectuada en las zonas seleccionadas, ha sido trasladado a Río de Janeiro, para que coadyuve en la organización de un servicio federal de inventarios forestales.

Una empresa ecuatoriana

Un centro para la capacitación de los muchachos indios en las labores forestales ha sido inaugurado en Aychapichu, a cuarenta y cinco kilómetros al sur de Quito y 3.000 metros de altitud.

Aunque se trata de un establecimiento muy modesto, la historia de su origen es altamente significativa e interesante, y merece ser registrada.

Existe una organización benéfica semiautónoma, dependiente del Ministerio de Política Social, que, bajo la denominación de «Asistencia Pública», posee haciendas, con el producto de las cuales sostiene hospitales, orfanatos y asilos de ancianos. También tiene economatos de artículos de consumo y medicamentos para los necesitados.

Esta organización es propietaria de la hacienda donde el centro de capacitación forestal se halla instalado. El ayudante técnico forestal con destino en el Ecuador Sr. González de Moya, coadyuvado por el entonces Director de Montes y colega suyo en aquellas tareas, persuadió a los administradores de este establecimiento benéfico a que pusieran en marcha un vivero, lo que no prosperó por falta de mano de obra especializada y permanente. Entonces se sugirió que unos cuantos muchachos indios, en su mayoría huérfanos recogidos por las misiones de la zona oriental, fuesen capacitados en los trabajos forestales. Así es como la idea adquirió cuerpo.

Un grupo de seis muchachos sigue hoy un curso de nueve meses. Viven en el centro, y aunque alimentación y alojamiento son primitivos, grande es el mérito de sus organizadores por haber levantado con tan escasos medios una institución que un día será valiosa. Muchas personas y asociaciones caritativas ya se han interesado y contribuido con muebles y enseres.

Los muchachos recibieron instrucción elemental en las misiones. En el centro asisten a conferencias y clases de capacitación práctica en elementos de silvicultura, y de urbanidad, matemática y geografía.

Resulta singularmente satisfactorio que estas tareas no caen estrictamente dentro del cometido del funcionario forestal de la FAO. Este confía en que el programa llegue a transformarse, en su día, en una institución de capacitación forestal ecuatoriana debidamente establecida. A tal fin, existe el propósito de trasladar el centro a un terreno propiedad del Departamento de Montes, más cerca de Quito. Es probable que todos los muchachos que actualmente siguen los cursos de capacitación encuentren empleo en el Departamento de Montes.


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